Primero y Diez (+18)

Autor: nicoli
Género: + 18
Fecha Creación: 18/03/2013
Fecha Actualización: 26/10/2014
Finalizado: NO
Votos: 33
Comentarios: 191
Visitas: 133935
Capítulos: 35

Bella Swan es una aspirante a reportera de deportes cuando le es asignado entrevistar al más grande de la liga, por no mencionar al mas caliente, el quarterback Edward Cullen ¿Le enseñará Edward Cullen las reglas del juego? O ¿ella le enseñará una o dos cosillas? 


Esto es una traducción y su autora es Nolebucgrl, podéis encontrar el fic original en esta página: http://www.fanfiction.net/s/5874934/3/First-Ten

Estoy autorizada por la autora a traducir esta historia.

 

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También os invito a pasaros por mi otra traducción conjunta, Words With Friends, junto a CARLAROBPATT. Aquí os dejo el link: http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=3920

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Capítulo 29: El Emmettake: Emmett y el extintor.

(2º cap del día)

 

EMPOV

 

 

-¿Cómo cupimos aquí para ir? Íbamos tres.- Mi muslo se estrelló contra la puerta del coche y apenas hubo espacio para mis piernas bajo el volante. ¿Quién hacía coches tan pequeños? ¿Por qué?

-La adrenalina, supongo-, respondió Jasper. Miré por encima y empecé a reír. Sus largas piernas estaban presionando el salpicadero y estaba tratando de cambiar el ángulo para que se ajustara a su altura.

¿Por qué no me había dado cuenta antes?

-Pareces una araña, papá Piernaslargas.

-No era consciente de tener ocho extremidades-, respondió secamente.

Sonreí mientras sacaba el coche del estacionamiento. Gracias a Dios nadie había remolcado el coche cuando estábamos en la habitación de Bella. Por otra parte, con cómo había gritado la loca Heisman a la recepcionista, dudaba que quisieran enfadarnos a alguno de nosotros.

-Puede que no tengas ocho extremidades, pero tienes los brazos y las piernas anormalmente largos, igual que una araña.- Lo que me abría un nuevo mundo de apodos. Impresionante. Tengo que buscar clases de arañas.

Jasper rodó los ojos y se movió aún más. Era bueno que el viaje fuera corto.

-¿Cuál es tu plan?

Mi plan. Buena pregunta. ¿Cuál era mi plan? Empecé a tararear el tema de Star Wars mientras pensaba lo que quería hacer. Tirar de la alarma de incendio no podía ser ya que esperarían que Edward saliera. Tal vez enviar una prostituta a la sala de los entrenadores. No, me gustaría ser el sospechoso de inmediato.

-¿Star Wars? ¿No deberías de estar tarareando Misión Imposible?

Ohh, ¡eso estaba mejor! Doo doo, doo doo doo doo, doo doo doo doo. Tiroriii tiroriii, nana. Mejor no.

-Ninguna misión es imposible cuando estoy involucrado.- Mi hijo necesitaba ayuda y iba ha hacerlo lo mejor posible. Y entonces, ya sabía lo que tenía que hacer. El entrenador iba a estar muy cabreado, pero no le metería en un escándalo sexual. Eso debería contar algo.

Aparqué de nuevo frente al hotel y salí del coche con alivio. Mis piernas tenían calambres y Jasper estaba estirando sus músculos de una forma ridícula.

-Ve a la habitación y espera mi señal. Cuando la oigas, enciende la ducha y cierra la puerta, parecerá que Edward está dentro.

-¿Qué señal?- Preguntó mientras entrábamos en el vestíbulo. Busqué a Tom, el botones del que me hice amigo ayer. GQ siempre se burlaba de mí por hacer amistades con el personal, pero sabía lo que hacía. Se necesitaba aliados en cada situación. Nunca se sabía cuándo se necesitaría ayuda en una broma.

