Obligada a amar

Autor: Melii
Género: Romance
Fecha Creación: 28/06/2012
Fecha Actualización: 01/09/2014
Finalizado: NO
Votos: 30
Comentarios: 157
Visitas: 104635
Capítulos: 44

 OBLIGADA A AMAR

 

Me llamo Isabella Swan, pero todos me llaman Bella, tengo 22 años y siendo tan joven mi madre ya arruino mi vida por completo. Yo lo tenía todo, dinero, amor, felicidad y una familia muy unida. Pero mi familia quiebra, y pierde todo su dinero, quedándole solamente, mi casa y ahorros de una pequeña herencia. Al verse sin dinero, mi madre me ha hecho casar, enamorar, desenamorar, y lastimó lo que yo mas amaba en el mundo, mi novio Jacob. Ese hombre es Edward Cullen, un hombre de debo admitir que es muy apuesto, pero en fin, él junto con mi madre acabaron con la poca felicidad que me quedaba.

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Capítulo 35: Errores

— ¿Taylor?

— ¿Qué haces aquí? Deberías estar en la hacienda.

—Lo siento Edward, vine a visitar a mi familia y…

—No pasa nada, pero debías haberme avisado, eres el único en quien confío para dejársela a cargo. —Bella se contrajo al escuchar eso “El único en quien confió

—Quise avisarte pero ya se habían ido, ni siquiera sabía que iban a estar fuera.

—No importa, hazme un favor, llama a Alec, estoy seguro que él estará contento de reemplazarte el tiempo que estés fuera, nadie irá  a casa ahora así que no tiene trabajo que hacer.

—Sí, lo llamaré.

—Siempre te dije que no me gustaba Taylor. —Dijo Bella una vez que lo vio alejarse.

—A mi me cae bien, resultó ser muy buen trabajador.

—Hey ¿vamos por los helados o qué? —Preguntó Fanny tirando del brazo de Bella.

—Sí, vamos por los helados. —Contestó Bella.

.

.

.

Estaban los cuatro tomando cada uno de su helado en cucurucho a excepción de Bella que había pedido ¼ de helado de menta y de chocolate.

Ring-Ring, sonó el teléfono de Fanny.

—Hola, en una heladería, no sé, frente a los juegos infantiles, está bien, chau.

—Era Bree, está en el centro comercial, no tarda mucho en llegar y no me extraña que traiga muchas bolsas encima.

—Hola. —Se escuchó en casi toda la heladería.

—Hola Bree. —Saludaron todos, menos Bella que vio detrás a otras cuatro personas más.

Todos se saludaron e hicieron presentaciones hacia los nuevos integrantes.

—Fanny, ¿me acompañas a comprarme el vestido de embarazada?

Fanny sin decir nada, solo asintió y se levantó.

—Enseguida vuelvo amor, no me extrañes, de seguro me hará recorrer todo el centro comercial y comprarme la mitad.

—Te estoy escuchando. —Ninguno de sus “ex amigos” dijo nada, solo miraban la escena cada uno con un brillo distinto en su mirada.

Alice con envidia, ella solía sacar a Bella a comprar aunque sea en su contra y la arrastraba por todo el centro comercial hasta dejarla cansada, al igual que Rose.

Jasper, sin ningún brillo en especial, él nunca se metió en ningún lio y siempre se mantuvo al margen de esta ridícula pelea y Emmett, él no se quiso meter, pero involuntariamente lo había hecho el día de la luna de miel cuando Bella lo llamó y él no la ayudó.

—Bueno ahora que estamos más tranquilos, ve a pedir helados amor. —Dijo Alice como si nada hubiese pasado.

—Esta situación ya me molesta Alice

— ¿Qué situación?

— ¿Qué situación? Que la traten como lo hacen, es MI esposa, yo la perdoné ¿acaso ustedes no pueden hacer lo mismo?

—Creo que tiene razón, esto es una estupidez, no tiene caso seguir.

— ¿Qué dices Jasper?

—Lo que escuchaste Alice.

—Puede que tengan razón pero me costará perdonarla, y la pondré a prueba.

— ¿No te parece que yo debería decidir eso Alice?

—Edward…

—Edward nada.

