Escrito en las Estrellas (+18)

Autor: Fanfiction Addiction
Género: Ciencia Ficción
Fecha Creación: 29/03/2013
Fecha Actualización: 30/08/2014
Finalizado: SI
Votos: 15
Comentarios: 18
Visitas: 110138
Capítulos: 33

Traducción: Edward es el rey de una raza en extinción, su planeta es desgarrado por la guerra civil. Bella es secuestrada y llevada a convertirse en su esposa.De estudiante de la universidad a reina... ¿Podrá aprender amar a este hombre extraño y ayudar a salvar a su pueblo?

 

Escrito en las Estrellas es un fanfic original de Lissa Bryan y traducido por Fanfiction Addiction con el debido permiso de su autora.

 

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Capítulo 16: Conozcan la Emperatriz

Historia escrita por:Lissa Bryan

Traducido por:Paulii Aguilar (FFAD)

Beta:Verito Pereyra (FFAD)

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±

Como Alice estaba "entre otras palabras ocupada", Bella se quedó con los niños. Le envió un mensaje al comunicador de Edward diciendo que le gustaría hablar con él cuando tuviera un tiempo y luego se recostó suspirando al lado de sus bebés. Gentilmente tiró de la cola de Nessie sacándosela de la boca e hizo una nota mental para decirle a Edward que la cita de los niños para chipiarlos era en la mañana. Debió de haberse quedado dormida porque se despertó mientras Edward se acostaba a su lado, enterrando el rostro en su cuello. Bella tanteó con la mano y descubrió almohadas vacías.

—Están con Alice y Jasper, —dijo Edward, antes de que pudiera preguntar.

— ¿Les está yendo bien a Alice y Jasper?

—Parecían estar enterrados en una conversación y Alice no iba a ceder, lo cual me parece una buena señal.

— ¿Llorando, recuerdas? —Corrigió Bella, escondiendo su sonrisa.

—Recibí tu mensaje. Siento que haya tardado mucho en volver. Había formularios de requisición, juntas con ministros… —Suspiró—. Si hubiese dos como yo, todavía no habría tiempo en el día para hacerlo todo.

—Necesito pasar más tiempo en la oficina, —opinó Bella. Enlazó sus dedos con los de él.

Edward le dió un mordisco a su oído y se le puso la piel de gallina. — No, Bella, necesito que hagas lo que estás haciendo. Necesito a alguien que pueda confiar, me reporte las condiciones, y que cuide de nuestra gente.

—Edward, tú sabes que algunos de los drones trajeron mujeres con ellos cuando escaparon de sus planetas. Hoy me pidieron que realice una ceremonia de apareamiento a una pareja.

Edward se atragantó. —Oh. —Él dijo.

—Sí, Oh está bien. —Respondió Bella —. Edward, no sabía que decir. Si fueran ciudadanos completos, tendrían razón en que deberían tener derecho a una pareja, así como todos.

—La gente va a estar muy incómoda con esa idea, —dijo Edward—. Seriamente, yo mismo me siento un poco incómodo con eso.

Por supuesto que lo estaba. Hace menos de un año, él había matado a un drone por atreverse a tocar a su pareja. Bella todavía no estaba segura si Edward los veía completamente como gente, pero lo estaba intentando.

—Les dije que les iba a dar una respuesta mañana.

—No pueden tener bebés. —Meditó Edward.

—Ser apareado no es solo sobre tener bebés. Es también sobre esto —. Le indicó sus manos juntas, el nido a su alrededor, su conversación.

—Lo sé. Estaba sintiendo lastima por ellos. Los pequeños Carlisle y Nessie han traído alegría a mi vida que nunca imaginé.

—Para mí también —, dijo Bella. La maternidad era maravillosa, pero tener bebés tan adorables que no lloraban o ensuciaban pañales, era increíble.

—Y mucha gente va a oponerse si una mujer fértil es sacada de la piscina de apareamiento.

— ¿Y qué tal inseminación artificial? ¿Tienen algo así?

Él estuvo en silencio por un largo rato. —Creo que mi traductor tuvo un error.

Bella estaba contenta que no estaba frente a él así no podía verla cuando se sonrojara completamente mientras explicaba el proceso.

