Escrito en las Estrellas (+18)

Autor: Fanfiction Addiction
Género: Ciencia Ficción
Fecha Creación: 29/03/2013
Fecha Actualización: 30/08/2014
Finalizado: SI
Votos: 15
Comentarios: 18
Visitas: 110132
Capítulos: 33

Traducción: Edward es el rey de una raza en extinción, su planeta es desgarrado por la guerra civil. Bella es secuestrada y llevada a convertirse en su esposa.De estudiante de la universidad a reina... ¿Podrá aprender amar a este hombre extraño y ayudar a salvar a su pueblo?

 

Escrito en las Estrellas es un fanfic original de Lissa Bryan y traducido por Fanfiction Addiction con el debido permiso de su autora.

 

www.facebook.com/groups/FFAddiction

 

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 4: El Secreto mas Oscuro

Historia escrita por:Lissa Bryan

Traducido por:Isa BetaTraductora Ffad (FFAD)

Beta:Verito Pereyra (FFAD)

www facebook com / groups / betasffaddiction

±

—Bella, levántate.

Bella se despertó de mala gana y se incorporó en posición vertical mirando a Alice. Ella y Edward se habían quedado hasta muy tarde jugando a un juego extrañamente adictivo que se parecía a las damas1, y estaba cansada.

—Vamos, vamos —persuadió Alice. Aplaudió y saltó. — ¡Vamos!

—Te odio —murmuró Bella. —Nadie debería ser tan enérgico en la mañana. Nadie.

El nido era tan suave y cálido. Ella había estado tan cómoda acurrucada contra el pecho de Edward escuchando su sordo ronroneo. Él había estado medio dormido cuando Alice irrumpió en la casa, acariciando el cabello de Bella. Él estaba fascinado por su pelo. El pelo Volturi solo crecía alrededor de dos y medio centímetros de largo, y el más moderno de las mujeres de la Tierra les llegaba hasta la cintura.

Bella era feliz. Era tan extraño que después de toda una vida de lucha contra la depresión, años de miseria que habían culminado en su decisión de acabar con ella solo para escapar del dolor. Años de sentirse no deseada, no amada, rechazada por sus padres que no podían hacer frente a una hija que tenía un expediente de salud mental de cinco centímetros de espesor, rechazada por Mike que había elegido a una más bonita, más "normal" tan pronto como fue posible.

Una parte de ella seguía pensando que tenía que haber una trampa o que el tapete sería arrancado debajo de ella en cualquier momento, y otra parte de ella recordaba las palabras de Lauren sobre Edward, pensando que estaba enamorado impulsado por el imperativo biológico.

Tenía más sentido esa parte auto-denigrante de ella. ¿Por qué un hombre tan guapo y maravilloso iba a amar a una criatura normal, sin complicaciones, como ella? Ella podría creer más fácilmente que fue el embrujo de sus feromonas, más que sus dudosos encantos personales.

La semana pasada había sido la mejor de su vida. Aquí, era querida. Aquí, era respetada. Aquí, era una princesa mimada que tenía un hombre guapo que abiertamente la adoraba. Al parecer, nadie le había dicho alguna vez a los Volturi que a los hombres, supuestamente, no les gustaba abrazar. Él tampoco era tímido en público.

Cada día, Edward la impresionaba de nuevo con su dulzura, su consideración, su firme determinación de hacer lo que fuera para hacerla feliz aquí. Le encantaba darle los regalos que había recogido desde que era pequeño, con los ojos brillantes como un niño en la mañana de Navidad. Su entusiasmo era más divertido que los propios regalos. Bella no se preocupaba particularmente por la ropa o las joyas, pero para él, brotaba belleza. Porque ellos eran hermosos. La belleza radica en el hecho de que Edward había estado pensando en ella, con la esperanza de agradarle, incluso antes de que él la hubiera conocido.

La llevó a un nuevo destino el mismo día, excursiones placenteras que también la familiarizaron con la forma de trabajo de su sociedad para que fuera capaz de ayudarle a gobernar con eficacia.

