Gracias a las Estrellas.

Autor: 012Victoria210
Género: General
Fecha Creación: 19/01/2010
Fecha Actualización: 27/09/2013
Finalizado: NO
Votos: 58
Comentarios: 180
Visitas: 224739
Capítulos: 36

TERMINADO

Tras un accidente, Bella se ve en la necesidad de acudir a la familia de Carlisle. Los Cullen, quienes seran en adelante su nueva familia. Alli se enamora, y aprende el significado de la frase "Sigue Adelante"  

Las cosas no siemore son como uno las planea. El destino es el que baraja las cartas, y nosotros somos los que jugamos. La vida podrá tener sus momentos alegres y cálidos, pero tambien dias tristes y no deseados.

"Yo jamás podre saber lo que el destino me deparará, pero hay algo de lo que estoy completamente confiada: El amor, todo lo puede"

Bella Swan

"Fruta Prohibida", en LunaNuevaMeyer

http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=575

http://www.fanfiction.net/u/2218274/

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 13: Rabietas

Hola! He vuelto muajajaja. ¡Estoy segura de que no querran mandarme a toda la guardia Vulturi en este capitulo! asi que pueden estar relajadas xD

P.D: Si estan paradas, sientense. Y si estan sentadas, preparence para lo que viene :O


Rabietas

—Isabella Marie Swan, mas te vale que este auto no haya sufrido ningún daño mayor, o te las veras conmigo – Me amenazo Alice, cuando yo estaba entrando por el umbral de la puerta con brazos cruzados, como un gatito regañado

—Lo siento Alice. No te preocupes, no le ha pasado nada – Asegure

—A la mierda. Esa cosa que tienes como teléfono no sirve para nada. ¿Tienes idea de la angustia que pasamos cuando vimos lo de la colisión? Casi nos da un ataque – puntualizo enojadísima

—¡Bells! – me llamo Emmett desde las escaleras. Bajo rápidamente y me tomo en brazos, soltando leves carcajadas — Cómo se nota que no se te puede dejar sola, te amarrare a la pata de la mesa – Luego comenzó a hacerme cosquillas alrededor de las costillas y del estomago. Use mis manos como protección, mientras comenzaba a soltar las primeras carcajadas.

—Emmett, ¡Bájame! – suplique, tratando de esquivar sus hábiles manos. El me deposito en el suelo con suavidad y despeluco mis cabellos.

—Genial, ahora soy una niñita – Me queje cruzándome de brazos

–Pues te comportas como una – Me regaño Rosalie, la cual no me di cuenta del momento en el que había llegado hasta nosotros —¡Estábamos a punto de ir a buscarte! ¡Y eso sería asesinar a mi auto! – Frunció el ceño en una falsa muestra de enojo.

—Qué bueno que no se te ocurrió – Torcí el ceño. Daba dolor el solo imaginar al espectacular BMW de Rosalie, recorriendo las extensiones de las arenas movedizas que se empezaban a formar alrededor de todas las carreteras de Forks. Ya que, a pesar de que ayer haya sido la inundación, aun lloviznaba.

—Como sea. ¿Dónde está…? – Respire hondo – ¿Edward? – pregunte

—Ha salido con Jasper– Me respondió Rosalie

—¡Bella! Cariño – Esme se mostro bastante aliviada cuando me observo intacta, y se acerco hasta mi para darme un fuerte abrazo - ¿Estás bien? – Pregunto preocupada

—Sí, lo estoy, no te preocupes, gracias. ¿Dónde está Carlisle?

—Se ha tenido que ir al hospital. Parece que hubo algunos heridos por la tormenta de ayer – aclaro Esme acariciando mis cabellos

—Oh.

Ok. Estaba a salvo por un momento. Tenía tiempo de des estresarme hasta que Edward llegara. ¡Qué fastidio era discutir con él! No me gusta. Y no es la primera vez que tengo que calarme sus sermones. Pero yo sería igual de lista que el. Si él podía regañarme por mis actos precipitados de rebeldía, entonces yo podría reclamarle todo lo que había sucedido, inclusive, lo de Kate.

Sería una lucha pareja

Edward

—Jasper, ¿Podemos hablar un minuto? – Jasper abrió la puerta de su habitación y me invito a pasar, yo camine hasta su cama y me recosté, cubriendo mis ojos con mi brazo izquierdo.