—Por dios, Bella, ¿tu mundo era un lugar raro? ¿Los tuyos pueden auto estimularse?

Oh, Dios, esta no era una conversación que ella hubiese pensado tener con él. Seguro, Betas, que no eran atados como los Alfas, podían… —Sí, pueden.

—Supongo que es entendible, entonces, porque ellos no valoran el sexo como nosotros lo hacemos.

Bella decidió que era momento de volver al tema. — ¿Qué debo hacer con el pedido de esa pareja?

Él suspiró y se dio vuelta sobre su espalda, llevándola a ella con él. Ella ubicó su cabeza sobre su pecho. —Tienes razón. Les prometimos los derechos de ciudadanos a cambio de defender la Federación. No podemos hacer una excepción a esos derechos y prohibirles a aparearse. Aunque, no va a ser una decisión popular.

—Los derechos no deben ser dependientes de la decisión popular —. Dijo Bella.

—Sin embargo, no estoy seguro que debas realizar la ceremonia. Le enviaré un mensaje a Carlisle y le pediré que venga para el desayuno así podemos discutirlo.

— ¿Qué vamos a hacer sobre las mujeres que huyeron de sus maridos con sus drones? Sé que los Volturi no tienen algo como el divorcio, pero, bueno… tal vez, deberíamos.

—Dijiste 'deberíamos' —, dijo Edward.

Ella lo miró sin comprender.

—Te incluiste como una Volturi —, explicó Edward—. Eso me hace feliz.

Y entonces, hizo algo extraordinario.

Sonrió.

En serio, era torcida, sus músculos faciales sin uso estaban movidos hacia esa dirección, pero hizo que el corazón de ella diera un brinco al verlo. — ¡Edward! ¡Estás sonriendo!

—He estado practicando —, admitió él, con una pizca de orgullo en su voz.

Ella besó sus labios suavemente. —Tienes una sonrisa muy hermosa —, elogió ella.

—También me gusta cuando sonríes —dijo Edward—. Hace que tus ojos brillen y unos hoyos aparecen en tus mejillas.

—Hoyuelos —, proporcionó Bella —. Así es como nosotros los llamamos.

Besó sus mejillas. —Me gustan. Pero, ante tu propuesta sobre el divorcio, no puedo aceptar eso. Aparear une el alma de las dos personas. Eso no puede deshacerse por ninguna acción mortal.

—En mi cultura, teníamos casamiento religioso y casamiento laico.

—Bella, no puedo cambiar el apareamiento. Fue creado por la misma Diosa.

Ella tomó aire profundamente. —Tal vez el gobierno y la religión no debe mezclarse.

Él lució perplejo. — ¿Qué quieres decir?

—No todos creen en tu religión, Edward, pero las leyes de la Federación son basadas en ella.

Seguía con esa mirada perpleja. —Nuestras leyes hacen cumplir lo que es correcto.

—Por tu definición, tal vez —, dijo Bella —. Otros pueden sentirlo diferentemente, pero ellos tienen que vivir por las reglas de tu fe.

—Tenemos libertad de religión, Bella.

—No completamente. No si tus instituciones laicas están basadas en tu religión.

— ¿En qué otra cosa se van a basar si no es en nuestra cultura?

Oh, dios… Probablemente le vaya a tomar una semana para tratar de explicar humanismo, y los trabajos de Locke, Hobbs y Rousseau, y el concepto del Contrato Social. Iba a tener que esperar para tener este tipo de discusión. — ¡Oh! Casi me olvido —. Bella cambió de tema y le dijo sobre el hombre que ella había rescatado y su video donde se disculpaba con ella.

—Su nombre es Alec —, dijo Edward —. Supe quien era por los videos, discutiendo los últimos escándalos de la Emperatriz después que ocurrió. Tal vez deberíamos acordar una entrevista.

—Eso es lo que dijo Rose, pero no debería… digo, no podría…

—Podrías —, dijo él suavemente —. Puedes hacer cualquier cosa, Bella. Cualquiera que puede enfrentar los rugidos de un Consejo furioso puede con un parlanchín.

Parlanchín. Ese era un buen nombre para ellos. Su rostro estaba rojo otra vez. —No creo… — Empezó ella.

