HOLA COMO VAN MIS HERMOSAS Y FIELES LECTORAS!!!! AQUI LES DEJO EL ULTIMO CAP DE ESTA HISTORIA!!!! ESTE SI ES EL FINAL!!!!! EL EPILOGO QUE TANTO LES PROMETI!!!!! AQUI LES DEJO MI ULTIMO SUSPIRO DE HISTORIA JJAJAJ ESO SUENA DRAMATICO LO C JAJAJA QUIER DE DE VERDAD DARLES LAS GRACIAS POR ESTE CASI AÑO Y MEDIO DE PACIENCIA DE COMPRENSION PERO SOBRETODO DE APOYO!!! NO SOLO A LAS QUE ME DEJAN COMENTS SINO TAMBN A LAS QUE ENTRAR LEEN Y SE VAN!!" DE VERDAD LES DEBO MUCHOOOOOO

PERSONAS VITALES COMO MARTHA, MI HIJA JULIETA, MI MANIS GOMITA, MI MANIS DANNY FER, MI TIA ADORTADISIMA SILMO, MI TIA VERO!!!! MI MANIS MAYIS, DIOS SON MUCHAS, KIMBERLY  Y TODAS LAS QUE ME DEJARON SI QUIERA UN COMENTS!!! GRACIAS DE VERDAD!!!!

NOTA: LA CANCION QUE ES DE MI AUTORIA........

ESPERO VERLAS EN MIS OTRAS HISTORIAS SI LES INTERESA SABERCUALES SON AGREGENME A  https://www.facebook.com/BELLSAMYVIVI

GRACIAS UNA Y MIL VECES!!!!!!!!!

________________________ATT: BELLSAMY____________________

EPILOGO..........

FINAL

15 años después….

POV BELLA

Sonrió a Edward, como cada mañana en estos casi 17 años de matrimonio.

-Buenos días cariño- dice mi dulce esposo besando la comisura de mis labios-

-Mi Lord, tenga usted buenos días- le respondo de forma burlesca.

-Bella dama, está usted hoy mucho más hermosa de lo que la vi ayer- me halaga.

Dos golpes en la puerta interrumpen nuestro juego matutino.

-Adelante- habla mi Edward con voz autoritaria.

-Padre- dice Anabella cruzando la puerta de nuestra habitación.

Edward se levanta, toma su bata de dormir y se cubre mientras nuestra hija mayor se acerca a nosotros.

-Madre, tenga usted muy buen día- dice mi hermosa niña, tan educada como su padre, pero tan apreciada a su abuela Esme.

Tras la puerta, otros dos angelitos hacen su aparición; Edward Anthony, de 12 años, este, observa inquieto a su padre, pero Edward le sonríe orgulloso.

Tras él,  Renésme de 7 años camina suavemente hacia nosotros, al divisar a su padre, aumenta el ritmo hasta alcanzarlo y se lanza en sus brazos como todas las mañanas.

-¿Y el honor de la visita Cullen en pleno, lo debemos a?- pregunto de forma sarcástica llamando la atención de mis tres hijos y mi marido quienes se encuentran absortos en una animada conversación; olvidándose de mi presencia.

-¡Mami!- exclama mi pequeña Renésme bajando de brazos de su padre y acercándose a la cama, en donde aún estoy acostada.

- Cuidado con tu hermano- digo cariñosamente a mi pequeña, quien como siempre ha olvidado por completo mi nuevo embarazo, este será mi cuarto hijo, bueno eso sin contar a mi pequeña Alice, ella para mí siempre será mi primera hija.

-Tu madre necesita reposo- dice Edward a Renésme quien se debate en si quedarse junto a mí en la cama o volver a sus brazos.

-¿Cómo se siente hoy madre?- pregunta mi Anabella sonriente.

-Muy bien hija mía, ¿Alice ya está en casa?- pregunto angustiada.

-No madre aun no llega, pero dice la abuela René que pronto estará aquí, que viene con la tía Verónica y tía Solange- responde mi niña sonriente.

-El novio ya ha llegado madre- interviene mi hombrecito mi pequeño Edward, tan parecido a su padre, pero con mis ojos.

