Obligada a amar

Autor: Melii
Género: Romance
Fecha Creación: 28/06/2012
Fecha Actualización: 01/09/2014
Finalizado: NO
Votos: 30
Comentarios: 157
Visitas: 104628
Capítulos: 44

 OBLIGADA A AMAR

 

Me llamo Isabella Swan, pero todos me llaman Bella, tengo 22 años y siendo tan joven mi madre ya arruino mi vida por completo. Yo lo tenía todo, dinero, amor, felicidad y una familia muy unida. Pero mi familia quiebra, y pierde todo su dinero, quedándole solamente, mi casa y ahorros de una pequeña herencia. Al verse sin dinero, mi madre me ha hecho casar, enamorar, desenamorar, y lastimó lo que yo mas amaba en el mundo, mi novio Jacob. Ese hombre es Edward Cullen, un hombre de debo admitir que es muy apuesto, pero en fin, él junto con mi madre acabaron con la poca felicidad que me quedaba.

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 24: Volviendo a la realidad

Narrador

Edward se despertó por el sol que le daba de lleno en la cara, miró la hora en su celular y vio que eran las 2 de la tarde, se sorprendió a si mismo por haber dormido hasta esa hora, pero aun tenía sueño y no quería empezar el día de mal humor por estar cansado.

Se dirigió a cerrar las persianas y notó que no traía la misma ropa que anoche, tenía puesto solamente un bóxer negro. “¿Bella me habrá desvestido anoche?” “¿quién más?”

Se dirigió al baño y vio que en la mesada había un pequeño frasquito de Pervinox incoloro, era ideal para lastimaduras, ¿Bella se habrá lastimado? “no tonto, tú te lastimaste y ella te curó”

“Mierda ¿algún día dejaré de amarla?”

Volvió a la habitación y se dedicó a contemplar a Isabella durmiendo “Es tan hermosa” Se acercó a ella para dejarle un beso en la frente, pero vio una gota recorrer su frente hasta caer en la almohada, estaba transpirando y claro solo a ella  se le ocurre poner semejante acolchado.

Fue a los pies de la cama y lo sacó  de un tirón “¡¡¡Oh por Dios!!! Bella va a matarme” Pensó observando a su mujer recostada boca abajo mostrando su trasero con ese conjunto sexy que se había puesto, solo pudo pronunciar una palabra “Alice”

Dejó de mirarla antes de olvidarse por completo de la maldita ley de hielo.

Se dirigió al baño y lavó su rostro, miró  su mentón  “Me curaste Bella” Dijo en susurros.

Volvió a la habitación con un juego de sabanas para taparse, más que nada tapar a Bella.

Se removía inquieto en la cama, ya no se podía volver a dormir, así que se levantó, se duchó y se vistió con ropa ligera, el pantalón del pijama y una musculosa blanca.

Fue a la cocina para preparar el desayuno.

Cada intento de hacer algo bien le fallaba, intentando hacer unos wafles con caramelo, terminó con la cara llena de harina y ni siquiera él sabía cómo había terminado de esa forma.

Estaba concentrado exprimiendo unas naranjas para el jugo (zumo) cuando escuchó el celular de Bella sonar por alguna parte de la casa.

Comenzó a buscarlo para que no se despertara Bella “Un momento, es su celular y es su problema si se despierta” “No Edward busca es celular y apágalo ya” “Mierda” Siguió buscando el celular, fue al hall de la habitación y agarró la cartera de Bella alejándola de la habitación  para que no se despertara.

Agarró el móvil y era un mensaje de Alice, por un momento quiso leerlo pero no, sabía que no era lo correcto.

Lo abrió y lo cerró sin leerlo para que no siguiera sonando, cuando vio el fondo de pantalla sus ojos brillaron como solían hacer cada vez que veía a su esposa.

Tenía una foto de él besándose con Bella, recordaba perfectamente ese día en el restaurant, donde se dieron su primer beso.

