Primero y Diez (+18)

Autor: nicoli
Género: + 18
Fecha Creación: 18/03/2013
Fecha Actualización: 26/10/2014
Finalizado: NO
Votos: 33
Comentarios: 191
Visitas: 133927
Capítulos: 35

Bella Swan es una aspirante a reportera de deportes cuando le es asignado entrevistar al más grande de la liga, por no mencionar al mas caliente, el quarterback Edward Cullen ¿Le enseñará Edward Cullen las reglas del juego? O ¿ella le enseñará una o dos cosillas? 


Esto es una traducción y su autora es Nolebucgrl, podéis encontrar el fic original en esta página: http://www.fanfiction.net/s/5874934/3/First-Ten

Estoy autorizada por la autora a traducir esta historia.

 

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También os invito a pasaros por mi otra traducción conjunta, Words With Friends, junto a CARLAROBPATT. Aquí os dejo el link: http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=3920

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Capítulo 7: Segunda ronda

EPOV

 

-Parece que le mandabas un telegrama a Whitlock. ¿Ves? No mirabas a otro lugar.- El entrenador Anderson hizo un gesto de cabreo a la pantalla y rebobinó el juego por decimoquinta vez. Realmente no tenía nada que decir al respecto. Él tenía razón. La cagué. Sólo el hecho de que Jasper la cogió me salvó de lanzar una intercepción. Debería de haber mirado y ver si Cheney estaba en una buena posición. Un paso en falso y esa era la diferencia entre un pico y un touchdown.

-Tienes razón, entrenador. No va a volver a suceder.- Sabía que no. Sacudió la cabeza con disgusto y agrandó la captura. Estuve a punto de rodar mis ojos. No tenía sentido discutir que lo hizo bien, naturalmente. Después de unos minutos, finalmente vino hacia mí y me llenó con cintas del partido de ayer entre los Seahawks contra los 49ers del día anterior.

-Vuelve el miércoles a verme con los agujeros que veas en la defensa y las debilidades que puedan tener.- Enterró su cabeza en el libro de jugadas para que me fuera. Gracias a Dios, hemos estado estudiando la cinta durante casi todo el entrenamiento. Tenía la esperanza de salir de aquí antes de que...

-¡Cosmo Girl! ¿Eres tu?- ...Eso. Vete a la mierda. La reunión con su entrenador debería haber sido mas corta y ya se debía de haber ido. Eso pensé.

-Nunca he estado en Cosmo, Emmett. Es una revista de chicas.

-El hecho de que lo sepas me preocupa.- Golpeó mi hombro y me sonrió.- Ademas, dos de tus ex-novias han estado en la portada así que eso es suficiente .

No necesitaba recordarlo y rodé los ojos. Tanya y Lauren habían posado en muchas portadas de revistas.

-¿Qué estas haciendo aquí, Em?- Caminé por el pasillo con él, dirigiéndonos hacia las puertas. Quería volver a casa para llamar y hablar con Bella unos minutos antes de tener que sumergirme en las cintas del partido.

Golpeó mi espalda de broma pero lo suficientemente fuerte como para empujarme un poco para adelante. Le miré mientras que soltaba una carcajada.

-¿Qué quieres decir?, ¿qué estoy haciendo aquí? Vine a ver como te fue la cita.- Levanté una ceja y rió de alegría.- Está bien, puse polvos pica pica en los vestuarios. No pude evitarlo.- Me reí entre dientes... por lo menos no estaba detrás de mí. Tenía que revisar que no hubiera puesto también en mis cosas.

-¿Polvos pica pica? ¿No es un truco muy viejo?

Sus hoyuelos se marcaron cuando me sonrió mientras me guiñaba un ojo.

-No, es un clásico. No pueden ir mal las cosas de la vieja escuela.

-Si tu lo dices...- Llegamos a la salida y me dispuse a abrir la puerta cuando me cogió del brazo.- Em ¿qué haces?- Me dirigió hacia la sala donde teníamos una nevera, tv, consolas, sofás de cuero y una mesa de billar. Agarró un taco y un palo y empezó a colocar las bolas.- Tio, tengo que llegar a casa, tengo un montón de cosas para esta noche.

No me hizo caso y dio a la bola.

-¿Cosas que hacer? ¿Así te es como llamas a Bella?- Tomé el palo de billar y otro me golpeó en la espalda. Golpeó la bola rayada.

-Amigo, ya esta bien. Ella no es así.

-¿Así que no tuviste sexo? No es de extrañar que tengas el culo de un cangrejo.- Metió la bola cuatro y rozó la dos.

-No tengo el culo de cangrejo. Sólo quiero llegar a casa y estudiarme las cintas.

-¿Por qué estas tan ansioso? Tienes toda una semana. Tu turno.

No tenía ni idea de por qué estaba jugando pero lancé hacia la bola cinco de la esquina derecha.

-No, no la tengo. Tengo plantes el martes por la noche.- Joder, no había querido decir eso-

-¿Plaaaaaaaaannnes?- Preguntó con voz cantarina.- ¿Qué tipo de planes? ¿Con una chica? ¿Bella, tal vez?

-Em, ¿Rose tiene idea de lo obsesionado que estás con mi vida privada? Es un poco jodido. ¿Sientes algo por mí?

Puso sus manos en el corazón y movió “coquétamente” las pestañas hacia mí.

-Sabe todo acerca de mi amor no correspondido y sabe que es la segunda opción que ven mis ojos. Pero como no te puedo tener, he seguido adelante. Lo entiendes, ¿verdad? Me conformaré con mirarte de lejos, en la ducha a escondida y a recoger todas esas imágenes para toda mi vida. No es algo que oculte, tengo un mural con fotos tuyas en el techo de mi habitación.- Movió sus cejas hacia mí.- Por razones obvias.

-Eres un cabrón,- resoplé con la risa que me invadió al pensar en ese mural.- Apuesto que Rose piensa que es caliente.

