juego de novios

Autor: qaarlaswan
Género: Romance
Fecha Creación: 12/07/2011
Fecha Actualización: 14/07/2012
Finalizado: SI
Votos: 41
Comentarios: 190
Visitas: 136555
Capítulos: 34

 

Todos los personajes pertenecen Stephenie Meyer, y la historia es de J D N

Esta historia a llegado a mi a través de un email, a otros se la contaron, pero es una que muchos se saben aun asi quise darle mi punto de vista, y hacerlo mas extenso, dia a dia,

HOLA

 

mis otro fic:

 

-destinados a estar juntos:

- http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=1574

 

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Capítulo 4: dia 3

Dia 3:

Pov be

Mis expectativas de la noche anterior, avían sido superadas, y por mucho, Edward podía llegar a ser tan lindo, como lo fue anoche.

2 de las veces que habíamos salido habían sido planeadas por el, ahora era yo la que quería organizar algo, me levante temprano como a las 8 de la mañana, Charlie estaba trabajando y mis hermanos aun dormían.

Me puse a meter comida y cosas para un picnic en una canasta, recordando llevar las galletas, que a el tanto le gustan.

 Cullen. A las 10 en mi casa

Le mande el mensaje y fui a tomar una ducha, el agua caliente me relajo, fui hacia la ventana, el día era uno típico de Forks, nublado y con muchas probabilidades de lluvia.

Me puse un sweater azul de manga larga con cuello en “V” unos jeans casi negros, y mis converse, una diadema en el cabello, y brillo labial.

Mire el reloj las 9:50, que rápido se pasaba el día, baje a la cocina y escribí un recado.

Regreso en la tarde o en la noche, se preparan o encargan algo de comer, no incendien la casa.

                                                                                                    Bella

A las 10 en punto un ligero toque en la puerta se oyó, prácticamente corrí hacia ella.

-hola Cullen-dije mientras habría la puerta y lo veía de pies a cabeza. Llevaba unos jeans azul claro, sus vans, una playera gris, y encima una chamarra negra.

-hola bella-dijo mientras besaba mi mejilla.

-pasa-dije sorprendida-¿desde cuando me dices bella?-le dije mientras lo seguía a la sala.

-¿no es ese tu nombre?-bromeó mientras se sentaba en el sofá.

-si, pero siempre me has dicho Swan.

-lo se, pero tu nombre es mas bonito y te queda a la perfección.

-gracias-el sonrojo llego a mi mas rápido que mis palabras.

-y dime ¿Cuáles son los planes para hoy?-me sonrió, hoy estaba de muy buen humor.

-¿te parece un picnic?

-claro que si, me encanta.

-pues vamos entonces.

Fui a la cocina por la canasta pero por lo visto le puse bastantes cosas pues quedo muy pesada, al menos para mi, camine con esfuerzo con ella asta la sala, Edward al verme se levanto rápido y la cargo por mi.

-gracias-dije agitada.

-eres una debilucha-sonrió-esto no pesa nada.

-para ti, que estas lleno de músculos-comente.

-¿quieres verlos?-me pregunto sonriendo y con claras intenciones de quererse quitar su playera.

-no, gracias.

-¿porque?-pregunto inocentemente.

-no seas presumido Cullen-dije riendo-además ya los eh visto.

La casa de Edward, tenía una alberca techada, y aclimatada, por lo que el clima exterior no era problema para un buen chapuzón, así que muy seguido lograba ver a Edward solo con unas bermudas, y deleitarme con su cuerpo, claro nunca se lo dije, ni se lo diría.

-y ¿te gustaron?-insistió.

-no-mentí.

-no mientas-dijo-¿te gustan mis músculos?

-¿Por qué estamos hablando de esto?-intente zafarme.

-contesta Swan.

-¿no que bella?-soltó una carcajada para después ponerse serio.

-no vamos a ir a ningún lado hasta que me digas-amenazo.