“¿Quien tomó esta foto?”  Sin pensarlo dos veces supo la respuesta  ”Alice”. Sin poder evitarlo los recuerdos de esa noche llegaron a su mente.

Flash back

Edward estaba yendo a su Volvo luego de despedirse de todos, en el restaurant dándole la bienvenida a Alice.

No pudo llegar muy lejos, ya que cuando llegó a su coche recordó que había dejado las llaves en la campera que por cierto tenía Bella.

Volvió con la esperanza de que Bella no se hubiera ido todavía, más que por las llaves también para volverla a ver con esa escusa.

Cuando llegó otra vez al restaurant Bella estaba sentada en un bando afuera del mismo, con ese hermoso vestido azul, sus zapatillas de tacón acomodadas al costado del banco, mi campera en su regazo y traía puestas sus converse.

“Esta tiritando, tiene frio” Pensó Edward al verla temblando y tan sumida en sus pensamientos.

— ¿Qué haces aquí  sola? Estás congelada, ponte mi campera —Dijo sentándose junto a ella.

“Lo único que quiero ahora es probar tus labios” pensó Bella, pero Edward lo único que quería era que ella se tapase.

Le quitó la campera y se la colocó, una vez puesta acaricio sus brazos para apaciguar el frio.

 Si lo pensaba dos veces se arrepentiría, así que Bella tomó valor y lo besó. “Te está besando” “Tiene novio, le traerá problemas, no es correcto Edward” “Si, si es correcto por algo te beso” La mente de Edward no dejaba de pelear, pero como muy idiota que era, decidió hacer lo correcto no lo que quería hacer.

—Bella esto no es correcto —Dijo separándose de ella unos centímetros.

Ella lo único que pudo contestar fue  —Solo necesito hacerlo — y lo que Edward no tuvo tiempo de contestar por nuevamente tenía sus labios pegados a los suyos, no tenía caso resistirse, él quería hacerlo, así que correspondió el beso.

Alice sintió que algo que no se podía perder pasaba afuera y fue así como salió corriendo obligando a todos a que salieran tras ella.

Cuando llegó a la salida del restaurant los vio besándose y sin pensarlo dos veces tomó la cámara y les sacó una foto sin flash para que no cortaran el beso, su mejor amiga con su nuevo “mejor” amigo.

Pero Alice no pudo resistirse mucho y terminó aplaudiendo.

Fin de flash back

En ese momento y durante un tiempo Bella se había mostrado amable, hasta que se enteró del trato con Rene, cuando él creyó que ella lo amaba.

“Lo único que hacía era usarme al igual que Rene, solo querían el dinero”

Dejó el celular donde estaba y siguió cocinando, intentó nuevamente hacer los wafles y esta vez sí le salieron aunque también se había llenado de harina.

Listo, ya tenía hecho los waffles, los jugos de naranja, las tostadas por si ella quería, faltaban los cafés que estaban terminándose en la cafetera.

Comenzó a juntar el desastre de la cocina, cuando sintió una pequeña risa a sus espaldas, se dio vuelta y fulminó con la mirada a su esposa, mirada que logró que ella se callara y agachara su mirada.

El día de Bella había comenzado mal, tenía en mente seducir a Edward pero empezó el día con una mirada que lo único que sintió fue un escalofríos recorrer su columna, era esa mirada que le daba a alguien cuando tenía ganas de matarlo “Y claro idiota todo fue tu culpa”  

Bella pasó el resto de la tarde mirando la tele, no había probado el desayuno ni tampoco la cena que preparó Edward.

“Me maté cocinando para que no coma nada” “Tendré que pedirle que coma” “no, romperás la ley de hielo”

La vio pararse del sillón y correr a la pieza

“¿Qué hago?” No lo pensó dos veces y salió detrás de ella.

No estaba en la habitación, estaba en el baño con la puerta abierta.