Todas las noches, Bella estudiaba –era mucho más diligente de lo que había sido en la universidad–, incluso viendo la pantalla de visión, -su versión de la televisión que trabaja de una manera similar a YouTube-. Ella estaba absorbiendo la información sobre su cultura, sus reglas y tabúes.

La educación Cívica nunca había sido su punto fuerte y ahora era un área de lucha para ella, mientras trataba de aprender la estructura de su gobierno. Cada uno de los planetas tenía un Presidente, que estaba sentado en el Consejo del emperador, elegido por los líderes de muchas naciones del planeta, ya sea electo o monárquico. Esa parte fue bastante simple, pero dentro de la Federación había cientos de departamentos, cada uno supervisando un aspecto de la gobernabilidad con una jerarquía compleja. Era desconcertante tratar de mantenerlo todo en orden en su cabeza.

La Federación tiene amplias redes de protección social que significaba que no había hambre e indigentes, pero la administración de esos programas era en nueve planetas diferentes, cada uno con múltiples culturas. Fue un reto increíble, como también la administración de justicia entre los pueblos que tenían diferentes definiciones de "delito". Las naciones eran más o menos autorizadas para administrar su propia justicia a su antojo, con la excepción de una ley universal: cualquier persona que maltrate a una mujer era condenado a muerte. Sin embargo, como todo ciudadano de la Federación, tiene el derecho de apelación ante el emperador. Edward pasaba mucho tiempo en el estudio de nueve diferentes códigos legales complejos.

Edward tenía una oficina no muy lejos de la cámara del Consejo. Un escritorio fue puesto para Bella, situado frente suyo para que él pudiera mirar hacia arriba de su trabajo en cualquier momento y verla. Estaban allí, pasando la mayor parte de las tardes, trabajando juntos para gobernar su imperio. Bella se sentía honrada por la confianza que Edward le tenía para tomar decisiones por su reino sin su ayuda, aunque al principio estaba demasiado nerviosa para hacerlo, pidiéndole su opinión sobre las decisiones que ella hacía hasta que él le dijo, sin rodeos, que no era necesario.

El padrino de Edward, Carlisle, era un visitante frecuente y muchas veces llevó a su compañera, Esme, junto con él. Carlisle fue Sacerdote, Jefe de la religión Volturi, -Esme era una católica devota, Bella se preguntaba a menudo cómo trabajaba- pero sabía más de gobierno de lo que Bella pudiera aprender. Él era una fuente de asesoramiento para ambos. Fue a él que le planteó la pregunta en la tarde sobre la posibilidad de acabar con la esclavitud de los drones2, concediéndoles todos los derechos como ciudadano.

—Bella —, dijo suavemente. —Estamos hablando de cambiar un sistema que ha existido por cientos de miles de años. Sé por qué te molesta. Mi compañera tiene opiniones similares. Ella se negó a dejarnos adquirir drones para nosotros. Pero tú no serás capaz de cambiarlo de un día para otro. Un cambio drástico se debe hacer poco a poco.

Pero ella lo cambiaría, Bella se prometió. De alguna manera, iba a encontrar la forma.

.

.

Como todas las mañanas, Bella finalmente se rindió al fastidio de Alice y salió del nido. Ella caminaba después de Alice a los baños, en realidad no se sentía despierta hasta que se había hundido en el agua caliente. Como es habitual, la presencia ceñuda de Tanya había limpiado su propia piscina privada. Bella le dio una pequeña sonrisa de disculpa a la mujer embarazada, quien se alejó con una mirada incómoda.

El vientre hinchado de la mujer le recordó…

—Um Alice, tengo que preguntarte algo... personal.

—Por supuesto Bella, ¿qué pasa?

—No sé qué fecha será en la Tierra... Quiero decir, ¿qué fecha sería en mi tiempo? Lo que estoy tratando de decir es que creo que debería haber llegado mi periodo.

—Oh, eso —, dijo Alice. Ella estaba flotando su barra de jabón como si fuera un pequeño bote. —No la tendrás más.

Bella se asustó. — ¿Eh?

—Sí. Tía FLO está de vacaciones en forma permanente gracias a unos pocos ajustes con el ADN. Sus científicos decidieron que era un "defecto" en nuestra constitución física y que sería mejor para nosotros si nuestros cuerpos mantienen y reabsorben los revestimientos del útero en lugar de arrojarlos.

