LA DAMA Y EL ¿CABALLERO? (+18)

Autor: bellsamy
Género: Drama
Fecha Creación: 19/02/2012
Fecha Actualización: 21/11/2013
Finalizado: SI
Votos: 34
Comentarios: 231
Visitas: 91376
Capítulos: 37

EN EL AÑO DE 1890, AÑO EN QUE LA ECONOMIA DOMINA LA VIDA, QUE LAS CLASES SOCIALES SON ESTRICTAMENTE NECESARIAS, EN DONDE LAS DAMAS SON SIMPLEMENTE COMPAÑIA Y LOS CABALLEROS DECIDEN LA VIDA.

NACE EL AMOR ENTRE RENE Y CHARLIE.

FRUTO DE ELLO VIENE AL MUNDO ISABELLA MARIE SWAN, A QUIEN LE ESPERAN GRANDES VIVENCIAS QUE LA HARAN DOBLEGAR SUS PENSAMIENTOS, SU SENTIMIENTOS Y AUNQUE ODIANDO AL CONDE EDWARD CULLEN TERMINARA AMANDOLO HASTA LA LOCURA.....

 LAS INVITO ESTE ES MI NUEVO FIC ESPERO LES GUSTE.... 

ES MI PRIMER FIC DE EPOCA!!!!  Y ESTA CON AUTORIA Y AYUDA DE VICKOTEAMEC

 PROTEGIDO POR REGISTRO DE DERECHOS DE AUTOR  SAFE CREATIVE

 Disclaimer: los personajes no me pertenecen, los personajes pertenecen a Stephenie Meyer

 

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Capítulo 6: ACEPTANDO II

 

HOLA MIS CHICAS WAA ESTO A  SIDO UN MILAGRO DE VERDAD JAJAJA ME TARDARE MAS EN ESCRIBIR LOS CAP PERO TRATARE DE HACERLO SEGUIDO!!

QUIERO DEJAR COMO SIEMPRE UNOS AGRADECIMIENTOS Y DEDICATORIAS.

UNA DE ELLA PARA LA EDITORA EN JEFE JAJAJ Y NUETSRA CO-AUTORA VICKO ME PREGUNTÓ YO- ¿QUE HARIA SIN ELLA?- PUES NADA SINCERAMENTE JEJEJE.

 

OTRO DE ELLOS PARA MI MADRE, LA MAS BELLA Y MAS HERMOSA SOL, GRACIAS POR TUS COMENTS DE APOYO Y TUS IDEAS SOLO HABLAR CONTIGO ME INSPIRA JEJEJE.

A MIS HERMANAS, DANNY, ANNIE, MAYA LA AMO Y DE VERDAD GRACIAS POR ESTAR AHI Y TENER EL TIEMPO PARA LEER Y AYUDARME.

MIS TIAS SIL,VERO, PRINCESS,ECO Y GABBY DE VERDAD QUE LAS AMO!!!

A MIS HIJAS, BELLA Y VANE GRACIAS POR EL APOYO.

Y POR SUPUESTO A MIS PRIMIS ALBA..

Y A MIS LECTORAS GRACIAS EL EXITO DE ESTE FIC NE MENOS DE UN MES ES SUYO.

DISFRUTEN DEL CAP Y ESPERO LES GUSTE.

CONTINUEN ACOMPAÑANDOME CON SUS VOTICOS Y COMENTS!!!! Y DEJEN SUS IDEAS Y LO Q SE LES OCURRA!!!

 

BESITOS DESDE COLOMBIA BELLSAMY.

LAS INVITO A MI OTROS DOS FICS

ALMAS GEMELAS Y ENTRE AGENTES Y VAMPIROS!!

GRACIAS!!!!!!

____________________________________________

 

POV EDWARD

No respondí ante aquella afirmación, la muerte de mi querida prima me hacía sentir vacío.

Un dolor profundo se había instalado en mi pecho, a pesar de que los hombres no debíamos sentir, algo dolía en mí, algo se había ido con ella.

Necesitaba salir de aquí, huir, pero tenía que comportarme a la altura, mi prima lo merecía. Aún no lograba entender por qué se había ido, quería gritarle al mundo que ella no se lo merecía, era una injusticia lo que había sucedido con ella y Charles.

-Tía- la llamó la hija de mi prima.

La pequeña e indefensa Alice, por la cual velaría desde hoy, a la cual cuidaría y protegería con mi vida en caso de ser necesario.

Se lo debía a Anabella. Todos la observamos con detenimiento.

-Lord Cullen- saludó la niña y nos hizo una reverencia. Me puse a su altura y le dije al oído

- Lady Alice luce usted muy hermosa el día de hoy, sepa que cuenta conmigo incondicionalmente y ya sabe puede decirme Edward –

La niña asintió feliz y me hizo un ademán para seguir mi juego.

-Lo sé, pero debo comportarme como una dama-sonrió, aunque fue una sonrisa triste, de ausencia y dolor.

-Señorita Swan- dijo Emmett.

-Tía, el abuelo dice que la ceremonia comenzará en un momento, solicita tu presencia junto a él- manifestó la chiquilla estirando su mano para indicarle el camino a la odiosa Isabella.

