LA DAMA Y EL ¿CABALLERO? (+18)

Autor: bellsamy
Género: Drama
Fecha Creación: 19/02/2012
Fecha Actualización: 21/11/2013
Finalizado: SI
Votos: 34
Comentarios: 231
Visitas: 91347
Capítulos: 37

EN EL AÑO DE 1890, AÑO EN QUE LA ECONOMIA DOMINA LA VIDA, QUE LAS CLASES SOCIALES SON ESTRICTAMENTE NECESARIAS, EN DONDE LAS DAMAS SON SIMPLEMENTE COMPAÑIA Y LOS CABALLEROS DECIDEN LA VIDA.

NACE EL AMOR ENTRE RENE Y CHARLIE.

FRUTO DE ELLO VIENE AL MUNDO ISABELLA MARIE SWAN, A QUIEN LE ESPERAN GRANDES VIVENCIAS QUE LA HARAN DOBLEGAR SUS PENSAMIENTOS, SU SENTIMIENTOS Y AUNQUE ODIANDO AL CONDE EDWARD CULLEN TERMINARA AMANDOLO HASTA LA LOCURA.....

 LAS INVITO ESTE ES MI NUEVO FIC ESPERO LES GUSTE.... 

ES MI PRIMER FIC DE EPOCA!!!!  Y ESTA CON AUTORIA Y AYUDA DE VICKOTEAMEC

 PROTEGIDO POR REGISTRO DE DERECHOS DE AUTOR  SAFE CREATIVE

 Disclaimer: los personajes no me pertenecen, los personajes pertenecen a Stephenie Meyer

 

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Capítulo 27: MEDIDAS DESESPERADAS

HOLAS MIS CHICAS CMO TAN???? AQUI LES DEJO DESPUES DE CASI UN MES SIN ACTUALIZAR UN NUEVO CAP  GRACIAS COMO SIEMPRE A VICKO POR Q APESAR DE SUS MIL OCUPACIONES ME AYUDO UN MONTON CON MI CAP Y SIEMPRE ESTA ALLI DISPUESTA A AYUDARME  GRACIAS!!!!!!! DE VERDAD DI ESTE FIC ESTA PUBLICADO ES POR TI !!!!!!!!! TE AMO

FAMILY ESPERO SUS COMENT MIS LECTORAS SILENCIOSAS ESPERO LES GUSTE Y GRACIAS POR EL APOYO DE VERDAD SON LO MAXIMO DIGANME SUS OPINIONES POR FIS SON IMPORTANTISIMAS PARA MI!!!!!!

BESITOS DESDE COLOMBIA

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POV BELLA

Ver partir a Edward fue  muy doloroso, más aún saber que podía irme con él. Mi padre me advirtió por la mañana que si trataba de irme con Edward se encargaría de llevarse a Alice de mi  lado y aunque en un principio supe que no podría hacerlo, debido a que su custodia estaba a cargo de Edward y mía, él amenazo con emplear todo su poder para lograr llevársela. Era consciente que Edward no lo permitiría y, si eso sucediera, Alice sería la única que sufriría por mis necedades y mi poca paciencia. Debía esperar.

Traté de tranquilizarme pero no lo logre.

Volví a mis aposentos, en donde Alice me esperaba con Nana; las lágrimas nuevamente me invadieron, una o dos rodaron por mi meijilla, Alice al verme corrió hasta mí y me besó el rostro, tratando de limpiarme las lágrimas.

—Mami, no llores, sé que mi papi Edward volverá por nosotras. Te prometo que hablaré con el abuelo para decirle que queremos estar con mi papi Edward— dijo mi noble princesa.

— ¡Oh, gracias, mi niña! Sé que pronto pasará— le dije abrazándola.

Me acerqué a la cama y tomé la nota que Edward me había enviado con Nana. Entonces una loca idea cruzó por mi cabeza, para esto necesitaba a Alice lejos de esta casa y manipular demasiado a mi padre, sabía que contaba con la ayuda de Nana y hasta de mi madre.

—Nana, necesito que lleves a Alice con Vicko y Annie— le rogué—. Alice tengo una idea que puede funcionar. Pero necesito que me ayudes, debes salir de esta habitación llorando diciendo que yo no te hablo, debes rogar por que te lleven a la casa de tus abuelos… si esto funciona en unos días estaremos con Edward— dije emocionada, sabía que si Alice estaba con sus abuelos y yo lograba estar con Edward, el Conde me entragaria a Alice y no permitiría que mi padre se la llevara lejos.

