Obligada a amar

Autor: Melii
Género: Romance
Fecha Creación: 28/06/2012
Fecha Actualización: 01/09/2014
Finalizado: NO
Votos: 30
Comentarios: 157
Visitas: 104643
Capítulos: 44

 OBLIGADA A AMAR

 

Me llamo Isabella Swan, pero todos me llaman Bella, tengo 22 años y siendo tan joven mi madre ya arruino mi vida por completo. Yo lo tenía todo, dinero, amor, felicidad y una familia muy unida. Pero mi familia quiebra, y pierde todo su dinero, quedándole solamente, mi casa y ahorros de una pequeña herencia. Al verse sin dinero, mi madre me ha hecho casar, enamorar, desenamorar, y lastimó lo que yo mas amaba en el mundo, mi novio Jacob. Ese hombre es Edward Cullen, un hombre de debo admitir que es muy apuesto, pero en fin, él junto con mi madre acabaron con la poca felicidad que me quedaba.

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Capítulo 27: ¿Quien es ella?

— ¿Qué demonios haces aquí? —Gritó Isabella arrojando al suelo la campera que le había puesto en los hombros.

— ¿No te pones contenta de verme?

— ¿Eres idiota? Claro que no, por tus estúpidas mentiras y tu maldita manipulación, yo te creí Jacob y todo lo que me dijiste fue una mentira. —Dijo ella comenzado a correr hacia el auto.

Arrancó el auto y se fue a su casa, el único lugar donde podía estar “tranquila” de algún modo.

Llegó, la casa aun tenía las luces encendidas, miró la hora y eran las 8:30 de la noche, era más temprano de  lo que creía.

Entró y no había olor a comida, como todos los días ya habrían comido.

Fue a la cocina y estaba Clara limpiando los platos de la cena.

— ¿Necesitas ayuda?              

—No niña, Edward no bajó a comer, creo que deberías ir a verlo, no ha salido de su habitación.

Isabella subió las escaleras y entró a su habitación, a la que compartía con Kate, por el momento.

—Bella, al fin llegas, ve a ver a Edward.

—Déjalo,  mañana cuando se levante estará mejor, toma  traje esto para ti.

Dijo ella extendiéndole el oso.

—Aún no le puse nombre, hay que pensar uno.

—Isabella Swan escúchame, te dije vayas a verlo, ve ahora.

—Te dije que no Kate.

—Bueno, cuando toqué a su puerta escuché la voz de Tanya, y la puerta cerrada con llave, quizás ella sí quiso ir a hablar con él. —Dijo Kate con una sonrisa en su cara.

Isabella que estaba en la otra punta de la habitación soltó su cartera que cayó al suelo, y corrió a la puerta pasando por las dos camas, sin siquiera caerse algo poco habitual en ella.

Corrió a la habitación de Edward y empujó la puerta, olvidando que Kate le dijo que tenía llave.

Pero la puerta de todos modos se abrió, sobresaltando a Edward.

Edward no había bajado a comer, se había pasado lo que quedaba del día estudiando en su habitación, quería evitar pensar en Isabella.

No sabía qué hacer con ella, no quería hacer lo mismo que esta mañana, eso fue un error, tampoco quería dar el brazo a torcer con ella, quería hacerla pagar por cada error que cometió pero no sabía cómo, él ya no quería comportarse duro con ella, quería ser el mismo de antes.

Se fue a bañar y se puso a pensar, también tenía que sacar a Tanya de la casa, en el día había ido a buscarlo dos veces, nunca la dejó pasar pero era una mujer incansable e insoportable.

Salió de la ducha, se anudó una toalla a la cintura y salió del baño, no tenía sueño así que tomó el libro y continuó leyendo, tenía que prepararse para las prácticas en el hospital y su último año de medicina.

Estaba leyendo cuando golpearon la puerta, Tanya otra vez.

—Eddie, la cena esta lista, tienes que bajar. No has  comido nada.

—Tanya vete, no voy a bajar.

—Pero Eddie por favor.

No le contestó, en algún momento se iría.

Pasó una hora en lo que terminó otro capítulo del libro, pero cuando estaba por leer el siguiente la puerta  se abrió otra vez.

—Eddie, te guardé comida.

—Tanya no quiero comer, vete por favor.

Edward sólo quería seguir leyendo y Tanya se lo estaba impidiendo a cada rato.

Ella no le contestó por lo que supuso que se había ido, pero de pronto la puerta se abrió de golpe a los 5 minutos.

— ¿Edward qué…?  —Gritó Isabella desde la puerta, pero no terminó la frase. —Lo siento. —Dijo algo apenada.

— ¿Qué quieres? ¿Ya te cansaste de caminar?

