Primero y Diez (+18)

Autor: nicoli
Género: + 18
Fecha Creación: 18/03/2013
Fecha Actualización: 26/10/2014
Finalizado: NO
Votos: 33
Comentarios: 191
Visitas: 133929
Capítulos: 35

Bella Swan es una aspirante a reportera de deportes cuando le es asignado entrevistar al más grande de la liga, por no mencionar al mas caliente, el quarterback Edward Cullen ¿Le enseñará Edward Cullen las reglas del juego? O ¿ella le enseñará una o dos cosillas? 


Esto es una traducción y su autora es Nolebucgrl, podéis encontrar el fic original en esta página: http://www.fanfiction.net/s/5874934/3/First-Ten

Estoy autorizada por la autora a traducir esta historia.

 

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También os invito a pasaros por mi otra traducción conjunta, Words With Friends, junto a CARLAROBPATT. Aquí os dejo el link: http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=3920

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Capítulo 10: Contacto ilegal

BPOV

 

-Bella, no puedes ir así vestida.- Alice me miró con ojos entrecerrados y con la cabeza inclinada hacia un lado.

-¿Qué tiene de malo?- Por una vez en mi vida, me puse un vestido por voluntad propia y parecía que lo había hecho mal.- Tu me compraste el vestido.- Era rojo, tan ajustado que realzaba mis pechos y apenas cubría mis muslos. Era como... bueno, yo no, eso estaba seguro.

-Si, lo hice y estas fabulosa con el, pero no lo usaras en la sesión de rodaje, ¡Por el amor de Dios!

-¿Por qué no? Estoy tratando de sobresalir a su lado.- No podía decir su nombre.

Alice dejó escapar un suspiro de exasperación.

-No vas a superar a una supermodelo, Bella, no con esa ropa. Eso es lo que le gusta a Edward. Ahora quítate eso, que sé que te mueres por hacerlo, y ponte algo mas de tu estilo.

¿Cómo coño sabía que era correcto y qué no? Alice llevaba una falda negra y una blusa de color naranja chillón que debería haber hecho que pareciera una especie de calabaza pero en ella sentaba muy bien. Parecía Alice y yo... parecía sacada de una banda de los 80. No como las putas de alta clase, si no las de la clase baja que eran cometidas a hacer grupos en lugar de formar una banda. Dios, era patética.

Alice me eligió unos vaqueros azules mientras luchaba para quitarme el vestido, que no era nada fácil, ya que se ajustaba a mi cuerpo como si fuera una pintura en él. ¿Qué coño había pensado para ponerme eso? Ah, si, es cierto, estaba pensando en la realidad. Alice salió de mi armario y me entregó mi blusa favorita de color azul oscuro y una camiseta blanca.

-Esto si que es tu estilo.

Dejé escapar un suspiro de alivio y me puse la camiseta por encima tirando de ella por encima de la parte superior.

-¿Mejor?

Alice me miró con su ojo crítico y asintió.

-Peínate, píntate la raya del ojo, ponte rimel y estarás lista.-Dios ¿seguro que estaré lista?

-Tal vez debería...

-Vas a ir.

Fruncí el ceñó hacia ella cuando me estaba peinando.

-¿Por qué? ¿Por qué no puedo quedarme en casa y hago como que el chico por el que estoy loca no va a grabar un anuncio hoy con su hermosa ex? Debería de estar en el entrenamiento, así que me imagino que está allí y que me llamará como siempre hace y que todo está bien.

Alice puso los ojos en blanco y me dio unos pendientes de zafiro.

-Bella, ¿hace cuanto que te conozco?

Joder, aquí vamos de nuevo.

-Seis años.

-Y soy tu mejor amiga del mundo entero y te conozco mejor que nadie, ¿no?

-Si, supongo que si.

-Entonces sabes que sé que si haces eso estarás mirando el reloj, volviéndote loca, buscando fotos de ellos juntos en Internet, escaneando su lenguaje corporal y convenciéndote de que se aman y que por voluntad se enamoraran de nuevo con solo verse los ojos. Luego, irás a una tienda de dulces y comprarás todos los Peanut Butter Cup de Reese que halla y te los comerás todos. Te sentarán mal y volverás a casa, donde te acostarás en tu cama, escuchando música pensando en todo lo que odias a los hombres y me llamarás llorando diciendo que vas a morir sola, ¿he acertado?-Golpeé su culo con el cepillo y ella gritó mientras saltaba lejos de mí.

-Los helados es cosa tuya. Lo mio es la música odia hombres. Y no recuerdo haber dicho que iba a morir sola.

-Si, eso fue hace años, ahora eres mas vieja y tienes menos probabilidades de encontrar a otro hombre.- Se echó a reír mientras esquivaba mi intento por golpearla.

-Zorra.

Ella se rió y se tiró sobre mi cama.

-Pero me quieres.- La alegría desapareció de su cara y me tendió la mano, que tomé de mala gana. Me atrajo a su lado y puso la cabeza sobre mi hombro.- Todo va a salir bien, sólo espera y verás. Edward te verá a ti y olvidará que ella existe.

Solté un bufido, pero tenía que reconocer que sus palabras me hicieron sentirme mejor, como siempre lo hacían.

-Enserio, no podría haber pedido una mejor amiga mejor que tu.

-Lo sé,- dijo simplemente y luego arrugó la cara con horror.- ¡Imagínate que hubiéramos estado con las chicas de la habitación de al lado! Seríamos horribles monstruos hippies en este momento, probablemente tendríamos ropa de cáñamo.- Se estremeció.- ¡Gracias, University Housing, por poner a dos chicas tan cool juntas!

Me reí entre dientes.

-Recuerdo que tu llevaste cáñamo un tiempo. ¿Qué pasó con Embry de todos modos?

Alice resopló y levantó la cabeza de mi hombro, mirándome con horror.

-Yo nunca usé cáñamo, Bella. Era bambú.

Trató de estar seria sin tener éxito.

-Claro, eso ya es otra cosa. No sé en qué estaba pensando.

