Primero y Diez (+18)

Autor: nicoli
Género: + 18
Fecha Creación: 18/03/2013
Fecha Actualización: 26/10/2014
Finalizado: NO
Votos: 33
Comentarios: 191
Visitas: 133937
Capítulos: 35

Bella Swan es una aspirante a reportera de deportes cuando le es asignado entrevistar al más grande de la liga, por no mencionar al mas caliente, el quarterback Edward Cullen ¿Le enseñará Edward Cullen las reglas del juego? O ¿ella le enseñará una o dos cosillas? 


Esto es una traducción y su autora es Nolebucgrl, podéis encontrar el fic original en esta página: http://www.fanfiction.net/s/5874934/3/First-Ten

Estoy autorizada por la autora a traducir esta historia.

 

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También os invito a pasaros por mi otra traducción conjunta, Words With Friends, junto a CARLAROBPATT. Aquí os dejo el link: http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=3920

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Capítulo 16: Plan de juego

EPOV

 

Me preguntaba si podría conseguir que Bella fuera a todos los partidos. Había sido imparable desde el primer instante, lanzando a Jasper para un TD y llevando al equipo al centro del campo para otra anotación. Conseguimos otro TD al iniciarse el tercer cuarto y el entrenador me dejó jugar antes de arrastrarme al banquillo. Íbamos ganando a 21 puntos y quedaban 15 minutos para el final por lo que me sacaron a descansar, no es que yo quisiera, pero eso quiso el entrenador. Estaba muy extasiado y estaba muy tentado en ir a ver a Bella, pero tenía que trabajar y lo tenía que respetar.

Jasper y Emmett ya estaban en sus casas con sus mujeres y como no podía ir corriendo a casa para estar con la mía, me había quedado después del partido a ver la crítica y el vídeo del partido antes de regresar a mi vacío apartamento. Aparqué el coche y cogí mi bolsa de deporte del maletero y me dirigí al interior. Llamaría a Bella en cuanto llegara a casa, para por lo menos escuchar su voz. Me moría de ganas por saber que pensaba del partido y si había visto mi mensaje en la pantalla grande. No había sido algo consciente. Sabía que Rose y mi madre se sentaban allí y sabía que Bella estaría allí, así que le hice un gesto como el tonto enamorado en el que me había convertido. Al menos no lo había hecho yo solo. Emmett hizo un gesto como en cada partido que jugábamos en casa y sabía que Jasper había enviado algún tipo de mensaje a Alice. Estábamos completamente perdidos por nuestras mujeres.

El viaje en ascensor me hizo recordar en el que hicimos hace un par de noches, cuando no podíamos apartar nuestras manos del otro. Dios, la quería. Tal vez debería correr un poco después de llamarla, deshacerme del exceso de energía que había acumulado, para así, poder dormir. Tenía una reunión con mi agente, mi publicista y mi director comercial para hablar de un montón de cosas que no me importaban antes de ir a cenar con mis padres. ¿Por qué? No es que me molestara ir a ver a mis padres, pero mi madre había invitado a Emmett y a Jasper y ellos nunca dicen que no a ir a cenar a mi casa por lo que sería interesante, como siempre. Dudaba que mantuvieran sus bocas cerradas y no les dijeran nada sobre Bella a mis padres. Jasper probablemente ya había llamado y Emmett les había mandado un e-mail, en algún momento que tuviera y que no estuviera mandando mensajes a Brett Favre.

Por fin, llegué a mi piso y salí, iba hacia mi casa cuando la vi. Bella. Bella estaba allí, sentada en mi pasillo, escribiendo en su portátil, completamente absorta en lo que estaba haciendo. No me oyó y me limité a mirarla con una sonrisa ridícula que se iba extendiendo sobre mi rostro cuando me iba dando cuenta de que realmente estaba allí. No lo hubiera imaginado. Esa era mi Bella, con su pelo recogido en una coleta, vestida con unos diminutos pantalones cortos que dejaban ver sus largas y hermosas piernas. Llevaba una camiseta roja que no podía ver por completo, pero supuse que se la puso para apoyar a mi equipo y me estaba calentando de solo pensarlo.

Era tan hermosa, escribiendo en su portátil, su frente se arrugaba como signo de concentración mientras pensaba algo antes de ponerse a escribir de nuevo. Dios, ¡cuánto la quería! Antes de saber lo que estaba haciendo me estaba acercando a ella. Cuando estaba a menos de 2 metros de ella, aún no se había dado cuenta de que estaba allí, por lo que me aclaré la garganta y dejó escapar un grito ahogado y me miró, sorprendida al haber estado concentrada en su trabajo.

-Estás aquí.- Qué manera más estupenda de darle la bienvenida, idiota. Bella era como un sueño hecho realidad y no podía creer la suerte que había tenido.

-Oh, si,- dijo, mordiéndose el labio y mirándome nerviosamente mientras apretaba un botón de su ordenador y cerró la tapa. La empujó a un lado y vi su camiseta por completo. Tenía el logo de los Cardinals y junto a él mi número. Joder, llevaba mi número. Y, por lo tanto, llevaba mi nombre en la espalda. No podía expresar en palabras lo mucho que me gustaba eso, que ella tuviera mi nombre en la camiseta, que ella tuviera mi apellido.- Espero que te parezca bien. Yo... fui a casa y entré pensando en sentarme a trabajar y lo siguiente que supe es que estaba recogiendo mi equipo y venía hacia aquí. Esperé en el coche hasta que vi ha Jasper y me dejó entrar, dijo que podía quedarme en su casa, pero quería esperar aquí.- No dije nada, solo la miraba, la adoraba. Negó con la cabeza.. Tengo que irme. Estás cansado. Esto fue una idea estúpida. Es solo que cuando saliste del túnel y me miraste... Me miraste como si fueras a ir hacia las gradas y raptarme en frente de un millón de personas y juro que te hubiera dejado, porque lo único que quería era correr por el campo y hacer lo mismo contigo, y luego dijiste “para ti” y creo que fue en ese momento cuando decidí venir aquí, aunque no me reconozco a mí misma, pero claramente estás cansado y debo irme.