—No, yo sólo quería… —Isabella sólo quería sacar a Tanya de su habitación, pero ella no estaba. Kate le había mentido, la niña había logrado su cometido, que Bella fuera a ver a Edward. —Quería pedirte disculpas por lo que hoy a la tarde, las discusiones son siempre culpa mía.

—Sí, lo son. — Isabella rodó los ojos, para luego centrarlos en los abdominales de él, aun tenía la toalla en su cintura. — Estoy estudiando si no te molesta. —Dijo él volviendo a su lectura.

—Jacob está en Forks. — Dijo ella rápido, como si así fuese más fácil de decirlo.

— ¿Qué dijiste? —Dijo él parándose de la cama donde estaba leyendo.

—Lo que oíste.

Edward jaló a Isabella hacia dentro de la habitación y cerró la puerta.

—Pues repítelo. —Dijo él apoyando las dos manos al costado de la cabeza de Isabella.

—Que Jacob está en Forks Edward, lo vi en el centro comercial.

— ¿Y ya tienes planeado como escaparte con él e irte? ¿O todavía no tienes un plan? —Dijo a centímetros de su rostro.

—No voy a irme a ningún lado.

—No esperaba menos.

Isabella ladeó su cabeza, no quería que ocurriera lo mismo que en la mañana.

— ¿Qué hora es?  Has llegado tarde. —Dijo él separándose bruscamente de ella.

—Son las 8.30, me encontré con un grupo de chicas y me retrasé, solo quería caminar un poco.

Él no dijo nada, Isabella se debatía entre contarle lo que habían dicho las mujeres de él, Tanya y Jacob o mejor quedarse callada.

—Hay rumores en Seattle. —Soltó rápido.

— ¿A sí? ¿Cuáles?  —Dijo yendo al baño para cambiarse, no le interesaban en lo más mínimo los rumores y los chismes que corrían por ahí.

— ¿No vas a escucharme verdad?

—No, no me interesa. — Dijo él saliendo del baño.

—Pero son chismes tuyos, míos y… de Tanya.

— ¿De Tanya? — Preguntó Edward prestando más atención, él sabía que le traería problemas.

—Si Tanya, la rubia hueca.

—No la llames así. —Dijo Edward para hacer enojar un poco a Isabella. — ¿Qué dicen esos rumores, chismes o lo que  sea?

—Que Tanya está aquí nada más para meterse en tu cama. —Dijo ella rápido.

—No importa, esa clase de chismes siempre corren.

—Qué casualidad que me lo dijo una amiga suya.

— ¿Celosa?

—Sí, celosa, estoy celosa porque esa estúpida lo único que quiere es meterse contigo y las cosas entre tú y yo no están bien y seguro lo va a aprovechar, celosa porque lo primero que vi en la mañana fue a esa estúpida en tu regazo, si estoy celosa, porque te amo Edward. —Gritó Isabella, para luego salir de la habitación dando un portazo, dejando a Edward plasmado, nunca esperó semejante confesión de Isabella.

— ¿Y? —Preguntó Kate una vez que Isabella entró en la habitación.

—Eres una niña muy inteligente, ahora acuéstate, ya ni sé qué hora es.

—Es temprano para dormir, Bella cuéntame algo.

—No, eres muy pequeña, son problemas de grande, nunca los entenderías.

— ¿Sólo un pedacito?

— ¡Ahss!! Le dije que lo amaba.

— ¿En serio? Eso es hermoso, gracias por contarme. —Dijo ella acostándose.

Isabella la imitó.

— ¿Ya pensaste un nombre para el oso?

—Sí, Gary.

— ¿Gary? Es lindo ¿porque lo escogiste?

—Gary, diminutivo de Garrett.

¿Quién es Garrett?

—El chico que me gusta, lo conocí hace una semana, cuando recién llegamos a Forks, su padre es dueño del hotel donde nos hospedamos.

—Yo a tu edad no pensaba en chicos todavía.

—Yo tampoco, no sé cómo me pasó, no quiero tener novio ni me quiero casar.

— ¿Por qué?

—Ustedes dos están sufriendo, mis papás también lo hicieron y no quiero eso.

—Pequeña, las cosas no son siempre lo que parecen, si tus padres sufrieron fue por una mala jugada del destino y Edward y yo, solo fue un error, uno que yo cometí, si no todo estaría bien. Todo va a estar bien.

—Gracias Bella.

—De nada.

Las dos que quedaron dormidas, había sido un largo día, un día de compras para Kate y un día de sorpresas para Bella, sólo rogaba que Jacob no se acercara a la casa, y que dejaran de correr esos estúpidos rumores de Tanya y su marido.

