Obligada a amar

Autor: Melii
Género: Romance
Fecha Creación: 28/06/2012
Fecha Actualización: 01/09/2014
Finalizado: NO
Votos: 30
Comentarios: 157
Visitas: 104638
Capítulos: 44

 OBLIGADA A AMAR

 

Me llamo Isabella Swan, pero todos me llaman Bella, tengo 22 años y siendo tan joven mi madre ya arruino mi vida por completo. Yo lo tenía todo, dinero, amor, felicidad y una familia muy unida. Pero mi familia quiebra, y pierde todo su dinero, quedándole solamente, mi casa y ahorros de una pequeña herencia. Al verse sin dinero, mi madre me ha hecho casar, enamorar, desenamorar, y lastimó lo que yo mas amaba en el mundo, mi novio Jacob. Ese hombre es Edward Cullen, un hombre de debo admitir que es muy apuesto, pero en fin, él junto con mi madre acabaron con la poca felicidad que me quedaba.

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 29: Felicidad interrumpida

Antes de empezar, quiero tener mas votos y se que hay lectoras por hay escondiditas que me leen y no comentaron ni votaron todavia!!!

Chicas llevo solamente 16 votos y ya voy casi por el capitulo 30!!!

Ahora si, ya las rete lean tranquilas!! jaja

.

.

.

.

 

—Bella— Dijo Edward entrando a la habitación

— ¿Si?—  Contestó ella, que se encontraba acostada mirando para el lado contrario a la puerta.

—Ya está amor, tenemos la noche para nosotros solos.

— ¿Quien era?— Preguntó Bella, pero al instante se maldijo.

Edward frunció el seño.

—Era una hombre que quería trabajo, me pareció algo raro ya que en ningún momento solicité empleado, y no me gusto en nada que viniera ya con la intención de quedarse aquí, por el momento le dije que se quedara a la casa de atrás, y le avisé a Alec que esté vigilando y a Tanya que ocupara su antigua habitación, no iba a dejarla en la misma casa que alguien que no conozco, ¿No te molesta?

—No, para nada.

—Por eso te amo. — Dijo Edward dándole un beso, mientras se metía en las frazadas.

—Y… ¿De qué hablaron? Digo ¿en qué va a trabajar?

—Estará a prueba un tiempo para ver si se desempeña bien en su trabajo, tiene conocimientos en contaduría, espero que lo haga bien.

—Sí, eso creo. — Susurró Bella.

— ¿Qué?

—Nada, así que, ¿en qué estábamos? —Dijo pasando una de sus piernas sobre las de Edward y con una mano acariciando su pecho.

Edward en un movimiento rápido la acorraló contra el colchón. Bella dio un pequeño gritito del susto y luego comenzó a reír.

— ¿Qué es tan gracioso?— Preguntó a centímetros de su rostro.

—Tú lo eres. — Dijo para darle un pequeño beso y esperar la respuesta de Edward.

— ¿Gracioso? ¿Y no soy Sexy, hermoso e irresistible?— Bella rio más fuerte.

—Claro que lo eres tontito— Dijo para luego besarlo.

Edward comenzó a acariciar su espalda y ella enredó sus manos en su cabello atrayéndolo más hacia ella.

—Te amo tanto Edward.

—No sabes lo feliz que soy escuchando eso.

—Yo ya soy feliz contigo.

—Te amo.

—Soy más feliz ahora.

Bella comenzó a desabrochar la camisa de Edward, ya que ella se había quedado en ropa interior al momento de acostarse.

Los pocos botones que a la camisa le quedaban, ya que Bella los había roto en un intento desesperado la última vez, saltaron y quedaron regados en la cama.

— ¡Ay Dios! ¿Con quién me casé?— Dijo Edward

Bella no le contestó, estaba demasiado concentrada para hacerlo.

Llevó sus manos a la pijama que Edward se había puesto antes de acostarse y comenzó a bajarlo, cuando pasó por las rodillas de Edward los terminó de bajar con sus pies mientras él dejaba besos desde su cuello hasta su hombro y hacía el mismo camino pero inverso.

Bella comenzó a sentir el bulto que se comenzaba a formar en la entrepierna de Edward y no pudo evitar gemir.

