HOLA MIS AMORES AQUI LES DEJO OTROS DOS CAP LAS AMO!!
GRACIAS VICKO POR TU AYUDA NUEVAMENTE!!!
ESPERO SUS COMENTS Y LAS EXTRAÑO MONTONES!!!!
BESITOS DESDE COLOMBIA!!!
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POV BELLA
Sólo pude llorar con más intensidad, la puerta fue abriéndose de a poco dejando ver a una muy preocupada Natalia. Escondí el rostro sin mirarla.
-¡Oh, querida!- expresó corriendo hacia mí.
Me abrazó y estuvo en silencio por largo rato, hasta que mi llanto fue disminuyendo y se apagó.
-Ven aquí, cariño. No tengas miedo, pequeña; Edward es un gran hombre y aprenderás a quererlo, de eso estoy convencida- dijo con seguridad.
Me abracé a ella como si mi vida dependiera de ello. Tras unos varios minutos en el suelo me ayudó a levantar, y con paciencia me ayudó a acomodarme para dormir, diciéndole a mi doncella que ella me ayudaría esta noche. Cuando ya tenía puesto mi camisón, levantó las mantas para mí y me obligó a meterme en ellas.
-¡Alice!- exclamé preocupada, sentándome de nuevo.
-Ella estará bien con tu Nana- dijo tranquilizándome,- ahora tú debes calmarte- concluyó recostándose junto a mí -Además, ya estaba dormida cuando subí- asentí en silencio.
-¿No debes irte?- pregunte poco tiempo después; rogando por qué se quedará junto a mí, por lo menos, hasta que conciliara el sueño.
- De hecho… he pensado en quedarme contigo. Si me lo permites tomaré a uno de tus empleados para hacerle el mensaje a la Marquesa, que me quedaré- dijo expectante. Asentí.
Un silencio se instaló en la habitación por unos minutos, hasta que logré recuperar la conciencia de mis actos.
-¡Lo siento tanto, debe perdonar mi comportamiento!- grité casi histérica.
-Tranquila, Isabella. Sé lo que sientes, así me sentí yo... hace un año- me dijo con calma.
La observé con detenimiento, sin entender nada.
-Sí, aunque sólo nos llevamos unos dos o tres años cuando mucho; yo estoy casada desde hace un año, con un caballero Francés. Recuerdo haber huido del mundo, llorar y sentirme miserable. Amaba a un hombre londinense, de una clase inferior, mi padre para alejarme de él me envió a Francia y allí conocí a Jacques. Al principio fue muy galante, me daba rosas y todo tipo de detalles, pero luego descubrí su interés por mi fortuna; entonces lo desprecié, él decido hablar con mi padre, pidió mi mano y dos meses después ya estábamos casados. Convirtiéndome en la señora de Lancee. En nuestro hogar Jacques cambió, se volvió frio, calculador... fue así hasta hace un mes, cuando estuve en cama por una epidemia de cólera, por un milagro me salvé. Desde entonces él ha decidido que desea estar bien conmigo y que me ama, ahora trato de llevar bien mi matrimonio- relató Natalia, imagino que recordando aquella época.
-Temo no ser capaz de enfrentarme a esto- le dije sinceramente.
-¿Sabes? no es porque Edward sea mi primo, pero sé que estarás bien con él. Por lo menos sé quién es- me consoló- Tal vez sea algo engreído, y eso lo saco del lado Cullen y no Platt- río- por lo menos eso dice tía Esme: que de nuestra familia ninguno tiene el temperamento de Edward- volvió a reir.
-¿Crees que lo haré bien?- pregunté.
-Por supuesto. Sólo haz lo que él te diga, pero sin dejar de ser tu misma, y sobretodo conócelo. Sé que, aunque los une el interés, terminarán amándose- sentenció alegre -A pesar de los problemas con mi esposo y que tía Esme aún no perdone a mi padre del todo, por lo que he sufrido; me he enamorado de Jacques y lucho incansablemente por que no existan odios entre mi padre, mi tía y él-
La abracé en un impulso y ella me devolvió el abrazo.
-Bueno, bella dama, debe descansar. Mañana es un día muy importante y debe estar resplandeciente- me dijo acomodándose nuevamente y permitiéndome refugiarme en ella.
-Gracias, Natalia, gracias por apoyarme- le dije y me quedé dormida.
A la mañana siguiente desperté de mejor ánimo. Natalia se había retirado de mi habitación desde temprano para recibir sus pertenencias, luego pasó al cuarto de huéspedes que le asignó Nana.
Ordené a Nana que dispusiera una habitación para Lord Cullen y unas mas para sus sirvientes.
Cuando terminaba mi desayuno entraron todos como un huracán arrasando a su paso con mi calma. Unas cuantas horas después ya estaba lista para irme a la iglesia. Me observé al espejo e identifiqué cada detalle de mi vestido.
-Estás perfecta, ahora sal y busca tu felicidad, preciosa- me dijo Natalia sonriendo, tomé a Alice de la mano y me subí al carruaje.
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