Primero y Diez (+18)

Autor: nicoli
Género: + 18
Fecha Creación: 18/03/2013
Fecha Actualización: 26/10/2014
Finalizado: NO
Votos: 33
Comentarios: 191
Visitas: 133919
Capítulos: 35

Bella Swan es una aspirante a reportera de deportes cuando le es asignado entrevistar al más grande de la liga, por no mencionar al mas caliente, el quarterback Edward Cullen ¿Le enseñará Edward Cullen las reglas del juego? O ¿ella le enseñará una o dos cosillas? 


Esto es una traducción y su autora es Nolebucgrl, podéis encontrar el fic original en esta página: http://www.fanfiction.net/s/5874934/3/First-Ten

Estoy autorizada por la autora a traducir esta historia.

 

.................

También os invito a pasaros por mi otra traducción conjunta, Words With Friends, junto a CARLAROBPATT. Aquí os dejo el link: http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=3920

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Capítulo 30: Llamada audible

BPOV

 

Después de que Edward se fuera el sábado por la mañana, llamé a Alice y la conté todo lo que había pasado desde el entrenamiento. Escuchar cómo despotricaba sobre los sucesos me hizo sentir tan querida como cuando anoche aparecieron los tres hombres en mi puesta. Sabía que Edward se había asustado, pero no esperaba que llegara con Emmett y Jasper a cuestas, aunque me gustó. Esos tres están pegados en todo momento y mi corazón se calentó cuando vinieron a abrazarme juntos.

Tuve que hablar con Alice para que no llamara a la Fox y les exigiera que echaran a Dan. Sin embargo, me sorprendió más mi respuesta que la de mis amigos. En ningún momento había tenido miedo de Dan. Había tenido miedo de lo que pasaría cuando Edward se enterara, pero cuando había estado borracho en mi puerta no me había asustado. Me agarró la muñeca y le empujé, me molestó y le pegué. Todavía no estaba segura de si me hubiera agarrado más fuerte no me hubiera podido escapar o si hubiera podido, me habría caído hacia atrás. De cualquier forma, me vino bien golpearlo y con mucho gusto lo haría de nuevo si abría de nuevo esa boca que tenía, aunque dudaba que lo hiciera después de que los chicos le amenazaran.

Alice se desmayó conmigo cuando la conté la incapacidad de Edward para dejar de tocarme desde que había llegado. Había sido increíble, mi novio vencido por sus emociones. Me había sujetado más fuerte toda la noche, pero yo no había tenido el valor de apartarme o aflojar su agarre. Así que dormí poco. Necesitaba que le abrazara y estar en sus brazos no me resultaba una dificultad.

Ahora, a la luz del día, todos los acontecimientos de la semana se apoderaron de mí. ¿En serio que hace una semana fue cuando nos habíamos sentado con Lauren y Jess y habíamos salido al público? Parecía que fuera hace mucho más tiempo. Esta semana había sido muy larga, y aún no había terminado. Hoy tenía que buscar un nuevo teléfono, cubrir los entrenamientos y la rueda de prensa previa al partido, cenar con Ronnie, y, por supuesto, cubrir el partido. Sólo quería acurrucarme en mi habitación del hotel lo que quedaba de fin de semana y luego volver a casa con Edward.

Ese pensamiento me hizo pensar en la cantidad de llamadas perdidas que seguramente tuviera de Alice. Marqué antes de que me llamara de nuevo y esperé ansiosamente mientras el teléfono sonaba.

-¿Hola?- No pude evitar sonreír ante la familiar voz, una voz áspera que venía a través del teléfono.

-Hola, Buddy, soy Bella.

-¡Bella! ¿Desde qué número me llamas? ¿Cómo te está tratando la ciudad del viento?

Rodé los ojos. No tan bien, Buddy, pero desde allí no podías hacer nada con Dan Muller. Dan no era de aquí. No sabía de donde era, pero seguramente era un lugar desagradable y sucio.

-Te llamo desde el hotel. Tengo que comprarme un nuevo móvil. El mío murió.- Debido a que un idiota me lo tiró.

-Hmmm.- Podía interpretar el tono de Buddy, seguramente supiera que algo eme pasaba. Era mi compinche, sabía siempre cuando algo me pasaba.- ¿Y qué tal la ciudad?

-No he visto mucho todavía, pero voy a intentar ir al Shedd si tengo tiempo.- Quería verlo, pero mi emoción desde ayer había disminuido, tenía que admitirlo.

-¿Cómo le fue a tu chico el entrenamiento?

Sonreí.

-Estuvo estupendo. No le vi tirar mal. Está listo para jugar mañana.- A menor que estuviera tan distraído por mí que no se pudiera concentrar. No quería causar ningún daño en su carrera y que se tuviera que preocupar si un compañero me molestaba o no era una distracción no necesaria.

-Muy bien. Entonces, ¿qué pasa por tu mente?- Sabía no se sentiría cómodo con esto, pero tenía que seguir con esto y acabar de una vez.- ¿Te dijo el médico cuando vas a poder volver a trabajar?

Hubo una larga pausa al otro lado de la línea que me puso nerviosa.