Estaba nerviosa, hacía tanto que no tenía este tipo de contacto con Edward.

“¿Y si ya no le gusto? ¿Si no le parezco atractiva después de tanto tiempo?”

— ¿Qué pasa?

—Tengo miedo. — Dijo casi en un susurro cerca de sus labios.

— ¿Miedo de qué mi amor?— Preguntó acariciándole la mejilla.

—Edward, pasó tanto tiempo de la última que vez.

—Tú solo déjate llevar, ¿recuerdas nuestra primera vez?— Bella solo asintió con el rostro colorado. —Haz lo mismo, entrégate a mí, mi amor.

— ¿Te sigo pareciendo linda?— Él sonrió y la besó.

—No… me pareces hermosa, si tú no quieres yo…

—Claro que quiero. — Dijo para luego besarlo y continuar con su trabajo.

Comenzó a bajar el bóxer de Edward hasta que logró su objetivo.

Comenzó a acariciarle la erección de arriba hacia abajo, mientras besaba su cuello y Edward intentaba desabrocharle el corpiño.

—Bella no hagas eso. — Jadeó Edward en su oreja.

—Shhh.

Edward logró desabrochar el corpiño y comenzó a masajear ambos senos, luego sustituyó una de sus manos por su boca y comenzó a morder levemente el pezón, eso hizo que Bella diera un gritito y se arqueara, posición que Edward aprovechó para deslizar su mano a lo largo del adamen y llegar hasta el centro de Bella.

Metió la mano entre la fina ropa de encaje que traía puesta y comenzó a masajear en circulitos el ya hinchado y caliente clítoris de su amada.

—Edward. — Dijo Bella casi en un susurro.

—mmm.

—Te quiero dentro de mí. — Edward sonrió victorioso y le arrancó la “ropa” interior “¿Esta cosa pequeñita se llama ropa?”—Ahora. — Dijo Bella casi rogándole.

Edward tiró la ropa que aún tenía en la mano, por algún lugar de la habitación.

Llevó nuevamente su mano al centro de Bella y metió un dedo en su interior.

—Mi amor, estás tan… caliente y húmeda.

—Si mi amor, por ti.

— ¿Siempre será así?

—Ni tienes que preguntarlo.

—Enton…

—Edward por favor. — Él sonrió ante la urgencia de su mujer y comenzó a besarla mientras tentaba a Bella refregando su miembro en la entrada ya lista para él.

—No, Edward.

Y sin previo aviso Edward comenzó a penetrarla lentamente, hacía tanto tiempo que no tenía esa sensación, casi 6 meses sin probarla, sin entrar en ella, sin saborearla.

Bella movió su cadera haciendo fricción entre ambos cuerpos.

Edward giró a ambos haciendo que Bella quedara encima de él, con una pierna de cada lado.

Bella sonrió satisfecha y comenzó a mecerse perdiéndose en los gemidos que lograba arrancarle a Edward.

Los pechos de Bella rebotaban cerca de la cara de Edward que muy gustoso se metió uno a la boca y comenzó a lamer, mientras masajeaba el otro.

Poco a poco Bella fue perdiendo la intensidad hasta que llegó al clímax, cuando cayó sobre el pecho de Edward.

Éste, con el mismo movimiento anterior los giró a ambos, pero esta vez Bella pasó sus dos piernas por los hombros de Edward, este sonrió y comenzó a moverse más a prisa.

Los jadeos de Bella se convirtieron en gritos, y los de Edward se convirtieron de pequeños gruñidos y de vez en cuando en un “Bella” apenas audible.

Bella bajó ambas piernas para enredarlas alrededor de la cintura de su amado y atraerlo hacia ella y poder besarlo.

Unas estocadas más de parte de Edward y ambos gritaron el nombre del otro, cuando Edward se descargó dentro de ella. Bella en un intento de alargar el momento aprisiono más a Edward con sus piernas y siguió besándolo.

Edward apoyó la cabeza en el pecho de Isabella sin salirse de ella. Estaba quedándose dormido por las caricias que su esposa le daba en el cabello.

Se acomodó boca arriba y atrajo a Bella para que apoyara su cabeza en su pecho y así ambos se durmieron con una hermosa sonrisa en el rostro.

