Escrito en las Estrellas (+18)

Autor: Fanfiction Addiction
Género: Ciencia Ficción
Fecha Creación: 29/03/2013
Fecha Actualización: 30/08/2014
Finalizado: SI
Votos: 15
Comentarios: 18
Visitas: 110117
Capítulos: 33

Traducción: Edward es el rey de una raza en extinción, su planeta es desgarrado por la guerra civil. Bella es secuestrada y llevada a convertirse en su esposa.De estudiante de la universidad a reina... ¿Podrá aprender amar a este hombre extraño y ayudar a salvar a su pueblo?

 

Escrito en las Estrellas es un fanfic original de Lissa Bryan y traducido por Fanfiction Addiction con el debido permiso de su autora.

 

www.facebook.com/groups/FFAddiction

 

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 12: Ajustes

 

Historia escrita por:Lissa Bryan

Traducido por:Miranda Pattinson (FFAD)

Beta:Verito Pereyra (FFAD)

www facebook com / groups / betasffaddiction

±


¡Bella! —Edward dio un golpe seco, arrojando al suelo una pila de papeles que tenía delante. — ¿Qué carajo has hecho?

Bella se encogió en su sitio. Los papeles tirados y ella comenzó a tratar de recogerlos, —No lo sé. Lo siento, Edward.

— ¡No puedo creer esto! —gritó él. — ¡Tú has arruinado todo! ¡Has destruido la Federación, zorra estúpida!

— ¡Lo siento! ¡Lo siento! No era mi intención hacerlo —, balbuceó Bella.

—Lo siento, no era mi intención hacerlo —, él se burló con una voz aguda. —Tú, estúpida hija de puta, nunca te harás una Emperatriz. ¡Nunca!

—Por favor, Edward —ella exclamó. —Lo siento. Voy a esforzarme más.

—Demasiado tarde —, le espetó él, y salió cerrando de golpe la puerta detrás de él.

Bella se levantó, rígida en el nido con un grito ahogado, su corazón latía con fuerza. Eso despertó a Edward y él se puso de pie en un instante, se agachó en una posición de combate, sus ojos lanzando una rápida mirada mientras buscaba la fuente de la angustia de su compañera.

—Lo siento —, dijo Bella, encontrando su voz. —Tuve un mal sueño —. Sólo un sueño, gracias a Dios.

Edward se relajó y volvió a entrar en el nido. Puso sus brazos alrededor de Bella, olfateando en su cuello. —Hueles a miedo —, dijo en voz baja. — Dímelo a mí para que no te persiga.

Bella sacudió su cabeza. —Tal vez en la mañana.

Ella no estaba lista para revelar uno de los más profundos miedos que se encontraba en un rincón secreto de su corazón. Ese era el tipo de cosas que Mike solía decirle a ella, el tipo de cosas que ella solía pensar que se merecía. Ella se sentía casi culpable por imaginar eso saliendo de la boca de Edward. Él no lo entendería y podría sentirse herido de que ella pensara que él fuese capaz de tratarla de esa manera. Tener un hombre sensible era un trabajo duro, reflexionó ella.

Ella miró a los niños, acostados a su lado, durmiendo pesadamente. Nessie tenía el final de su cola metida en la boca y estaba royéndola felizmente. El pequeño Carlisle estaba tumbado, con los brazos y las piernas esparcidas como un águila, retorciéndose mientras soñaba. Mientras Bella miraba, la punta de su cola golpeó ligeramente en la almohada a su lado y sonrió. Ella levantó la vista y vio a Rose y Emmett aún dormidos, el enorme cuerpo de Emmett envuelto alrededor de Rose, su pierna echada sobre su muslo.

—No debemos dejarla que muerda su cola —, dijo Edward tirando suavemente la cola de Nessie de su boca. —De acuerdo a Esme, yo hacía lo mismo cuando era un bebé y realmente me mordí la punta, cortándome, una noche. Esme dice que eso le provocó un asalto cardiaco.

—Ataque Cardiaco —, corrigió Bella. —Pobre Esme.

— ¿Pobre Esme? ¿Y qué hay respecto a "pobre de Edward"? —bromeó.

—Te volvió a crecer —, dijo Bella, fingiendo indiferencia.

