LA DAMA Y EL ¿CABALLERO? (+18)

Autor: bellsamy
Género: Drama
Fecha Creación: 19/02/2012
Fecha Actualización: 21/11/2013
Finalizado: SI
Votos: 34
Comentarios: 231
Visitas: 91360
Capítulos: 37

EN EL AÑO DE 1890, AÑO EN QUE LA ECONOMIA DOMINA LA VIDA, QUE LAS CLASES SOCIALES SON ESTRICTAMENTE NECESARIAS, EN DONDE LAS DAMAS SON SIMPLEMENTE COMPAÑIA Y LOS CABALLEROS DECIDEN LA VIDA.

NACE EL AMOR ENTRE RENE Y CHARLIE.

FRUTO DE ELLO VIENE AL MUNDO ISABELLA MARIE SWAN, A QUIEN LE ESPERAN GRANDES VIVENCIAS QUE LA HARAN DOBLEGAR SUS PENSAMIENTOS, SU SENTIMIENTOS Y AUNQUE ODIANDO AL CONDE EDWARD CULLEN TERMINARA AMANDOLO HASTA LA LOCURA.....

 LAS INVITO ESTE ES MI NUEVO FIC ESPERO LES GUSTE.... 

ES MI PRIMER FIC DE EPOCA!!!!  Y ESTA CON AUTORIA Y AYUDA DE VICKOTEAMEC

 PROTEGIDO POR REGISTRO DE DERECHOS DE AUTOR  SAFE CREATIVE

 Disclaimer: los personajes no me pertenecen, los personajes pertenecen a Stephenie Meyer

 

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Capítulo 29: ¿DE LA FELICIDAD A LA INCERTIDUMBRE POR CELOS?

 HOLA MIS NIÑAS AQUI DE NUEVO ESTE CAP ES MUY ESPECIAL ES UN REGALO PARA UNA DE MIS LECTORAS SILENCIOSAS, DE VERDAD FELIZ CUMPLE, SE QUE NO ME DEJAS COMENTS PASAS POR AQUI Y ME SIENTO FELIZ Q LO HAGAS!!! ESPERO TE GUSTE Y VA DEDICADO A TI MI LUNA!!!

GRACIAS A TODAS POR SU APOYO, ME TIENEN ABANDONADA Y YA NO ME DEJAN COMENTARIOS BU!!! PERO BNO ENTIENDO SUS OCUPACIONES, DIGANME POR FA QUE LES PARECE EL CAP!!! ME ENCANTAN SUS OPINIONES!!!!

SI DESEAN CONTACTARME MI FACE ES BELLSAMY VIVI CANCINO O A MI CORREO VIVIANITA2430@HOTMAIL.COM, TENGO UN GRUPO DE MIS FICS SI DESEA  ME AVISAN Y ALLI PUEDEN TAMBIEN DEJAR SUS OPINIONES LAS ADORO Y GRACIAS DE VERDAD POR SEGUIRME

BESITOS DESDE COLOMBIA

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POV BELLA

Ya habían pasado dos meses desde que había vuelto a estar con Edward y desde ese día, nos habíamos dedicado cada noche posible a amarnos con locura; por supuesto después de dejar a nuestra amada Alice durmiendo. Mi esposo, dedicaba cada minuto a consentirme y  atreverse a hacer cosas que jamás había podido concebir en la intimidad, fruto de esto estaba más enamorada y extasiada de mi matrimonio.

En compañía de Natalia, Vicko, Annie, Florie, Julieta y Danny, habíamos complementado la decoración de cada rincón de esta bella casa.

Todo había sido felicidad desde el momento en el que mi padre había aceptado mi matrimonio con Edward, hasta había logrado que me diera su bendición. Actualmente dedicábamos uno o dos días a visitarlo a él y a mi madre, en mi antigua residencia y Alice pasaba allí dos o tres días algunas semanas, el resto del tiempo estaba con Edward y conmigo y un día lo destinaba para los padres de Anabella.

Las cosas habían cambiado de perspectiva, las jóvenes Masen se habían convertido en mi círculo de amigas más cercanas, ya que luego de mi incidente con la caída, ellas habían estado al pendiente de mi estado de salud y me había demostrado lo buenas que eran.

Al mes siguiente de mi recuperación, iniciaron los bailes y todo tipo de frívolas reuniones en las cuales me dedique en compañía de mi esposo a  conocer a diversas personas de alta estirpe, entre ellas, Madame Carlie, hija de los Duques de Windsor, una joven hermosa, educada y buen portada y una de las pocas personas que me había interesado conocer como amiga en aquellas aburridas reuniones, en donde todas la jovencitas coqueteaban con mi marido descaradamente, esta compartía su tiempo Lord Jacob , mie antiguo pretendiente, hijo del Lord Billy Black; pasar mas de dos veladas con ellos mientras Edward saludaba y sostenía conversaciones de negocios, me dejo ver el enamoramiento de este hacia Lady Carlie y sus intenciones de pretenderla.