-ok-dije sonrojándome, entre mas rápido lo diga mas rápido pasa la vergüenza-si, me gustan tus músculos, tu cuerpo es perfecto-susurre sonrojada.

-gracias, me alagan tus palabras-sonrió.

-¿nos vamos?

-claro

Salimos y nos subimos a su volvo.

-¿A dónde vamos?

-al prado

El prado, era un pequeño jardín en lo alto de un cerro en medio del bosque, Edward y yo lo habíamos encontrado hace 2 años, mientras paseábamos por el bosque.

….

Caminamos mucho y mas de 5 veces Edward me salvo de caerme o torcerme un tobillo, aunque después tuve que aguantar sus risas, por fin, después de subir por el pequeño sendero cada vez mas empinado, llegamos, el prado.

Estaba verde, con miles de flores de todos colores, al estar tan alto, las nubes quedaron debajo, y el sol caía sobre el, de el lado derecho estaba una pared de piedra, parte del cerro en el que estábamos, pero justo enfrente, los arboles se abrían para dejar ver, una hermosa vista de las montañas y cerros de la península de olympic.

Edward acomodo la canasta justo a la pared de piedra y se sentó en medio del prado,  palmeo el suelo a su lado, diciéndome que me sentara con el, al sentarme a su lado rodeo mis hombros con su brazo, inmediatamente recargue mi cabeza en su hombro, nos quedamos unos minutos observando el paisaje, allá en el fondo, se podía ver como las nubes se formaban en un lago.

-debo decirte algo-dijo rompiendo el silencio.

-dime-susurre algo temerosa por lo que me fuera a decir.

-Alice, sigue dándome lata-refunfuño, solté una risita.

-¿era eso?-dije con alivio.

-¿Qué esperabas que te dijera?

-nada, nada, continua.

-cuando estoy en casa, Alice me persigue, y me interroga, y me habla de ti.

-¿es malo que te hable de mi?

-si, digo no, lo que quiero decir es que, me dice que eres una gran persona, que quien salga contigo es afortunada, y que eres muy bonita, pero todo eso ya lo se- apretó su abrazo, y sentí como sus labios hacían contacto con mi frente. Mis mejillas coloradas como siempre, ahora se sentían más rojas que nunca.

-gracias-le dije rodeando su cintura con mis brazos. Pero no fue buena idea, pues Edward perdió el equilibrio y caímos, quedando acostados boca arriba.

 ….

-delicioso-comento, mientras le daba otra mordida a su emparedado-no se porque cocinas tan rico-me dijo, yo rodé los ojos, siempre decía lo mismo de mis comidas.

Llevábamos horas en el prado, deberían de ser cerca de las 5 de la tarde, después de esa charla sobre Alice, prácticamente me quede dormida en sus brazos, al igual que Edward, despertar y estar rodeada de esos brazos blancos, musculosos, y velludos, me izo sonreír, mas por todas esas pequeñas corrientes que sentía donde su piel hacia contacto con la mía.

Luego de eso para despertar fuimos a un pequeño arrollo, muy cerca del prado a mojarnos la cara.

-¿agua o jugo?-le pregunte mientras veía que bebidas había dentro de la canasta.

-jugo, por favor-dijo terminando su emparedado, pero desenvolviendo otro, se lo di-gracias-me sonrió.

-hoy estas mas sonriente, que otros días-comente.

-si, yo también lo note-bromeo.

-¿a que se debe?

-ciertas razones…-me quede esperando que continuara pero no lo izo.

-¿razones como…?

-no te voy a decir- sonrió.

-¿por que?- dije haciendo pucheros. Nota personal, no juntarme más con Alice.

-confórmate con saber que ahora soy feliz-finalizo.

La canasta se fue vaciando poco a poco, hasta que solo quedaron unas cuantas cosas.

-¿sabes que seria buen postre?-me pregunto.

-¿que?

-esas galletas que tanto me gustan-comento con ojos esperanzados.

-mira dentro de la canasta-le dije, tomo la canasta y la puso en sus piernas, la abrió lentamente y después sonrió intensamente, sacado las galletas.