-Madre, debes ponerte en marcha, los invitados llegaran pronto- Afirma Anabella, saliendo de la habitación.

Minutos después en caravana entran a mi habitación, Nana Sil, Nana Maya -quienes aún trabajan para nosotros, a pesar de su avanzada edad- , mi madre, Solange, Verónica y mis adoradas Natalia y Julieta, a quienes no había visto desde las últimas vacaciones de verano con sus dos pequeñas,  Dominique  de 10 años, hija de Natalia y Carla, de tan solo 8 años, hija de Julieta.

Hoy celebraríamos un evento muy importante, mi pequeña Alice después de tanto sufrir, había encontrado el amor, un joven militar, hijo del Conde Withlock, Jasper Withlock, el cual había pedido desposarse con mi sobrina tan solo un mes antes.

La felicidad inundaba nuestra familia, Annie, Victoria, Danny, Flori, Julieta y Natalia ya eran madres, todas muy bien comprometidas con unos esposos excepcionales, Emmett había logrado concretar sus amores con la Srta. Hale y ahora eran los felices padres de un barón

El pequeño Jasper, crecía mas rápido que todos los demás, a la edad de 23 años se oculta en su hermano mayor para no ser obligado a contraer nupcias aun.

-Isabella, es hora de arreglarte- dice Natalia tomando mis manos y guiándome al cuarto de baño.

Después de casi 3 horas dedicadas a mi cuerpo, bajo las escaleras de la gran mansión, muy despacio, en el centro al final de las mismas, Edward me espera con su mano lista para recibirme.

Saludos, abrazos y venias formales hacen parte de la vida social de un Conde, un Barón o un Marques por lo tanto llevo casi 17 años acostumbrándome a esto, pero sin mezclar en mi la frivolidad de la mitad de las damas de alta sociedad.

La ceremonia se llevará a cabo en la capilla ubicada a tan solo unos metro de nuestra casa, y tan pronto como Alice sea una mujer casada, se marcharan a Paris, para su luna de miel, días después regresarán y vivirán a tan solo unos cuantos kilómetros de nuestra gran casa.

Los invitados caminan sonriente hacia la capilla, el obispo se instala ante el altar y mis hijos y yo nos ubicamos en la primera fila, seguidos de la familia Cullen en pleno, mis suegros, Emmett, su esposa y su hijo; Annie y Victoria junto a sus esposos e hijos, los padres de las mismas.

Mis suegros en la siguiente fila acompañados de Verónica y El Barón Anthony y de la mano de este último el pequeño Jasper.

Danny y  Flori  sus esposos e hijos correspondientemente, posterior a ellas se encontraba mi queridísima Julieta, hermosa en toda la extensión de la palabra, junto a una copia exacta de ella, la hermosa Carla y su esposo el Marques Robert Pattinson.

La lista de invitados era extensa, la vida social de la nueva metrópoli  Londinense se encontraba departiendo en tan magno evento.

Mi padre y Edward esperaban a Alice en la puerta, mientras el inquieto e introvertido Jasper se paseaba por el camino al altar contando los minutos sin ver a mi pequeña.

El momento llego, Alice cruzo el umbral en un hermoso vestido, el mismo que su madre había lucido en la boda con mi hermano.

No puedo evitar las lágrimas, es increíble estar viendo a mi pequeña desposarse, justo como su madre lo hizo, justo como sin querer lo hice yo, la emoción inunda cada rincón de mi ser.

Edward observa a su niña, mientras entrega su mano a quien de ahora en adelante va a ser responsable de ella, hasta el fin de sus días haya llegado.

La ceremonia es solemne, emotiva, llena de ilusiones y bendiciones no solo terrenales, estoy segura que mi hermano y Anabella desde donde se encuentre están tan emocionados como nosotros.

El obispo da la bendición final y con un beso se sella la unión eterna de este hermosa pareja, la capilla estalla en aplausos emocionados, Emmett en un despliegue de su brutalidad chifla como un caballero mal educado, Rosalie lo reprende mientras Julieta, Flori, Annie y yo reímos a mas no poder.

Los novios se acercan a los invitados y reciben bendiciones, abrazos y todo tipo de elogios por su unión.

