Edward Pov:
Acababa de regresar del parque, estuve con Bella, traté de pedirle una oportunidad, sólo una, pero me la negó.
Aunque quiera negarlo, es en gran parte mi culpa, el que Bella no quiera estar conmigo, la necesito a mi lado, a ella y a mi hija, pero no sé qué hacer para recuperarla, me siento vacío sin su amor.
Esa noche me dormí pensando en la mejor forma para recuperarla.
…
…
Me desperté bien tarde, eran ceca de las diez cuando abrí los ojos, a partir de este día mi plan de reconquista empezaría.
Me levanté con ánimo optimista, primero me bañe y me vestí con unos jeans algo gastados y una camisa azul, color preferido de Bella.
Bajé presuroso de la habitación del hotel, y esperé a que un taxi me parara, le di la dirección de Bella y no podía borrar la sonrisa de mi rostro al verla de nuevo, a ella y a mi hija.
Al llegar al departamento de Bella, me sentía un poco nervioso, pero ya estaba aquí y no debía ni podía darme por vencido.
Toqué la puerta y esperé pacientemente a que abrieran.
Una Bella muy sorprendida me atendió.
-¿Edward?, qué haces aquí- dijo algo desconcertada.
-Hola Bella, vine a ver si podía salir a dar una vuelta con mi hija- le dije con voz sincera.
Esa fue una buena idea.
Bella me miró dudando por un momento pero al final dijo.
-Espera aquí- dijo y entró de nuevo al departamento.
Al cabo de unos escasos segundos reapareció en la puerta con mi hija a su lado.
-Hola papi- dijo Nessie, mientras se lanzaba a mis brazos.
-Hola princesa- dije mientras la envolvía en mis brazos.
-No tarden, ¿ok?- dijo Bella mirándonos a ambos.
-De acuerdo- le dije yo.
-Adiós mami- dijo mi pequeña.
-Adiós corazón, pórtate bien- dijo Bella.
Nessie sólo asintió con la cabeza.
Ambos fuimos directo a la salida del edificio.
Fuimos al mismo parque en el que estuve ayer con Bella.
Mi hija fue la primera en romper el silencio y dijo.
-Papi, ¿por qué no invitas a mi mami a salir?- dijo Nessie.
-¿Por qué lo preguntas, acaso ella te dijo algo?- le pregunté.
-No, pero no sé, creo que ambos deberían estar juntos, y tú debes dar el primer paso, invítala a salir- insistió mi pequeña.
-De acuerdo, lo pensaré- le dije.
-Edward, debes ser más rápido, nada de “lo pensaré”, debes hacerlo pero ya- dijo con voz seria y firme, cosa que en otros momentos me hubiera causado gracia.
-Tienes razón, la invitaré hoy mismo a cenar- le dije
-Así se habla- dijo mi hija, aún muy seria, para ser ella.
Después de esa corta pero extraña conversación, nos la pasamos conversando de cosas triviales.
El tiempo se nos fue volando, y ya era hora de ir a almorzar, fuimos directo a una tienda de comida rápida, Nessie dijo que Bella le prohibía comer cosas así, pero quedamos en que este sería nuestro pequeño secretito.
Eran cerca de las dos de la tarde, y como quedé en que hoy invitaría a Bella a cenar, fuimos directo a su departamento.
Llegamos y como lo esperaba Bella abrió inmediatamente la puerta.
-Princesa, vamos entra- dijo Bella con voz alegre.
-Espera mami, Edward tiene algo que decirte- dijo mi hija.
-¿Enserio?- dijo Bella mirándome directamente a los ojos.
-Sí, Bella ¿te gustaría salir a cenar esta noche conmigo?- le dije tranquilamente aunque por dentro me moría por saber su respuesta.
-Pues…. no sé- dijo dudosa.
-Vamos mami, di que sí- dijo Nessie suplicante.
Ante la mirada de Reneesme, Bella no pudo negarse, y tras dar un fuerte suspiro, dijo.
-De acuerdo, sólo porque me lo pides así- dijo Bella mirando a nuestra hija.
-Estupendo, paso por ti a las siete- le dije emocionado.
Ella sólo asintió con la cabeza.
Y salí presurosamente de ahí, para arreglar todo para esta noche.