—¿Qué sucede? –Pregunto. Esto no era ninguna novedad. Podría decirse que Jasper era una especie de Psicólogo de la familia, cada vez que alguno de nosotros estábamos en medio de una duda o preocupación, íbamos hacia Jasper. Era la persona perfecta para aconsejarte sobre la situación y hacerte reflexionar. Y no era la primera vez que necesitaba desahogarme con Jasper. Este se sentó a mi lado y me miro atentamente.

—Es Bella – puntualice.

—Ok. ¿Qué paso entre los dos? — ¿Por qué no me extrañaba que fuera tan perspicaz?

—Nosotros… Bueno. Veras, yo la… la he besado – confesé

—¿Y…? – me incito a continuar.

—Bueno. ¡Demonios! ¡No sé qué es lo que pasa! Todo se confundió entre nosotros y ella se alejo. He querido hablar con ella, ¡Pero entonces llego Kate! ¡Y estoy seguro que eso lastimo a Bella! Y cuando quiero buscarla, me entero de que se fue a la Push sola en el auto de Alice, ¡Y para colmo se queda allá una noche! ¡Y para colmo no contesta el maldito teléfono! Ese chico Jacob no me agrada para nada… No lo quiero cerca de ella, no me fio de el. Los nervios me han comido desde que se fue – Lo solté todo de una. Y sentí como una pequeña fracción del peso que sentía, se retiraba. Jasper no me interrumpió ni una vez desde que abrí la boca, se dedico a asentir y a prestar atención. Una vez finalizada mi estúpida charla, Jasper hablo.

–Estas celoso – Diagnostico. Lo mire incrédulo

–¿Ce-celoso? – Titubee frunciendo el ceño.

–Eso parece. Edward. No creas que no me acuerdo de lo que paso en la Push. Es más que claro que no quieres a Jacob cerca de ella.

Lo medite durante un momento. ¿Celoso de eso? ¿Celoso de que Bella ría junto a alguien más, o que tome la mano de otra persona que no sea yo?

Si, estaba celoso.

Asentí con la cabeza.

—Y se que también estas preocupado, incluso yo. Bella está confundida. Solo debes darle tiempo, el ir hasta la Push fue su manera de liberarse del asunto. Espera hasta que llegue y podrán aclararlo todo – Aconsejo

—Lo sé. Pero es inevitable preocuparme. Es que es tan despistada y frágil, y ha pasado por tanto… Que tengo miedo que algo más le pase – Aclare suspirando.

—Bueno, es cierto que es muy propensa a accidentes. Pero debes calmarte. Estoy seguro de que ella estará enojada contigo en estos momentos.

—Lo sé – Cubrí mi cara con mis manos, frustrado.

—¿Por qué no damos un paseo? Eso siempre ayuda a relajarme – Sugirió levantándose de la cama. Yo imite el movimiento y le seguí.

Ambos salimos al exterior, donde todo se encontraba fangoso y húmedo. El roció en las hierbas y los arboles del bosque era notorio, aun lloviznaba un poco, pero eso no me importo en lo absoluto, no me enfermaba con mucha frecuencia. Podía escuchar el sonido de los animales, y Las aves estaban en busca de nido, volando de copa en copa, hasta posarse en un lugar permanente de alguna extensión de los enormes robles de pinos que nos rodeaban. Nuevamente, el cielo estaba encapotado y grisáceo, dándole la sensación del clima original que siempre presentaba Forks. Los débiles rayos del sol escondido se colaban por las espesas nubes que cubrían el cielo, pero sin suficiente calor como para opacar el frio que nos envolvía. Caminamos durante un largo rato, en el que ninguno dijo palabra. Jasper era un tipo paciente y calmado, fiel y amigable. Su sola presencia era relajante, algo que, era completamente al contrario con Emmett. Estábamos caminando por la carretera, cerca del bosque.

—Jasper. Tenías razón, esto me distrae – Le di la razón, pateando una pequeña piedra en mi camino.

—Siempre hago esto cuando necesito relajarme. O porque simplemente me gusta, la naturaleza es calmante.

—Si… - La lluvia comenzó a caer más fuerte, cosa de la que ambos nos percatamos.

—Volvamos – Dijo sacudiendo sus cabellos. Ambos dimos marcha atrás a nuestra caminata, y emprendimos el camino de regreso.