-Eres una persona odiosa. No se por qué soy tu amiga después de todo.- Sus labios temblaron y extendí una mano para hacerla cosquillas, lo que la provocó un ataque de risa en el que no tarde en unirme.

-Para salvarme de mi misma.- Sonrió y me abrazó.- Y porque la ropa de cáñamo es horrible.

Alice soltó un bufido muy poco femenino y me sacó de la cama.

-No me menosprecies, estoy contigo haciendo un gran servicio. Ahora mueve el culo para terminar de prepararte, tenemos a una supermodelo que superar.- Me situó enfrente del espejo de cuerpo entero que tenía en el armario y pasó un brazo alrededor de mi cintura.- Y nosotras dos juntas podemos. ¡Vamos a por la rusa!- Me hizo sentir muy bien y con Alice al lado, me sentía como que podía comerme el mundo. ¿Quién era esa supermodelo rusa?

-Vamos.

 

.

 

Cogimos el Porche de Alice y nos encaminamos hacia la dirección que Edward me había dado, un enorme almacén en pleno centro de la ciudad se había transformado en una especie de plató de Hollywood. El alojamiento y las cosas que conseguía Edward seguían sorprendiéndome. Ayer, me había enviado enchiladas y tacos del restaurante Hot Tamales, el último restaurante que le faltaba por conquistar, me lo mandó en forma de trofeo. Lauren y Jessica habían estado alrededor mientras comía, sin duda deseando saber quién me enviaba todos esos alimento y por qué tenía una sonrisa tonta durante todo el tiempo.

Se detuvo en el estacionamiento y salió antes de que consiguiera desabrocharme el cinturón de seguridad.

-¿Por qué tienes prisa, Alice?- Mi confianza había ido desapareciendo cuanto mas nos acercábamos en el coche al plató y las mariposas en el estómago de los nervios aparecieron y se multiplicaban como conejos.

-Cuanto menos tiempo te lleve llegar al plató, antes lo sabrás.- Alice abrió de golpe mi puerta del coche. Era pequeña, pero tenía demasiada fuerza. Salí de mala gana y nos acercamos a un enorme guardia de seguridad con una carpeta.

-¿Nombres?

-Bella Swan y Alice Brandon,- anunció con arrogancia, como si fuéramos de clase VIP. Rodé los ojos y mostré mi identificación.

-Esas puertas a la derecha. No tiene perdida.- Señaló con un pulgar hacia la entrada y Alice me empujó hasta que llegamos a la puerta y luego se detuvo.

-¿Qué coño estás haciendo?- Nos íbamos a ir, quería irme.

-Vamos a verlo.

-¿Ver qué?- ¿De que cojones estaba hablando?

-Su mejor cara de zorra, Bella. Hay que estar preparadas. Nadie la hace tan bien como una supermodelo. Bueno, a menos que en realidad lo sean. Tengo que ver lo que tenemos que trabajar. Sé que las puedes hacer bien. Solías mirarme así cada vez que interrumpía en tu estudio.

-Lo que pasaba todo el puñetero tiempo.

Sonrió y dio unas palmaditas.

-Si, esa es la mirada.

¿Qué mirada? Yo solo la estaba mirándola molesta porque me estaba haciendo esperar para ir a ver a Edward. Ahora que sabía que estaba cerca quería verlo, aunque su ex esté colgada de su cuello.

-¿Qué tal la mía?- Preguntó, entrecerrando los ojos, inclinando la cabeza y haciendo un gesto como si me estuviera mirando por encima del hombro, aunque yo fuera mas alta que ella. Estaba fantástica.

-Perfecta.- Me dedicó una sonrisa radiante y luego abrió las puertas, que conducían al interior del edificio. Era como si estuviéramos entrando en un mundo totalmente diferente. Atrás quedó el calor y el sol de Arizona. Aquí estábamos en una fresca noche, en un restaurante de lujo: manteles blancos y velas. Tragué saliva y casi me dí la vuelta, pero Alice tenía sujeto mi brazo derecho y me lo apretó como si supiera que estaba a punto de irme. Era un sitio muy romántico y no supe por qué había aceptado a venir. Edward y yo habíamos tenido 3 citas, pero ninguna fue así, fueron totalmente diferentes, aunque no las cambiaría por nada del mundo. Aún así, me imaginaba que él y ella habrían tenido muchas noches en lugares como este.

De mala gana aparté los ojos del restaurante para después desear no haberlo hecho. Había un dormitorio, con algunas mesas de cristal y un bote de perfume, Perfect Ten. Esa era la habitación de Tanya, y, por supuesto, tenía todos los lujos. Desde sábanas de seda blancas y un edredón hasta una copa de vino caro y un libro de mesa, como si ella leyera. Jesús, me sentía como una perra. Esperaba que no se tuvieran que revolcar en esa preciosa cama.

-Mierda,- murmuró Alice y rápidamente miré hacia donde se dirigían sus ojos. Oh, Dios, Mío. Edward. Edward en un esmoquin. Mi boca se hizo agua con solo verle. Jesús, pensaba que estaba perfecto en pantalones vaqueros, pero con el esmoquin estaba devastador.

-Joder, Alice,- dije en voz baja. Por alguna razón sentí como si tuviera que estar tranquila en ese momento, simplemente apreciando lo que tenía delante, como si estuviera en la Capilla Sixtina o en el Museo del Louvre o algo así. Edward Cullen en un esmoquin era una obra de arte.

-Voy a ir con Jasper a la siguiente cena, gala o lo que sea en el que tenga que llevar un esmoquin,- me informó, también hablando en voz baja.

-Será mejor que nos incluyas en la lista de invitados. Jesús.- No me había dado cuenta. Estaba hablando con un hombre con el pelo negro recogido en una coleta, más bien estaba molesto, sacudiendo la cabeza mientras discutía con él. Enfadado y en esmoquin Edward estaba jodidamente sexy. Su frente se arrugó y tenía el ceño fruncido. Me alegraba de que Alice siguiera aferrando mi brazo porque tenía muchas ganas de atacarlo y besar el ceño. Apostaría todo a que me llevaría solo un segundo en hacerlo sonreír de nuevo.

