Gracias a las Estrellas.

Autor: 012Victoria210
Género: General
Fecha Creación: 19/01/2010
Fecha Actualización: 27/09/2013
Finalizado: NO
Votos: 58
Comentarios: 180
Visitas: 224757
Capítulos: 36

TERMINADO

Tras un accidente, Bella se ve en la necesidad de acudir a la familia de Carlisle. Los Cullen, quienes seran en adelante su nueva familia. Alli se enamora, y aprende el significado de la frase "Sigue Adelante"  

Las cosas no siemore son como uno las planea. El destino es el que baraja las cartas, y nosotros somos los que jugamos. La vida podrá tener sus momentos alegres y cálidos, pero tambien dias tristes y no deseados.

"Yo jamás podre saber lo que el destino me deparará, pero hay algo de lo que estoy completamente confiada: El amor, todo lo puede"

Bella Swan

"Fruta Prohibida", en LunaNuevaMeyer

http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=575

http://www.fanfiction.net/u/2218274/

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 14: Mi Familia

¡Bella! ¿Estás lista? – Me llamo Edward, mi novio -Si, me encontraba más que contenta con esa denominación, y casi salto de la alegría cuando me lo propuso oficialmente- Desde el otro lado de la puerta

–¡Dame un momento! – Respondí mientras acomodaba con impaciencia mi blusa manga larga color vino tinto –Regalo de Alice en otras de sus "Sesiones de compras" – Y me dedicaba a arreglar la maraña en mi cabeza a la que se le denominaba cabello.

–De acuerdo, no tardes mucho – Notaba a Edward… ¿Ansioso?

Descarte la idea restándole importancia, mientras continuaba desenredando mi cabello. En mi mente acudían varios recuerdos de lo que había sucedido en el último mes, y sonreía para mis adentros a todos ellos. Por supuesto, no podía olvidar las miles de veces que Emmett se burlo de mí por mi cara ruborizada cuando Esme y Carlisle aparecieron por esa puerta, sonrientes, luego de su cena romántica, el día en que Edward y yo revelamos nuestros sentimientos hacia el otro. Incluso aun me ruborizo al recordar el momento. Recordaba perfectamente cada detalle

.

–¡Chicos! Hemos llegado – Había gritado Esme desde el piso de abajo. Yo mordía una de mis uñas con nerviosismo, y no paraba de hacer sonar el suelo con mi zapato. Edward acaricio mi mano en un intento de relajarme, luego entrelazo sus dedos con los míos y les dio un apretón.

–Bella. Relájate, no debes temer a nada – Me había dicho Edward tratando de apaciguar mi ataque de nervios. Ambos nos encontrábamos en la cocina, sentados en las sillitas del desayunador. Ya que no cedí ante su petición, aunque mi mente lo quisiese, el había volteado mi mentón y me había besado dulcemente en los labios, en ese momento, todos mis miedos se adormecieron temporalmente. Y Edward sonrió satisfecho con el resultado. Dios, de alguna manera y otra, Edward siempre terminaba calmándome de alguna manera. Y como me gustaba que me calmara.

–Lo sé. Pero no puedo evitarlo.

En ese momento, Esme y Carlisle aparecieron por la puerta de la cocina tomados de la mano, y nos miraron saltadamente. Ambos se percataron al mismo tiempo, de que Edward y yo teníamos nuestras manos entrelazadas, y, cuando alzaron la mirada nuevamente, sonrieron inconscientemente. Esme, como siempre lo ha hecho, me sonreía de modo que los ánimos volvían y las inseguridades se escondían hasta el fondo, Carlisle, más bien dibujo una sonrisa extraña, entre sarcástica y dulce, y sus ojos tenían un brillo picaron, o algo parecido

–Mama, papa. Queremos decirles algo –Comenzó a decir Edward, cuando vio que yo estaba inmutada, y que mis mejillas habían adquirido su frecuente rubor.

–Aja – Había dicho Esme, mientras se sentaba en una de las sillas, Carlisle repitió el gesto más serio, pero podía ver claramente la diversión pintada en sus ojos.