Entro y ella estaba arrodillada sobre el inodoro. “Pobre de  mi Bella, no comió nada, tiene que comer algo” “Tu Bella, Edward deja de pensar estupideces, ella no te quiere”

—Edward vete, esto es asqueroso.

No podía decirle ni que sí ni que no, hasta que se levantó y se fue a la habitación

“Y si Bella estaba…” “No, no puede ser”

Bella se cepilló los dientes y salió del baño.

Era el momento que Edward tenía que preguntarle como estaba, que le pasaba. No le quedaba de otra que hablar.

— ¿Bella, puede ser que estés?…  —Preguntó algo dudoso, sería hermoso tener un hijo pero no ahora y tampoco estaba seguro si ese hijo que tendría sería con Bella.

—No estoy embarazada si es lo que te aterra.

—Eso no me aterra Isabella, ¿Cómo puedes pensar eso?

—Sabes, no me importa, no estoy embarazada y punto.

Edward dio media vuelta y salió de ahí, seguido por los pasos de Bella.

Esta tomó de su cartera el celular y volvió a la habitación, acto que no pasó desapercibido para Edward.

Bella llamó a Alice para descargarse con ella, era su mejor amiga la podía escuchar un rato.

—Isabella Swan hasta te atreves a llamarme, ¿Cómo mierda se te ocurre hacer lo que hiciste?, si ese perrito vuelve a aparecerse por mi casa preguntando por ti juro que le diré a Edward que fue el día de la boda. —“Si supieras Alice”

—Alice, yo…

—Nada Bella, ese chico no deja de venir, dice que tu le prometiste que se irían juntos y mas te vale que cuando vuelvas de tu “perfecta Luna de Miel” te quedes en tu casa, con tu marido y no hagas sufrir a Edward, porque también te las veras conmigo, soy tu amiga y te quiero, pero no le puedes hacer esto a Edward, Bella recapacita, fuiste a buscarlo días antes de tu boda, cuando te des cuenta de las cosas me puedes llamar, pero por ahora no quiero saber de ti, búscate otra estúpida que escuche tus falsos pretextos porque yo ya no te creo.

—Pe… —Iba a decir algo cuando escuchó que la línea se había cortado “Estúpida, no se cortó ella te cortó, no te quiere escuchar”

—Rose. —Susurró Bella tratando de no llorar, su mejor amiga se había enterado de la verdad o mejor dicho había recapacitado sobre la verdad y tenía razón.

Marcó el número de Rose y esperó a que contestara, pero inmediatamente se arrepintió de haberla llamado, Rose era una persona que podía hacerte sentir miserable con solo una palabra.

—Pierdes tu tiempo, a menos que pase algo con Edward no me llames.

—Rose por favor.

— ¿Sabes qué Isabella? Yo te apoyé cuando quisiste buscar al perro ese, pero te ibas a fugar con él, el día de tu boda ¿Estás loca o qué mierda te pasa? No te reconozco ¿dónde está mi amiga Bella? Aunque la otra Bella era amarga y seca, cuando te lo proponías eras hermosa, ¿pero sabes qué? Ya no eres la misma, ahora hasta me da asco acordarme de vos, ¿no pensaste ni por un segundo que podías lastimar a Edward? O claro que no pensaste en él, si en lo único que puedes pensar eres en ti misma y el chucho ese ya ni quiera le importas, cuando lo sacamos del hotel, no volvió más a preguntar por ti y sabes si Alice te mintió, no se anima a decirte la verdad y la verdad es que eres una idiota, que creyó los cuentos del primer idiota que se cruzó. Adiós Isabella. Ha y se me olvida, eres igual a la zorra esa que es esposa de Jacob que tú misma criticaste, si eso es lo que eres, una zorra y no me da pena decirlo.

– ¿Te faltó algo por decirme? —Preguntó Bella con sarcasmo, ya sin contener sus lágrimas.