-No. Tengo cita el miércoles. ¿Por qué?

-Sólo me lo preguntaba.- Estaría bien que volvieras y que me pudiera volver a estar en el cómodo mundo de los deportes del instituto, ya sabes, en el que había estado antes de que estuviera saliendo con Edward Cullen y que nadie sintiera la necesidad de acusarme de acostarme con él para conseguir llegar a la cima. A menos no esperaba que eso pasara, a pesar de que los niños de 17 años estaban obsesionados con el sexo.

-¿Tu también? Te mueres por ver mi fea taza en la oficina.- Lo hacía. El compinche era lo mejor de la oficina.

-Claro que sí, tengo que equilibrar lo bonito de mi vida con algo feo.

-¡Hey! ¡No me merezco ere comentario! No todos somos modelos, como tu juguetito.- Me reí ante su fingida indignación.

-Aww, pero te quiero mucho, aunque de manera diferente a él.

Gruñó.

-Eso está bien, soy lo suficiente mayor como para ser tu hermano un poco mayor.

-¿Sólo un poco?

-Si, un poco. Te lo explicaría, pero creo que en estos momentos no te tienes que preocupar por ello.

Me eché a reír. Cada vez que hablaba con el compinche mi estado de ánimo mejoraba, por eso lo había llamado.

-Está bien, querido hermano, espero que el médico te de buenas noticias.

-Si, estoy seguro.- Hizo una pausa y no sabía que iba a decir por lo que me senté y esperé.- Bella, ¿podrías escupirlo ya?

-¿Escupir qué?- Jugué con la colcha de la cama, con nerviosismo. Sabía que se enfadaría por lo que le iba a decir.

-La verdadera razón de tu llamada. Sé que tengo un ingenio inusual y una estupenda personalidad, pero no me llamaste por eso. Y da la casualidad de que tengo fuentes y sé que esta semana no ha sido la mejor de tu vida. Cuéntame.

Eso era lo que necesitaba. Sabía cuándo tenía que darme un empujoncito.

-Bueno, estoy segura de que oyó lo de Seth.

-Si, lo hice. Ese muchacho está enamorado de ti, Bella. No me sorprendió que se lo tomara mal, pero no tenía el derecho de decir las cosas que dijo. Cuando vuelva, le daré mi opinión acerca de su comportamiento.- Sabía cómo daba Buddy las opiniones y me estremecí con la idea.

Suspiré y sacudí la cabeza.

-No hagas eso, Buddy. Ya se ha disculpado.- Se disculpó y siempre y cuando no tuviera que lidiar con su ira, estaría bien. No íbamos a ser amigos de nuevo y tenía que lidiar con eso.

-No es sólo Seth. Me siento como si todo el mundo me tratara diferente. Me evitan o me tratan como si fuera una celebridad. Me están volviendo loca.

-Lo superarán con el tiempo, Bella. No pasará mucho tiempo antes de que vuelvas a ser solo Bella Swan.- Me gustaría que fuera cierto, pero no me sentía de esa forma.- Nunca te trataré diferente. Tu tirarás con toda la aburrida investigación mientras yo hago las cosas glamurosas.

Le echaba de menos.

-Esto está bien para mí.

-Pues está hecho. ¿Qué más te pasa?

Suspiré.

-¿Has hablado con Ronnie últimamente?

-No, ¿por qué? ¿ha pasado algo que deba saber?- Su jovial voz parecía una ventaja.- ¿Tienes problemas con ese tipo, Stan?

-Sabes perfectamente que su nombre es Dan.- Nunca olvidaba un nombre.

-Su nombre es irrelevante a menos que haya hecho algo más que molestarte. ¿No?

-Bueno, el ayer dijo más cosas cobre yo y Edward y luego se presentó en mi habitación por la noche borracho y...

-¿Qué ha hecho qué?- Sostuve el teléfono lejos de mi oído ya que el volumen de la voz de Buddy era suficiente como para dejar sordo a alguien.

-Cálmate, Buddy. Lo manejé bien. Se fue con la nariz rota.

-Bien. Pero si hubiera sido por mí se iría de Chicago con todo el cuerpo con yeso. ¿Se ha encargado tu hombre de eso?

Rodé los ojos. ¿Qué sería sin los hombres de mi vida y sus tendencias bárbaras? No es que me moleste. La ira de Edward en Dan ya me dio mucho calor, siempre que no fuera a la cárcel por eso.

-En primer lugar, sé cuidar de mi misma, mi hombre no necesita hacer nada. Y segundo, no le he dejado pegarle, lo último que necesitamos es ese tipo de prensa-, me quejé.

-Hum. No creo que Cullen no esté haciendo nada. Si sólo le da un puñetazo en la cara, no cumplirá con la promesa de cuidarte.

Eché un vistazo a mi reloj.

-En este momento, está teniendo una entrevista privada con Dan. Le dije que no le pegara, por lo que decidí que le intimidara y que le hiciera pedir un traslado.

Escuché cómo se reía.

-¡Me encanta! Se va a cagar en los pantalones, esa pequeña comadreja. Nunca me gustó ese imbécil. ¡Era como una mosca cojonera!.- Muy cierto. Me hubiera gustado que Edward me llamara y me lo hubiera contado. Sólo esperaba que pasara mañana sin incidentes y volver a casa.