Bella Pov:
No podía creer que haya aceptado una cita con Edward, el hombre que aunque lo niegue, sigo amando.
-Es increíble, cómo me haces esto Reneesme, ¿una cita con Edward?- dijo tratando de no ponerme histérica.
-Tranquila mamá, no es para tanto, es sólo una cita- dijo mi hija.
Yo la miré de la manera más furiosamente posible, mi hija lo único que hizo fue sonreír.
Inmediatamente llamé a Alice, ella debía ayudarme a arreglarme, gustosa aceptó en venir lo más pronto posible.
….
…
Faltaban cerca de dos horas para que Edward viniera por mí, Alice en cuanto colgó el teléfono, había traído de su boutique un vestido, que según ella era perfecto para mí, no me había dejado mirarlo, alegando que debíamos apurarnos, y en estos momentos está peinándome y maquillándome, ninguna como Alice, pensé.
Al fin después de lo que para mí fue demasiado tiempo, al fin pude mirarme al espejo.
Alice me había puesto sombras negras alrededor de mis ojos, rímel en las pestañas y algo de rubor en las mejillas, me veía simplemente espectacular.
-Gracias Alice- le dije sinceramente.
-Para esos estamos las amigas- me dijo ella con una sonrisa.
Mi hija se encontraba sentada en el sofá, mirándome con una sonrisa cómplice.
-De acuerdo, ahora sólo falta el vestido- dijo Alice mientras salía de la habitación, para traer el dichoso vestido.
El era vestido de corte tubito con unos detalles de tela brocada de mallas que se entrecruzan, me gustó mucho la verdad, era color rosa y negro.
Lo cogí y rápidamente entré al baño a cambiarme, cuando salí, tanto Alice como mi hija me miraban atónitas, quizá después de todo no me quedaba del todo bien, eso pensé hasta que mi hija alzó sus pulgares en modo de aprobación, me sentí satisfecha.
-Alice, dime la hora- le dije.
-Son las seis y cuarenta y cinco- dijo mi amiga.
-De acuerdo, todavía tengo tiempo, rápido Alice, los zapatos- le dije algo desesperada.
Alice salió de la habitación, y en menos de lo que esperaba regresó.
-Ten, póntelos- dijo y puso los zapatos de taco en el suelo.
Después de calzarme los zapatos, escuchamos que alguien tocaba la puerta, odio que Edward sea tan puntual.
Salí de la habitación y le abrí la puerta.
-Hola- le dije apenas le vi.
-Hola- dijo él con la sonrisa de él que tanto me encantaba.
Nos quedamos mirando por buen rato, fue un momento especial, o bueno lo fue para mí.
-Oh, ten, las traje para ti- dijo Edward mientras me entregaba un ramo de flores.
-Gracias, voy a dejarlas adentro, ya vuelvo- le dije.
-No tardes- escuché que dijo.
Dejé las flores en la mesa, Alice después las pondría en agua.
Rápidamente fui y cogí un abrigo, al regresar a ver a mi hija y amiga, me di cuenta de que me susurraban un “suerte”.
Salí a encontrarme con Edward, y tras apoyarme en su brazo, salimos del edificio.
Al entrar al auto, me di cuenta de que Edward no había perdido su caballerosidad, ya que se inclinó y me ayudó a abrocharme el cinturón de seguridad.
En el camino al restaurante, ninguno de los dos había dicho alguna palabra, era un silencio, para nada incómodo.
Al cabo de unos minutos de viaje, llegamos al restaurante “La Bella Italia”, Edward no ha olvidado cual es mi comida favorita.
Entramos juntos al lugar, y cuando estuvimos dentro el recepcionista le preguntó a Edward, si tenía reservación.
-Sí, a nombre Cullen, Edward Cullen- respondió.
-Acompáñenme, por favor- dijo y lo seguimos.
Cuando el señor se fue, le pregunté a Edward.
-¿Cómo pudiste hacer una reservación tan rápido?- le pregunté curiosa.
-Tú sabes, el apellido Cullen es muy influyente- dijo orgulloso.
Yo sólo pude rodar los ojos, debido a su respuesta.
Iba él preguntar algo más, pero en ese momento llegó el mesero.
-Bunas noches, señores, ya saben qué van a pedir.