.

.

.

A la mañana siguiente, el “hermoso día” los despertó, El día estaba nublado, como de costumbre en Forks.

Edward se quedó observando a Isabella, con sus cachetes sonrojados, sus labios entre abiertos, el maquillaje un poco corrido, todo el pelo desparramado por el almohadón y la respiración tranquila, en paz.

Se levantó sin hacer mucho ruido y el menor movimiento posible para no despertar a su hermosa esposa.

Se puso el bóxer y el pantalón pijama, hoy no iría a las prácticas, se quedaría todo el día en casa con Isabella y le iba a dar la hermosa noticia, había adelantados 5 materias y solo le quedaban 2 por rendir el próximo mes y ya sería médico, mejor aún, médico pediatra.

Bajó al comedor y preparó el desayuno, que fue interrumpido por Clara, pero Edward se negó a que ella lo preparara y la mandó a su habitación.

—No es necesario niño, yo puedo hacerlo.

—Clara, en serio, yo lo preparo.

— ¿Y para que me pagas? Para cocinar, así que eso haré.

—Eres terca, igual a Bella.

— ¿La quieres verdad?

—No te imaginas cuanto.

—Anda toma, prepárale el desayuno.

— ¿Estás bien?— Dijo Edward tocando su frente.

—Hazlo antes de que me arrepienta, para algunas personas el hecho de cocinar, requiere de amor y paciencia y es una forma de demostrarle amor a una persona, si es por mi ambos estarían bien gorditos.

—Gracias.

—No tienes porque hijo.

—Clara, tómate el día, Bella y yo estaremos aquí todo el día, si necesitamos comer lo prepararemos juntos, sé que no tendrá problemas en hacerlo.

—No.

—Por favor. — Dijo poniendo carita de borrego a medio morir.

—Hash, está bien, no sé cómo podrá esa niña contigo.

—Ambas me quieren así como soy. — Dijo él agachándose para quedar a la altura de Clara y dejarle un beso en la frente, en verdad la apreciaba mucho.

Subió con la bandeja hacia la recámara y la apoyó en la cama.

Comenzó a darle besos a Bella, por toda su cara dejando los labios al final, pero ella no se despertaba. Edward notó que el color rosita de las mejillas de su esposa comenzaba a aumentar, y eso le decía que ya había despertado así que comenzó a bajar por su cuello donde pasó su barbilla que hacía casi 6 días que no rasuraba. Bella comenzó a reír, para Edward su risa era como música para sus oídos, hacía mucho que no la escuchaba reír de esa forma.

—Basta Edward, eres malo. — Dijo haciendo puchero.

—Eso te pasa por hacerte la dormida. — Dijo pasando nuevamente su barbilla por el cuello de su amada.

— ¿Como lo sabías?

—Bella, te conozco, no te sonrojas cuando estás dormida.

—Te amo. — Dijo ella abrazándolo por el cuello.

—Y yo más. — Dijo juntan sus narices.

—No, yo más.

—Mentirosa. — Dijo volviendo su barbilla hacia su cuello, cuando Bella paró de reír el volvió a hablar. — ¿Quien ama más?

—Yo a ti. — Edward volvió hacerle cosquillas hasta que Bella se rindió—Tú, tú, tú.

—Ya lo sabía. — Bella solo le sacó la lengua. —Te traje el desayuno.

—Gracias.

Ambos se acomodaron en la cama para comer las tostadas con café y el jugo de naranja.          

— ¿Lo hiciste tú?

—Sí.

— ¿Edward Cullen cocina?

—Obvio, ¿por quién me tomas?

—No, sal de aquí. — Dijo Bella al ver que Edward quería volver a hacerle cosquillas. –Me voy a bañar, cuando salga te quiero rasurado o te vas a arrepentir Cullen.

Isabella se sentó en la cama para ponerse las pantuflas pero Edward  fue más rápido y la recostó sobre la cama aprisionándola sobre el colchón.

— ¿Qué crees que haces Cullen?

—Disfrutando de mis vacaciones.

— ¿Vacaciones?

