Primero y Diez (+18)

Autor: nicoli
Género: + 18
Fecha Creación: 18/03/2013
Fecha Actualización: 26/10/2014
Finalizado: NO
Votos: 33
Comentarios: 191
Visitas: 133916
Capítulos: 35

Bella Swan es una aspirante a reportera de deportes cuando le es asignado entrevistar al más grande de la liga, por no mencionar al mas caliente, el quarterback Edward Cullen ¿Le enseñará Edward Cullen las reglas del juego? O ¿ella le enseñará una o dos cosillas? 


Esto es una traducción y su autora es Nolebucgrl, podéis encontrar el fic original en esta página: http://www.fanfiction.net/s/5874934/3/First-Ten

Estoy autorizada por la autora a traducir esta historia.

 

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También os invito a pasaros por mi otra traducción conjunta, Words With Friends, junto a CARLAROBPATT. Aquí os dejo el link: http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=3920

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Capítulo 4: Discurso antes del partido

BPOV

 

Los golpes no paraban. Intenté taparme la cabeza con la almohada para no oir los golpes, pero no funcionó. Gemí y me dí la vuelta, me caí golpeando el suelo con un ruido sordo. ¿Que cojones? ¿Donde estaba? No quería abrir los ojos pero los golpes no me dejaron elección.

Abrí los ojos y estaba oscuro por lo que no pude ver donde estaba. Parecía que me acababa de caer de un sofá. ¿Por qué estaba durmiendo en un sofá? Me levanté ayudándome por el sofá y supe que no era el mío. Este era mucho mas suave. No es de extrañar que me hubiera quedado dormida ahí.

Los golpes continuaron y me dí cuenta de que venían de la puerta principal ¿Quien sería a estas horas? Mierda, no había salido ni el sol. Mi cabeza me estaba matando y los golpes no hacían nada mas que empeorar el dolor.

-Maldita sea,- murmuré mientras me dí con una silla en la espinilla. Tendría un feo moratón mas tarde. Me apoyé en la pared mientras que los golpes seguían. ¿Quien coño llamaba tan insistentemente durante tanto tiempo? Algún desconsiderado gilipollas. Él o ella iba a conseguir un mordisco cuando consiguiera abrir la puerta.

Busqué la cadena de seguridad, la quité y abrí la puerta, haciendo una mueca por la luz que entraba desde el pasillo. Estaba claro que no estaba en mi casa, mierda. ¿Estaba en un hotel? ¿Que había pasado anoche? Intenté reconocer a la persona que estaba en el pasillo, pero aun no estaba despierta del todo, por lo que no estaba centrada. Me froté los ojos y me encontré un torso. Oh, mierda, sabía de quien era ese torso. Todo me vino a la mente, el hormigueo tras su toque, el flirteo, el casi beso, el número de teléfono y la grabadora digital. Dios, ¿por qué eres tan cruel? Dejaste que me viera anoche con mis mejores ropas ¿y ahora dejas que me vea así de mal? Perfecto ¿Que tenía puesto? Una andrajosa camiseta y unos boxers.

Jasper, estaba en su casa... supongo. Y, al parecer, Edward también estaba aquí y me estaba despertando a mitad de la noche por alguna razón desconocida. Tal vez, quería llamarme puta y romperme la grabadora, me lo merecía.

-¿Bella?- preguntó con incredulidad y suspiré cuando escuché de nuevo su voz, probable,ente por última vez, después de mi exagerada reacción de anoche. Aun así, si me iba a humillar al estar espantosa, por lo menos debía de contemplar su perfección. Finalmente miré hacia arriba arrancando mis ojos de su pecho... era, por lo menos, una cabeza mas alto que yo, ahora que yo no tenía puesto los tacones.

Me miró con una expresión que no pude descifrar. ¿Irritación? ¿Asco? ¿Odio? ¿Los tres? Sus ojos verdes se entrecerraron cuando se fijó en mi ropa, aterrador. Levanté una mano e hice una mueca al sentir mi pelo enredado. Si, sin duda mi peor cara. El Karma era una mierda y se estaba vengando de mí por mi comportamiento de anoche.

Me miraba expectante y me dí cuenta de que aun no había respondido.

-Si, soy yo. ¿Qué estas haciendo aquí, a mitad de la noche?- Sonó como un graznido ronco pero pareció entenderlo porque sus labios temblaron un segundo antes de hablar.

