LA DAMA Y EL ¿CABALLERO? (+18)

Autor: bellsamy
Género: Drama
Fecha Creación: 19/02/2012
Fecha Actualización: 21/11/2013
Finalizado: SI
Votos: 34
Comentarios: 231
Visitas: 91351
Capítulos: 37

EN EL AÑO DE 1890, AÑO EN QUE LA ECONOMIA DOMINA LA VIDA, QUE LAS CLASES SOCIALES SON ESTRICTAMENTE NECESARIAS, EN DONDE LAS DAMAS SON SIMPLEMENTE COMPAÑIA Y LOS CABALLEROS DECIDEN LA VIDA.

NACE EL AMOR ENTRE RENE Y CHARLIE.

FRUTO DE ELLO VIENE AL MUNDO ISABELLA MARIE SWAN, A QUIEN LE ESPERAN GRANDES VIVENCIAS QUE LA HARAN DOBLEGAR SUS PENSAMIENTOS, SU SENTIMIENTOS Y AUNQUE ODIANDO AL CONDE EDWARD CULLEN TERMINARA AMANDOLO HASTA LA LOCURA.....

 LAS INVITO ESTE ES MI NUEVO FIC ESPERO LES GUSTE.... 

ES MI PRIMER FIC DE EPOCA!!!!  Y ESTA CON AUTORIA Y AYUDA DE VICKOTEAMEC

 PROTEGIDO POR REGISTRO DE DERECHOS DE AUTOR  SAFE CREATIVE

 Disclaimer: los personajes no me pertenecen, los personajes pertenecen a Stephenie Meyer

 

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Capítulo 9: CRISIS!!

 

JAJAJA QUE LES PUEDO DECIR!!! AQUI VA EL SEGUNDO CAP!!!


GRACIAS DE NUEVO A MI VICKO HERMOSA QUE SE TOMA EL TIEMPO DE SEGUIR MI LOCURA!!!

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Varios días habían pasado desde el acuerdo entre Danny Masen y Lord Cullen. Habían decidido darse tres meses de límite para anunciar su compromiso.

Juntos habían hablado con Carlisle para tranquilizarlo, afirmando que se habían enamorado y querían estar seguros, los padres de Danny  habían estuvieron de acuerdo con el tiempo pactado, rompiendo su trato con Lord Joyce.

El rumor de la unión Masen-Cullen ya se había propagado a oídos de Isabella, quien furiosa por los comentarios había decidido encerrarse en su habitación.



Charlie Swan llevaba varios días recibiendo cartas que le informaban sobre el paradero de su amada René, primero en Escocia luego en Italia y posteriormente, la más probable, en Paris, Francia. Invadido por la angustia de recuperarla, había decidido salir en su búsqueda, dejaría a Carlisle a cargo de sus negocios y le daría plena libertad para tomar las decisiones pertinentes en lo necesario, también lo dejaría como responsable y tutor de Isabella y Alice mientras regresaba. Confiaba plenamente en Carlisle y sabía que el velaría por la salud y bienestar de su nieta e hija.

Dos días después de recibir la última carta y decidido a marcharse, por la mañana, entró a la habitación de Isabella para informarle que se ausentaría por unos meses, no le daría explicaciones, no quería ilusionarla con el hecho de que su madre probablemente estaría de vuelta. La vida de Isabella sin Charles era vacía y sin sentido. Pero él estaba totalmente seguro que si René regresaba, tal vez recuperarían parte de la alegría que ya no existía en la mansión Swan.

 

POV BELLA

Golpearon la puerta, un simple y tierno golpe, sabía que era mi padre, solo él haría ese sonido.

-Adelante-indiqué.

-Bella, hija, debo hablar contigo- me dijo serio, entrando a mi habitación y cerrando la puerta tras de sí. Observó a mi doncella, ésta entendió su mensaje y se retiro.

-Estaré con la niña Alice, mi Lady- me indicó, asentí y salió.

-Te escucho- animé a mi padre.

-En unas horas saldré de viaje con algunos de mis empleados, esta vez no serán unos días hija, tal vez sean meses. Aunque, creo que encontraré lo que busco en muy poco tiempo, iré a Paris- me dijo dejándome congelada. No podía creer que se iría a tan solo un mes de la muerte de Charles, me abandonaría a mi suerte mientras yo seguía llorando y soñando con Charles y Anabella, mientras cada noche gritaba sus nombres y el de mi madre. No le dije nada, me limité a asentir a sus indicaciones.