Se levantó y se dio la vuelta y allí estaba, mi apellido en su espalda. Joder. Mi mano derecha estaba temblando un poco cuando la extendí para cogerla por el brazo y darla la vuelta.

-Bella, quiero que te quedes.- Bella me miró con sus enormes ojos y supe que la tenía que asegurar que la quería aquí.- Por casi voy a tu casa.- Sonrió y sus ojos se iluminaron.

-¿En serio?

-Si, de verdad. Quería verte y eso estaba mal, porque tenías que trabajar y yo no me podía meter por medio, así que decidí volver a casa y, ir a correr.

Levantó una ceja.

-¿No has tenido suficiente ejercicio por hoy? ¿O, siempre lo haces después de los partidos?

Sonreí y dejé que mis manos llegaran hasta su cintura, atrayéndola hacia mí.

-Te lo dije, o estoy rendido después de un partido o tengo mucha energía acumulada. Esta noche lo que tengo en un exceso de energía. Y es porque mi chica estaba en las gradas viéndome.- Se rió y envolvió mi espalda con sus brazos, por lo que estábamos en mitad del pasillo abrazados. Me encantaba estar así, pero en ese momento necesitaba mas. La empujé contra la puerta. Me miró y finalmente la besé, encantado de que estuviera allí y poder tocarla, probarla y sentirla. Había estado todo el día anhelando su sabor.

Bella dejó escapar un pequeño gemido que me puso duro inmediatamente y me empujó contra ella. Tenía a esperanza de que no estuviera muy dolorida por lo de esta mañana, pero sus labios no vacilaron contra los míos y sus manos se movían de mi espalda a mi culo, que apretó para acercarme más. Joder. Tenía que meternos en mi casa o lo haríamos en el pasillo. Era tarde, pero eso no quería decir que algún curioso no asomara la cabeza para ver qué pasaba si ella seguía gimiendo de esa forma tan sexy.

Metí la mano en mi bolsillo y saqué las llaves, manteniendo mis labios sobre los suyos mientras trataba de abrir la puerta sin tener que dejar de besarla o tocarla. Finalmente me las arreglé para abrir la puerta después de mucho esfuerzo y la abrí con una patada, sin importarme que golpeara a la pared. Ya arreglaría cualquier daño que causáramos. Metí a Bella dentro, la quité su equipo y lo puse en la mesita antes de cerrar la puerta. Me miró con los ojos entornados, los labios ya los tenía hinchados y su pecho subía y bajaba rápidamente mientras intentaba recuperar el aliento.

Di un paso hacia ella y ella dio un paro hacia atrás, levantando la mano para que no me acercara más. ¿Qué coño pasaba?

-Me dedicaste un touchdown.

-Si, lo hice.- Sabía que la había gustado, así que ¿Por qué no estaba ya desnuda?

Sonrió y se lanzó sobre mí, envolviendo sus piernas alrededor de mi cintura, la agarré y la atraje hacia mí, sosteniéndola por el culo.

-Ha sido la cosa más caliente que alguien ha hecho por mi.

Extendió su mano y peino hacia atrás su pelo, su pelo caía en ondas alrededor de su cara. Era tan hermosa.

-Me encantó saber que estabas allí. Quería subir a las gradas y llevarte conmigo. Todos los cuartos estaba pensando en ir, y tratar de encontrarte. Debería haber estado prestando atención a mis compañeros de equipo, pero lo único que quería hacer era llevarte a algún lugar donde te pudiera desnudar y sumergirme dentro de ti.

Sus ojos castaños estaban casi negros cuando sus labios se estrellaron contra los míos, sus manos se movían por mi pecho y tiraba de mi camisa. Se echó hacia atrás y me miró, hambrienta, mi cuerpo estaba en llamas.

-Ahora estamos solos,- murmuró y eso fue todo lo que necesité.

La empujé contra la pared y alcancé para desabrochar el botón de sus pantalones cortos. Desenrolló sus piernas de mi cintura y deslicé la cremallera hacia abajo y fue cuestión de segundos que estuvieran en el suelo. Mi camisa los siguieron, la ayudé a quitármela por la cabeza. Sus manos se dirigieron inmediatamente a mi pecho, pasando sus uñas ligeramente sobre mis pectorales y luego por mis abdominales. Me reí y la besé con fuerza. Estaba tentado en desgarrar su camiseta. Quería ver sus hermosos pechos, pero pensé que estaba demasiado sexy con mi número y mi nombre. El deseo se impuso inmediatamente y tiré de la camiseta por encima de su cabeza, tirándola al suelo junto a la mía. Estaba impresionante con un sencillo sujetador blanco y bragas y no podía dejar de admirarla. Toda esa adrenalina que no había aparecido en el partido estaba fluyendo en mi y solo quería utilizarla con la chica que me miraba con ojos hambrientos.

