Gracias a las Estrellas.

Autor: 012Victoria210
Género: General
Fecha Creación: 19/01/2010
Fecha Actualización: 27/09/2013
Finalizado: NO
Votos: 58
Comentarios: 180
Visitas: 224746
Capítulos: 36

TERMINADO

Tras un accidente, Bella se ve en la necesidad de acudir a la familia de Carlisle. Los Cullen, quienes seran en adelante su nueva familia. Alli se enamora, y aprende el significado de la frase "Sigue Adelante"  

Las cosas no siemore son como uno las planea. El destino es el que baraja las cartas, y nosotros somos los que jugamos. La vida podrá tener sus momentos alegres y cálidos, pero tambien dias tristes y no deseados.

"Yo jamás podre saber lo que el destino me deparará, pero hay algo de lo que estoy completamente confiada: El amor, todo lo puede"

Bella Swan

"Fruta Prohibida", en LunaNuevaMeyer

http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=575

http://www.fanfiction.net/u/2218274/

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 15: ¿Matar a Emmett es un crimen?

El salón de clases comenzó a moverse flexiblemente, como si hubiese lanzado una piedra al reflejo de algo en un lago, provocando que se desfigurara y adaptara otras formas fuera de la original. Las caras de los alumnos dejaron de parecer humanas. Les salieron colmillos, y sus ojos se volvieron rojos. Me miraban como si fuese un pedazo de carne, y los colmillos comenzaron a agrandarse y alargarse, hasta que llegaron hasta el comienzo de su mentón. Me veía a mi misma allí, plantada en el suelo. Observándolos a todos con completa indiferencia, como si nada anormal estuviera pasando. El lugar comenzó a adaptar varios colores. De un momento a otro, las paredes dejaron de ser el frecuente azul celeste que siempre poseía, a ser un horrendo color mostaza. El piso comenzó a fracturarse, y mariposas salieron elevadas de debajo de la tierra. Cuando volví a observar a los alumnos, ya no eran vampiros. Ahora eran payasos, payasos horrendos, de aquellos a los que huía en mis fiestas de cumpleaños que preparaban mis padres cuando tenía cinco o seis años. Di un paso adelante, y me tropecé. Solté una carcajada. La puerta se abrió, mostrando el rostro sonriente de mi madre, y mi padre estaba a su lado. Ambos estaban carcajeándose, se reían, y me lanzaban besos. Sus rostros comenzaron demacrarse hasta parecerse a los anteriores rostros vampíricos que todos los alumnos del aula habían tenido ratos atrás. Pero sus ojos en vez de escarlata, eran dorados. Las mariposas se ciñeron alrededor de las cabezas de ambos, como si fuesen pelucas. Y comenzaron a agitar las alas. Comencé a reír, por lo gracioso de la situación. Esto era absurdo. ¿Qué hacían mis padres aquí? ¿Y con mariposas en la cabeza? ¿Era acaso una nueva tendencia de la moda? ¿Incluyendo los colmillos y la sangre?
Los alumnos dejaron de ser payasos, y volvieron a convertirse en vampiros. Pero, al igual que mis padres, sus ojos eran café dorado. Las mariposas comenzaron a revolotear alrededor.
La turbina de un avión al pasar retumbo con su pitido por toda la habitación, y lleve mis manos instintivamente hacia mis oídos, para tratar de apagar el molesto zumbido. Cuando volví a observar a mis padres, ya habían desaparecido.

Me desperté alterada, sudando, y confusa. Una cálida mano apareció de la nada y acaricio mi mejilla. El contacto era único de una sola persona.

–Bella, ¿Estás bien? – La preocupada voz de terciopelo de Edward pregunto en la oscuridad. Abrí los ojos de nuevo, y los pose hacia arriba. El cielo estaba oscuro, como la boca de un lobo, y despejado. Pero las estrellas resplandecían con brillo y esplendor, no había una sola nube que cubriera la luna llena. Ambos seguíamos en nuestra hamaca.

–Si – Asegure, ladeando mi cabeza hacia la derecha. Edward estaba a mi lado, la luz de la luna hacia que su piel se tornara plateada, hermosa. Los hilos dorados de su cabello se movían con el sople del viento, y la luz, resaltaba a la perfección el brillo de sus ojos esmeralda, que me miraban con atención. Su mano se deslizo desde mi mejilla, hasta posarse en mi cintura. –¿Hace cuanto que me dormí? – Pregunte.