-Bueno, ella admite que eres mas guapo que ella. Está segura de sí misma.- No le dí a la bola siete de lo fuerte que me estaba riendo y levantó la mano en señal de triunfo por mi fallo y luego puso la cara seria cuando apuntó a la bola seis. Ladeó la esquina, solo le faltaba una.- Maldita sea. Así que, en serio, ¿tienes planes con Bella?

No pude quitar la sonrisa de mi cara mientras respondía.

-Si, cenamos en su casa.

-¿Así que anoche fue todo bien?- Metí la bola siete en la esquina izquierda y apunté a la uno.

-Si, fue genial.- Mas que genial, estuvo fabuloso. Nunca había sentido esto... en torno a una chica antes. No sabía si era la palabra correcta, pero había estado ridículamente emocionado y sentí como si estuviera en algún sitio alto cuando ella estaba a mi lado. Y Dios, cuando le daba un beso... era una extraña combinación de una descarga eléctrica, pero también era cómodo y estaba bien, supongo. No le iba a decir todo esto a Emmett, ya que pensaba que era bastante femenino por las portadas y menciones ridículas que las revistas sacaban de mí.

Perdí la bola, estaba demasiado concentrado en lo bien que se sintieron los labios de Bella sobre los míos. Emmett se rió mientras metía la dos.

-Estas completamente colado por esa chica. ¡Deberías ver tu cara! Te ves como una chica adolescente hablando sobre... bueno ¡vosotros!- Levanté el palo y se quitó de mi camino alegremente.- En serio, hombre, me alegro de que hayas encontrado a alguien que te haga sentirse así. Con Tanya no estabas así.- Sentí un ceño en mi cara al oír ese nombre. Me señaló.- Si eso es exactamente lo que decía. ¿Por qué no te habías dado cuenta durante tanto tiempo?

Me encogí de hombros.

-¿Convincente? ¿Queriendo evitar el drama de mierda que desarrollaría al dejarla?- No funcionó, por supuesto. Que hubiera sido golpeado y arañado y que tuviera que arrastrarla fuera de mi apartamento antes de que se pusiera peor. Había estado maldiciendo en mi puerta en ruso durante treinta minutos antes de que la amenazara con llamar a la policía si no se marchaba.

-Tanya estaba caliente como el infierno, pero estaba loca.

-¿Crees que no lo sabía? ME esteré después de que nuestras fotos juntos estuvieran en todas las revistas y nuestros publicistas y agente nos reunieran y decidieran que sería lo siguiente.- Odiaba eso. Me sentía como una marioneta y falso, aunque estuvimos juntos con todas las intenciones y propósitos. Que podía contar con las dos manos el número de días que habíamos pasado juntos durante los ocho meses, mas o menos, que estuvimos saliendo. Todo era muy Hollywood y estaba harto. Era otra de las razones por las que Bella me atraía, más allá de su belleza e inteligencia, y el hecho de que me hacía reír.

-Bueno, estas fuera de eso y claramente mejor. Háblame de ella y de la cita.

-Eres una chica, Emmett.- Solo se apoyó en la mesa y cruzó los brazos enormes, esperando a que continuara.- Ella se acercó y era estaba adorablemente torpe al principio.- Sonreí al recordar sus resbalones verbales.- Al parecer, amaba el sofá que tengo con Jasper y por supuesto tengo el mismo, así que le dije que esperaba que lo amara igual y me dijo que le gustaba mas mi sofá.- Emmett soltó una carcajada.- Nos sentamos y hablamos de fútbol y mis trofeos y cómo cubre los partidos de la secundaria. Era algo fresco, poder hablar con alguien sobre lo que hago y no sobre lo que gano haciéndolo.- Nunca había salido con una chica que sabía mas que lo básico de fútbol. Bella al tener el conocimiento y la pasión por el deporte que juego dio un giro enorme.

-¿Hubo movimiento?- preguntó, con sus brillantes ojos azules.

-Uno o dos besos.- Los mejores besos del mundo. No estaba interesado a hablarle de los gemidos de la mesa y lo que pasó con la torta de chocolate de lava. Eso era cosa de nosotros dos.

-¿Te invito para mañana por la noche?

-Bueno, le pregunté y le dije que no quería esperar hasta volver de Seattle. El martes era la mejor noche.- Emmett asintió. Estábamos con poco entrenamiento el primer par de días después de un partido, no nos poníamos en serio hasta el miércoles. Nos dirigiremos a Seattle el viernes por lo que íbamos a estar fuera el fin de semana. El martes era perfecto y no podía esperar mas a verla de nuevo. Me llamó cuando llegó a casa, tal y como la había dicho, y terminó siendo una conversación que duro una hora donde intercambiamos historias de cuando eramos niños. Hablar con Bella era tan fácil como respirar y sentía como podía confiar en ella. Una parte de mí estaba preocupado por como estaba profundizado, pero no me importaba. Ella me fascinaba.

Se volvió hacia la mesa de billar y metió la bola a rayas.

-Bien por ti, hombre, suena como si realmente te gustaba. ¿Cuando la conoceré?

Me encogí de hombros. Emmett era mi amigo mas cercano junto a Jasper y si Bella y yo estuviéramos juntos en cualquier periodo de tiempo, definitivamente la conocería. Por ahora, sin embargo, me la quería guardar para mí. Jasper ya la conocía muy bien, demasiado. Mis manos se apretaron en torno a mi palo de billar al imaginarla con su sujetador negro, estaba comportándome ridículamente. Jasper estaba loco por Alice, pero aun así... Quería ser el único en ver la piel desnuda de Bella. Había estado tentado a probar mas anoche, pero sabía que no era el momento. Me había acostado al instante con Tanya y Lauren y mira dónde me había metido. Bella era una chica de calidad y quería llegara conocerla antes de acostarme con ella, a pesar de que probablemente me mataría intentar mantenerme a raya. Sólo esos cuantos besos anoche me habían hecho tocarme en la ducha inmediatamente después de que se fuera.