Al final se calmó y respiró hondo.

-Estoy bien, mujer. Me estaba riendo, no teniendo palpitaciones. No, no quiero palitos de zanahoria. Quiero pastel de zanahoria. No me importa lo que diga el doctor. Las zanahorias no están buenas. Acelgas aún peor. Tu y el médico me vais a conducir a una muerte prematura-, se quejó a su esposa mientras me reía de su irritación. Sabía que no iba a aceptar bien su dieta.- Corazón sano... una mierda. ¿Quieren que viva con comida de conejo? Moriré con una magdalena en la mano. Deja de reírte de mí, Bella.- Oí a su mujer gritar de fondo.

-Debería colgar...

-No, no me dejes a solas con ella. Ya que no me llamas casi nunca, ¿para qué me has llamado? Y no me digas que era solo para esto, porque puedo ver lo que hay en tu cabeza. Escúpelo.

Vamos allá.

-Muy bien, creo que le diré a Ted que no quiero cubrir más partidos de esta división. Claramente es demasiado.

-¿Desde cuándo eres una cobarde? No vas a dejar que unos cuantos periodistas estúpidos te jodan tu carrera, ¿verdad?- Eso me llegó. No era una desertora. No habría pensado en eso si no estuviera con Edward.

-Claro que no. No soy así. Mira, no he decidido qué le voy a decir a Ted, pero una cosa que no le voy a decir es que Edward vino aquí como un hombre poseído, dispuesto a lanzar su carrera a la mierda para salvarme. Afortunadamente ya me había librado de Dan antes de que llegara o si no le hubiera pegado y habría sufrido las consecuencias. Tu y yo sabemos que hubiera salido a la luz, Edward sería suspendido, multado, arrestado y probablemente atacado por la prensa. No puedo correr ese riesgo.- Escupí las palabras rápidamente, los pensamientos que habían estado en mi mente desde anoche los expulsé.

-Dime algo, Bella. Si algún individuo en los partidos de preparatoria, hace un comentario sexual y te agarrara de nuevo, ¿sería Edward capaz de hacer lo mismo que quería hacerle a Dan?

-Si, seguramente, pero...

-Y le arrestarían, la prensa lo sabría y bla, bla, bla. Eres una hermosa muer, pequeña, y vas a atraer a muchos hombres, sin importar a lo que te dediques. Y si cruzan la línea, Cullen va a ir corriendo, porque te ama y te protegerá. Como debe ser. No tiene nada que ver con tu profesión. Podrías trabajar en una tienda de flores y podría suceder. La prensa se enteraría por que es quién es, y lo sabes. No puedes dejar que esto te impida llegar alto.

Dejé caer la cabeza sobre las almohadas, aliviada de que me dijera lo que necesitaba oír. No podía irme, no sería yo si lo hiciera.

-Sabía que te había llamado por una razón.

-Porque soy impresionante.- No dudaba de eso, podía oír su sonrisa a través del teléfono.

Me reí entre dientes.

-Eso también, junto tu absoluta humildad.

-Si, es una de las muchas cosas que amas de mí. En cuando a Ted, creo que lo mejor es decirle la verdad.

-No puedo decirle que Edward vino corriendo a mi rescate. Me dijo que teníamos que estar lejos en los partidos fuera, porque tenía que representar mi papel.

-Creo que, dadas las circunstancias, entenderá por qué Cullen rompió sus estúpidas reglas. Siempre y cuando se fuera después de que os calmarais un poco, no es gran cosa.

Sentí mis mejillas calientes.

-Bueno, en realidad...

Se rió.

-Ya veo. Bueno, ¿no llegó a la hora? Ted se enterará si eso pasó.

-No, le cubrieron.- No estoy segura de cómo, pero sabía que Emmett y Jasper lo habían logrado. Emmett me envió un mensaje diciendo que nadie era tan listo como él.

-Entonces no necesita saber nada más. Por lo que sabrá, Edward vio que estabas bien y volvió a su hotel sin hacerle daño al gilipollas pervertido.

-Si le cuento lo que pasó, va a querer denunciarlo.

-Y debería, señorita. Pero aunque entiendo por qué no quieres hacerlo, tu seguridad es más importante que tu reputación.

-¿En este negocio? No estoy tan segura.

-Si, buen punto, siempre y cuando Muller haga lo que Edward le diga que haga, no habrá ningún problema. Pero es necesario alertar a Ted de lo que pasó. No es acusar. Si algo ha traspasado la línea y no lo sabe, no puede protegerte. Y se enfadará contigo y, más importante aún, conmigo por no contárselo.

-Está bien, lo haré cuando vuelva a la ciudad.- Tenía razón.

-Me parece bien. Ahora, ¿vas a dejar la tontería de irte? Porque te diré que, aunque vuelva, tengo la intención de que seas la reportera de los Cardinals. Estás haciendo un trabajo maravilloso y no voy a dejar que te escapes por unos gilipollas. Vas a enseñar a todos de lo que estás echa, la mujer que conozco y adoro.