Pero en el instante que Alice, mi pequeña sobrina, aquella que me dio la fuerza para continuar llega a mis brazos, todo parece estar completo.

-Gracias mami, gracias a ti soy feliz- me dice con suavidad en mi oído y mi sonrisa aumenta.

-No hija, gracias a ti por ayudarme a seguir adelante- le respondo besando su frente.

Tras mi abrazo, viene Edward quien la toma con fuerza aferrándose a ella.

Me rio ante la perspectiva posesiva de mi marido.

-Ya déjala- le dijo tocando ligeramente su codo.

Edward sin querer hacerlo, obedece.

Camínanos con calma a la gran casa, en donde se llevara a cabo la recepción de este magnífico evento.

Las mesas decoradas de un dorado brillante invaden parte del patio de la mansión, el jardín decorado con rosas rosadas y violetas acapara la belleza del lugar.

Los novios se sientan en la mesa principal, seguidos de mis padres, mis suegros, los padres de Anabella y a su lado Edward y yo.

En otra mesa se sientan los pequeños invitados, Renésme frunce el ceño desde lejos a su padre y este ríe embelesado.

Alice se pone de pie, observa a todos los invitados y con una sonrisa radiante me observa a mí.

-Madre he estado trabajando fuertemente en esto, siempre quise cantarte a ti y a mi padre –

El piano de fondo alza una hermosa melodía, Jasper tras él sonríe de forma ladina a Alice quien se desplaza al centro del lugar.

El tono de la melodía cambia y los aplausos se alzan, de la misma forma en que los rostros de descontento.

La familia Cullen, recatada y moralista se olvida de su puesto en la sociedad y hasta el mismo Edmund Cullen aplaude el ánimo de su nieta.

Giro la cabeza en la almohada

Y me doy cuenta que el que está a mi lado eres tú,

Sonrió como niña pequeña

Miro al cielo y veo la misma luz.

Te observo en silencio y miro tus ojos,

Te beso, te abrazo y te digo mi amor.

Sonríes, me miras e inquieto preguntas ¿hoy que te paso?

Sonríes me abrazas y todo es perfecto

Te miro, te digo

Aquí estoy yo.

Te ríes, me besas y luego preguntas ¿hoy ya se acabó?

Porque tu amor me permite vivir

Porque estoy siempre para ti

Porque hoy también necesito tu amor

Pero tú también necesitas hoy de mí.

Te miro en el espejo y veo tu rostro

Estás tan feliz como cada mañana

Veo los niños correr descalzos,

Te enfadas, corres y juegas después

Te observo en silencio y veo tu rostro

Te beso, me abrazas y grito te amo

Sonríes me miras inquiero preguntas

¿Tú eres mi amor?

Sonrío te abrazo y todo es perfecto

Te miro, te digo aquí estoy yo.

Porque tu amor me permite vivir

Porque estoy siempre para ti

Porque hoy también necesito tu amor

Pero tú también necesitas hoy de mí.

Porque tu amor me permite vivir

Porque estoy siempre para ti

Porque hoy también necesito tu amor

Pero tú también necesitas hoy de mí.

* ESTA CANCION LA COMPUSE YO!!!! 

El final de la canción aumenta los aplausos  de los asistentes quienes olvidan tapujos y etiquetas para alabar la voz de Alice.

Edward me observa y mi mundo desaparece, lo beso con fervor.

Los minutos pasan y no deseo separarme del jamás, no deseo romper este beso, pero la voz de Alice nos interrumpe.

-Padres gracias por hacerme tan feliz- dice mi niña con sus ojitos rebosantes de lágrimas

Edward y yo nos levantamos para abrazarla por encima de la etiqueta de campamiento en público, Edward la besa en la frente y yo la sigo, Renésme se levanta de la mesa y corre hacia nosotros.

Sonrío al observar como cada persona del recinto nos observa enternecidos, asi que ya dejaremos de ser simplemente la Dama y el ¿caballero? Mi querido Edward le dijo en forma burlesca sonriendo.

Edward asiente y dice a plena voz, -déjame decirte que jamás fui un caballero pero tú siempre fuiste mi dama-

Todos ríen ante su intervención y Alice de funde con nosotros en un abrazo que espero jamás termine….

FIN…