Primero y Diez (+18)

Autor: nicoli
Género: + 18
Fecha Creación: 18/03/2013
Fecha Actualización: 26/10/2014
Finalizado: NO
Votos: 33
Comentarios: 191
Visitas: 133926
Capítulos: 35

Bella Swan es una aspirante a reportera de deportes cuando le es asignado entrevistar al más grande de la liga, por no mencionar al mas caliente, el quarterback Edward Cullen ¿Le enseñará Edward Cullen las reglas del juego? O ¿ella le enseñará una o dos cosillas? 


Esto es una traducción y su autora es Nolebucgrl, podéis encontrar el fic original en esta página: http://www.fanfiction.net/s/5874934/3/First-Ten

Estoy autorizada por la autora a traducir esta historia.

 

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También os invito a pasaros por mi otra traducción conjunta, Words With Friends, junto a CARLAROBPATT. Aquí os dejo el link: http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=3920

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Capítulo 12: Touchdown

EPOV

 

Era una tontería estar nervioso. Si había un lugar fuera del campo del fútbol en el que me sentía seguro, era el dormitorio. La última vez que había estado preocupado por el sexo había sido cuando lo había hecho por primera vez. María, mi novia de secundaria, durante casi todo lo que duró la secundaria, había sido mi primera vez y lo hicimos cuando tuvimos diecisiete, me costó bastante y estaba nervioso. Pero cuando conseguí quitarla su faldita de animadora y empecé a tocar su piel suave y ella me empezó a tocar, los nervios desaparecieron y el instinto se hizo cargo. No es que hubiera sido increíble ni nada, pero después practicamos y ni Mary ni yo tuvimos quejas.

Todo el camino a casa, Bella me tomaba de la mano y traté de suprimir las mariposas que parecían multiplicarse en el estómago mientras me reía junto a los demás de las payasadas de Emmett. No pensaba que estuviera acabado y sólo podía esperar que cuando lo quitara, no lo pusiera en otro sitio, como en el vestuario. No lo podría poder ni ver.

Dejé escapar un suspiro cuando entré en mi plaza de mi aparcamiento. Bella quitó su mano de la mía y de inmediato sentí la pérdida de su contacto. ¿Qué me hacía? Durante toda la noche, tuve que tener mis manos sobre ella, ya sea compartiendo sillón o tocando su rodilla desnuda debajo de la mesa o acurrucándome a su lado en el sofá mientras que Emmett contaba sus última hazañas en los entrenamientos.

Todos nos bajamos del coche, Bella no se bajó, esperando a que la abriera la puerta y la dejara salir. Hice mi camino alrededor del coche y tomé su mano con la mía, sintiendo un zumbido eléctrico con su contacto. ¿Todo el mundo se siente de esa manera cuando está tocando a alguien de la cual está enamorada o solo yo? ¿Lo sentirá también? ¿Y si no lo sentía y yo si? ¿Qué significaba eso? No podía preguntarla, ella pensaría que era raro. Una vez más. Un poco más. Mejor no hablar sobre ello en absoluto.

-¿Queréis venir ahora a mi casa un rato?- Preguntó Jasper- Todavía es pronto y no tienen que estar hasta muy tarde. Tal vez podríamos poner una película. Aw, Alice, ¿Qué coño haces?- Alice le había dado un codazo en el costado derecho.

-Tal vez quieran tener un tiempo a solas,- dijo entre dientes y sabía que Bella se lo había contado, miró al suelo y sacudió la cabeza. Apreté su mano para hacerla saber que no me molestó. Me lo había imaginado por los comentarios de Alice durante toda la noche. Sólo podía dar gracias a Dios que Emmett, o bien no se enteró o en realidad se había refrenado para no asustar a Bella. Él podía llegar a ser un dolor en el culo, pero nunca haría deliberadamente que Bella se sintiera incómoda. Eso lo tenía reservado para mí y para Jasper. Me gusta que no se meta con ella. Si lo sabía, como sospechaba, el entrenamiento de mañana iba a ser un un infierno. Vi a Bella mirándome y mordiéndose el labio. Valía la pena.

-Oh, vamos, se están tomando las cosas con calma, ¿recuerdas? Pensé que podría ayudarle en eso y así distraerlos un rato. Aunque la tensión sexual es suficiente para volverme loco. Realmente, teníais grandes vibraciones en casa de Emmett. Creo que...- Alice le volvió a clavar el codo en el estómago y esta vez se quedó sin aliento.- ¿Qué pasa Alice?