-No estamos a mitad de la noche. Son las 6.- ¿Y eso es mejor? No me despertaba normalmente hasta las 10, ya que trabajaba por las noches. Ugh, trabajar. ¿Y aquí Edward Cullen, estrella de fútbol, despierto y listo para entrenar a las 6?

-Sabía que eras bueno en el trabajo pero maldita sea. Esto es una locura ¿Qué estás haciendo golpeando la puerta de Jasper a las &?

Arqueó una ceja.

-¿Qué hacer en casa de Jasper a las 6 de la mañana?

-Tener un trío con él y Jasper, por supuesto. ¿Qué te parece?- Muy bien, Bella. Sé una puta otra vez. ¿No prometiste anoche pedir disculpas antes de llegar a conclusiones precipitadas? Lo hice, pero ahora el estaba viendo como llevaba ropa de Jasper y parecía una muerta recalentada.

Echó su cabeza hacia atrás y se rió. Mierda, eso fue duro. Él se dio cuenta de que parezco una mierda pero que me veía bien la noche anterior. No había ninguna razón para suponer que Alice y Jasper me quisieran en la cama con ellos ¿Verdad?

-¿Por qué coño te ríes?- susurré.

Dejó de reírse y puso sus manos en los bolsillos, atrayendo a mis ojos a ver lo que llevaba puesto. Mierda. Llevaba una camiseta negra astada que mostraba su cuerpo a la perfección dejando unos magníficos brazos al descubierto. Estaban perfectamente definidos y bronceados... En realidad sentí mi mano levantándose a tocar uno pero lo eché para atrás bruscamente. ¿Que me pasaba? También llevaba pantalones cortos, mostrando unas piernas igualmente bronceadas y tonificadas debajo. Bueno, ya que iba a ser mi última conversación con él, al menos iba a disfrutar de la vista.

-Lo siento, yo solo... la forma en la que se comportaron Alice y Jasper ayer dudo que se fijaran si estabas en la cama con ellos.- Bueno me había ganado el insulto. Y, por desgracia, lo mas probable es que fuera cierto. Pero era de mala educación señalarlo.

-Lo que pasa es que soy buena en la cama. Ambos se habrían dado cuenta de que estaba allí.- Joder ¿donde estaba mi filtro? Edward miró hacia abajo y tosió, se pasó una mano por el pelo. Tu tienes los dedos largos y yo soy buena en la cama. Vamos a ver si podemos combinar esas dos cosas y hacer un poco de magia, ¿por qué no? Dios.

-Seguro que lo eres.- Murmuró pensando que no le podía oir. Por supuesto que lo dudaba. Me comentario sobre sus dedos era para ponerse a gritar. Era ridícula. ¿Por qué le tenía que ver? Debería de haberle escrito una carta pidiendo disculpas haciendo que Alice y Jasper se la entregara. Pero no, allí estaba, parecía un modelo de ropa deportiva, siéndose de mi falta de habilidad en la cama. Parecía que Dios me odiaba. Bueno, Bella, es el momento de hacerlo. Y hablando de hacerlo, parecía condenadamente sabroso. Oh no, no me comportaré de nuevo así. Era hora de actuar como una mujer de veinticuatro años, no en una niña de dieciséis años, joder.

-Olvida ese comentario. Escucha, Edward, no sé por qué estás aquí, pero...

Me miró y me inmovilicé bajo esa preciosa mirada verde.

-Estoy aquí para recoger a Jasper. No contestaba al teléfono y tenemos que ir a hacer un pre-calentamiento antes del entrenamiento como siempre.

-¿Vais a las 6 de la mañana todos los días?- Pregunté en estado de shock.

Se removió bajo mi mirada interrogante.

-Bueno, no todos los días, pero la mayoría de los días si.

-¿Y si no te contesta al teléfono, tu conduces hasta aquí y golpeas su puerta durante una hora?- Pregunté.

-No conduzco a ninguna parte. Vivo en este edificio.- Bueno, eso era un poco mejor, pero solo un poco.- Y Jasper tiene que haber apagado el teléfono por lo que bajo a despertar su culo.

-¿Por qué no le dejas dormir? Sabías que estaba con Alice.

Se cruzó de brazos e hizo un adorable mohín con su cara. Quería morderle los labios, a pesar de mi irritación hacia él.

-No podía dormir, así que vine.- murmuró, demasiado bajo solo para que yo le oyera.