–Bella y yo… Estamos juntos – Explico con orgullo y decisión. Como quisiera poder decir esa frase sin hiperventilar. No es que estuviera arrepentida de eso, para nada, solo que... Estos tipos de conversaciones no se me dan. Era incapaz de observar a Esme a los ojos sin sentir vergüenza, aun no sacaba de mi cabeza que ella había escuchado mis gritos de reclamo horas atrás.

–¡Al fin lo admitieron! Ya me estaban saliendo raíces – Carlisle rodo los ojos y nos regalo una sonrisa ––¿Era eso? Es noticia vieja – Juro, por la tumba de mi madre, que mi boca estaba abierta hasta el tope de la impresión.

–¿Lo-lo sabían? ¿Cómo? Apenas si lo acordamos hoy.. – Titubee tímidamente. Esme corrió su mano y acaricio la mía con dulzura.

–Cariño. Esto ya se veía venir desde hacía muchísimo. Me extraño que tardaran tanto en darse cuenta – Mis cejas aun permanecían alzadas, y Edward se encontraba a mi lado, mantenía una seria expresión, pero era fácil ver que estaba tan sorprendido como me encontraba yo – Soy una experta para notar esta clase de cosas, y sus ojos expresan lo que las palabras no dicen – Se encogió de hombros cómicamente, seguramente tratando de calmar mi tensión.

–Oh – fue lo que alcance a decir, mientras sentía la sangre acumularse en mis mejillas (De nuevo) ¿Tan obvios éramos? ¿Todos en esta casa sabían que estábamos enamorados desde hacía mucho tiempo, menos nosotros mismos?

Que bolas – Pensé internamente.

–Cariño. No te agobies. No tenemos objeción alguna por lo de ustedes, así que no tienen de que preocuparse – Aseguro con una sonrisa. Edward apretó mi mano con dulzura, y pude entender que con ese gesto, estaba tratando de decirme "Te lo dije"

Escuchamos un ruidito, como si alguien tratara de contener una risa. Esme cerró los ojos y suspiro con un gemido suave, como si quisiera mostrarse molesta.

–Emmett – Reprendió hacia la nada. Emmett apareció por la entrada de la cocina, y cuando me vio, torció su gesto, como si se estuviese riendo a sus adentros. ¿Cómo Esme sabía que se trataba del?

–Sabes que no me gusta que te escondas detrás de las paredes - le Regaño.

–Madre. Que te hace pensar eso…. – Luego me observo de nuevo, y no pudo contener su risa –¡Tuviste que haber visto tu rostro! – Exploto a carcajadas.

.

–Bella ¿Estás viva? – Volvió a llamarme Edward desde el otro lado de la puerta, interrumpiendo mis pensamientos.

–¡Aja! – Volví a decir. No lo soporte más, así que abrí una de las gavetas de mi tocador y saque un frasquito de Silicón para el pelo, que me había regalado Rosalie para mantenerlo controlado. No me gustaba usarlo mucho, pero hoy era el primer día de clases en la secundaria de Forks y quería parecer presentable. Una vez que lo unte por mi cabello, pase mis dedos sobre él y lo peine de nuevo. Mi cabello opto su forma ondulada hasta las puntas, y el friz se aligero.

Tome mi bolso y mi botellón pequeño de agua, lo introduje en él. Cuando abrí la puerta Edward estaba recostado en una pared frente a las escaleras, cuando alzo la mirada me sonrió y se acerco hasta mí. Me observaba de arriba abajo.

–¿Estoy mal? – Pregunte preocupada. El soltó una risa y se acerco hasta mí para abrazarme la cintura.

–Estas preciosa. Me encanta como te luce esa blusa – Aclaro, y yo me sonroje, por supuesto.

Joder, estaba harta de esto.

–Gracias – Le bese en la mejilla –¿Vamos?

–Sí – Me tomo de la mano con impaciencia y bajamos las escaleras. Cuando estábamos a medio camino en medio de la sala, Edward se posiciono detrás de mí y cubrió mis ojos con sus manos.