A la mañana siguiente Edward se levantó temprano, no podía dormir. Estaba atento a cada ruido por pequeño que fuese, tenía miedo, un tremendo miedo en su pecho a que su esposa se fuera; ella jamás sabría que él tenía miedo a su abandono, tenía que ser frio y astuto con ella, aunque le doliera.

Toda la noche tuvo pesadillas, donde estaba Bella corriendo en medio del bosque, huyendo y gritando, alguien la perseguía y no sabía qué.

Luego la pesadilla cambiaba, Bella estaba tirada en el suelo y él encima de ella tratando de quitar su vestido.

Después recuerdos de la mañana anterior se colaban en el sueño, las lágrimas de Bella cuando ella le suplicaba que parara… Y luego despertaba.

No podía permitirse que sucediera otra vez lo de la mañana, no debía debilitarse otra vez, Bella había pagado las consecuencias y no se tenía que permitir algo así nunca más.

Se levantó y ayudó a Clara con el desayuno, le gustaba charlar con ella.

Una vez que estuvo listo, desayuno sólo en su despacho rodeado de libros, nuevamente.

Pasadas unas horas, salió del despacho y ya todos desayunaban en el comedor.

Las miradas de odio entre Bella y Tanya se podían ver a simple vista.

Isabella lo miró y sonrió, Edward supo que esa mirada le decía que se mandaría alguna de las suyas frente a Tanya y era mejor no contradecirla.

Edward se sentó como siempre en la cabecera de la mesa y Clara le trajo una taza, y un plato con tostadas.

—Hola mi amor. —Dijo Isabella parándose de su silla, se sentó en el regazo de Edward, bajo la penetrante mirada de Tanya y la mirada cómplice de Kate. Eleazar ni siquiera miró, estaba ausente, como en otro mundo.

— ¿Cómo amaneciste? —Volvió a decir Isabella.

—Bien ¿y tú? — Dijo Edward situando su brazo por detrás de la cintura de ella.

—Bien, anoche quedé un poco cansada y también adolorida, pero no importa, todo por ti, se que eres insaciable. — Dijo para luego plantar un beso en su boca.

No le dio tiempo a responder, y menos mal que así lo hizo, él ni siquiera sabía que podía contestarle, sobre todo por la niña presente.

Isabella se bajó sonriente de su regazo y volvió a su lugar, bajo la atenta mirada de Clara que había llegado a acomodarse en la esquina del comedor hace  un instante por si alguien necesitaba algo.

Tanya se paró refunfuñando.

— ¿Tanya, querida qué pasa? No tocaste tu desayuno. — Preguntó Isabella haciéndose la desentendida.

—Tú. —Dijo señalándola. —Eres una maldita y sabes muy bien porque lo digo, sé todo lo que hiciste Isabella. — Dijo acusándola.

— ¿A si? ¿Cómo qué? —Dijo Isabella parándose, esto se estaba tornando demasiado personal.

—Te quisiste fugar antes de la boda, engañaste a Edward y él muy crédulo. —dijo mirándolo a él esta vez. —todavía cree en ti y el maldito y falso amor que tu le das.

Dijo Tanya cada vez más cerca de Isabella, podía llegar a intimidarte de cierto modo, pero Isabella sabía que no le haría nada, y tampoco le daría tiempo para reaccionar si intentaba hacerle algo.

—Eso no es problema tuyo Tanya, es algo entre mi esposa y yo y tu ni nadie tiene por que meterse en eso, así que vete de aquí  ahora. — Gritó Edward parándose de la silla con brusquedad.

Tanya salió corriendo de ahí, jamás había visto a Edward de esa forma, ya no era el mismo niño que jugaba en su jardín todas las tardes, o ella ya no era la misma niña.

—Edward, lo siento en serio, Tanya está mal hace un tiempo, desde el accidente ya no es la misma discúlpala, ya no se qué le pasa. Esto es tu culpa Katherine, tu hermana no estaría así de no ser por tu culpa. —Dijo Eleazar, comenzó hablando tranquilo, pero al momento de dirigirse a su hija menor, su voz se distorsionó y comenzó a gritar.

—No le voy a permitir que le hable de esa forma, sea el padre o quien sea, ella es una niña ¿Cómo la puede culpar de algo que nadie tiene la culpa? sólo Tanya tiene la culpa de ser así.

—Tú no te metas, eso es algo entre mi hija y yo. —Dijo Eleazar dirigiéndose a Isabella.

Isabella le dirigió una mirada a Edward, él solo asintió, sabía que Isabella no se quedaría callada por más que él se lo ordenase, así que decidió actuar él, Bella solía irse mucho de la lengua, más cuando se trataba de algún niño o alguien inocente, ella era la primera en saltar.