— ¿Cómo puedo saber si estoy embarazada?

—Confía en mí, lo sabrás.

— ¿Alguna vez has estado embarazada, Alice? —preguntó Bella.

Alice soltó el jabón en el borde de la piscina con un estruendo. —Estoy lista para salir ahora.

Abre la boca, inserta tu pie.

—Dios Alice, lo siento —dijo Bella rápidamente. —No fue mi intención molestarte.

—No lo hiciste. Es sólo que... Es que... —. Y sin previo aviso, Alice se echó a llorar.

Bella rodeó con sus brazos alrededor de Alice y la meció mientras lloraba en grandes sollozos que hablaban de un dolor profundamente enterrado y que Bella había desenterrado cruelmente con su impulsiva pregunta.

—Lo siento, lo siento —susurró Bella. —Por favor, no llores. Lo siento mucho.

—No eres tú —, sollozó Alice.

Las otras mujeres estaban mirando abiertamente. Bella miró a Tanya y levantó las cejas en su dirección. Tanya estaba de pie en un instante, ahuyentando al resto. Las mujeres desnudas eran llevadas fuera de la sala y Tanya tirándoles su ropa. Cerró la puerta detrás de la última mujer y se sentó frente a ella sosteniendo la puerta cerrada con su espalda. Bella articuló un silencioso "gracias".

El llanto de Alice se transformó en hipo. Bella volvió a decirle que estaba arrepentida y Alice sacudió la cabeza.

—En realidad no eres tú. Me he sentido tan culpable... He mantenido esto embotellado por tanto tiempo dentro de mí, pero no puedo soportarlo más.

— ¿Qué es?

Alice temblaba y lágrimas frescas corrían por sus mejillas. —Dios me está castigando, Bella. Hi-Hice una cosa terrible…

— ¿Tú, Alice? Tú eres una de las personas más amables que conozco. ¿Por qué Dios te castigaría?

—Bella, si te digo esto necesito que me jures que nunca dirás una palabra de esto a nadie. Confío en ti.

—Te lo juro.

Alice tomó una respiración profunda. —Esta misma mañana, Jasper intentó convencerme otra vez de ver a un médico especialista en fertilidad. No puedo entender por qué yo no estoy embarazada. En la Tierra, es como que los Volturi miraran en su dirección y ellas están preñadas, pero Jasper y yo hemos estado intentando durante tres años. L-le mentí Bella… Le dije que no volvería a ver a un médico porque va en contra de mi religión, pero esa no es la verdadera razón.

Hundió la cara en sus manos, su voz baja y sorda. Incluso en el silencioso eco de la sala, donde el único sonido era el constante flujo de la cascada-ducha, Bella se esforzó por oír.

—Es porque tengo miedo de lo que van a encontrar —susurró Alice, mientras giraba su anillo con los ojos clavados en él.

—Cuando tenía dieciséis años, quedé embarazada. Mi novio no quería tener nada que ver con eso y bueno, digamos que mi situación familiar no era exactamente de apoyo. Si mi padre hubiera sabido que era sexualmente activa, me habría echado a la calle. Me sentí como si no tuviera otra opción. Tuve un aborto y hubo... complicaciones.

Bella cerró sus ojos.

—Si los Volturi sabían que había estado embarazada, nunca me hubieran traído hasta aquí. A sus ojos, un embarazo significa que la mujer ya está emparejada. Yo no dije nada cuando me enteré de sus reglas, porque no quería que me mandaran de vuelta a mi horrible vida en la Tierra. Entonces conocí a Jasper y es tan maravilloso, Bella. Me enamoré de él. Yo quería decirle… Todavía quiero decirle, pero si Jasper sabe que estuve embarazada, va a pensar que nuestra unión fue nula y sin efecto. No lo puedo perder. No puedo.

Bella la abrazó porque no sabía qué decir.

—Hace unos seis meses, por fin estaba embarazada y Jasper estaba en la luna. Estaba tan feliz... —la voz de Alice se quebró. —Pero perdí el bebé. Mis entrañas están en mal estado. Fue entonces cuando supe que Dios me estaba castigando por lo que hice. Mis pecados me van a destruir, me va a costar todo.