Me sentí muchísimo mejor al hablar con él, ya sabía que iba a hacerlo.

-Vale, no me iré. Pero date prisa en volver. Te necesito.

-Muchacha, puedes apostar a que lo haré. Pero tienes todo lo que necesitas dentro de ti. También tienes al quarterback contigo. No me necesitas.

-Tal vez no, pero te quiero.

Se rió en voz alta.

-Todo el mundo lo hace y, ¡por supuesto tu también!- Me reí. Pensó que era por otra cosa.- Hay mucho de mí que queda por dar, ya sabes.

-Oh, claro que lo sé. Pero tu dieta se limitará muy pronto.- Sonreí, anticipando su reacción.

-Eres mala, te odio.

-Yo también te quiero, Buddy. Y gracias.

-En cualquier momento, chica. Ven a verme cuando vuelvas a la ciudad. Trae galletas.

Me reí y le dije adiós. Era el que mejor me sabía animar. Bueno, el segundo. El primero era el que estaba intimidando a un perdedor con la nariz rota. Amaba a mis chicos.

 

.

 

Me dirigí a la sala de prensa sin incidentes, me encontré un asiento guardado junto a él, me lo había prometido anoche en la cena. Me senté, sonriéndole con agradecimiento.

-Hey, Bella. ¿Lista para ver cómo tu hombre vence a los Bears?- Estaba más que lista. Principalmente estaba lista para volver a casa y acurrucarme en la cama con mi novio. Había querido venir de nuevo ayer por la noche, pero imaginamos que estaríamos tentando demasiado a la suerte, además no podíamos pedir a Emmett que se metiera en líos otra vez, a pesar de que probablemente no tendría ningún reparo en hacerlo. En cambio, Edward me había llamado justo después de cenar y habíamos estado al teléfono hasta que no pudimos mantener los ojos abiertos por más tiempo. Era muy tierno lo protector que estaba hacia mí, aunque dudaba que Dan se acercara a mí en un corto plazo, después de que me contara lo que ocurrió en la “entrevista”.

-Estoy lista.- Miré hacia el campo y le encontré lanzando el balón con Jasper. Sonreí cuando les vi haciendo lo de siempre. Era reconfortante que nada le distrajera.

Ronnie dejó escapar una risita.

-Whoo muchacho, ¿qué ha pasado a la cara de Muller?- Miré en la misma dirección y tuve que reprimir una sonrisa ante el daño que había caudado. Sus ojos eran de color púrpura/negro y todavía llevaba una venda alrededor de la nariz. Sus ojos hacían juego con su camiseta y pantalones oscuros. A pesar de que había estado tentada de contarle a Ronnie en la cena lo que pasó, decidí no hacerlo. Cuando menos gente lo supiera, mejor.

Dan se acercó a nosotros para ir al fondo. Me miró y sus ojos se alejaron con rapidez.

-Muller, ¿qué le ha pasado a tu nariz? ¿Finalmente te encontraste con la mujer equivocada?- Preguntó Ronnie, riéndose de él.

Los ojos de Dan se posaron en mí otra vez, hizo una mueca y volvió a concentrarse en Ronnie.

-Una botella de Jack y malos reflejos. No pasará otra vez.- Su mirada estaba en Ronnie pero sospechaba que sus palabras eran dirigidas a mí. Se dio la vuelta y se dirigió a la parte posterior de la sala, cogió su ordenaros y escribió en silencio, lo que era raro. Por lo general, Dan se pavoneaba y charlaba hasta que comenzaba el partido.

-Supongo que eso explica por qué no estaba en la sala de prensa ayer-, Ronnie me dijo y le murmuré una respuesta de acuerdo con él. Sabía que seguramente no se presentó porque estaba asustado hasta la médula. -Vamos, Bella, no me digas que no te alegras de que Muller obtuvo su merecido. Seguramente que tu hubieras querido ser la que le ha dado el puñetazo.

Me mordí el labio para no reírme histéricamente. Oh, Ronnie, si tu supieras.

-Tengo que admitir que no me hubiera importado.

Ronnie se rió y me dio unas palmaditas en la espalda.

-Mantén la clase, Bella. Le hubieras dado tu misma si hubieras tenido oportunidad. Parece que emborracharse y hacerse daño le ha dado algo de sentido común.

Flexioné mi puño derecho. Todavía me dolía un poco. Tendría que haber ido a por el estómago o la ingle. Bueno, la próxima vez, si fuera necesario.

-No importa el por qué, siempre y cuando deje de ser un gilipollas-, le dije a Ronnie.

Llevó la vista hacia mi mano y me sonrió brillantemente.

-Espero que te hayas puesto hielo.- Luego comprimió el labio y suspiré de alivio.

-Está bien-, le aseguré.

-Mejor. Buen trabajo, campeona.

-Um, ¿gracias?- Se rió ante el tono de mi pregunta y me alborotó el pelo.

-Siempre he dicho que tenías estilo, Swan. Ahora dime, ¿tu chico tiene información sobre las próximas negociaciones?

Le sonreí, agradecida de que cambiara de tema.