-Lo sabrás cuando lo veas. Ahora vamos, ¡tarántula!

-Me encantaría ser la viuda negra, porque entonces podría matarte-, murmuró mientras se alejaba. Me reí y fui a recepción.

-¿Está Tom?

El hombre que había detrás del mostrador levantó la vista.

-¿Hay algún problema, señor?

-No, no tenía ayer dinero para darle y quiero darle una propina. Oh, aquí están las llaves del coche que me dejasteis.- Las arrojé encima de la encimera de mármol negro.

-Er, sí, gracias. Las devolveré-. Pensé comentar que el coche parecía de payasos, pero decidí no insultarlo-. Ahí está Tom-. Señaló y el chico salía del ascensor empujando su carro de maletas, vistiendo el feo uniforme de portero. Me pregunté si podría utilizar el carro en mi búsqueda, pero creo que eso me lo reservaré para otro día. Aunque sería divertido un paseo por el pasillo.

-Gracias-. Hice el espectáculo de sacar mi cartera y sacar un billete de veinte mientras me acercaba a Tom.

-Hey, amigo, ¿te gustaría ganarte dinero extra?- Sólo tenía veinte minutos para la revisión y tenía que hacer las cosas en orden.

El pelirrojo miró a su alrededor mientras se guardaba los veinte dólares. Ja, ¿eso era todo lo que iba a pedir? Chico tonto.

-Qué necesitas?

-Dos o tres extintores.

-¿Qué? ¿Para qué los necesitas? No vas a provocar ningún incendio en el hotel, ¿verdad?- Su voz empezó a subir y lo alejo de los curiosos ojos del recepcionista.

-Shhh. Claro que no. Sólo quiero disparar a algunas personas con el extintor.- Iba a ser épico. Lo sabía.

-Um, pero...- Cogí 500 dólares de mi cartera y se lo mostré.

-¿Me los puedes conseguir o no?

-Están en el almacén de suministros.- Se dio la vuelta y abrió la marcha por un pasillo. Claro que sí. El dinero habló y siempre llevo una tonelada conmigo, sólo para situaciones como esta. Miré alrededor, pero por suerte no había nadie. Abrió un armario y miré dentro. Había jabón frescos, champús, papel higiénico suficiente para decorar el hotel entero, productos de limpieza, ropa de cama y allí estaban. Le dí el dinero a Tom y cogí tres extintores.

-¿Funcionan?

-Deberían, son nuevos.- los inspeccioné.

-Asegúrate que no haya nadie.- Tom se asomó y asintió.- Gracias hombre, no diré donde los he conseguido.

-Por favor, no lo hagas.- Agarró el dinero con fuerza. Me sentí un poco mal.

-Mira, si te metes en problemas, encontraré la forma de que salgas bien. Esta habitación no estaba cerrada con llave. La podría haber encontrado yo mismo.

-Cierto. Bueno, buena suerte.

¿Suerte? Yo no necesito suerte. Soy fabuloso, nena. Salí del armario de suministros y fui a la puerta de servicio del final del pasillo, agarrando mis extintores con la esperanza de que nadie me viera. Sería difícil de explicar. No había nadie y subí con un suspiro de alivio. Era bueno estar en la cuarta planta. Estas cosas no pesaban mucho, pero manejarlas era difícil y tenía que ajustarlos a mis brazos. Tal vez debería haber llevado solo dos.

Abrí la puerta y corrí por el suelo hacia la habitación de Edward y Jasper. Llamé a la puerta y Shaggy respondió rápidamente, obviamente esperando junto a la puerta para ver lo que había planeado.

-Ya era...- fue todo o que salió de su boca antes de que le disparara en el hombro derecho con mi extintor mientras tarareaba la canción de Indiana Jones.- ¡Joder! ¿Qué haces?

-Hago que parezca creíble. Enciende la ducha y cierra la puerta. Diles que manché a Edward y se ha ido a duchar.