Cuando llegamos. El Porshe de Alice estaba estacionado en el aparcamiento de nuestra casa. Inhale y exhale hondo. Camine hasta la entrada, que estaba abierta, junto a Jasper. Este me lanzo una última mirada de apoyo y se fue escaleras arriba. Rosalie estaba recostada sobre el enorme mueble de la sala, leyendo una revista. Aun no se había percatado de mi prescencia.

—¿Dónde esta Bella? – Le pregunte a Rosalie. Esta se giro a mirarme y se mordió el labio inferior.

—Está arriba. Acaba de llegar.

Bella

Me dispuse a no pensar en ello. Una vez que salí de la ducha, me vestí con unos pantalones de mezclilla y una camisa ancha con un estampado floral. Cubrí la camiseta con un suéter café de cierre, y peine mis cabellos. El clima de Forks había vuelto a la normalidad, o tal vez fuera el calentamiento global lo que alteraba el estado del clima que Forks presentaba, y realmente agradecía aquello, ya que había podido disfrutar de unos cuantos días con las vitaminas que me proveían los rayos ultravioletas que el sol me brindaba.

Una vez que me perfume con mi colonia suave con aroma a fresas, al igual que mi Shampoo, me senté sobre el tocador para observar mi rostro con detenimiento. Se encontraba algo sonrosado por el bronceado, pero no era del todo notable. Mi cabello estaba más liso que de costumbre, supuse que por el enjuague especial que me regalo Alice. Con un nombre bastante cómico, pero no menos realista "Domador de Fieras" decía en la parte de abajo del enjuague. Sonreí para mí misma, imaginándome al embase como un domador profesional de animales salvajes, y yo, el León. Mi cabello podría parecer pelo de León al despertarme en las mañanas.

Una puerta al abrirse me distrajo de mis pensamientos.

Desde el reflejo del enorme espejo del tocador que tenia al frente, pude observar a quien estaba esperando desde hacia tiempo ya. Edward se encontraba en el umbral de la puerta, con una expresión serena. Se adentro a la habitación cerrando la puerta a su paso. Inhale hondo, y suspire liberando el oxigeno. Me di la vuelta para verle la cara de frente. Y me sorprendió ver su calmada expresión.

Su perfecto rostro -Si, por más enojada que estuviera con él, no podría dejar de admirar su belleza- Estaba serio, pero no note ninguna muestra de enojo. Solo simple seriedad, atención, e indiferencia. Yo esperaba algo peor… Pero aun así, me mantuve firme. Conociéndolo como lo conocía, sabía perfectamente que lo que paso no lo pasaría por alto.

–Bella…. – Comenzó y vacilo por un momento - ¿Cómo te fue en la Push? – Pregunto. Yo alce las cejas con sorpresa

¿Enserio Edward me acaba de preguntar aquello?

–¿Qué? – Indague, sin poder creérmelo.

Edward me miro confundido.

–Digo… ¿No me regañaras por haberme ido a la Push sin decírtelo? ¿Ni por no contestarte el teléfono? – continúe. Edward se mordió el labio inferior.

–Bueno. Créeme que es lo que más deseo en este momento. Pero no tengo porque regañarte. No quiero pelear contigo – Suspiro – Pero aun así Bella… Por favor, te lo suplico, no me vuelvas a hacer esto. He estado con los nervios a flor de piel desde que te fuiste.

–Lo siento. Pero es que no lo soportaba – Confesé bajando la mirada. Aun enojada

–Cuéntame – pidió

–Kate – respondí con una fría mirada – Quiero que me lo digas todo. Estoy harta de esto

Edward torció el gesto. Y yo me senté en la mesita del tocador y me cruce de brazos. Ambos nos miramos por un largo momento.

