Bella se quedó totalmente asombrada, tanto por lo inesperado de aquel anuncio como por el rechazo que le producía aquella idea.
-¿Y por qué piensas que voy a considerar siquiera la idea de casarme contigo?
-¡Porque todavía me amas!
Pero por supuesto, no mencionó su posible amor por ella, pensó Bella con amargura.
Seguramente porque no la amaba, le susurró aquella exasperante vocecilla interior. La única razón por la que quería casarse con ella era que quería tenerla en su cama. Exclusivamente. Bella respondió a su arrogancia con una carcajada burlona.
-Debes de estar bromeando. Te repito lo que te dije anoche, Edward ¿cómo voy a amar a un hombre al que ni siquiera conozco? Hace mucho tiempo estuve enamorada de ti, y todavía sigue funcionando la química entre nosotros. Pero eso no es amor.
-¿Quién ha dicho que no es amor?
-Bueno, aunque realmente pudiera ser una forma de amor, cosa que yo cuestiono, no es un amor que perdure. Y desde luego, no es la mejor forma de amor para fundar un matrimonio.
-¿Esa es tu última respuesta?
¿Lo era? Sintió una oleada de pánico al darse cuenta de lo que estaba haciendo. El hombre al que amaba acababa de pedirle que se casara con él y ella lo había rechazado. Su indecisión se transformó en angustia. ¿Cómo iba a decidirse a pasar la vida con un hombre al que realmente no conocía? Reuniendo todo el sentido común y el coraje de que fue capaz, contestó:
-Por ahora sí.
-¿Y en el futuro?
-Eso depende de ti, Edward. Puedes intentar ganarte mi amor y dejar que llegue a conocerte mejor. Estoy segura de que lo que siento por ti podría llegar a convertirse en amor si le diera una oportunidad.
-Ya veo -contestó Edward con expresión pensativa.
-¿Tú me amas? -le preguntó ella de pronto y contuvo la respiración, esperando la respuesta. El semblante de Edward se endureció.
-No tengo la costumbre de decirle a una mujer que la amo cuando ella acaba de rechazarme.
-Pero yo no te he rechazado. Sólo te he dicho que procures ganarte mi amor si realmente me quieres. Tu problema Edward, es que quieres que todo te lo sirvan en bandeja de plata. Alguna vez tendrás que aprender que no todo se consigue tan fácilmente.
-Hoy me ha resultado muy fácil conseguir tenerte aquí.
-Lo mismo digo. Se quedaron mirándose en silencio hasta que una sonrisa curvó los labios de Edward.
-¿Sabes? Te has convertido en un hueso algo difícil de roer.
-No, Edward, simplemente he crecido.
-Y de una forma que me encanta -repuso Edward fijando la mirada en sus senos, que no estaban del todo cubiertos por las burbujas.
Al momento, Edward acortó la poca distancia que los separaba y le pasó la mano por el cuello para acercar sus bocas.
-¿Qué... qué crees que estás haciendo? -le preguntó con voz trémula.
-Lo que tú misma me has dicho. Tratar de conquistar tu amor.
-¿Y crees que esta es la forma más indicada?
-Demonios, Bella, en una situación como ésta, un hombre tiene que utilizar los pocos talentos que tenga. Tú misma has dicho que era un amante increíble. Supongo que tengo que creerte, porque mi Bella nunca miente. Es la persona más sincera que conozco.
Continuó acariciándole el cuello y ejerciendo al mismo tiempo una ligera presión para poder alcanzar su boca. Su intento terminó con un beso irritantemente efectivo. echó la cabeza hacia atrás y Edward soltó una carcajada.
-Creo que hoy va a ser un día muy largo, porque estoy viendo que todavía me quedan muchas cosas por conseguir...
(3comentarios mas y les subo otro cap :D)
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