A lo único que le presté atención después de eso, fue cuando mencionó que el Marqués de Cullen estaría a cargo de Nana, de Alice y de mi. El resto de su largo discurso de despedida, fueron palabras efímeras que no logré entender. Sólo asentí una y otra vez. En cuanto salió de mi habitación me derrumbé gritando, ¡cuánto lo odiaba! Me encerré en mi profunda y deprimente tristeza.

Cómo deseaba morirme ese en preciso momento, no quería nada mas. Luego pensé en Alice por un instante, pero la tristeza era más fuerte que el recuerdo de mi hermoso ángel. Decepcionada, los siguientes ocho días los pase en mi habitación entre  sueños arrebatadores y lágrimas de soledad. Nana entraba periódicamente a dejarme alimentos,  pero no deseaba nada, ella me había prometido encargarse de Alice mientras estuviese en ese estado. Alice había pedido permiso para ir con sus abuelos unos días, le había ordenado a Nana que fuera con ella, pero no me hizo caso y se quedó para estar al pendiente de mí.

Había recibido al menos 3 visitas de Annie y Victoria Cullen, pero en todas me había negado a recibirlas. El Marqués también había venido y me había dicho que si continuaba en este estado tendría que llevarme al hospital para que no muriera de hambre. Nadie había logrado convencerme de salir de mi estado de sufrimiento, hasta habían pensado llevarme a un sitio para tratar problemas mentales. Mientras trataban de deshacerme de mí, yo me había encerrado en mi cuarto.

De vez en cuando me alimentaba, sólo una que otra vez para no desmayarme, no quería pasar por lo mismo de semanas atrás cuando caí inconciente.

Después de algún tiempo en la misma situación, pensando en el sufrimiento de Nana y mi pequeña sobrina, decidí que sólo necesitaba un día más para recuperar mi camino, mi razón de existir. Cuando menos imaginé, habían pasado dos meses y mi padre aun no regresaba, y Alice llevaba alrededor de dos semanas en casa de los Duques.

Aquella mañana, Nana entró con mi bandeja de alimentos y, aunque aún me sentía débil, decidí no comer.

-¡Isabella Marie Swan, ya está bien de tu drama! ¿Cómo es posible que Alice, que ha perdido a sus padres y su abuelo no está, no se encuentre ni por asomo en una situación como la tuya? Para colmo de sus males, ¡su tía está enloqueciendo! Alice ha decidió continuar con su vida.. ¿y tú? ¿te vas a quedar aquí obligándote al encierro y no afrontando tu vida?, ¿no me dijiste que le habías prometido a Charles cuidarla?, ¿dejarás que los Condes se queden con ella? Porque déjame decirte que eso planean hacer, pedirán su tutela para cuidarla y si sigues allí se la llevarán y te quedarás sola- me dijo furiosa.

-Tal vez eso sea lo mejor-dije como si nada importara, sintiéndome miserable por mi actitud.

-Perfecto- dijo mi Nana decepcionada y saliendo de mi habitación.

Minutos después oí la dulce voz de Alice en el pasillo, luego abrieron la puerta y sus pasitos invadieron mi habitación.

-Tía..¿Ya te sientes mejor?-preguntó en voz baja. Se me hizo un nudo en la garganta al escucharla, era una maldita cobarde.

-Sí- balbuceé.

-Sólo quería saber cómo te encontrabas antes de irme con mis abuelos, he venido por mis cuadernos de dibujo- no dije nada, sólo me limité a escucharla. Ni siquiera me atrevía a verla -Ellos dicen que pronto nos iremos a vivir a su casa, que es mejor que me acostumbre a su mansión. Pero, tía, yo quiero ésta casa, aquí estaban mis padres y si me voy ya no me querrán. Además te extraño, me siento triste porque la única forma de estar cerca de mi padre es cuando estoy contigo- dijo mi  Alice. Se acercó, besó mi frente y salió.

El peso de mis actos cayó sobre mí, por dos meses abandoné a mi amada sobrina a su suerte, justo como mi padre lo hizo conmigo. Había sido igual de cruel con ella, yo era despreciable y esto debía solucionarse ahora. Y de eso me encargaría en ese preciso momento.