–La verdad es que no lo sé. Me dormí después que tu – Dijo jugando con mis cabellos, enrollándolos con sus dedos.

–¿Te desperté?

Se encogió de hombros

–Supongo, no lo sé. Ni siquiera recuerdo cuando me quede dormido, o si he dormido de verdad, ¿Quién entiende esto del sueño? – Luego, se le escapo una risa que trato de contener.

–¿Qué? – Pregunte con curiosidad, jugueteando con los cabellos de su nuca.

–¿Qué es lo que soñaste? – Inquirió con ojos divertidos.

–Muchas cosas raras. Había vampiros, y payasos. También estaban mis padres… y mariposas. Muchas mariposas. También me tropecé – No lo recordaba bien. Pero si tenía vagas imágenes. Yo y mis sueños locos. Ninguno tiene sentido.

–Ya –Rio de nuevo – Hasta en tus sueños eres torpe – Le pegue en el hombro con suavidad, sabiendo que solo lo dijo jugando conmigo.

–Humm… ¿Por qué no me has pasado a la cama cargando?

– Es que… Digamos que me he estado divirtiendo los últimos diez minutos. No parabas de reír, o gemir. Decías cosas como "Pelucas" o "Abejas"

–Qué vergüenza – Escondí mi rostro en su pecho y lo abrace. Odiaba que Edward me escuchara mientras me dormía, era lo más vergonzoso del mundo.

–También me llamaste – Comento en mi oído.

–¿Si? – Pregunte temerosa.

–Aja. No es la primera vez. Y me gusta, no te apenes – Agrego

–Ah – Me ruborice. ¿Qué más era capaz de decir en sueños?

–¿Quieres que te lleve a la cama? – Pregunto. Yo alce la cabeza y lo mire con sarcasmo y picardía, riendo internamente por lo que había dicho – Sabes a lo que me refiero. No le busques el doble sentido – Se retracto, apretando mi cintura a propósito, haciendo que me dieran cosquillas.

Me reí y luego le bese en la boca.


Edward me llevo a la escuela al día siguiente en su Volvo plateado. Ya que mi Pickup se puso chistoso, y no quería arrancar esta mañana, así que tuvimos que llevarlo al taller. Edward estaba feliz de llevarme hasta el instituto, y yo estaba de brazos cruzados en el auto, observándolo mientras conducía.

Cuando llegamos al instituto, los demás chicos ya estaban allí. Edward y yo éramos los que estábamos retrasados por haber llevado a reparar mi camioneta. Nos acercamos a ellos, y juntos entramos al instituto.

–¡Bella! Hoy estarás en dos clases conmigo – Comento Alice a mi lado– Historia y artística. Y Rosalie estará con nosotras en Educación Física.

–Genial – Asentí.

Más adelante, nos encontramos con los chicos con los que había hablado ayer. Ellos se percataron de mí, y me sonrieron.

Todos me saludaron con un "Hola"

–Chicos les presento a Ángela, Jessica, Mike, Erick, y Lauren – Dije señalando a cada uno. Alice les dio un "Hola " Entusiasta, Emmett asintió con la cabeza, y Edward les sonrió con educación. No necesite presentar a mi familia hacia los chicos, sabia claramente que todo el mundo los conocía.

–Un placer conocerlos – Hablo Ángela con una tímida sonrisa.

–Sí que es un placer – Agrego Lauren mirando a Edward.

Ok. Yo no era una mujer para nada violenta ni grosera pero.. En este momento lo que más deseaba en el mundo era arrancarle cada uno de sus cabellos. Digo, ¡Soy una mujer! Es lo más normal que este celosa. Aunque enojada, sería una descripción más acertada. Por supuesto, no lo estaba con Edward, ya sabía que tenía ojos solo para mi, y como lo agradecía. Pero eso no quería decir que no mantendría vigilada a Lauren desde ahora.

–Bueno, fue un gusto, nos vemos después – Dijo Alice tomándome del brazo, yo arrastre a Edward conmigo, Alice a Jasper, y Rosalie y Emmett simplemente nos siguieron.

–Que descarada – Critico Rosalie echando hacia un lado su melena rubia.

–¡Sí! Hubiera sido lo mismo que ver a un trozo de carne – Le dio la razón Alice con un bufido. Yo tenía los labios fruncidos en una muestra de desagrado, que se me fue imposible ocultar en ese momento.