Edward le hizo cosquillas, usando la cola en cuestión. Él había descubierto que rozar ciertas áreas de su cuerpo, le causaba emitir compulsivamente ese pequeño sonido de "risilla" burbujeante que tanto le gustaba.

—Para, para —, suplicaba Bella, lágrimas de alegría en sus ojos. Se quedaron inmóviles durante un largo rato, su cuerpo suspendido sobre ella. Ella vio el cambio en su expresión, sus ojos se tornaron oscuros y ensombrecidos. Él bajó la cara a su cuello, besando, mordisqueando, sus dedos deslizándose debajo de su túnica para dormir.

—Edward, no podemos —susurró Bella. —Emmett y Rose están justo ahí.

—Ellos lo hacen también —, le aseguró Edward. —Emmett me dijo que a él realmente le gustaba, y Rosalie…

Ella puso una mano sobre sus labios. —Yo realmente no quiero esa imagen en mi cabeza, ¿de acuerdo? Además, ¡los bebés están exactamente junto a nosotros!

—Están durmiendo —. Edward mordió el lóbulo de su oreja y ella se estremeció.

Bella cerró los ojos. —En mi cultura, la gente no se supone que deba hacer esto con sus hijos en la habitación.

— ¿En serio? —Él reanudó su beso, agregando un pequeña lamida aquí y allá. Su lengua áspera le puso la piel de gallina. — ¿Cómo ellos hacían más hijos, entonces?

—Los niños tienen su propia habitación —, Bella se las arregló para decir jadeando.

—Eso suena muy solitario —, comentó Edward. Él empezó a empujar hacia arriba la túnica y Bella le puso una mano sobre la suya.

—No, Edward.

Él suspiró y se dejó caer sobre las almohadas. —Veo que tendré que trabajar en la construcción de otra habitación.

Era la primera vez que ella le había rechazado. —Lo siento —. Ella se sintió muy mal. Un dardo de miedo le atravesó el corazón. Mike siempre se había enojado tanto cuando ella decía que no.

Edward se acurrucó contra ella. —Gracias a la Diosa que tu pueblo no se opuso a abrazar. Voy a construirles a los bebés su propio nido mañana.

Cuando ella se despertó en la mañana, él venía a través de la puerta con ambos bebés en sus brazos. Los colocó en el nido con Bella. Los dos estaban temblando y se retorcían cerca de su madriguera entre las almohadas cerca de su calor.

—Edward, ellos están congelados —, dijo Bella alarmada. Todo lo que ella podía ver del pequeño Carlisle era la punta de su cola y estaba vibrando.

—Lo sé. Estaban limpiando el suelo del área de los bebés y tuvimos que ir a otra parte.

—Tenemos que conseguirle algunos abrigos pequeños, entonces. No puede ser saludable para ellos estar tan fríos.

—Los Volturi son fuertes —, dijo Edward. —Ellos…

Rose se sentó con un gruñido. —Ustedes sí que son habladores en la mañana —. Ella se sacudió el pelo de la cara y miró hacia ellos.

Emmett se sentó y se desperezó. — ¿Qué hay para desayunar? Me muero de hambre.

—Tú siempre estás muriendo de hambre —, murmuró Rose.

Emmett acarició su cuello. —Se necesita mucha energía para mantenerse al día contigo —, dijo. Rose se quejó pero ella escondió una pequeña sonrisa.

—Voy a hacer los alimentos —, anunció Edward. Abrió la puerta y Bella vio decenas de caras en el pasillo, mirando con impaciencia hacia la habitación. Bella chilló y se lanzó a buscar refugio.

— ¿Tú tomaste a los bebés a través de esa multitud? — demandó Rose.

Edward parpadeó y abrió la puerta parcialmente cerrada. — ¿Qué otra opción tenía? Tanya los mantuvo fuera de mi camino.

—Tal vez podríamos hacer un pequeño arenero* para los niños —, sugirió Rose.

Edward frunció su nariz cuando ella describió el término desconocido. —Eso es asqueroso.

—Tal vez. Pero es seguro.

—Voy a pensar en ello —, dijo Edward, su voz reticente y luego partió hacia las cocinas.

—No puedes quedarte aquí —, dijo Rose a Bella. —Esa gente te ha inmovilizado. No hay otra salida aquí y no hay manera de asegurar el pasillo sólo con Tanya. Además, eso suena como si el área de los inodoros para bebés estuviera afuera, al aire libre, y nadie los vigilara a excepción de Edward. Él es un tipo duro por lo que he escuchado, pero es sólo un tipo duro.