–¿Qué haces?

–Es una sorpresa – Respondió mientras me guiaba hasta la entrada. Intente retirar sus manos de mi rostro, pero él me lo impedía.

–Odio las sorpresas, lo sabes – Le recordé

–Esta te encantara – Respondió la vocecita soprano de Alice, y pude sentir su presencia a mi lado.

–Mas que encantar, te fascinara – Hablo Jasper, a mi costado derecho.

–Humm… - musite yo cruzándome de brazos, frunciendo los labios con falsa molestia.

Casi tropiezo con la escalerilla de la salida, (Que raro) Pero, supuse yo, ya que Jasper lo venia venir me sostuvo de los codos para que no cayera. Odiaba no ver nada, si no podía mantenerme en pie con los ojos abiertos menos lo haría cegada.

–De acuerdo. A la cuenta de tres, uno… dos… ¡Tres! – Exclamo una Alice animada y Edward aparto sus manos de mis ojos. Cuando los abrí y mire hacia delante, solté un jadeo, llevando las manos a mi boca, tan fuerte fue mi expresión.

No podía creer lo que mis ojos contemplaban. Y las lágrimas de felicidad comenzaron a desbordarse de mis ojos después de parpadear varias veces, aun sin poder creérmelo. Edward paso un brazo por mi cintura y beso mi sien.

–¿Qué te parece? – Susurro.

–Edward… Esto, es… agh – No pude contener mi felicidad, así que lo abrace con fuerza, descargando toda la felicidad que sentía, demostrando todo el aprecio que sentía por todos ellos.

Cuando voltee nuevamente el rostro, una sonrisa ancha surco mi rostro. Y me abrace a mí misma.

Frente a mí, depositado en el suelo, estaba la Chevrolet Pickup Truck de mi padre. Estaba perfecta, tal como la recordaría siempre. Y a pesar de su vejez, y de estar muy pasada de moda, siempre la querría, me fascinaba esa camioneta. Era el recuerdo más valioso que tenia de mi padre.

Carlisle apareció de la nada y apoyo una mano sobre mi hombro, yo me gire hasta él y le abrace con fuerza, para luego, depositar un beso sobre su mejilla.

–¡Carlisle! Gracias gracias gracias gracias …– Repetí un montón de veces, el me dio un beso en la frente y me sonrió.

–Me alegro de que te gustara la sorpresa. No le hemos pintado ni modificado nada, porque no sabíamos si querrías eso – Explico

–¡Oh! ¡Esta perfecto!..Pero.. ¿Cómo la has hecho? – ¿Cómo diablos la había traído? Esa camioneta se supone que estaba a miles de kilómetros de aquí. Con mis abuelos. Era mía, por supuesto. Pero había aceptado que tendría que dejarla cuando me viniera para Forks.

–Digamos que la trajeron por correo – Soltó una carcajada — Tengo mis métodos, Bella. Y ya hable con tus abuelos, no tienen ningún problema.

–¡Oh Dios! Carlisle. No tienes idea de lo feliz que estoy – Esme también salió de la casa, y por supuesto, corrí hasta ella y le di un enorme abrazo.

Seque mis lagrimas con el dorso de la mano y fui hasta mi camioneta. La acaricie, recorriéndola mientras le daba la vuelta, observándola, contemplándola. Luego me adentre en ella, y sentí un alivio al aspirar el común olor a menta y tabaco para pipas.

Me baje de ella y luego contemple a los demás. Todos estaban presentes, y me sonreían ampliamente, felices por mi felicidad. Y, en ese momento, comprendí una cosa.

Aquí pertenecía.

Les regrese la sonrisa, expresando con ella todo el agradecimiento que solo podía expresar mediante ese gesto. Al parecer ellos recibieron la indirecta, y ampliaron su sonrisa de manera imposible.