–Me encanta cuando te pones celosa – Murmuro Edward al oído, y luego me dio un sonoro besito en la mejilla.

–No estoy celosa – Asegure, muy poca segura de mi misma. Yo y mi bipolaridad.

Edward me acompaño hasta mi próxima clase, Matemáticas. Se despidió con un beso -Un poco más largo- Y yo, completamente ruborizada entre a la clase bajando mi mirada, sin girarme a ver si alguien me observaba. Eso de ser la nueva estudiante era definitivamente un contra en mis expectativas.

Al igual que en el resto de las clases, me senté hasta el fondo. Y luego saque mi Ipod de mi bolso, Saque mi libro de "Romeo y Julieta" Que había leído un millón de veces, y decidí ignorar a todo mi exterior hasta que mi respectivo profesor llegara a dar la clase.

Una voz muy particular me dejo helada en mi asiento.

–¿Bella? – Saludo confusa. Y luego se acerco hasta mí, y no pude hacer otra cosa que alzar la mirada, para toparme, por supuesto, con la persona más inesperada que habría imaginado.

–Hola Kate – Conteste tragando seco. Ella me regalo una enorme sonrisa de reconocimiento.

–¡Bella! Que gusto que estudies aquí – Se sentó a mi lado.

–Sí lo mismo digo –Respondí entre dientes. ¿Por qué diablos solo había una escuela en Forks?¿No se pudo ir a estudiar a la reserva? Suspire, resignada. No es que odiase a Kate, no me caía mal. Pero ella lastimo a Edward, y eso de alguna manera me afectaba a mí también. Así que digamos que no estaba del todo confiada.

Durante el resto de la clase no paramos de hablar. No sé cómo era posible que Kate me cayera bien, trate de odiarla, pero no pude. Era amigable y agradable, además de que sabía hacerme reír y la note bastante responsable y atenta a las explicaciones del profesor. Se veía tan dulce y amigable que se me revolvían las tripas hasta lo más fondo. No logre odiarla, pero claro que si le guardaba algo de desprecio. Porque, ¿Cómo pudo ella lastimar a alguien como Edward, Una persona tan pura y tan buena? ¿Cómo pudo dejarlo ir? No es que me arrepintiera, ¡Dios! No sé qué haría yo sin Edward. No quería que volvieran jamás. Pero aun así no terminaba de entender que fue lo que impulso a Kate a tratar a Edward como lo hizo. ¿Egoísmo? ¿Desinterés? ¿Confusión? ¿O acaso simplemente, tal como yo la había escuchado, no quería atar a Edward en una relación de larga distancia? Sea como sea, de alguna manera le dabas las gracias. Porque, de no haber sido así, tal vez Edward y yo no estaríamos juntos.

Por supuesto, en ningún momento, mencione que estaba con Edward.

–Y dime Bella, ¿Eres amiga de los chicos? ¿O un familiar?

–Bueno, digamos que soy un poco de las dos cosas – Sonreí – Soy adoptada por Carlisle.

–Oh – Dijo sorprendida – ¿Y hace cuanto de eso?

–Desde Julio – Respondí, mientras garabateaba sobre mi cuaderno.

–Ya. Por eso me extraño verte en casa de los Cullen. Es raro que llevaran alguna amiga, aunque bueno.. Yo antes los iba a visitar…

–Ah – ¿Qué más podía decir?

–¿Y porque Carlisle te adopto a estas altura?

Y dale con la pregunta. Odiaba que me preguntaran eso.

–Bueno… Yo.. Mis padres fallecieron hace unos meses.. Y Carlisle era el hermano de mi padre. Así que me cuido – Me encogí de hombros, tratando de aparentar indiferencia.

–Oh. Lo siento. No debí preguntar.

–No importa – Me encogí de nuevo de hombros, y allí finalizo la conversación.

Cuando sonó el timbre para la siguiente clase, Artística, Kate me acompaño hasta allí, ya que a ella también le correspondía esa clase conmigo.

Alice ya estaba allí, por supuesto. Hablaba animadamente con Ángela, que estaba a su lado. Cuando se observo para mirarme, noto a Kate. La miro con intriga y sorpresa por un momento antes de cambiar la expresión, así que, con toda educación, le sonrió a mi vecina. Kate le saludo con la mano y fue hasta su encuentro.