Casi parecía que le estaba haciendo pucheros al hombre por algo que dijo, y dejé escapar un suspiro antes de que pudiera evitarlo. Sus ojos me encontraron y una sonrisa iluminó todo su rostro y sus ojos. Dios, sonriendo estaba mas sexy.

El tipo de la coleta no pudo seguir con la conversación ya que él avanzaba hacia mí con paso decidido.

-¡Bella!- Me tomó en sus brazos y me besó como si hubiéramos estado separados años en vez de un día. No era algo de lo que me fuera a quejar. Antes de que pudiera pensar en algo tenía mis brazos alrededor de él y movía mis labios con la misma pasión que él.

Nos separamos cuando oímos un carraspeo y Edward miró a Alice con el ceño fruncido.

-No podéis hacer esas cosas delante de mí, ya que alguien puso a mi hombre fuera de servicio.- Tenía las manos en las caderas y una mirada malvada en su rostro, me escondí en la chaqueta del esmoquin de Edward mientras luchaba por no reírme por la expresión de su rostro.

Edward no fue tan inteligente y empezó a reír mientras me separaba de el unos centímetros.

-No está completamente fuera de servicio. Todavía pude atender a tus necesidades.- Entonces no pude mas y me reí al ver cómo Alice, irritada, le informaba a Edward que unos dedos y una lengua no eran igual que una polla. Él se asustó y me miró en busca de ayuda, iba a estar metida en la confrontación.

-Y no es justo que le deje colgado después de trabajar en mí. Bueno, colgado no, pero si sufriendo porque lanzaste una intercepción, así que será mejor que esté bien para este fin de semana o voy a lamentar quitarle a mi amiga el privilegio de tener tu pene, pero lo haré porque si yo sufro, ¡tu también!

Hizo hincapié dándole un ligero golpe en su pene mientras que yo luchaba con el impulso de saltar sobre el y parar el golpe. Nada le debía pasar a esa polla durante los próximos días, a menos que, por supuesto, el volviera con Tanya. Entonces Alice podía golpearlo con un ladrillo y yo le ayudaría.

Sus nudillos rozaros contra su polla y sentí miedo a la vez que ira, que paso a confusión al oír un extraño ruido. ¿Qué coño fue eso?

-¿Llevas protección?- Alice preguntó, con incredulidad en la voz.

Edward le lanzó una sonrisa infantil.

-Mas vale prevenir que curar. Supuse que estarías enojada conmigo y Tanya me odia, por lo que era mejor venir preparado. Estuve en los Boy Scouts durante un año.

No pude manejarlo y las estallé a carcajadas, y, finalmente, Alice y Edward se unieron, el de la coleta nos miraba desde el otro lado de la habitación, probablemente pensando en llamar a seguridad para echarnos al haber cambiado de humor a su sexy protagonista. ¿A quién le importaba? Eso era mucho mas divertido de lo que pensé que sería, pero por supuesto aun faltaba que apareciera.

Una vez que la risa se calmó, Edward deslizó su brazo alrededor de mi cintura y me apoyó en él.

-¿Cuando empezáis? Pensé que llegábamos tarde.

Rodó los ojos.

-Hace media hora, supuestamente. El tiempo se mide de dos formas: para gente normal y luego para Tanya. Probablemente llegará en quince minutos.

-Puta grosera,- Alice murmuró, no tan bajo ya que Edward lo oyó y se echó a reír.

-¿Por qué estabas discutiendo con ese tipo?- Pregunté señalando donde el hombre estaba hablando por teléfono.

Edward frunció el ceño en su hermoso rostro y evitar llevar mis dedos a sus labios formando una sonrisa. Él sonrió y me besó los dedos.

-En lo que él quiere que haga está que Tanya me trate como una mierda y luego que la tenga que seguir rogándole otra oportunidad. Le dije que no iba a hacer eso.- Su rostro y sus ojos tenían una expresión dura. No me gustó, ni su expresión ni la historia del estúpido anuncio.

-¿Cómo piensan que van a poder vender una colonia así- Preguntó Alice, mirando ahora al tipo de la coleta.- Nadie quiere ser un idiota patético, y aunque a algunas mujeres les gusta la idea que que les rogen, desde luego, no encajaría contigo.

-Creo que Laurent,- Edward escupió entre dientes,- y nuestros agentes esperan que conectemos y que sea romántico de una manera retorcida. Cosa que no sucederá.- Él me miró y su rostro se suavizó un poco cuando extendió la mano y me apartó el pelo de la cara con una caricia.- Nada de eso.

Alice sacudió la cabeza.

-¡Tu! ¡Eh, tú, el del pelo ridículamente anticuado y malas ideas! Ven aquí un momento- Me morí cuando se volvió a mirarla, como si no comprendiera que estaba hablando con él.- Si, tu. Laurent, ¿verdad? Ven aquí.

No me sorprendió cuando colgó el teléfono, después de decir algo, y se acercó hacia nosotros. Alice tenía algo que hacía que no se pudiera nadie resistir a lo que decía. El brazo de Edward se apretó alrededor de mi cintura, como si estuviera pensando en sacarme de allí en cualquier momento. Aunque sabíamos que Laurent no tenía ninguna posibilidad con Alice.

-Disculpe, ¿me llamaste trivial?- Cola de caballo preguntó, su voz era un poco curiosa, una mezcla de acento francés y del sur. Muy extraño.

Alice sonrió, mostrándole sus hoyuelos y de repente pareció una muñeca viviente en lugar de una arpía chillona que había estado gritando de una punta a otra de la habitación. Me controlé para no reírme al ver como Laurent se derretía un poco bajo su mirada.

-No, nunca te llamaría trivial. Sin embargo, dije que llevabas el pelo anticuado.- Ella soltó una risa cantarina y él se echó a reír con ella. La mandíbula de Edward estaba abierta y la empujé hacia arriba. Se acostumbraría a que pasara esto con Alice.