Cada día que pasaba asumía más mi papel como Duquesa ante la sociedad, todo marchaba muy bien en mi matrimonio. Tanto que aún seguía sorprendida por la iniciativa de Edward  de celebrar mi cumpleaños número diecisiete, esa noche había sido verdaderamente especial.

Aunque sentía aversión por las fiestas, en aquella reunión había sonreído en exceso, esto causado por la presencia de todas las personas que amaba, realmente había sido uno de los mejores cumpleaños que había pasado, lo único que me hacia falta era mi amado hermano y Anabella.

En los últimos días, me había divertido bastante en compañía de Natalia (quien estaría por unos meses en Londres por negocios de su marido), Victoria, Annie y ahora mis adoradas; Florie, Julieta y Danny, a quienes ahora conocía mas a fondo y ya las consideraba como unas hermanas.

Todas la mañanas me dedicada a mis clases de arte mientras Alice tomaba sus tutorías privadas con Lady Soffy, quien además de literatura le enseñaba modales y toda clase de cultura para hacer de mi pequeña toda una dama,  cosa que hacía muy feliz al Conde Edmund.

Esta mañana hermosamente soleada, sin diferencia alguna, bajaba las escaleras de mi casa, rumbo al estudio que Edward días antes había adaptado para mis clases de arte, ya que no le gustaba que las tomara en la sala de estar de la segunda planta,  Alice se encontraba en casa de mis padres, por lo tanto hoy solo estaría yo en casa.

 -Mi Lady, la busca Lord Black- me informó Nana Sil en cuanto toqué la madera de la primera planta de la casa.

-¿Aun no ha llegado Lady Marise?- pregunte sorprendida.

-No mi señora aun no llega- me respondió Nana Sil, guiándome hacia la sala de visitas.

Camine en silencio rumbo a la estancia de visitas para encontrarme con aquel caballero de tés morena y ojos oscuros pero soñadores, pensando en el motivo de su visita de Lord Black, imaginaba que deseaba hablarme sobre Lady Carlie, en estos meses nos habíamos hecho muy cercanos, él era en sí enigmático, pero a su vez confiable y perseverante. Él era un hombre que me inspiraba de una forma extraña a confiar en él y ser yo misma; de alguna forma, algo más compleja de lo que lograba ser con Edward, pero no de manera indecorosa.

-Isabella- me saludó en cuanto me vio atravesar el umbral del cuarto de visitas.

-Lord Black, le he dicho me llame Bella y es un gusto verle por aquí- le dije sonriendo.

-Está bien, Bella, pero ¿qué pasó con el "¡hola, Jacob!"? - rió.

-Está bien, ¡hola, Jacob! – expresé emocionada.

-¿Qué tal tu vida?- cuestionó riendo.

-Perfecta y ¿la tuya?-

-Tal vez perfecta, si lograra acercarme a Madame Carlie. Es muy hermosa y totalmente imposible para mí- sentenció.

-Jacob, te he dicho que... tanto como imposible, no lo creo. Sólo un poco difícil de conquistar, ¿no lo crees? Pero le agradas, me lo dijo la noche anterior, mientras compartíamos con Natalia- lo animé.

-¿Me lo dices en serio? o ¿sólo por animarme?- indagó.

-¿Acaso tengo algún motivo para mentirte?- reí.

-Bueno, sería tonto que lo hicieras- coincidió -¿Y me dirás como conquistarla?-

-Por supuesto, en la fiesta del viernes sabrás todos los detalles, me pondré a trabajar en ello- Jacob parecía encantado con mi ayuda.

Hablamos durante una hora o tal vez un poco más, Dado que Lady Marise no pudo presentarse a la clase de hoy; era agradable estar con él, sentía una paz indescriptible. Me levanté con agilidad para ordenar a Bree que nos trajera algo para merendar, pero en cuanto estuve de pie tuve que volverme a sentar ya que un mareo intenso se apodero de mí.

-¿Te sientes bien? -preguntó Jacob preocupado.

-Sí, sólo fue un mareo- dije pausadamente tomando aire, tratando de  recuperarme. Jacob permaneció ante mí de rodillas, observándome, hasta que alguien irrumpió en la estancia.

-Lord Cullen, es un gusto verle- dijo Jacob poniéndose de pie con formalidad.

Me giré emocionada y sintiéndome mejor después del pequeño incidente.

-Lord Black, para mí es una sorpresa encontrarle con mi mujer y más aún, en tan amena conversación- dijo con voz despectiva, aletargando mi emoción al verlo.