La besé fuertemente y la desabroché el sujetador. Me ayudó ha hacerlos moviendo los hombros y la tiré al suelo antes de quitarme los pantalones cortos de entrenamiento. La ayudé a tirar de ellos y luego lo siguieron mis boxes mientras avanzábamos por el pasillo.

-Te quiero,- le dije, con la voz áspera por la necesidad.

-Soy tuya.- Dejó caer la cabeza hacia atrás y la agarré el pelo con una mano mientras la mordía ligeramente la garganta. Joder. Quería devorarla y escucharla decir más veces que era mía... No pude soportarlo más y tiré de sus bragas para que no hubiera ninguna barrera entre nosotros. Bella abrió la boca, mientras sus manos se zambullían en mi pelo para sostenerme mientras la besaba y la mordisqueaba todo el camino hasta su cuello.

Moví mis dedos hasta su clítoris mientras ella gemía. Mierda, estaba muy mojada. Deslicé un dedo dentro de ella y gritó.

-Ahora, Edward.- Wow, eso si que me ponía. La cogí y envolvió sus piernas alrededor de mi cintura y empujé en su interior. No podía esperar y tampoco quería. La besé con fuerza y la empotré contra la pared y sus piernas me apretaron en culo para tenerme más dentro de ella. Tomé su cintura y la atraje hacia mi polla, estableciendo un ritmo rápido y duro. Gritó cuando llegó su orgasmo y se apretaba alrededor mía, luche por no llegar, golpeando en su interior. Sabía que tenía que ser suave, pero no podía hacerlo de otra manera. Sólo estaba ella.

Gritó mi nombre mientras se acercaba de nuevo, echando la cabeza hacia atrás, exponiendo su cuello para poder lamerlo mientras seguía deslizándome con fuerza en su interior. Sus pechos se movían al compás de nuestros movimientos y su cuerpo estaba arqueado hacia mí. Se sentía tan bien, caliente y apretado en su interior. Me incliné con el pene hacia su punto G y ella gimió y se apretó alrededor de mí otra vez. Esta vez no lo pude resistir y me fui en su interior con tres duros golpes.

Bella se desplomó sobre mí, con la cabeza en mi hombro izquierdo mientras se enterraba en mi cuello y me lo besaba suavemente como si no la acabara de follar como un animal contra la pared. Ahora que podía pensar con claridad me di cuenta de que tal vez no debería haberla tratado de esa forma.

-Bella, lo siento.

-¿El qué?- murmuró, mientras seguía presionando sus labios contra mi garganta de una forma muy sexy.

-No debería haberte tratado así.- No era una groupie sin nombre, era la chica de la que me había enamorado y a la que amaba.

Se puso de pie y puso una mano a cada lado de mi cara.

-No te atrevas a pedir disculpas, Edward Cullen. He estado sentada en ese pasillo durante dos horas deseándote, después de estar tres horas en el partido queriéndote. Si no lo hacías tu, lo hubiera hecho yo. ¿Entendido?- Estaba preciosa cuando se enfadaba, igual que siempre, por supuesto

-¿Si? ¿Me habrías atacado?

-Si. No hagas que te lo demuestre ahora porque no creo que mis piernas me apoyaran en la decisión.

-No te hice daño, ¿verdad?- Me arrepentía mucho, era como si no la importara, pero no quería hacerla daño de nuevo.

-¿Me ves dañada?

No, no parecía que se hubiera hecho daño. Parecía que había follado bien, que era más o menos lo que habíamos hecho.

-No.

-Bien.- Asintió con la cabeza y me sonrió.- ¿No decías que normalmente usabas tu bañera después de un partido?

Me reí y la llevé al dormitorio.

-Si, lo hago. Y ahora que he usado toda mis energías, me vendría bien un remojo.

-Estupendo. ¿Edward?

-¿Si?- Encendí la luz del dormitorio, la miré y la sonreí, me miraba como, bueno, con amor.

-No me vuelvas a pedir disculpas por lo que hacemos. Me encanta que seas así. Te amo.

-Yo también te amo, Bella Swan.- Y un día la daría la llave para poder entrar aquí cuando quisiera y que no me esté esperando en el pasillo. ¿Cuál era el protocolo para estas cosas? Se lo preguntaría a Jasper. Joder, eso era una mierda. Ya le imaginaba con su cara de Dr. Phil.

La llevé a la bañera y comencé a sumergirme junto a ella. Se acercó y se quedó entre mis piernas, con la cabeza apoyada en mi pecho. Envolví mis brazos a su alrededor y la abracé. Fue un fantástico día. Los días junto a ella eran cada vez mejor.

-Me alegro por que estés aquí.

Me miró por encima del hombro.

-¿Te crees que me hubiera quedado fuera? “Para ti” es mi segunda frase favorita de las que me has dicho.

-Tal vez debería dedicarte todos mis touchdowns.

Se rió y me besó el hombro.

-Eso nos podría matar, pero moriría feliz.

Me reí y la abracé hacia mí.

-Yo también.

 

.

 

Odiaba las reuniones de negocios, pero una vez al mes mi agente, mi director comercial y mi publicista venían para revisar mi agenda, las posibles nuevas ideas de marketing y ofertas que tenía que aguantar. Bella se había levantado a las siete para comenzar su semana laboral. ME sentí un poco mal por haberla mantenido despierta hasta tan tarde, pero no lo podía lamentar después de la noche que tuvimos. La necesidad que sentía por ella era algo que nunca antes había experimentado. Esta mañana no quería que se fuera, pero sabía que amaba su trabajo, tanto como a mí me gustaba el mío. Teníamos que trabajar en equilibrar nuestras necesidades con nuestras obligaciones.