–Kate fue mi novia. Duramos alrededor de cuatro años. Y podría decirse que estaba muy enamorado de ella. Pero su padre ha conseguido otro empleo en Canadá, así que tuvieron que marcharse – hizo una pausa – recuerdo cuando se fue. Le rogué, le suplique que se quedara, pero no podía tomar decisiones por ella, eso no estaba bien. Le dije que al menos podríamos intentarlo, aun estando a una larga distancia. Ella dijo que no. Que era mejor separarnos. Su frialdad me dolió, así que no insistí por el momento. Luego de eso no me contesto las llamadas durante tres días. Y, cuando quise ir a su casa a visitarla y hablar con ella cinco días después, ya se habían marchado. Se fue, y no se despidió. Cambio de teléfono, y nunca más pude contactarme con ella - En ningún momento, durante el discurso, aparto su mirada de la mía – Una prima llamada Irina vivía en Canadá, casualmente, en una plaza, la vio tomada de la mano y besándose con un tipo llamado Felix. El estudia con Irina, así que esta lo reconoció al instante. Me advirtió, y como me dolió –frunció el ceño– Nunca más me contacte con ella. Hasta ahora, que ha vuelto.

Lo entendí todo, por supuesto. Edward estaba enamoradísimo de esa chica. Y yo no podía hacer nada al respecto.

Explote.

–Edward, no te entiendo, si tanto la quieres aun... ¿Por qué me besaste? – Le reproche, enojada, estresada, levantándome del asiento, cerrando mis puños y acercándome, hasta quedar justo en frente de el –Digo… ¿De qué crees que soy, de piedra? ¡Me besaste! ¡Y no te importo en lo absoluto lo que sintiera por ti! Me besaste, solo producto del momento, estoy segura… y….¿Crees que no me hirió que no te despegaras de Kate durante la tarde de ayer? ¡Qué injusto es esto! – Edward me miraba noqueado. La expresión de su rostro era lo cosa más rara que había visto, no podía saber qué es lo que pasaba por su cabeza.

Luego de eso, me quede de piedra, cuando Edward comenzó a reír. Reía, se carcajeaba, y miraba hacia el techo mientras seguía riendo sin parar. Mi enojo aumento a escalas mayores.

–¡Demonios Edward! ¿Acaso crees que esto es gracioso? Creí que te conocía, pero veo que no es verdad – Podía sentir las lagrimas cumulándose en mis ojos, dispuestas a salir - ¡Creí que eras noble! Pero solo eres un… - No pude terminar, porque sus labios acallaron los míos de manera muy efectiva.

–Oh, cállate – Musito contra mis labios, para después besarlos nuevamente.

En ese momento, toda muestra de enojo, toda muestra de desesperación o de irritación, se redujeron a polvo. No podía pensar con coherencia, no podía consentir ningún pensamiento con sentido, lo olvide todo, olvide hasta porque estaba enojada con él. Es que, ¿Cómo pensar, el solo pensar, con Edward besándote de ese modo? No lo rechace, me quede quieta, tratando de que mi cerebro funcionase, que se conectaran las neuronas entre sí. Y por fin, luego de unos segundos que parecieron eternos, mi cuerpo reacciono. Mis brazos, como si tuvieran vida propia, se enrollaron alrededor de su cuello, y comencé a mover mis labios contra los suyos, deleitándome de la sensación, gozando del contacto de sus labios contra los míos, la cosa más maravillosa del mundo. Mi corazón palpitaba descontrolado.

De alguna manera, considere este como mi primer beso. Porque lo sentía, podía sentir verdaderamente todo el amor que sentía por él, y, pareciese que él me transmitía el mismo sentimiento a través de ese beso. Una parte de mi me advertía que no me fiara, que esto no significaba lo que creía que era. Pero la otra parte de mí le gritaba: Cierra el pico.

No podría decir, cuánto tiempo estuvimos besándonos. Solo reaccione cuando sentí una superficie solida y fría en mi espalda. Era la pared. Y, cuando Edward separo mis labios de los suyos, mi respiración era irregular. No abrí los ojos, no quería que la magia se acabara.

–Hay Bella… -Susurro, besando mi mejilla con extrema dulzura.

–No… Entiendo – Fue lo único que pude decir, y me estremecí al sentir la punta de su nariz deslizarse por la extensión de mi mandíbula, para bajar a mi cuello.

–Bella. Creo que ha habido un malentendido.

–¿Mmm? – musite. Tratando de calentar mi cerebro, que se encontraba congelado.

–Yo no siento nada por Kate – Me explico. Yo fruncí el ceño, confundida. No pronuncie palabra.

–¿Qu-que? – Pregunte estúpidamente.

–No estoy enamorado de Kate. Tal vez en un pasado, o algo parecido al amor fue lo que sentí. Pero ahora ya no siento nada – Aclaro, y luego alzo la cabeza para mirarme, y acaricio mi mejilla con su mano.