—Eleazar, no le hable así a mi esposa, venga  a mi despacho ahora. —Dijo Edward encaminándose al despacho sin mirar si lo seguía o no.

Isabella pasó casi una hora tratando de consolar a Kate, seguía sintiéndose culpable por la muerte de su madre y hermana; Tanya y su padre se la recalcaban cada vez que tenían oportunidad y también se culpaba por el comportamiento de su hermana Tanya, tal como le había dicho su padre. Repetía que era su culpa.

Kate se había calmado, sentada en el regazo de Bella, aun con pequeñas lágrimas cayendo.

Bella le tarareaba una canción, Kate era grande para eso, pero lo necesitaba. Le faltaba una madre que la consolara y sabía que podía contar con Bella para todo lo que necesitara.

— ¿Estás bien?

—Sí, gracias. — Contestó Kate aún hipando del llanto.

—Tranquila hermosa.

—No quiero que se lleven mal con mi papá, si lo echan a él yo me tendré que ir también y no quiero.

—Tranquila, Edward lo está solucionando. —Dijo Bella, no muy segura de eso.

— ¿Bella?

— ¿Qué?

—Edward nos va a echar ¿no es cierto?

—Creo que a veces eres demasiado inteligente, yo no quiero a Tanya aquí y ahora tampoco a tu papá.

— ¿Y a mí?

—Claro que a ti si nena.

Edward y Eleazar discutían en el despacho,  Edward sólo quería que Tanya se fuera  y que no le trajera  más problemas con Bella.

—Edward, no puedes echarnos.

—Sí, si puedo, se te paga por administrar y ni siquiera lo estás haciendo.

—La empresa comenzó hace una semana, no hay nada que administrar aún.

—Bueno, te daré sólo un  mes, no quiero que Tanya tenga problemas con mi esposa y mucho menos que tu le hables de la forma que lo hiciste.

—Lo siento, sólo que ella me dijo como debía…

—No me importa. —Gritó Edward parándose de la silla, mientras apoyaba ambas manos sobre el escritorio.

—Lo que tu digas Edward, gracias, me retiro. —Dijo Eleazar parándose de la silla.

—No es todo. —Dijo Edward.

Eleazar lo miró para que continuara.

—Se mudarán tú y Tanya a la casa de afuera.

— ¿Por  qué?, no traerá más problemas Tanya.

 —Está hecha para los empleados, y eso eres tú. Así que irán a vivir allí.

—Es pequeña no podemos vivir los tres ahí.

—Lo siento, podrían buscar el mismo trabajo en otro lugar y verán que no te darán donde vivir, tu escoges, y solo serán tu y Tanya, Kate se queda en la casa.

—Está bien, no creo que a Tanya le agrade, queda lejos de la casa.

—Son solo 200 metros, no le hará daño caminar sin esos tacones que siempre trae puestos.

—Está bien, gracias de todas formas.

Edward salió del despacho dejándolo sólo, para encontrarse con Bella y Kate abrazadas en medio del living.

—Gracias Bella.

— ¿Por qué?

—Siempre fuiste buena conmigo, desde que llegué y nunca me habían tratado así desde que mi mamá murió. —Bella sólo la abrazó para volverla a consolar, en cualquier momento volvería a llorar.

— ¿Interrumpo? —Dijo Edward sobresaltando a ambas.

—No para nada, ¿podemos hablar?

—Claro.

—Ve a la cocina con Clara, por el olor debe estar preparando algo rico, fíjate si necesita ayuda. —Dijo Bella a la niña.

Kate se fue corriendo a la cocina a ayudar a Clara.

— ¿Qué le has dicho? No quiero que los eches, Kate no quiere irse.

— ¿Y tú quieres que ella se vaya?

—No, tampoco quiero eso, es una niña hermosa y muy inteligente.

—Lo sé, pero van a quedarse, ella va a quedarse; le di un mes, si hace bien su trabajo se quedará, administrará la empresa.

— ¿Empresa?

—Sí, hace casi una semana, antes de que nos casáramos puse con Carlisle una empresa de publicidad, él se encargará de las cuentas, tiene conocimiento debido a su anterior trabajo.

—Bueno sigue.

—Se mudaran, él y Tanya a una de las casas del terreno contiguo, no quedan muy lejos, pero tampoco estarán aquí metidos todo el tiempo.

—Gracias.

—No es nada.

—Voy a ver si Clara necesita ayuda. —Dijo Bella parándose.

—No creo que la necesite. —Dijo Edward tomándola del brazo.

— ¿Quieres hablar?

— ¿Fui muy obvio?

—Eso creo.