Él puso sus dedos sobre sus labios. —Lo sé. Eres tímida. Pero puede que haga bien que la gente conozca a su Emperatriz.

Bella suspiró. Él había acordado permitir el apareamiento de los drones, aunque le hacía estar incómodo. De seguro que ella podía hacer esto por él. Compromiso. —Está bien, si piensas que es una buena idea.

Él sonrió otra vez y el corazón de ella se aceleró. Los ojos de él se oscurecieron. — ¿Te gustaría escuchar otra buena idea? —Preguntó, su voz suave y seductora.

¡Vaya, que lo haría!

.

.

.

Fue Rose que sugirió que Bella vistiera de blanco para la entrevista. —Te hace lucir joven e inocente —, explicó Rose.

—Para ti, tal vez, —dijo Bella con una risa —. Por todo lo que sabes, ellos ven el blanco como un color atrevido y sexy.

Rose había aparecido después que Alice llegara para ir a los baños, sorpresivamente amable y arrepentida, y para que Bella la perdone por sus malos comentarios de ayer. Bella le dijo que ya lo había hecho. Ella sabía que Rose estaba preocupada con que Bella tomara la salida fácil, y que se comprometiera a los derechos de los drones como muchos políticos terrícolas habían prometido y fallado en mantener promesas sobre problemas controversiales. Para Rose era difícil confiar.

—Inclina hacia arriba tu cabeza —, ordenó Rose.

Alice frunció el ceño. —Todavía creo que debería usar joyas. Ella es la realeza, no una madre de jugador de futbol periférico.

—Muy llamativo —, dijo Rose. —Chicas, en serio, confíen en mí. Estuve en Relaciones Públicas. Sé lo que estoy haciendo.

Llevó hacia atrás el cabello de Bella y lo ató detrás de su cabeza, y luego aplicó el maquillaje de Bella con un toque suave y hábil.

A Edward no le gustó. Observó su rostro curiosamente y luego pasó su dedo por su mejilla, examinando la mancha de maquillaje en su dedo. — ¿Por qué tienes pintura en tu rostro?

Rose aplicó sobre el lugar donde él había tocado. —Sin él, lucirá pálida bajo las luces y su rostro va a estar brilloso.

—Sus labios normalmente no son de ese color —, dijo Edward —. Es engañoso pintarla de otro color de lo que ella es —. Inclinó su rostro, alzando una ceja. — ¿Qué hiciste con sus parpados?

—Edward, por favor, solo confía en mí en esto, ¿okey? —Contestó Rose.

Ellos habían puesto condiciones para esta entrevista. Sería realizada en el Palacio, con la asistencia de Edward y Tanya. (Edward seguía sin confiar completamente en Alec, a pesar de su aparente cambio.) No iba a haber preguntas con respecto a religión, o milagros, o la deificación de Bella.

Esta mañana, habían llevado a los bebés a que le instalen sus chips traductores. Incluso aunque el doctor prometió que no era doloroso y no había peligro, Bella estaba ansiosa. Sostuvo a cada bebé en su regazo (Alice no podía ver) mientras el doctor presionaba un objeto parecido a un arma en sus cabezas e inyectaba el chip, curando el tejido instantáneamente. Después de eso, los niños durmieron profundamente, y Edward estaba maravillado con que Bella tuvo que chequear sus cabezas múltiples veces para asegurarse que estaban bien.

En el desayuno, Bella y Edward habían tomado una decisión, y Carlisle concordó: Bella no podía realizar la ceremonia. Hacerlo sería declarar de una manera pública que ella tenía la autoridad de la Diosa, y eso era una declaración que no podían hacer. En vez de eso, el Sumo Sacerdote Carlisle va a realizar la ceremonia y Bella va a estar como testigo. La novia pelirroja, Kate, había llorado de alegría cuando Bella se lo contó, para nada desilusionada por tener la versión Volturi del Papa, realizando su ceremonia de apareamiento y teniendo a la Emperatriz de los Nueve como su testigo.

Inmediatamente después de la entrevista, Alec y su camarógrafo seguirían a Bella hacia el Templo, donde Carlisle realizaría la primera ceremonia de apareamiento de drone, nunca antes hecha. Era una ocasión trascendental en la historia y Bella se sentía orgullosa de ser parte de ello. Sin importar lo que pase con la rebelión, ella sería capaz de consolarse, sabiendo que había hecho lo correcto.