–No… - susurre. No la quería, me lo estaba diciendo.

–Bella… Lamento haber herido tus sentimientos –Se disculpo.

Ósea, si se disculpaba, quería decir que se disculpaba por besarme. Entonces… el no sentía lo mismo que yo... ¿O sí?

Estaba hecha un lio.

–Dios Edward. Aclárame esto, porque no entiendo nada – Suplique. Edward soltó una risita.

–¿Por qué te niegas a ver lo que está frente a tus ojos? ¡Eres tan necia! – exclamo

No le respondí. Y sentí un hormigueo cuando sus brazos rodearon mi cintura y me apretaron contra él. Su aroma dulzón embargo todos mis sentidos.

–Te quiero – Mustio, besando mi frente. Y luego apoyo su frente sobre la mía, mirándome directo a los ojos. Por un momento, me perdí entre la belleza de sus esmeraldas. Que me miraban con amor. Si. Me miraban con amor.

Mi corazón se paralizo por un momento, y las mariposas acumuladas en mi estomago se alborotaron, cuando pude relacionar el significado de sus palabras.

–Te quiero – repitió como quien no quiere la cosa, y presiono sus labios dulcemente contra los míos, para luego separarlos.

Mi corazón se acelero alarmantemente. Y mi mente sufrió algo así como un derrame cerebral.

–Respira, Bella – Dijo. Y así lo hice, no me había dado cuenta de que había estado reteniendo el oxigeno en mis pulmones.

–Tu… - No pude seguir hablando. Mi cuerpo me lo impedía.

–Bella. Eres lo más especial que he tenido – confeso acariciando mis cabellos. Aun me encontraba atrapada entre su cuerpo y la pared, posición la cual no me molestó para nada. Se separo solo un poco de mi, para mirarme a los ojos – Pero quiero que me digas algo – Susurro muy cerca de mi oído, me estremecí - ¿Cuáles son tus sentimientos hacia mí? – Pregunto.

Estaba segura que mi cara era del color de un farolito.

–Creo que lo sabes– Fue lo que respondí, ruborizada y apenada.

–Me gustaría escucharlo de ti – respondió y beso el lóbulo de mi oreja. Si seguía haciendo eso, me derretiría y me esparciría por todo el suelo. Estaba segura que estaba tratando de deslumbrarme para sacarme lo que quería escuchar.

Me arme de valor. Si él decía que me quería, yo no tendría motivos para decirle lo contrario.

–Yo… - Titubee, cuando acerco su rostro hacia el mío, y sus labios quedaron a solo milímetros de los míos – Yo te quiero, Edward – Pude captar que sonreía contra mis labios, y luego de eso, los ataco con otro inesperado beso que me saco el aire.

El beso fue dulce, tierno, no fue rápido, ni lento, fue apasionado, pero a la vez casto, no fue largo, ni corto, no fue desesperado, ni fue simple… fue… Sencillamente, el beso perfecto. Como si hubiésemos practicado desde hacia muchísimo tiempo atrás, como si nuestros labios se reconocieran desde siempre.

Una pequeña ráfaga de viento me llamo la atención.

–¿Edward? – Pregunte contra sus labios, aun aturdida.

–¿Mmm? – Musito

–¿Has dejado la puerta abierta? – Pregunte aun sin abrir los ojos. La verdad ni si quiera eso lo recordaba.

–No… - Se separo un poco de mí y me miro a los ojos, luego poso su vista en un punto a mis espalda, hacia el espejo, y torció el gesto.

Seguí la dirección de su mirada, y entonces lo vi. Al voltear el rostro, mi rubor fue tanto, que estaba segura que se subiría mi presión.

Quite la vista del espejo y me dedique a contemplarlo por mí misma. En efecto, la puerta estaba abierta hasta el tope, y Rosalie, Alice, Emmett y Jasper, estaban con sus cabecitas asomadas, y una sonrisa de felicidad y suficiencia, observándonos a nosotros con extrema curiosidad y nada de pudor.

–Continúen, hagan como si no estamos aquí – Dijo Emmett agitando la mano.

–¡Emmett! –Exclame ocultando mi rostro en el pecho de Edward, completamente avergonzada.

–Ya ya... Que falta de respeto, Dejémoslos solos – Exigió Jasper risueño, empujándolos a un lado.