—Por favor, discutamos esto con más calma. No los llevara a nada si se pelean. —Acotó Emmett.

—Nosotros nos vamos con las chicas, no sabemos de que están hablando y no quiero problemas con Bella. —Dijo Bree parándose, tomó la mano de Derek y se fueron de ahí.

— ¿Qué habrá hecho Bella para que estén todos enojados con ella?

—Engañó a Edward.

—Bree acabas de decir que no lo sabías.

— ¿Qué querías de dijera? Que Bella anda contándoselo a todo el mundo, además no me conviene meterme, serían problemas seguros con Bella, tu más que nadie sabes que yo sé muy bien que las amigas no se encuentran fácil, y Bella es una gran amiga.

—Hace poco la conoces, exageras.

—Pero me bastó, al menos no me propuso engañar a Diego la primera vez que la vi, como lo hizo Jane.

—Tienes razón,  donde estarán, ya pasó bastante desde que salieron de la heladería, dudo que estén en el mismo local.

— ¿Lo dudas? Está con tu novia ¿Acaso no la conoces?

—Tienes razón, de seguro está en el mismo local haciéndole probar cientos de vestidos.

—Muy bien, vas aprendiendo.

Ambos entraron al local y efectivamente Fanny tenía a las vendedoras locas, llevando y trayendo vestidos, incluso para cuando Bella tuviera una enorme panza y no el pequeño bultito que hoy traía.

—Oye tu morocha, ¿me quieres quitar  a mi novio? —Bromeó Fanny— Suéltale la mano.

—Hey, estuve a punto de fugarme con él,  pero me contuve.

Bree abrazó a Derek y le sacó la lengua a Fanny.

—Si no fueran primos juro que si estaría celosa.

— ¿Son primos?

—Sí Bella, ya sabes es hijo de mi tío, el hermano de mi papá.

—Muy graciosa, ya sé que son los primos.

— ¿Bella podemos hablar?

— ¿Tu otra vez? —Preguntó Derek, ese tipo no le había gustado.

—Sí, quiero hablar con Bella.

—Ella, está con nosotros. —Contestó Bree.

—Bella será un segundo

—Está bien Jake, chicas está todo bien.

—Bella, no sé si sea buena idea.

—No importa, no pasará nada, quédense afuera, si necesito algo los llamaré, pueden estar tranquilos.

—Con esa condición.

—Sí.

Los tres se fueron y en la zona de los cambiadores había una mujer acomodando ropa, pero terminó con un vestido y salió de ahí.

—Dime.

—Perdón.

— ¿Perdón?

—Sí, perdón.

— ¿Por qué?

—Por quererte hacer la vida difícil.

— ¿Eso querías?

—Sí, no quiero que estés con él Bella.

—¿Y eso lo decides tú?

—En un momento creí poder hacerlo —Miro detrás de Bella y una sonrisa estúpida se le cruzó por el rostro. — ¿Qué haremos?

— ¿Qué haremos con qué?

— ¿Cómo que con qué? Con el bebé.

— ¿Qué hay con mi hijo?

—Bella, quiero que le digas la verdad a Edward.

—Sabes que no sé a que viene todo esto, pero si voy a decírsela,  obvio que sí.

— ¿Y qué esperas?

—Que renuncies y te vayas de la casa.

— ¿A cambio de eso le dirás la verdad?

—Sí, se la diré.

—Bien, cuando se la hayas dicho me dices, ya estoy tan ilusionado, ¿te imaginas?

—Jacob, ya hasta me estás asustando creo que no fue buena idea hablar contigo.

— ¡Oh! si lo fue, ahora sé que le dirás la verdad a Edward. — Se cayó y con una sonrisa continuó. — Ahora estoy más tranquilo, se que le dirás a Edward que el hijo que estas esperando es mío. — Bella no podía creer lo que acababa de oír, ¿acaso se había vuelto loco? Nunca habían estado juntos y mucho menos luego de que Bella por fin se había dado cuenta de sus verdaderos sentimientos hacia Edward.

— ¿Bella? —En ese momento Bella quiso morirse, por un momento creyó que Jacob estaba arrepentido, pero no, lo había planeado todo.