—Sí, tengo dos noticias para ti. — Dijo para luego besarla. —Una: Rendí materias pendientes y solo me quedan dos, quería avisarte cuando ya rindiera las dos que me quedan pero te perderías de la celebración. — Volvió a besarla una vez que terminó.

— ¿Y la otra?

— ¿Impaciente?

—Sí. — Edward sonrió de lado y la volvió a besar.

—Revisamos con mi padre ayer los papeles de la empresa, ya sabes que él tiene conocimientos en eso más que yo…

— ¿Y?

—Y está yendo de maravilla, investigué para poder adquirir un nuevo edificio, mi padre me quiere dar el dinero, pero yo le dije que lo compraría cuando la empresa produzca más, con mi propio dinero, pero mi mamá me entregó esto. — Dijo parándose para abrir el cajón de la mesita de luz de dónde sacó un sobre grande color marrón.

— ¿Qué es?

—Ábrelo. — Dijo extendiéndoselo.

Bella se acomodó en la cama tapándose con las sabanas hasta arriba de los pechos.

Tomó el sobre y lo abrió, sacó de adentro unos cuantos papeles, tenían mucho escrito así miró a Edward levantando una ceja.

— ¿Quieres que lea todo esto?, son casi 10 hojas y son las 10 de la mañana.

—Anda, solo esta hoja. — Edward le quitó las hojas y buscó el contrato que su padre había firmado.

—Edward ¿es el contrato de una propiedad?— Dijo después de leer la hoja que le había dado.

—Sí, me la regaló mi padre, la puso a nombre nuestro, faltan nuestras firmas nada más.

—Es mucho mi amor, no puedes aceptarlo, tu padre debe tener otros gastos como para…

—Bella. — Dijo Edward poniendo un dedo sobre su boca. —Carlisle quiso regalarnos esto y si así es su deseo es por algo, es mi padre.

—Entonces será para ti, no para mí.

— ¿Porque eres tan terca?

—Porque gastó mucho dinero.

—Prométeme que lo aceptarás.

—Está bien. — Edward la besó y ella solo pudo corresponderle. –Vamos. — Dijo ella levantándose, pero Edward se lo impidió.

— ¿A dónde vas?

—Pues a bañarme, luego tú lo harás, te irás y yo pasaré el día con Kate y tu mamá.

—Lamento alterar tus planes, hoy me quedaré aquí, contigo.

—Pero, ¿la universidad? ¿Las prácticas? ¿La empresa?

—Está todo solucionado, tu tranquila nena.

— ¿Sabes qué fecha es hoy?

— ¿10 de septiembre?

—Sí, ¿y?

—No sé.

—Edward mañana serán justo 4 meses desde que nos casamos.

— ¿En serio? Parece que hubiese sido ayer.

—Fue tan hermoso, bueno excepto por… bueno ya….

—Shhh, fue hermoso y listo.

—Gracias.

— ¿Por qué mi amor? — Dijo acariciando sus cabellos.

—Eres tan…. Tan, no sé, comprensivo. — Dijo haciendo circulitos en el pecho. —Quizá...

—Bella me has demostrado que me amas y para mí con eso es suficiente nena.

—De todas formas gracias, no sé qué sería de mi vida si no te hubiese conocido.

—Estamos hechos el uno para el otro, nos hubiésemos conocidos de todas formas.

—Te amo.

—Igual yo.

— ¿Piensas quedarte mucho más tiempo en la cama? Puedes venir conmigo a hablar con Kate si quieres.

—Ella va a estar bien Bella.

—Edward no sé si te acuerdas que ayer fue el entierro de su padre.

—Lo sé, pero yo creo que será mejor dejarla sola, ¿entiendes? No creo que ella quiera que estemos ahí sofocándola.

—Edward, hace 3 meses y medio que la conozco y sé que es lo que ella necesita.

— ¿Es inútil que discuta contigo verdad?

—Creo que ya me conoces.

—Lo siento, a veces olvido que eres la Psicóloga Cullen.

—Muy gracioso Señor Cullen.

—Bella, estuve a punto de hacerlo, pero sabía que si lo hacía te enojarías.

— ¿Qué hiciste Edward? Al menos ya sé que no lo hiciste y no me voy a tener que enojar.

—Por eso te amo, estuve a punto de hablar con el director del hospital, tu sabes que me llevo bien con él y que está conforme conmigo desde que hago las prácticas.

