-Háblame de él. Me estoy muriendo de curiosidad -dijo Alice
Bella frunció el ceño al darse cuenta de que los pensamientos sobre Edward habían estado ocupando su mente durante las últimas semanas. Principalmente porque aquella noche su hermano celebraba una fiesta con motivo de su cumpleaños y estaba obligada a asistir. Y todo lo relacionado con Jake le recordaba siempre a Edward.
En realidad, su hermano ya no tenía ningún contacto con él. Su estrecha amistad había dejado de ser lo mismo desde que Edward se había casado 4 años atrás y se había ido a vivir a Melbourne. Su contacto se había reducido al intercambio de una postal por Navidad.
Nunca habían tenido demasiadas cosas en común, salvo que estudiaban la misma carrera y en la misma universidad. De hecho Bella nunca había comprendido qué había visto Edward en Jake, y viceversa. Cada uno procedía de un mundo completamente diferente y tenia una personalidad que no se parecía en nada a la del otro.
Quizá hubiera sido el típico caso de atracción de los contrarios. O quizá Edward encontrara divertido tener como amigo a un joven sencillo al que poder impresionar con su sofisticación y su riqueza. De la misma forma que debía haberle parecido divertido impresionar a la hermana de su amigo durante un fatídico verano 5 años atrás...
**FLASHBACK**
Bella esperaba con impaciencia la llegada de su hermano con aquel amigo que prometía ser tan excitante sentada en el último escalón del porche. Jacob le había dicho en su última carta que saldrían de Sidney justo después del desayuno, pero aun así, tenía por lo menos 5 horas y media de viaje. Todavía eran las 12 menos 10, de modo que probablemente no llegarían hasta dentro de 1 hora.
Pero Bella se sentía incapaz de hacer cualquier otra cosa, así que se quedó donde estaba, observando nerviosa la carretera del valle.
Por millonésima vez durante la mañana, se preguntó qué aspecto tendría Edward. Según jake, tenía un aspecto inmejorable, pero los gustos de Bella diferían tanto de los de su hermano como su propia apariencia.
Jake habla heredado los rasgos de su madre, una mujer alta de pelo oscuro y ojos marrones. Su piel rojiza era una de las mas hermosas que ella habia visto.
Bella, sin embargo, era la versión femenina de su padre, un hombre bajito, con el pelo castaño y unos enormes ojos verdes.
Sus personalidades también eran muy distintas. Mientras que Jacob se aburría con facilidad y necesitaba actividades excitantes y estar acompañado la mayor parte del tiempo, Bella era una persona mucho más tranquila, que guardaba celosamente su intimidad. Disfrutaba estando sola, yendo a montar a caballo o acurrucándose en la cama para escribir poesías o leer algún libro. Prefería pensar a hablar, y su hermano, sin embargo y al igual que su madre, era capaz de hablar hasta debajo del agua.
Una nube de polvo en la distancia hizo que Bella se levantara de un salto y se llevara la mano a los ojos para mirar la carretera. Pronto, descubrió que se estaba acercando un coche a la misma velocidad que empezaba a latir su corazón.
Eran Jake y su amigo. Estaba segura.
En algún rincón de su mente, Bella era consciente de que estaba comportándose de una forma muy poco habitual en ella. Jamás se había puesto tan nerviosa por ningún chico, y mucho menos por uno al que ni siquiera conocía.
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