-Yo quiero un bollito misto del Piamonte- le dije
-¿Y usted señor?- dijo el mesero, refiriéndose a Edward.
-Yo quiero un stracotto al barolo- dijo Edward.
-De acuerdo, enseguida les traigo su orden- dijo el hombre y salió de mi campo de vista.
Hasta ese entonces los dos seguíamos muy callados.
Edward rompió el silencio y dijo.
-¿Y después de que nos separamos, qué ha sido de tu vida?- me preguntó curioso.
-Pues, qué te diré, Alice y yo buscamos trabajo aquí en LA, yo primero conseguí el trabajo de contadora en un pequeño restaurante, y después de un tiempo conseguí un trabajo como economista en una empresa de chocolates, la verdad me ha ido bien, pero después de lo que ocurrió, ya no tengo trabajo, oficialmente soy una desempleada- dije tratando de sonreír.
-Bella, si puedo ayudarte en algo, sólo dímelo- dijo Edward suplicante.
-Oh no, por supuesto que no, si consigo trabajo o algo parecido, quiero que sea por mis méritos, no porque tú me ayudes- le dije determinada.
-De acuerdo, entonces no toquemos más ese tema- dijo él.
-Pero y tú ¿qué ha sido de tu vida?- le dije.
-Pues, todo a seguido igual, o eso creo, en verdad Bella nada ha sido igual desde que te fuiste- dijo Edward.
Lo que dijo me incomodó un poco, pero para mi suerte justo en ese momento llegó la comida, y desde que los platos estuvieron en frente de nosotros, comimos en un silencio que para mí, fue incómodo.
Tanto Edward como yo, habíamos terminado de comer, cuando de fondo empezó a sonar la canción Flightless bird, American mouth, por la cara de Edward cruzó una sonrisa y dijo.
-¿Bailamos?- preguntó, mientras me extendía su mano.
Yo acepté gustosa su mano, y fuimos directo a la pista de baile.
Bailamos lentamente esa canción, la verdad lo había extrañado mucho, de nada servía ocultarlo más, yo tenía mi cabeza apoyada en su hombro, mientras nos movíamos al ritmo de la música.
Cuando la canción terminó, ambos volvimos a sentarnos en nuestra mesa.
Cogí mi abrigo y mi cartera, mientras que Edward me abrazaba de la cintura, pagó la cuenta y salimos del lugar.
Ya en el auto, nos pusimos a conversar.
-¿En serio? Emmett y Rosalie, ¿se casaron?- le pregunté divertida, la verdad nunca lo hubiera creído, siempre estaban peleando.
-Te lo aseguro, incluso, Rosalie está embarazada, está esperando un hijo de Emmett- dijo él muy feliz por su hermano.
-Oh que lindo- dije emocionada.
-No creerás lo que ocurrió cuando Jasper se enteró de que Emmett y Rosalie eran novios, casi mata a mi hermano, tú sabes que aunque Rosalie sólo sea la hermana adoptiva de Jasper, él la quiere inmensamente- dijo Edward.
-Sí, lo recuerdo- dije yo.
No me había dado cuenta que para ese momento ya habíamos llegado a mi departamento.
Edward como el caballero que es, me abrió la puerta del copiloto, ya en la puerta del edificio nos despedimos.
-Hasta luego Edward, de verdad me encantó cenar contigo esta noche, gracias- le dije sinceramente
-Gracias a ti Bella, por haber aceptado cenar conmigo- dijo él.
Me acerqué a él y le di un beso en la mejilla, aunque hubiera deseado que sea más bien en su boca.
-Adiós- dije y entré al edificio.
Ya en el elevador, pensé en todo lo ocurrido en esta noche, pensaba en la posibilidad de darle una oportunidad a Edward.
Holaaa, que tal, nuevo capi. espero que les guste, xfa chicas comenten, últimamente no me han comentado mucho, y eso me pone un poquitín triste :( pero bueno no importa, aún así sé que leen mi fic y eso me anima, gracias a anayely_29 por siempre comentarme, gracias de verdad, y también gracias a quienes están pendientes de mis actualizaciones, xfa chiks díganme si les gusta el rumbo que va tomando la historia, gracias de antemano.
Bye, besitos y abrazos, mabe :)
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