—Alice, tienes que decirle la verdad a Jasper. Estoy segura de que debe haber formas de tratar con…

Alice la interrumpió. —Bella, he visto lo que pasa cuando le digo a Jasper.

Bella la miró pensativa. — ¿Estás segura de que es una visión o podría ser simplemente tu mente jugando con tus mayores temores?

Alice parpadeó. —No est-toy segura.

—Alice, tienes que decirle. Tú sabes que él debe estar preocupado por ti. Estos chicos son muy sensibles. Estoy segura de que Jasper puede decir que algo te está molestando. Confía en él, Alice. Él te ama. Lo veo cada vez que te mira.

Alice le dirigió una sonrisa acuosa. —Si es algo parecido a la manera en que Edward te mira, debe ser algo.

Bella sacudió la cabeza. —No estoy segura si Edward realmente me ama, Alice. Lauren me dijo que los Volturi piensan que están enamorados de su pareja, pero es solo porque sus cuerpos reaccionan compatiblemente.

Alice la miró fijamente. —Qué estúpida.

— ¿Qué quieres decir?

—Bella, Lauren no te lo ha explicado bien. Un varón de los Volturi se sentirá muy atraído por su pareja y posesivo con ella. Todo eso es solo la naturaleza. ¿Pero el amor? Ese que viene del corazón, Bella. No es automático y no se puede forzar. Edward te ama por la misma razón que tú lo amas; porque sus corazones se hablan el uno al otro.

Bella sintió sus propias lágrimas en los ojos y se dejaron caer por sus mejillas.

— ¿En serio?

—Oh Bella, cariño —Alice la agarró en un abrazo feroz. —No tenía idea de que pensabas que los sentimientos de Edward por ti no eran reales. No es de extrañar... —Alice se cortó.

Se sintió como si una enorme carga se le hubiese quitado de su corazón. Bella dejó escapar un suspiro tembloroso.

¿Por qué Lauren le había dicho eso? No tenía ningún sentido. Lauren había sido compañera, ella debería saber...

— ¿Va… Vas a estar conmigo cuando se lo diga a Jasper? —susurró Alice.

—Eso realmente parece que debería ser un momento privado para ustedes dos —, dijo Bella con cautela, pero cuando Alice comenzó a mirarla presa del pánico, añadió. —Pero si me necesitas, ahí estaré para ti. Eso es lo que hacen los amigos.

—Nunca he tenido una amiga como tú, Bella —dijo Alice en voz baja. Se abrazaron de nuevo.

—Edward me dijo que esta noche, él se va de caza, así que si tú vienes a buscarme después de la cena, voy a ir contigo para hablar con Jasper.

Alice asintió con la cabeza. —Si no lo hago ahora, voy a acobardarme.

Bella sonrió — ¿Quieres que abuse de mi autoridad y te obligue a hacerlo?

Pero Alice no lo tomó como una broma. —Si fallo, sí.

.

.

.

En la cena de esa noche, Edward se levantó y anunció a la sala: —Me voy esta noche de caza.

Alrededor de la sala, sonrisas florecían, con los puños golpearon mesas y unas pocas voces vitorearon. Al parecer, la caza del emperador era un tema más importante de lo que Bella había pensado. Todo el mundo parecía encantado, con excepción de Emmett, cuyo rostro era como una nube de tormenta.

Edward se acercó a Bella, le acarició la nariz y bajó a su mandíbula, uno de sus gestos favoritos de afecto.

—Voy a volver pronto.

—Si no estoy aquí cuando vuelvas, estaré con Alice —le dijo. No habían estado en la cena y Bella estaba preocupada.

Parecía decepcionado, su cola caída. — ¿Tienes que ir?

Bella estaba empezando a sentirse mal por eso. —Lo siento, pero Alice me necesita. No debería tardarme mucho. Probablemente voy a llegar a casa antes que tú.

—Muy bien —dijo apenado.

Bella lo abrazó. —Ten cuidado.

—Lo haré —. Él le acarició la cara, una mirada extraña, soñadora en los ojos y se marchó. Bella se puso a leer hasta que Alice llegó. Solo había avanzado cinco páginas cuando Jacob entró en la habitación y se arrodilló junto a su sillón.

