Un beso inolvidable. (+18)

Autor: crepusculonov2
Género: + 18
Fecha Creación: 10/01/2011
Fecha Actualización: 23/02/2011
Finalizado: SI
Votos: 27
Comentarios: 118
Visitas: 123971
Capítulos: 35

 

Bella estaba decidida a sacar definitivamente de su mente el recuerdo de Edward Cullen. Habían pasado ya nueve años desde que aquel atractivo amigo de su hermano le había robado el corazón con un beso.
Pero ya había llegado el momento de poner fin a aquella locura, de dejar de comparar a cada hombre que conocía con Edward. Había llegado la hora de dejar que algún hombre la amara.
Justo entonces apareció inesperadamente Edward, anunciando que había puesto fin a su matrimonio y convirtiéndose en una tentación irresistible para Bella.

 

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Hola! esta novela no la escribir yo ni nada, esta basada en una novela llamada Un beso inolvidable escrita por lee miranda y me gusto mucho la historia asi que se me ocurrio hacerla con Edward, Bella y los demas de Twilight, la adaptare un poco para hacerla mas larga. 
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Capítulo 18: Mejor momento de mi vida.

Toda la habitación estaba decorada en tonos claros y dorados. Las paredes y los muebles eran  blancos, la alfombra y las cortinas dé color crema y las lámparas y los cojines dorados.

El cristal también jugaba un papel importante en la decoración: los tableros de las mesas eran de cristal y en una de las paredes había unos ventanales enormes con vistas al puerto y sus alrededores.

-¡Oh! -exclamó Bella dejando a un lado todos sus deseos-. ¡Qué habitación tan bonita!

Pero era mucho más qué una habitación bonita. Era elegante, espaciosa y romántica. Bella sé adentró en la zona del dormitorio, que resultó ser también un sueño. Miró sorprendida la enorme cama con dosel, la colcha de satén y la multitud de cojines de encajé qué la cubrían. Era una verdadera cama para tina novia en su noche dé bodas.

-¿Te gusta? -le preguntó Edward, acercándose a ella y apoyando la mano en sus hombros.

-Es... maravillosa -acertó a decir con un hilo de voz.

Dios mío, se lamentó, no estaba preparada para una cosa así. Había llegado a creer que lo estaba, pero no era cierto. Estaba literalmente petrificada, sé sentía como una estatua. 

-Intenta relajarte -le sugirió Edward suavemente e inclinó la cabeza para darle un beso en él cuello. Bella sé tensó todavía más.

-Necesito ir al baño -susurró.

Edward apartó los labios de su cuello y la joven prácticamente voló hasta él baño, cerrando la puerta tras ella.

Durante unos segundos, permaneció apoyada contra la puerta con los ojos cerrados y el corazón latiéndole a toda velocidad. Cuando al final abrió los ojos, descubrió qué estaba en el baño más grande que había visto en su vida. Y él más lujoso.


Al ver los grifos de oro en forma de cupido en los que el agua salía a través de las flechas, sacudió la cabeza. Aquello era sorprendente; aparte dé los lavabos, la ducha, la bañera... había todo tipo dé complementos: secadores, cepillos dé dientes y cualquier artículo de tocador imaginable. 

Al lado dé uno dé los lavabos había un teléfono. Tanto las toallas como los albornoces tenían pequeños cupidos bordados en las esquinas.

Aquella no era una suite nupcial para una pareja cualquiera. Era una suite nupcial para multimillonarios. Una noche allí debía dé costar una fortuna.

Un nuevo ataque de nervios la obligó a permanecer durante unos minutos más en él baño y, cuando por fin salió, se sorprendió al ver a Edward sirviendo dos copas de champán. Encima de una mesa lateral había una bonita hielera y una fuente enorme con todo tipo dé frutas, quesos y aperitivos. Bella estaba segura dé qué cuando había llegado no había nada de eso allí.

¿O seria que ella no lo había visto? ¿Habría entrado tan ciega de pasión qué sé había olvidado de cualquier detalle? Era bastante posible. Pero a medida que había ido pasando el tiempo, los nervios y el miedo a quedar como una estúpida habían ido aplacando la pasión.

Edward había estado con mujeres muy hermosas e, indudablemente, mucho más experimentadas que ella. Su esposa era una mujer absolutamente maravillosa. El hecho de que hubiera hecho fracasar su matrimonio no decía nada en contra de su capacidad para complacer a un hombre en la cama. Edward no se habría casado con ella, si no hubiera estado satisfecho en ese aspecto.

-Todo esto lo han traído mientras estabas en el baño -le contentó Edward mientras le tendía una de las copas-. Es un obsequio del hotel.

-Oh -Bella suspiró aliviada al enterarse de que no estaba tan perdidamente apasionada como para olvidarse de algo tan evidente. Recordó entonces que Alice le había recomendado que tomara un par de copas de champán antes del gran acontecimiento y se adelantó para tomar la copa que Edward le ofrecía.

Éste sonrió y se dispuso a hacer un brindis:

-Por mi hermosa novia.

Al oírlo, Bella volvió a encogerse por dentro.

-No -susurró, bajando la mirada para impedir que Edward viera las lágrimas que empañaban sus ojos.

-¿No qué? -le preguntó con un deje de asombro en la voz.

-No te burles de mí... de esto...

Edward soltó un juramento y la joven alzó la mirada para encontrarse con su tormentosa expresión.

-¿Crees que sería capaz de hacer una cosa así? No hay nada de lo que burlarse en este momento. Lo único que siento es arrepentimiento por haber esperado tanto tiempo. Debería haber hecho esto hace años -musitó, pasándole la mano por el cuello y acariciándoselo con delicadeza.

Deslizó la mirada desde sus ojos hasta su trémula boca y descendió después hasta sus senos, que subían y bajaban al ritmo de su respiración.

-Dios mío -continuó diciendo mientras le quitaba a Bella su copa-, eres increíblemente hermosa. No te merezco. Pero en este momento eso ya es algo irrelevante. Ahora, bebamos, Bella -dio un sorbo a su copa y después la llevó hasta los labios de la joven. Esperó a que abriera los labios y, cuando lo hizo, introdujo un poco de champán en su boca.

La observó con los ojos entrecerrados mientras tragaba y sacaba la punta de la lengua para atrapar una gota que reposaba todavía en sus labios.

-Bebe más --la ordenó con voz ronca, y presionó la copa de nuevo contra sus labios.

El cristal tintineó al rozar los dientes de Bella, que alzó las manos para rodear las de Edward y ayudarlo a introducir el burbujeante líquido en su boca.

Bella jamás había experimentado nada tan sensual como el contacto del champán en sus labios y en su garganta. Después del primer trago, Edward volvió a llenar su boca, 

acción que repitió hasta que las dos copas estuvieron vacías y Bella empezó a sentir un ligero mareo. El champán había ido cayendo en su estómago vacío a una velocidad poco recomendable y había empezado a circular rápidamente por sus venas. Antes de que tuviera dificultades para sostenerse en pie, Edward la levantó en brazos. 

-Mi héroe -susurró Bella y se estremeció.

Edward no dijo una sola palabra; se limitó a llevarla hasta el dormitorio y dejarla sobre aquella colcha blanca como la nieve. Bella cerró los ojos cuando se sentó a su lado y empezó a desnudarla. 

 

 

(Ni se imaginan lo que vieneeeeeee y ya termine de adaptar la novela, veamos si les impresiona el final tanto como a mi. PD: 3 comentarios y posteo cap)

 

Capítulo 17: Llego el momento! Capítulo 19: Soy yo o... hace calor aqui.

 
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