-Honestamente, no hemos hablado de eso. Confía en que puede manejarlo.

-Espero que lo haga. Un año sin fútbol es un año que no quiero experimentar. Sólo Dios sabe lo que tendría que cubrir. ¿Bolos? ¿Wrestling? ¡Mi cabeza!- Ronnie se estremeció con fingido horror y me reí ante sus dramatismos.

-Yo podría volver a los deportes del instituto.- Mi charla con Buddy aún estaba fresca.

-Si, podrías, supongo. Sería una lástima. Tu perteneces a las grandes ligas, Bella. Buddy y yo siempre lo hemos sabido.

Me sonrojé y se lo agradecí. Esta era la razón por la que eran como uña y carne, parecían compartir una sola mente. Y ambos sabían exactamente qué decir para mantenerme en línea recta.

Los sonidos de la apertura empezaron a sonar y me incliné para ver a los Bears correr hacia el campo. Edward no puso atención a los gritos de la multitud cuando entró. Detrás de él iba Jasper, calentando el brazo. Su enfoque en el juego era una de las cosas más atractivas de Edward. Se centraba en mí de la misma forma cuando estábamos a solas y ahora quería que llegara ese momento. No podía esperar para estar de vuelta en sus brazos, en su cama, en su bañera... Donde quiera llevarme.

Me sacudí las fantasías y empecé a anotar las impresiones de la atmósfera. Me sentía como si estuviera en los playoffs, a pesar de que aún quedaba un mes. Ambos equipos tenían las mismas probabilidades, quién ganara hoy estaría dentro. Sabía que Edward estaba preocupado por este partido. Jugar en casa tenía ventajas y no podía pasar por alto en los playoffs, aunque últimamente los equipos visitantes tenían más éxito que en años anteriores.

Edward, Jasper, Emmett y Darnell Dockett caminaban hacia el centro del campo y se dieron la mano son Brian Urlacher, Olin Kreutz, Jay Cutle y Julius Peppers, capitanes de los Bears. El árbitro le preguntó a Edward qué elegía en el sorteo y los micrófonos dijeron que Edward había ganado, rápidamente dijo que querían empezar con ofensiva.

Jay Freeley pateó el balón hacia la zona de anotación, pero los Bears tenían la mejor arma de retorno, Devin Hester, que corrió esquivando a los defensas hasta lograr llegar antes que Curtis Jefferson a la línea de 48 yardas. Gemí cuando los fanáticos de los Bears empezaron a gritar y Matt Forte ganó 14 yardas hasta la mitad de la primera jugada del partido. Un pase corto a Greg Olsen y otro a Forte hizo que llegaran a la zona roja, sólo un minuto más tarde. Cutler cayó fuertemente y envió la pelota a la esquina derecha donde Olsen la atrapó, tocando con los pies antes de caer fuera de los límites. 7-0, los Bears ganaban.

Contuve la respiración cuando Gould empezó con Breaston. Atrapó la pelota justo en la línea de gol y la llevó a los 25 antes de que bajara. Edward se colocó detrás de Ley cuando parte del público hacía todo lo posible para dar a su equipo la ventaja de jugar en casa, gritando tan fuerte que no tenía duda de que su equipo les escuchaban. Edward recurrió a dar un par de señales con la mano y Jasper se redirigió al mismo lado que Fitzgerald, que iba por las esquinas y los dispositivos de seguridad con bordes para cubrir a los mejores receptores, dejando a Breaston con una cobertura de uno a uno en el lado derecho. Tan pronto como la pelota estuvo en juego, Edward dio tes pasos atrás y lanzó la pelota antes de que Peppers le pudiera noquear. Breaston la atrapó y corrió por la línea de banda, consiguiendo llegar a la línea de 21 yardas. Me las arreglé apenas por resistir levantar el puño en señal de triunfo.

La siguiente jugada fue un pase a Crowley, que sorprendió en el backfield, cuando los Bears corrieron hasta el final. En segundo lugar 12-23. Edward sacó la pelota e hizo unos gestos antes de pasarla. Fitz y Jasper estaban en lados opuestos en esta formación; Fitz corrió directamente a la zona de anotación, mientras Jasper corría a través del centro. Atrapó un pase de Edward en la 15 mientras Urlacher corría a la zona de anotación. El partido quedó empatado a dos minutos de empezar el primer tiempo.

Los Bears se estancaron en la yarda 30, endureciendo la defensa contra la carrera, Cutler tiró un par de tiros mal, uno de los cuales debía de haber sido aposta, pero Adrián Wilson no podía mantener la pelota. La pelota volvió a los Cardinals.

Edward dio una paso atrás en el centro y lideró las tarjetas mientras el segundo tiempo. Mezcló magistralmente pases cortos con carreras y mantuvo la ofensiva de los Bears fuera del campo, dando a su defensa un largo descanso mientras seguían en el campo. Se detuvo en la línea de la tercera yarda, con un pase desviado para romper un TD y asegurarse que Cheney y el gran frente de Urlacher mantuvieran a Crowley en la zona de anotación en la tercera oportunidad. Las tarjetas se tenían que conformar con un gol de campo de Feely, tomando una ventaja de 10-7 en la mitad del partido, cuando ninguno de los equipos hizo algo en su siguiente posesión.