Hubo un golpe en la puerta y Alice la abrió. Ella aferraba a su bebé en sus brazos y se veía asustada hasta la muerte.

—Eso fue como correr el gauntlet1 —, dijo ella una vez que tuvo la puerta seguramente cerrada tras ella. —Todo el mundo está tratando de tocar a mi bebé, como si ser una niña fuera contagioso. Si Tanya no hubiera utilizado su musculatura través de mi camino para acompañarme hasta la puerta, no sé qué hubiera pasado.

— ¿Dónde está Jasper?

—En el templo —, dijo Alice. —Orando. Orando a ti, Bella. Él quería venir. Discutimos sobre esto, en realidad —. Ella se mordió el labio, las lágrimas temblando en sus pestañas. —Lo siento Bella, no eres tú. Pero es realmente difícil ver a mi marido literalmente adorando a otra mujer.

Bella gimió. —Tenemos que poner fin a esto de alguna manera y pronto. Yo no soy diosa.

—Bueno, parece como si tuvieras el trabajo, te guste o no —dijo Rosalie. — Yo digo, toma ventaja de ello. Piensa en toda la mierda que tú podrías hacer ahora que tienes a la gente pensando que eres una divinidad.

—Rose, yo no puedo manipular a la gente así —, protestó Bella.

Rose puso los ojos en blanco. —Niña, tú no estás hecha para ser un político.

—No quiero ser un político. Quiero ser una Emperatriz. Esa es la diferencia —. Ella cambió de tema. —Alice, ¿puedo sostener a tu hija?

Alice transfirió cuidadosamente a su bebé a los brazos de Bella, como si ella estuviera hecha de cristal y dulce de algodón.

—Su nombre es Victoria, después de otra valiente y poderosa reina, desde que supe que probablemente tú no me dejarías nombrarla como a ti.

—Ella es hermosa —, dijo Bella. El pelo negro de Victoria sobresalía en todas direcciones como el de su madre y llevaba una túnica que hacía juego con la de Alice.

—Jasper casi no me deja cargarla —, dijo Alice y hubo una nota amarga en su voz. —Él le da de comer, la baña, la lleva consigo a todas partes.

—Los nuevos padres son a veces así —, ofreció Rose, su voz sorprendentemente suave. —No te preocupes, son cosas de poco tiempo. Tú aún eres la cosa más importante para él.

—Gracias —, dijo Alice en voz baja.

—Vamos a presentársela a Nessie y Carlisle —. Bella puso a Victoria en el nido con sus propios bebés. Ambos parecían muy interesados en este recién llegado y empezaron a gatear hacia ella. El pequeño Carlisle alcanzó a Victoria primero. De repente, todo su cuerpo se congeló y él la olfateó a ella. La agarró fuertemente y le gruñó a su hermana que se acercaba. Nessie estaba tan sorprendida ante el espectáculo de ferocidad de su hermano que cayó sobre su trasero pestañeando rápidamente, su labio inferior se encrespaba en un puchero. El pequeño Carlisle acarició a Victoria de la misma forma que su padre le gustaba hacerle a su madre. Victoria arrulló y le dio una palmada.

— ¿Qué carajo? —soltó Rose.

— No puede ser —. Bella sacudió la cabeza. —De ninguna manera.

Carlisle acarició la cabeza de Victoria, aparentemente fascinado con la forma en que su pelo surgía de nuevo después de ser cepillado hacia abajo. Nessie estaba celosa de perder la atención de su hermano y tiró de su cola. Él le gruñó a ella y volvió su atención de vuelta a Victoria, quien estaba jugando con los dedos de sus pies.

—No es posible, ¿verdad? Quiero decir, ellos inician la búsqueda de pareja cuando los machos son maduros —. Alice sacudió la cabeza. —Nunca he oído hablar de la unión de niños.

—Carlisle está llegando —, dijo Bella. —Él debe ser capaz de decirnos.

Emmett abrió la puerta y apoyó su comunicador en la parte superior del marco de la puerta. Cuando él volvió a entrar, le dio vuelta a la pantalla y la configuró para que mostrara una transmisión en vivo del pasillo, usando la cámara del comunicador. Bella estaba silenciosamente horrorizada ante la imagen que mostró. Había tanta gente, dando vueltas como zombis, esperando a que la puerta se abriera. Ella pudo ver el bastón de Tanya en la esquina de la pantalla, listo para ser usado.