Alice asintió y tomó su papel, gruesas lágrimas rodaron por su rostro y me angustié.

— ¡Oh, mi pequeña! — la abracé.

—Mami, no te preocupes haré muy bien mi parte— me dijo besando mi mejilla, salió de la habitación gritando—. ¡PUES SI NO QUIERES VERME ME IRÉ CON MIS ABUELOS, YO TAMPOCO QUIERO ESTAR CERCA DE TI!

Observé sorprendida a Nana quien dejó salir una sonrisa inocente, luego fue hacia la puerta y llamó a Alice con voz calmada.

—Viene su padre— me indicó.

Corrí hasta mi lecho y me dejé caer en él, fingiendo llorar y quejarme por no poder estar con Edward.

— Isabella, ¿qué han sido esos gritos de Alice? —  cuestionó mi padre furioso.

—Ha decidido irse y considero que es lo mejor. Yo jamás podré cuidarla, ella necesita alguien como el Conde, no como yo— le dije logrando que lágrimas invadieran mi rostro.

— ¿Que te ha hecho ese hombre, Isabella?, Alice siempre ha sido tu prioridad y ahora… ¿la dejas ir? — refutó mi padre decepcionado.

— ¿Qué razón tiene cuidar de ella si la alejarás de mí como alejas todo lo que amo? — cuestioné esperanzada en transformar el pensamiento de mi padre.

—Si esto lo haces para que conciba que estés con Lord Cullen estás en un error, no lo permitiré y si deseas a Alice lejos de ti ¡lo tendrás! Alice vivirá con los Cullen por unos meses desde hoy y tú te quedaras aquí con nosotros por el resto de tu vida— afirmó.

Lo observé con pánico, esto no era parte del plan, él sólo tendría que querer lo mejor para Alice y para mí… por lo tanto llamaría a Edward.

Asustada grité

— ¡No, padre!, está bien, si no deseas que vuelva con Edward no lo haré— el pánico se apoderó de todo mi cuerpo—. No me alejes de Alice ella es mía, estaré aquí pero deja a Alice conmigo… si es tu deseo, no saldré jamás- me defendí llorando de angustia, no sabía cómo mi plan había terminado tan mal y ahora mi padre cumpliría su palabra y me quitaría a mi único motor de vida y yo estaría aquí… encerrada sin hacer nada para recuperarla.

—No me interesa, Isabella. Hasta que no seas lógica en tus acciones Alice vivirá con los Cullen, no volverás a verla. Eso te lo aseguro- dijo saliendo de la habitación con Nana tras él,  luego cerró con pasador desde afuera dejándome sola.

Me enfoqué y traté de aclarar mis sentimientos, ¿qué demonios era lo que estaba haciendo? ¿Cómo era posible que dejara que mi padre me intimidara de ésta manera? ¿Edward? ¿Qué pasaba con él? Tuve la esperanza de que mi padre volviera en la tarde y me abriera… pero no fue así. La única persona con la que tuve contacto fue con Bree.

Lo único que pude hacer después de llorar el tiempo siguiente a la discusión con mi padre fue caer en la inconsciencia, la cual me dio calma en éste difícil momento.

Al anochecer Bree trajo la cena, comí muy poco de lo que dejó en mi bandeja.

Al día siguiente, tras una noche de sueños con Charles y Anabella, en donde ellos trataban de llevarse a Alice, mientras Edward y yo estábamos juntos mientras les rogaba que no lo hicieran. Desperté asustada, recordé los últimos sucesos y no pude evitar lamentarme por mi estúpido plan; lo único que había conseguido era que mi padre me alejara de Alice, mi única razón para soportar toda esta locura.

Decidida me levanté, tomé un baño y me arreglé. Iria tras Edward, mi peor temor ya había sido disipado, mi padre me había alejado de Alice, ya no tenía por qué seguir aquí.

Feliz y optimista por la nueva perspectiva que tenia sobre esta situación, iría a casa de mis suegros, buscaría a Edward y juntos lucharíamos por recuperar a Alice. Sabía que contábamos con la ayuda del abuelo de Alice.

Tome pocas de mis pertenencias en uno de los baúles y lo arrastré hasta la puerta, tomé la perilla de la misma y me dispuse a salir, hale con la fuerza normal que por lo generar ejercía para abrirla pero ésta no se abrió, volví a intentarlo asustada, una…dos y una más, la maldita puerta permanecía cerrada, tan solo se movía un poco a causa de la fuerza. Aún me tenían en custodia, encerrada… jamás lo habían hecho durante tanto tiempo y eso me alarmó, ¿dónde estaba mi madre?