Estaba utilizando el descanso para ordenar mis notas y empezar a escribir mi artículo. Los párrafos de apertura y cierre aún no se podían escribir, pero la primera mitad del partido estaba cubierta. Terminé justo cuando Ronnie volvió con un perrito caliente y un refresco para mi.

-Me tratas demasiado bien. Gracias.- Me tragué un gemido cuando el perrito caliente, la mostaza y su sabor explotó en mi lengua. Nadie hacía las salchichas como en Chicago.

-Buddy me mataría si no lo hiciera. Además, me gustaría que estuvieras aquí, pequeña, contigo tengo más espacio.

Me reí al recordar la indignación de Buddy ayer.

-No sé cómo estará en el futuro. Carol le estaba dando palitos de zanahoria y opio ayer mientras se quejaba de su deseo de pasteles y galletas.

Ronnie sonrió y sacó su teléfono.

-¡Me encanta! Ven aquí que te hago una foto mordiendo tu perrito caliente y se la mando.- Me reí y lo hice, sonriendo ampliamente mientras Ronnie me sacaba la foto, un minuto después se la envió a Buddy. No pasó mucho tiempo antes de que llegara la respuesta.

-¿Qué te ha dicho?

-Nada que repetiría ante una señora encantadora como tu.

Solté un bufido y le di un codazo.

-No soy una señora.

Sonrió.

-Si que lo eres, bueno voy a decirte algunas frases. Dijo que me metería los palitos de zanahoria, donde el sol nunca brilla la próxima vez que me vea...- Me reí.- Y dice que es mejor que le hagas varias docenas de galletas para compensar tu burla.

Sonreí cuando me llegó una idea.

-Cuando vuelva, buscaré en Google galletas saludables para el corazón. A ver si nota la diferencia.

Ronnie se rió y negó con la cabeza.

-Seguro que lo hace. Ese hombre es un sabueso con la mala comida.

Eso era verdad.

-Bueno, no dejaré que siga así y tampoco Carol. Quiero a mi amigo más tiempo.

Ronnie sonrió con cariño.

-Seguro que será así. Ese hombre nos sobrevivirá, lo sé.- Tenía la esperanza de que tuviera razón. Bromas aparte, me encantaba Buddy e iba ha hacer lo imposible para que siguiera su dieta en el trabajo, aunque se moleste.

La segunda mitad empezó y miré como la pelota en el aire llegó a los brazos de Breaston. El balón fue a la 27 y Edward salió de nuevo al campo. En esta ocasión se alejó unos 5 pasos y contuve la respiración cuando vi a Peppers pasando a Levi Brown y golpear a Edward, sólo un segundo después de haber lanzado la pelota. Un segundo fue justo lo que necesitó, porque Larry Fitzgerald dejó a Charles Tillman en el suelo y atrapó la pelota medio paso antes de que le cogiera y corrió por la banda izquierda. Anotó con facilidad, puesto que habían sido engañados pensando que iba hacia Jasper y no pudieron rectificar cuando Edward lanzó.

Edward fue desenterrado de los 150kg de Peppers y me mordí el labio mientras esperaba a que se levantara. La pantalla grande mostró a Peppers inclinándose hacia Edward y diciéndole algo. Edward se puso de pie y empezó a gritar, yendo a por un hombre micho más grande que él. Emmett corrió y le empujó hacia atrás cuando Peppers sonrió y dijo algo más. Emmett señaló a la pantalla grande, que reproducía la escena y la sonrisa de Peppers se desvaneció. Edward todavía intentaba llegar a él y Emmett lo empujó a la línea lateral. El árbitro habló con el entrenador y sabía que estaba advirtiendo a Edward de que o se tranquilizaba o le expulsaban del partido.

-Me pregunto qué pasó-, Ronnie murmuró y me encogí de hombros. Quizás Peppers había intentado lesionar a Edward o había dicho algo de su madre o algo así. ¿Quién lo sabía? El punto era, mi novio, normalmente imperturbable estaba muy alterado este fin de semana. Tendía que ver si esta noche conseguía que se relajara, tal vez con un buen baño seguido de un masaje y un poco de sexo alucinante lo conseguiría. Era lo menos que podía hacer.

Cutler y los Bears cogieron la pelota en la 32 e hizo un pase largo que terminó en un gol de campo de 22 yardas de Robbie Gould. Estaban a 17-10 cuando faltaban 6 minutos para acabar el tercer tiempo, cuando Edward salió al campo de nuevo. Eligió ir por tierra, con Crowley corriendo hacia el balón en casi todas las jugadas. Tercera y corto, Edward lanzaba rápido mientras salía hacia Crowley o Cheney, y uno de ellos a Fitzgerald a la derecha. Crowley perdió el balón por un gran golpe de Harris dentro de la 20, por lo que los Bears se llevaron el balón hacia tu propia 16 para iniciar el último cuarto.

Forte arrancó con una ganancia de 13 yardas en su primer pase y luego Cutle fue trabajando, tirando la gama media con un pase a Olsen y Hester, mezclando una carrera con una buena defensa. El D estaba en sus talones, dando marcha atrás en casi todas las jugadas, intentando mantenerse siempre enfrente de ellos.