-Bueno, supongo que si. ¿Qué es eso de que mis ideas son malas?

Alice se acercó y le tomó la mano izquierda, como si se conocieran de años en vez de segundos.

-Son malas por que un hombre guapo, viril, fuerte e igual que Edward no va rogando a las mujeres que vuelva con él, las mujeres tienen que ir a por él, se lanzan hacia él. Yo lo he visto con mis propios ojos.- Fruncí el ceño por ese recuerdo.- No quieres que se vea como alguien triste que no puede conseguir a una chica. Él tiene que ser la estrella que es. Lo tienes fenomenalmente vestido, ahora solo tiene que actuar.

-Si, pero el agente de Tanya...

-Ah ah ah,- Alice le interrumpió, sacudiendo la cabeza con énfasis.- La colonia es de él, los hombres quieren ser él y las mujeres quieren que lo sean. Los hombres quieren que las mujeres les persigan, no al revés. Las mujeres quieren un hombre misterioso, sexy y fuerte. Oh, hacemos que sea un poco sensible, una carga pero nada. Nadie quiere ser patético, Laurent.- Alice lo miró tímidamente y se mordió el labio-. No vas a llorar ¿Verdad?

Oh Jesús. Edward miraba con fascinación mientras yo estaba haciendo un grandísimo esfuerzo por no rodar los ojos. Funcionó. Creo que Alice era descendiente directa de alguna bruja vudú.

-No lloro,- dijo, hinchando el pecho. Juro por dios que se pareció a Tarzán.

-Ya lo sabía.- Alice sonrió con aprobación.- Entiendes que un hombre como Edward no puede hacer eso, ¿verdad, Laurent? ¿Ves por qué esa idea tiene que ser desechada? Creo que podríamos utilizar una parte de esa idea, por supuesto, pero no se, tal vez podríamos hacer algo más.

-¿Eres un director? ¿Un escritor?- preguntó con un tono lleno de asombro e interés.

Alice dejó escapar una risa tintineante.

-Oh no, Laurent. Lo que soy es una persona que sabe cómo preparar una anuncio. Y soy una de las mujeres que compraría la colonia para sus novios o sus maridos, que sabe lo que atrae a su público. Venga... vamos a hablar sobre esto unos cuantos minutos.- Le cogió del brazo y se lo llevó. Él estaba completamente bajo su hechizo, moviéndose obediente y escuchando todo lo que ella le decía.

-¿Qué coño ha sido eso?- Edward preguntó, saliendo de su estupor al ver a Alice guiando a Laurent exactamente donde quería que estuviera.

-Esa era Alice. Esa es la chica que consiguió que Jasper desfilara en un desfile de moda. Esa es la chica que hizo que me montara en globo, hiciera buceo y montañismo. Nadie le puede decir que no a Alice.

-Espero que nunca me pida que haga algo que no quiera hacer,- me dijo, sonriendo de nuevo, con su buen humor de nuevo restaurado.- Me alegra que esté de mi lado.

Envolví mis brazos alrededor de su cintura y lo besé con suavidad.

-Más bien está de mi lado y sabía que iba a matarme verte persiguiendo a tu ex-novia y haciendo Dios sabe que en la cama.- Me hecho una mirada funesta e inclinó la cara hacia la mía y me besó otra vez. Jesús, sus labios eran mágicos, mucho más potentes que Alice en el coqueteo. Me fundí con él y sus manos se movían por mi cuerpo, terminando apoyándolas en mi espalda baja y tiró de mí hacia él. Tal vez podíamos ir a la cama que estaba a unos metros... El viernes estaba demasiado lejos.

Una puerta se cerró de golpe y los dos dimos un brinco. Una mujer mirando a su alrededor con el pelo rojo muy rizado y una gafas acababa de entrar por la puerta.

-¡Tanya ha llegado! ¡Necesitamos un peluquero y un maquillador, ya!

De mala gana me alejé de Edward, pero pensé que era lo mejor cuando ella entró en la habitación. Y si volviera... no, eso era poco profesional. Quería que el rodaje fluyera sin problemas y Alice ya había hecho algo importante, hizo cambiar de idea al director y no sabía con que iba a venir ahora.

Se generó un revuelo en el plató, la gente aparecía de la nada y hacían cola como si estuvieran en una boda.

-¿Qué coño es esto? ¿Acaso la reina de Inglaterra a aparecido?- Le pregunté sarcásticamente. Edward se rió y me atrajo hacia él, creo que no le importaba si nos veía, y a mi tampoco.

Luego entró, o por lo menos eso parecía ya que sólo vi un poco de pelo rubio rojizo descendiendo y la condujeron hacia maquillaje y peluquería, como si no fuera ya perfecta. Edward no parecía interesado en lo que pasaba, estaba jugueteando con las puntas de mi pelo. ¿De verdad no le importara que hubiera llegado?

-Realmente no te importa que ella esté aquí, ¿verdad?- Sus ojos verdes se encontraron con los míos y negó con la cabeza con una sonrisa triste.

-Si no estuvieras aquí, estaría muy irritado y ansioso por lo que podría o no decir ¿Contigo a mi lado? No me preocupa en absoluto. Lo único que me preocupa es que me odies por haber sido lo suficientemente estúpido como para haber salido con ella.

-Todos hacemos cosas estúpidas, Edward. ¿Cómo puedo juzgarte cuando yo también tengo malas experiencias en el pasado? Al menos no mentiste.

Presionó sus labios contra los míos antes de alejarse.

-No importa donde se empiece, lo que importa es donde acaba esa persona.- Por eso y muchas otras razones, quería terminar en la cama con él, de inmediato, ya que me miraba como si quisiera estar besándome toda su vida, pensé que podríamos estar a la par. Miré con nostalgia a la cama y su mirada siguió a la mía y dejó escapar una melodiosa carcajada, de las que me estaba volviendo adicta.- El viernes, Bella.

Me puse de puntillas y apreté mi cuerpo completamente al suyo, sintiendo sus duros músculos contra mi.