-¿Por qué no podías dormir?- ¿Por qué había preguntado eso? ¿Si ni siquiera estaba trabajando? Pero me sentía así, como si estuviera trabajando, queriendo saberlo todo. Soy una grosera.

Sus ojos se encontraron con los míos y sentí un calor pasar a través de mí. Me estaba despertando esta mañana en todos los sentidos. ¡Maldito sea!

-¿No lo adivinas?- Por supuesto que lo podía adivinar. Le molesté y le preocupé haciéndole creer que iba a contar sus caminos de playboy. Probablemente había estado hablando con su publicista y con su agente toda la noche.

-¿Estabas preocupado por si escribía sobre ti?- Le tenía que pedir disculpas por eso, pero quería saber qué pensaba.

-No. En algún momento sobre las 2 de la madrugada llegué a la conclusión de que no parecías el tipo de persona que haría una cosa así.- Sus ojos aun estaban en los míos y sentí que me llamaba como anoche ¿Qué me pasaba?

-¿Qué te llevó a esa conclusión?- Era una curiosa. El hecho de que estuviera en su mente me resultaba halagador, aunque fuera por razones equivocadas.

-No lo sé,- respondió él, deslizando sus manos hacia los bolsillos de atrás y cambiando su peso de un pie a otro.- Instinto supongo.

-Tienes buenos instintos dentro del campo.- Le dije, y se encogió de hombros.- Y parece que también fuera.- Me lanzó una sonrisa, pero no estuvo en su cara por mucho tiempo. Echaba de menos su sonrisa, era ridículo, ya que había estado con él durante unas cuantas horas y la mayoría de ese tiempo estuve enfadada con él.- Siento haberte hecho pensar que iba a escribir sobre ti. Nunca haría eso.- Bueno, lo habría pensado si se hubiera ido con la rubia, pero no lo habría hecho. Probablemente.

Él asintió con la cabeza y miró por el pasillo y luego a mí. Era una grosera por tenerle de pie durante mucho tiempo. Tenía la esperanza de no haber despertado a los vecinos.

-¿Quieres entrar?- Todavía tenía que pedir disculpas y no dejaría que se fuera hasta que no lo hiciera. Alice nunca me lo perdonaría si llegara a causar un conflicto entre ella y Jasper y el mejor amigo de este.

Me miró un segundo antes de contestas.

-Claro, por unos minutos.- Di un paso a un lado y entró, su brazo rozó el mio enviando una corriente eléctrica que paso a través de mí. Era bueno que no lo volviera a ver después de esta mañana. El efecto que tenía sobre mí era... Sin comentarios... O como hacía que mi boca soltara las cosas mas inapropiadas o mi cuerpo estuviera listo para atacarle en cualquier momento. Era una locura.

Llegó a la derecha y dio a un interruptor llenando la habitación de luz.

-Uf,- murmuré, no me gustaba este brillo. La luz del pasillo había sido algo menos intensa por lo menos. Edward se rió entre dientas y apagó el interruptor, moviéndose hacia las persianas para abrirlas un poco ¿Qué les parece? El sol ya comenzaba a subir, supongo que de verdad ya era de día.

Se volvió hacia mí.

-¿Puedo traerte algo? ¿Agua? ¿Aspirinas? ¿Drogas?- Era mi salvador.

-¿Sabes donde las tiene?- Edward sonrió y asintió con la cabeza.- Si por favor.- Desapareció y me hundí en aquel suave sofá. Me pregunté si le importaría a Jasper que me quede en el sofá a vivir. Sería discreta. Oí el agua corriente, el sonido hacía que me dieran ganas de meter la cabeza debajo. Apareció con mi vaso de agua ante mi. Lo agarré como un bote de salvación y tome las dos pastillas de color blanco que tenía en la mano. Una vez mas, sentí la corriente, pero era mas importante el medicamento que tocar a Edward. Bueno... tal vez no lo era. Era una decisión difícil. Me tragué las pastillas ayudándome con el agua. Mi boca aun sabía mal, pero al menos parecía normal cuando hablaba.

Edward se sentó en una silla que había a mi derecha. Parecía estar hecha del mismo material que el sillón, pero con patas de madera. Ese objeto fue con el que me di en la espinilla. Hice una mirada rara.

-Mira, Bella...