—Alpha Prima3, le ruego que me disculpe, pero Lady Alice ha llegado.

Alice no dijo una palabra mientras Bella la seguía por los pasillos. Tanya detrás, como siempre. La carita de Alice tenía una expresión severa y decidida. Esta es la primera vez que había estado en el cuarto de Alice, Bella tomó un vistazo a su alrededor, viendo el toque de Alice en la caprichosa decoración. Jasper ya estaba sentado en la mesa, con una mirada de asombro en su rostro y su cola doblada como un periscopio. Bella movió un cojín y se sentó junto a Alice, que la tomó de la mano y lo sostuvo en un apretón de muerte.

—Jasper, hay algo que necesito decirte.

Él esperó. Cuando no hablaba, habló con voz persuasiva: —Adelante.

—Yo-yo estaba embarazada antes d-de... antes de ve-venir aquí —. Las lágrimas de sus ojos gotearon en línea recta hacia el suelo, siguiendo su mirada. Ella no podía mirarlo.

—Ya veo —, dijo asintiendo con la cabeza.

Alice echó una mirada rápida, confusa en su rostro. —Yo te m-mentí —confesó, temblando violentamente y triturando la mano de Bella con la suya. Bella se sorprendió de que esas pequeñas manos tuvieran tanta fuerza. Sorprendida y con un dolor intenso. —Mentí cuando dije que estaba en contra de mi religión ver a un médico especialista en fertilidad. Yo no quería que el médico descubriera mi secreto. Tuve un... yo tenía… —Alice paró, tratando de pensar en cómo explicar el aborto a alguien para quien el concepto era completamente ajeno. Bella ni siquiera pensaba que ellos tuvieran una palabra para ello.

—Ella removió el feto por un médico —, dijo Bella. —Pero algo salió mal y sus órganos reproductivos fueron dañados —. Alice le lanzó una mirada de agradecimiento y esperó, temblando como una hoja, la denuncia de Jasper.

—Entiendo —, dijo Jasper. — ¿Podemos ir a cenar ahora? Tengo hambre.

— ¿Qu-qué? —Alice estalló. — ¿Es eso todo lo que tienes que decir?

Jasper ladeó la cabeza. —Estoy triste, me mentiste y tú no confiabas en mí lo suficiente como para decirme la verdad. Debes prometerme que no me mentirás otra vez.

—Oh Jasper, ¡acepto! —Alice se quedó sin aliento. —Me ha estado matando. Pero ¿qué pasa con nuestro apareamiento? No significa que mi embarazo... —su voz se apagó. Era incapaz de hablar en voz alta su mayor temor.

Jasper consideró. —Eso fue hace unos tres mil años por nuestros cálculos, ellos están muertos hace mucho tiempo.

—Pero nunca me habrían llevado si sabían que… —Jasper la interrumpió presionando suavemente sus labios con las yemas de sus dedos.

—Alice, tú estás loca si crees que permitiré que nos separen.

—Chiflada —, lloró Alice. —Quieres decir chiflada.

—Tú eres mi destino —, dijo Jasper acariciando el corto cabello de Alice. —No me importa qué camino recorriste antes de llegar aquí. Siempre y cuando tú estés aquí.

Alice soltó las pobres y aplastadas manos de Bella y le echó los brazos alrededor del cuello de Jasper.

Ninguno de ellos notó su escapada por la puerta. Cuando estuvo en el pasillo, se enjuagó las lágrimas de felicidad.

Ella tenía que depender de Tanya para poder volver, admitiendo que se habría perdido totalmente. Tal vez si todos estos pasillos no se vieran exactamente igual, o si pudiera leer los símbolos en la placa junto a las puertas…

Un hombre dobló la esquina en su camino y Bella exclamó: — ¡Emmett!

—Bella —, se quedó inmóvil en su camino. —Bella…

Extendió una mano hacia ella. Tanya dio un paso amenazante hacia adelante y él la retiró sin tocarla. — ¿Qué estás haciendo aquí?

—Estoy regresando a casa porque vengo de visitar a Alice y Jasper —dijo.