-Odio prevenir la defensa-, le dije a Ronnie, que asintió con la cabeza.

-Todo lo que hace es evitar una victoria.

-Claro que sí.- Hice una mueca cuando los Bears hicieron su primer gol desde la yarda 3. Ocho hombres defendiendo la carrera. Cutle lo vio y de inmediato lanzó a un fácil touchdown. El punto extra les vino bien y el partido estaba empatado a 17 con sólo 5 minutos para el minal.

Envié una oración en silencio, como si Dios se preocupara por el fútbol, pero bueno. Gould empezó. Mandó el balón a la 28 y agarré el asiento cuando Edward salió al partido. Puso a sus hombres en alineación y les dio instrucciones con calma, no dejando que el ruido le afectara. Comenzaron en la formación que podían correr más. Tenían dos tiempos más, así como un parón de advertencia de 2 minutos. En logar de que le entregara la pelota, Edward usó a Crowley como bloqueador. Sacó a Tillman cuando apareció un bombardeo de la defensa y Edward completó un pase a Jasper con una ganancia de 17.

Le entregó la pelota en la siguiente jugada. Crowley tuvo una corta ganancia de 3 y Edward se lo entregó de nuevo para una ganancia de 6. Chicago se apiló para intentar arremeter en la carrera. Edward lo vio e hizo una señal con la mano, cambiando la jugada. Pidió el balón y lanzó al lateral, a Fitzgerald, quién no se había movido. Este subió ganando 23, hasta que Chris Harris lo vio. Fitz logró mantenerse en los límites y el reloj se convirtió en el aliado de los Cardinals.

Edward llamó a dos más en ejecución y cogió los dos minutos de advertencia. En la siguiente jugada, sorprendió a los Bears lanzando un pase a corta distancia a Jasper, por lo que llegó a primero y gol. Los Bears pidieron un tiempo y lo usaron, pero fue todo en vano. Otras tras ejecuciones más y Edward condujo a su equipo de nuevo al campo. Lo que hizo que se alzaran con la victoria. Se podía oír a los pocos fans que habían viajado para verles, pero la mayoría de la gente estaba en silencio mientras caminaban hacia la salida.

-¡El infierno de un partido! ¡A Cullen le encantará!- Ronnie cantaba mientras escribía en su ordenador. Me encantó ver a Cullen jugar. Mi corazón, que podía jurar que se había parado un par de veces, ahora latía fuertemente. Recogí mis cosas y me puse a caminar hacia la rueda de prensa de después del partido. Ronnie se unió a mí e hicimos el camino juntos.

Nos metieron a una habitación con el resto de la prensa y me coloqué a la derecha de la mesa. Edward, Jasper, Fitz, Crowley y el entrenador Clapp entraron, Edward sentándose a la derecha del entrenador, Jasper a la derecha de Edward y Fitzgerald al lado de él. Crowley se sentó a la izquierda de los entrenadores. Los ojos de Edward buscaron sobre la multitud hasta que al final me localizó y la esquina de boca se elevó un poco y asintió con la cabeza. No fue obvio, pero como siempre, Ronnie se rió y me dio un codazo. Me sonrojé, pero agarré mi cuaderno y traté de fingir que no quería lanzarme sobre la mesa, ponerme en su regazo y devorarle. Su cabello estaba húmedo por el sudor y adorablemente despeinado. Quería enterrar mis manos en él y tirar de us labios hacia los míos. Estaba tan sexy con su uniforme. Me mató.

Traté de empujar todos esos pensamientos fuera de mí y centrarme en la rueda de prensa, tomando notas cuando el entrenador respondía a una pregunta acerca de lo importante que era vencer a los Bears, y lo que significaba para la postemporada. Era floja, pero aún así escribí sus respuestas.

-Edward, ¿qué pasó entre tu y Peppers en el tercer tiempo?- Rick, SI, lo preguntó.

Las manos de Edward se cerraron sobre la mesa, pero sonrió.

-Oh, ya sabes cómo son esas cosas. Un empujoncito aquí, unas palabras allá. Los ánimos estaban altos y perdí la calma por un minuto. No hay daño, no hay falta.- Esa reacción fue interesante. Lo escribí con una interrogación al lado de su respuesta. Ya volvería a ese tema más adelante.

El resto de la reunión fue bastante normal, sólo se discutieron algunas jugadas, complementando con la actuación de los Bears, decían que iban por buen camino pero que sería difícil, etc. Cerré mi ordenador ya que las preguntas eras las de siempre. Los jugadores y el entrenador respondieron a algunas preguntas más. Después fui a la reunión con los Bears, conseguí un par de citas de Cutler. Peppers no respondió de forma diferente a la pregunta de Edward; siempre riendo y diciendo que había sido divertido.