-Mira, Edward...- dijimos al mismo tiempo, nos miramos y nos pusimos a reír, lo que no hizo ningún bien a mi dolor de cabeza. Parecía que estábamos sincronizados de nuevo, de la misma forma que antes de que la rubia apareciera anoche. Fruncí el ceño y le indiqué que siguiera.

Se sentó de nuevo tamborileando los dedos en la cómoda silla. Él negó con la cabeza murmurando cosas, sus movimientos eran nerviosos y me inmovilizó con la mirada.

-No he dejado de pensar en lo que pasó anoche.- Me sorprendió. Se suponía que debía haber estado preparando el inicio de la temporada, ¿no? Por otra parte, él dijo que se dio cuenta de que no iba a escribir la historia sobre él a las 2 de la mañana.- Y quiero decir, sé que las cosas cambiaron después de que la chica llegó a la mesa, pero no se el por qué.- Sus dedos recorrieron su pelo otra vez. Dios era hermoso. Quería tocarlo. Pero aún así...

-¿No sabes por qué?- Sabía que Edward no era estúpido. Se había graduado con honores en la USC en sólo tres años mientras jugaba al fútbol. Podría haber ido a una escuela de la nación, incluyendo Notre Dame y Stanford, así que no era ningún tonto. ¿Cómo no iba a saberlo? Tal vez era un idiota muy sabio o algo... pero inteligente sobre las mujeres. ¿Era posible con alguien tan experimentado como él?

Se removió en su silla y me miró un poco.

-Sé que te enfadaste después de que la joven se acercara. Me deshice de ella lo mas rápido posible. Lo siento, me preguntó que si podía tomarme una foto con ella y pensé que era la mejor forma de deshacerse de ella.

-¿Pensaste que estaba enfadada por sacaros la foto?- Me reí de él, aunque en realidad, tenía razón. Me había puesto como una loca cuando ella me pidió hacer la foto. Pero eso no fue lo que me hizo sacar a la perra de Bella-

Arqueó una ceja.

-Bueno, vi tu cara y tenías lo dientes apretados, así que si.- Hum, creo que no había escondido mi irritación tan bien como yo pensaba. Aún así...

-¿Qué pasó después de la fotografía, Edward?

Frunció los labios haciéndolos muy apetecibles.

-Ella me preguntó qué estaba haciendo esa noche y le dije que estaba con vosotros.

Idiota. Puse los ojos en blanco.

-Dijiste que pasabas el raro con unos amigos, no conmigo específicamente.- Solo que no había especificado que estaba conmigo, juntos. Por otra parte, yo reaccioné como si lo estuviéramos . Por lo menos eramos unos idiotas juntos.

-Esta bien. Semanticamente hablando no lo dije, pero dije que estaba con unos amigos.- No era tonto, ¿veis? Había utilizado la palabra semántica. ¿Tal vez lo era socialmente? Tal vez no estaba tan lejos su parte sabia.

-Entonces ¿qué paso?- Le pregunté insistentemente.

-Ella dejó claro que quería que la llamara mas tarde y me dio su número,- respondió.

-¡Ajá!- Grité y me estremecí al oir lo alto que lo había dicho. Me hizo callar y miró a su alrededor con aire de culpabilidad. Alice dormiría aunque hubiera estallado una bomba, pero no tenía ni idea si Jasper sería igual. Debía tranquilizarme.- Eso fue lo que me hizo comportarme así, Edward, no la foto.

Él inclinó la cabeza hacia un lado y me estudió como si fuera un experimento científico muy interesante.

-¿Te enfadaste porque cogí el número?

-¡Claro!- Valla, hablé demasiado alto otra vez, hice una mueca.

-Pero lo tiré y volví contigo en cuanto se alejó,- señaló.

Me mordí el labio y encogí los hombros con timidez.

-No vi eso. Todo lo que vi fue que aceptaste llamarla al coger su número y luego te volviste hacia mi como si nada. Justo antes de que ella se acercara pensé...- Me interrumpí, maldiciéndome a mi misma.

-¿Qué pensaste?- preguntó, inclinándose hacia adelante en su silla, apoyando los codos en las rodillas y sosteniendo su rostro entre sus manos. Quería acunar su rostro e inclinarme hacia adelante para besarle. Suspiré.

-Bueno, lo que pasa es que antes de que ella se acercara nos lo estábamos pasando realmente bien y parecía que ibas a... ya sabes.

Me sonrió.

-¿Iba a qué?- Joder. No le iba a responder. Me miró y se rió entre dientes.-¿Besarte?- preguntó él, meneando las cejas. Se veía ridículo y me reí de él.