Ella la tomó de la mano y la siguió sin despedirse de nosotros, -pero que insolente  es esa niñita- pensé.

Posteriormente ocupamos nuestros lugares dentro de la iglesia.

La ceremonia fue lenta, agónica,  emotiva, pero sobretodo solemne.

Todas las damas lloraban mientras los caballeros las consolaban. El rostro de Lord Swan era una máscara de tristeza y oscuridad, tomaba de vez en cuando la mano de Isabella, la cual parecía estar a punto de ahogarse en su propio llanto, no puedo negar que sentí lastima por la arrogante jovencita.

Tal vez yo fuera prepotente y mal humorado, pero tenía corazón, la pérdida de Anabella para mí significaba una gran pérdida.

La diferencia entre Isabella Swan y yo era que ella podía gritar su dolor su dolor, mientras yo tendría que llevarlo adentro.

Tenía que tragar uno a uno los nudos que se instalaban continuamente en mi garganta, poner rostro severo y demostrar fortaleza. Debía estar de pie, fuerte como un roble, atento a cualquier signo de que alguien pudiera necesitarme, aunque creo sinceramente que el dolor se reflejaba en mi mirada.

Al terminar la ceremonia los asistentes se acercaron a mis tíos y mis primas, posteriormente a los Swan dándoles las condolencias a Lord Swan y su hija.

 

POV BELLA

 

Para cuando salimos de la ceremonia mis ojos ardían como si hubiese llorado durante miles de años. 

El ánimo general había empeorado y aún faltaba el momento más duro, el que más esfuerzo me costaría; dejar en aquel solitario lugar a la que consideraba mi hermana y al único hermano que había tenido y por el cual hubiese dado la vida sin dudar. 

Tomé a Alice con fuerza de la mano y justo frente a la puerta nos abordó la Duquesa Solange Cullen.

-Querida Isabella, lo siento tanto...- habló despacio, su mirada era dulce, más que todo maternal.

- Gracias- dije – Creo que las dos hemos tenido una gran pérdida, hemos perdido algo que amábamos-

Me envolvió en  un abrazo, el cual le agradecí con el corazón. Eso era lo que más necesitaba en ese preciso momento.

-Entiendo un poco el dolor que te embarga .. yo ..he perdido a mi hija...-  dijo de pronto sollozando.

-Yo … lo….siento…-  fue lo único que me atreví a decir.

-¿Abuela?…¿Tía?...- habló mi Alice, la pequeña de la que nos habíamos olvidado  totalmente -¿Puedo abrazarlas?- nos pidió con ilusión.

La levanté en mis brazos sin importarme que se "viera mal". 

La duquesa nos acercó lo más que pudo a su cuerpo y nos besó la coronilla de la cabeza a ambas.

Me sentía protegida en ese intenso y emotivo abrazo. 

Bajamos a Alice justo cuando apareció el Duque y llamó la atención de su esposa y nieta.

Me indicaron que viajarían juntos en el carruaje, la Duquesa, el Duque, Alice y mi padre. 

Las hijas de los Duques se ya habían marchado, con el resto de los Cullen.

Resignada y sola caminé a mi carruaje, el cual se encontraba a tan solo unos pasos adelante.

Quería reprocharle a mi padre por abandonarme de camino a aquel lugar, pero no podía hacerlo, Alice también debía estar con sus abuelos y yo no podía ser egoísta ante ello. Además mi padre pasaba por el mismo dolor, tal vez el Duque y la Duquesa lo entenderían mejor que yo.

Una lágrima rodó por mi mejilla, no deseaba estar sola, esto era muy duro para mi y empeorar mis males, mi nana había tenido que viajar ayer su hija estaba demasiado enferma, por otra parte mi doncella se había quedado en casa.

Ellas eran mis únicas compañías posibles, estaba totalmente destinada a enfrentar éste terrible momento sola.

 Cerré mis ojos, recosté la cabeza, dejando el paso libre a la tristeza y permitiendo que me inundara.

La puerta del carruaje se abrió, pensando que mi padre tal vez había decidido volver no abrí los ojos.

-Disculpará usted, Lady Swan, pero su padre me ha pedido que le acompañe- habló la voz que más odiaba en todo Londres. 

Abrí los ojos de golpe, sumamente furiosa.

-¿Qué hace éste engreído aquí?- pensé.

-Debo decir que no es de mi total agrado, pero si mi padre lo ha autorizado debo resignarme ¿no cree?- le dije indiferente, limpiando disimuladamente las lágrimas que minutos antes había dejado escapar.

Él pareció no prestarle atención a mi comentario y se acomodó a mi lado.

-¿Pero que se ha creído éste hombre para sentarse tan cerca de mí cuando existe en el carruaje el espacio suficiente para que este lejos?- pensé asesinándolo con la mirada.

-Se está más cómodo aquí- dijo sonriendo con suficiencia.

Lo ignoré totalmente y volví a cerrar los ojos. 

El conductor cerró la puerta e inicio el camino hacia el mausoleo.