—Ve al grano.

—Lo siento, quería pedirle un lugar en el piso tres para ti.

— ¿Piso tres?— Preguntó apoyándose sobre  el colchón para ver a Edward a la cara.

—Es el piso de terapias y tiene muchas clases de terapias, pero una sola psicóloga y tu bueno… yo creo que serías muy buena en ese trabajo, se que te gusta lo que…— Edward no pudo terminar la frase ya que unos labios se lo impidieron.

— ¿Habrías hecho eso por mí?

—Claro.

—Me encantaría trabajar, no se me dan mucho los hospitales pero ya hace seis meses que me recibí y no he trabajado, además estaría más cerca de ti.

—Hablaremos con el director entonces.

—Gracias. — Dijo para luego darle un beso fue interrumpido con unos golpes en la puerta.

—Vístete. — Le dijo Edward tendiéndole la ropa que Bella había dejado la noche anterior en el suelo.

—Mejor me voy a bañar.

—Está bien. — Le dio un beso y Bella salió corriendo hacia el baño.

Edward se puso nada más la polera del pijama, ya que aún traía puesto el pantalón.

—Edward, hijo.

—¿Si Esme?— Dijo a modo de broma, ya que nunca le gustó que le dijera Esme, siempre prefirió “mamá”. Pero Edward, al no recibir ningún regaño de su parte se fue a abrir la puerta y se encontró con una Esme con los ojos colorados y con gruesas lágrimas cayéndole por el rostro.

— ¿Mamá?

—Edward. — Dijo llorando al tiempo en que se abalanzaba sobre su hijo para que la abrazara.

— ¿Qué pasa? Ven, bajemos que Bella saldrá de bañarse en cualquier momento.

Abrazó a Esme y la condujo hasta el living donde la sentó sobre el sillón y él a su lado para consolarla y esperar a que se calmara.

Pasaron unos minutos hasta que Esme logró calmarse, seguía con el llanto pero el abrazo de su hijo le había servido.

— ¿Mamá me dirás que pasa?

—Hijo. — Dijo apenas audible por el llanto.

—Mamá por favor, me estás asustando.

—El avión de tu padre.

— ¿Mamá, el avión de papá qué?

—Se cayó, fue encontrado en medio del Lago Michigan.

Edward contuvo un jadeo, solo pudo abrazar mas fuerte a su madre y llorar en silencio.

No pidió más explicaciones, su madre no podía dárselas. Esperó a que su mamá se calmara, pero todo intento por tranquilizarse fue interrumpido por unos gritos en la segunda planta, la planta de los cuartos.

Luego, todo se silenció y Tanya bajó corriendo escaleras abajo.

—¡¡¡Edward!!!— Gritó antes de entrar al living. —Quiero que me des otra habitación, la mía está muy cerca de la habitación de mi hermana y no quiero estar cerca de la culpable de la muerte de mis dos padres. — Dijo a gritos entrando al living, eso solo provocó que Esme llorara más fuerte sobre el pecho de Edward.

—Tanya, vete de aquí.

—Pero Eddie, esto es tan injus…

—Tanya vete. — Interrumpió una nueva voz en la sala.

Bella no sabía que pasaba, pero tan solo con ver a Esme y Edward abrazados y llorando no era necesario preguntar para saber que no era algo bueno.

Cuando sacó a Tanya del living se disponía a salir y dejarles la privacidad que necesitaban pero la voz de su marido la alertó.

—Bella, ven cariño. — Al ver la cara d Edward le bastó para no protestar e ir con él.

Edward las abrazó a ambas, Bella no sabía cómo reaccionar y  que no debía preguntar, no por el momento.

Una vez que todos estuvieron calmados, Edward se levantó y le dio a su mamá una pastilla para el dolor de cabeza que de seguro tendría más tarde.

—Ve a recostarte, te despierto si sé algo más.

Esme solo asintió, trató de decirle algo a su hijo pero no le salían las palabras. Ambos sabían que no estaba todo perdido pero que las posibilidades de que se encontrara a Carlisle eran escasas.

Isabella acompañó a Esme, la ayudó a ponerse un pijama y la recostó.

