Un beso inolvidable. (+18)

Autor: crepusculonov2
Género: + 18
Fecha Creación: 10/01/2011
Fecha Actualización: 23/02/2011
Finalizado: SI
Votos: 27
Comentarios: 118
Visitas: 123957
Capítulos: 35

 

Bella estaba decidida a sacar definitivamente de su mente el recuerdo de Edward Cullen. Habían pasado ya nueve años desde que aquel atractivo amigo de su hermano le había robado el corazón con un beso.
Pero ya había llegado el momento de poner fin a aquella locura, de dejar de comparar a cada hombre que conocía con Edward. Había llegado la hora de dejar que algún hombre la amara.
Justo entonces apareció inesperadamente Edward, anunciando que había puesto fin a su matrimonio y convirtiéndose en una tentación irresistible para Bella.

 

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Hola! esta novela no la escribir yo ni nada, esta basada en una novela llamada Un beso inolvidable escrita por lee miranda y me gusto mucho la historia asi que se me ocurrio hacerla con Edward, Bella y los demas de Twilight, la adaptare un poco para hacerla mas larga. 
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Capítulo 31: Demasiado puntual para ser bueno.

Al ver el Audi negro de Edward aparcado en la acera del bloque de viviendas en el que se encontraba su apartamento, Bella admitió que la confianza que había mantenido durante todo el día en que Edward acudiera a su cita era casi una impostura. En el fondo, temía terriblemente que no lo hiciera.

-Eh, cuidado -le advirtió Alice cuando el coche pasó peligrosamente cerca de una camioneta que iba en sentido contrario.

-Lo siento, estaba distraída.

-Sí, y ya sé por qué. Creía que habías dicho que no vendría hasta las cuatro y media -comentó Alice secamente.

-Eso es lo que me dijo -contestó Bella, haciendo un enorme esfuerzo para intentar controlar el temblor de sus manos y voz.

-Bueno, pues son sólo las cuatro y veinte. Parece que tiene ganas de verte.

-Sí, ¿pero por qué?

Alice volvió la cabeza y arqueó las cejas.

-Vaya, vaya... creía que yo era la única cínica que había por aquí. Bella suspiró.

-Estoy aprendiendo rápidamente.

-Con los hombres no puede ser de otra manera. Sobre todo con hombres con ese aspecto.

Ambas observaron a Edward, que salía en ese momento de su coche. Iba informalmente vestido, con unos vaqueros y un polo azul marino. A pesar de la sencillez de su ropa, conservaba su aspecto de hombre rico y casi perversamente sofisticado. Quizá fuera por su pelo, que brillaba como el oro bajo el sol, o tal vez por el reloj, de oro verdadero, que llevaba en la muñeca, o por su forma de andar. ¿Nacerían las personas ricas con ese aire de arrogancia, o sería algo que aprendían al ser tratados durante toda su vida como seres superiores? Incluso Alice estaba sacudiendo la cabeza.

-Eso es un hombre, Bella. Entiendo perfectamente que estés loca por él. Si me pidiera que fuera su amante, le diría inmediatamente que si. Creo que hasta estaría de acuerdo con ser su esposa. La verdad es que admiro la fuerza de carácter que has tenido para decirle que no. Aunque quizá por eso esté tan interesado en ti. No creo que haya habido muchas mujeres que lo hayan rechazado a lo largo de su vida.

-Mmm -fue todo lo que Bella pudo decir mientras paraba el coche detrás del de Edward-. ¿Te importa meter el coche en el garage, Alice? -le pidió a su compañera de piso--. Me gustaría hablar con Edward fuera de casa.

-Aguafiestas -gruñó Alice.

-Después, subiré con él a tomar café.

-Estupendo, iré poniendo la cafetera.

Edward se acercó al coche de Bella mientras ésta salía y la recorrió de arriba abajo con la mirada. Bella no hubiera sabido decir si le gustaba o no lo que estaba viendo; la expresión de Edward era bastante desabrida. La imagen de Bella durante los días laborables estaba muy lejos de la que proyectaba el día que  Edward la había encontrado en la fiesta de Jacob. Solía ir con trajes de chaqueta y blusas sencillas que no destacaban demasiado entre los uniformes de las alumnas ni realzaban especialmente su aspecto. Prácticamente no se maquillaba y el pelo lo llevaba recogido en la nuca.

-Hola, Bella -dijo Edward-. Alice -añadió al ver a su amiga, que salía en ese momento del coche para ir a sentarse al asiento del conductor.

-Edward -le contestó sucintamente Alice, dirigiéndole una seca sonrisa-. Tu puntualidad es impresionante.

Edward sonrió sin decir nada, pero Bella advirtió al momento la tensión que encerraba su sonrisa e inmediatamente sucumbió a las dudas y miedos que en ella despertó. Había ido para decirle que todo había terminado, pensó aterrada, que había decidido no trasladarse a Sydney. Que estar a su lado le suponía demasiados problemas. Pero si ese fuera el caso, intentó razonar, ¿para que iba a ir personalmente a decírselo? Podría haberse limitado a mandarle una carta o hacer una llamada de teléfono.

-¿Ya has solucionado todos los asuntos que tenías pendientes? -le preguntó Bella cuando Alice desapareció con el coche en el garaje.

-Hasta cierto punto -respondió crípticamente-. Todavía tengo que atar algunos cabos. Pero si lo que estás preguntándome es si ya puedo venir a vivir a Sydney, la respuesta es sí -añadió, sin apartar la mirada de su preocupado rostro. El alivio de Bella pareció complacerle. Pero a ella no le hizo ninguna gracia. -Para estar a tu disposición cuando quieras -continuó Edward.

El amor y el orgullo no eran buenos compañeros de cama, pensó Bella desesperanzada.

-¿Te apetece subir a tomar una café? Alice va a preparar la cafetera.

-Preferiría hablar contigo a solas, Bella -contestó con una seriedad que hizo revivir todos los temores de la joven-. ¿Podemos ir a algún sitio para hablar? ¿Hay por aquí algún parque o algo parecido?

-Si, supongo que sí. Pero déjame subir antes a decirle a Alice que nos vamos.

Cuando volvió, Edward ya estaba metido en el coche. Siguiendo las indicaciones de Bella, se dirigió hacia un parque situado cerca del puerto. En invierno era un lugar gélido, pero en las tardes de verano era delicioso sentir la brisa que llegaba del mar. La vista que desde allí se contemplaba, habría tranquilizado al corazón más atormentado. Y el corazón de Bella no andaba muy tranquilo aquel día. De hecho, le estaba costando muchísimo permanecer en silencio mientras caminaban buscando un banco vacio. Cuando por fin se sentaron, se volvió imnediatamente hacia Edward. 


Penultimo capituloooooooooo!!! mañana en la noche viajare y volvere hasta el Lunes creo que para ese dia les subire el final !! porfavor comenten y voten 

Capítulo 30: Buen trabajo. Capítulo 32: el final

 
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