–¡Pero si la cosa ya se estaba poniendo interesante! – Se quejo Emmett como niño pequeño.

–Jasper ¡Tu también estabas viendo! ¡Así que no digas mucho! – Reprocho Rosalie dándole un golpecito en el hombro.

–¡Un momento! – Grito Emmett – Bella... ¿No quieres que llame a la ambulancia por si acaso…?

–¡¡Emmett!! - Gritamos Edward y yo a coro.

El esbozo una enorme sonrisa dando a entrever sus relucientes dientes, y nos guiño un ojo. Salió de la habitación cerrando la puerta.

–¡Dios! ¡Que vergüenza! – Exclame completamente sonrojada. Edward rio y beso mis cabellos - ¿Cómo no nos dimos cuenta?

–Supongo que estábamos muy entretenidos en otra cosa – Respondió pícaramente. Yo le di un golpecito en el brazo.

–Auch Bella. ¿Sigues en tus clases de boxeo? – Pregunto sarcásticamente


–Ok. Nos lo contaras todo, con todo lujo de detalles. Y no se te ocurra tratar de escaparte, porque no valdrá la pena – Me amenazo Rosalie. Por supuesto, no me salvaría del profundo interrogatorio realizado por mis muy curiosas amigas. Alice y Rosalie estaban sentadas como indiecitas en la suave cama con colores pasteles que poseía Alice en su habitación. Yo estaba en frente de ellas, en la misma posición, jugando distraídamente con el anillo de mi mano derecha, tratando de hacerme la loca.

–¿Qué quieren saber? – Dije resignada

–Primero que nada, ¿Qué te dijo por lo de tu perdida? – pregunto Alice.

–Eso fue lo más extraño. No me regaño, yo me esperaba un Tsunami. Pero resulto ser de lo más calmado, no sé qué bicho le habrá picado. Pero me alegro de eso, no quería discutir con el

–¿Cómo llegaron a aclarar todo? – Inquirió Rosalie

–Le pedí que me contara lo de Kate. Y me lo dijo todo. Pero… - Vacile – Supongo que yo empecé a reclamarle por culpa de mis estúpidas inseguridades. Y él solo me beso, una vez terminado mi monologo, creo que ni siquiera me dejo terminar – confesé ruborizada

–Oh. De eso si nos dimos cuenta. Desde el piso de abajo se escuchaban tus gritos. Y cuando escuchamos que se detuvo de repente, decidimos subir a ver si te habías golpeado la cabeza –Alice desvió la vista a asintió con la cabeza cómicamente. Mentirosa

–Si claro Alice – dije con sarcasmo - Ustedes son tan preocupados todos, subieron y abrieron la puerta minuciosamente, sin hacer ningún ruido, solo para ver si no me había "golpeado la cabeza" – Hice dos comillas con mis dedos.

Rosalie y Alice sonrieron.

–Uno nunca sabe… - Murmuro Alice

–¿Y besa bien? – Pregunto Rosalie, alzando las cejas con picardía.

¿Por qué que el "Besa bien" nunca falta?

–Pues… - hice una pausa y mordí mi labio –Sus besos están de muerte– Confesé, los besos de Edward son capaces de producir un desmayo.

–Pues claro. Ese don lo heredo de mi – Dijo Alice con suficiencia

–Alice, Edward es mayor que tu, así que tu lo heredaste de el – Le corregí.

–Bella, ¿Por qué siempre me la cortas? Él lo heredo de mi y punto –Dicto cruzándose de brazos.

Entonces caí en la cuenta de algo.

–¡Un momento! Cuando dijeron que todos escucharon mis gritos, quiere decir ¿"Todos"? – Pregunte alarmada.

–Bella, todos los escuchamos – Alice frunció el ceño – Incluso mama.

–¡Ah! – Cubrí mi rostro con las manos. ¿Cómo le explicaría eso a Esme? Definitivamente yo no servía para esas clases de conversaciones. Y no seria para nada una conversación del tipo "Madre e Hija"

Mordí mi labio inferior con fuerza ante el pensamiento. Hace tanto que no tenía una conversación madre e hija…

–No debes preocuparte por Esme. Aunque no lo creas, ella también tenía ganas de subir y ver – Me guiño el ojo y yo me ruborice mas.

–Y.. ¿Dónde está ella ahora? – Cuestione con nerviosismo.