Se dio vuelta y vio a Edward, detrás de él, todos mirándola.

—Creí que habías cambiado, fue todo mentira, ¿por eso querías tanto un hijo? ¿Estabas embarazada de él?

—Edward no…

—Creo que no hace falta que me aclares nada, ya he oído demasiado.

Edward salió empujando a todos, Bella no sabía qué hacer, no reaccionaba,  no podía creerlo.

— ¿Qué esperas Bella? ve tras él. — Le dijo Fanny acercándose a ella.

Bella la miró y ella solo asintió, se dio la vuelta e intentó salir, y lo hubiese logrado a no ser porque un brazo la detuvo.

—Ni se te ocurra, ya lo has lastimado antes, no dejaré que lo vuelvas a hacer, estaba dispuesta a perdonarte, Edward logró convencerme, pero veo que siempre tuve razón.

—Déjala, es problema suyo y de su marido.

—Tú no te metas, no sabes nada.

Bella miraba la escena, pero solo quería correr tras Edward y explicarle todo, no podía creer que él creyera esa estupidez.

Sin evitarlo, comenzó a llorar, nadie se percató de ello, ni ella misma. Se soltó del agarre de Alice y salió corriendo hacia la planta baja, le costó bajar los tres pisos por las escaleras, una vez en el estacionamiento corrió hasta el auto.

—Edward. — Gritó.

— ¿Qué quieres Isabella?

—Que me escuches

— ¿Qué te escuche? ¿Y qué se supone que me dirás? ¿Cómo te revolcabas con él y luego venías a decirme que querías un hijo y que me amabas?

—Yo te amo Edward.

—Ahórrate las palabras, puedes ir a buscar tus cosas a Forks, me iré cuando antes, ve de seguro te está esperando el padre de tu hijo.

Él no le creería y ella lo sabía, tenía ganas de llorar en su cama, y hablar con su padre que era el único que la podría consolar ahora.

Edward se metió al auto y se fue dejándola ahí parada.

No aguantó más y cayó de rodillas, hacía unos momentos todo era perfecto, tomando helado con sus nuevos amigos y su marido.

—Bella.

—Déjenme. —Dijo cuando sintió unos brazos que la alzaron.

—No Bella, vámonos de aquí, te llevaré a tu casa. —Dijo Derek.

—Espera amor, no tenemos coche para llevarla. —Dijo Fanny.

—Yo traigo el jeep. —Dijo Emmett preocupado al verla.

— ¿De qué lado estás, eh?

—Alice, no se trata de qué lado esté o no.

— ¡Ay! por favor Emmett, ¿no te das cuenta? Estando con Edward mientras se revuelca con otro y encima le quiere enchufar el hijo de otro.

—Alice yo no estoy tan seguro de eso. —Acotó Jasper.

—Bien allá ustedes, Bree ¿me llevas a casa en tu coche?

—Lo siento, sigo a los chicos, no voy a dejar a Bella, esto es una estupidez.

—Bien, iré caminando.

—Bella.

— ¿Qué le pasa? Emmett, abre el jeep para meterla. —Emmett hizo lo que Fanny le dijo y Derek metió a Bella en la parte de atrás.

—No reacciona.

—Llevémosla al hospital, deben ser los nervios, últimamente tiene los nervios de punta.

—Vamos, llévenla ustedes, nosotras nos vamos en mi auto. — Dijo Bree.

Derek, Fanny y Emmett se fueron en el Jeep. Jasper y Bree se fueron en el otro coche dejando a Rosalie y Alice en medio del estacionamiento.

.

.

.

Una hora después, Bella salía del hospital y  Bree que venía al lado suyo con unas tres botellitas de coca-cola y unos paquetes de gomitas. Todos los demás venías atrás de ellas.

—Bree no podré tomarme todo eso.

—Lo siento, ya oíste, la presión no se te normalizará solita, así que te comes todos los dulces y te tomas las gaseosas.

— ¿Me llevas a mi casa por favor?

Ninguno dijo nada, aunque Emmett y Jasper tenían mucho que decirle y porque disculparse.

—Bella, lo sentimos, confiamos en ti y en que todo esté bien otra vez.

