"Estimado profesor" +18

Autor: Pampita
Género: + 18
Fecha Creación: 21/12/2011
Fecha Actualización: 25/01/2012
Finalizado: SI
Votos: 25
Comentarios: 108
Visitas: 138243
Capítulos: 33

Bella es una estudiante destacada, alejada de los problemas y la hija modelo que todo padre quiere tener. Edward es el nuevo sexy profesor, que tiene a todas las alumnas locas y compitiendo por su atencion... que pasara cuando entable amistad con una en particular, y especialmente cuando esa amistad sea algo mas?.

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Capítulo 3: Mi primer dia de escuela - Edward POV

EPOV

Salí de la ducha con una toalla en la cintura, totalmente apurado porque llegaba tarde a mi primer día de escuela. Me habían contratado como profesor gracias a mi padre, que un colega de el en el hospital refirió que necesitaban un profesor permanente. Yo acababa de mudarme a la ciudad con mi novia Tanya, quien había venido porque había una posibilidad de trabajo, y yo la seguí ya que no puedo estar sin ella. Gracias a Dios mi padre pudo conseguirme esto, así no estaba todo el día en casa.

 

Me cambie rápidamente, y baje con mi maletín que contenía mis papeles para el legajo de la escuela. Tanya me esperaba con el desayuno listo. Me entrego una tasa de café, mientras me saludaba con un beso en los labios. Hubiera profundizado ese beso si no estuviera tan apurado… Salimos juntos de casa y yo me subí a mi auto dirigiéndome a la escuela.

 

No me costo nada encontrar la escuela, ya que cuando estaba en la prepa, veníamos con mis amigos a visitar a las chicas de aquí. Mis padres siempre vivieron en esta ciudad, por lo que conocía cada rincón. Cuando termine la escuela me fui a la universidad, y luego conocí a Tanya. Me quede a vivir en Chicago junto con ella. Luego nos mudamos a Florida por su trabajo y por último aquí. Ella trabaja para una multinacional, por lo que siempre están trasladándola y como su carrera es muy importante para ella, yo la apoyo.

 

Entre a la escuela y estacione mi carro en el lugar donde estacionan los profesores. Abrí la puerta de atrás para bajar mi maletín, pero me di cuenta que lo deje sobre el sillón en casa. Iba a subirme nuevamente al auto, cuando la directora del establecimiento se me acerco y me saludo amenamente.

 

-     Usted debe ser el profesor Cullen – Dijo riendo

-     Así es – Dije respondiendo la sonrisa y estrechando su mano.

-     Ya se iba?

-     No, como cree! – Dije – Solo que olvide mi maletín e iba a buscarlo.

 

Porque no lo busca en otro momento y viene con migo para presentarle al personal antes de que comiencen las clases?

 

-     De acuerdo – Dije riendo y acompañándola.

 

Me presento a las que serian mis compañeras de trabajo. Todas mujeres. No me había percatado de eso. Los únicos hombres en la escuela éramos yo, el conserje y los que estaban en portería… Cuando acabamos con las presentaciones, llame a mi hermano para que me traiga mi maletín, ya que era el único que tenia llave de mi casa.

 

-     Hermano! – Dijo atendiendo

-     Emmet! – Dije – Necesito un enorme favor de tu parte!

-     Lo que quieras! – Dijo

-     Puedes traer mi maletín que me lo olvide en casa? Lo deje en el sillón al lado de la puerta!

-     De acuerdo – Dijo – pero me debes una.

-     Las que quieras! Me salvaste!

 

Minutos más tarde, Emmet estaba en la portería de la escuela con el maletín en la mano.

 

-     Gracias hermano – Dije abrazándolo

-     Esta es tu escuela ahora no? – Dijo riendo y mirando para todos lados – Cuidado.. Algunas niñas de aquí parecen adultas

 

Ambos reímos ante su comentario, el era así, y no cambiaria…

 

-     Debo irme, deje el auto mal estacionado – Dijo estirando la mano en señal de saludo.

-     Gracias de nuevo.

 

Me fui a la dirección a presentar los papeles de mi legajo y luego ella me acompañaría a mi primera clase. Mientras íbamos caminando por los pasillos desiertos porque había tocado ya la campana, sentía mariposas en mi estomago. Esa era la misma sensación de todas las primeras clases en las escuelas que comenzaba a trabajar. Estas se iban acrecentando, y mas aun cuando la directora me presento ante todas las chicas. Intente ser gracioso y demostrar que podían contar con migo, haciéndome llamar por mi nombre o por “profesor” no por el típico Sr. Cullen al que todos llaman a sus profesores. Todas las chicas rieron, y cuando la directora me dio mi lugar comencé con la clase. Era una suerte que me tocara dar el sistema circulatorio así podríamos utilizar los microscopios viendo nuestra propia sangre, lo cual era una actividad ideal para romper el hielo. Todas estaban muy conformes mirando sus gotas de sangre en el microscopio, cuando una de las niñas se desmayo.

 

-     Perfecto. Era lo que me faltaba en mi primer día de clases – Pensé.

 

Corrí a asistir a la chica, quien estaba tirada en el piso y su compañera quería reanimarla. Cuando me conto lo sucedido, vi por primera vez a esta niña, que según me dijeron se llamaba Isabella Swan, la mejor de la clase. Sus ojos me cautivaron por completo. Me quede hipnotizado mirándola, y su aroma era intoxicante. Estaba totalmente sonrojada, calculo que por lo que le paso a su amiga. Cuando la desmayada comenzó a reaccionar, ambos la miramos y ayudamos a incorporarse. Cuando esta la toco nuevamente con la mano con sangre, volvió a desvanecerse, y una de las niñas más grandes de físico la acompaño a la enfermería. Yo me quede con Isabella asistiéndola en su corte, y me comento que los accidentes eran algo común en ella. Me sentía como un adolescente queriendo conversar aun más… Cuando me mostro un corte que tenia en la rodilla, levanto apenas su falda, pero me sentí el peor de los pervertidos, mirándola mas de la cuenta. Tuve que hacer que la clase continuara para poder sacarme la imagen de la cabeza.