Bella se acobardó cuando se acercaron a la puerta de la habitación donde estaba Alec, ubicando su equipo de cámaras. —Cambié de parecer, no quiero hacer esto.

—Lo vas a hacer —, dijo Rose, y la empujó sin compasión por la puerta.

Alec y su camarógrafo se inclinaron haciendo una reverencia. La voz de Bella tembló mientras les ordenó levantarse y sus rodillas temblaron mientras tomaba asiento en un cojín al lado de la mesa. Las luces eran cegadoras, y sentarse bajo ellas era tan cálido como meterse en la piscina de los baños, aunque ni se acercaba a relajador. Una taza de café había sido puesta en la mesa frente a ella, y Bella inhaló su aroma cálido y rico. Tomó la taza y Edward estaba allí antes que pudiera tomar un trago. Puso su mano encima. —No hasta que haya sido probado —, dijo él.

Uno de los drones del palacio agarró la taza y sirvió un poco del líquido caliente dentro de su palma y sorbió ruidosamente. Cuando no cayó muerto de envenenamiento, Edward le regresó la taza a Bella, quien tomó un sorbo con un suspiro de placer. Estaba realmente incómoda al tener probadores, sabiendo que alguien podría morir por envenenamiento dirigido hacia ella, pero reducía un poco la ansiedad de Edward sobre su seguridad.

Alec tomó asiento en el cojín del otro lado de la mesa. —Emperatriz, muchas gracias por haber aceptado hablar conmigo —dijo, como si la introducción no había sido hecha por Edward. —Antes que empecemos, debo rogar por su perdón por los terribles nombres que le dije.

—Está olvidado —, dijo Bella —. Solo estoy contenta que no hayas sido gravemente herido por esa roca.

—Esa roca fue una bendición, y estoy agradecido con la persona que la tiró. Sin ella, nunca hubiese tenido el honor de conocerla.

Bella se sonrojó. —Es muy amable de usted decirlo.

Alec inclinó su cabeza. —Imaginaría que necesita palabras amables ahora. Ha estado enfrentando mucha crítica.

—Es entendible. Edward y yo estamos haciendo muchos cambios a la sociedad Volturi y estoy segura que la gente está asustada por eso. El cambio nunca es fácil, especialmente en gran escala.

—Tu mundo tuvo una guerra cuando tus drones fueron liberados, ¿o no?

—Nosotros nunca tuvimos drones —, dijo Bella —. Teníamos esclavos, pero ellos no eran como los drones Volturi. La única diferencia era el color de su piel.

— ¿Qué problema tenían con su piel?

—No había problema. Su piel era marrón, más oscura que de la persona que los esclavizaba. Los dueños de los esclavos eran de mi color.

— ¿Eran esclavizados solo porque eran gente marrón?

—Más o menos.

Alec claramente pensaba que eso era loco, pero fue lo suficientemente educado en no comentarlo. —Tu planeta tuvo que pelear una guerra civil para liberarlos, ¿es así?

—No el planeta, solo mi nación —. Bella consideró explicarle que la Guerra Civil no fue solo por la esclavitud, pero explicar todos los factores llevaría horas.

— ¿Qué paso con los dr- a los esclavos- después de la guerra?

—Fue malo para ellos —, dijo Bella —. La gente era muy cruel. Mi país no hizo cumplir las leyes para protegerlos como la Federación hará —. Bella meditó que Lincoln lo tuvo fácil. Lincoln no estaba intentando ganar igualdad para los esclavos, solo terminar con el sistema de esclavitud.

— ¿Está preocupada por su perdida de popularidad?

—Estoy preocupada porque mi gente sea infeliz, pero otra vez, entiendo porqué. Estos son grandes cambios. Sin embargo, creo que con el tiempo la gente verá que era para bien.

— ¿Cree que la esclavitud es inmoral?

Hielo fino, se advirtió ella misma. —Fui criada para creer que nadie debería ser dueño de otra persona, que todos deben tener los mismos derechos y determinar su propio destino —, dijo Bella cuidadosamente.

— ¿Está al tanto de otra beba encubada esta mañana?