Entré en el aparcamiento de Posh y le di al mozo las llaves.

-Sr. Cullen, me alegro volver a verle de nuevo. Le están esperando dentro.- Por supuesto que sí. A Victoria Stevens, mi publicista, le encantaba este lugar y nos reuníamos aquí cada mes. No había menú, sólo les decías lo que no querías comer y ellos te traían algo diferente. Era interesante.

Victoria, mi agente Tommy Marcus y mi director comercial Alec Dwyer estaban sentados en unos grandes sillones negros charlando. Tommy me vio el primero y se levantó para darme la mano. Tiré de ella y le abracé. Tommy y yo nos conocemos desde que era un niño. Él conocía a mi padre a trabes de algunos de sus clientes y se habían convertido en grandes amigos. Cuando llegó el momento de elegir un agente, no había tenido que pensar mucho.

-Edward, ¿como estás.- ME dijo con una de sus brillantes sonrisas, sus oscuros ojos brillaban de alegría.- Estuviste fenomenal anoche. 398 yardas por el aire, 4 touchdowns... No vas ha hacer que me resulte difícil renovarte el contrato, ¿verdad?

Me reí y le di una palmada en el hombro.

-Tenemos dos años antes de lidiar con eso, ¿no?

-Nunca es demasiado pronto para pensar en el próximo contrato, hijo. ¿Cómo estás tus padres?

Me senté a su lado y sonreí.

-Están muy bien. Voy a verles en cuanto acabemos. Le diré a mi padre que te llame.

Se rió entre dientes.

-No es necesario. Vamos a ir a jugar al gol mañana. Ya era hora.

Me eché a reír.

-Mejor tú que yo. Es en el único deporte en que gana de una forma considerable por lo que siempre trata de llevarme con él.- Y durante la temporada baja iba a menudo. Podía manejar que mi padre me ganara y además me gustaba pasar tiempo con él.

Me concentré en Alec y Victoria y les di un rápido apretón de manos y una sonrisa. No eramos tan amigos como Tommy y yo pero eran los mejores en su trabajo. El camarero se acercó y le dí mis especificaciones.

-Poca carne, ni pescado, ni zanahorias, lo demás me viene bien.- Los otros dieron sus propias directrices y preferencias y nos sentamos para ver si nos gustaría lo que nos traían.

-Así que, Edward,- disparó Victoria con una sonrisa tensa y abrió su maletín.- Escuché que el rodaje del comercial fue diferente.

Luché contra la risa al recordar a Alice adueñándose del lugar y a mi hermosa Bella en ese vestido.

-Si, todo salió bien.

-El director no para de decir que será fresco y diferente. Pero el Agente de Tanya, sin embargo...

-Nunca haría un anuncio como tenían planeado, Victoria. Lo siento, pero tú más que nadie deberías saber qué tipo de imagen me viene bien. Y eso no implica a un gilipollas que permitiría a una mujer todo y encima de rodillas. Lo siento, pero yo no soy así.- Mi tono de voz indicaba que no lo sentía en absoluto.

Los labios de Victoria se fruncieron en una línea delgada y retiró su nube de pelo rojo de la cara, pero asintió con la cabeza.

-Estoy de acuerdo en que el concepto inicial era incorrecto pero poner a Tanya como lo hiciste no es bueno para tu imagen.

Sonreí.

-Ella no va a hacer nada o decir nada al respecto del anuncio. Confía en mi.

Sus ojos azules se estrecharon.

-¿Qué has hecho?

-No hice nada. Sólo señalé que si se quejaba a la prensa, ciertas cosas sobre nuestra ruptura iban a salir a la luz. Ella no quiere eso más que yo así que no va ha hacer nada. Salió bien en el anuncio, ya lo sabes. Estaba satisfecha.- Bueno, eso no era exactamente lo que pasó, pero tampoco parecía una patética. Había ganado yo.

Alec sacó unas notas y empezó ha hablar acerca de mis cuentas. Yo asentí y acepté algunas cosas porque no me importaba el dinero que poseía. Mientras estuviera bien económicamente, estaba feliz y él lo sabía, pero de vez en cuando me gustaba hacer cuentas. Sus gafas estaban posadas en su nariz, habló de hechos y cifras y sobre más cosas. Le dí mis opiniones lo mejor que pude. Era digno de confianza y sabía que lo estaba haciendo bien.

-Creo que podríamos ampliar tu línea de ropa.

Dejé de jugar con mi tenedor y lo miré.

-¿Cómo?- Habíamos sacado pantalones vaqueros, camisas, chaquetas y más basura. Tenía correos electrónicos con varios diseños que esperaban a que diera mi aprobación. Tal vez podría pedir a Alice que me ayudara, seguramente estuviera interesada.

-Ropa interior.

Parpadeé y miré a Tommy que no se molestó en ocultar su risa.

-¿Ropa interior de Perfect Ten?

Alec apartó el pelo marrón de sus ojos y se echó hacia atrás, mirándome nerviosamente.

-Bueno, si, no serías el primer deportista que lo hace. Michael Jordan sigue haciendo fortuna por eso. He hecho cuentas y...

-Estoy seguro que los números subirían, ¿pero por qué ropa interior?- Ya me podía imaginar a Emmett.