-Entonces, ¿le molesta tanto mi presencia que me evitará todo el camino?- murmuró Cullen con su desquiciante tono de suficiencia. 

No le respondí.

-Mmm... éste será un interesante monólogo- volvió a hablar el engreído.

-¿Acaso soy tan indigno de hablarle a la pura y respetable dama, que es más histérica y fría que cualquier otra que haya conocido?- Abrí los ojos para asesinarlo con la mirada nuevamente, acababa de decirme fría e histérica, ¡eso sí que no se lo permitiría!

- ¿Acaso cree que en el funeral de mi hermano y mi cuñada debo ser como esas damas de poca categoría que se le ofrecen por un simple acto de cariño para con ellas? ¿Tan de baja clase me considera, Lord Cullen?- reclamé furiosa.

-Para ser una dama... parece más como si fuera una de esas mujeres de las afueras, fría, desquiciada y sola- refutó con el más insoportable y solemne tono.

-¿Sola?- pregunté frustrada. 

El muy entrometido asintió y sonrió como si hubiese dado en mi punto  más vulnerable.

Y lo que me molestó es que lo hubiese logrado.

-Piense usted lo que le plazca – le respondí a punto de bajarme por la ira que me dio al escuchar sus palabras.

Guardó silencio un momento y yo suspiré aliviada.

-Me pregunto cómo una mujer como usted hará para conseguir quien la despose- habló de nuevo.

-¿Perdón?- cuestioné con total indignación.

-Sí ¿cómo lo hará? Es usted insolente, insoportable, engreída, pretenciosa y déspota- me criticó el muy sin vergüenza, hablando con tan naturalidad, como si hablara de cualquier trivialidad en lugar de estar criticando mi persona.

-De usted debo decir que para aspirar a Conde es un majadero, atrevido, inculto, engreído, molesto y además poco atractivo, un pretencioso que cree que pude tener a la mujer que desee a sus pies y que, aparte de todo, no debe saber ni dar un beso excelso y apasionado. Es más, estoy casi segura que no debe saber nada del amor- dije a punto de pegar de gritos.

Los ojos parecieron salirse de sus órbitas en cuanto acabé mi discurso.

-Entonces... ¿está usted casi segura  que no sé dar ni siquiera un beso, Señorita Swan?- me dijo, literalmente, escupiendo las palabras.

Asentí segura.

No vi venir su movimiento, su ventaja fue estar tan cerca de mí. 

Me sujetó por las muñecas y en un acto casi desesperado poso sus labios sobre los míos. 

Giré la cara con fuerza, pero el tomó mis manos con una de las suyas y  con la otra tomó mi rostro y me obligo a besarlo. 

Al principio no correspondí, incluso estuve a punto de morderlo, pero su beso fue tan profundo que no tuve más remedio que seguir su juego, esperanzada en que me dejase en paz.

-¿Cómo se atrevía?, era un ser despreciable y ruin, ¿cómo me hacía involucrarme en un juego así con él en momentos tan dolorosos cómo éste? De a poco se alejo de mí, me soltó suavemente, me miró por un momento directo a los ojos y sin dudarlo alcé mi mano y la estampé de lleno en su mejilla, dándole una sonora bofetada. 

-No se atreva a ponerme una mano encima jamás- amenacé furiosa -Aunque... debo admitir que me decepcionó, ¿eso es todo lo que puede hacer? ¿Ese es su concepto de un beso apasionado? ¿Sabe?, después de todo he comprobado mi teoría, besa mejor un horrible sapo que usted- le dije justo antes que abrieran la portezuela para bajarme del carruaje. 

Me fui sin mirar atrás, dejándolo a él ahí.

Consternada caminé a toda prisa rumbo al mausoleo, ahí ya estaban los Cullen junto a mi padre.

Alice estaba con su tía, la pequeña Annie; aunque, realmente no era tan pequeña, sólo dos años menor que yo.

Me acerqué a mi padre temblando, lo que acababa de suceder en el carruaje me había terminado de desestabilizar, estaba totalmente aturdida.

 

No podía negar que, a pesar de todo lo que viajaba por mí mente, el arrogante Cullen me había dejado sin aliento con el beso. Además, aunque hubiera dado a entender otra cosa, jamás había besado a alguien y éste, a pesar de la situación, había sido un beso apasionado y estremecedor.

Por otro lado, en mi mente estaba el hecho que estaba a punto de enterrar a mi hermano.

Tenía que comportarme, no permitir que esas banalidades opacaran este doloroso momento; eran tantos los sentimientos que me aturdían que decidí alejarme de todos, escabulléndome a un rincón lo más apartado posible.

 

Observé cómo los hombres del servicio funeral ubicaban el féretro de mi hermano y el de Anabella en aquella bóveda. Mi único consuelo, lo único que me queda, era que estarían juntos por toda la eternidad.

 

Di dos pasos atrás y choqué con algo, comencé a hiperventilar y no sentí nada más que la soledad de la ausencia de mí querido Charles.

 

 

Capítulo 5: ACEPTANDO I Capítulo 7: BUSQUEDA!!

 
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