-Vas a reunirte con ella cuando esté seguro de dónde nos dirigimos.

Emmett resopló mientras metía la bola ocho en el lateral.

-Va a algún lugar, ambos lo sabemos. Pero si quieres tenerla solo para ti, lo entiendo. Privacidad es lo que mas se quiere por aquí.

Fui a la nevera y cogí dos botellas de agua arrojándole una. La cogió al aire y la abrió para tomar un trago.

-Quiero que la conozcáis, tu y Rose.- Bueno, mas bien Rose. Rose odiaba a Tanya y no tenía ni idea de qué pensaría de Bella.- Ahora solo quiero disfrutar de estar con ella, sin que nos observen, sin presión. Si no va a ninguna parte, vamos a tener que lidiar con la prensa y los chismes y toda esa mierda y no estamos listos para eso.

-Lo entiendo, amigo. He visto lo que pasó en el pasado. Eres tímido. Pero si te gusta tanto como yo creo, vais a tener que soportarlo y será mejor si tienes amigos cuando lo hagas.- Tenía razón, por supuesto. Era una conversación que realmente tenía que tener con Bella antes de que cualquiera de los dos se colara demasiado. Ya lo estas. Si, era como un adolescente con su primer amor. Era extraño, pero me gustaba.

-Gracias, Em, tienes razón. Tan pronto como lleguemos a ese punto, todos vamos a estar juntos. Te lo prometo.- Me gustó bastante la idea mental de Emmett y Alice en la misma reunión.- Tengo que llegar a casa, pero te veré mañana.

Sonrió y puso los palos en su sitio.

-Hasta mañana, hombre. Ve a llamar a tu chica. Sonreí. Mi chica... Me gustó como sonaba. Le hice un gesto y me dirigí a casa para poder llamar a... mi chica.

 

.

 

-¿Cita con Bella?- Volví la cabeza para ver a Jasper que se acercaba hacia mí en el vestuario. El entrenamiento había terminado y me había duchado y afeitado aquí para no tener que ir a mi casa e ir directamente.

-Si, tengo que estar allí a las seis, tengo un poco de tiempo libre.- ¿Debo llevar flores? ¿Caramelos? No estaba seguro de como era el protocolo en las citas. Había pasado mucho tiempo desde que tuve que llamar a una floristería o a Tiffany para que mandaran algo. Bella no parecía una chica de lujosas joyas o caros ramos de flores.

-Me pregunto cómo Bella hace todo esto. Realmente me quiere.- Tomó una toalla y se agachó. Mierda, Alice y a Jasper habían dicho a Bella que era cuestión de tiempo antes de que Emmett se enterara.

-¿Como es eso de querer a Bella, Jasper?- La voz de Emmett resonó cuando el dobló la esquina con nada mas que una pequeña toalla.

-Tio, ponte algo, si te agachas puedo ver tu...- Jasper se interrumpió cuando Emmett lo hizo, enseñando todo.- Arrgg.- Jasper sacó su móvil y tomó una foto, guiñándome el ojo.

-Solo estaba mostrando a GQ lo que se pierde.- Solté un bufido cuando puse mi cartera en el bolsillo de atrás, cogía mis llaves y cerré la taquilla.

-No me falta nada.

-Sigue diciéndote eso, Esquire. No te preocupes, Vaquero, hay de sobra para ti.- Emmett me pellizcó el culo.

-Emmett, te voy a patear lo que queda si no te pones algo de ropa ya.- Jasper abrió el casillero de Emmett y le arrojó su ropa.- Vístete o no te contaré como Bella me quiere.

Em nos miró mientras se ponía la ropa interior y los pantalones cortos.

-Bueno, ya estoy vestido. Dime.

Al parecer, Jasper, estaba de acuerdo con él para llenar el tiempo que me faltaba con eso. Gemí mientras Jasper me lanzaba una sonrisa traviesa.

-Bueno, parece que la Sra. Bella tiene un problema al decir lo que piensa. Ella suelta las cosas en los momentos más inapropiados. Al parecer, le dijo a Romeo aquí, que no se acostaba con él y cuando él le preguntó que de qué estaba hablando, ella dijo que no se estaba acostando conmigo como una tapadera. Sólo quería aclarar por qué llevaba mi ropa y abría mi puerta a las seis de la mañana.

Le dí un puñetazo en el brazo y rugí.

-Ella estaba hablando de mí.- Al menos eso creía. Era difícil saberlo con Bella, pero la forma en que había actuado y sus besos... si, se trataba de mí. Tenía que ser.

-Si eso es lo que tienes que decirte a ti mismo para pasar las solitarias noches, adelante,- dijo Jasper arrastrando las palabras.

Emmett silbó.

-Tengo que conocer a esta chica. Suena como un motín. ¡Tal vez no querrá acostarse conmigo!

Le fulminé con la mirada.

-Estoy bastante seguro de que no va a querer dormir contigo.

-Tengo una foto de su culo, se la enseñamos y que decida por ella misma.- Jasper movió su móvil y se apartó cuando Emmett se abalanzó sobre él.

-Dámelo, Tumbleweed.- Emmett era más grande pero Jasper era mas rápido y logró escapar de él cuando volvió a por él.

-De ninguna manera. Me quedo con esto para propósitos de chantaje. No sé cuando, pero lo voy a utilizar en tu contra. Te debo una.

Emmett se sentó de nuevo y se encogió de hombros.

-¿Eso es lo mejor que tienes, Spurlock? No es nada comparado con mis ideas.- Lamentablemente, esto era cierto. Emmett era el rey de las bromas en nuestro equipo. Se volvió hacia mí mostrándome sus hoyuelos.- Así que, si tu chica está caliente por Jasper, ya entiendo por qué quieres mantenerla lejos de mí. Seguramente la perderías en caso contrario.

Puse los ojos en blanco.