—Sí, vete a la mierda. — Y dicho esto colgó.

Le quedaba solo una persona a la que podía llamar: Jasper, porque no quería llamar a Emmett.

Le marcó y ni bien le contestó, comenzó a hablarle.

—Por favor no empieces tu también.

— ¿Y qué quieres que haga Bella? Yo te quiero mucho pero no puedo ir en contra de todos, lamentablemente ellas tienen razón, yo nunca te creí capaz de algo así, traté de defenderte pero fue inútil, Emmett nos contó todo y las chicas también contaron de tu encuentro con Jacob, no te voy a juzgar ni a recriminar como hizo mi hermana, pero Bella tienes que pensar en lo que hiciste, no te das cuenta que lastimas a Edward, él te ama como un loco y sé que eso no puede cambiar, pero lo siento Bella, yo pienso que…que..

—Suéltalo, ya lo escuché de Rosalie y de Alice, puedo escucharlo de ti también.

—Ya no va a haber la misma amistad entre tú y las chicas y lamentablemente entre tú y yo tampoco, destruiste tu misma la confianza que te teníamos y es algo difícil de volver a construir. Me duele decirte esto Bella, pero limítate a no llamarme, no quiero tener problemas con nadie más, te defendí  y  fue un error haberlo hecho, el dicho tiene razón “No defiendas lo indefendible”

—Yo…

—Nada, adiós.

—Jasper por favor ¿tú también? Eres el más maduro de todos, el que siempre tiene las palabras correctas, por favor.

—No Bella. —Gritó tras el teléfono, dejando a Bella impactada, Jasper nunca le había gritado, aunque había sido el menos duro de todos.

Las lágrimas de Bella ya no las podía contener, caían sin cesar, apretó el celular con fuerza luego de escuchar la línea suelta y lo arrojó contra la pared, haciendo que se estrellara rompiéndose en miles de pedazos.

Edward estaba viendo la tele cuando escuchó un ruido de algo romperse, y un grito ahogado que profirió Bella, corrió hacia la habitación y la imagen lo desgarró, él la amaba con todo su corazón y no podía verla sufrir aunque se lo merezca, jamás podría verla de esa forma.

Vio a Bella sentada en la cama tapándose su cara con las manos y estaba llorando, al otro lado de la habitación estaba el celular e Bella desparramado por todas partes hecho pedazos.

—Bella, ¿que…? —iba a continuar cuando lo único que recibió de parte de Isabella fue una mirada de odio seguido de un grito.

—Déjame sola, ¿o tu también me dirás lo mismo que todos?, que soy una zorra, una cualquiera, que recapacite y ¿todo eso? Porque si es para eso, mejor vete.

Dijo metiéndose bajo la frazada, tapándose con el almohadón.

— ¿Quienes son todos?

—Pregúntale a tu adorada Alice, que ella gustosa de hablar contigo te lo dirá, o tu amiga Rosalie que también te puede decir con la zorra que te casaste.

—Bella, por favor, no sé de qué te enojas, todo esto lo conseguiste tu misma.

—Vete, estás diciendo lo mismo que ellos y no quiero volverlo a escuchar.

Edward se retiró de la habitación yéndose al vestidor, acomodó las cosas de Bella en la maleta, su ropa en otra “Alice, ¿tenías que mandar tanta ropa?” Fue al baño sin importar pasar cerca de Isabella y recogió todo lo que había acomodado el día anterior en el mismo neceser “Menuda luna de miel” Volvió a la habitación y Bella estaba en su mundo propio ajena a lo que él hacía a su alrededor metida debajo del acolchado y su almohada tapando su cabeza. No le gustaba verla así, pero ella se había buscado todo esto y no podía ir ahora como si nada a consolarla.

Fue al living y llamó a una de las personas que sabía que tenía su apoyo, porque no podía llamar a Esme sabía que tendría su reprobación.