-Es una sabia decisión. Podrías acaparar todo el mercado una vez que las mujeres te vean con boxes o calzoncillos. Hablé con Irina y está trabajando en algunos diseños.

Levanté una mano.

-Espera. ¿Esperas que modele con ellos?

Victoria se rió-

-¿Quién si no? ¿Te has visto? Los anuncios en las revistas serían solo la punta del iceberg. Carteles, anuncios... lo necesitarías.

Ropa interior. Podría lidiar con la producción, pero no estaba seguro que pudiera con los anuncios y todo eso.

-Voy a pensarlo.- Alec sonrió con serenidad. Sabía que lo haría, era demasiado astuto para mi bien. Me entregó unos papeles y me dijo que les echara un vistazo.

-Estás invitado a la Semana de la Moda en New York, es necesario para tu línea de ropa Perfect Ten.- Fruncí el ceño. Odiaba la Semana de la Moda. Tanya me había arrastrado el año pasado. Sin embargo, sabía que tenía que ir, así que asentí y ella continuó.- Quieren que aparezcas en la portada de la revista SI si ganas la semana que viene. Si no, quieren una entrevista contigo. Peter King se quiere reunir contigo el próximo lunes.- Peter era un hombre fío y estuve de acuerdo de nuevo. Los labios de Victoria temblaron mientras leía el siguiente punto.- Quieren hacer una sesión para la edición del Hombre más sexy, de nuevo estás en la lista.- Puse los ojos en blanco.- Lo sé, pero la revista la compra mucha gente. Amplía tus ganancias y tu base de fans.

-Lo sé. Lo haré.- Lo odiaba, pero que te llamaran sexy no era un insulto, después de todo.

Se movió incómoda y tomó un sorbo de su té.

-Um, Playgirl te ha hecho una oferta...

-No.

Se echó a reír.

-Lo sé, pero es mi trabajo decírtelo.

-No pasa nada.- Tommy y Alec se estaban riendo de mi indignación.

-Está bien.- Hizo una cruz en su lista.- Lo último es la subasta de solteros del mes que viene para la Sociedad del Cáncer en Niños.

Mierda. Lo había olvidado.

-No puedo.

Sus ojos se entrecerraron.

-¿Qué quieres decir con que no puedes? Lo acordaste haces meses y la publicidad ya ha comenzado. Eres la estrella principal, Edward, no puedes dejarlo.

-Tengo novia.- Dios, me encantaba decirlo. Tommy me sonrió, Alec simplemente se sentó y se quedó pensativo, era su expresión habitual, y Victoria me miró.

-¿Te has casado con ella?

No, pero algún día esperaba que pudiera hacerlo.

-No, ¿por qué?

-Entonces estás todavía soltero.- Bueno, técnicamente, pero ese no era el punto.

-Si, pero no quiero ser subastado cuando estoy saliendo con alguien a quien amo.

-¡La amas! ¡Me alegro por ti, Edward!- Tommy me dio una palmada en la espalda y me di cuenta de que esta noche se lo tendría que decir a mis padres y contarles cosas de Bella o mañana él se lo diría a mi padre.

Victoria puso los ojos en blanco.

-Estoy contenta por ti, de verdad.- Su voz no podía ser más sarcástica.- Pero aceptaste hacerlo y están contando contigo. Son niños con cáncer, Edward.- Lo sabía y odiaba defraudarlos.

-Les daré lo que habría ganado en la subasta. No, mejor, les daré diez veces más. No les importarán.

-No puedes pagar por la publicidad de la subasta en la que aparece tu nombre, Edward.- Su cara era indescifrable, pero luego sonrió triunfantemente.- Tenías novia cuando lo aceptaste.

Si, pero esa novia era Tanya y no le importaba lo que pensaran. Bella se vería perjudicada y pensaba que podía encontrar algo mejor que ella.

-Es solo que esta relación es muy nueva y significa todo para mi y no quiero joderla.

-Si, si, estoy segura de que es muy bonito.- Quería golpearla.- Emmett está comprometido y lo hará.- Eso se debía a que Rose pensó que era gracioso y que ella quería que le comprara una anciana.- Jasper también estará.

Suspiré. No podía dejar la caridad a un lado y mi madre también participaba. Tendré que hablar con Bella y esperaba que lo entendiera.

-Está bien.

Victoria se echó hacia atrás y me lanzó una sonrisa de triunfo.

-Estoy segura de que tu pequeña novia lo entenderá. Tanya lo hizo.

Le lancé una mirada y la sonrisa se deshizo de su cara.

-A Tanya solo la importaba ella así que por supuesto que no le había importado.

-¿Quién es la chica? Necesito un nombre para que pueda ir a la prensa, tal vez podemos haceros unas fotos juntos. ¿Es actriz o modelo?

Esas eran sus preocupaciones.

-No. Ella no es famosa y quiere seguir así. No lo haremos público de momento, Victoria.

Frunció el ceño, pero asintió con la cabeza.

-Eso es mejor. Tendrás más atención de los medios.

-Genial.- Respondí sarcásticamente.

-Por supuesto, sería mejor que volvieras con Tanya. La cantidad de ofertas y entrevistas que tengo..

-Ya te lo dije, nunca volveré con Tanya. Era relación fue idea tuya y mira donde nos ha llevado. Volver nunca, Victoria. He encontrado a la chica con la que quiero estar.

Victoria escuchó la ira de mi voy y asintió con la cabeza.

-Por supuesto, Edward. Lo siento.- Me sonrió dulcemente y siguió comiendo.