No fue lo más cómodo del mundo. Alice y Kate hablaban sobre una revista de moda. Podía notar el esfuerzo que hacia Alice en que no se mostrara su evidente incomodidad ante Kate; Seguramente ella, al igual que yo, se sentía algo agobiada porque ésta había lastimado a su hermano. Pero aun así, en ningún momento se mostro desagradable.

.

Timbre del almuerzo. Ahora sí que venía lo peor. Que Edward la viera.

Salimos las tres juntas, yo casi no hable mucho durante el día, solo me limitaba a asentir y contestar con monosílabos. Y tal vez, decir una que otra oración para liberarme de la tensión. Cuando llegamos a la cafetería, visualice a Edward, Emmett, Jasper y Rosalie ya estaban sentados en su mesa habitual, charlaban animadamente mientras que Rosalie se encargaba de mirarse en un espejito de mano, mientras retocaba su cabello. Kate se paró en seco cuando lo observo, y luego se giro hasta nosotras.

–Este… Creo que nos vemos después – Dijo notoriamente asustada.

–De acuerdo, Hablamos – Se despidió Alice y me tomo del brazo, como siempre. Ladee la cabeza hasta Kate y asentí como despedida. Cuando nos acercamos a la mesa, Edward observaba a Kate mientras esta se sentaba en una mesa, de aparentes conocidas. Ya que todas la recibieron con un beso en la mejilla y con gran entusiasmo.

Me senté a su lado y le toque el hombro. Este volteo y me regalo mi sonrisa torcida.

Emmett comenzó a hablar sobre la broma que pretendían hacerle los alumnos al profesor de Salud, pero yo no le preste atención.

–Hola. ¿Estás bien? – Pregunte a Edward.

El me miro pensativo y confundido. Se encogió de hombros.

–Por supuesto. ¿Cómo te fue hoy? – Pregunto pasando por alto el asunto de Kate. Si él hacia eso, yo también haría lo mismo.

–Supongo que bien. Hoy tengo educación física – Torcí el gesto con desagrado. Retiraba lo dicho anteriormente, odiaba calculo, pero Educación Física….. Esa sí que era mi "Peor Pesadilla"

–Lástima que no podre estar allí para evitar que te caigas – Se burlo juguetonamente y yo rodé los ojos.

–Yo también.

Coloco su mano sobre la mía, que estaba descansando en la mesa. Recosté mi cabeza en su hombro y bostece.

–Tengo sueño.

–Yo no.

–¡Hey! Hellooo.. Estamos aquí – Se quejo Emmett agitando la mano, con una muy bien imitada voz de homosexual – Se que están en la etapa del amor y todo eso… Pero tienen familia, ¿Saben? ¿Es mucho pedir su atención siquiera durante la hora del almuerzo? Gracias, la gerencia – Finalizo.

Edward y yo reímos con ganas. Emmett era perfecto para sacarte una sonrisa.

–Ok. Emmett, tengo toda mi atención puesta en ti – Dijo Edward, observándolo atentamente de manera graciosa.

Reí más. Y luego se paso algo por mi cabeza.

–Oye Emmett, ¿No se supone que debas estar en la Universidad? – Pregunte con curiosidad. Emmett y Rosalie acababan de cumplir los 19 años. Ya deberían estar en la universidad, ¿No?

–Sí. Pero cuando nos adoptaron, decidimos estudiar junto con el resto de los chicos, para que siguiéramos parejo – Me aclaro Rosalie, y se encogió de hombros.

–¡Oh! Eso es muy dulce – Comente con ternura.

–Es mejor. Así entramos juntos a la Universidad, es posible que estudiemos en la misma – Intervino Alice con emoción – ¡Y tu también! Así que, iremos todos. Sera Genial.

Sonreí ante la idea. ¡Gracias a Dios, por que tuviera la edad de Edward! O casi.

La campana sonó y todos nos levantamos a regañadientes. Segundo día de clases, y apostaba un montón a que todo el mundo ya quería irse de aquí.

Camine junto Alice hasta la clase de Historia. Donde estaba con Jasper. Los tres nos sentamos al fondo y comenzamos a charlar animadamente. Luego de 20 minutos, nos anunciaron que el profesor no había podido asistir por problemas personales, y teníamos la hora libre.