-Si, eres una amenaza real, Em.- No podía dejar de reír al ver la expresión en su rostro jovial.- No puedo correr el riesgo hasta que esté totalmente enamorada de mí.- Cuando esas palabras salieron de mi boca sentí que mi estómago se encogían. ¿Que significaba eso?

Me sacudí y me volví hacia Jasper.

-¿Qué mas te dijo Alice?- Seguramente que no mencionó el...

-¿Porno gimiendo y lo del postre que os disteis de chocolate el uno al otro? Si, lo se todo hombre.- Jasper sonrió y se pasó la mano por el pelo.- También he oído que te besó por primera vez. Wuss.

-¿Tuvo que dar ella el primer paso? Voy a tener que rescribir algunos de tus apodos, Eddie. Eso no fue nada bueno. Estoy decepcionado de ti.

-He hecho un montón de movimientos por mi cuenta,- murmuré.

-Si, ¿a quién crees que se le ocurrió la idea del postre? Romeo sabe lo que está haciendo, incluso si es un poco lento de entendederas,- Jasper se rió.

-Ella me dio el primer beso porque me encontró irresistible-. Me gustó que ella fuera la que me había besado a mí y no al revés, me hizo sentir mucho mas relajado y seguro de mis propios movimientos. No estaba acostumbrado a dudad de mí mismo, pero Bella me hizo sentir como un adolescente de nuevo, torpe e inseguro.

Emmett se levantó y me dio unas palmaditas en la cabeza como si fuera un perro. Me aparté de él y alejé su mano.

-Por supuesto que lo hiciste, princesa. Estoy seguro de que Jasper no estaba en tu mente en ese momento.

-Jasper se atragantó con la risa cuando Emmett me golpeó en el intestino. Se limitó a sonreír de buen humor. Gilipollas con enormes músculos.

-Apestáis. Me voy y me aseguraré de decirla que no la cuente nada a Alice sobre esta noche. Sois como una chicas chismosas que preguntan por todo.

-¿Vas a decirle a Bella que no le cuente a su mejor amiga su cita? Tio, eres idiota. ¡Buena suerte con eso!- Jasper sacudió la cabeza como si estuviera desesperado. Bueno, valía la pena intentarlo, ¿no? Seguro que podía darle una versión muy editada de la noche. Jasper se rió.- Cuando conoces a Alice sabes que es inútil negarle algo sea lo que sea. Si quiere saber algo, ella lo sabe.- Lo sabía.

-Bien, lo que sea. No estoy diciendo que sea mala.

-¿A quién le importa? Obviamente todas las cosas buenas vienen de Alice. ¿Cuando la conoceré?-Emmett demandaba. Jasper escupió y le dejé hacer frente a la solicitud de Emmett y me dirigí al estacionamiento. Había una hermosa mujer esperándome, no tenía por qué perder mas tiempo con esos dos idiotas.

 

.

 

Me detuve en una floristería en el camino y cogí un ramo de margaritas para Bella. Parecían mas de su estilo que las rosas u orquídeas, que mis ex-novias habían preferido. No quería comparar a Bella con ellas, pero era difícil no hacerlo. Ella era tan real y tenia los pies muy puestos en el suelo, en comparación con ellas. Las margaritas me parecieron muy convincentes.

Encontré el edificio de Bella con bastante facilidad. Ella vivía en el centro de Phoenix, mas o menos media hora desde mi casa. No estaba mal en absoluto. Aparqué y entré en el edificio, frunciendo el ceño por la falta de portero o de seguridad. No me gustaba la idea de que no tuviera ningún tipo de protección.

Fui al ascensor y pulsé el botón para subir al piso, esperando con impaciencia para verla. Cuando las puertas se abrieron, una joven pareja salió y ambos me miraron interesados. Joder.

-Hey, ¿no eres Edward Cullen?- Me preguntó con entusiasmo. Le sonreí y asentí con la cabeza, haciendo un gesto para que salieran mientras me miraban.

-Si... uh, ¿os bajáis aquí?

-Oh, si. No vives aquí, ¿verdad?

-No, estoy visitando a un amigo.- Finalmente salió del ascensor, la chica me miraba lamiéndose los labios, mientras su novio me alargó la mano para que la sacudiera. Me moví rápidamente para tomársela.

-Gran partido, hombre. Cuando lanzaste ese paso a Whitlock en el tercero, enhebrado a través de las dos esquinas... ¡que bueno!

-¡Gracias! Pasar una buena noche.- Pulsé el botón del tercer piso y les dirigí una sonrisa mientras las puertas se cerraban. Me relajé contra la pared, agradecido de que pudiera subir yo solo. Debería haber ido por las escaleras y eso haría al irme. Odiaba estar atrapado en un ascensor con extraños, y mas si eran fans que hacían proposiciones o eran exuberantes o ambas.

Las puertas se abrieron y encontré el apartamento 322 con rapidez. Llamé a la puerta y oí un golpe seguido de un “mierda”, y unos segundos después, la puerta se abrió para revelar a una agotada Bella mirando, con el rostro sudoroso y su cabello despeinado.

-Bella, ¿estás bien?- mi pensamiento de llegar abrazarla y besarla en la puerta se evaporó por la preocupación de verla así.

-¡No!, Si. No lo sé.- Bueno, eso no es que aclararan mucho las cosas. Suspiró y trató de de apartarse el pelo de la cara.- Mi aire acondicionado decidió fugarse e hice lasaña por lo que aquí hace tanto calor como el infierno y... maldita sea. Nunca debí pedirte que fuera aquí.

Traté de hacer retroceder el dolor de sus palabras y pasé los dedos por su mejilla.

-Puedo manejar el calor, si estoy contigo.

-Eso está de moda,- dijo abruptamente y se sonrojó como hacía cada vez que decía algo que hacía que me sorprendiera. Era tan increíblemente hermosa.

Le entregué las margaritas y enterró la nariz en ellas.