-Tal vez.- Por lo menos, parecía que estábamos en la misma página. No se veía rechazar la idea y tampoco se reía de ella ¿O si?

-¿Así que pensaste que pasé de querer besarte a tener una cita con ella, para luego intentar besarte otra vez?- Bueno cuando lo decía así sonaba bastante tonto. No me gustaba en absoluto.

-Tal vez-, dije de nuevo.

Se dejó caer en la silla y se echó a reír otra vez, golpeando sus piernas delante de él. Si me movía un poco podía ser capaz de encontrar un ángulo de sus pantalones cortos y ver... Para Bella. Sabes que quieres saber su longitud, prácticamente se lo preguntaste al momento de conocerle. Suspiré, mi lado pervertido no se callaba...

-Bueno entonces no me extraña,- dijo riendo en voz alta.- Creo que estoy agradecido de que sólo me amenazaras con la historia.- Su entretenimiento debería haberme hecho sentir bien, pero me sentí como una niña. No debería de haber actuado de esa forma, sin importar la razón. Él no era mío.

-No, en realidad no tenía derecho de comportarme así,- le dije.- No me debes nada, exageré. Actué como si hubiera algo mas entre nosotros y...

Se inclinó hacia delante y puso su mano en mi brazo izquierdo. Sentí como si hubiera tocado un cable de alta tensión.

-No, Bella, tenías todo el derecho de estar cabreada. Estaba seguro de que me vistes tirar el número y sinceramente, eso fue estúpido de mi parte. Es solo que...- se interrumpió e hizo una mueca.- Esto te sonará egoísta pero es la pura verdad. Las chicas me dan su número cada día. Donde quiera que vaya. Al principio traté de ignorarlos pero no funcionó. Ellas discutían y trataban de meterse en mis pantalones, me seguían a todas partes... es mas fácil tomar el número y hacerles pensar que las voy a llamar. Supongo que es una especie de movimiento cobarde, pero funciona. No pensé en qué te parecería a ti, y lo siento.- Sus palabras sonaban con sinceridad y sus ojos hacían eco de la verdad.

-Te creo. Y es muy amable de tu parte decir que yo tenía derecho de estar cabreada, pero no estamos juntos. Y probablemente imaginé que...

-¿Imaginar eso?,- preguntó él, tocando con su dedo índice mi brazo. Sentí aquella sacudida otra vez y me estremecí bajo sus caricias. Asentí en silencio y observaba esos hermosos dedos moviéndose sobre mi pálido antebrazo.- ¿Así que los dos lo estamos imaginando?- Su rostro estaba a centímetros de distancia de la mía. Podría acercarme y tener ese beso que pensé que nunca llegaría. Excepto por el hecho de que probablemente olía a tequila y mi aliento podría matar a un rinoceronte. No va a suceder.

-Supongo que no,- le contesté, echándome hacia atrás para no acabar con él por culpa de mi aliento. Su dedo índice trazó perezosos círculos sobre mi brazo y cerré los ojos mientras disfrutaba de la sensación de que me tocara. Realmente no creía que volviera a suceder y sin embargo allí estaba. Tal vez estaba soñando. Mierda, eso era lo mas probable, todavía estaba durmiendo y no era real. Bueno, aun así lo podía disfrutar. Abrí los ojos y él seguía allí, tan real. Si esto era un sueño y de los buenos.

Pasó el dedo por encima de mi mano y la estrechó entre las suyas.

-Me dije a mi mismo que me imaginaba todo esto, ya sabes,- murmuró.- Pero ahí estabas tú, de pie en la puerta de Jasper, vistiendo ropa de Jasper e irritada por levantarte de la cama.- Traté de retirar mi mano de la suya, pero él se rió y la sujetó mas.- Y aun estas tan hermosa para mí, como lo estabas anoche perfectamente arreglada y vestida.

Solté un bufido.

-Vamos, Edward, mírate, has salido con supermodelos y actrices ¡por el amor de Dios! No soy nada comparada con ellas.

Su mano se cerró sobre la mía.

-Si, he salido con mujeres famosas. Pero ¿sabes qué? Ninguna me ha afectado de la misma forma que tú.

-No tienes que alimentarme entre líneas, Edward. Esta bastante claro que estoy interesada, ya que he actuado como una novia celosa.

Él negó con la cabeza.