Fui al vestuario y esperé fuera. No iba a poder hablar mucho con Edward, ya que tenía que ir al aeropuerto, pero me habían permitido 10 minutos. Emmett salió y me dio un sonoro beso en la mejilla, mientras caminaba dijo:

-Puedes entrar, Suzy Kolber, todo el mundo está preparado.- Hizo una pausa y sonrió.- Bueno, mejor dicho, ninguno son decentes, pero al menos están vestidos.- Me reí y sacudí la cabeza.- ¿Vas a escribir sobre lo fantástico que soy?

-Ah... ¿estabas en el campo? No me di cuenta.- Me reí mientras venía hacia mí y yo huía hacia los vestuarios, ignorando sus gritos. Sonreí a los pocos jugadores que quedaban mientras iba hacia Edward, que estaba sentado junto a su taquilla, poniéndose los zapatos.

-Hey.- Levantó la vista y me sonrió. Le analicé con la mirada, lo que provocó que mi corazón sufriera un mini infarto, iba con sus pantalones vaqueros y una camisa gris de manga larga.

-Hola, señorita Swan. ¿Disfrutaste del partido?

-Muchísimo.- Me senté a su lado y saqué mi grabadora y mi cuaderno. Edward rió y esperó.

-¿Qué pasó en realidad con Peppers?

Sus ojos brillantes se apagaron.

-Pasó lo que dije.

No, pero no iba a presionar en este momento. El vestuario estaba vacío y el entrenador gritó Cinco minutos mientras pasaba por delante de nosotros.

-¿Cómo está tu brazo?

Edward rodó su hombro derecho.

-Bueno. No tuve que lanzar tanto en este partido. Crowley llevó esa parte.

-El touchdown de Fitzgerald fue precioso.

-Me gustó. Vi la oportunidad y la tomé.

LE hice unas cuantas preguntas más y me contestó, pero me di cuenta de que no estaba allí conmigo, así que apagué la grabadora y cerré mi cuaderno.

-Cuéntamelo.- Estábamos solos, sin grabaciones, yo ya no era reportera, era su novia.

Cerró los ojos y me cogió la mano izquierda, entrelazando sus dedos con los míos.

-No ha sido nada, la verdad. Peppers hizo un comentario sobre lo larga que había sido la entrevista que le hiciste después de un partido contigo e hizo un gesto a su polla y perdí los nervios. No ha sido nada diferente a lo que decían los demás jugadores, pero salté en ese momento.- No había pensado en que podían utilizar nuestra relación para sacarle de sus casillas en los partidos. Le di un beso y sus labios estaban duros y hambrientos mientras me atraía hacia él. Le dí todo lo que pudo y él lo tomó, derramando la ira que había acumulado toda la noche.

Después de un minuto, rompí el beso y sonreí.

-¿Mejor?

Me lanzó una media sonrisa y asintió.

-Por ahora.

Se puso de pie y tiró de mí.

-Para que conste, no he dicho nada sexual o de otra cosa a nadie. Además, dudo que nada sea tan grande como Zeus, y ya sabes el cariño que le tengo. Eres el único autorizado para las entrevistas largas.

Edward se rió y me besó de nuevo.

-Sé que esto va contra las reglas, pero importa una mierda-, murmuró y me abrazó.

-A mi también.- Cerré los ojos y enterré mi cara en su pecho, maravillada por lo bien que se sentía al estar de nuevo con él, aunque sea por unos momentos.

-¿Te dijo algo más Mullen?- Preguntó Edward.

Levanté la vista hacia él y negué con la cabeza.

-No. Ronnie le preguntó qué le pasó a su nariz y dijo que fue una botella de Jack y su torpeza. Leí su artículo esta mañana y no había nada despectivo.

Sonrió y me besó de nuevo.

-Bueno. No tendrás que lidiar de nuevo con él

-Puedo cuidarme yo solita, y lo sabes.

Se rió entre dientes.

-Se que puedes hacerlo, bateadora. Créeme, lo sé. Pero espero que también me dejes cuidarte.

-Esta noche voy a cuidar de ti. Tu puedes hacerlo mañana.- Y podríamos desaparecer durante toda la eternidad.

Edward me besó de nuevo.

-Me parece bien.- Salió del vestuario.- ¿Nos vemos en casa?

Me sentía tibia cada vez que decía eso, como si la casa fuera de los dos. Me hacía sentir bien.

-Nos vemos en casa.

 

 

…................................

 

Hola! Bueno, esta vez no ha sido mi culpa no haber podido subir capítulo la semana pasada, me han entrado un montón de virus en el ordenador y ahora mi padre lo está arreglando, lo he podido coger lo justo para subir esto. Gracias a Carlarobpatt4ever por haberos avisado ayer ya que se lo pedí.

Bueno que os ha parecido? El siguiente capítulo viene con Lemmon que hace mucho que no tenemos uno de esos jajaja

Otra cosa entre estos tres días (de hoy al miércoles) voy a intentar subir los de esta semana, pero me acaban de decir que me voy de viaje este jueves y no se si me dará tiempo, si no, la semana que viene intentaré subir todos los que no he podido, ya que estoy de vacaciones.

Un beso a todas!

 

Ps: ¿Votito? ¿Comentario? Todo es bien recibido :)

Capítulo 29: El Emmettake: Emmett y el extintor. Capítulo 31: Siguiente paso.

 
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