— ¿Por qué Edward no ha regresado todavía? —Bella inquietaba.

—Lo sé. Me muero de hambre —, dijo Emmett.

—Eso no debería haber tomado tanto tiempo —. Bella se puso a dar vueltas.

—Cálmate, Bella. No te alteres cuando no sabes si algo está mal —. Rose dijo, práctica como siempre.

—Oye, nuestro canal tiene más de quinientos espectadores y cerca de mil "me gusta" —, anunció Emmett.

Rosalie golpeó la parte posterior de la cabeza. — ¿Por qué lo hiciste un canal abierto, imbécil?

Emmett parpadeó ante ella, su cola cayó al suelo. —No pensé que...

—Sí, nunca lo haces —, respondió Rosalie pero ella puso sus brazos alrededor de él y apoyó la mejilla en su cabeza. —Hazlo "privado", Emmett.

— ¡Alguien viene! —Alice señaló a la parte superior de la pantalla. Era Carlisle, y Tanya empezó a despejar el camino. Había tanta gente que sólo un pequeño sendero estrecho quedaba en el centro. Emmett se levantó y abrió la puerta, cerrándola detrás de Carlisle y dejando caer la barra en su lugar para asegurarla.

Carlisle entró, sosteniendo un plato de comida. Emmett con entusiasmo se lo quitó.

—Emmett, ¿podrías alimentar a los bebés antes de que la comida se enfríe? —Preguntó Alice.

—Claro —, respondió Emmett, sirviéndose un bocado antes de sentarse en el nido con los ansiosos niños, todos ellos saltando sobre las almohadas con la boca abierta.

Carlisle se sentó en un cojín en el suelo con un largo suspiro. —Hay algunos problemas —, dijo.

— ¿En serio, no me digas? —dijo Rose, su tono chorreando sarcasmo.

Carlisle fingió como si él no la hubiera escuchado. —Edward está en su oficina. Él me envió aquí para traer la comida y decirte lo que está pasado. Los rebeldes han capturado la ciudad capital de La Push, y lo más importante, su puerto espacial. Ahora están efectivamente en control del planeta.

Él tomó el control remoto y cambió la pantalla de canal. Era una escena a las afueras, edificios en llamas enviando columnas de humo negro al aire. Los escombros cubrían las calles. Un contingente de soldados, cada uno con un trapo blanco atado alrededor de su brazo, marchando por la calle hacia la cámara. La gente huyó del frente de ellos, gritando. Los soldados estaban armados con hondas, el arma preferida a distancia de los Volturi, y ellos derribaban a la gente mientras corrían, los cuerpos tirados en la calle donde caían. Mujeres, niños... ninguno se salvaba.

Alice se volvió a Bella con lágrimas de horror bajando por sus mejillas. Bella le devolvió la mirada, incapaz de hablar.

—Si ellos tienen un puerto espacial, ellos pueden estar aquí en cuestión de horas —, dijo Rose. —Ese es el golpe final, Bella. Tienes que irte a un lugar más seguro.

—Cuando Edward regrese...

—Tienes que ir a él, Bella —, instó Alice. —Él va a necesitar tu ayuda.

—Tienes razón —. Bella comenzó a levantarse sobre sus pies y fue detenida por Carlisle. —Espera solo unos minutos más, Bella. Hay algunas cosas que necesitas ver —. Él cambió el canal, una imagen de James siendo entrevistado en frente del palacio presidencial, el cual ahora ondeaba una bandera blanca, el símbolo de los rebeldes.

—La diosa nos ha dado la victoria —, dijo James. —Esta fecha quedará marcada como un punto crucial en la historia. Todos ustedes lo recordarán, podrán contarle a sus nietos que estuvieron aquí cuando la independencia de La Push fue ganada por fin.

Alguien le hizo una pregunta, que el dispositivo de grabación no recogió. James miró irritado. —No quiero hablar sobre la llamada, Emperatriz. Ella no es una diosa. Ella no es más que una zorra humana. Incluso su propio compañero negó públicamente la paternidad de su hijo.

Bella cerró sus ojos. Oh, Edward...