-Está muy lejos. Hay una cama grande justo allí que esta muy bien colocada. ¿Qué te parece ir a estropearla?

Me besó de nuevo, esta vez mas fuerte y gimió mientas me frotaba contra él, maldiciendo por que llevaba la estúpida protección, que hacía que no pudiera sentir lo que me esperaba. Aunque me podía hacer una idea gracia a los pantalones cortos de entrenamiento con los que le había visto, lo deseaba. Empecé a tirar de él hacia la cama y él se rió y se mantuvo firme.

-Joder.

-¿De verdad quieres, como tu dices, estropear la cama, cuando todo el mundo puede entrar e interrumpirnos?- Sus palabras tenían un tono divertido y sus ojos brillaban.

-Podemos ser rápidos.- Tiré inútilmente de su mano otra vez.

Se mantuvo firme y en sus ojos se veía que se estaba divirtiendo. Me miró con avidez y sentí que todo mi cuerpo empezaba a temblar solo con su mirada. Dios, que poder tenía esa mirada.

-Nuestra primera vez va a ser lo contrario de rápido. Quiero tomarme mi tiempo y ser muy cuidadoso. Cuando te haga el amor, no habrá nadie más en el mundo, excepto nosotros dos. ¿Entiendes?

Joder, pensaba que mi ropa interior se iba a incendiar por sus palabras, junto esa mirada que hicieron que me entraran ganas de arrancarle la ropa y ofrecerme como un sacrificio. Podía hacer conmigo lo que quisiera, siempre y cuando no dejara de mirarme así y me prometiera horas de sexo. Eso era lo que me había dicho, no? Tomarse su tiempo debe implicar varias horas, o por lo menos eso entendí. Nunca había hecho el amor durante horas.

-¿Cómo de profundo?- Joder, no me refería a eso.

Edward me miró de una forma en la que me aseguró de que iba a respaldar su sexy promesa o amenaza o lo que fuera. Acercó su cara a la mía y me besó suavemente antes de dirigir sus labios por mi mandíbula y mordisquearme suavemente el cuello. Si, me iba a quemar antes del viernes, no tenía duda. Me besó el cuello y luego regresó a mis labios metiendo su lengua e investigando con ella. Sus manos estaban en mi cintura, sosteniéndome con fuerza y sus largos dedos estaban extendidos por toda la parte superior de mi culo. Sonaba como una especie de animal herido cuando maullé contra él y me puse de puntillas. Esos labios... eran como un arma letal. Un toque y estaba muerta, en el mejor sentido.

Se apartó y me besó en la nariz.

-Eso solo era una muestra, Bella. Tengo la intención de explorar el resto de tu cuerpo más de cerca. ¿Alguna sugerencia con lo que debo utilizar?

-Los labios, la lengua, la boca, las manos... Joder- Mierda, ¿Que me pasaba?

Se rió y me besó de nuevo.

-El viernes son todo tuyos, junto al resto de mi cuerpo.- Joder, el resto del cuerpo. Mis ojos se posaron en su polla y se rió muy alto.- Si, sobre todo eso.- Si por favor. Mio

Gemí y me besó de nuevo.

-Ya vale, tortolitos, tenemos un anuncio que grabar.- Nos dimos la vuelta, a la vez, ante el sonido de la voz de Alice. Se estaba riendo de nosotros y llevaba una boina en la cabeza y una carpeta en la mano.

-Alice ¿qué haces?

-Soy la nueva ayudante del director. Laurent,- se interrumpió soltando una risita.- conocido también como David Lawrence, de Topeka, Kansas, está de acuerdo que mi visión del anuncio tiene mas sentido. No le digáis que os he dicho su verdadero nombre. Piensa que Laurent está mejor,- resopló.- Edward, tienes que ir a maquillaje a que te retoquen, ya que Bella te lo ha quitado con besos.

-¡Hey!- Comencé a protestar.

-Si, si... Y tu mueve tu culo hacia los vestuarios.- Sus labios se movieron mientras que Edward y yo nos mirábamos fijamente.

-¿Qué quieres decir? ¿Para qué voy a ir a vestuario?

-Vas a debutar como actriz. Ahora vete.

Nos miramos el uno al otro y luego a ella de nuevo.

-Alice... ¿qué cojones has hecho?

Ella golpeaba el suelo con el pie con impaciencia y empezó a garabatear algo en su carpeta. ¿Que demonios?

-Edward no quería parecer un patético lame culos en el anuncio. Lo he arreglado para que no lo sea. Tu no quieres que el esté con Tanya. Lo he arreglado para que no pasara. Tu,- se interrumpió y señaló a Edward,- vas a estar cenando en un restaurante con Tanya y discutiréis cuando ella te pille mirando a una preciosa mujer en el restaurante.- Se paró y me señaló. Ella va a mirarte, como si nunca antes te hubiera visto. A continuación, vas y la cogerás de la mano y se besarán. “Perfect Ten siempre gana” Ese será el lema. Fin.

Nos fijamos en ella, luego nos miramos y después de nuevo la miramos a ella.

-¿Y Tanya?

Ella frunció los labios

-¿Qué pasa con ella?

-¿De verdad crees que va a querer que la planten delante de la cámara?- La pregunté.

-Bueno, no, pero ella pensará que es el otro anuncio, tiene la misma situación, sólo que Edward la dejará plantado y vendrá un Ken y se irá con el. El lema es. “Nada mantiene abajo un Perfect Ten”- Frunció el ceño.- O algo así.. Los chicos del anuncio lo podrán modificar si quieren. Estoy abierta a sugerencias.

-Alice, sabes que no eres un director, ¿verdad? ¿Qué te hace pensar que puedo aparecer en un anuncio?-Iba completamente en serio. Podía verlo.

-No es difícil. Te sientas en una mesa, mirando a Edward como si fuera el único hombre del mundo, vamos como lo haces todo el tiempo.- Bueno, eso no era embarazoso.- Él te mira a ti, tal y como lo hace desde que entraste por esa puerta, es como si fuera a tirarte sobre una mesa antes de llevarte a la ciudad. Enserio, necesitan hacer algo al respecto con toda la atracción sexual que tenéis, no me ayudáis en mi abstinencia.