—Eres muy buena niña, estoy contenta que estés con mi hijo.

—Yo estoy contenta de encontrar a alguien como él.

—Ve con él, te necesita.

Isabella no lo pensó dos veces, salió de la habitación luego de acostar a Esme, corrió hacia el living y la imagen la destrozó por completo.

Edward estaba llorando con el teléfono en la mano, no entendía nada de lo que estaba pasando pero era algo malo.

(Edward mientras Bella lleva a Esme)

El teléfono comenzó a sonar y Edward corrió apurado a atenderlo, podía ser importante y quizá fueran noticias de su padre.

— ¿Hola?

—¿Edward?

—Emmett, ¿qué sabes?

—El accidente ocurrió anoche y desde entonces están buscando los cuerpos, no hay ningún sobreviviente por ahora. — Le contestó Rosalie del otro lado, se escuchaban los sollozos de Emmett desde el teléfono.

—Gracias Rosalie, le tendré que avisar a Esme y supongo que tendremos que ir para allá.

—Si, por favor, tu hermano te necesita.

—Le diré a Bella que arregle todo para ir.

—Se que no es momento Edward, pero es mejor que vengas solo con Esme, lo que menos se necesita ahora son problemas.

—Rosalie, tú solo dile a Emmett que estaré allí lo antes posible con mamá.

—Está bien.

Edward cortó el teléfono y se puso ambas manos tapándose el rostro mientras apoyaba los codos sobre sus rodillas, hasta que sintió una mano que le tocaba la espalda y lo acariciaba.

Él solo llevó su rostro hasta el pecho de su mujer donde lloró y ella lo consoló. Luego bajó la cabeza hasta apoyarla en el regazo de Isabella y ella comenzó a acariciarle el cabello.

—Dime algo Edward, no sé qué hacer ni cómo actuar, no sé nada y verte así me está matando. — Dijo una vez que los sollozos habían acabado para darle paso a las lágrimas que seguían cayendo empapando el regazo de Isabella.

—Papá, su avión cayó, aún no se saben las razones, pero se desplomó en el Lago Michigan, recién llamó mi hermano y dijo que estuvieron toda la noche y parte del día buscando sobrevivientes pero no se encontró ninguno.

— ¡Por Dios! Pero es un lago pequeño. ¡No puede ser!

—Pues lo es, mi papá ya no está más Bella.

Isabella había logrado apreciar a Carlisle durante el año que estuvo de novia con Edward, no lo veía muy a menudo como a Esme, pero siempre la recibía con una sonrisa en el rostro, solían platicar de libros, Isabella no leía mucho y Carlisle siempre trató de convencerla de leer, pequeñas imágenes vinieron a la cabeza de Bella, y cada día que había pasado con Carlisle y la familia de su novio.

—Yo… lo siento cariño, no puedo decir que entiendo tu dolor porque no es así, pero sabes que estoy aquí y que puedes contar conmigo.

—Sí, lo sé, hay que avisarle a Esme.

—Yo le aviso, tu ve a acostarte, conseguiré pasajes para mañana ¿te parece bien?

—Gracias, piensas en todo.

—Tómate algo.

Edward tomó una pastilla de la mesa que estaba enfrente del sillón, la misma que le había dado a Esme y se la metió a la boca, sin siquiera levantarse del regazo de Bella y sin tomar agua para pasarla.

—Ven, vamos a que te acuestes, ¿te quieres dar un baño? va a ser mejor así te acuestas relajado.

Él solo se dejó llevar por su esposa, cuando llegaron a la habitación, lo acostó en la cama y estaba por ir a preparar el agua, pero Edward aferró más su agarre y le impidió moverse.

—No te vayas, quédate.

—Iré a preparar el baño.

—Por favor.

—Está bien, ven y recuéstate.

Ayudó a Edward a que se acomodara debajo de las cobijas y se abrazaron.

— ¿Sabes? A pesar de que no tuve la mejor infancia de todas y que tenía que escuchar cada día las peleas de mis padres, fui el niño más feliz a su lado, siempre estaba al pendiente de mis necesidades y las de mi madre, aunque haya estado ausente trató de dame lo mejor y con Esme, él cambió totalmente, se preocupaba más por llegar a casa, también dejó el hospital y sé que para él, eso fue un gran esfuerzo, por qué era lo que le apasionaba pero no le importó dejar todo por mi y por Esme.