—Quién sabe lo que hicieron, pero el niño no es natural. Eso sólo les muestra las profundidades de la depravación de ésta gente, nuestros llamados gobernantes. Por suerte, conozco a la gente Volturi, son demasiado inteligentes como para caer en sus mentiras.

Alguien le hizo otra pregunta y Bella pensó que había escuchado el nombre de Alice. James ladeó su cabeza.

—Si ahí, hubiera otra niña, eso solo demostraría que la Emperatriz no es nada especial, que ella no ha creado un milagro.

—Él asegura que tiene sus bases cubiertas —, dijo Rose con gravedad. — "No hay ninguna niña, pero si la hubiera, eso no es nada especial".

Bella se había encontrado con gente como James en la Tierra, personas que nunca permiten que los hechos interfieran en el camino de sus opiniones, personas que creían locas teorías de conspiración y similares, y ella nunca había entendido esa forma de pensar. Mirándolo ahora, reconociendo para lo que era, ella todavía no podía entenderlo.

Ella miró hacia abajo en el nido a los bebés, ahora durmiendo en una pila enmarañada, sus vientres llenos. Bebés que no existían, según algunos. No había nada que ella pudiera hacer porque ellos no querían creer, y ninguna cantidad de evidencia influiría en ellos.

—Hay algo más —, dijo Carlisle, cambiando nuevamente de canal. En esta ocasión, ellos estaban buscando en el interior de un templo. La gente sentada en el suelo, sus cabezas gacha. Un sacerdote en túnica azul clara de pie detrás del grupo. –Los fieles Volturi nunca miraban de frente al predicador porque sentían que los ojos del sacerdote que hablaba podría distraerlos de las palabras-.

—Este es un momento peligroso —, dijo el sacerdote. —Un tiempo peligroso. Herejía ha crecido en medio de nosotros. Nuestra gente blasfema por adorar a una mujer humana, una especie que la diosa ha maldecido y rechazado por sus malos caminos. Ya no se puede confiar en el Sumo Sacerdote Carlisle, porque él está tratando de llevarnos a la idolatría. Debemos mantener nuestra fe pura, sacando de raíz estas nociones malignas de en medio de nosotros. No podemos quedarnos de brazos cruzados mientras nuestros hermanos y hermanas son seducidos a adorar una abominación.

Carlisle detuvo el vídeo. —Ellos se están llamando a sí mismos, los Puristas —dijo él. —Y el movimiento está creciendo para esta hora.

— ¿Qué puedo hacer? —Preguntó Bella, tratando de luchar contra una creciente ola de desesperación.

—No lo sé —, dijo Carlisle. La peor respuesta posible. Bella miró a él en busca de respuestas y al parecer, en esta situación, él no tenía ninguna que ofrecer.

Bella suspiró. —Carlisle, antes de irme, tengo que preguntarte algo. ¿Es posible para los infantes crear el vínculo con sus parejas?

Carlisle la miró fijamente. —Bella, ¿estás diciendo que…

—El pequeño Carlisle parece estar vinculado a Victoria. ¿Es eso posible?

Carlisle habló lentamente. —No estoy seguro, Bella. En algunas de las viejas historias... Pero yo creía que solo eran leyendas.

—Mira —. Alice se agachó en el nido y sacó a Victoria de la maraña de bebés. El pequeño Carlisle se despertó inmediatamente y emitió un pequeño rugido chillón. Él agarró a Victoria y la mantuvo en su lugar para salvar su vida, aferrándose a ella como un mono araña. Victoria, por su parte, chilló como un alma en pena, tratando a su manera de escapar y salir de las manos de Alice. Su angustia fue demasiado para Alice como para manejarlo, por lo que puso a Victoria de vuelta sobre las almohadas. El pequeño Carlisle la examinó como si verificara por lesiones y siseó hacia Alice antes de envolverse alrededor de su pequeña compañera.

El viejo Carlisle se quedó por un momento, su boca ligeramente abierta. Sacó su lector de ADN de su bolsillo.