-Pene-duro, ¿recuerdas? He estado viendo vídeos durante la mayor parte de la semana.- Me lanzó una mirada que hizo que me pusiera detrás de Bella. No iba a golpear a su amiga y necesitaba mis partes masculinas esta noche.

El rostro de Jasper se iluminó e hizo un gesto de saludo con un imaginario sombrero mientras cogía a Alice en brazos y la ponía sobre su hombro.

-Invitación denegada. Tengo planes. No hagas nada que yo no haría,- dijo por encima del hombro, sin molestarse en mirarnos mientras que Alice se movía y se reía saludándonos desde su posición. Musitó algo a Bella y esta asintió y la devolvió el saludo.

Los vimos desaparecer y luego me volví hacia ella.

-¿Qué te dijo Alice?

Bella se volvió hacia mí con las mejillas rosadas, preciosa.

-Uh, sólo que la llame.- Por supuesto. Charla entre chicas, lo debería de haber sabido. Decidí no presionar sobre el asunto, ya que era vergonzoso para ella y realmente no quería saber exactamente lo que pasaba cuando iba a estar follando son mi amigo toda la noche. No necesitaba más ansiedad por la situación de la que ya tenía y menos preocuparme por la reacción de Alice sobre lo que dijo que iba a hacer. No era como si Jas o Em no me fueran a decir nada, eran peores que dos mujeres juntas.

-De acuerdo. Bueno, ¿estas lista para subir?- Por Dios, sonaba como una adolescente sin experiencia en lugar del hombre con confianza que era. Era Bella... ella me hizo sentir cosas que nunca había sentido antes y me encantaba, pero también lo odiaba. No estaba acostumbrado a sentirme inseguro de mi mismo y no puedo decir que me guste demasiado eso, pero era algo emocionante. Me sentía como si fuera a jugar la Super Bowl. Ella asintió y me di cuenta que la analogía no era la acertada. Era más como el paracaidismo al que Emmett nos había arrastrado el verano pasado. Gracias a Dios el entrenador nunca se enteró de eso. Me mataría y no hubiera podido estar aquí con Bella hoy.

-Yo, uh, necesito coger mis cosas-. Me miró y me sentí un poco mejor, ya que era evidente que estaba igual o más nerviosa que yo. Me acerqué a su coche con ella y esperé mientras abría el maletero, sacando una pequeña bolsa de viaje azul. Se iba a quedar esta noche. Era un maldito suertudo.

Enlacé mis dedos con los de ella y la llevé de nuevo hacia el interior del edificio y hacia el ascensor. Estaba inquiero, así que tiré de ella y me pareció una buena decisión frotar mi cuerpo contra el suyo y besándola. Cada parte de mí reaccionó a su contacto, se sentía como si estuviera en llamas, y mi pene se tensó contra la cremallera. Vaqueros... ¿por qué no me había puesto chándal? Eso hubiera sido micho más cómodo.

La empujé contra la pared del ascensor y rocé mi polla contra ella mientras mis labios la devoraban. Ella hizo ruiditos sexy y tenía las manos en mi culo, me empujaba hacia ella. Gemí y me agaché para tirar de su pierna pero el ascensor sonó anunciando que habíamos llegado a nuestra planta. Me aparté, agradecido de que no hubiera nadie en el pasillo que nos viera, Bella se alisó la falda y se tambaleó saliendo del ascensor. Puse un brazo al rededor de su cintura para sostenerla, o tal vez me quería sostener a mi mismo, nos dirigimos a la puerta. Casi la había tomado en el ascensor, no me malinterpreten, era una de mis fantasías, pero no para la primera vez. Pero Dios, una vez que ponía mis manos sobre ella, no había modo de parar. Quería todo, tocarla, saborearla, estar dentro de ella... ella llenaba mis sentidos por completo.

Tal vez esa era la respuesta. Cuando la tocaba o la besaba, todo estaba bien. Era cuando dejaba que mi mente divagara con el sexo, pensando e imaginando, ahí era cuando me ponía nervioso y me asustaba. No tenía que pensar tanto, al igual que en el partido de los playoffs del año pasado. Sabiendo que Jasper estaba allí, me imaginé varios escenarios diferentes y lancé dos intercepciones y jugué pésimamente. En lugar de hacer las cosas en el campo, las hice en mi cabeza. Tenía que dejar de pensar y sólo estar con Bella.