-Estás tal como eres, y no estoy hablando del sudor.- Joder, Cullen, ¿solo sabías decir esa estupidez? La miré todo lo que pude ahora que no estaba mirando, estaba muy bien a mis ojos. Llevaba una falda corta negra que dejaba ver sus preciosas piernas pálidas y una camisa azul con el primer botón desabrochado con la que se veía preciosa.

Se mordió el labio y abrió mas la puerta para dejarme entrar en su interior. Pasé junto a ella e hice una mueca cuando el calor estrelló contra mí al instante en el que entré por la puerta. Ella tenía razón, era como si estuviéramos en una sauna aquí dentro. Bella suspiró y puso las flores en una mesa que tenía al lado de la puerta.

-No tienes por qué quedarte. Podemos quedar otra noche, si quieres.

Como si le fuera a tomar la palabra... Aguantaría cosas peores solo por pasar tiempo con ella.

-Me quiero quedar, Bella.- La acaricié con mi mano derecha a lo largo de su cuello sudoroso... sin duda alguna había algunas ventajas para el calor. Estaba bastante sexy y ver su sudor hizo imaginarla sudorosa y desnuda conmigo dentro de ella y si... esta iba a ser una noche larga.- Algo huele muy bien.- Era cierto, pero estaba hablando de la deliciosa fragancia que emergía desde su interior.

Me sonrió e hizo un gesto hacia la cocina, que estaba al lado de la sala de estar. Era pequeña pero agradable, con encimeras de color gris y armarios y cajones blancos.

-Hice lasaña. Faltan unos veinte minutos mas, hasta que se haga y después ya puedo apagar el horno. Lo siento, Edward. No sabía que el aire iba a estropearse.- Se veía tan nerviosa e impotente que no pude resistir y la dí un abrazo tranquilizador. Se acurrucó en mí un momento antes de retirarse hacia atrás y sacudir la cabeza.

-Estoy sudorosa y asquerosa y ahora me estoy poniendo así.

La traje hacia mí de nuevo y suspiro relajándose.

-No me importa. Sólo quiero abrazarte.

-Lo siento, soy un desastre.

-No es verdad.- La alcé la cabeza y finalmente la besé, como lo había estado esperando desde que salió de mi casa el domingo por la noche. Sus labios se sentían bien sobre los míos y le chupé el labio inferior mientras me pasaba los brazos alrededor de mi cuello. Su cuerpo estaba presionado contra el mío y no quería nada mas que ponerla debajo de mí en el sofá y explorar cada centímetro de su cuerpo, pero era demasiado pronto y hacía demasiado calor.

Ella suspiró cuando rompió el beso y la solté.

-¿Qué vamos a hacer? No podemos comer aquí. Vamos a derretirnos.

Estaba a punto de sugerir que podríamos quitarnos un poco de ropa, pero mi plan era tomar las cosas con calma.

-Podríamos llevar la comida a mi casa. Podría quedarse fría, pero la podríamos calentar de muevo.- Y luego, por supuesto que podría sugerir que se quedara a pasar la noche, porque no había manera de que pudiera quedarse a pasar la noche aquí con el aire acondicionado estropeado. Una vez mas, Cullen, no estas haciendo un buen trabajo al tentar a la suerte.- ¿Podrías llamar al mantenimiento del edificio?

Ella frunció el ceño y se apartó el pelo de la cara.

-Si, pero no pueden venir hasta mañana. Me quedaré esta noche en casa de Alice, lo mas seguro. Tengo que llamarla.- Me desanimó un poco esa noticia, pero era lo mejor.

-Tengo una idea. Tengo ropa del entrenamiento limpia en el coche, ¿me podría cambiar?- Llevar jeans y camiseta de manga larga era demasiado esta noche.

Se sonrojó adorablemente.

-Dios, si, tienes que estar muy incómodo. Lo siento Edward. No puedo hacer nada bien cuando se trata de ti. Te juro que esto no me pasa habitualmente.

-Hey,- la tomé de la barbilla con la mano y me miró con sus con sus grandes y tristes ojos marrones.- Eso no es verdad, Bella. No me importaría si tuviéramos que comer pan y agua en tu oficina.- Ella se rió con el recuerdo de la comida que le ofrecí y me sonrió, la luz volvió a sus ojos.- Estoy feliz de estar contigo. Con sudor o sin sudor. Tengo una idea.

-¿Qué?- Me preguntó.

-Acampemos en el pasillo. Se está fresquito. ¿Tienes una manta que podamos poner?- Su rostro se iluminó con una sonrisa y sabía que ella amaba la sugerencia. Era mejor llevarla a casa... Pero sabía que si lo hacía lo mas probable es que la pidiera que se quedara y me daba cuenta de que eso era ir demasiado lejos por ahora. Quería tocarla, saborearla, de la peor manera.

-Edward, eso es perfecto, ves a buscar tu ropa mientras cojo una manta y llamo a Alice.- Estaba prácticamente saltando de emoción y me sentí como si me hubiera anotado el touchdown para ganar en lugar de sólo hacer una sugerencia para hacer la noche mas cómoda. Bella tenía ese efecto en mí, sin embargo, todo parecía magnificado al estar con ella.

Corrí hacia la puerta y llegué corriendo por las escaleras a mi coche, agachando la cabeza para evitar que se me reconociera cuando un grupo de personas salían de los ascensores. Saqué mi bolsa del gimnasio del auto y corrí al piso de arriba, era algo bastante estúpido teniendo en cuenta que iba a su sofocante apartamento. Llame a la puerta y entré cuando ella llamó y me detuve en seco cuando vi que ahora llevaba una camiseta gris con escote en forma de U y unos jean cortos, muy cortos, que no dejaban mucho a la imaginación. Llevaba el pelo recogido y algunos mechones sueltos por debajo de la coleta. Tragué saliva por la vista de ella así. Era probablemente una buena idea comer en el pasillo.