-gracias-dijo acercándose a mi-eres la mejor-me sonrió dándome un beso en la mejilla-te quiero.

Mi sonrojo que había subido al sentir el beso, se fue al escuchar sus palabras, me había dicho “te quiero” infinidad de veces, pero no desde que comenzamos a andar. No supe si contestarle o no, pero Edward no espero una respuesta, se concentro en sus galletas, me ofreció, pero el hambre se me había ido.

Me fui a sentar a la pared de roca, recargando mi espalda en ella, el sol comenzaba a descender, comenzando con el crepúsculo, Edward, se fue por un momento, supuse que al baño, por un momento sentí celos, el si podía ir al baño en cualquier lado, y yo no, sonreí ante mis pensamientos.

Cuando regreso, recogió todo y lo puso dentro de la canasta, después vino hacia mí.

-recórrete para delante-me dijo

-¿Cómo?

-si, recórrete para delante para que me pueda sentar.

Le hice caso, me arrastre un poco hacia delante, mientras sentía como se iba sentando, hasta que quede sentada en medio de sus piernas, dándole la espalda.

-recárgate-me animo.

Me recargue sobre su pecho, mientras el rodeaba mi cintura con su brazos, reposando sus manos en mi vientre, y su cabeza sobre uno de mis hombros.

No hablamos por un momento, hasta que la puesta de sol se izo más bella, dejando el cielo, con líneas rosas y naranjas.

-es hermoso-comente.

-si-susurro.

-sigo esperando una respuesta-comento.

-¿Cuál?-estaba confundida, no recordaba una pregunta suya.

-si alguien te dice “te quiero” por lo general uno contesta, aunque en este caso sea un “yo no”-termino susurrando, note un poco de tristeza en su voz, aunque no gire a ver su rostro para comprobarlo.

-¿Quién dice que no te quiero?-le pregunte poniendo una mano sobre las suyas, y llevando la otra hacia su cabello, acariciándolo suavemente.

-pues no me lo dices-murmuro en mi oído, antes de depositar un beso en el.

Estoy segura que el también sintió el golpeteo que mi corazón dio ante su gesto, necesitaba controlarme para no comenzar a hiperventilar.

Respire una, dos, tres veces profundamente antes de hablar.

-te quiero Edward-susurre con los ojos cerrados, apretó un poco su abrazo.

-y yo a ti Swan-comencé a reír-¿ahora de que te ríes?-pregunto confundido-¿acaso te da risa que te diga que te quiero?

-no claro que no, es solo que por primera vez en no se cuantos años te digo Edward y tu me respondes con Swan-argumente. Sentí las vibraciones de su risa silenciosa.

-es cierto, la costumbre, lo lamento.

El sol terminaba de ocultarse entre las montañas y el cielo comenzaba a hacerse negro.

-es hora de irnos-dije intentando levantarme, no quería estaba muy cómoda ahí. Edward se levanto primero y me ofreció su mano, la tome y me levante, cuando iba a soltarla, Edward me jalo hacia el circulo de su brazos, me abrazo fuertemente, sus brazos fueron a mi cintura y los míos a su cuello.

-te quiero-susurro.

-y yo a ti-murmure.

Levanto mi cabeza con su mano y lo vi inclinarse, cerré los ojos y lo que sentí fueron sus labios en mi mejilla.

 Me separe de el y gruñí, según yo muy bajo, pero me alcanzo a oír.

-¿Qué pasa?-me pregunto.

-¿Por qué no me besas?-pregunte casi susurrando.

-oh-dijo-por que no es el momento-se limito a contestar.

-estamos solos, acabamos de decirnos te quiero y no es un buen momento-dije algo enojada-según tu ¿Cuál es un buen momento?

-no te diré, pero este no es, anda vámonos, que oscurecerá muy pronto, tomo, la canasta con una mano y con la otra tomo la mía.

Caminamos hasta el auto en silencio.