—Si llamas para recriminarme por lo que le dije a tu esposa, pues lo siento ella se lo merecía. — Soltó Alice ni bien vio el identificador de llamadas

—Aunque quisiera hacerlo no, no te llamo para eso.

—A bueno siendo así pues dime. —Dijo Alice cambiando el tono de voz que tenía por uno más alegre.

—Necesito que me consigas un vuelo para mañana a la tarde o a la mañana para cuando consigas Alice.

— ¿No tengo que preguntar cómo van las cosas entonces?

—No, no tienes, solo consígueme eso por favor.

—Emm… Si… ¿Edward?

— ¿Si?

— ¿Para los dos?

—Sí, no puedo dejarla aquí Alice, se que quisieras eso pero no.

—Está bien, se lo merece, al menos 10 días ahí encerrada por idiota y zo…

—Alice, ya basta, es algo entre ella y yo.

—Pero Edward ella…

—Nada.

—Está bien, chau —Dijo Alice cortando la llamada, era más que evidente su enojo del otro lado de la línea.

— Nos vamos —Escuchó Edward detrás de él, que más que pregunta sonó a afirmación.

—Si mañana en la tarde, ahora come algo y vete a dormir, yo duermo en la otra habitación. —Dijo sin darse vuelta.

Isabella no quiso comer, no tenía hambre, tenía todo el estomago revuelto, era el periodo que la traía con cambios de ánimo y peor que nunca.

 

Se bañó y se puso un pijama largo, ya no tenía caso ponerse esos pijamas pequeños que Edward ni miraba.

Se acomodó en la cama y se tapó, tenía calor pero no quería levantarse a cambiar la frazada por una sabana.

 

A la mañana siguiente Edward se levantó temprano para llamar a Alice y preguntarle que vuelo había conseguido.

—Hola grandulón, te conseguí un vuelo desde el aeropuerto de Brasil a las 12, me tengo que ir, los espero, TE espero.

Ni siquiera lo dejo hablar, ni un hola, ni un chau a lo que Edward no se sorprendió, ella era así cuando estaba con Jasper.

Pensamiento que lo hizo reír, Alice cuando quería podía ser muy obvio aunque era difícil entenderla  a veces.

—Te levantaste de buen humor hoy. —Escucha a Isabella frente a él, estaba en la cocina con todo el desayuno hecho, pero era temprano “¿A qué hora se habrá levantado?”

Fue a la cocina, abrió la heladera y sacó unas naranjas para hacerse el zumo, no iba a tomar el desayuno que ella había preparado.

—Ya rompiste la ley de hielo porque ayer me hablaste, así que perdiste ¿No piensas hablarme?

Siguió con lo que estaba, cuando tuvo el jugo listo fue hacia la cafetera, sacó el filtro y lo limpió con paciencia, mientras Isabella lo veía con una pequeña sonrisa en la cara “¿Quién la entiende? Un día anda como loca y al otro se levanta hasta con sonrisa”

Cuando terminó le lavar el filtro de la cafetera fue hacia la alacena a buscar el café pero cuando abrió la lata de café estaba vacía “Ayer había”

Edward y Bella

—Lo tiré.

— ¿Por qué hiciste eso?

—Por qué ya hice el desayuno y hoy nos vamos, ¿Para qué lo quieres guardar?

—No voy a tomar ese café, ni nada de lo que hiciste.

—Haz lo que quieras, no hay mucho para comer. —Dijo levantándose de la butaca y dándole un beso en el cachete a Edward para luego correr a la habitación y cambiarse.

“¿Quien la entiende?” Seguía diciéndose Edward a sí mismo.