-¿El baño?- Le pregunté, con la voz un poco más aguda a causa de su ropa.

-La segunda puerta a la derecha.- Entré y me puse uno de mis conjuntos negros con la camiseta por fuera y pantalones cortos, guardé los vaqueros y la camisa que llevaba en la mochila. Me gustó la forma que tenía el baño, no era muy femenino. No estaba cargado con toda esa porquería que las chicas suelen tener, champú, perfumes, lociones y todo eso. Ella tenía un cepillo de dientes verde, pasta de dientes, jabón de manos y sólo una loción para el cuerpo. Bella Swan era mi tipo de chica.

Salí del baño y puse la bolsa al lado de la puerta principal. Bella se apartó del horno y respiró hondo cuando me vio. Murmuró algo acerca de “demasiado calor” y le sonrí, ya que no parecía que hablara del aire acondicionado.

-¿Ves algo que te guste?- No pude evitar preguntar.

Se acercó a mí y colocó las manos en el cuello se mi camiseta.

-Si.- Tiró de mí hacia abajo y sus labios se encontraron son los míos, mis manos bajaron hasta su cintura y la atraje hacia mí. No estaba pensando mucho en ello, pero mis manos se las arreglaron para encontrar el camino bajo la camiseta, contra su piel sedosa del estómago. Joder, la deseaba. Justo aquí y ahora en este caliente apartamento, quería tumbarla en el suelo y sudar mas aun. Sus labios eran firmes en los míos mientras sus manos estaban enterradas en mi pelo y nos devorábamos en uno al otro.

Mis manos se movieron hasta su caja torácica y se acercaban a sus pechos a pesar de que una voz en mi mente me decía que era muy rápido. No lo parecía con la forma en la que me estaba besando, la urgencia de sus labios sobre los míos y la forma en que tiró de mi pelo. ¿Y si teníamos sexo demasiado pronto? Podía basarse esto solo en eso ¿verdad?

Me deslicé más arriba, en el torso, me centré en llegar con mis manos a sus pequeños pechos perfectos. Un pitido molesto atravesó el momento y Bella se apartó de mí, su pecho subía y bajaba muy rápido.

-La lasaña está lista.- ¿Salvados por la campana? Desde luego, la deseaba, pero tal vez era lo mejor. Sólo tal vez.

Corrió a la cocina y apagó el horno, luego sacó la pasta y la puso en la encimera. Miró la comida y parecía estar discutiendo algo con ella misma antes de negar con la cabeza y señalar la manta roja y blanca que yacía sobre el respaldo del sillón.

-¿Quieres poner la manta en el pasillo?- No, en realidad lo que quería era ponerlo en el suelo y poner a Bella encima de ella y rodar por el, pero era mejor si salíamos de la habitación, era un lugar mas público y así nos contendremos mas. No podía atacarla en un pasillo cuando alguien puede ver todo ¿verdad? Si, totalmente posible. Bien, pero yo no lo haría.

Tomé la manta y me dirigí al pasillo extendiéndola a la izquierda de la puerta, cubriendo la alfombra negra manchada. Había un agujero de ventilación encima y se notaba que salía aire. Nos vendría bien un poco de fresco, no solo por el calor del apartamento. Esta chica estaba probando mi autocontrol en todos mis sentidos. Volví a entrar y cogí dos botellas de agua de la nevera. Bella asintió con la cabeza al mostrarle lo que había elegido para beber, no creo que ninguno necesitáramos alcohol con los estados de animo en los que nos encontrábamos.

Repartió la lasaña y cogió una ensalada y la llevó sobre la manta. Ella dejó escapar un profundo suspiro mientras se deslizaba por la pared blanca y se apoyó en ella.

-Debería de haber venid antes. Estaba demasiado ocupado volviéndome loca pensando en algo práctico.

Me senté junto a ella y me dio un codazo en mi rodilla.

-Practico habría sido llamarme y decir que el aire acondicionado estaba roto así podríamos haber salido o haber cenado en mi casa o algo así. Práctico hubiera estado comiendo helado en lugar de lasaña de cocina.- Resopló y me cogí un pinchazo de lasaña y gemí por los sabores que explotaron en mi boca.- A la mierda lo práctico, esto está increíble.

Bella se rió de mi reacción.

-Aprendí a cocinar porque tenía que hacerlo. Mi madre era terrible y mi padre pesca mucho y eso era todo.- Tomó otro trozo de lasaña e hizo un sonido semi-orgásnico. Iba a ser la razón de mi muerte.- Iba a hacer pan de ajo para acompañar, pero no quería cocinar mas de lo necesario. Esto esta bien, ¿no?

Cogí su mano derecha y la besé. De ninguna manera, no quería que fuera de nuevo al sofocante apartamento.

-Esto es perfecto. Así que, aparte de no ser capaz de cocinar, cuéntame sobre tus padres.- Quería saber todo acerca de esta chica.

Bella sonrió mientras me contaba sobre las aficiones de cada mes de su madre, desde la pintura, a la cerámica y punto de cruz, había probado todo. Sonaba como un espíritu libre y muy divertido.

-En cambio, mi papa es mas estable que ella. Dale una caña de pescar y una cerveza y estará contento durante una hora. O enciendo la TV y ponle el fútbol o el béisbol.- Comió otro bocado de lasaña.- Aunque es un de los Seahawks, lo siento.

-¿Les has hablado de mí?- Realmente quería saberlo. Aunque yo no había dicho nada a la mía, sabía como era mi madre y querría conocerla y, probablemente, empezar a planificar la boda en el siguiente segundo. Estaba desesperada por tener nietos.

Tragó saliva y me miró por un momento antes de responder.

-No. Quiero decir, ¿qué les digo?- Joder, es verdad.- Supongo que sólo quiero esperar y ver dónde va esto antes de mencionárselo a nadie más que Alice.- Eso tenía sentido para mí.