Me alejé antes de que pudiera argumentar nada más y llamé a otra puerta. Darnell bramó al verme y me reí. Pensó que era el entrenador. Estaba tumbado en la cama, sin camiseta, viendo la televisión. Se volvió hacia mí y le enchufé a su enorme barriga mientras intentaba levantarse. Salí corriendo de su habitación, riendo mientras saltaba de la cama completamente desnudo y empezaba a seguirme, la espuma caía por su pecho y su polla aleteaba en la brisa. Joder, debería haber tenido a alguien grabando esto para la posteridad.

-Bonitas pelotas, Darnell-, grité. Se detuvo en seco y volvió a su habitación, gritando en voz alta.

Llamé a más puertas, sin esperar a que se abrieran para llamar a la siguiente. Cuando se abrió la primera puerta, disparé a ciegas a esa dirección y rocié las puertas, las paredes y a mis compañeros de equipo. Fue impresionante. Si no fuera un sexy jugador de fútbol, me hubiera hecho bombero sexy. Tal vez Rosie y yo podríamos jugar a los bomberos cuando llegue a casa...

-McCarty, estás muerto.- Claro, Adrián, como si pudieras conmigo, pequeño hombrecito. Me reí y le disparé a la cara por su blasfemia.

Una puerta se cerró de golpe al final del pasillo y me giré en esa dirección para ver al entrenador, con la cara roja al ver la escena. Ha, esto iba a ser divertido. Llamé a otra puerta mientras venía a por mí y disparé a nuestro pateador en la ingle. La semana pasada solo hizo 40 yardas, coño.

-¿Qué coño estás haciendo, McCarty?- El entrenador gritó creando un terremoto a los simples mortales. Era bueno que no fuera mortal. Hércules y yo lo hemos demostrado una y otra vez.

¿A quién vas a llamar? Luché por no reír cuando me giré y le lancé mi sonrisa más inocente al entrenador.

-Estoy cazando fantasmas, señor.

-¿De qué coño estás hablando?- Ya estaba morado. Era impresionante. Me hubiera gustado tener mi teléfono y tomar una foto, pero no saldría bien de esta.

-Vi un fantasma. Entró en la habitación de Cullen, luego en la de Darnell y luego siguió a las demás habitaciones. Estaba cumpliendo mi deber, como compañero de equipo, para salvar a mis amigos del espíritu maligno.

-¿Cullen? ¿Has disparado a Cullen?- El entrenador mio la vuelta y corrió frenéticamente a la habitación de Edward, golpeando la puerta con fuerza. Jasper respondió, mirándome mientras se secaba un poco la espuma de la camisa.- ¿Dónde está Cullen?

-En la dicha. Emmett nos ha impregnado con toda esa mierda-, Jasper gruñó y me miró con enfado. Sonreí a espaldas del entrenador y le hice una seña con los pulgares.

-Pero, ¿está bien? Cullen, ¿estás bien?- El entrenador parecía que quería entrar a la habitación e inspeccionar por él mismo a GQ. Puede que haya subestimado si apego a nuestro quarterback.

Jasper se movió a tiempo para bloquear la entrada del cuarto de baño.

-Está bien, solo cabreado. Acababa de ducharse y ahora tiene que volver ha hacerlo. Estábamos preparándonos para el toque de queda antes de que ese viniera a llamar.

-Hey, ¡estaba salvando vuestras vidas!

-Jesús. Dile a Cullen que llame a su padre si le duele algo. Aséate y vete a la cama.- Jasper asintió y puso una mano en la puerta, ansioso por cerrarla y, seguramente, ducharse. Tenía espuma en su precioso pelo y sabía que eso lo estaba matando. Era tan chica a veces.

-¡Todos vosotros a la cama!- El entrenador gritó. En efecto, casi todas las puertas estaban abiertas, y la mayoría de mis compañeros estaban intentando averiguar qué había pasado. Sonreí a todos y blandí mi extintor con orgullo.