Frunció el ceño. Aun no la había contado los planes del viernes. Sabía que estábamos demasiado ansiosos y estaba nerviosa. Además, seguro que se lo contaría a Jasper y luego se burlarían de Edward, otra vez. Mejor era no contárselo.

-No tienes que hablar, Bella. Sólo tienes que sentarte allí y vas a estar bien. Puedes manejarlo.

Si, podía sentarme allí y mirar hacia donde se sentaba Tanya. Derecha. Nadie iba a creer que un chico como el me iba a elegir en vez de a ella. Aunque Edward lo hizo en la vida real, nadie se lo creería.

-Me gusta,- dijo Edward con una sonrisa, besando mi mejilla.

Alice le sonrió.

-Gracias, por lo menos a alguien le gusta mi versión.- Me miró y luego volvió a mirar a Edward.- Empezaremos contigo vistiéndote...- Joder, que calor hacía.- y rociándote con la colonia. Luego enseñaremos a Tanya mientras se prepara y se echa un perfume sin nombre. La clave, por supuesto, será que el no la eligió por que no usaba Perfect Ten.- Rió.- Debería ser así.

-Alice, nadie pensará que va a optar por alejarse de ella para estar conmigo solo porque no llevaba el perfume correcto. Joder, nadie va a creer que la dejaría por estar conmigo, incluso si ella oliera como una mofeta.

-¡Bella Swan, no me hagas pegarte! Sabes muy bien que eres tan buena como ella y lo que no quieres oír...

-Sin dudarlo me alejaría de ella para estar contigo Bella.- Había puesto su mano en mi mejilla y de la forma en la que me miró me dejó sin aliento.- Eres hermosa y sexy y real. Ella es una fantasía, tal vez, hasta que se la conoce. Todo en ti es mejor que ella, y te garantizo que no soy el único que lo ve. Haz el anuncio conmigo, nena.

¿Cómo iba a decir que no a eso? No podía. Me limité a asentir estúpidamente mientras Alice chillaba y me llevaba lejos para cambiarme y hacer que estuviera lista para ponerme en frente de la cámara. Me llevaron a una habitación vacía, gracias a Dios, y me puse el vestido de cóctel azul oscuro que Alice empujó hacia mí. No tenía ni idea de cómo había llegado hasta allí, pero era algo que debería de haber esperado al tener conmigo a Alice. Para Alice Brandon nada es imposible.

-¿Cómo coño a sucedido esto?

Ella sonrió y ajustó mi vestido de forma que mis pechos no sobresalieran demasiado.

-Tienes una impresionante mejor amiga, Bella. No voy a dejar que esa Bruja ponga sus manos sobre tu hombre. Y déjame decirte, que es una bruja. La escuché menospreciar el peinado y a la gente de maquillaje, es la cosa mas tonta que puedes hacer cuando controlan cómo te ves. Y...- se interrumpió mirándome con recelo.

-¿Qué?

-Estaba hablando con su manager, esa chica con mala permanente, y le dijo que hiciera reservas para cenar en Callaway Country Club para ella y Edward.

Mi corazón empezó a latir con fuerza pero negué con la cabeza.

-Ni siquiera ha hablado con ella aun. ¿Realmente piensa que va a caer si o si?

Alice sonrió.

-Si. Es una puta egoísta. Su agente trató de disuadirla, pero ella no le estaba escuchando. “El me quiere aun”, dijo con un ridículo acento ruso.- Ha tenido meses para superar la rabieta. Puedo ser amable y darle otra oportunidad.- Pensé en pegarla en la boca, pero eso arruinaría mi anuncio.

Me reí.

-Tu y tu anuncio. Yo pagaría por meterla un calcetín en la boca.

Ella sonrió.

-Sería mucho mejor si estuviera en una posición mas alta... Tendría que estar subida a algo para alcanzarla, a lo mejor hay una silla de director por hay.

Probablemente se la robaría a Laurent.

-No puedo creer que le convencieras para cambiar al guión.

Alice se encogió de hombros.

-Vio la forma en la que os mirabais. Tendría que estar ciego para no verlo. Quiere que funcione, y sabe que Edward no va a mirar a Tanya de esa manera, y no es cierto que va a quitar la mirada de su reflejo para mirarlo a el. En serio, Bella, la forma en que os miráis es muy caliente. Voy a tener que usar a Gastón ya que tu novio le rompió a Jasper.- Gastón era el vibrador favorito de Alice y estaba segura que no había tenido mucha acción últimamente. Me eché a reír.- Vamos, vamos a acabar de prepararte.

Después de soportar veinte minutos de peluquería y maquillaje, para mi una tortura, se consideró que estaba lista para sentarme en una mesa y esperar a que Edward me viera. Salí del camerino improvisado y mis ojos se posaron inmediatamente en Edward, cuya camisa de esmoquin estaba abierta y Dios mío, si pecho era fantástico. Trague saliva para que no me arruinara el maquillaje al salir de mi boca y empezar a babear y comencé a dirigirme a él.

-Eddi, cariño,- un ronroneo sexy me detuvo en seco. Allí estaba ella, Tanya Volkov, absolutamente impresionante en un vestido de sena negro mientras envolvía la cintura de Edward con sus brazos. Edward se quedó inmóvil un momento antes de alejarse y quitar sus manos de su cuerpo.

-Tanya, ¿cuántas veces tengo que decirte que no me llames Eddy?- la preguntó con los dientes apretados. El hielo que se había formado al rededor de mi corazón se deshizo al ver la reacción de él. No importa lo mucho que me hubiera tranquilizado ese gesto, todavía era difícil convencerme de que él no la quería, pero su lenguaje corporal decía lo contrario.

Ella dejó escapar una risa y le puso la mano en el antebrazo, de inmediato se encogió de hombros.