-Cariño, has vuelto temprano- le dije con voz melosa.

-Sí, pero percibo que estás "algo" ocupada- quise pensar que su tono de voz distante y frío era producto de mi imaginación.

-Sólo charlaba un poco con Lord Black- le dije acercándome para besarlo. Me tomó de la cintura de forma posesiva y me dejo cerca de él sin permitirme besarlo.

-Me excuso, debo ir a solucionar unos asuntos y ustedes parecen necesitar tiempo a solas-  se despidió Jacob de forma casual -Hasta pronto, Lord Cullen- dijo saliendo de la estancia dejándome sola con Edward.

Me acerqué  para besarle nuevamente, pero él me tomo del brazo con fuerza.

-¿Acaso piensas besarme después de haber besado a Lord Black?- me dijo furioso.

-¡Pero, Edward! ¿Qué cosas tan absurdas dices?- le dije al borde de las lágrimas.

- No entiendo porque he de ser tan idiota. Te defiendo en la mañana de aquellos que desean difamarte ¡¿y qué es lo que encuentro en casa?! Una "dama" en compañía del objeto de las habladurías, ¿acaso tiene que ser más claro, Isabella?- vociferó furioso.

-Edward, no te permito que pongas en cuestión mi reputación y juicio como mujer. Tampoco que vengas aquí a gritar nada referente a las habladurías de la gente, ¿que no ha sido suficiente lo que te he demostrado? Parece que no, porque si pones en tela de juicio nuestro matrimonio, bien puedes ir a donde cualquier dama que desees- le dije casi llorando, furiosa.- y ya que no tiene caso seguir hablando, me retiro- dije saliendo de la sala de visitas directo a nuestra habitación. A medio camino me topé a Bree.

-Bree, el señor hoy dormirá en el cuarto de huéspedes. Así que encárgate de disponer todo allí-ordené corriendo escaleras arriba para ocultarme en nuestra habitación.

¿Cómo era posible que Edward me creyera capaz de engañarlo con Jacob?, ¿tan mala esposa había sido qué él que ahora consideraba que podía engañarlo? Una tras otra las preguntas se formaron en mi cabeza, atormentándome, no entendía como en unos pocos minutos dos meses de plena felicidad se habían esfumado y ahora Edward me gritaba con infamia que yo le era infiel.

Fui al cuarto de aseo y  dispuse mi ropa de cama. En cuanto intente volver a la cama unas fuertes nauseas se apoderaron de mi ser, obligándome a retroceder y  devolver todo aquello de lo que me había alimentado. Tras varias sesiones de lo mismo, volví casi arrastras a la cama, escuche los gritos de Edward, pero mi cuerpo no parecía responder a nada que no fuera la quietud. Creo que en algún punto de la noche Edward se canso de golpear y tratar de abrir la puerta o algo así asumí, ya que no se con exactitud en que momento caí en la inconciencia.

 En cuanto abrí los ojos oí la voz angustiada de Nana Sil, quien me informaba que Edward ya se había ido, ella me rogaba que le abriera, pero en cuanto lo intente corrí al cuarto de baño y allí permanecí, en el mismo estado de la noche anterior. Cuando por fin puede calmar un poco los deseos de vomitar salí para encontrarme a  nuestras Nanas, Bree y mi doncella frente a la puerta.

-Mi niña- me dijo Nana Sil y corrió para atraparme en el momento justo en el que la fuerza de mis piernas me traicionó y me deslicé en el suelo. Las dos jóvenes corrieron a ayudarla, entre las tres me sostuvieron y me pusieron en la cama.

-¿Qué tienes, mi niña?- me preguntó Nana Maya preocupada.

-No... No... Lo sé Nana, pero me siento un poco mal, ¿me traerías un poco de agua?- le pedí.

-Por supuesto- dijo. Cuando la vi marcharse recordé la discusión con Edward y lloré, Nana Sil sorprendida me abrazó y consoló.

No sé en qué punto me quede dormida nuevamente, solo sentí unas manos recorriendo mi frente y me removí inquieta.

-¿Edward?- cuestioné.

-No, cariño, soy Carlisle- me dijo la voz de mi suegro. Asombrada abrí los ojos y me levante asustada, tal movimiento hizo que todo diera vueltas.

-¡Oh!- exclamé.

-Bella, recuéstate nuevamente- me indico mi suegro ayudándome -¿Mejor?-

-Algo-dije débilmente.

-He tomado algunas muestras para analizar, necesito un par de días para saber qué te sucede. Por lo pronto tendrás que estar en reposo- me indicó.- ¿Perdón, su alteza?- pregunté confundida.

Capítulo 28: ACEPTANDO LOS ERRORES Capítulo 30: TODO SE TORNA OSCURO DE NUEVO

 
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