Abrí la puerta y la seguí hacia el interior, admirando la forma en la que se movía la parte de atrás de la pequeña falda negra que llevaba. Me moría de ganas de poner mis manos sobre su cuerpo, sus largas y torneadas piernas y ere colo respingón que me llamaba para que le siguiera. Encendí la luz y puse la bolsa en la mesa del comedor. Intenté no ir muy deprisa. Quería ir por el camino correcto. Si era lo que quería, podía darme el lujo de esperar un poco, trabajar hasta el dormitorio. Ella se iba a quedar toda la noche, después de todo. Estaba ridículamente emocionado.

Bella se volvió hacia mí, con incertidumbre en la cara, la envolví con mis brazos y la dí un besó que intenté que fuera reconfortante. No iba a correr con ella. Teníamos toda la noche. Me aparté y la dí una sonrisa de confianza.

-¿Quieres algo de beber?

Su frente se arrugó por un momento y me pregunté qué la pasaba por la cabeza en ese momento.

-Um, ¿supongo?- En realidad no era una respuesta, pero la tomé como una respuesta afirmativa. Además, necesitaba beber algo, algo para calmar mis nervios y es de esperar que ella también.

La solté y me fui a la cocina y cogí una cerveza para cada uno, las abrí y encontré que seguía de pie en el pasillo, justo donde la había dejado. La entregué la suya y ella la cogió, envolviendo ambas manos alrededor de ella y mirándome cuando llevó la botella a sus labios. Veía cómo envolvía perfectamente la boca de la cerveza con sus labios mientras se inclinaba y tomaba un buen trago. Me moví y traté de colocar mi pene con disimulo. Esa mujer me hacía ponerme duro bebiendo de una botella de cerveza. Estaba muy atrapado.

-¿Vamos a la sala y ponemos una película?- Jesús, sonaba como un adolescente en su primera cita. ¿Qué me pasaba?

Bella sólo asintió y me siguió cuando fui a la sala para ver qué película podía poner. No sabía si Bella quería una comedia, un thiller o qué. No tenía películas románticas. Debería haber pensado en eso. Idiota.

-¿Qué quieres ver?- Le pregunté sin mirarla rebuscando entre mis viejas películas de Star Wards y la trilogía de Indiana Jones. Yo era de la vieja escuela, por lo menos con las películas, no me gustaban las nuevas de Indy o de Star Wars lo suficiente como para comprarlas.

-Porno.- Bueno, las tendría que sacar del armario especial que estaba cerrado con llave en... ¿qué coño acaba de decir?

Giré la cabeza y la vi sentada en el sofá, con las piernas dobladas debajo de ella y su pelo que le caía sobre su cara mientras miraba hacia el suelo como si se encontrarán ahí todos los misterios de la vida.

-¿Bella?

-¿Qué?- preguntó en voz baja, sin apartar la mirada de aquel punto del suelo. ¿Cómo se lo podía preguntar delicadamente?

-¿Has dicho porno?- Muy bien, eso no era muy delicado que se diga... pero ella dijo que quería ver una porno. No podía procesarlo. Ya sabía que esta chica era increíble, pero decirle a un hombre que quería ver una porno era más que eso.

Hundió la cabeza en su brazo, apoyando contra el sofá y murmuró algo que no pude escuchar.

-¿Qué?

Levantó un poco la cabeza y me miró con un solo ojo, manteniendo el otro escondido.

-Si, eso dije, pero no me refería a eso.- Oh, bueno, eso no tenía mucho sentido. Me quedé mirándola y ella empezó a vomitar las palabras, de la forma en la que sólo ella podía hacerlo.- Bueno, quiero decir, he venido para tener sexo contigo, pero luego me das una bebida y me propones ver una película y luego te inclinas y tu culo está increíble en esos pantalones vaqueros y estaba pensando en lo que íbamos ha hacer, por lo menos espero que aun lo hagamos, más tarde y por eso te dije que porno aunque no iba en serio, en teoría. Pero si quieres ver porno, podemos velo, porque sería muy caliente, si puede llegar a serlo y la verdad es que no quiero ver a nadie más desnudo que tu, y no puedo creer que haya dicho eso. Tengo que irme a casa.

Comenzó a levantarse del sofá y fui capaz de salir del shock en el que me encontraba lo suficiente como para agarrarla y mantenerla inmóvil. Su cara estaba rojo brillante y no me miraba, pero tampoco estaba intentando escapar. Gracias a Dios. Incliné la cara y miré sus aterrorizados ojos y de repente los nervios se me fueron. Estaba intentando que se sintiera adorada, porque así debía ser. Bella era la mejor chica que he conocido, la más original y nunca debería de sentirse avergonzada por lo que me dijo.