—Gracias chicos en serio, si pudieran hablar con Edward se lo agradecería, sé que no me va a escuchar.

—Tranquila, hablaremos con él. Ya verás que todo estará bien.

Bella se metió en el coche con las esperanza de que todo estaría bien, como le dijo Emmett esa tarde.

Pero ese día, junto a esa promesa ya estaba lejos, muy lejos para ella. La recordaba todos los días, al igual que la cara de Edward el último día en que lo vio.

Ahora a punto de dar a luz también la recordaba, su padre estaba con ella ambos acostados leyendo cuando sintió que su bebé estaba demasiado quieto, mucho más de lo normal. Las defensas de Bella iban bajando y ella al pie de la letra siguió las indicaciones del médico: reposo absoluto.

Ya hacía cinco meses que no sabía nada de Edward, Emmett solo le dijo “Es muy testarudo como para escuchar”

Todas las noches llamaba por teléfono a su marido con la esperanza de que le contestara, pero eso nunca pasó, se conformaba en escuchar su voz en el contestador.

—Bella concéntrate. —El grito de Bree la sacó de sus pensamientos, en ese momento solo pensaba que las cosas serían mucho más fáciles si él estuviera aquí con ella.

—Bella, tu presión baja provocó esto, ahora estate tranquila si no quieres que el bebé salga lastimado.

 —Estoy tranquila Bree, solo tengo miedo, hace horas que estoy aquí en esta horrible camilla y que no siento a mi bebé moverse, es una sensación horrible, se ha movido a su gusto allí dentro por meses y de repente deja de hacerlo, tengo miedo de que algo esté mal.

—Hola Bella, tranquila. —Dijo el doctor entrando a la sala.

— ¿Cómo quiere que esté tranquila? He leído sobre estos casos y el bebé no sobrevive.

—Tranquila, eso no pasará, yo no dejaré que le pase algo.

— ¿Falta mucho?

—No Isabella tranquila, falta poco.

—Bella. —Dijo antes de pegar un grito por la fuerte contracción que tuvo.

— ¿Puedo hablar con alguna de ustedes? —Dijo dirigiéndose a las dos chicas que estaban a su lado.

— ¿Pasa algo con el bebé? Dígamelo.

—Bella tranquilízate ¿Quieres?

—Yo iré, quédate con ella.

Fanny salió de la habitación para dejarlas, mientras seguían con la “relajación” de Bella, trabajo que les constaba bastante.

—Hay posibilidades de que el bebé nazca mal.

— ¿A qué se refiere?

—Bella tuvo durante el embarazo mala alimentación y estuvo en un estado de nervios constantemente, puede ser que eso haya afectado al bebé, eso mas la presión alta no es bueno.

—Haga todo lo posible por favor.

—Bella ya dilató lo suficiente, pero está muy nerviosa y…

— ¿No sería mejor que nazca por cesárea, teniendo en cuenta su estado?

—No, en casos así tratamos de no practicar cesárea, ya que por su condición, la anestesia puede ser contraproducente y si el bebé llegaría a salir mal de esto sería un recordatorio constante para ella.

—Entiendo.

—Ahora necesito que se turne con la otra chica para cambiarse y poder estar con ella en el parto.

— ¿Cuantas posibilidades hay de que el bebé no se salve?

—Eso no lo sé, pero haré todo lo posible.

—Gracias.

—Un consejo, llamen al papá.

—Está en cama, no puede levantarse, si es por firmar documentos, vino la mamá de Bella, está afuera.

—Me refiero al padre del bebé.

— ¡Oh!, eso… bueno, él no creo que venga, están separados.

—Entiendo, bueno entonces quédense ustedes con ella, ¿alguien más vino?

—Sí, hay otros tres amigos fuera.

—Que pase uno más si quiere, el que mayor confianza le tenga a Bella, la necesito tranquila y sin miedo, en unos minutos comenzaremos.

—Si doctor, gracias.

A los diez minutos Jasper, Bree y Fanny estaban junto a Bella ayudándola a calmarse.

— ¿Qué mierda tienes Jasper?

—Oye, no hbles así, mi bebé te oirá.