-Lo siento, cariño, es que hace mucho tiempo que no nos veíamos. Me olvidé. Sin embargo no se me ha olvidado todo.- Ella le dedicó una sonrisa totalmente felina, sus ojos azul cielo se clavaron en el pecho de Edward. Oh no, ella no iba a insinuarse sexualmente a mi hombre. Había tenido la oportunidad de tocar ese cuerpo y la perdió. Era mío.

Caminé hacia ellos, con toda la intención de empujar a esa perra para que dejara a Edward cuando Alice apareció a mi lado y me agarró del brazo.

-Abajo, tigre. Déjalo manejarlo y luego será mi turno,- susurró. Me detuve y esperé a ver que hacía Edward.

-No he olvidado nada , yo tampoco,- respondió con voz muy plana.- No he olvidado cómo actuaste con mis amigos ni como me engañaste ni como me utilizabas para tener sexo. No te va a funcionar esta vez, Tanya.

Sus ojos se abrieron cómicamente y se llevó una mano al corazón. Demasiado teatral.

-Nunca te he engañado, Eddi. Esa historia de John fue solo un espantoso rumor. La prensa se aburría y quería sacar algún drama. Nadie es mejor que tu, cariño.- La odiaba, a ella, a su estúpido acento ruso y a la forma que dijo “cariño”. Quería tirarla de sus rizos y pegarla en la boca.- Vallamos a cenar esta noche. Hablamos y arreglamos todo y volvemos ha ser somo antes. Estábamos muy bien juntos. ¿No te acuerdas, Edward?- Bueno, por fin dijo su nombre completo.

-Lo siento, tengo plantes con mi novia.

Me quedé boquiabierta al oír la palabra novia. ¿Estaba hablando de mí? Tenía que ser así, ¿verdad? Bueno, iba a hacer el amor con el en breve, así que supongo que era su novia. Nunca habíamos hablado de eso, pero estaba más que dispuesta en ser su novia. Sin embargo, era lo mas probable que lo hubiera dicho para que le dejara en paz. Lo que también estaba bien. Si estaba mintiendo sobre que yo era su novia, podía fingir un poco, aunque no era necesario.

-No me digas que has vuelto con esa horrible actriz. ¿LE das una segunda oportunidad a ella, pero a mi no?- Hizo un mohín, era fácil ver por qué los hombres de todo el mundo fantaseaban con ella y por que Edward había estado con ella.

-No, no, no es una actriz. Bueno, generalmente no.- Sonrió y me miró, como si hubiera sabido que estaba allí todo el tiempo. Probablemente eso era verdad. Tanya me miró, pero rápidamente desvió su mirada, obviamente, pensando en que Edward no se refería a mí. Eso era bueno, no era necesario un drama en este momento.

-Ya claro, aun así, a tu novia no la importaría que te encontraras esta noche con un viejo amigo, Eddi. Hablaremos de los viejos tiempos. ¿Recuerdas el fin de semana en Nueva York?- De nuevo estaba ronroneando y quería apuñalarla la garganta. A su novia si que la importa que se reúna con una ex, incluso si esa novia era falsa.

-No, no lo creo,- respondió con tono aburrido y sin mirarla.

-Mi turno.- Alice me dijo, apretando mi mano y haciendo su camino hacia la hermosa pareja.- ¡Tanya! ¡Encantada de conocerte! Soy Alice Brandon, la ayudante de dirección.- No pude reprimir la risa por su nuevo título.- Hemos hecho algunos cambios en el anuncio que me gustaría discutir.

-¿Cambios? ¿Qué cambios?- Tanya era por lo menos una cabeza mas alta que Alice y la miró como si fuera un bicho que tenía que ser aplastado. Alice sólo la sonrió, como si no tuviera ni idea de que había cabreado a la rusa que tenía enfrente mirándola como si la quisiera asesinar.

-La idea original era viejo y muy repetitiva y hemos cambiado algunas cosas para que sea mas fresco y podríamos jugar con su condición de ex-pareja.

Eso fue lo último que Tanya quería oír.

-¿Qué quieres decir?- dijo entre dientes, con los ojos disparando dagas hacia Alice quien seguía mirándola como si no se diera cuenta.

-Tu y Edward cortasteis, todo el mundo lo sabe.- Pensé que iba a reventar por estar conteniendo tanto la risa. Edward no tuvo tanto éxito. Soltó una carcajada y la intentó de convertir en una tos.

-Temporalmente,- Tanya hizo con arrogancia, tratando de alcanzar a Edward quien nuevamente se alejó de ella. Todo el entrenamiento de pies con el equipo valió la pena. Me preguntaba cómo sería en una pista de baile.

-Por favor, Tanya, ahora me pongo seria. Eres una mujer soltera, sexy y muy guapa. Que todo hombre quiere y necesita para soñar. Nosotros no queremos a una feliz pareja; queremos a una pareja que podamos sacar partido. ¿No quieres que los hombres piensen en sólo Edward te ha podido dejar y en lo tonto que es por haberlo hecho?

Tanya se pavoneaba con las últimas palabras y asintió.

-Si, sería tonto al dejarme ir.

Zorra, ya lo hizo. Alice asintió enfáticamente.

-Esto es mucho mas emocionante. Pelean en la mesa. Y tu ves a un fantástico hombre y él se va, mientras él.- Alice hizo un gesto hacia el muñeco Ken.- estará allí para ir a por ti. A Perfect Ten, una mujer nunca se conforma y pasa a tener algo mejor y mas grande.- Tanya se estaba tragando las palabras de Alice.

-Si, me gusta. Aunque ¿qué pasa con él? ¿Con quién se va?

-Con ella.- Alice me señaló y Tanya me miró y me sonrió, sin considerarme una amenaza. Ella tenía razón.

-Está bien, aunque creo que es mejor que el me persiga rogándome perdón.- Mas la gustaría, insulsa cucaracha.

-A las mujeres puede que les guste esa visión.- Alice estuvo de acuerdo, sonando completamente afable.- Pero estamos tratando de vender su colonia para hombres y pensarían que es un cobarde y esa, realmente, no es la imagen sexy que queremos representar.