—Bella lo siento, lo de la  mañana, no debí  de haberlo hecho, fue un error.

—No importa está todo olvidado.

—Gracias.

—No es nada.

—Bella.

— ¿Qué? — Dijo Bella levantando la vista de sus manos, no podía verlo a la cara, tenía miedo de lo que le dijera.

—Bella no sabes cuánto te amo, dime que tu también aunque no sea cierto.
—Si te amo.
—Hasta parece que lo dices de verdad.
—Creo, creo que es la verdad.

— ¿Estás segura? 
—Sí.
—Entonces ¿no te arrepientes de haberte casado conmigo?
—Ahora no.
—Mi Bella, no sabes todo lo que siento. —Dijo abrazándola

Ambos sabían que no sería fácil comenzar la relación desde cero, pero estaban dispuestos a intentarlo.

— ¿Bella?

— ¿Qué? —Dijo Bella levantando la miraba hacia Edward, se habían pasado casi todo el día sentados en el living viendo películas.

— ¿Te mudarás a mi habitación?

—No quiero dejar sola a Kate, no quiere dormir sola.

—Mmm, tienes razón, ¿qué haremos con ella? Si Eleazar se va ¿sabes que ella se tendrá que ir también?

—Claro que lo sé, pero no quiero.

—No se irá por ahora pero no podemos hacer nada, en algún momento se tendrá que ir, yo tampoco quiero pero no nos la podemos quedar como si fuese un objeto.

—No hablemos de ello ahora, están en la cocina, no quiero que nos escuche y se ponga mal, es muy sensible.

—Te amo Bella ¿lo sabes? Hace tanto que no compartíamos momentos así.

—Yo también Edward, yo también.

Edward se acercó a Bella lentamente, tenía miedo, miedo de su reacción, hacía mucho que no se besaban, no de esa forma.

Rosaron los labios, fue sólo eso, un rose, pero ambos sintieron la electricidad recorrer sus cuerpos.

—Gracias.

— ¿Por qué?

—Por perdonarme.

—Bella, te amo y me amas, eso es lo que me importa ahora.

—Gracias.

— ¿Vas a dejar de agradecerme?

—No, nunca. —Dijo para luego robarle un beso, volvió a acomodar su cabeza en el pecho de Edward. Él sonrió y besó su cabello, todo volvió a la normalidad.

—Se arreglaron, Bella ¿por qué no me lo dijiste? —Gritó Kate, arrodillándose en el sillón mientras saltaba.

—Kate, nunca te conté nada, ya te dije que…

—Lo sé, son cosas de grandes y no tengo que meterme en ellas.

—Muy bien, ahora ha dormir.

— ¿Puedo mirar un rato la tele?

—No, dije a dormir.

—No es justo, ustedes dos se pasaron todo el día viendo tele. —Bella miró a Kate. —Está bien, está bien, iré a dormir, ¿puedo ir a saludar a Tanya y a papá antes?

—Ya es tarde, no puedes ir sola.

—Pero se pasaron todo el día con la mudanza y casi no estuve con ellos. —Bella volvió a mirar a Kate, esa mirada le decía todo, Kate le haría caso, confiaba en Bella y sabía que si lo decía por algo era. —Está bien adiós.  —Dijo parándose del sillón, le dio un beso en la mejilla a los dos y se fue.

— ¿Cómo haces eso?

— ¿El qué?

—Eso, sin decirle nada, lograr convencerla.

—Confía en mí.

El tiempo pasó y la relación de Bella y Edward mejoraba cada vez,  ya había pasado un mes, día en que Edward decidiría que hacer con Eleazar y sus hijas.

— ¿Te puedes tranquilizar?

—Edward, odio la idea que Tanya se quede, pero ello implica que también Kate se quede y eso quiero.

—Bella, Eleazar y yo nos hemos llevado muy bien durante este mes, nos hemos hecho prácticamente amigos desde que te pidió disculpas a ti; por más que lo eche, si hace bien su trabajo o no, seguirás viendo a Kate.

—Está bien.

—Él seguro hizo bien su trabajo, que no te quepa duda.

—Eso espero. Bueno me voy, en media hora está citado el contador en la empresa.

—Chau mi amor, nos vemos.  —Dijo dándole un beso.

Edward llegó al edificio donde había puesto su empresa, junto con Carlisle claro.

Era una empresa de publicidad, ni Edward ni Bella trabajaban aún, así que la empresa los mantenía de momento, mientras Edward terminaba sus estudios, que había retomado hacía tres semanas.

Llegó a su oficina y esperó al contador, él se encargaría de revisar los libros (libros contables).

TOCK-TOCK

—Pase.

—Señor Cullen.