Tal y como estaba corrí escaleras abajo, la debilidad y la falta de alimentación no me permitieron avanzar más rápido. Pero logré llegar al borde de la escalera para detener a Alice e impedir que se fuera. Mi pequeña era todo lo que tenía, lo único que me quedaba de él. Era también una parte de mí, quería rogarle perdón por abandonarla, quería abrazarla y recuperarla. Mi vestimenta era indecorosa, pero eso no me afectó en lo mas mínimo, bajé las escaleras y la llamé. La sonrisa que me ofreció fue el recordatorio de lo despreciable que había sido con ella y me prometí a mí misma en ese instante que cuidaría a Alice con mi vida.

-Alice- la llamé nuevamente para detener su camino. La alcancé y la abracé con fuerza.

-Mi niña perdóname por todo- le dije al oído.

No había notado la presencia de la Condesa de Cullen y sus hijas.

-Isabella, querida ¿cómo te encuentras?-me preguntó la Condesa.

-Muy bien, su majestad- respondí tratando de sonreír.

-Que bueno, cariño, debo hablar contigo, ¿podemos hacerlo en privado?- pidió con una sonrisa.

-Por supuesto- dije indicándole el camino al despacho de mi padre.

Ella asintió y me siguió dejando a Alice con Annie y trayendo a Victoria junto con ella. Entramos al despacho y nos acomodamos en el escritorio de mi padre, sentí un gran vacío al no encontrarlo allí, no podía creer que ya habían pasado dos meses de su ausencia.

-Debo disculparme por no haberlas atendido antes, sentía algunas molestias- me disculpé- Además de mi presentación personal-

-No debes preocuparte por eso, mi niña. Debo hablar contigo de algo muy serio, tiene que ver con Alice- me informó nerviosa.

No dije nada así que ella prosiguió.

-Hemos notado, Edmund y yo, que estas en una situación muy difícil y queremos apoyarte, pequeña. Por lo tanto, deseamos que Alice viva con nosotros. Edmund piensa que en tu condición, además de ser muy joven no estás… preparada para cuidar a Alice. Lo que queremos es que tú y la niña vengan a vivir a nuestra casa- me explicó con calma.

Me sentí peor al darme cuenta de que todos pensaban lo mismo. Yo no sería capaz de cuidar a mi Alice y no estaba lista para cumplir la promesa que le hice a mi hermano.

-Sé que los últimos días no me he encontrado bien de salud y ánimo. Pero soy totalmente apta para cuidar a Alice, además cuento con Nana- le dije rogando porque mis palabras pudieran convencerla.

-Querida, jamás he dudado de que seas capaz de velar por el bienestar de Alice. Es sólo que necesitas apoyo, aún eres muy joven y esto implica demasiada responsabilidad. Es  demasiado para ti- acotó con voz dulce.

-Sí, lo sé. Pero yo puedo, ésta es nuestra casa, Nana esta con nosotras y mi padre regresará pronto- me defendí de nuevo.

-Querida Isabella, no quiero que pienses que Edmund y yo queremos quitarte a Alice. Sólo queremos apoyarte, por eso te pido que vengas también con nosotras y vivas conmigo y mis hijas. Quiero darte el amor que necesitas, además Nana también vendrá, ella es la persona que ha cuidado de ti y de Alice, jamás la dejaría aquí. Bella, sabes que ella no puede hacerse responsables de ti y de Alice, es tan solo una sirvienta. Lo único por lo que Edmund consideraría dejarte aquí con Alice es que te desposaras y no creo que eso sea necesario aún, para él un matrimonio es sinónimo de estabilidad y prosperidad.Pero, permítme aconsejarte, pequeña; que no debes hacerlo por obligación, sino por amor-

-mi madre tiene mucha razón Isabella, en casa contaras con Annie y conmigo y tendrás compañía- hablo por primera vez Victoria.

Sus palabras fueron claras o me casaba o me quitaban a Alice y tendría que ir a una casa extraña. No pude culpar ni a la Condesa ni a Victoria, eran tan buenas y sabias que ellas lo hacían por protegerme de mí misma. Pero no me podía permitir fallarle a Charles, no de nuevo, no podía dejarme vencer. Tenía que ser fuerte, así que buscaría un esposo.

 

 

Capítulo 8: DESICIONES Capítulo 10: ¿HABRÁ BODA?

 
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