Pose mis ojos sobre los de Edward, que irradiaban felicidad. Me guiño un ojo, y sus labios se movieron. No necesite concentrarme mucho para saber lo que decían. Era claramente un "Te quiero"

Observe los rostros de Emmett, Jasper, Rosalie, Alice, Esme, Carlisle, y Edward. Los rostros de mi familia.

Conduje mi coche con una extrema felicidad. Me encantaba tener un poco de privacidad con el coche, extraño, si. Pero era una costumbre que tenía desde pequeña. Este auto me encantaba.

Cuando le dije a Edward que deseaba conducir sola hasta la escuela, manejando mi Chevy, asintió con una sonrisa, y me dijo "Lo que desees"

Por supuesto no era estúpida. Conocía a Edward muy bien para saber que detrás de esa mascara de aceptación y desinterés, se encontraba algo nervioso porque condujera este auto. Pero no protesto, así que oculto su preocupación lo que pudo, solo por hacerme feliz.

Edward era divino.

Cuando estacione en el aparcamiento de la escuela; Ya Edward estaba al lado del copiloto, abriéndome la puerta.

Tomo mi mano y me ayudo a bajar del auto. Luego entrelazo sus dedos con los míos y beso mis cabellos.

–¿Lista para tu primer día de escuela? – pregunto mientras caminábamos por el aparcamiento.

–Algo así – Conteste abrazándolo por la cintura.

–¡Sera Genial! ¡Ultimo año! Uf… – Comento Alice apareciendo del aire. A su lado estaban el resto de los chicos.

Cuando entramos por la puerta de la entrada al lugar, algunos se nos quedaron viendo. Aunque, en realidad, la mayoría a Edward y a mí. Cuando me fije de que muchas de las chicas del instituto me miraban fijamente. Y baje la mirada con pena. No necesitaba tener vista panorámica para saber de que muchas de las chicas me estaban lanzando dagas por los ojos.

Alice se puso a mi lado, y enrollo su brazo en el mío.

–No les hagas caso –Me susurro en el oído, rodando los ojos –. Son unas zorras. Solo están arrechas porque Edward nunca les prestó la más mínima atención de la que te presta a ti ahora – Explico.

Mordí mi labio con impresión. Solo ver de reojo, necesitaba, para comprobar que aquellas chicas eran el doble de hermosas de lo que yo era. ¿Cómo pudo Edward ignorarlas?

Rosalie pareció saber lo que pasaba por mi cabeza, porque se coloco al lado de Alice y me hablo en voz baja.

–Alice tiene razón. Son todas unas cualquieras, unas putas, y unas necesitadas. Solo ignóralas – Intervino Rosalie y una chica que estaba a su lado, me lanzo una mirada desagradable. Rosalie la detecto, y la miro con repugnancia. Si, Rosalie era muchísimo más directa, y parecía disfrutar el humillar a todas esas chicas con solo una mirada.

Cuando llegamos hasta la secretaria para que nos entregaran nuestros horarios, me decepcione al notar que solo compartía con Edward la clase de Biología.

–No te preocupes. Soy todo tuyo el resto del día – Aseguro con una sonrisa de lado; la que más me encantaba, la que más me deslumbraba, la que mas aceleraba mi corazón.

–Y los fines de semana – Agrego Emmett y Jasper le dio un empujoncito en el hombro.

Cuando sonó el timbre de entrada. Todos nos despedimos y se fueron a sus respectivas clases. Edward me acompaño hasta mi primera clase, Castellano, y en la entrada me atrajo hacia él y rozo dulcemente mis labios.

–Pásala bien – Deseo acariciando mi mano.

–También tu – Respondí y le di un piquito en los labios. Luego sonreí y me adentre al salón.

Cuando llegue en él, no alce la mirada para ver si alguien me observaba. Camine derechito hasta un puesto en una esquina al fondo, y coloque mi bolso en el suelo.

Un chico que estaba a mi frente, se giro para observarme. Su cabello era rubio, y sus ojos eran azules. Su piel tenía un tono amarillento y me dio una sonrisa de ánimos.