Bella se quedó paralizada, sorprendida por este abrupto cambio de tema y así también por las noticias. —No, no lo sabía.

—La mujer aclama que usted puso las manos sobre ella, y la bendijo una semana antes que diera a luz.

Debería haber sabido que un reportero intentaría meter preguntas que había querido hacer. Hasta ese punto, ella había casi olvidado que estaba siendo entrevistada. —El sexo de su bebé ya había sido determinado antes que me conociera.

Alec no pareció satisfecho con su respuesta, pero la aceptó y siguió. — ¿El ejército que esta armando es para la protección de la Federación, o la invasión de La Push?

—La Push es parte de la Federación, a pesar de que sostenga lo contrario.

—James ha dicho algunas cosas muy duras sobre usted, Emperatriz.

—Podría preocuparme si me interesara su opinión —. Replicó Bella — ¿Por qué debería preocuparme sobre la opinión de un hombre que asesina inocentes para su propio progreso?

—Él aclama que esos videos fueron montados por la Federación —, dijo Alec, no como argumento, sino ofreciéndole información.

Bella resopló. — Sí, y de acuerdo con sus alegaciones, ningún drone de La Push, ha abandonado a su dueño y el centro de refugiados debe estar vacío. Creo que muchos Volturi en esta ciudad podrían testificar diferentemente.

—El presidente Kebian jura que va a estar en la puerta del Templo para prevenir la ceremonia de apareamiento drone de hoy.

¿Cómo rayos las noticias del apareamiento drone habían sido corridas tan rápido? —Qué bueno que hay dos puertas, entonces.

La cola de Alec se movió contenta. —Gracias, Emperatriz, por hablar conmigo hoy.

Bella inclinó su cabeza educadamente. —Y gracias por tenerme en tu programa.

Eso había sido mucho más fácil de lo que esperaba. Bella se levantó de su asiento y fue hacia donde estaban Edward y Tanya. Se fundió en los brazos de él, apoyando su cabeza contra él. Juntos, caminaron la pequeña distancia hacia el Templo, Edward y Bella tomados de la mano. Fueron por la puerta lateral. Bella esperaba que el presidente Kebian no estuviera muy decepcionado por robarle su lugar de atención.

Carlisle esperó por ellos en el altar, la novia y el novio ya estaban de rodillas enfrente de él. Kate le dio una sonrisa feliz y emocionada a Bella con un pequeño saludo.

El Templo estaba lleno de drones. Mientras Bella y Edward entraban, se arrodillaron, como un campo de trigo inclinándose bajo el viento fuerte. En un grupo tan largo como este, la etiqueta no requería que todos se arrodillaran; que ellos decidieran hacerlo era un tributo conmovedor. La voz de Bella se quebró cuando les dijo que podían levantarse.

La ceremonia empezó, la voz de Carlisle levantándose y cayendo ante la cadencia familiar de votos. Edward apretó la mano de Bella y articuló "Lo haré", en los momentos adecuados, como si estuviera prometiéndole ante ella otra vez. Lágrimas caían por las pestañas de Bella.

Ni bien Carlisle los pronunció como dos almas, unidas como una, la sala estalló en aplausos, bramidos y golpes con el pie. Ninguno trató de impedir a la pareja la tradicional salida del centro del altar hacia las puertas, casi pasando por arriba al sorprendido presidente Kebian. Algunos amigos de Kate se alinearon alrededor del Templo y tiraron arroz a los recién apareados. Kate rió y movió su cabeza, su cabello radiante brillando como moneda nueva a la luz del sol.

Al final de las escaleras, protestantes empezaban a movilizarse, yendo lento como quien navega sin viento cuando vieron que era muy tarde. Bella dijo un silencioso gracias a quien sea que los haya informado mal sobre el momento. Drones se alinearon por la escalera, bloqueándolos de la vista mientras Kate y su pareja salían rápido. Mientras miraba la salida de la pareja, Bella sintió su espíritu levantarse. Tendrá que recordar esto en sus días oscuros, que todavía había una gran cantidad de apoyo allí afuera, incluso si las voces enojadas eran las más altas.

Capítulo 15: Forevermore Free Capítulo 17: Ganando corazones y mentes

 
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