—Aunque no lo creas, me duele Edward, no de la misma forma que a ti, pero lo apreciaba, no hubo día en que me allá despreciado,  se ganó mi cariño.

—Él te quería Bella, mi mamá también te quiere.

Isabella sabía que tenía que cambiar de tema rápido, no quería ponerse a llorar delante de él, era quien tenía que consolarlo no él a ella.

— ¿Seguro que no quieres un baño?

—No, solo quiero que te quedes aquí conmigo.

Ambos se quedaron callados, cuando Isabella sintió que el comenzaba a respirar con más tranquilidad y todo sollozo había desaparecido, salió de la habitación tratando de no hacer ruido alguno.

Llamó a la agencia de viajes y pidió 4 boletos, pero no podía dejar aquí sola a Tanya, por más que le desagradara tenía que llevarla, aún era menor de edad y si algo le pasaba, ella y Edward serían los culpables.

Una vez que pidió los 5 pasajes (uno más para Tanya). Fue a la habitación de Kate, que desde la noche en que llegó del entierro de su padre, no había salido para nada de su habitación, no había sido mucho tiempo pero sabía que la tendría que sacar de ese encierro, Tanya y su padre le habían dejado bien en claro sus ideas “Eres la culpable de todo”.

—Kate. — Dijo bajito una vez que había tocado unas veces y nadie le abría.

—Vete Bella, quiero estar sola.

—Qué más quisiera que poder complacerte, pero tienes que preparar una maleta nena, por favor ¿Si?

—Pero yo me quiero quedar con ustedes. — Dijo corriendo para abrazarla. —Bella, me quiero quedar, me gusta estar aquí. — Isabella liberó todas las lágrimas contenidas desde que vio a Edward destrozado hablando por teléfono.

—Mi amor, escucha por favor…

— ¿Estás llorando? ¿Entonces si me voy?

—No cielo, ven. — La tomó de la mano y la sentó en la cama, ella fue a abrir las cortinas para que la pieza quedara iluminada.

—El papá de Edward viajó anoche, y el avión en el que viajaba tuvo una falla y se cayó, así que mañana tenemos que viajar a Nueva York para apoyar a la familia de Edward y despedirnos por última vez de Carlisle ¿lo comprendes?

—Lo siento, yo siempre tan egoísta, pensando en mí cuando los demás sufren, no sabía nada, perdón.

—Ven acá, no tuviste la culpa de nada, no tienes porque disculparte nena.

—Gracias Bella, siempre eres tan buena conmigo.

—Te lo mereces, eres una nena adorable.

—No soy una nena, Tanya dice que ya soy grande y que tengo que…

— ¿Tanya dice? Yo digo que eres una niña, recién tienes 11 años, eres muy inteligente y te tienes que dar cuenta que Tanya es una tonta, es tu hermana lo sé, pero es una tonta igual.

—Bueno, voy a hacer una maleta para que veas que soy grande.

Bella le quitó las lágrimas que traía desparramadas por el rostro, le dio un beso en la frente y salió de la habitación.

Ahora venía la parte más difícil, hablar con Esme.

Entró a la habitación sin tocar, porque sabía que estaba dormida.

—Esme. — Dijo moviéndole el hombro. Ella comenzó a moverse inquieta hasta que abrió los ojos y vio a Bella.

— ¿Qué pasó?— Preguntó alterada.

—Esme, hay que preparar unas maletas, mañana salimos a Nueva York, ya arreglé todo. —

— ¿Sabes algo?

—Sí, y no hubo sobrevivientes. — Soltó rápido con los ojos cerrados, tenía que ser fuerte y no llorar como lo había hecho en la habitación de Kate.

Abrió los ojos y Esme estaba mirando un punto fijo en la habitación, las lágrimas le corrían por las mejillas. Estaba en shock, ella solo la abrazó y la ayudó a que se recostara.

—Déjame, no necesito que me ayuden, solo lo necesito a él y ya no está.

—Esme por favor, no grites, logré que Edward se durmiera, sé que es difícil pero al menos por tus hijos tienes que salir a delante.