La besé, más potente de lo que lo había hecho en el pasillo, y ella de inmediato me respondió. Su cuerpo estaba presionado contra el mío y dejó escapar un grito ahogado, que me permitió deslizar mi lengua en su boca y encontrar a la de ella. Empujé contra ella mientras ella gemía y estaba a punto de acabar en ese momento, pero se merecía algo mejor que eso.

Me aparté y sus ojos se abrieron. Pude leer el pánico en ellos, así que le di otro, un beso casto y la empujé despacio hacia el sofá de nuevo. Se sentó temblando, como si sus piernas no la pudieran sostener ni un minuto mas. Sonreí, esperando que fuera mi beso el que había hecho ese efecto en ella y no la vergüenza de su vómito de palabras.

Riéndome en voz baja, me acerqué al mueble otra vez e hice un espectáculo al agacharme, poniendo el culo en pompa y me puse a buscar una de las películas. Bella comenzó a reír en voz baja al principio, y luego más fuerte cuando moví el culo hacia los lados para ella, cogí una de las películas de Duro de Matar. Me volví y la vi riéndose fuerte, con los ojos brillantes, estaba encantado de hacerla de nuevo sentir cómoda. Puse la película en el lector y me acerqué hacia ella, dejándome caer a su lado, atrayéndola hacia mis brazos mientras seguía riendo.

-Sólo pensé que era lo que querías.

Se estremeció y su risa se extinguió cuando la mordisqueé el lóbulo de la oreja. La película comenzó, pero no estaba interesado en ella. Bella era mucho más fascinante. Seguí chupando su lóbulo mientras con mi mano izquierda jugaba con su pelo. Ella inclinó la cabeza para dejarme el camino libre desde su oreja hacia su cuello y lo fui haciendo besando y mordisqueando suavemente. Comenzó a moverse inquieta debajo de mí y vi su mano izquierda que agarraba el brazo del sofá con fuerza, sus nudillos se pusieron blancos.

-Esto no es porno,- murmuró y me reí contra la curva de su cuello.

-No. Vamos ha hacer el nuestro propio. Yo tampoco quiero ver a nadie más desnuda.- Gimió y puso su mano sobre mi rodilla y apretó.- Y, ¿Bella?- Fui con mis labios desde su clavícula, hacia abajo, hacia la hermosa curva de sus senos.

Ella dejó caer la cabeza hacia atrás contra el respaldo del sofá.

-¿Qué?

Levanté la cabeza y le di mi mejor sonrisa.

-Podemos ver una porno en cualquier otro momento.- Ella estaba de nuevo riéndose y sus pechos se movían con su risa, cosa que me gustó. En realidad sentía que mis manos ardían por tocarlas. Eso era algo nuevo. Era como si cada parte de mí la quisiera.

-Espera un minuto,- ella dejó de reír y entrecerró los ojos.- ¿Qué quieres decir, con la nuestra propia? No quieres tener una cinta nuestra, ¿verdad?- Terminó con un pequeño chillido y me reía tan fuerte que no podía hacer nada más que sacudir la cabeza. Esta chica... era absolutamente adorable y era toda mía.

-Me refiero a nuestro propio gusto... uh...- Dios. Me aclaré la garganta y lo intenté de nuevo, mirándola a sus divertidos ojos marrones.- Me refiero a que eres la única chica a la que quiero ver desnuda. Desde luego, no quiero grabarlo, porque no me quiero arriesgar a que nadie más te vea de esa manera. Eres mi chica y quiero disfrutar al cien por cien de tu cuerpo.

Sus pupilas se agrandaron y su pecho empezó a moverse cuando comenzó a respirar con dificultad. Se lanzó a mis brazos y me besó, empujándome hacia el brazo del sofá, con una fuerza increíble. Era sin duda el mejor empuje de mi vida. Mis manos agarraron su culo apretando un poco haciendo lo que anhelé desde hace tiempo y la atraje hacia mí. Estaba medio en mi regazo y su falda se estaba subiendo, así pude ver sus hermosas piernas y cómo sus músculos estaban flexionados. Si, ya había terminado oficialmente la espera.

Me levanté del sofá, todavía estaba aferrado a ella y rodeó mi cintura con sus piernas. Mis labios aún estaban en ella y como pude pasé por el pasillo. Menos mal que me sabía mi casa como la palma de mi mano, así que no tuve que apartar los labios de ella para llegar al dormitorio. No pensé que fuera capaz de dejar de besarla en ese momento.