El enojo se me había pasado casi al instante, ahora lo que tenia era pena, confusión y algo de tristeza, al llegar al auto, puse música para evitar el poder hablar.

¿Porque le dije? Me preguntaba una y otra vez, pero tenia tantas ganas de besarlo, desde hace ya varios años, si bien solo lo veía como un amigo, sus labios siempre me gustaron, demasiado carnosos, demasiado apetecibles, siempre me imagine que se sentiría besarlos, y ahora que lo podía hacer, el no quería.

Metida en mis pensamientos no me di cuenta de lo rápido que llegamos hasta que visualice la patrulla de Charlie en la entrada de mi casa.

-llegamos-anuncio estacionándose.

-¿quieres pasar?-le pregunte con una mano en la manija.

-no puedo, ahora que recuerdo no avise que estaría fuera todo el día-estaba preocupado.

-bueno, adiós-dije abriendo la puerta eh intentando salir lo mas rápido posible, pero su mano fue mas rápida, y cerro la puerta.

-¿bella?- murmuro.

-¿si?-dije girándome para verlo.

-no se lo que piensas, pero creo que ando bastante cerca, así que, si, quiero besarte, pero este no es el momento, y no te diré cual es, porque ni yo lo se, cuando lo sea tu misma lo sabrás, y antes de que me digas nada, si quiero, de verdad deseo besarte, así que no hagas ideas de cosas que no son, en tu cabecita loca.

-esta bien-murmure y una pequeña sonrisa salió de mis labios.

Abrió su puerta y se bajo a abrirme la mía.

-gracias-le dije mientras bajaba, el me tendió la canasta que venia en el asiento trasero.

-gracias a ti, fue un gran día-dijo sonriéndome.

Se inclino y me beso la mejilla-descansa.

-tu igual.

-te quiero.

-y yo a ti.

Antes de que pasara algo más, la puerta de mi casa se abrió y dejo ver a Jasper con semblante serio y los brazos cruzados.

-me voy-dijo Edward, corriendo a su auto, y arrancando rápidamente.

Le dije adiós con la mano mientras reía.

Camine hacia Jasper.

-hola-salude sonriéndole.

-bonitas horas de llegar-murmuro.

-avise-me justifique pasando a su lado, dándole la espalda.

-¿y con una nota crees que ya te libraste no?-pregunto seriamente, me gire a verlo y vi su sonrisa.

-así que-comenzó-¿tu y Cullen…?-dejo la pregunta al aire.

-yo y Cullen, nada-dije-y dile a tu novia que deje de inventar cosas que no son.

-¿quien te dijo que Alice me mando?

-intuición.

-pues no me mando, solo me dijo que averiguara voluntariamente-dijo  defendiendo a Alice.

-hermanito, te acabas de echar de cabeza-sonreí ante su cara.

-Alice va a matarme-susurro.

-tranquilo, tu solo dile que no viste nada, y que yo no se nada de su plan.

-esta bien-comento pero aun asustado.

Entre en la sala y me encontré con Emmett y Charlie viendo un partido de soccer.

-hola papa, hola oso-salude dándoles un beso en la frente a cada uno.

-¿Dónde estabas?-pregunto Charlie, sin quitar sus ojos de la pantalla.

-con Edward-comente.

-esta bien-dijo haciéndome a un lado para que lo dejara ver bien, solté una risita, y me fui a mi habitación.

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hola!!!!!!!!

felicees vacaciones!!!!!!

hey como estan?

spero que super bien.

otro capi espero les aya gustado :)

perdon por hacerlos un tanto cortos, pero al ser descrito dia por dia, no se pueden hacer muy lagos, pues si los ago largos describiria hasta cuando van al baño, y eso es algo tedioso y aburrido, de escribir y de leer.

 

no me maten por el beso!!!!!!!, habra beso y valla qye abra, pero aun no, tengan paciencia :)

 

gracias por sus votos y comentarios :)

 

by.qarla

Capítulo 3: dia 2 Capítulo 5: dia 4

 
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