Bella estaba feliz de estar aquí con Edward, ni ella misma sabía porque le había creído a Jacob semejante estupidez, aunque por otro lado tenía mil cosas en su contra para volver a tener a Edward, “La primera era que él tenía el apoyo de mis “amigas” y de mi “amigo” Jasper, la segunda, ya ni siquiera me miraba como antes, no sonreía cuando me veía o tampoco era tan cariñoso, tampoco pretendo de un día para el otro que todo vuelva como antes, pero poco a poco lo voy a ir logrando” Bella seguía pensando en las posibilidades de volver a tener la confianza que Edward tenía en ella y que él la vuelva a querer como antes, hasta que por su cabeza pasó un nombre “Emmett”. No lo había llamado, no sabía de qué lado estaría él, tenía todas sus esperanzas en que  la ayudara “Espera, es su hermano y además novio de Rosalie, es obvio que no te ayudará”

Buscó su celular y “Claro idiota, no lo hubieses estrellado contra la pared en tu ataque de locura”  Fue a la cocina donde Edward estaba tomando su jugo,  mientras buscaba algo en la heladera, Isabella hubiese reído, las alacenas estaban abiertas y no había comida no le quedaría más que tomar el desayuno que le preparó ella.

— ¿Me prestas tu celular?

—No. — “¿Me habló?” “Jaja volvió a romper la ley de hielo”

—Por favor, el mío se rompió.

—Querrás decir que lo rompiste anoche contra la pared. —Dijo él sereno, volviéndose a sentar en una de las butacas del desayunador para seguir tomando su jugo.

—No importa, por favor, necesito llamar a alguien. —Dijo ella un poco chiquilina

— ¿A tu amante quizás? —Dijo mas sereno y relajado que nunca, antes jamás hubiese dicho esa frase así de tranquilo.

—No lo haría de tu celular si tuviera uno.

—Si tuvieras que amante o celular.

—Ambas cosas.

Él no contestó nada solo se quedó callado, ella no sabía si hablar o respetar su silencio, “Que más da, él ya está bastante enojado, si le hablo, poco le va a importar”

— ¿Me lo prestas o no?

—Creo que dije que no.

—Por favor Edward.

Se levantó del asiento, metió el vaso en el fregadero y se fue a la habitación donde el durmió anoche y comenzó a limpiarla para dejarla limpia antes de irse.

Tomó su celular, aun era temprano faltaban 4 horas para su vuelo, odiaba levantarse temprano, ya no sabía qué hacer.

Fue a la habitación principal y Bella estaba acostada “Y quien no, son las 8 de la mañana” Le dejó el celular en la mesita de luz, iba a quitarle el almohadón de la cabeza, como se dormía ella cada vez que se enojaba “Mi comportamiento te enojo ¿No? El tuyo también me enojo a mi péquela”

Se alejó sin sacarle el almohadón, por si estaba despierta, y se fue.

Tomó las llaves de la lancha y se fue a comprar unos obsequios, él no quería que nadie se enterara  que volvían, Alice le guardaría el secreto y dejarían pasar los 15 días que estarían de Luna de Miel para volver a Nueva York, mientras tanto se iría a la casa de Forks.

Llegó al centro y compró de todo para sus amigos, su hermano, sus padres y sus suegros, el más difícil fue Charlie no lo conocía muy bien y no sabía que podría gustarle y la más fácil fue Rene, ella se conformaría con cualquier cosa de valor que le diese, así que le compró una pulsera de plata y pequeños diamantes.

Isabella se levantó ni bien sintió que Edward salía de la habitación, salió para ver si estaba muy cerca, pero lo vio salir por la puerta de la entrada, así que se metió a la pieza a llamar a Emmett su única y última esperanza.

— ¿Edward, te fijaste la hora que es? Más te vale que sea importante.

—Soy Bella.

— ¡Oh!, Bella perdón.

—No importa, no me dirás lo mismo que me dijeron los chicos, adelante estoy preparada. —Dijo con las esperanzas que no le dijera nada.

—No tengo nada que decirte. —“Si” Festejó Bella mentalmente.

—Entonces ¿no estás enojado conmigo?

—Debería, pero no.

— ¿Me puedes ayudar entonces?