 

Cuando por fin la clase termino, me fui a conocer las instalaciones de la escuela. Pase por diferentes lugares, la cafetería, el salón de deportes, y varios lugares más. Recordé que tenia que organizar algunas cosas para la clase que seguía, por lo que fui a la cafetería y compre un café. Pase por la biblioteca de la escuela, y pude ver que era grande y espaciosa. Me presente ante la bibliotecaria, y nos quedamos hablando un buen rato. La verdad que me sorprendía lo buenas personas que eran todas mis compañeras. Inclusive me dejo ingresar con mi café, aunque esta estrictamente prohibido. Paseando por los pasillos, me encontré con una sorpresa. En el fondo de una estantería, pude ver a Isabella Swan, sentada en el piso, con un libro entre sus manos leyendo. Parecía una niña con esa postura, y por unos momentos me hizo acordar a mi cuando era pequeño y me regalaban alguna novela que me interesara. Se la veía totalmente compenetrada, inclusive ponía gestos y sonreía en algunos momentos. Quise acercarme más para ver cual era el libro que tanto la había atrapado, por lo que sigilosamente me acerque. Pude ver las letras en dorado que tanto conocía de “Sensatez y Sentimientos” en la portada. No pude contenerme, y hable.

 

-     Asique eres fanática de Austen – Dije con una sonrisa en el rostro.

 

Isabella se exalto, y me miro con asombro.

 

-     Lo siento Sr. Cullen – Dijo queriéndose incorporar, pero se ve que su rodilla le dolía y quedo en el intento.

 

La tome de su mano para ayudar a que se levante, pero se la veía que luchaba contra el dolor de rodilla.

 

-     Porque no te quedas en el piso, a mi no me molesta para nada – Dije sentándome junto a ella – Y ya te he dicho que no me gusta que me llamen Sr. Cullen. Soy Edward…

 

Ella sonrió mostrándome todos sus dientes, por lo que respondí el gesto.

 

-     Que haces fuera de clases? Tendré que llamar a la directora? – Dije queriendo parecer gracioso, pero era patético.

-     Lo que pasa es que tengo deportes ahora, y tengo una nota excusándome por mi rodilla.

-     Tienes una hora libre y vienes a la biblioteca? No es muy común en chicas de tu edad…

 

Ella solo se sonrojo.

 

-     Lo se… Me fascina leer. Cada vez que tengo un tiempo vengo.

-     Y Austen es todo lo que lees?

-     No, me gustan muchos autores, pero Sensatez y sentimientos es uno de mis libros favoritos…

-     La verdad, disfrute mas Orgullo y prejuicio – Dije mirando a la nada.

 

Ella sonrió nuevamente.

 

-     Sabias que me pusieron Edward por este libro? – Dije

-     Si? – Pregunto emocionada.

-     Si… Mi madre estaba pasando por una fase extraña cuando me tuvo…

 

Ella rio audiblemente, y me hizo reír a mi también. Menos mal que la biblioteca estaba vacía por estar entre clases, porque de lo contrario nos hubieran echado.

 

-     Bueno, mi nombre no es muy lindo que digamos… Se ve que mi madre pasaba por alguna fase extraña también.

-     Entonces ambos tenemos nombres fuera de época – Dije riendo nuevamente.

 

Me quede hablando por unos momentos. Era agradable estar con ella, aunque fuera imposible de creer. Me hacia recordar a mi en muchos aspectos, y era lindo tener alguien con quien hablar que comparta tus intereses.

 

-     Isabella, debo irme – Dije al último.

-     Bella – Dijo ella queriéndose levantar.

-     Disculpa? – pregunte ofreciéndole mi mano.

-     Bella me gusta mas que Isabella… - Dijo sonrojándome.

-     De acuerdo, Bella.

 

Me aleje de la biblioteca para trabajar en mi clase, que ya quedaba poco tiempo.

 

Mi primer día en la escuela no había sido nada malo. Me gusto mucho, mis compañeras eran personas muy agradables y mis alumnas también. Esperaba estar mucho en este trabajo, eso por supuesto si a Tanya no la transferían nuevamente.

 

Cuando llegue a casa, prepare la cena, y me quede esperando a Tanya. Prendí la televisión de la sala mientras la esperaba, pero me quede dormido profundamente. Me desperté a la madrugada con ella besándome en los labios.

 

-     Siento llegar tan tarde – Dijo

-     Esta bien – Dije incorporándome – Cenaste?

-     Si, lo siento. No pude avisarte.

-     Descuida – Dije apagando la televisión.

 

Me levante y fui a la cocina para guardar la cena en la heladera, aunque sabia ciertamente que terminaría tirándola. Luego subí a mi habitación y encontré a Tanya tirada en la cama, durmiendo aun con su ropa puesta. Le saque los zapatos, desprendí su falda pero no se la saque. La cubrí con una colcha y me fui a dar una ducha. Estaba por cerrar la ducha cuando sentí los brazos de Tanya en mi espalda, rodeándome y como sus pechos desnudos se pegaron a mi espalda. Mi miembro se tenso en ese mismo instante, casi sin controlarlo. Me gire y la abrace pegándome a ella, para que sienta como me ponía… la ayude a enjabonarse y a asearse, y luego fuimos a la cama, donde la hice mía hasta quedarnos dormidos.

Capítulo 2: Sera el nuevo profesor? BPO Capítulo 4: La vida social de mis amigas - BPOV

 
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