Durante esa clase, Jasper y yo nos dedicamos a jugar domino. Uno que estaba guardado en el estante del salón, y que nosotros, sin la autorización de nadie, habíamos tomado y utilizado a nuestro antojo. Hasta el punto en que cuando nos fastidiamos de jugar, comenzamos a hacer torrecitas con los dominós, concursando por cual torre soportaba más tiempo sin caerse. Luego me instale en una conversación con Jasper sobre las posibilidades de que el mundo se acabara en el 2012 –Si que no teníamos nada que hacer – Por supuesto, ninguno gano. Ya que estábamos hablando simplemente para que el tiempo pasase rápido, aunque fuera relativo. Alice solo se dedico a mandar mensajes por su BB (N/A Blackberry) a Rosalie.

El timbre sonó y suspire de alivio y de terror a la vez. Alivio: Se acabo la maldita hora, Terror: Educación Física.

Edward me acompaño a esa clase, por supuesto. No se despegaba de mi cuando podía.

Una vez en el gimnasio, este me rodeo con sus brazos y me dio un beso sencillo en los labios, tomando en cuenta la presencia del profesor y del resto de los alumnos.

–Nos vemos más tarde.

–Aja – Respondí antes de darle otro efusivo piquito en los labios. El me sonrió y se dio la vuelta para retirarse.

Cuando me gire para hablar con el profesor, allí estaba Kate.

Me observaba, y las emociones eran más que evidentes en su rostro; Sorpresa, tristeza, decepción, y pasó a molestia. Luego las apaciguo, cuando se percato de que la miraba. Me acerque hasta ella mordiendo mi lengua con fuerza, de alguna manera, sentí pena por ella. Aunque de alguna manera se lo merecía. Aun así, supuse que le habrá sorprendido mucho el enterarse de esa forma.

–Hola – Le salude.

–Hola – Trato de forzar una sonrisa – No sabía que tu y Edward estaban juntos… – Su voz se apago hasta convertirse en un murmullo.

–Si… – No sabía que mas decir.

–Está bien. Sabía perfectamente que había posibilidades de que Edward estuviera con alguien cuando llegara.

No respondí. Me dirigió una mirada hostil e indiferente, se dio la vuelta y se fue sin despedirse. Para luego reunirse con sus amigas.

Rosalie y yo nos pusimos juntas en equipo para la clase de hoy. Íbamos a comenzar con Voleibol, mi peor tortura.

Después de finalizada la ya nombrada tortuosa clase de educación física, me dirigí derechito para la salida. Donde Edward me esperaba recostado sobre su volvo. Me acerque hasta él y le bese en la mejilla.

–Estoy muerta – Confesé metiendo mi mochila por la ventanilla trasera de su auto.

–Me imagino. Hoy también tuve educación física. Digamos que mi profesor es un poquito más estricto que el tuyo. Siempre, por casualidad, me asignan con él desde hace tres años. Creo que en parte el me mantiene en forma – Soltó una carcajada. Humm… ¿Eso explica lo bueno que está Edward? Si eso es así, ¡Por mi está bien!

Me reprendí internamente. Yo y mis pensamientos indecentes

–¿Nos vamos?

–De acuerdo – Respondí y Edward me abrió la puerta del Volvo. Me subí, y Edward rodeo el coche hasta llegar al otro lado. Una vez allí encendió el motor. Coloco su CD de Muse, y ambos nos sonreímos.

–Solo cuando se está aburrido…– Susurre y el extendió su sonrisa.

–Ahora lo estoy.

– Y no hay un buen contador de chistes…

–No soy Emmett– Ambos reímos, y comenzamos a cantar.

Edward arranco el auto. Y lo último que vi antes de voltear hacia mi ventanilla derecha, era la mirada de Kate sobre nosotros.


–Muy bien Jasper. Perdiste – Dijo Emmett con una sonrisa maliciosa.

Torcí el gesto, como si hiciese una mueca con la boca, y le lance una mirada envenenada.

–Tramposo. Jugaste sucio – Se quejo Jasper

–Una apuesta es una apuesta– Sentencio encogiéndose de hombros.

Jasper metió su mano en el bolsillo de su pantalón y saco su billetera, donde extrajo 50 dólares. Se los entrego a Emmett a regañadientes y este le sonrió con victoria.

–Sabia que al final terminaría recuperando mis 50 dólares – Dijo Emmett con aires de superioridad. Jasper rodo los ojos. Yo gruñí

-¿Saben que me caen mal? - Me queje prendiendoles fuego con la mirada.

