Jasper Pov:
Estaba llegando a la ciudad de Phoenix, la verdad que en todo el viaje aunque lo había intentado, no pude quedarme dormido por más de 5 minutos.
Me mataba la idea de saber, que quizá nunca recupere a mi Alice, y todo por mi culpa, me hacía sentir tan miserable. ¿Cómo explicarle? Cómo decirle que ese beso, en el momento en que terminó me arrepentí y mucho. Lo único que esperaba es que ella me oiga y me entienda.
Al aterrizar el avión, en cuanto pudimos bajar, rápidamente hice estacionar a un taxi, le indique la dirección que me habían dado, esperaba realmente que fuese la correcta.
Después de cerca de quince minutos, el taxi se estacionó, le pagué y bajé. Me sentía muy nervioso, y si no me quería ver ni escuchar, la verdad no sé qué haría si eso sucedía.
Al llegar a la puerta, toqué el timbre, esperé pacientemente a que abrieran, al cabo de unos segundos, una mujer apareció en la puerta, era una mujer de mediana estatura, cabello café oscuro, de ojos color café del mismo tono de su cabello, muy similar a mi Alice.
-Buenas tardes, disculpe aquí vive ¿Alice Brandon?- pregunté esperando escuchar una respuesta positiva.
La mujer me brindó una gran sonrisa y luego habló.
-Sí, espéreme un momento- dijo y luego desapareció en el interior de la casa, que por cierto era muy bonita.
Después de unos escasos minutos, lo que para mí fueron los más largos de todos, escuché las pisadas de alguien que se acercaba a la puerta principal. Entonces la vi, mi Alice lucía un vestido de playa, color rosa pálido, llevaba puesta unas sandalias del mismo color, lo que la hacía lucir más hermosa aún. Ella tenía la mirada fija en el suelo, por lo que no había notado mi presencia, pero en el momento en que levantó su rostro, y su mirada se encontró con la mía, rápidamente palideció.
Yo le sonreí, esperando que vea cuánto la amo.
-¿Tú?- dijo de una manera que no sabría explicarles.
-Sí Alice, soy yo, escúchame por favor…..- dije, pero ni bien había terminado de hablar pude ver como ella negaba con la cabeza, y unas cuantas lágrimas se instalaban en su hermoso rostro.
Caminé un paso más, para poder estar más cerca de ella, pero en cuanto yo avancé ella retrocedió.
-Por favor, no me rechaces- pedí suplicante.
Ella lo que hizo fue levantar la mirada, para así encontrarse con a mía.
-Vete - dijo a punto de volver a llorar.
-No, no me iré de aquí hasta que me escuches, por favor- dije.
-De acuerdo, te escucharé y luego te marcharás- dijo mientras me dejaba entrar.
Entramos, yo detrás de ella. Nos sentamos en el pequeño mueble de su sala.
-Te escucho- dijo mientras me miraba fijamente a los ojos.
-De acuerdo, sé que lo que viste no tiene justificación, te entiendo por haberte ido de esa manera, lo siento y mucho, te amo más de lo que te imaginas- dije con toda a sinceridad del mundo, mientras veía como ella se afligía al oír mis palabras- quizá no me creas, pero es verdad, te amo, y no sé qué debo hacer para que me perdones- dije tratando de acercarme lentamente hacia ella- en el momento en que besé a María me sentí extraño, en cuanto nos separamos comprendí que fue una estupidez, luego noté que te habías ido, vi el anillo que te di y me sentí más miserable aún, sólo quiero me perdones y me des otra oportunidad, no sé cómo podré seguir viviendo sin ti, te amo- dije desahogándome por completo.
-No sé qué pensar, y sí yo también te amo, pero tú no sabes lo que sentí cuando te vi dudar de ese amor que me dices tener- dijo más triste aún.
Lo sé, todo es mi culpa, si no fuera tan idiota como lo soy, nunca la habría perdido.
- Perdóname, sé que todo es mi culpa y que un simple “lo siento” no voy a solucionar nada, pero necesito a mi lado, eres parte de mi vida y de mi corazón ahora- dije yo
Por sus mejillas rodaron unas cuantas lágrimas que ella estaba reteniendo, mi pobre Alice.
Suavemente me acerqué a su mejilla, y la sequé con el dorso de mi mano, mi pequeña, no se apartó, más bien dejó que la acariciara suavemente la mejilla.
-Tienes razón, con un simple “lo siento”, no te voy a perdonar, tendrás que intentar algo mejor- dijo esta vez con una pequeña sonrisa en sus labios.
Mi corazón volvió a latir frenéticamente al verla sonreír, por supuesto que no me daría por vencido, la amo y haré todo lo posible para que me perdone.
-Sólo dime ¿darás otra oportunidad, a este tonto, para volver a conquistarte?-dije esperando de verdad, que me dijera que sí.
Ella lo único que hizo fue asentir con la cabeza, me sentí tan feliz que me acerqué más y más, hasta poder abrazarla entre mis brazos.
Pero al instante se separó, algo que me desconcertó un poco.