Llegamos a la puerta de mi dormitorio y la solté el culo un momento para poder encender la luz. Necesitaba ver cada momento de esta primera vez con ella. Había pensado poner velas y rosas por todos los lados, pero pensé que era demasiado común. Haría eso otra noche, cuando pareciera buena idea.

Bella definitivamente parecía que estaba a gusto con eso, porque estaba apretando mi cintura con sus piernas y se movía contra mí de una manera que dejaba poco a la imaginación sobre lo que quería que pasara. La llevé a la cama y me hundí, manteniéndola en mi regazo, dejando que continuara retorciéndose contra mí. La cogí por el culo para ayudarla con el movimiento. Dios, qué bien se sentía.

Moví mis manos de su culo a sus muslos, amaba cómo se sentía su piel desnuda debajo de mis dedos. Sus piernas eran fuertes y suaves y subí la falda más hacia arriba, dejando que mis dedos rozaran el borde de su ropa interior. Encaje. Mis manos ardían con ansiedad pero no tiraron de la falda para ver lo que llevaba puesto debajo de ella. Me pondré a ello, muy pronto.

Bella rompió nuestro beso, abriendo los ojos y parpadeando como si no supiera dónde estaba. Dios, ¿no estaría borracha, verdad? Habíamos tomado dos cervezas.

-Carió, ¿estás bien?- De mala gana aparté mi mano derecha de su muslo y toqué su hermoso pómulo. Ella volvió a parpadear y luego se centró en mí.

-Estamos en el dormitorio.

-Si, ¿es eso un problema?- Sabía que la gustaba demasiado mi sofá y estoy planeando hacerlo ahí en un futuro muy próximo, pero quería que fuera un poco romántica la primara vez. ¿Estaba decepcionada?

Sonrió y se le iluminó toda la cara. Era la mujer más bella del mundo cuando sonreía. Nunca me creería si se lo dijera, pero era cierto.

-Me trajiste a tu habitación.

¿Iba a contarme toda la noche? Tocaste mi culo. Besaste mi cuello. Lamiste mi... bueno, me gustaría llegar a eso. No creo que la molestara si lo hiciera, pero sería diferente.

-Un, ¿si? ¿Cuál es el punto?

Se inclinó hacia delante y agarró mi cara entre sus manos y me besó con fuerza.

-Nadie me había llevado a una habitación así antes. Es increíblemente sexy.- Sentí como la tensión que había acumulado se iba con sus palabras. No la había jodido.

-Bueno, bebe, podría haberlo hecho más atractivo y haberte traído de una forma más romántica, como una novia.- Oh mierda, había dicho la palabra. No era el momento de hablar de novias, umbrales y todo eso. Mi mente se estaba dejando llevar demasiado. La imaginaba vestida de blanco radiante de felicidad... joder. Pensamientos peligrosos, Cullen. Vamos a centrarnos en algo un poco menos alarmante en este momento, como descubrir qué lleva debajo de esa blusa y la falda.

Bella me besó de nuevo, ignorando mi idiotez. Sin embargo, era otra razón de por la que era la mujer más perfecta del planeta. Eso y el hecho de que ella estaba moviendo sus caderas contra mí de nuevo, frotando su coño contra mi polla y gemí de placer. Era demasiado y me puse encima suya, tumbándola en la cama. Había hecho una promesa de que la iba a adorar esta noche y eso era exactamente lo que iba a hacer.

Con eso en mente, me moví y la apreté en la cama. Ella mantuvo sus piernas alrededor de mí, y utilizó su nueva posición en la cama para arquear la espalda y apretarse más contra mí. Me quedé ciego durante varios segundos por el contacto. Gemí y me arrojé contra ella, presionando su espalda contra el colchón, dejando que mi cuerpo se alineara con el de ella.

Me encantaba la forma en la que me miraba, sus magníficas olas marrones, estaban sobre mi almohada, con los ojos medio cerrados, las mejillas sonrojadas, sus labios hinchados por mis besos y su pequeño y sexy cuerpo moviéndose ansiosamente debajo de mí. Bella estaba aquí, conmigo, en mi cama. Me preguntaba si podría conseguir que se quedara aquí todo el fin de semana, y luego tal vez unos días a la semana. Y me adelantaba de nuevo. ¿Qué me pasaba con esa chica que estaba planeando ya el futuro?