–Salió – me relaje –Volverá junto a Carlisle en la noche. Parece que van a cenar afuera.

Ok. No me acordaba de Carlisle, así que, si quiero hablar con Esme y aclararle lo que paso en la tarde, Carlisle también tendría que saberlo. Ambos venían en paquete.

Me reí ante lo absurdo de la idea ocurrida.

–Supongo que hablare con ambos. Le debo una explicación a Esme

–No te estreses – Me sugirió Rosalie – Mama no es del tipo gruñona, para nada. Venos a todos, estoy segura de que ella sabe que yo durante las noches me paso para el cuarto de Emmett para…

–¡Suficiente! – Exclame con una cara de horror, y un rostro de tomatico. Ambas soltaron unas encantadoras risitas

El solo hecho de pensar en la insinuación de Rosalie sobre la poca molestia que tendría Esme en que Edward y yo hiciéramos Eso me daba escalofríos.

¡Pero estas chicas sí que no tenían pudor!

–Mmm… ¿Saben qué? Creo que iré a echarme una siesta. Estoy cansada.

Me largue hasta mi habitación y cerré la puerta. Me recosté sobre la cama y suspire… ¡Como habían cambiado las cosas en tan corto tiempo! Pase de ignorar a Edward, de sentir celos, de sentir coraje hacia él, hasta por fin recordar lo mucho que le quería.

Alguien toco la puerta.

–Adelante

La persona quien ocupaba mis pensamientos durante la mayor parte del día, se adentro en la habitación y cerró la puerta. Me regalo mi sonrisa favorita y se sentó a mi lado.

–Hola – saludo

–Hola…

–¿Qué tienes? Esta sonrosada – acaricio mi mejilla, y eso provoco mas sonrojo de mi parte.

–Es… solo que… te-tengo que hablar con Esme

–Oh. – Respondió este –No te preocupes por mi madre, estoy segura que no le molestara lo nuestro

"Lo nuestro" sono tan bien que fue inevitable sonreír.

–¿Dónde estabas? – Pregunte con curiosidad. Después de que los chicos nos pillaran besándonos, Alice y Rosalie me arrastraron para formular el interrogatorio, y no pude ni siquiera echar una mirada hacia atrás para verificar la expresión de Edward

-¡Te la devolveremos en un rato! – Había dicho Alice.

–Estaba con Emmett y con Jasper – se encogió de hombros.

–¿Qué te dijeron? – Pregunte con burla. Sabía que Emmett y Jasper no eran Rosalie y Alice, así que sería interesante saber sobre las conversaciones de los chicos.

–Bueno. Jasper había sospechado algo, y no me sorprende. Y sobre Emmett…. Créeme, no querrás saber que fue lo que me dijo.

–Oh.. – comencé a reír. No sabía que le habría dicho, pero conociendo a Emmett como lo conozco, sospechaba más o menos.

–¿A dónde fue Kate? – Pregunte. Edward descompuso un poco su expresión.

–Se fue a casa luego de que te fueras. Seguramente seguirá visitando a Alice. Aunque es lo menos probable, tomando en cuenta como están las cosas.

–Hummm… Ya – respondí, mordiendo mi labio inferior.

–Bella, deja de hacer eso – me regaño

–¿Qué cosa?

–Provocarme. Aunque eso sea inconscientemente

Y luego se agacho para besar mis labios.


Hola Gente bonita! ¿Me quieren o no me quieren? ¡Espero que si porque yo si los quiero! xD
No se ustedes, pero segun yo... Me bote con este cap ( Y no es por lucirme ) Pero es que me encanto el resultado. Tomando en cuenta que yo no soy muy buena para eso de "Reconciliaciones" xD
Y ya entramos a Semana Santa! ¡Al fin podre descansar de los profesores que no me dejan en paz! Tengo tooda una semana libre, y me reincorporo a clases el 6 de abril. Asi que, tengo rato de sobra para ponerme a actualizar todos mis Fics, y escribir para mas caps nuevos de este fic.
Ok, no hablo mas. espero les haya gustado el cap, si es asi, diganmelo. Si no les gusto algo, tambien diganmelo.
Se les quiere. Cuidense, y pasen una boniita semana
Vicky

Capítulo 12: Colision Capítulo 14: Mi Familia

 
14439183 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10756 usuarios