—Pasa Carmen.  —Era la secretaria de Edward.

—Llamaron hace casi 15 minutos desde la comisaría de Forks, necesitan hablar con usted, les dije que ni bien llegara le avisaría.

—Gracias.

Edward marcó el número de la pequeña comisaría de Forks, le resultaba raro que  quisieran hablar con él.

— ¿Comisaría central de Forks? —Edward rió, como si hubiese otra comisaría cerca.

—Hola, habla Edward Cullen…

—Señor Cullen, le habla el comisario Fletcher, ¿podría acercarse cuanto antes a la comisaría?

— ¿De qué se trata comisario?

—Hubo un accidente hoy en la mañana, hubo dos heridos y un muerto, lamentamos decirle que Eleazar Denaly está gravemente herido, y usted es el único contacto que se encontró aquí en Forks. —Edward no podía creer lo que estaba escuchando, ¿Eleazar? Debía ser una broma. Su mente automáticamente pensó en una persona: Kate, sufriría mucho cuando se enterase.

—Si ya voy, en 20 minutos estoy ahí.

—Lo esperamos.

Edward tomó sus cosas y se dirigió a la comisaria, parecía mentira lo que estaba pasando.

Llegó a la comisaría 15 minutos después.

—Hola, con el comisario Fletcher por favor.

—Sí, ¿Cullen verdad? Lo está esperando.

Le indicó el camino por un pasillo, hasta una oficina, al final del mismo.

Entró y lo único que supo hacer en ese momento fue preguntar lo ocurrido.

—El accidente fue debido al clima y a la carretera mojada, ambos autos se desestabilizaron, los heridos y únicos testigos, dijeron que el auto en el que viajaba Eleazar iba rápido, más de la velocidad permitida en días así.

—Dijo que hubo dos heridos y una persona muerta, ¿era acompañante de Eleazar?

—No, resultó ser del otro auto, Eleazar manejaba solo. En este momento está estable en el hospital central de Seattle.

— ¿Eso es todo? Me tengo que ir.

—Sí,  eso es todo, sólo una cosa.

— ¿Cual?

—No creo que pueda vivir mucho más Eleazar, no puede respirar por sí mismo, tiene un pulmón perforado, y contusiones en todo el cuerpo, Edward estudias medicina y sabes de eso, mira te tengo aprecio, pero si algo le pasa a Eleazar tu eres la única persona que se puede hacer cargo de sus hijas, tienes que avisarle a algún pariente. Estas recién casado y se que no quieres eso, te lo digo como amigo no como comisario.

—Gracias Danni.

 Edward corrió hasta el auto y se fue a su casa.

—¡Bella! —Gritó cuando llegó.

—Aquí estoy no grites. —Dijo ella entrando al hall por detrás de la puerta.  —¿Qué haces tan temprano?

— ¿Dónde está Kate?

—En su habitación estudiando.

— ¿Y Tanya?

—¿Para qué quieres saber por ella?

—Contesta y ya.

—No sé, no me interesa, no ando pendiente de sus actividades.

—Tenemos que hablar, busca a Kate ahora.

Bella corrió escaleras arriba, algo en la cara de Edward la asustó, decidió no preguntar nada.

Edward se fue a buscar a Tanya a la casita de atrás.

….

Una vez que todos estuvieron reunidos en el living, incluyendo a Clara. Bella miró a Edward indicándole que dijera lo que tenía que decir ahora, sabía que no era nada bueno de otro modo no hubiese reunido a Clara.

—Bueno, no es fácil lo que voy a decir, pero no dilataré más el momento, Eleazar tuvo un accidente, de momento está estable en el hospital de Seattle, tiene contusiones múltiples, un pulmón perforado y está respirando mediante un respirados artificial. —Soltó Edward lo más rápido que pudo mirando todas las caras de los presentes, Tanya… No supo descifrar su expresión, Kate, se aferró a Bella como si su vida dependiese de ello, mientras lloraba. Bella, tenía cara de pena,  le susurraba palabras a Kate que no llegaba a oír y Clara lloraba.

— ¿Porqué mierda lloras? Esto es tu culpa estúpida, ¿no te bastó con matar a mamá y a Irina ahora quieres que papá muera? —Gritó— Tanya agarrando a su hermana por el brazo quitándola del consuelo de Bella.

—Tanya deja de decir estupideces, ella no tiene la culpa de nada, en vez de preocuparte por tu padre, te empeñas en echarle la culpa a Kate.

—Tú te callas estúpida es algo entre ella y yo. —Gritó Tanya dirigiéndose a Bella.