–Hola. Me llamo Mike Newton, Bienvenida – estreche mi mano con la suya a modo de saludo y le regrese la sonrisa

–Gracias. Bella Swan – Respondí

Mike me cayó bien de inmediato. Era bastante agradable, pero hablaba más que una pantera borracha. Así que, durante su conversación sobre los alumnos de Forks y de los profesores, el clima, y las vacaciones, yo solo me limite a asentir y sonreír con educación.

El tuvo que parar cuando el nuevo profesor – Revise mi planilla de horario para ver el nombre – Burner se adentro al salón y nos dijo de una "Buenos días, pónganse en parejas, comenzaremos a trabajar"

Mi compañera fue una chica llamada Ángela Weber. Era muy amigable, dulce, y comprensiva. Nos entendimos y congeniamos de inmediato, y éramos un buen equipo. El nombrado Mike se coloco de pareja con una chica llamada Jessica Stanley, que me saludo de buena manera y me hizo reír un par de veces; Pero, al igual que Mike, hablaba sin parar.

Nosotros cuatro casi éramos un equipo, y no algo individual en parejas. Durante el resto de la clase nos prestamos más atención entre nosotros que en la clase. El profesor no pareció darse cuenta.

Luego de esa clase vino Cálculo, mi peor pesadilla. Ángela y yo tocamos juntas en esa clase, y nos sentamos una al lado de la otra durante esta, mientras la profesora hablaba y hablaba sin parar, y yo sin entender prácticamente nada. Ángela me ayudo en varias ocasiones.

Cuando sonó el timbre de la hora del almuerzo, todos los alumnos salieron disparados por la salida. Ángela y yo esperamos sentaditas hasta que el gentío desapareciera, y luego caminamos juntas hasta la cafetería. Me despedí de ella cuando observe a los chicos sentados en una mesa al fondo de la cafetería, ella respondió que no había problema, y se sentó en una mesa junto a Mike, Jessica, Erick y Lauren. A Erick y a Lauren los conocí en clase de Calculo; Erick me cayo genial, pero Lauren…. Digamos que no era muy buena ocultando su desagrado hacia mí. Gire la viste para observar nuevamente a los chicos. Emmett estaba haciendo unos gestos con las manos, que aparentemente decía algo gracioso, ya que provocaba la risa de todos. Pero me extrañe de no ver a Edward junto a ellos.

–Aquí estas – Murmuro su voz aterciopelada tomándome de la cintura. Me sobresalte brevemente, y luego le regrese el abrazo – ¿Cómo te ha ido?

–No está mal. Conocí a un par de amigos, luego te los presentare.

Ambos nos acercamos hasta la mesa donde estaban los chicos, y nos sentamos junto a ellos.

La campana sonó nuevamente. ¿Tan rápido había pasado media hora? No me percate del tiempo mientras Emmett no paraba de contarnos chistes machistas, obviamente intencionados para provocar a Alice y Rosalie. Ambas le lanzaban llamas por los ojos, yo solo me reí un par de veces, restándole importancia al asunto.

Edward y yo nos dirigimos hacia nuestra próxima clase, biología. Al entrar al salón, nos sentamos juntos en una mesa en medio de este, y aburrida, me puse a hacer dibujos y garabatos sobre mi cuaderno, mientras Edward jugueteaba con mi brazalete.

Timbre de salida. Todos nos fuimos corriendo debido a la lluvia.

En la comodidad de nuestro hogar, terminamos pasando la noche entre películas de terror, y luego Edward y yo nos fuimos hasta nuestra hamaca en el jardín, para contemplar las estrellas


Corto, Lo se
Pero ando corta de inspiracion. Ademas, se me vino viajecito para la playita jojojo. estaba mas palida que un vampiro (¿Jaja? lo se, mal chiste) Y regrese ayer y libere mi estres de encima
Prometo compensarlas con la prox actualizacion
Saludos, cuidense

Capítulo 13: Rabietas Capítulo 15: ¿Matar a Emmett es un crimen?

 
14439435 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10757 usuarios