—Déjame sola Isabella.

Dio media vuelta con las lágrimas cayéndole y ya sin poder calmar los sollozos, la situación era estresante, y la felicidad le duró apenas un día, hace apenas unas horas, todo era distinto.

No quería que Esme la viera así, así que se encaminó para la salida, cuando salió del cuarto corrió a su habitación, pero cuando abrió la puerta chocó con un cuerpo: Edward, que al verla llorando la abrazó.

—Edward estoy bien, ve a acostarte, yo prepararé las cosas para mañana, ya reservé los pasajes.

—Escuché los gritos de mamá, entiéndela Bella.

—La entiendo Edward, tranquilo, tú solo acuéstate.

Edward le hizo caso y se fue a acostar, viendo como ella iba de acá para allá con ropa, papeles, como entraba y salía de la habitación, siempre con algo nuevo en la mano.

—Ven aquí.

—No, tengo que preparar la valija de Tanya, no sé donde se metió y si se la prepara ella tardaría mucho tiempo y es lo que menos nos sobra.

—Gracias.

— ¿Por qué?

—Haces cosas que sé que no te agradan, pero lo estás haciendo por mí.

—Te amo, por eso lo hago.

Salió de la habitación, preparó un poco de ropa de Tanya y la metió en dos bolsos, ya que no encontró valijas en su habitación.

— ¿Qué haces aquí? ¿Y hurgando mi ropa?

—Estoy preparándote unos bolsos, créeme, no hago esto por mi ni por ti, lo hago por Edward; así que coopera.

— ¿Qué le pasó a Eddie?

—Carlisle murió en un accidente, su avión se cayó, mañana salimos a Nueva York y tu desgraciadamente tienes que venir, faltan tus cosas personales, tranquila que no las toqué.

—Más te vale Isabella.

— ¿Donde estuviste todo el día?

—Eso no te importa.

—Te equivocas tú y Kate están bajo mi cuidado y  de Edward, por lo tanto tengo que saber.

— ¿Tú y Edward? si él me pregunta si le diría, pero tú, nos llevamos poca edad, no eres mi madre.

—Edward en este momento no está para andar cuidando niñitas y si algo te pasa será mi culpa. Tanya, no lo hago por ti, sino por tu hermana y la amistad que Edward tenía con tu padre, dime ¿donde estuviste?

—Salí a caminar afuera, quería conocer los alrededores de la casa.

—Sabes que no te creo, termina de empacar que mañana a primera hora nos vamos.

Salió de la habitación dispuesta para acostarse y dormir.

Cuando llegó Edward lo esperaba todavía despierto.

— ¿No te dormiste todavía?

—Te estaba esperando.

Voy a buscar algún pijama a mi habitación.

—Cierto, me había olvidado.

Salió de la habitación y se puso el pijama en la habitación que antes compartía con Kate, que por cierto ya se había dormido.

Entró a su habitación, se acomodó al lado de Edward, ambos se abrazaron y dejaron que las lágrimas corrieran, ahora ya no era solamente Bella consolando a Edward, ahora eran dos personas consolándose

 

 

 Capítulo beteado por Vhica...., Betas FFAD.
https://www.facebook.com/groups/betasffaddiction/

 

Bueno primero PERDON!!! por la tardanza!!!

Segundo.... no me maten por faor!!

Se que algunas odiaban a Carlisle y otras lo querian, yo lo queria pero tenia que pasar nenas!!!

Gracias a mi mami Alba por el apoyo que me das!!!

Siempre estas hay para todoy sabes que yo tambiene stoy para lo que necesites.

A Maya que siempre est pendiente del fic y en cada capitulo deja su comenatrio.

A Erika (Eco7) que se que me lee.

A Jazz_Cullen que deja su comentario cada vez que puede y simepre esta hay.

A Monica_Swan, MinelCullen y Andrealice tambien, son pocas las lectoras como ustedes, que si hay algo que no les gusta me lo dicen, me dejas sugerencias y me alagan cuando les gusta!!

LAS AMO A TODAS!!!!!

 

Capítulo 28: Ganas de mas Capítulo 30: Tiempo

 
14439536 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10757 usuarios