—No le he hecho la prueba al pequeño Carlisle aún. Se me olvidó durante toda la conmoción sobre Nessie. Voy a entrarlo en la computadora, y estoy relativamente seguro de que los resultados serán que ellos son una pareja compatible —. Él tiró de la mano del pequeño Carlisle lejos de Victoria y le pinchó el dedo. Victoria siseó y el pequeño Carlisle mordió sobre el dispositivo lector. El viejo Carlisle trató de retirarlo suavemente pero él no lo soltó. Él levantó el lector, con el bebé colgando, hasta que el pequeño Carlisle lo soltó y cayó sobre las almohadas.

El dispositivo sonó. —Son una pareja.

Bella suspiró. —Alice, tú y yo tenemos algunos planes para hacer, pero necesito ir a ver a Edward.

—Emmett y yo iremos contigo —, dijo Rose. Emmett puso en el suelo la bandeja de comida que nadie más había querido, la cual él había ido puliendo constantemente durante la discusión y siguió a su compañera, y su Emperatriz a la puerta. Él tomó el control remoto de Carlisle y lo cambió de nuevo al canal del pasillo, estudiando la imagen pensativamente mientras masticaba su último bocado.

—Lo que me recuerda —, dijo Carlisle. —Rosalie no ha sido introducida en el sistema, tampoco.

Rose negó con la cabeza. —Lauren me dijo que ellos hicieron todo tipo de monerías con mi ADN, mientras yo estaba en esa nave.

—Cambios generales, muy similares a conseguir una vacuna. Tú nunca has sido entrada en la computadora. Usualmente, esto se hace de la manera opuesta: el ADN se introduce y luego la pareja es localizada. Tú fuiste traída aquí sin ser parte de una búsqueda de pareja —. Él le hizo un gesto para que se acercara y tendió el lector. —Sólo una formalidad.

Rose suspiró y le tendió la mano. Carlisle le pinchó el dedo. En solo un momento, la máquina sonó, pero fue un sonido diferente a lo que Bella había oído. — ¿Qué? ¿Qué es eso?

Carlisle miró fijamente a la pantalla. —Rosalie es... Ella es un pariente tuyo, Bella. No cercano, un descendiente, varias generaciones lejanas, pero no hay duda de que ella es tu familia.

— ¿Un descendiente? Nunca tuve hijos en la tierra.

— ¿Tuviste algún hermano o hermana?

Bella sacudió la cabeza.

Carlisle lo consideró. —Voy a verificar los archivos para ver si hay algún registro de tu línea genealógica pero incluso si nunca encontráramos la conexión, no hay duda de que ella es tu familia.

Bella se frotó la frente. —Bueno, eso explica muchas cosas.

— ¿Cómo qué? —exigió Rosalie.

—Yo estaba emparejada con Emmett o Edward —, dijo Bella. —Si tú compartes mi ADN, eso explicaría por qué Emmett te reconoció inmediatamente como una pareja para él.

Los ojos de Rosalie se estrecharon. — ¿Me estás diciendo que él sólo me quería a mí porque yo estaba relacionada contigo?

—No —, Bella negó con la cabeza rápidamente. —Él se sintió atraído por ti debido a la genética, pero te ama por quién eres.

Emmett ofreció: —Yo quise follarte tan pronto como te vi, pero yo no te amé hasta después de que comencé a cortejarte.

Bella tenía dolor de cabeza. —Bien, compromiso de larga conversación, luego. Esto es demasiado complejo para adentrarnos ahora en ello. Hablaremos más tarde, Rose, pero ahora necesito llegar a Edward.

—Hazte a un lado —, ordenó Rose. Ella levantó la barra y abrió un poco la puerta. —Tanya, despeja el camino —, gritó. En un momento, ella abrió para ver si era seguro todavía.

— ¡Rose! ¡Cierra la puerta! —gritó Alice. Rose, gracias a Dios, obedeció al instante y hubo un fuerte golpe como si algo golpeara la puerta. Rose abrió de golpe y se quedó mirando la gran piedra a sus pies.

—Buen aviso, enana —, dijo ella. Ella estudió la multitud en frente de ella, su mandíbula rígida en mal humor.

— ¿Quién tiró esa jodida roca hacia mí? —demandó ella. Cuando nadie contestó, sus ojos se entrecerraron. —Muy bien, voy a salir y voy a patear el culo de todo aquel que esté en mi camino hasta que el proceso de eliminación me dé al correcto. Y…

—No, Rose —, dijo Bella.