-¡Estáis a salvo gracias a mi!- Era un genio. Debería tener mi propio reality show. Sería mucho más divertido que las Kardashians, y era más sexy.

-¡Ya os lo dije, a la cama!- gritó de nuevo. Mis compañeros entraron rápidamente a las habitaciones y cerraron la puerta. Cobardes.- McCarty, no sé que coño te pasa. ¿Por qué sientes la necesidad de causar problemas todo el tiempo?- Su voz ahora estaba más tranquila y caminé hacia mi habitación, lejos de la de Edward.

-Te aseguro que vi un fantasma, entrenador. Intentaba proteger a mis compañeros de equipo.

-¿Con un extintor?- Sus labios temblaron y juro que intentaba no reírse.

-Intentaba darle una forma corpórea, con lo que le pudiera atrapar.

Inclinó la cabeza y me miró.

-¿Usando qué?

-Uhhh, eso no lo había pensado. Identificarlo era lo más importante en ese momento.

-¿Esperas que me crea todo eso?

Sonreí tímidamente.

-Si.

-Tendrás que pagar todos os daños que hayas causado y si le has hecho daño a alguno de tus compañeros, especialmente a Cullen, estarás suspendido.

-Claro, señor. No dañé a mis compañeros de equipo. Les estaba protegiendo.- La clave para mentir es creerte lo que decías. Estaba protegiendo a mi compañero de equipo, después de todo.

-Yo les protejo. Hay una razón por la que eres el único jugador con habitación propia, McCarty.- Joder, había trabajado duro para tener ese honor. Camas con pica pica, pintar caras, cambiar ropa... un chico necesitaba su privacidad.-Voy a ver si Cullen está bien. Será mejor que no le hayas hecho daño.- Mierda. Tenía que hacerlo. Pensé que no iba a haber necesidad, pero al final si. Abrí mis ojos cómicamente y dejé escapar un pequeño grito.

-¡Ahí está!- Salió disparada otra corriente de espuma, cubriendo al entrenador de pies a cabeza entes de que pudiera reaccionar.

-¡McCarty! ¿Qué coño te pasa?- Cogió el extintor mientras seguía con el aerosol, quitándomelo cuando le permití hacerlo.- Te vas a arrepentir de esto-, advirtió en voz baja.- Me debes 100.000 y muchas vueltas. Si causas más problemas esta noche, estás fuera, estemos en los playoffs o no. ¿Me has entendido?

Asentí con sobriedad.

-Si, señor, aunque creo que deberías darme las gracias por...

-¡Cállate! Ahora vete a la cama. Si oigo algo en lo que queda de año sobre ti, duermo con usted.

-Si, señor-. Lo saludé mientras gruñía y caminaba por el pasillo, chorreando espuma y agarrando el extintor en su pecho, quejándose de mí todo el camino.

Fui a mi habitación y cerré la puerta, me tiré a la cama, y , finalmente, dejé escapar la risa que había estado resistiendo todo el tiempo. Tengo que enviar a Muller una cesta de fruta o algo, después de que vea su cara aplastada. Esto ha sido lo más divertido que he hecho en mucho tiempo.

Cogí el teléfono mientras tarareaba el tema de El gran Héroe Americano. Las cosas que había por esta gente. Ellos me apreciaban. Rosie por lo menos lo entendería. Igual que GQ y su gran boxeadora. Era todo lo que importaba, vale la pena cada dólar. Caray, debería de pagarles por permitirme hacer todo esto. Llamé a mi chica y esperé a que respondiera con una sonrisa en la cara. Por lo menos me he divertido esta noche. De eso se trataba.

 

 

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Lo prometido es deuda y aquí está el Emmettake jajaja ¿Qué os parecido? Es cortito pero te ríes un montón jajaja

 

Hasta la semana que viene!!

Capítulo 28: Fuerza de tirador Capítulo 30: Llamada audible

 
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