Golpee la puerta desesperada, grité, pero nadie parecía oírme. Me dejé caer al suelo, aún golpeando la puerta y gritando. Unos minutos después la voz de Nana se escuchó tras la puerta.

—Mi niña, ¿estás bien? — me preguntó.

—Nana…no puedo salir…— sollocé.

—Lo sé, mi niña. Mi señor ha dispuesto que permanezcas encerrada y vigilada. Las llaves las tiene él— me explicó.

—Silvia, ¿qué hace usted ahí? — preguntó la voz de mi padre.

—Nada, mi señor, le preguntaba a mi niña si quería su desayuno— se excusó Nana.

— ¡PADRE, NO PUEDES HACERME ESTO! ¡NO ME PUEDES TENER AQUÍ COMO TU PRISIONERA! — grité desesperada.

— ¡SI PUEDO HACERLO, ISABELLA, Y LO HARÉ PARA QUE RECAPACITES  Y TE DES CUENTA DE QUE ESE MATRIMONIO FUE UN ABSURDO! — vociferó mi padre desde la puerta. Bueno, ¿cuál era su odio? La decisión ya estaba tomada, el hecho ya estaba consumado… es más, la unión beneficiaría su economía… ¿por qué simplemente no podía aceptarlo y dejarme ser feliz?

— ¡EDWARD Y YO NOS AMAMOS, TIENES QUE ENTENDERLO, NO PIENSO QUEDARME AQUÍ! — grité desafiándolo.

— ¡PUES Sí QUE LO HARÁS, DE ESO ME ENCARGO YO! —  rebatió Charlie golpeando la puerta, haciéndome respingar.

Oí sus pasos al marcharse, eran duros y firmes.  Volví a golpear la puerta en busca de Nana, la llamé pero jamás respondió a mi llamado.

Desesperada, di vueltas por todas la habitación, no sabía cuál sería la solución que le daría a este problema, no tenia forma de escapar de la cárcel a la que me había confinado mi padre, ¡en mi propia habitación! Era absurdo lo que estaba haciendo mi padre.

Revolví toda mi habitación en busca de una solución, odiaba todo esto. Cada vez encontraba una solución, se esfumaba tan rápido como aparecía.

Furia y frustración, esas eran las dos emociones que me invadían, ¿Quién se había creído mi padre para tenerme encarcelada? No dejaría que se saliera con la suya.

Observé la habitación: la cama, el cuarto de baño… en él había una pequeña rendija por donde no me seria fácil escapar. Entonces recordé… el gran ventanal, ¡por supuesto!, esa era mi salida. Sólo existía un pequeño detalle, este ventanal no tenia forma de abrirlo, mi única opción era traspasar ese vidrio, tal vez fuese un poco arriesgado pero sabía que lo lograría.

“Será fácil de quebrar” pensé.

Mi habitación estaba en la segunda planta, no sabía exactamente a qué altura, pero no me importaba, tenía que salir de esta cárcel y si mi única salida era ese ventanal… me lanzaría por él. ¿Cómo es que no se me había ocurrido antes?

Tomé uno de los múltiples frascos de aroma que guardaba en mi tocador y lo aventé hacia el ventanal, pero éste reboto y se deshizo en un estruendo. Furiosa envié unos tres más, los cuales se deshicieron al estrellarse contra el ventanal.

No entendía por qué todo se ponía en mi contra. Tomé una parte del buró y sin pensarlo golpee el ventanal sin soltar el objeto, el vidrio se quebró ante mis ojos y con él, un hilo de sangre broto de mi mano derecha.

— ¡Ahhh! — me quejé, solté el objeto y corrí hacia mi cama.

Tomé lo primero que vi para cubrir la herida, no contaba con mucho tiempo antes que mi padre notara mi gran hazaña.

Me asomé a través del gran ventanal y aterrada vi al suelo, era muy alto, me sentí nerviosa, pero pensar en Edward y que pronto tendríamos a Alice me dio la valentía para hacerlo.

Lancé el pequeño equipaje en un despliegue de la poca elegancia de dama que conservaba, si mi madre o alguna dama me viera sería la comidilla de todo Londres. Al escuchar el estruendo producido por el baúl que lancé, me ubiqué en  el borde del ventanal, analicé por un segundo la altura y mi pensamiento principal fue Edward, di un paso al vacío y me lancé rogando por no lastimarme en la caída.

Capítulo 26: BATALLA PERDIDA Capítulo 28: ACEPTANDO LOS ERRORES

 
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