-Vamos Bella. Ya te desquitaste, y creeme. Eso me dejara una marca - Dijo sobandose el hombro. Yo rode los ojos.

Se preguntaran que tengo que ver yo en todo esto. Y créanme que yo todavía me lo pregunto.

¿Qué era yo, más que una víctima de su vil apuesta? No tenía que pagarle a Emmett con dinero, pero si le tuve que pagar con algo peor. Mi orgullo.

Si. La apuesta era sobre mí.

¿Cuál era la apuesta?

¡Ser capaz de hacer sonrojar a Bella 8 veces en un día!

¿Y qué tal? ¡Emmett lo logro! Ha superado su propio record.

¿Cómo lo ha logrado?

Utilizando varios métodos de burla, haciendo que mi vergüenza y él se liaran para conspirar en mi contra.

¿Cuánto ha tardado?

No fueron más que seis horas. Ni siquiera fue un día completo.

A veces pienso que algo abre hecho en mi vida pasada. Tal vez hacerles males a las demás personas para ponerlas en vergüenza. Si, seguramente Dios se estaba desquitando y me mando de nuevo a la tierra para pagar el Karma.

¿Cuáles fueron los hechos?

Los más vergonzosos de mi vida.

Sonrojos numero 1, 2 y 3: Habitación de Edward.

¿Qué tiene de malo estar en la habitación de tu novio, demostrando tu amor, con unos simples besos y abrazos? Ninguno. Pero a Emmett le vale un comino. Así que, aquí vienen las primeras tres razones para querer ahorcarlo.

Edward y yo estábamos sobre su cama, besándonos, por supuesto. Mientras veíamos "Diario de una pasión". Pero al parecer ambos nos prestábamos más atención que a la misma película.

Emmett entro a la habitación, que estaba cerrada, interrumpiéndonos. Tenía una sonrisa pintada en su rostro, muy… No, bastante, sospechosa.

–Vaya. "El diario de una pasión" Perfecta película para despertar pasiones – Insinuó con un resoplido. Mi cara ardió. Numero uno, listo.

El sonrió ampliamente.

–Vete de aquí. Emmett –Gruño Edward, tirándole una almohada.

–¡Que malhumorado! ¡Solo entre a saludar! No creo que estén haciendo bebes tan pronto – Mi cara volvió a arder. Número dos, listo.

–Emmett…

–De acuerdo hermanito. Ya me voy – Camino hasta la entrada, pero de pronto se detuvo, y comenzó a hurgar algo entre su pantalón. Luego lo lanzo en el aire, y Edward lo atrapo en un ágil movimiento. Cuando abrió la mano para observarlo, sus ojos se agrandaron.

–¡¡Emmett!! – Grito antes de ir corriendo tras su hermano.

Recogí lo que sea que había tirado Edward al suelo antes de salir de la habitación persiguiendo a Emmett.

Era un condón.

Sonrojos numero 4 y 5: En la cocina.

Estaba hurgando entre la almacena algo para comer, simplemente porque soy una ociosa.

Emmett entro a la cocina, y de inmediato me puse alerta. A sabiendas que venía a fastidiarme.

–Hola Bella – Saludo indiferentemente. Si claro Emmett, y te creí.

Le mire desconfiada.

–Oye… Quería disculparme por lo que había hecho allá arriba. Fui bastante desconsiderado – Se disculpo con sinceridad. Y yo le creí. Error.

–¿En serio?

–Por supuesto. ¿Cómo se me ha ocurrido dejarles uno solo? Te he comprado un paquete – Y luego coloco un paquete de condones sobre la mesa de la cocina. La sangre inmediatamente se acumulo en mis mejillas, que se volvieron calientes.

–¡Emmett! – Grite enojada.

–¿Qué? ¡Oh! Lo siento. No se tus gustos. Aquí esta otro,– Y coloco otra caja en la mesa. Y decían "Con sabor a uva"

Me sonroje violentamente de nuevo. Y comencé a hiperventilar.

–¡EMMETT!

El se encogió ante mi grito y salió de la cocina gritando:

–¡No te preocupes! ¡Te daré otro en tu cumpleaños en caso de que se te acaben!

Sonrojo número 5 y 6: Piropos

Estaba montada sobre una sillita en el jardín, de puntillas, tratando de colocar un poco de semillas sobre un huequito de un roble, del árbol que estaba en el. Mañas mías. Me gusta alimentar a las aves, ya que aquí se ven muchas.