Las manos de Bella comenzaron a tirar con impaciencia de mi pelo, tirando de mí hacia ella y besándome de nuevo. Sus labios estaban insistentes sobre los míos y le devolví el beso con la misma pasión, pasando mis manos por sus costados y, finalmente, ahuecando sus pechos con las manos, pasé mis pulgares sobre sus pezones lentamente. Bella dejó escapar un largo gemido y sentí que mi polla se contraía en respuesta a ese sonido que salía de sus labios. Besé su cuello, su hombro, deteniéndome al llegar al borde de su camiseta y tirando de ella hacia arriba. Rojo. Su sujetador era rojo, de encaje y sexy, demasiado sexy para mi salud. Tenía que verlo todo, así que la saqué la camiseta por la cabeza, lanzándola por encima de mi hombro.

Era impresionante. Su cuerpo era una fantasía. Tenía curvas en los lugares correctos. Sus pechos eran perfectos. Su piel era de un hermoso color melocotón pálido y quería lamer cada centímetro de ella. El estómago... no pude resistir que mis dedos juguetearan sobre su piel allí. Ella no estaba ni demasiado flaca ni musculosa, estaba en un termino medio que me encantaba. Tanya era nada mas que piel y huesos y yo quería a alguien suave y real. Esa era Bella, sin duda.

El sujetador no me decepcionó. Apenas cubría sus pechos, y a través del encaje podía ver sus pezones. Gloriosa. Tenía que probarla, así que me incliné y chupé su pezón izquierdo por encima de su pezón.

Deslicé mis manos por su cuerpo y empujé su falda por sus piernas. No intenté ocultar el gemido cuando me di cuenta de que su sujetador y sus bragas iban a juego. Estaba completamente desnuda debajo de ese encaje rojo. Mis dedos una vez más ardían por tocar y tocar, pero tenía que controlarme. Deslicé mis dedos a lo largo del borde al mismo tiempo que Bella se movía impaciente debajo de mí, empujando las caderas hacia mí, no era nada fácil mantener el control de uno mismo.

Ella extendió la mano y agarró el cuello de mi camita, tratando de tirar de ella, pero por casi me estrangula así que dejé de tocarla un momento y me la quité por encima de la cabeza. Bella dejó escapar un grito ahogado.

-¿Qué?

-Eres hermoso,- susurró, pasando los dedos sobre mis pectorales y luego por mis abdominales.

Sentí que mis músculos respondían a su contacto y traté de mantener mi voz firme cuando la contesté.

-Eso parece. Pero hermosa no es una palabra lo suficientemente grande como para describirte. Tu si que eres hermosa.- Se ruborizó graciosamente bajo mi mirada, pero continuó su exploración de mi pecho, mirándolo y lamiéndose los labios. Muchas mujeres me habían hecho sentir querido en mi vida, una cantidad muy vergonzosa, pero nunca nadie me había hecho sentir como Bella lo hacía con una simple mirada. Me sentía como si pudiera matar dragones o volar, hacer cualquier cosa que pareciera imposible si seguía mirándome así, como si fuese el único hombre en el mundo.

Me apoyé en el brazo, dejando que mi corazón explotara mientras seguía tocando su pequeño estómago, haciendo el camino de vuelta a su sujetador. Estaba más sexy ahora. ¡Dios bendiga a los cierres delanteros! Lo agarré y deslicé el cierre y joder ¡ahí estaban! Sus pechos eran aún más fantásticos que el envoltorio y no dudé en inclinarme y capturar el izquierdo con la boca.

Las manos de Bella estaban flexionadas contra mi pecho y apretó su agarre cuando sintió que le chupaba ese perfecto pezón rosa, girando mi lengua sobre él y mordiendo suavemente de vez en cuando, amando la sensación cuando se pusieron duros en mi boca. Mi mano izquierda se hizo eco de mis movimientos con la boca en el otro pezón, rozando suavemente cuando lo lamía y apretando suavemente cuando utilizaba los dientes. Bella era salvaje, tirando de mí hacia ella mientras yo jugaba con su perfecto pecho.

Lamí mi camino a través de su pecho hacia el otro pezón, porque creía fielmente en la igualdad, claro esta. Mi mano se movió por su estómago, tocando el encaje de entre sus piernas, acariciándola suavemente por encima de las bragas y Bella gimió en voz alta. Sonreí contra su piel, me recordó a la primera cita, donde me tuve que controlar para no ponerla encima de la mesa y tomarla en ese mismo momento. Ahora, esta aquí, conmigo, toda mía.

