Sorpresas de la vida

Autor: MABELITA
Género: Romance
Fecha Creación: 18/08/2012
Fecha Actualización: 28/08/2014
Finalizado: SI
Votos: 31
Comentarios: 54
Visitas: 114420
Capítulos: 37

Edward,  recibe como sorpresa a  una  hija  que nunca conoció,  él odia Bella  Swan, por razones equivocadas, ¿Qué  pasará  cuando después  de varios  años se encuentren?¿Bella  lo perdonará? Se merece él  su perdón.

 

Hola  que tal chicas, estoy aquí de nuevo, esta vez  hice algunos arreglos  a la historia, espero que les guste y  que comenten  y voten, por favor.

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Capítulo 8: Nueces y pijamada

Reneesme  Pov:

Después de la cena de anoche no quiero ni  siquiera  escuchar el nombre de Tanya, es  decir cómo  prefiere  estar con ella que con mamá, bueno  dejando de lado a esa bruja, porque lo es, todo ha ido muy bien, platico con  mi tía  todos los días, Edward piensa que estoy hablando con  mamá, si él supiera, mi tía dice que  mamá  tiene  pequeñas mejorías  pero no muchas,  mi tía  Alice aún cree que estoy  en la academia de ballet, bueno  convencí a Edward  de que me inscribiera en un curso vacacional de ballet, tomé algunas fotos  mías con unas amigas, en el estudio de ballet  y se las envié a mi tía, no es que me  guste mentirle pero sé  que si le digo la  verdad, ella vendrá  por  mí  y bueno aún quiero pasar más tiempo con Edward,  mi papá,  aún no soy capaz de  llamarlo así.

Hoy era lunes, me vestí  con  una  licra negra y una blusita de tirantes rosa con unos  zapatos de muñeca, agarre mi bolso con todo  lo necesario  para el  ballet  y  salí  de mi habitación, olía  muy rico, cuando llegué  a la cocina me di  cuenta que mi plato ya estaba servido, me senté y me  fijé que Edward estaba hablando  por su teléfono, me hizo una señal  con la mano  para que esperara,  cuando terminó de hablar y guardó  su teléfono dijo.

-Hola  Ness,  estaba hablando  con mi secretaria y me acaba de decir que una revista  muy  importante  sobre empresarios quiere  entrevistarnos  a ti y a mí,  tú sabes, soy uno de los más  reconocidos  empresarios, gracias a mis empresas   “Amanecer”,  y de paso quiere saber  un poco  de ti, entonces  quieres tú salir en esa revista- me preguntó  Edward.

Me atraganté  con lo que comía cuando él  terminó  de hablar, yo salir en una revista, sería algo genial, pero espera si  salgo en una revista como esa es muy  probable que mi ti a se entere, no puedo arriesgarme así, aunque pensándolo bien, mi tía  sólo lee  revistas de moda, no de empresarios.

-Ok, acepto- le dije muy emocionada.

Él  sonrió  en respuesta y dijo.

-De  acuerdo, entonces arreglare todo para empezar lo  más  rápido  posible- me dijo él.

Que tan malo puede ser, es  decir sólo debo  dejar que me hagan algunas preguntas, unas cuantas fotos y ya.

Habían  pasado tres días  desde que Edward y yo tuvimos  esa  dichosa entrevista, la mayoría de preguntas se la hicieron a él, a mi  casi no me tomaron en cuenta, pero bueno me divertí mucho en la sesión de fotos, dijeron que saldríamos en la portada, estábamos Edward  y yo abrazados mirando a la cámara,  eso me emocionaba  y  a la vez me asustaba, qué pasaría si mi tía  por algún motivo  viera esa revista, Nessie, sé optimista, además sabes que ella no lee este tipo  de revistas, pero y sí lo hace, no lo hará, me  decía  mi yo interior, creo que  estoy loca, ahora escucho voces en mi cabeza.

Era jueves  y estaba en mi curso de  ballet, olvidé decirles que Mackenzie, la hija  de  Jasper, también está en este curso conmigo, es genial, en estas últimas semanas nos hemos hecho muy unidas, ella es una gran amiga, apenas había llegado, cuando  vi el auto de  Jasper estacionarse en la entrada de la academia, de la puerta del copiloto bajó Mackenzie,  después de despedirse de  su papá  vino donde mí.