—Lo siento, pero mírate, Jasper entró y tú mágicamente estás calmada.

—Él es así, cuando era chica y me caía, Rose me quería consolar, pero siempre era Jasper el que me podía calmar.

—Siento interrumpir pero ya es hora.

— ¿Ya?

—Sí, Bella.

La enfermera abrió la puerta y entraron otras tres enfermeras más, junto con el doctor.

—Bueno Bella, cuando sientas una contracción solo puja bien fuerte.

— ¿Dolerá?

—Sí,  pero eso no importa cuando lo tienes en brazos.

— ¿Tienes hijos?

—Cinco, amor— Contestó la enfermera en forma maternal.

Bella gritó cuando sintió la contracción y empujó con todas sus fuerzas, era doloroso sí, pero hubiese dejado su vida en eso, solo por el hecho de que vería a su beba dentro de poco.

—Otra vez Bella, respira hondo y cuando la sientas otra vez…

La enfermera no terminó de hablar cuando Bella gritó y pujó otra vez.

—Ustedes ayúdenla así, empujando de aquí. —Le enseñó la enfermera apoyando la mano sobre la panza de Bella.

—Una vez más, vamos corazón.

Bella lo hizo nuevamente y así otra vez mas, sintió un gran alivio, pero lo que no oyó fue llanto, no escuchó ningún llanto.

— ¿Por qué no llora?

—Está bien Bella, tranquila.

—Quiero verlo.

—Lo limpia la enfermera y te lo da enseguida, ahora quédate quieta.

Bella se quedó quieta, sentía dolor aún, veía como sus amigas a los costados y Jasper detrás de su cabeza, miraba a todos moverse de un lado a otro.

—Listo, te soltaré las piernas, bájalas despacio.

Hizo lo que le dijeron, de otra forma no lo podría haber hecho, ya que sentía un dolor horrible en su entrepierna.

—Mire lo que le traigo Señora Cullen. —Hacía mucho que no la llamaban de esa forma, pero de todas formas su apellido quedó en segundo plano cuando vio el pequeño bulto en los brazos de la enfermera.

Lo depositó en sus brazos y tanto ella como sus amigos se quedaron viendo al bebé.

 —Tenía el cuellito enredado con el cordón, por eso está más moradito de lo común en un parto natural.

—Mi bebé, ¿te trato mal mami allí dentro, perdóname si?

—Es hermoso.

—Claro que es hermoso, Edward quería una niña.

—Pero salió un nene hermoso.

— ¿Cómo le pondrás Bella?

—Anthony como su padre.

—Anthony, eres hermoso.

— ¿Cuánto tardará en abrir los ojitos?

—No lo sé, supongo que unas horas, quizás mañana, te recuerdo que es mi primer hijo.

—Chicos lamento interrumpir me tengo que llevar a Anthony Cullen, segundo nombre ¿no? De todas formas le pondré solo Cullen.

— ¿A dónde lo llevan?

—Estará un tiempo en incubadora, pesa solo 1.900 gramos. Estará ahí hasta que pese 2500 gramos.

— ¿Cuánto tiempo cree que será?

—No mucho, pero podrá tenerlo cerca de su cama, en la misma habitación si así lo desea.

—Claro que lo deseo, muchas gracias.

—De nada, es hora de llevarla a su habitación y que yo me lleve al bebé para vestirlo, en media hora estaré allí para que lo alimente y luego ambos puedan dormir.

Luego de hacer todo lo que la enfermera le dijo y  también que le enseñara como amamantarlo, se puso a dormir,  lo deseaba tanto, estaba cansada.

Edward, había viajado a Nueva York por la llamada que recibió de Emmett, ni bien Bella había llegado al hospital, cuando llegó ya era tarde, ya había pasado todo el parto.

Quería ver a ese bebé, no había dejado de pensar ni en su hija ni en Bella en ningún momento.

Llegó al hospital y nadie podía creerlo, lo miraban con mala cara.

— ¿Donde está Bella?

— ¿Ahora te preocupas por ella? Tu hijo casi muere y todo por no haberla escuchado antes. —Le gritó Bree, a lo que unas enfermeras y doctores que estaban en el pasillo la miraron mal.

— ¿Casi muere?