—Te voy a acompañar —dijo, y tan incómoda como estaba, no pudo rechazar.

Él solo había avanzado unos pasos cuando se detuvo, lo que obligó a Bella a parar con él. —Bella, tengo que decirte... Tengo que decirte que te amo.

—No, Emmett —, dijo ella sacudiendo la cabeza.

—Es cierto —insistió. —Te he visto esta última semana y eres todo lo que he buscado en una mujer, todo lo que he admirado, todo lo que pude haber soñado. Si yo hubiera sido seleccionado en lugar de Edward…

—Emmett, no —dijo Bella, lo más suavemente posible. —Siempre estuvo destinado a ser Edward y yo. Lo amo, Emmett. Tienes que parar esto. Tendrás a tu propia compañera algún día…

—No, no quiero —dijo sin rodeos. —Tú eres para mí, Bella. Creo que lo supe desde el momento en que te vi. Estoy solicitando la condición de luto.

—Oh Emmett, no… —. Los que se nombraron a sí mismo "de luto" son sacados de la base de datos para buscar compañera. Eso significaba que si la habían encontrado y la perdieron, no podían tener otra. —Por favor, no hagas eso. Sé que hay alguien ahí fuera pensado en ti. Y cuando la encuentres, la amarás con todo tu corazón, ya lo verás.

Emmett no respondió. Se alejó moviéndose como un hombre viejo, apoyando su mano contra la pared.

Jacob abrió la puerta antes de que Bella y Tanya se acercaran. Bella se preguntó cómo había sabido que se estaban acercando. El sonido de sus pasos, ¿tal vez?

—Saludos, Alpha Prima —dijo de rodillas.

— ¿Edward ha llegado a casa? —preguntó ella, anhelando la comodidad y la seguridad de sus brazos.

—No, Alpha Prima. ¿Puedo ofrecerle algo?

—Me gustaría una taza de té, por favor, Jacob.

Ella se sentó en su sillón, observando que incluso después de solo una semana aquí, se sentía extraño estar sentada en un sillón y no sobre un cojín en el suelo. Jacob regresó rápidamente con el té solicitado, algo que le gustaba pero solo complacía ocasionalmente. Las bolsitas de té eran tan caras como los vinos finos en la Tierra. Ella supone que los costos de importación que provenían de tener que doblar el espacio y el tiempo para llegar al destino eran, probablemente, bastante altos. Jacob se arrodilló, le acercó la taza y ella lo aceptó, bebiendo la bebida caliente. Perfecto, como siempre, con dos de azúcar. Solo le había tenido que mostrar una vez y lo hizo perfectamente todo el tiempo después de eso. Ella le dio las gracias y se sentó en su sillón.

Su cuarto parecía tan vacío y sin vida sin Edward. Se supone que ella debía usar este tiempo para estudiar, mirar a la pantalla de visión o para hacer algo productivo, pero todo lo que tenía ganas de hacer era mirar el suelo perdida en sus pensamientos, mientras bebía su té.

Ella se estaba preparando para acostar, cuando oyó regresar Edward gritando su nombre. Enjuagó el cepillo de dientes rápidamente y salió corriendo por la puerta del baño, solo para detenerse en seco y resbalarse. Ella puso una mano sobre su boca.

Edward estaba cubierto de sangre y por encima del hombro llevaba un animal muerto, que parecía un hipopótamo bebé con pelo rubio y desgreñado. Edward lo dejó caer a sus pies y Bella retrocedió mirando sus ojos sin vida y la boca abierta. La cosa tenía unos dientes como un tigre dientes de sable.

— ¿Qué es eso?

—Se trata de un gragent —dijo Edward con orgullo. —Son muy fuertes y muy difíciles de matar… —esperó, observando expectante su reacción.

—Um, ¿vamos a... comerlo? —preguntó Bella tímidamente.

La cara de Edward cayó y su cola colgaba como una flor sin agua. —No, ellos saben mal. Jacob, llévatelo.

A la noche siguiente, Edward fue a cazar de nuevo y esta vez regresó con un cadáver del tamaño de un pony, algo que parecía como si viniera de Jurassic Park. Tenía escamas y garras en las patas como las aves al final de sus largas extremidades. Edward tenía una herida sangrante en un hombro, pero rechazó la preocupación de Bella e insistió en que su atención permaneciera en su presa.