—Mira Bella… —“Hay va otra vez a escuchar los reproches” “Te lo mereces tonta” –Yo no soy quien para juzgarte, pero no me puedes pedir ayuda, no a mi Bella, está mi hermano de por medio, no puedes pedirme que este en su contra y también está Rose, si se entera me mata y…

—Está bien Emmett, no esperaba menos. —Dijo cortando la llamada, todas sus posibilidades estaban agotadas tendría que hacer esto por su cuenta, Rene podría ayudarla, luego pensaría en eso, ahora debía ducharse para volver a casa.

Se duchó y acomodó toda la habitación, ya eran las 9 y Edward no llegaba. Le dio un recorrido a la casa, todo perfectamente ordenado y limpio, faltaba la habitación de Edward que no sabía si limpiar o no, pero ella sabía que su vuelo salía o a la mañana o a la tarde, solo había escuchado eso de la conversación de anoche, así que tenía que limpiar la habitación para cuando Edward llegue por si el vuelo era a la mañana.

Cuando entró la vio perfectamente ordenada, era igual que el resto de la casa, con ventanales que daban la vista al mar, las maletas estaban en una esquina de la habitación “¿Cuándo había llegado tanta ropa?” “Alice”

Volvió a su habitación y sacó un pijama que encontró en una de sus 5 maletas, “Una locura, una locura con nombre y apellido, Alice Brandon”

Se sacó la ropa esa, hacía calor para los jeans  que traía puestos. Se puso el pijama de shorcito negro y remera roja con dibujos en negro y se quedó descalza, guardo su ropa y separó la  que iba a usar para viajar.

“Algo que le guste a Edward, piensa Bella” Buscó, pero si sacaba algo que le gustaba le parecía muy tapado, otra cosa le parecía muy atrevido, y así hasta que encontró un vestido color crema, perfecto, era suelto, y era ideal para el clima de ese lugar, aunque al llegar a Nueva York tendría que cambiarse el clima de ahí  era más alto que en su hermosa ciudad.

 

Vestido y conjunto entero que usa Bella

 

Apartó el vestido para guardar el resto de su ropa nuevamente, buscó en la maleta de los zapatos “Alice creyó que yo usaría estos zapatos” ahora le estaba agradecida de haberle mandado esta ropa.

Encontró zapatos de todo tipo, con plataforma, sandalias con tacos, zapatos envolventes, abiertos, cerrados, chatitas, berlinas de miles de colores, tacones con brillos, “Una exageración, y más siendo que son para mí” Siguió viendo los zapatos hasta que encontró unos de color natural de un tono parecido al vestido que le combinaba perfecto, su taco sería de unos 13 centímetros, una arma mortal para ella.

También buscó un bolso, no le costó mucho encontrarlo porque sabía cual usaría desde un principio, si hay algo que a Bella le gustaban eran  los bolsos, hasta tenía su propia colección de bolsos, colección que jamás vería Alice Brandon o Rosalie Hale, serían un peligro ellas dos con esa colección que Bella tanto quería. Ni siquiera Edward sabía su pequeño secreto y obsesión por los bolsos.

 Buscó en su neceser algunos accesorios “¿Será demasiado?” “A la mierda, no tengo nada que perder”

Una vez que tuvo todo listo se fue a observar otra vez la casa, no tenía nada que hacer,  quizá algo que limpiar había.

Cuando estuvo allí se quedó a contemplar la casa y no había nada más que hacer, podía ir a la playa “No, el vuelo, quizás cuando Edward venga ya tengamos que irnos y no iría con olor a playa”

Se quedó viendo la playa por la ventana del living, cuando sintió unos brazos que la envolvieron.

— ¿Edward?

—Sí, soy yo ¿a quién más esperabas? — “¿Cómo hizo eso? ¿Habré  pensado en voz alta?” “¿Por qué me abraza?” “Dios, que no sea otra de esas estúpidas alucinaciones”

—N… no a nadie. —Contestó ella insegura

— ¿Qué haces acá? —Dijo él apoyando su pera en el hombro de ella y atrayéndola más hacia él.