Rose la miró. Ella señaló con un dedo a la multitud. —Ustedes, hijos de puta, tuvieron suerte —dijo ella, y cerró la puerta de nuevo. Emmett rápidamente se dirigió al armario y Bella oyó golpes y arrastre. Él salió con un artículo largo de madera, en forma de una paleta delgada, que tenía un extremo curvo. Bella lo miró con curiosidad.

— ¿Qué es eso?

—Es un bate tatchy —, dijo. —Edward solía usarlo para jugar cuando estábamos en la escuela —. Él giró el bate. —Perfecto para romper cabezas. Debo saberlo. La mía fue rota un par de veces.

—Difícil de creer —, dijo Rosalie y Emmett sacudió la cola en diversión.

—Vamos.

Ellos salieron al pasillo, Rose y Emmett acompañando a Bella. Tanya se puso delante, agarró con fuerza su bastón. El corazón de Bella estaba martillando. Rostros ávidos la rodeaban y un bosque de manos extendidas hacia ella, golpeadas fuera impacientemente por Rosalie. Alguien agarró el dobladillo de la túnica de Bella y ella se detuvo con una sacudida.

—Ora por mí, Bendecida —, suplicó la mujer, frotando su grande y embarazado vientre.

—Lo haré —, dijo Bella, tragando saliva. —Voy a orar por todos ustedes. Solo, por favor... dejen pasar.

La multitud retrocedió un poco. Las manos la rosaban como hierba alta en un prado, pero ellos no fueron impedidos por más tiempo. Alguien presionó un trozo de papel en su mano, una oración por un familiar enfermo. Un pequeño niño le ofreció una flor. Bella la tomó y puso la mano sobre su cabeza por un momento. Para el momento en que llegó a la oficina de Edward, sus brazos estaban llenos de ofrendas. Ella los dejó sobre su escritorio con un gruñido. Edward no dijo nada, simplemente se limitó a señalar a su propia pila.

La oficina estaba agitada. Los miembros del Consejo, mensajeros, secretarias, entraba y salían, todo el mundo corriendo. Edward estaba organizando la evacuación de los leales aún, en La Push. Ellos ya no podían aterrizar o despegar desde el puerto espacial por lo que Edward tuvo que enviar buques pequeños, que pudieran aterrizar en claros. Eso era alucinante, tratando de mantenerse al día con las ubicaciones de los grupos, qué naves estaban disponibles y cuál estaba tomando qué ruta.

— ¿Emperador? —un hombre se escuchaba por un comunicador de llamada. —Nuestras naves están siendo incendiadas.

Edward maldijo, una palabra no traducida por el chip. —No devuelvan el fuego. Sácalos de allí.

El rostro del hombre cayó. —Hemos... hemos perdido una nave.

— ¿Cuántos? —Edward preguntó, su voz tosca.

—Alrededor de 200 pasajeros civiles y una tripulación de quince.

Edward agachó su cabeza.

— ¡Otro, que comienza a incendiarse! Ellos quieren saber si deben participar.

— ¿Pasajeros?

—Es considerable.

— ¿Hay alguien más en ese sector?

—No.

— ¿Capacidad para saltar?

—No.

Edward maldijo de nuevo. —Diles que hagan lo que tengan que hacer. No corran riesgos, no se detengan si el enemigo huye. Llámenlos fuera. Saque a todos de allí, ahora.

— ¡Pero todavía hay civiles esperando por transporte!

Bella podría decir que Edward estaba agonizado por ello. —Hemos salvado tantos como pudimos. Llévelos a casa.

Se dejó caer pesadamente detrás de su escritorio, con los codos apoyados en la superficie y sus manos enterradas en su pelo. —Hemos salvado tantos como pudimos —, repitió en voz baja. Bella se arrodilló junto a él, frotando su espalda. Él volvió sus atormentados ojos hacia ella. —No podemos perder esas naves —. Él gimió. —Estoy dejando gente morir por naves.

—Sin esas naves incluso más gente podría morir —, dijo Bella.

Él la tomó en sus brazos, hundiendo su rostro en el hueco de su cuello. Ella lo sintió estremecerse.

—Lauren vino aquí antes —, dijo de pronto.

— ¿Lauren? ¿Por qué?

—Ella dijo que tenía información importante para que el personal la dejara pasar. Ella me dijo, en una sala llena de gente, que te había visto entrando a escondidas en la habitación de Jacob en la noche.