Sin poder evitarlo Bella se paró del sillón y se enfrentó a Tanya, pero no era momento para pelear, tomó a Kate del brazo atrayéndola hacia si, se encaminó a la salida, tomó dos camperas, una se la puso a Kate que no paraba de llorar y la otra se la colocó ella, tomó las llaves de su auto y abrió la puerta, se volteo y habló:

— ¿Vienes con nosotras o te quedas Tanya?, no es momento de pelear, ya luego arreglaremos eso tú y yo.

—No iré  a ningún lugar contigo.

—Bien, ¿Edward vienes?

Edward tomó su campera,  las llaves de su auto, salió de la casa y estacionó el auto frente a la entrada, la lluvia había comenzado otra vez, ambas se subieron al volvo y se sentaron atrás.

El camino fue largo, demasiado para Kate, Bella la iba consolando hasta que logró que se durmiera a mitad del camino.

 —Te quiere mucho, confía en ti, más que en su hermana.

—Edward le echó la culpa sobre el accidente, está loca.

—Lo sé, debe estar traumada, antes del accidente de su mamá no era así Bella.

—No sé, tal vez sea eso, o quizá siempre fue así.

—Bella, Tanya es buena persona, sólo que a veces es un poco molesta.

— ¿Tanya? ¿Molesta? Por favor ¿qué estás diciendo? —Contestó con sarcasmo.

—Entendí.

—La odio, tan sólo por el hecho de creerse algo que no es.

— ¿Cómo qué?

— ¿Es necesario que conteste?

—No, creo que no.

—Kate tiene baja autoestima y ya veo porque fue que lo desarrollo, familia de locos que le tocó.

—Carmen no era así.

— ¿Quien?

—La madre de Tanya, ella era una mujer divina, ella se encargaba de la parte social, ella hacía sociales, cuando murió todas las amistades también lo hicieron, excepto la de mi padre.

—Carlisle es muy bueno.

—Lo sé, Esme también lo fue.

— ¿Fue?

— ¿Sigue siendo?

Isabella tenía una duda desde el día en que se encontró con el grupo de chicas en el centro comercial, de hecho se reunía con Bree de vez en cuando.

—Edward, ¿te puedo preguntar algo?

—Lo que quieras mi amor.

Isabella acomodó a Kate en el asiento, para que quedara más cómoda y se pasó al asiento de adelante.

—Dime.

— ¿Quién es Elizabeth, Edward?

— ¿Có…  cómo sabes de ella?

—Eso no importa, contéstame.

—Luego hablamos de eso. —Dijo mirando por el espejito retrovisor con una mirada más oscura de la habitual.

Isabella miró hacia atrás a donde veía Edward, Kate se había despertado.

—Bella ¿falta mucho?

—No mi amor, falta poco.

— ¿Puedes venir conmigo?

—Claro. —Isabella volvió a pasarse al asiento trasero con Kate, ésta no volvió a dormirse pero si estaba relajada, más que hacía unas horas en la casa.

—Llegamos. —Dijo Edward luego de 15 minutos más de viaje.

Los tres se bajaron del auto, Edward le dio las llaves al ballet y entró al hospital. Preguntó  por Eleazar mientras Bella entraba con Kate.

El hospital era grande, casi de 4 pisos, ninguno de los tres se había puesto a contarlos, pero se veía lo grande, moderno y ostentoso que era.

—Puedes pasar a verlo, está estable, solo una cosa trata de mostrarte bien frente a él, se que será difícil, pero puede que lo ponga mal, sería una emoción fuerte ¿si?

Kate solo asintió ante las palabras de Edward. Una enfermera lo condujo hasta a la habitación de su padre.

Kate entró sin pensarlo dos veces, pero cuando entró Tanya ay estaba ahí, “¿Cómo llegó antes que yo?”

— ¿Qué haces aquí? No tienes derecho.

—Claro que lo tengo soy su hija también.

—Vete.

—Tanya no me voy a ningún lado.

—Sí te irás, yo te lo estoy diciendo.

—Tanya. —Trató de gritar Eleazar pero lo único que pudo decir fue un susurro apenas audible.

—Papá no te esfuerces por favor te hará mal. —Dijo Tanya dirigiéndose al padre, luego se volteó y tomó a Kate del brazo para sacarla.

—No me toques. —Gritó ésta soltándose de su agarre.

—Tanya, es algo que yo debo elegir; Kate, entiende soy yo quien no te quiere aquí.

—Pero papá ¿por qué? —Dijo Kate sin contener las lágrimas.

—No tengo que darte explicaciones de mis decisiones, ahora por favor…

—No hace falta que lo digas. —Dijo Kate dando media vuelta para marcharse.

El estado de Eleazar era demasiado complicado, Edward le había avisado a Carlisle así que a la mañana siguiente, llegó  junto a Esme.