-Hola  Nessie, ¿cómo estás?- me dijo mientras me daba un beso en la mejilla.

-Hola, bien    y  ¿tú?- le dije mientras entrábamos   a la academia.

-Bien, oye que te parece si hacemos una pijamada, recuerdas que la profesora dijo que mañana no vendría, pensé que sería  genial  si vienes  a dormir a mi casa y después mañana en la tarde  te dejamos en tu casa- me dijo  mirándome  con una sonrisa.

-Ok, me encanta la idea, sólo debo pedirle permiso a Edward- le dije

-Ok, ¿Edward?, aún no le dices papá-me  preguntó, con una clara interrogante en su rostro.

Yo lo único que hice fue encogerme de hombros, ya habíamos llegado y estábamos guardando nuestras cosas en los casilleros.

Después  de la clase de ballet, que fue simplemente  genial, aprendí muchas cosas nuevas, bailar es una  de las cosas más  asombrosas  que existen, al terminar la clase, llamé a Edward para preguntar si podía ir  a  la casa de Mackenzie, dijo que está bien, que  no hay problema, pero dijo que  yo no tenía ropa para mañana, Mackenzie  dijo que ese no era ningún problema, que ella  me podía  prestar ropa, Edward con esa respuesta se quedó tranquilo, dijo que mañana nos veríamos.

Ahora estaba en el auto de Jasper  y con Mackenzie,  dirigiéndonos a su casa, cuando aparcamos, me di cuenta  de que su casa era más pequeña de lo que imaginada, era color amarillo, pero no un amarillo  escandaloso, sino bajito, de dos pisos, se veía muy acogedora.

Al entrar  Mackenzie prácticamente me jaló  a su habitación, era muy bonita, llena de muñecas, aún era temprano, así que nos sentamos en el suelo y cogimos un par de  muñecas y nos pusimos  a  jugar  con ellas,  ella era la Cenicienta  y yo Blanca Nieves, me estaba divirtiendo mucho, ella  me recordaba mucho a una amiga  mía de  LA, se llamaba  Jane,  creo que las tres seríamos grandes  amigas.

- En ¿qué piensas?- me dijo Mackenzie sacándome de mis pensamientos.

-Ah, nada, sólo  pensaba que tú te pereces mucho  a una amiga mía  en L.A. - le dije sinceramente.

-Ah- fue todo lo que dijo.

Ya se estaba haciendo de noche,  el tiempo pasando volando entre juegos,  ahora estábamos, Mackenzie y yo,  acostadas en su cama, viendo  una  película de terror, mientras comíamos canguil con Coca-cola, en realidad no le prestábamos mucha  atención a la película,  le acababa de conversar  a Mackenzie   toda  la verdad, es decir le conté   de  cómo en realidad llegué  aquí.

-Pero no crees que es arriesgado, es decir que harás si todos se enteran de la verdad, aunque dices que  tu tía Alice es  buena gente, yo creo que si se  va  enojar mucho cuando se entere de lo que hiciste, sabes  te  quiero mucho,  y por eso me preocupa  como lo vayan a tomar los demás- me dijo mi amiga, con la  preocupación en el rostro.

-Gracias, pero bueno creo que  en algún momento todo se sabrá- le dije triste.

-Creo  que es bien feo lo que le está pasando  a tu mamá, pero  sabes  yo también extraño mucho a  mi mamá, la única diferencia  es que ella no me quiere- dijo Mackenzie  a punto de llorar.

-Oh Mackenzie, no llores, me tienes a mí, tu mamá  es la que  se pierde de tener  una hija tan maravillosa  como tú.- le dije mientras le abrazaba bien fuerte.

-Gracias- me dijo entre sollozos.

Después de eso nos acostamos ambas  para dormir, ella me había contado  que su mamá  se llamaba María,  y que ella les había  abandonado  a  su papá  y a ella, cuando  Mackenzie todavía  era una bebé, su historia me pareció  muy triste, como alguien puede tener el corazón tan duro como  para abandonar a su propia hija, pero bueno ella  tiene la suerte de tener  un padre tan bueno como  Jasper.