-Hablando de Alice, ¿tuviste que contarle todo lo que pasó el domingo por la noche?

Bella me miró como si le hubiera pedido que resolviera el enigma de la Esfinge o algo así.

-¿Qué quieres decir? ¿Por qué no se lo iba a contar? ¡Es mi mejor amiga!

-Si, pero se lo dijo a Jasper y este se lo contó a Emmett y están los dos diciendo gilipolleces.- Ella parpadeó con esos hermosos ojos y luego se puso a reír. Esa no era la reacción que esperaba, así que levanté una ceja y esperé hasta que ella estuvo de nuevo en calma.- ¿Qué es tan gracioso?

-No lo sé. Es solo que por lo general mi boca me mete en problemas, y ahora eres tu el que está en problemas. Simplemente me gusta el hecho que esta vez no sea yo.

Me quedé mirando sus labios un poco y se los lamió como respuesta.

-Tus labios son propensos a meternos en problemas antes de tiempo.- Y entonces la estaba besando otra vez, allí mismo, en el pasillo, mucho menos íntimo que antes. Bella no parecía tener mente y me agarró por los hombros y acercó mas su cuerpo hacia mí.

El sonido de una puerta y alguien arrastrando los pies hacia nosotros nos sacó del trance y nos separamos. Problema no era una palabra lo suficientemente extensa como para lo que sus labios podían hacerme. Alguien aclaró la garganta y me volví para ver a un hombre alto, delgado, con gafas gruesas y con el pelo negro desordenado. Me miró y luego a la mujer que aun estaba en mis brazos.

-Hola, Bella.

Soltó mis brazos y se recostó a mi lado.

-Hola, Eric, ¿Cómo estás?

Sus ojos iban de ella a mí. Luché contra la tentación de sacar a Bella de allí. Era bastante obvio que el chico estaba enamorado de ella, se ruborizaba cada vez que la miraba.

-Estoy bien, ¿qué hacéis aquí?

Ella suspiró y señaló hacia su apartamento.

-El aire no funciona, otra vez, y cociné la cena, así que hace tanto calor como en el infierno. A Edward se le ocurrió la idea de hacer un picnic en el pasillo y aquí estamos.- Sus ojos se centraron en sus piernas desnudas y esta vez no me resistí y puse una mano en su rodilla.

Él me miró de nuevo y luego movió los pies.

-Bueno, si necesitas un sitio para pasar la noche...

-Ya lo tiene,- lo interrumpí antes de que Bella pudiera decir nada. Había sonado como si se quedara con migo y eso me pareció de lo mas apropiado.

-Oh, eso está bien.- Tragó saliva y miró nerviosamente por el pasillo.- Bueno, estoy en casa si necesitas algo. Nos vemos mas tarde, Bella.

-Adiós, Eric.- Lo observé hasta que se metió en su casa y me giré encontrando a Bella mirándome.

-¿Qué?

-¿Qué? ¿Acabas de comportarte conmigo de forma posesiva, Edward?- Si, ¿y qué?

-Tal vez. ¿Por qué?

-¿Por qué? Edward, no te pertenezco.- Oh, pero la quería, en todos los sentidos.- E incluso si con el tiempo esto se vuelva mas... Todavía no voy a ser tuya.

Moví mi mano por su pierna lentamente y vi sus ojos nublados por la lujuria.

-Me parece recordad que tuviste una reacción bastante celosa con cierta rubia en el club la otra noche, cuando ni siquiera nos habíamos besado.- Y pensar que estaba aquí ahora...

Sus ojos se entrecerraron y golpeó mi mano apartándola de su pierna.

-Ella era una zorra, Eric es un buen tipo. Hay una diferencia.

Puse los ojos en blanco y cogí un trozo mas de lasaña con mi tenedor.

-Bueno chico o no, no podía apartar los ojos de tus piernas. Él quiere acostarse contigo, no te equivoques. Un poco menos lanzado que otros.- Bella resopló y comí antes de continuar.- Oh, Bella, ¿quieres pasar la noche en mi casa?- Le pregunté con un tono de voz alto, imitando a Eric.- Te cedo mi cama y yo dormiré en el sofá. Tal vez podríamos ver una peli juntos y podrías poner la cabeza en mi hombro. Entonces besaré la parte superior de tu cabeza e inclinar mi cara y...- Me callé porque no quería imaginarme eso con Eric y Bella nunca mas, pero Bella y yo, era otra cosa. Me estaba encendiendo de nuevo. ¿Podría estar así siempre que estaba a su alrededor?

-Por lo menos fue lo suficientemente amable para preguntar.- Parecía irritada y tal vez un poco dolida por eso.

Me volví hacia ella, sentada con las piernas cruzadas con las dos rodillas apretadas contra su pierna derecha.

-Cuando te pregunte si quieres pasar la noche conmigo, no dormiré en el sofá, Bella.- Ella abrió los ojos y tragó con dificultad.- Pensé en hacerlo y quería, pero no quiero precipitarme en esto. Me gustas mucho, y no quiero arruinar las cosas yendo demasiado rápido. ¿Puedes decir honestamente que si estuviéramos en esa posición no pasaría nada?- Negó con la cabeza rápidamente.-Te lo pediré, Bella, te lo puedo prometer. Probablemente no en un futuro lejano.- Cerró los ojos.- ¿Lo harás cuando pregunte?- Tenía un nudo en la garganta mientras esperaba la respuesta.

No sé por qué lo quería saber. Probablemente sea masoquista y quisiera torturarme durante toda la noche con la visión de estar en la cama con ella. Sus ojos se abrieron y vi la respuesta en ellos antes de que abriera la boca.

-Si, lo haré,- Dijo ella en voz baja, sin vacilación en su voz. Si, estaría a base de pajas cuando llegue a casa esta noche.