—Te… te estaba esperando.

 

— ¿Estás nerviosa? ¿Por qué tartamudeas?

—Esto es raro.

—Lo sé, pero te amo Bella.

—Yo...yo también.

— ¿En serio? ¿No me mientes verdad?

—No.

Ella quería voltearse y mirarlo a la cara pero tenía miedo de hacerlo, de que esto fuera una broma o que simplemente sea un sueño y se esfumara.

— ¿Tienes miedo?

—Si

—No le temas al pasado, pase lo que pase yo siempre te voy a amar Bella.

—No hables así.

— ¿Cómo?

—Como si nada hubiese pasado y como si fuera la última vez que me hablas “Pase lo que pase” eso no me gusta Edward, ¿qué debería pasar?

—Me abandonarás, lo sé.

—No te voy a abandonar. —Dijo pasando sus manos por encima de las de él que reposaban en su abdomen.

—No hubieses hecho lo que hiciste si te quisieras quedar conmigo.

—Es algo de lo que estoy arrepentida.

— ¿Segura?

—Sí, muy segura, ¿sigues enojado?

— ¿Estaría abrazándote si fuera así?

—No lo sé.

—Costará que recuperes mi confianza.

— ¿Qué debo hacer para tenerla otra vez?

—Conquistarme como lo haces cada día. —Dijo oliendo su pelo. – Conquistarme. —Repitió más bajito.

Esto no podía ser un sueño, tenía que ser real.¿Y si lo beso?” “Hace mucho que no pruebo sus labios” “Hazlo Isabella” “¿Lo hago?”

—Hazlo.

Sin pensarlo se dio vuelta, luego le preguntaría sin podía leer su mente “Tonta Bella, solo a ti se te ocurren esas cosas”

—Mierda. —El no estaba ahí, otra vez su imaginación le jugaba una mala pasada.  —Bella te estás volviendo loca

Edward volvió a la casa a eso de las 9 y media, tenía tiempo de prepararse para el vuelo, bajó todas las bolsas y las llevó al living, cuando entró vio todo perfectamente ordenado y con olor a lavanda y desinfectante “Bella limpió la casa”

Cuando recorrió con su vista, vio a Bella mirando por la ventana, “Si no estuviera enojado se ría un momento perfecto para agarrarla desprevenida y abrazarla por detrás, a ella le gusta que la abrace así”

Estaba por agarrar las bolsas y llevarlas a la habitación para meterlas en una valija cuando vio a Bella voltearse con una gran sonrisa en la cara, pero luego desapareció de su cara y cambio la expresión una de ¿Desilusión?”

Se quedo observándola, ella no había notado su presencia.

—Mierda, Bella te estás volviendo loca. —La escucho decir para luego volverse a voltear, tenía  cara de preocupación, y su ceño fruncido “Algo planeaba y estoy seguro que tiene que ver conmigo”

“No sé que está planeando, pero estoy seguro que tiene algo que ver conmigo y sola no puede estar, Emmett es el único que no me habla ni me contesta el teléfono, el tiene que saber algo que yo no.”

 

 Capítulo beteado por Vhica...., Betas FFAD.
https://www.facebook.com/groups/betasffaddiction/

 

 Bueno se que me van a querer matar porque pasaron mas de 10 dias!!

Pero ya empece a escribir el proximo capitulo y ni bien este beteado lo subo...

Asi no se me enojan tanto!!

Saben que las amo muchisisisismo..

Le dedico este capitulo a Maya que se que lo esta esperando hace mucho..

Un besote enorme a todas desde Argentina..

Sofii

 

 

 

 

 

Capítulo 23: Luna de miel Capítulo 25: Que sea mi imaginación

 
14439430 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10757 usuarios