La chupé y lamí y mordisqueé mientras la acariciaba, amaba la forma en la que se movía contra mí. Metí mi mano por debajo del encaje y al final la estaba tocando, como había querido hace desde el primer momento en que puse los ojos sobre ella. Estaba húmeda y caliente y sentí que mi polla se contraía en mis pantalones deseosa de estar dentro de ella. Todo a su tiempo, amigo. Bella jadeó y apretó sus manos en mi pelo. Me encantaba que me tuviera agarrado así. No había nada más sexy que una mujer que no le avergonzaba lo que le gustaba.

-Dedos,- murmuró y nos reímos al recordar la primera vez que nos conocimos y su comentario.

Me aparté de su pecho y la sonreí.

-Entonces, dime algo. Cuando hiciste esos comentarios, ¿te imaginabas que te tocaban, tal y como lo están haciendo ahora?- Puse un dedo encima de su clítoris y vi como sus ojos se oscurecían.

-Si,- respondió con voz entrecortada. Sentí que mi sonrisa aumentaba cuando enganché los dedos a los bordes de sus bragas y las deslizaba hacia abajo por sus piernas, tirando al suelo el resto de su ropa. Por fin estaba completamente desnuda delante de mí y estaba impresionante. Seguí moviendo mis dedos sobre ella. Suspiró y se movió debajo de mi tacto.

-¿Y, te los imaginabas haciendo esto?- Pregunté mientras deslizaba mi dedo índice en su interior. Estaba increíblemente apretada a mi alrededor.

-Si, Dios, si,- respondió ella, empujando sus caderas hacia mí. Deslicé un segundo dedo dentro de ella y quedé anonado por lo caliente y mojada y apretada que era. No podía esperar a estar en su interior.

Me incliné y la besé una vez más antes de separarme y sonreírla.

-Yo también.- Y empecé a mover mis dedos rápidamente dentro y fuera de ella mientras me agachaba y finalmente probaba el sabor de su coño. Sabía fenomenal, a Bella. Su cabeza cayó en la almohada mientras chupaba su clítoris con mi boca y lo mordisqueaba suavemente mientras mis dedos seguían con su trabajo.

Empecé a retroceder, pero sus manos se pusieron en mi pelo y me mantuvo allí. Dios, me encantó eso. Seguí mordisqueando y lamiendo mientras ella se retorcía debajo de mí, diciendo mi nombre un par de veces junto otras palabras calientes y otras cosas ininteligibles. Me di cuenta de que estaba a punto, así que aceleré mis movimientos y usé el truco que había aprendido hace mucho tiempo para conseguir que una mujer llegara. Soplé fuerte en su clítoris al mismo tiempo que flexionaba mis dedos dentro de ella y se fue como un cohete.

Nada era más bello que Bella al llegar al orgasmo. Se retorcía en la cama, con la cabeza en la almohada, con las manos agarrando la colcha apretándolas mientras sus caderas se movían violentamente contra mi mano y la boca. La lamí mientras que lo hacía, amando la mirada de placer que tenía. Después, deslicé mis dedos fuera de ella y besé su clítoris una vez más y se sacudió en respuesta. Fui besando todo el camino hacia su estómago y el cuello y finalmente capturé sus labios una vez más. Ella respondió, aunque un poco sin fuerzas. Sentí que había hecho bien mi trabajo.

-Bella, ¿estás bien?- Le pregunté, besando la línea de su mandíbula.

-Mmmm,- respondió ella, y yo me reí y mordisqueé su barbilla.- ¿Edward?

-¿Si?

-Quiero casarme con tus dedos. O tu lengua. Con ambos. ¿Eso hace que sea bígamo?- No podía dejar de reír fuerte por eso.

-Bueno, son tuyos, si les sacas un buen partido o no.- Podía tener todas las extremidades de mi cuerpo que quisiera.

Ella se rió y negó con la cabeza.

-No hago más que decir gilipolleces y nunca has huido. ¿Por qué?

No podía explicarlo aunque quisiera.

-Me encantan las cosas que dices.- Simplemente te quiero, pero no creo que esté listo para escucharlo y sé que no estoy listo aún para decirlo. Eso tendría que esperar. De todos modos, no me creería si se lo dijera ahora.

Sus manos comenzaron a moverse sobre mi pecho y acarició sis abdominales de nuevo. Tuve la sensación de que le gustaban.

-¿Sabes? Hay cierta parte de mi cuerpo que está un poco ofendida de que no quieras casarte con ella también.- Mi pene estaba duro y quería un poco de atención.

Sonrió y deslizó sus manos hasta mis pantalones, abriendo el botón y desabrochando la cremallera.