Tanya frunció el ceño durante un momento, mirándome por encima, y luego asintió.

-Vale, lo haré. Ella no es tan bonita como yo, nadie cree que el anuncio será para ella.

Edward gruñó, pero Alice le hizo callar con una mirada.

-Bueno, nadie es tan hermosa como tú, Tanya. Eso sólo se trata de seguir adelante, mostrando que los dos se dirigen hacia futuros mas brillantes.

Tanya miró a Edward de nuevo.

-Debería de estar contigo, pero es tonto que cree que es mejor así. Vendrá algún día arrastrándose.- Por favor, ¿no conocía a este hombre? ¿Durante cuanto tiempo habían estado juntos? Incluso yo sabía que eso era mentira y sólo le conocía de dos semanas.

-Tal vez,- dijo Alice, poniendo los ojos en mí por primera vez mientras que Tanya miraba a Edward como si fuera un postre prohibido.- Entonces vamos a tener argumentos para el próximo anuncio. Voy a trabajar en ello.- Alice estaba actuando de maravilla, como si ella fuera a ocuparse de los siguientes anuncios, me encantaba.

-Vamos a hacerlo.

Laurent se sentó, después de mirar a Alice, quien por supuesto tenía una silla junto a él. Esperé pacientemente en la mesa mientras grababan a Edward en la habitación, con la camisa desabrochada rociando la colonia, y luego suspirando mientras se abrochaba la camisa y se ponía la chaqueta. Condujo a Tanya hacia el restaurante, con la mano en la parte baja de su desnuda. Parecían la pareja perfecta mientras la ayudaba a sentarse y se sentaba enfrente de ella.

Entonces sus ojos se encontraron con los míos y podríamos haber estado los dos solos por la forma en la que me miró. Sentí que mis bragas se mojaban de nuevo y crucé las piernas debajo de la mesa cuando Tanya se volvió y me miró, y luego se gritó algo a Edward en ruso mientras le insultaba y se alejó de ella. Sus ojos se quedaron en los míos mientras cruzaba en improvisado restaurante.

Extendió la mano hacia mí y se la tomé sin pensarlo. Me levantó de la silla y me besó de inmediato, fundiéndome de nuevo con él. No se cuanto tiempo nos estuvimos besando pero lo mas probable es que tendrían que cortar la escena ya que me olvidé de que estaban allí las cámaras y todo el mundo. Con el tiempo, nos separamos y nos fuimos del restaurante, cómo teníamos que hacerlo.

Tanya estaba esperando cundo las cámaras se apagaron.

-Tu, ¿tú con ella? ¿La prefieres a ella? ¿Estás ciego?

Edward mantuvo su brazo alrededor de mi cintura y me apretó en forma de apoyo.

-Si, estoy con ella y mi vista está perfecta. Esta es Bella, mi novia. Bella, esta es Tanya.

-Diría que es un placer conocerte, pero creo que me abstendré de insultar tanto nuestra inteligencia.- No la ofrecí mi mano.

Pisoteó el suelo fuerte con sus pies, haciendo una rabieta.

-¿Cómo... como es que estas con ella en vez de conmigo? ¡Yo soy yo y ella no es nada!

-No te atrevas a decir que mi novia no es nada,.advirtió enfadado. Sonaba más como si fuera una novia real y no una excusa.- Ella es todo lo que siempre quise en una mujer, Tanya. Tu eres la que no eres nada. No hay nada en ti.

-Voy a ir a la prensa y les diré que usaste a una patética niña para llegar a mí. Todos se reirán de ti.

Edward se rió mucho y duro y luché por no golpearla.

-Si lo haces, Tanya. Me importa un comino lo que digas de mi, pero si llamas a mi novia patética, le diré a la prensa exactamente por qué te dejé. John Hudson me llamó para disculparse después de que le dejaras. ¿Lo sabías? Creo que admitiría lo que pasó, con el incentivo adecuado. No fuiste muy agradable cuando lo dejaste. El karma es una zorra y, Tanya, tú también. ¿Qué crees que es lo más inteligente?

Ella nos miró y se giró sobre sus talones, gritando hacia maquillaje otra vez. Edward se volvió hacia mí y sonrió nerviosamente.

-Lo siento.

Había un montón de cosas que podría decir. Le tendría que preguntar cosas. Pero sólo tenía una cosa en la cabeza.

-¿Novia?

Frunció el ceño y se pasó la mano por el pelo.

-Eso espero, si es lo que quieres.

Sonreí y le abracé.

-Novia.

Era la novia de Edward Cullen. Mi vida parecía un cuento de hadas. ¿Quién sabía?

 

 

…..................

 

Chicas muchísimas gracias por sus comentarios y votitos este capítulo lo he traducido con gusto y relativamente rápido, gracias :)

AAhhh me acabo de enterar, me han nombrado fan de la semana!! Que emoción jaja Gracias jajaja Estoy casi saltando por mi habitación jaja 

Bueno pasando a otra cosas ¿que os ha parecido el capítulo? ¿A que Tanya es una Zorra? Y Bella me parecía super graciosa al estar celosa y ya parece ser que no tiene miedos de que Edward se valla con Tanya. El anuncio es perfecto ¿qué os ha parecido? Y lo mejor ¡ya son novios oficialmente!! jaja Ahora a esperar dos capítulos mas o menos para que llegue el viernes, y todas sabemos lo que sucederá jaja, aunque antes va la barbacoa que os prometo que no os decepcionará, va a ser muy graciosa.

Otra cosa antes de que se me olvide, os dije que actualizaría todos los domingos, pero como veis hay semanas que actualizo el sábado así que no os preocupeis si un sábado no actualizo, que si no he avisado antes de alguna forma, actualizaré el domingo.

Bueno chicas hasta la semana que viene! Que tengáis una buena semana.

Un beso a todas, espero vuestros comentarios y votitos.

Capítulo 9: Primer Down Capítulo 11: Reunión de equipo

 
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