-Aún no te he perdonado del todo, tendrás que conquistarme, así que invítame a cenar- dijo volviendo al fin a sonreír, mi pequeña diablilla.
-Como tú digas cariño- dije sonriéndole de vuelta.
-De acuerdo, entonces, pasa por mí, hoy a las 7 de la noche y llévame a cenar a la playa- dijo seria.
Yo lo único que hice fue soltar una gran carcajada.
-¿De qué te ríes?- preguntó molesta.
A lo que rápidamente me callé y negué con la cabeza.
….
….
Tal y como habíamos acordado, a las siete de la noche pasé por ella a su casa, fuimos a cenar en un lindo pero sencillo restaurante, el favorito de ella, después de eso, decidimos salir a pasear por la playa relajarnos y disfrutar de este momento juntos.
Nos habíamos acomodado en la fría arena, pero abrazados como estábamos, el frío era lo último que sentíamos. Estábamos disfrutando de la noche, observando las estrellas, mientras nos manteníamos juntos y abrazado, la amaba sí y mucho, nunca, nunca más lo dudaría.
-Te amo- dijo de repente, mientras volteaba su rostro para poder mirarme fijamente.
-Lo sé- dije, porque si no fuera así, ella no hubiera perdonado tan rápidamente- como yo te amo a ti- dije y pude ver como se formaba una gran sonrisa en sus labios.
Poco a poco acercamos nuestros rostros lo suficiente como para poder besarnos, sí que había extrañado sus labios, sentirlos sobre los míos, era la mejor sensación del mundo.
María Pov:
¡Maldito sea! ¿Dónde diablos está metido? Hace como dos días que Jasper no aparece, lo he llamado y nada, siempre me manda a buzón de mensajes. Ayer por la tarde me harté y llamé a su empresa, tal vez su secretaria sabía algo, por suerte sí, sabía algo y era que Jasper salió de viaje a Phoenix, que los motivos los desconoce.
Casi me da algo, el muy imbécil sale de la ciudad y no es capaz de avisarme a mí y mucho a su hija.
Ahora la única duda que tengo es por qué fue a Phoenix, nunca a prestado mucho interés en esa ciudad.
Frustrada como me sentía no era capaz de hacer mucho, motivo por el cual no había salido de compras y me había quedado en esta mugrosa casa tratando de leer una revista.
-Mami ¿qué haces?- preguntó “mi hija” desde el umbral de la puerta.
-¿Qué no ves?- dije molesta, mientras le indicaba la revista que tenía en mis manos.
-Perdón - dijo con voz apenada.
-Mira, sólo vete y déjame en paz- dije mientras volvía mi vista hacia mi revista.
Pude escuchar cómo se iba alejando de la habitación.
No la soportaba más, sé que es mi hija y todo eso, pero por favor, eso de ser madre simplemente no va conmigo. No soporto a los niños. Ese fue el motivo por el cual me fui hace 9 achos, yo no quería ni quiero esto. No me gusta el hecho de estar encerrada en casa, cuidando de una mocosa, con sus berrinches y caprichos. Me fui porque lo que más necesitaba en ese tiempo, era lo que había perdido, mi libertad.
Tal como quise, disfrute de lo que deseaba en estos años, no me gusta alardear, pero, admitámoslo soy una gran modelo, la mejor. Ese fue mi sueño, posar para revistas y cruzar por una pasarela, no pasar mi tiempo cuidando de una niña.
Sí, fui muy feliz, siendo una reconocida modelo en Europa.
Pero, todo se arruinó con la llegada de la nueva modelo, Lucy, una chica que según las revistas tenía mejor potencial que yo, idiotas.
Seguí viviendo un tiempo en Europa, pero como el dinero se me empezaba a acabar, tenía que pensar en una estrategia, volví acá, a Estados Unidos, no sabía cómo, pero tendría que asegurar de alguna manera mi presente y futuro, no pude pensar más que en el ingenuo e idiota de mi marido, Jasper.
Me sorprendió mucho saber que estaba comprometido, me enteré de eso, cuando en el aeropuerto de Nueva York, en los puestos de periódicos y revistas, estaba en la portada de una de ellas, el compromiso de Jasper, con Alice Brandon.
Eso arruinaba un poco mis planes, pero no mucho, considerando que nuca nos divorciamos y seguíamos siendo esposos.
Al tiempo de estar viviendo con Jasper, de nuevo, pude lograr que se desilusionara de Alice, lo suficiente como para que ésta se marchara y me dejara el camino libre con él.
Y ahora, éramos, algo así como una pareja, o por lo menos así lo quería ver.
Esperaba que aparezca pronto, no es que me interese él, pero odio que actúen como si no existiera y hagan cosas sin avisarme.
Hola chicas, que tal?? Les gusta como está yendo la hitoria?? Espero de verdad, que sí, pronto volveré a escribir sobre Edward y Bella, para quienes les gusta más esa parejita C:
Gracias por sus comentarios y votos,mil gracias.
PD: Alguna sugerencia para el fic?¿ merezco algún comentario o voto?¿
Ok, me despido, espero estar pronto con un nuevo capitulo :D
|