—Este es un tarnek —le dijo. —Son combatientes, muy rápidos y feroces.

—Ya veo —dijo Bella, tan desconcertada como la noche anterior. ¿Fue esta su versión del programa de Steve Irwin4?

Él tuvo que arrastrar las capturas de la noche siguiente, que apenas cabían por la puerta. Maltratadas y golpeadas, cubiertas de arañazos y con las ramitas en el pelo, lo lanzó a sus pies. Bella escuchó como Edward enumeraba los atributos de combate y se mareó al ver el rastro de sangre. Estaba agradecida, por una vez, de tener a Jacob para limpiar. Sea cual sea la respuesta que él estaba buscando, ella aparentemente no se la daba, porque mientras él le pidió a Jacob que retirara el cadáver, una mirada de determinación endureció su rostro, aun cuando su cola se dejó caer al suelo.

Bella le contó toda la historia a Alice cuando iban a los baños a la mañana siguiente, la primera vez que la había visto desde su confesión. Alice había estado al parecer... ocupada durante los últimos días, porque ella resplandecía felicidad, pero se movía un poco rígida.

Mientras se lavaba el pelo con shampoo, Bella decía: —Me temo que la siguiente no entre dentro de la casa y solo Dios sabe lo que Jacob está haciendo con los cuerpos. Sigo imaginando un zoológico de mascotas de Rob Zombie5.

Alice se rió hasta que las lágrimas corrían por sus mejillas. —Oh, Bella, lo siento mucho. He estado tan preocupada con Jasper que no te expliqué lo que está haciendo. Él te está proponiendo matrimonio, tonta.

— ¿Proponiendo matrimonio? —Bella repitió con voz débil.

—Sí. Te está mostrando lo buen cazador que es y que siempre te mantendrá.

—Yo sé lo rico que es —, dijo Bella. —No me preocupa pasar hambre.

Alice le salpicó. —Ese no es el punto. Para una chica tan inteligente, seguro puedes ser tonta en ocasiones. Es parte de su ritual de apareamiento.

El corazón de Bella le latía con fuerza en su pecho. El sudor estalló en las sienes y tuvo que poner la cabeza sobre la baldosa fría que rodea la piscina por un momento hasta que su cabeza dejó de nadar.

¿Matrimonio? ¿Matrimonio? ¡MATRIMONIO!

— ¡Oh, Dios mío! —exclamó Bella. —Alice, ¿cómo puedo decir 'Sí'?

—Dile que es un cazador muy bueno y que lo aceptas como tu compañero.

Bella saltó de la piscina: —Tanya, por favor toma mi ropa —gritó ella, frotándose tan rápido con la toalla que era un milagro que su piel no se encendiera.

— ¡Bella, tu cabello todavía está lleno de shampoo! —llamó Alice.

Bella gruñó con frustración y saltó de nuevo en el agua, mojándose la cabeza y enjuagándose su pelo con furia. Sería una enredada maraña, pero no le importaba. -Por otra parte, Edward disfrutaba cepillar su pelo, sin dolor, quitando los nudos con las puntas de sus diestras garras-. Tiró su ropa, sin re-secado y corrió hacia el pasillo.

— ¡Alpha Prima, vas por el camino equivocado! —gritó Tanya. Bella giró y volvió corriendo hacia ella y regresaron al apartamento en un tiempo récord.

Edward se encontraba todavía en el nido, tirado entre las almohadas con una imagen de desánimo mientras dibujaba círculos en una de las fundas de almohadas con la parte de atrás de su garra. Bella corrió través del piso y saltó. Edward casi no tuvo tiempo para voltear antes de que ella cayera encima de él. Ella se sentó a horcajadas de sus caderas, inclinándose para mirarlo directamente a los ojos y sus frentes tocándose.

—Eres un cazador muy bueno y especializado —anunció Bella. —Quiero que seas mi compañero.

 

Capítulo 3: Valiente Nuevo Mundo Capítulo 5: Dos Almas, Unidas como Una

 
14439814 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10757 usuarios