-Hmmm, bueno, tengo que comprobar esa parte antes de decidir si quiero hacer un compromiso de por vida.- Me di cuenta de que debería estar muerto de miedo por lo que estábamos diciendo, pero no lo estaba. Por supuesto, eso podría deberse a que sus manos habían encontrado y estaban acariciando a mi polla. Me quité los zapatos y levanté mis caderas para que Bella pudiera deshacerse de mis pantalones y calzoncillos.

Sus ojos se abrieron al ver mi polla y dejó escapar una mezcla de suspiro y una risita que me ofendió un poco. Mi polla no era pequeña, así que no tenía ni idea de qué se estaba riendo.

-¿Qué es tan gracioso? No está bien reírse de la polla de un tío, ¿sabes?- Traté de mantener mi voz ligera pero podía oír la irritación en mi tono y me dí cuenta de que así era, porque acarició mi polla de forma relajante.

-¡Lo siento! No me estaba riendo de tu pene, créeme, es solo que...

-¿Qué?- Tendía que saberlo o iba a perder mi erección y esta noche lo estaba haciendo de momento muy bien y no quería joderla.

-Es sólo que, me preguntaba en cómo podía llamar a la tuya, porque si Emmett es Hércules, bueno... necesitas un nombre mejor o, si es más grande que tú, que no creo que sea posible, no estoy segura de como Rose puede caminar.- Jesús, el modo en el que su mente trabajaba era un misterio, pero me hice eco de su risa porque era condenadamente linda, tiendo y acariciando mi polla, a pesar de que me estaba volviendo loco.

-Estoy seguro de que llegarás a algo.

-Algo ya va a llegar,- bromeó, acariciando mi polla con ambas manos. Gemí y me metí entre sus piernas y me coloqué en su entrada.

-Dime si te duele.- Asintió con la cabeza y poco a poco entré en ella, casi suspirando de lo apretada que estaba. Sabía que tenía que sentir alguna molestia, pero su rostro no lo mostraba y abrió más las piernas para que entrase mejor. Me deslicé hasta el fondo y me incliné para besarla. Se comenzó a mover impaciente y me empujó hacia atrás.- ¿Qué?

-Fóllame, Edward,- dijo, y mi polla saltó ante esas palabras. Quería escucharlas decirlas una y otra vez. Nunca me cansaría de ella, pero ahora... no.

-No, Bella. Esta noche no. Voy a hacerte el amor.- Era lo único que podía hacer para decirla lo que sentía y una suave sonrisa se plantó en su cara y sus ojos chocolate me miraban calurosamente. Me empujó hacia ella y me besó de nuevo, lago y lento, de la misma forma en la que me movía yo dentro de ella. Movimientos largos y lentos, dentro y fuera.

Sus caderas se movieron hasta encontrarse con las mías y se sintió como si estuviéramos en sintonía, como si esta no fuera la primera vez. Me empecé a mover más rápido y ella se movía junto a mí. Nuestros labios se mantuvieron unidos, suaves, besos lentos que sacudieron mi ser. Mi corazón estaba acelerado.

Sentí que empezaba a apretarse a mi alrededor, así que moví mi mano entre nosotros y toqué cu clítoris de nuevo, mientras me movía dentro y fuera de ella más rápido. Iba a llegar, se estaba apretando de una forma increíble a mi alrededor, tan fuerte que pensé que su cuerpo me iba a expulsar, así que empujé duro, luchando contra la presión y comencé a venirme dentro de ella, sosteniendo sus caderas y dándole besos suaves por donde alcanzaba.

Cuando los dos nos tranquilizamos, me deslicé fuera de ella y dejé mi cabeza en su pecho, mirándola y disfrutando de su mirada satisfecha que tenía en su somnoliento rostro. Me moví y la envolví en mis brazos, acariciándola el pelo, simplemente disfrutando de tenerla a mi lado. Con el tiempo se fue durmiendo, a pesar de que la luz seguía encendida, pero yo me quedé despierto y la observé durante un rato. Sabía que amaba a Bella Swan y un día no muy lejano se lo diría.

 

 

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Bueno, bueno, bueno. ¿Qué os ha parecido esta primera vez? Para mí es perfecta y muy romántica.

¿Quién creéis que la tiene más grande Emmett o Edward? Jajaja ¿Qué nombre pensáis que se merece el pene de Edward? Jajaja

Bueno chicas gracias por vuestros comentarios.

Hasta la semana que viene, que tengáis una buena semana y a las que estáis con parciales mucha suerte a todas.

Un beso, espero vuestros votitos y comentarios.

Capítulo 11: Reunión de equipo Capítulo 13: Dos puntos importantes.

 
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