-Bien.- Terminamos de cenar relativamente en calma, charlando un poco más sobre nuestras familias y de otras cosas sin importancia. Era muy consciente de su pierna desnuda junto a la mía y sentía el zumbido de energía que se movía entre nosotros. Mis dedos tenían muchas ganas de tocarla, y para sucumbir a la tentación seguí comiendo.

Bella estaba tomando su último bocado de lasaña cuando inclinó el tenedor demasiado pronto y aterrizó en su pecho, justo encima de la V de su escote. Maldijo y cogió una servilleta pero la detuve con la mano, con los ojos fascinados por el espectáculo de la salsa de tomate en su piel pálida. Bella me miró mientras me inclinaba hacia delante. ¿Qué demonios estaba haciendo? Esto no era una buena idea y no era el lugar ni el momento... Lo siguiente que supe fue que mi lengua estaba presionando contra esa piel sedosa mientras lamía la salsa en ella. La oí jadear y luego sus dedos se enredaron en mi pelo.

No sabía lo que tenía esta chica y los alimentos. Nunca había encontrado la acción de comer una experiencia erótica, pero la forma de comer de Bella me dejaba muy caliente. Lamí la salsa de ella y tiró hacia atrás lo suficiente para mirarla a la cara. Parecía que estaba a punto de explotar y acercó cu cara a la mio y apretó sus labios contra los míos con hambre, otra vez. Gemí y la atraje hacia mí y una vez eramos como dos adolescentes en el pasillo.

Había una voz dentro de mi cabeza gritando que no era ni el momento ni el lugar, pero Bella dejó escapar un gemido contra mis labios y la ignoré. ¿A quién le importaba si alguien pasaba por allí? Ese chico probablemente estaba espiando por la mirilla... que vea a quién pertenecía.

Un timbre indicó que el ascensor llegaba y Bella me empujó hacia atrás, ambos respirábamos con dificultad mientras nos mirábamos. La persona que saliera no venía hacia nosotros y comencé a avanzar de nuevo hacia ella, pero me puso la mano derecha en mi pecho.

-Lento, ¿recuerdas?- Preguntó ella con voz temblorosa. Recordé que fui yo el que lo dije, pero las razones por las que yo las dije no parecían muy importantes cuando ella me miraba como si quisiera arrancarme la ropa y hacerlo ahora en el suelo. Dios, eso sería increíble.

-Cierto. Lento.- Me aparté y me apoyé contra la pared al lado de ella.- No recuerdo por qué quería ir despacio,- la señalé y se rió sin aliento.

-Había buenas razones.

-No, soy estúpido y mis argumentos igual.- Deslicé mi brazo alrededor de su cintura y se apoyó en mí.

-Ninguna de las dos cosas es cierta, Edward.- Yo y mi gran bocaza.- Prométeme que cuando creas que es el momento adecuado me lo preguntarás.

Apreté mis manos en su cintura.

-Lo haré.- El momento adecuado mejor que viniera pronto o iba a explotar.

Levantó la cabeza de mi hombro y se puso de pie con gracia, extendiendo la mano ayudarme a levantarme.

-Vamos a entrar en la sauna una vez mas para poder recoger todo y salir de aquí. Probablemente es más seguro que cualquier otro lado del país.- Parecía irónico que la privacidad de la vivienda parecía mas seguro, pero ella tenía razón. Dentro parecía que estabas en el interior de un horno. Pusimos nuestros platos en el fregadero y Bella los lavó rápidamente mientras yo doblaba la manta y ponía los alimentos que habían sobrado en el refrigerador.

Entró en su habitación un minuto y salió con una bolsa. Le sonreí por su eficiencia.

-¿Te acompaño hasta el auto?- La pregunto con dulzura, vi cómo se sonrojaba a pesar del hecho de lo que habíamos estado apunto de hacer el amor en el pasillo. Pensé en lo adorable que era.

Tomé su mano y mi bolsa de deporte lo puse en mi otro brazo y nos fuimos detrás de la sauna mientras cerraba la puerta e hicimos el trayecto hasta el ascensor. Sostuve su mano todo el camino hacia abajo y hacia su coche, donde la ayudé a poner la bolsa en su maletero, puse la mía en el suelo y luego la tomé en brazos para besarla suavemente en contraste con los besos acalorados anteriores. Era menos apasionado y aun así sentí que mi polla se agitaba de nuevo por su sabor.

-¿Te puedo ver cuando regrese de Seattle? ¿El lunes por la tarde?- Sonaba ansioso y patético, pero no me importaba y tampoco a Bella, al parecer, porque una gran sonrisa se apoderó de su rostro cuando se lo dije y asintió.- Te llamaré mañana por la noche después del entrenamiento, ¿de acuerdo?- Ella asintió de nuevo y por alguna razón me sentí obligado a preguntar.- ¿Me verás el domingo?

Ella se puso de puntillas y puso sus brazos alrededor de mi cuello y me dio un ligero beso.

-Por supuesto que lo haré.- La besé otra vez y luego abrí la puerta para ella mientras ella se metía en su Volvo y arrancaba el coche. Cogí mi bolso y caminé hacia mi coche cuando oí que bajaba la ventanilla.

-¿Edward?- Me di la vuelta y la miré.- Te ves muy sexy con el uniforme.- Solté una carcajada por la sorpresa mientras ella sonreía y cerraba la ventana antes de salir de la plaza del aparcamiento y alejarse. Bella Swan era una chica fascinante y el lunes estaba demasiado lejos. No sabía si podía esperar tanto.

 

 

 

Hola, hola! ¿Qué tal estáis? Espero que os halla gustado el capítulo y gracias por el apoyo y por leerme.

El problema con lo del grupo de FF ya está solucionado, esta historia NO me la van a quitar ya que es una traducción completamente diferente.

Bueno espero vuestros comentarios como siempre y gracias a aquellas que los dejáis y a las lectoras silenciosas gracias por leerme.

Un beso, hasta el próximo capítulo.

Capítulo 6: Empezando Capítulo 8: Bandera en el juego

 
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