El corazón de Bella se aceleró rápidamente viajando a la boca de su estómago. —Edward, Dios… Yo nunca…

—Lo sé —, dijo suavemente. —Yo confío en ti completamente. Y, además, la puerta de Jacob tenía un monitor de alarma. Si se abría en la noche, yo sería informado a través de mi comunicador —. Él le tomó la mano entre las suyas, frotando círculos en la parte de atrás con su pulgar.

— ¿Por qué iba ella a decir tal cosa? —Bella sacudió la cabeza con desconcierto.

—No lo sé, es por eso que la voy a tener vigilada.

Bella asintió con la cabeza. —Buena idea.

—Bella, tenemos que conseguir sacarte a ti y a los bebés fuera de aquí. Esto ya no es seguro en lo absoluto.

—Eso es lo que Rose dijo esta mañana —. Dios, ¿había sido tan sólo esta mañana? Se sentía como años atrás.

—Vamos a ir temporalmente al palacio, hasta que pueda encontrar algo más adecuado.

Bella se levantó. —Voy a comenzar a empacar.

—Bella... gracias —, dijo Edward, besando la mano que él aún sostenía. Ella le acarició el rostro y le dio un beso en la frente.

—Te amo —, dijo ella. —Date prisa en llegar a casa conmigo.

Tanya, Emmett y Rose estaban esperando por ella en el pasillo. Tan pronto como los vio, se dio cuenta que no le había dicho nada acerca de que los bebés serían compañeros, o de los vídeos que Carlisle le había mostrado. Ella se frotó la frente otra vez. Lo agregó a su larga lista mental. Bella cayó detrás de Tanya y estoicamente repitió su viaje a través del bosque de manos.

Para sorpresa de Bella, Tanya les siguió al interior en lugar de tomar su posición habitual fuera de la puerta. —Emperatriz, ¿puedo hablar con usted?

—Claro —. Bella miró a Rose y Emmett y ellos salieron para verificar a los bebés.

Tanya estaba vacilante y Bella se alarmó. No era una mirada que ella estaba acostumbrada a ver en Tanya.

—Tengo que pedirle disculpas. Ayer, cometí un error. Yo cometí ese error, porque me preocupo por usted y eso es muy peligroso para una persona en mi posición. Cuando hubo nacido el bebé de Alice, yo te dejé a solas con ella mientras yo me quedé con los niños.

—Eso no fue un error —, argumentó Bella. —Eso estuvo bien. Yo estaba con Alice y Rose se unió a nosotros en la madriguera.

—Por primera vez desde que la había conocido, Bella vio a Tanya casi reír.

—Lady Alice no podría protegerla ni de un zorbe —, dijo. —Por favor, Emperatriz, escúchame. Le he permitido hacer cosas como su amiga, que nunca le dejaría hacer como su guardián. Usted tiene un buen corazón, por lo que desea construir una relación con todo el que le rodea —. Ella hizo una pausa, y tristeza se dibujó en su rostro. —Me encantaría ser su amiga, Emperatriz, pero eso significaría que necesitaría un nuevo protector. Si quiere que me quede con usted, por favor ayúdeme a mantener mi distancia.

Bella asintió con la cabeza. Tanya le dio una breve sonrisa, sus dientes de tiburón aparecieron por un momento. Y entonces la línea de amistad se desvaneció en una expresión impasible. Bella fue al interior.

Alice había tomado el zorbe de Bella fuera de su jaula y los bebés estaban fascinados por eso, acariciando la piel suave y dejando que se subiera encima de ellos.

— ¿Estuvo todo bien mientras yo no estaba?

—Bien —, dijo Alice. —Nessie parece menos celosa ahora, y… ¡NESSIE, NO!

Alice agarró las patas traseras del zorbe retorciéndose y lo sacó de la boca de Nessie.

—No es para comer —, dijo Alice severamente.

La risa burbujeaba en el interior de Bella y ella la dejó salir, peleando con la misma, lágrimas corrían por sus mejillas. Había una nota de histeria en ella, pero Bella tenía que liberar la tensión de alguna manera. En un minuto, ella se calmó y fue una Emperatriz de nuevo, pero sólo por un momento ella volvió a ser Bella.

 

Capítulo 11: Milagros Capítulo 13: El Palacio y la choza

 
14439635 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10757 usuarios