La reunión continuó sin más incidentes, acepté varias apariciones y, para mi deleite, en Los Simpson sería la estrella invitada. Había crecido con ese programa. Me despedí de Alec, Victoria y Tommy sintiéndome mejor, a pesar de que tenía un nudo en el estómago por lo de la subasta de solteros. Tenía la esperanza de que Bella lo entendiera.

 

.

 

-Lo digo enserio. Dejarme a mí hablarles sobre Bella.- Jasper y Emmett asintieron obedientemente mientras nos poníamos en camino a casa de mis padres. Iban a disfrutar esta noche demasiado. Bastardos. Necesitaba nuevos amigos.

-No te preocupes, la muchacha es un encanto.- Emmett salió del coche y entró en la casa antes de que Jasper y yo hubiéramos salido.-¡Mamá! ¡Ya estamos en casa!

Traté de fruncir el ceño, pero no podía porque amaba que se sintieran como en su casa en la casa de mis padres. Pasábamos mucho tiempo allí antes de que nos hubiéramos enamorado e incluso después, como era el caso de Emmett. Nos quedábamos por lo menos una vez a la semana, a veces más cuando ayudábamos a montar las estanterías o recolocando los muebles. Mis amigos, al igual que yo, harían cualquier cosa por mis padres.

Mi madre asomó la cabeza por la cocina y Emmett se abalanzó sobre ella como lo hubiera hecho sobre un defensa, solo que en vez de tirarla al suelo, la levantó y la dio una vuelta antes de depositar un sonoro beso en su mejilla.

-¡Me mero de hambre, Ma! ¿Qué hay de cenar?

Se rió y avanzó para abrazarnos a mí y a Jasper.

-Quesadillas de pollo con maíz, arroz y frijoles negros.

-Suena bien. ¿Qué comerán los demás?- Ella negó con la cabeza a Emmett, s cabello bronce brilló con el reflejo de la luz de la cocina.

-Podéis compartir.- Emmett hizo un puchero, pero mama no cambió de opinión. Hizo un gesto para que nos sentáramos en la sala de estar y trajo una bandeja con queso y galletas.

-¿Donde está papá?- Quería hablarles de Bella tan pronto como fuera posible porque sabía que Em o Jasper no se contendrían mucho. Ambos estaban disparándome miradas maliciosas y articulando “para ti”. Gilipollas.

-Debería de venir en cualquier momento. Tuvo que ir a poner puntos a Darnell.

-¿Otra vez?- Emmett sacudió la cabeza con incredulidad.- ¿Qué ha hecho esta vez?

-Tío, ¿de verdad quieres saber lo que hace Darnell cuando no está jugando?- Preguntó Jasper secamente.

Los ojos de Emmett se agrandaron cómicamente y sacudió la cabeza enfáticamente.

-No, gracias, lo que vi de él en el vídeo de la ducha de Youtube, fue más que suficiente.

-Claro, Hércules, eres una delicada flor,- Jasper arrastró las palabras a medida de que nos fuimos uniendo a las risas. Bueno, menos mamá, que no tenía ni idea de qué estábamos hablando, menos mal. Nos dio una de las sonrisas indulgentes de las que las madres parecían expertas y nos dio un vaso de limonada a cada uno.

-¿Y vosotros como estais?- preguntó, con una sonrisa en los labios mientras me miraba directamente a mí. ¿Qué coño había sido eso?

-Bueno, mamá, no puedo quejarme. ¿Tu?- Lancé una mirada a Emmett que estaba meneando las cejas hacia mí.

-Oh, ya me conoces,- agitó la mano con ligereza.- No ha sucedido nada importante. He estado trabajando mucho con lo de la subasta de solteros. Vais a participar, ¿verdad?- Siguió mirándome como si hubiera hablado con Victoria hace una horas. ¿Tommy había llamado?

-¡Por supuesto!- Emmett intervino con entusiasmo.- Recaudaré millones, Ma. Espera y verás, ya sabes que soy irresistible.- Le dirigió una encantadora sonrisa y ella se echó a reír. Solté un suspiro de alivio cuando su atención se alejó de mí un momento. Le di un gesto agradecido y su sonrisa se iluminó.

-Yo estoy muy bien, Sra. C. Esto... tengo una nueva novia.- Los ojos de Jasper se dirigieron hacia mí.- Está emocionada con la subasta.- Sonrió.- Piensa que será divertido ver a mujeres peleándose por mí.

Mi madre se levantó y le dio un abrazo antes de sentarse a su lado en el sofá.

-¡Oh, Jasper, estoy tan feliz por ti! Hace mucho que no mencionabas a una chica. Cuéntame sobre ella.- Y entonces él le contó todo sobre Alice y sobre cómo se conocieron en el desfile de moda de caridad al que no pudimos asistir. Mamá se rió cuando le contó que Alice le había obligado a modelar y después más cosas sobre ellas.- Estuvo ayer en el partido con Rose,- terminó felizmente.

-¿En serio?- Preguntó mamá.- ¿Era la morada de pelo corto o la castaña de pelo largo? Ambas son preciosas.- Mamá me miró durante un minuto antes de volverse hacia Jasper de nuevo. Mierda, los sabía. Sabía que lo sabía. ¿Quién se había ido de la lengua? Y había visto a mi Bella. ¿Qué pensaba de ella?

-La morena. ¿La viste?- Jasper preguntó entusiasmado, sonriendo como un tonto enamorado.