Nos habíamos  despertado  bien  tarde, eran cerca de las  once de la mañana, así que en lugar de desayunar, esperaríamos  a que sea hora del almuerzo, Jasper, el papá de Mackenzie  estaba en su trabajo era Ingeniero,  en la casa sólo estábamos Mackenzie,  yo y  la nana de Mackenzie, que ahora  estaba haciendo el almuerzo, mientras Mackenzie y yo estábamos recostadas   en el sofá  viendo la televisión.

La  hora del almuerzo, había llegado, sin exagerar fue uno de los mejores almuerzos  de mi corta  vida, después de eso, Mackenzie yo nos pusimos  a jugar Básquet, soy mejor  en el deporte que ella, jaja, en la tarde  nos pusimos  a  jugar videojuegos, pasamos en eso toda  o bueno casi toda la tarde,  ya había llegado Jasper,  y  ahora los tres  mirábamos la televisión mientras  me venían  a  recoger.

Después  de unos minutos, escuchamos el pito del auto de Edward, cogí mi  maleta y  me despedí.

-Adiós Jasper- le dije  mientras él me daba un beso en la mejilla.

-Adiós  Mackenzie-  le dije mientras la  abrazaba.

-Adiós, cuídate, chao- me dijo.

Cuando salí de su casa, se me hizo muy raro que Edward no hubiera entrado, aunque  sea  sólo para saludar  y  ya, pero bueno,  vi  el auto estacionado en la entrada  y cuando subí en el asiento del copiloto, me di cuenta de  que no era Edward.

-Hola cariño- dijo Tanya  con una sonrisa fingida.

-Hola,  ¿por qué  viniste  tú  y no Edward?- le pregunté  entre molesta y fastidiada  por su presencia.

-Bueno pensé  que sería genial, que tú y yo  tratáramos  de  conocernos  de nuevo, sé que no empezamos muy  bien- me dijo.

-Tú  a mí no me engañas, sé que no te agrado, no tienes por qué  fingir- le dije yo.

-Es cierto, no me agradas, eres más  lista de lo que pensé, pero  tú  crees  que Edward confía  más en ti que en mí, pues te  equivocas- me dijo altanera.

Luego  de eso nadie dijo nada hasta  que llegamos al apartamento  de Edward, bajamos  y seguíamos en silencio.

Cuando entramos,  Tanya dijo.

-Mira para  hacer las  paces te he traído un rico pastelito- dijo  ahora  tiernamente, o bueno lo  intento.

-Edward, hola- le dije  cuando  él  salía de la cocina para saludarme.

-Hola, cariño, ven vamos  a  comer- me dijo mientras me cogía de la mano, para ir al comedor.

-Espera yo no comeré nada que venga  de Tanya, pude  haberle  puesto veneno o algo- le dije  yo.

-Por favor  compórtate- me dijo cambiando su voz, a una de advertencia.

Los  tres  nos sentamos  a comer, bueno el pastel no estaba mal, hasta podría decir que estaba rico, pero cuando terminaba de comerlo, porque Tanya,  como me quiere tanto, nótese el sarcasmo, me dio doble porción, sentí  que el estómago me empezaba a doler.

-Ness, ¿estás bien?- me dijo Edward.

-No creo que no, ¿que tenía el pastel?- pregunté  a punto de gritar  por culpa del dolor a Tanya

-Pues, no sé,  todo  lo que  tiene  un pastel de nueces, creo- me dijo ella.

Esperen dijo nueces,  soy alérgica a las nueces, Edward  tocó  mi frente y dijo.

-Estás  ardiendo en fiebre, te llevaré  a un hospital-  me dijo muy preocupado.

Después de eso, ya no sentí  más, todo a mi alrededor  se volvió  completamente negro.


Hola chicas que tal, espero que me dejen sus comentarios y votitos porfiss,  muchas gracias a  las chicas que me han dejado sus  comentarios  y  votos,  les  agradezo un montón,   calma  chicas pronto  Bella aparecerá en la historia, espero que les haya gustado el capi.  y que me dejen sus comentarios, desearía que me dejaran cualquier recomendación o sugerencia para saber que les gusta  o no  de la historia, gracias, prometo subir el próximo capi. lo más pronto posible,  besitos y abrazos  mabe.

Capítulo 7: Fotos del capítulo anterior Capítulo 9: La verdad sale a la luz

 
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