—Si idiota, Bella tuvo un embarazo complicado, y estuvo con reposo absoluto, y tú la dejaste así, en ese maldito estado depresivo.

—Ella se lo buscó, primero hay que ver si ese hijo es mío.

Bree fue tirada de un brazo hacia la silla, y lograron hacerla sentar, Emmet se paró y encaró a su hermano.

— ¿Acaso eres idiota o qué?

—Si Jacob estuvo en casa todo este tiempo y él creyó que ese hijo era suyo, es por me engaño y…

— ¿Y? ¿Le crees a ese idiota? Se metió a tu casa haciéndose pasar por Taylor y por contador ¿y tu le sigues creyendo?

Edward se cayó, quizás tenía razón.

— ¿Donde están?

—En aquella habitación. —Edward dio media vuelta pero otra vez su hermano lo detuvo. — Cuando venga mamá y sobre todo Renée, se te armará una grande.

Edward ni pensó en eso y se metió despacio a la habitación.

Caminó hasta donde se encontraba Bella, estaba dormida, con las mejillas coloradas y todo el pelo revuelto. Se acercó y le corrió unos mechones de cabello que tenía en la cara.

—Eres tan hermosa. —Susurró cerca de su frente la cual besó para luego caminar hasta la pequeña incubadora, se asomó y estaba el bebé más hermoso que jamás haya visto, era pequeñito, estaba despierto, apenas se oía su risita como si le faltaran fuerzas para reír, aunque con la imagen lo que menos le faltaban eran fuerzas. Estaba jugando con sus pies, con sus dos manitos agarraba sus piecitos, tenía los ojitos abiertos, por lo que supo que ya hacia unas horas había nacido y si había sido por parto natural el moradito ya se le estaba yendo.

—Hola bebé, eres hermoso ¿sabes?

El bebé lo miró y también rio, soltó sus piecitos y pegó sus manitos al plástico de la incubadora.

—Estás en incubadora mi amor, naciste muy pequeño mírate eres tan chiquitito, apuesto a que no pesas ni dos kilos. Mira tus ojitos, soy un tonto, papi cometió un error con mami, me tienes que ayudar a recuperarla, yo le hablo y tú la miras con los ojitos bien abiertos, así la convences ¿sí? Espérame aquí, no te vayas que en seguida vuelve papi. —Se fue al baño de la habitación con una estúpida sonrisa en el rostro, era un bebé hermoso, tenía sus mismos ojos, su sonrisita sin dientitos, parecía un bebé activo.

Se lavó bien las manos con el jabón antiséptico del hospital, lo quería cargar y no podía hacerlo sin limpiarse las manos antes.

—Ahora sí, ven con papá. —Levantó la tapa de la incubadora y lo tomó. — Sé que no debo hacer esto y que seguro la enfermera ni bien venga me retara pero tengo que cargarte, eres la cosita más hermosa que vi, y obvio después viene tu madre, aunque a ella la haya conocido antes. Mírala, ¿no es hermosa?— El bebé se estaba quedando dormido, pero tanto parloteo de parte de su padre se impedía.

—Hay que hacer un plan, cuando se despierte hay que recuperarla, yo le hablo y tu solo pones la carita de recién. —Dejó de mirar a su esposa y volvió hacia su hijo. — ¡Hay! soy un bruto, no te dejo dormir ¿verdad? Ven, te dejo en la incubadora otra vez.

Lo dejó y se volteó hacia Bella.

—Mi amor, fui un estúpido, descansa, estaré aquí cuando despiertes.

—No hace falta, ya desperté.

—Bella.

—Edward no te quiero aquí, vete.

Fue lo único que dijo Bella para luego voltearse y llorar, no quería que él la viese de esa forma, llorando.

 

 

 

 

Bueno primero que nada PERDON por haberlas dejado abandonadas!!

Pero tuve mucho que estudiar... pero ya esta!!

Ahora si.. besos a todas las que me aguantaron y a las que siempre me apoyan..

Tambien a mi hermosa beta Vhica que hace un excelente trabajo y la quiero mucho!!

Capítulo 34: Imagenes Capítulo 36: Corazones rotos y verdades

 
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