-¿Como esta?-

—No puede respirar por si mismo y apenas habla, dudo que mejore Carlisle, tu tienes que saberlo, eres médico.

—Pero ya no hijo, mejor paso a verlo, no quiero estar mucho tiempo en este hospital.

—Te entiendo, ve.

Toda una semana, Isabella consolando a Kate ante cada noticia que recibía de su padre, cada vez empeoraba y eso le partía el corazón, ni siquiera podría despedirse del, aunque no por decisión suya sino de él mismo.

Tanya no había aparecido ni por la casa y tampoco se le veía en el hospital, las enfermeras decían que se quedaba toda la noche al cuidado de su padre.

Estaban todos en el hospital, Bella odiaba los hospitales, pero Kate no quería separarse de su lado, no le quedaba de otra que estar ahí.

Una enfermera se acercó, Bella sabía que vendría, la mirada de Edward lo decía todo, él ya lo sabía, había estado con Eleazar hacía unos segundos, a pedido de él, según para pedirle la “última voluntad” a Edward y él al cumpliría siempre y cuando estuviera  en sus manos.

—Llévatela, luego hablaremos con ella a solas, será mejor.

Susurró Edward al oído de Bella, Kate pareció darse cuenta por lo que Edward abrazó a Bella y le dijo un poco más fuerte para que Kate escuchara y no sospechara nada: “Te amo”

Bella no dijo nada, sólo tomó a Kate de la mano y la apartó de ahí.

—Tengo hambre ¿quieres comer algo conmigo?

—Ya sé porqué me trajiste aquí Bella. —Bella palideció, no era la respuesta que ella esperaba, no, para nada.

—Por favor no me engañen, se que lo hacen por mi bien pero quiero saber la verdad, merezco saberla.

—A veces me asusta lo inteligente y perceptiva que eres.

—Lo voy a extrañar.

—Lo sé. — Dijo abrazándola, Kate sólo lloraba, lo mismo que venía haciendo desde hace una semana.

Edward fue a donde ellas se encontraban y contempló la a escena hasta que Kate se separó de Bella.

—Vamos, no hay nada que hacer aquí. —Dijo Edward tomando la mano de Isabella.

—Por favor. —Susurró Kate.

Una vez que llegaron a la casa y que Kate se durmió, Edward y Bella se reunieron en el living.

— ¿Hay algo que quieras contarme?

—Sí.

—Soy toda oídos.

 —Eleazar me pidió antes de morir que cuidara a sus hijas, Bella sé que no es lo que uno espera pero tengo que hacerlo, Tanya podría vivir donde vive, y podría encargarse del trabajo que hacía su padre, es hasta que sea mayor de edad, y Kate puede seguir aquí, cuando Tanya cumpla la mayoría de edad tendrá que irse con ella.

—No quiero que se vaya con ella.

—Es eso o que se quede hasta que cumpla la mayoría también.

—Qué pasa si no quiero que Tanya se quede.

—Irá junto con Kate a un orfanato.

—Está bien.

—Gracias, sabía que lo entenderías.

—Que decía el testamento de Eleazar, ¿no sabes?

—Eso, no tenía nada que dejar, más que a sus hijas.

—Kate está mal, no la mandaré al colegio hasta que se reponga.

—Claro, me parece bien.

—Tenemos una conversación pendiente Edward.

—Está bien hazme las preguntas, las contestaré.

— ¿Quién es Elizabeth?

—Ella…

— ¿Ella?

—Mi madre Bella, mi madre

 

 

 Capítulo beteado por Vhica, Betas FFAD.
https://www.facebook.com/groups/betasffaddiction/

 

 

 Recuerdan la  conversacion de Bella y Bree?? Todas estaban preocupadas por Jacob y por lo que habia hecho Edward y nadie comento nada sobre esa conversacion..

Yo que ustedes la vuelvo a leer en el cap. anterior ;) 

 

 Tarde muhco en actualizar lose... y tambien es bastante corto..

Perdonenme..

Maya amiga, cambie much el capitulo, tenia otro y era totalmente distinto, decidi hacerle unos cambios y bueno resultaron nuevas ideas..

Espero que te guste nena..

Eco gracias por los comentarios..

Tambien a los nuevos votos y a cada comentario que recibo..

Me hace muy feliz..

Gracias a jazz cullen, a minmelcullen y moni... Ya vieron que si era Jacob!!

Monika perdon mi amor.. si era Jacob Black...

Pero hay que ver que pasara..

Las quiero muchho...

Sofy

Capítulo 26: Es mi turno de hacerte sufrir Capítulo 28: Ganas de mas

 
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