-Si. Rose parecía divertirse. Me gusta verla tan feliz. Se estaban riendo y pasaban un buen rato.- Emmett sonrió con la noticia. Yo sabía que estaba entusiasmado con que nuestras chicas pasaran tiempo juntas. Sólo habló de eso antes y después del partido.

Antes de que Emmett empezara a cagarla de nuevo, papá entró y le dio un beso a mamá antes de saludar a los demás.

-Emmett, ¿cómo está el tobillo?

Em se puso de pie e hizo un tonto bailecito por toda la sala.

-Bien, doctor. ¿Cómo está Doble D?

Papá se rió.

-Está bien. Se le abrieron los puntos al jugar con su hijo al béisbol. Podría haber sido peor.- Realmente podría haber sido peor siendo Darnell. Tenía la costumbre de meterse en casi tantos problemas como Emmett.

-Hijo, ¿cómo está tu brazo?

-Está bien, papá. Ni siquiera me duele.- Recordé la celebración de anoche con Bella cuando lo hicimos en la pared. Si, podría decir que no había tenido ningún efecto negativo nuestro partido.

Mamá tiró de papá para que se sentara con él.

-Jasper nos estaba hablando sobre su nueva novia.

-¿A si? Ali, ¿no?

-Alice,- Jasper corrigió automáticamente y luego recapacitó.- Espera un momento. ¿Cómo lo sabes?

Papá se rió y cogió un poco de queso y galletas que mamá le ofreció.

-¿Os habéis dado cuenta de que trabajo en el mismo edificio que vosotros? Tengo ojos y oídos, ¿sabéis?- Dios, si había oído hablar sobre Alice, entonces debería saber acerca de Alice. A eso se le llamaba discreción...

Me moví incómodo en mi asiento y Jasper y Emmett me miraron y se echaron a reír. Papá me sonrió, sus ojos centelleaban y asintió sutilmente con la cabeza. No se lo había dicho a mama. Eso era algo, pero entonces ¿por qué parece que lo sabe?

-¿Qué os pasa con tanto secretismo?- Mamá preguntó, sus verdes ojos claros brillaban con un poco de lo que parecía que podía ser ira.

-Vamos, Mamá, tenemos que tener nuestros secretos. Somos hombres. ¿De verdad quieres saber lo que hablamos en el vestuario?- Emmett sonrió y ella le lanzó una galleta que él cogió y se la tragó de un bocado.- ¿Qué os pasa con lanzarme cosas? ¿Has estado hablando con Rose?

Mamá sonrió dulcemente y asintió.

-Ella me dijo que funcionaba contigo.

Los ojos de Emmett se agrandaron.

-¿Tirándome cosas? No compartiría otra manera que tiene para hacer que me comporte, ¿verdad?- El horror en su voz nos hizo reír y hasta mamá se limpiaba las lágrimas de los ojos.

-No, Emmett, ¡gracias a Dios! Hay ciertas cosas que no necesito saber sobre mis hijos.- Emmett suspiró exageradamente de alivio mientras mamá se levantaba y se iba a la cocina.

Me volví hacia papá.

-¿Sabes lo de Bella?

-Sé que conociste a una chica llamada Bella y que estás feliz,- respondió, sonriéndome.

-¿Se lo dijiste a mamá?

-Por supuesto que no. No sabía si era oficial, ¿ahora puedo? Pensé que si querías que lo supiéramos, tu nos lo dirías.- Sonaba un poco herido y lo odiaba.

-Lo estaba intentando averiguar por mí mismo, papá. Ahora que sé lo que siento por ella os lo iba a contar. Creo que mamá también lo sabe.

Me dio un abrazo con un solo brazo.

-Si lo sabe, no me lo ha dicho a mí. Me alegro de que estés feliz. No te había visto así nunca.

-Gracias, papá. Ella es increíble.

-¡Chicos, la cena!- Mamá nos llamó desde el comedor. Todos nos levantamos y fuimos hacia allí, sentándonos en nuestros habituales sitios. Nos servimos la comida y empezamos a comer. Los ojos de mamá estaban sobre mí con cada bocado que daba.

Finalmente no lo soporté más.

-¿Por qué me miras así?

Sonrió con serenidad.

-No se de qué estás hablando.

-Estoy hablando de que me estás mirando fijamente,- respondí con irritación, empujando mi plato. Mi apetito se había ido porque mi mamá estaba comportándose raramente y me hacía sentir culpable e incómodo. Emmett, que estaba sentado a mi derecha, alargó la mano y agarró el resto de mi quesadilla. Lo miré.

-¿Qué? ¡Tengo hambre!- Le dio un gigantesco mordisco.- Eres la mejor, mamá. No se lo que le pasa, pero a mí me encanta.- Le di un codazo en el costado y dejó escapar un fuerte soplido, pero luego continuó comiendo. Imbécil.

Mamá sólo inclinó la cabeza y continuó mirándome.

-¿Qué?- ¿Intentaba leerme la mente? ¿Lo podía hacer? Eso no era nada bueno.

-Estaba esperando a que me miraras de esa forma.

-¿Qué mirada?

-La mirada que me lanzaste cuando saliste del túnel,- respondió ella, con los labios fruncidos una vez más.

-¿Lo viste?

-Por supuesto. Todo el mundo lo vio.

-¿Y pensaste que era para ti?- ¿Cómo había sido mi mirada? ¿Era apta para mi madre? No lo creo, no a juzgar por la reacción de Bella anoche.