Alguien paso a mi lado y me dio una nalgadita. Yo me gire violentamente, para comprobar que se trataba de Emmett.

–Bella. Cuidado, que podrías traer zamuros – Insinuó alzando las cejas.

–¡Emmett! – Volví a quejarme cuando mi rostro se encendió.

–¿Qué? Es verdad. Esa pose está realmente sexy.

–¡Emmett!

–¡Dios! ¡Eres la primera chica que conozco que se molesta por un piropo! Deberías estar orgullosa – Dijo fingiendo exasperación y desconcierto. Me relaje. Hasta que a mitad del patio, yendo a la casa, se topo con Edward, que iba caminando despreocupadamente hasta nosotros –Deberías inscribir a Bella en clases de Yoga. Ha estado muy estresada últimamente – Le comento. Sacudió la cabeza con falsa molestia y se adentro a la casa. Edward me miro confundido y yo solo me salte a sus brazos, tratando de apaciguar las ganas que tenia de ir tras Emmett y arrancarle la cabeza.

Sonrojos numero 7 y 8: Una noche de películas.

–¿Qué tal si vemos Titanic de nuevo?– Pregunto Alice alzando la caratula, haciendo que pudiéramos apreciarla.

Emmett alzo la mano como si fuese un niño pequeño pidiendo permiso para hablar.

–¿Qué? – Pregunto Alice con una mirada rara. Dios mío, ¿Y ahora qué?

–¿La de Titanic tiene escenas para adultos? – Pregunto como si de un santo de tratase.

–Pues claro – Contesto con una obvia mirada.

–Ah – Contesto – Recomiendo que no la veamos.

–¿Y por qué no? – Pregunto posando sus pequeñas manos en cada lado de su cintura.

–Porque Edward y Bella puedan ponerse algo "Calientes", y arruinaran nuestra noches de películas.

Lo mire con ojos como platos, y gruñí, mientras mi cara se coloraba.

–¡Emmett! – Gritamos Edward y yo a coro. Iba a terminar quedando ronca de tanto gritar su nombre. Rosalie y Jasper comenzaron a reír sin parar. Y Alice le miraba con los ojos muy abiertos.

–¿Qué? ¡Es la verdad! – Como si lo que vi en la habitación no fuera nada.

–¿Qué paso? – Pregunto Alice dirigiéndose a mí, atenta a mi respuesta.

No pude responder.

–Emmett está exagerando, Alice. No hemos hecho nada – Me defendió Edward lanzándole una mirada envenenada a su hermano.

–Pero lo harán. Así que me tome la molestia de regalarle a Bella algo de protección. Pero… Bella, ¿Cuándo quieres que te diga cómo usarlos?

¿Es posible sentir el rostro más caliente? ¡Seguro parecía un tomatico!

No le grite. Pero trate de respirar para calmarme… ¿Qué he hecho para merecer esto? ¿Por qué ahora la agarro conmigo?

Mi ira se apodero de mí. Y no pude controlarme. Cuando abrí los ojos, estaba que echaba chispas. Emmett se sorprendió y encogió ante mi mirada.

–Sera mejor que corras – Le amenace, sin una pizca de burla.

Emmett salió corriendo, y no sé como fui más rápida que él y lo alcance. Encaramándome en su espalda, empujándolo, haciendo que ambos nos adentráramos en la cocina.

–Estas me las pagaras, Emmett – Le dije antes de morderle en el hombro con toda la fuerza que pude. El jadeo con fuerza.

.

Sonrei al recordar eso. Definitivamente, esperaba que ese mordisco le haya dejado una marca muy, muy permanente.


¿Les gusto?

Ok. Les digo, no tienen idea de como disfrute escribiendo este capitulo. Y como rei, mientras las ideas venian en olas a mi cabezita perversa. Lo de Emmett fue a ultima hora, ni siquiera estaba planeado. Pero cuando la idea se me vino encima, no pude negarme. ¡Creanme que no! Incluso... ¿Pueden creer que incluso me sonroje escribiendo este cap? ¡Dios! Jajaja!
Ok. Lo de Kate... ¡Sip! seguira fastidiando. No es mala, Aclaro de una. Pero no es inocente tampoco. Por el momento estara quieta. Pero luego se nos pondra malcriada xD
Saludos, y nos leemos pronto

Capítulo 14: Mi Familia Capítulo 16: Rapunzel Parte I

 
14439257 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10757 usuarios