Jasper se estaba ahogando con la comida mientras se reía con fuerza y papá le golpeó la espalda con fuerza. Emmett estaba sonriendo mientras se llenaba la cara con comida, tenía sus prioridades.

-¿Para quién más podría ser?- Mamá preguntó dulcemente, sorbiendo de su té y me observó de cerca.

-Uhhh.

-Y entonces cuando me dedicaste el touchdown. ¡Para mí! Tengo un hijo increíble.

-¡Amigo! ¡Mirada atractiva! ¡Tu mamá! ¡Para ella!- Jasper estaba teniendo dificultades para respirar y hablar entre sus risas. Papá le seguía dando en la espalda, y también estaba tratando de no sonreír.

Emmett apiló más comida en su plato y me miró.

-Es mejor que te des prisa y se lo cuentes antes de que ocurra alguna tragedia griega.

-¿Decirme qué?- Mamá me miró expectante. Abrí la boca para responder, pero ella siguió hablando.- ¿Hablarme de la chica que te fe a ver?- Por supuesto, lo sabía. Siempre lo supo.- ¿Qué os habéis estado viendo durante un mes?

-Eh... sí, ¿cómo lo sabes?

-Porque conozco mi hijo. No has venido a cenar con nosotros últimamente. Te he visto lo suficiente como para saber que algo estaba pasando, pero no lo adiviné hasta anoche en el partido. Sabía que esa mirada no era para mí, Edward. No soy tonta. ¿Quién es?

-Se llama Bella. Es la mejor amiga de la novia de Jasper y nos conocimos a través de ellos.

-¿Era la otra chica del partido? ¿La castaña?

-Si. ¿A que es hermosa?- Mamá solo me sonrió en respuesta y asintió con la cabeza para que continuara.- Es inteligente, divertida y dice cosas sin sentido y locas y sabe de fútbol, puede ver un partido conmigo y a veces ve cosas que ni yo las he visto, no sé... Nunca había conocido a alguien como ella.

Mamá se inclinó sobre la mesa y me tomó la mano.

-La amas. ¡Carlisle, la ama!- Había lágrimas en sus ojos y me apretó la mano con fuerza.

-Si, mamá, lo hago.

-¿Cuando puedo conocerla?- Parecía que estaba lista para saltar sobre la mesa y empezar a planificar la reunión. Odiaba quitarla el entusiasmo, pero sabía que tenía que hacerlo.

-Pronto, con suerte. Está un poco indecisa sobre hacer nuestra relación pública por lo que necesita un poco de tiempo.

-¿Por qué está indecisa? ¿Tiene miedo a la prensa?- Preguntó papá.

-En parte, pero por otra parte, una mayor, creo que mi pasado con Tanya la intimida.- Mamá arrugó la nariz ante la mención del nombre de Tanya y me reí.- Sí, lo sé. La conoció y creo que está menos asustada, pero había sido un problema. Luego está su trabajo.

-¿A qué se dedica?- Mamá preguntó, con la voz llena de emoción.

-Es reportera de la República. Es periodista deportiva.

-¿En serio?- Papá se echó hacia delante en su silla y me miró de cerca.- Eso es una sorpresa. Odias a los periodistas.

-No lo hago. Quiero decir, no me gustan algunos de ellos, pero no todos.

-Está bien, es cierto, pero no confías en ellos. Bella debe de ser especial para que la dejaras entrar.

-Lo es. Y no voy a mentir, s trabajo me asustó al principio, pero no pude permanecer lejos de ella, incluso cuando parecía que lo tenía que hacer.

-Bueno, hijo, si es lo que quieres, me alegro por ti.- Mi papá sonrió.

-Estoy muy contenta. Me encanta que haga un trabajo que está cerca del tuyo. ¿Escribe sobre ti? ¿Qué ha dicho?- Mamá estaba lista para cavar y saber qué había dicho Bella.

-Cubre la secundaria de momento, pero es muy buena. A su jefe le gusta y me imagino que la ascenderán pronto.

-¿Será un problema para ti?- Preguntó papá.

¿Lo sería? No lo sabía. Lo quería para ella, porque sabía que ella lo quería. Pero tener que escribir sobre mí y tal vez criticarme, sería raro. Aún así, podría tratar con ello. Mientras nuestra vida privada fuera eso, privada, pensaba que lo podría manejar.

-Es un puente que cruzaremos, si lo tenemos que hacer. Ella es más importante que unas palabras en una página. Eso lo tengo seguro.

Mi madre sonrió.

-Por supuesto que lo es. Ahora cuéntame más.- Jasper y Emmett se rieron tanto como yo cuando empecé a contarles a mis padres todo sobre Bella. Teníamos un montón de tiempo para preocuparnos por nuestras profesiones. Ahora solo quería centrarme en la relación que estábamos construyendo juntos. No podía esperar a que estuviera sentada en esta mesa junto a mí, y ver a mis padres reírse con sus vómitos de palabra sin sentido junto a Jasper y Alice y Rose y Emmett. Pronto.

 

 

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Bueno, aquí un capítulo nuevo. He tardado más porque esta semana aparte de que no tenía muchos ánimos para traducir por la muerte de mi pajarito, ayer no estuve en casa así que no pude subir capítulo.

Gracias por vuestros comentarios que siempre son bien recibidos al igual que vuestro votitos.

¿Qué os a parecido?

Hasta la semana que viene, ¡qué tengáis buena semana!

 

Espero vuestros votitos y comentarios. Besos!!

Capítulo 15: En el campo Capítulo 17: Pase de prensa

 
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