-No es entre líneas, Bella. No he sido capaz de sacarte de mi cabeza desde que te conocí. Traté de ver la cinta de los Santos y no pude centrarme por tu culpa. Puedo escapar de todo viendo los vídeos. He estado en la misma habitación con Tanya mientras que despotricaba y tiraba cosas y no lo notaba porque estaba absorto en el juego. Nada rompía mi concentración, hasta que llegaste tú.- No sabía como reaccionar a eso. Una parte de mí se sintió halagada y otra parte estaba asustada. No podía arruinar su juego.

-Eso es...- No sabía que decir.

-¿Mal?- preguntó con una sonrisa triste.- Si, lo es. Creo que es sólo porque me sentía tan atraído por ti, pero después todo explotó y me decepcionó. Se suponía que no debía estar con chicas este año, era una promesa que me hice después de terminar mi última relación. Pero luego te conocí y sentí algo que nunca había sentido. Quiero explorar. Si tu también quieres.

¿Por qué no, coño?

-¿Por qué no?- Por lo menos me las arreglé para no decir coño... Felicidades por la moderación, Bella.

Parecía incómodo y me apretó la mano otra vez.

-Bueno, lo de anoche... no volverá a ocurrir de nuevo si salimos. Quiero decir, no voy a aceptar un número delante de ti otra vez, tengo la lección aprendida, pero si se acercan... es parte del paquete.- Hizo una mueca.- No me gusta mas de lo que pareció gustarte a ti.

Hmm, así que tenía una cita, con el chico mas caliente del planeta, y por eso tendría que acostumbrarme a las proposiciones de otras mujeres. ¿Valía la pena? Una mira da a aquellos ojos verdes y obtuve la respuesta.

-Creo que me gustaría probar. Es decir, si quieres tratar con mis ataques ocasionales de posesión.

Sus ojos brillaban cuando me sonrió.

-No me importa que una chica sea posesiva. Me hace sentir que soy especial de una manera extraña. Aunque, me podría sentir igual cuando un hombre se acerque a ti.

Rodeé los ojos.

-Somo si eso va a suceder, te lo garantizo, los chicos se te acercarán mas a ti que a mi.-Se echó a reír, pero no negó mis palabras. Por supuesto, tendría que tratar con los dos sexos tratándose de Edward Cullen.

-Así que, no puedo salir los viernes ni los sábados por la noche, por los entrenamientos y los partidos. ¿Podríamos hacer algo el domingo, después del partido? ¿Quieres?- Parecía nervioso, lo cual era bastante sorprendente y adorable a la vez. ¿Alguien lo ha rechazado alguna vez?

-Me encantaría. ¿Pero Edward?

-¿Si, Bella?

-Fuiste honesto conmigo sobre tu vida y por qué tomaste el número y luego te deshiciste de él. Siento que tengo que ser honesta contigo.

-¿Sobre qué?

Me mordí el labio y traté de retirar mi mano, pero él la mantuvo firme. Suspiré y le mire a su preciosa cara.

-En la universidad tuve un novio que era, bueno, él era igual que tu en Arizona.

-¿Igual que yo en Arizona? ¿Qué significa eso?- me miró perplejo y quería darle un beso, pero me resistí.

-El gran hombre del campus. No era un atleta, pero era el presidente del cuerpo estudiantil y el presidente de la fraternidad, el rey de las casas y todo eso. Sr. popular, supongo le llamarías. Y por alguna razón inexplicable, él me quería.- Abrió la boca y yo negué con la cabeza para que no interrumpiera.- Si, tengo problemas de autoestima, lo se, no hace falta que me lo digas. Alice me lo ha repetido durante años.- Se echó a reír.- De todos modos, James y yo tuvimos una clase de ley de medios juntos y nos llevamos bien y me tuvo a sus pies.- Al igual que Edward Cullen ha hecho con poco esfuerzo. El miedo era una mierda.- Salimos durante seis meses que para mi fueron perfectos, hasta que me enteré de que había estado acostándose con varias chicas a mis espaldas. Probablemente fueron mas, pero yo solo supe de tres, mientras que yo había fantaseado acerca de la graduación y... irnos juntos a algún lugar, él había estado acostándose con una animadora, la tesorera de la escuela y una profesora. Era como un número para el.

Soltó mi mano y me acarició la mejilla con suavidad.

-Bella, puedo ser muchas cosas. Puedo ser un cabrón egoísta cuando se trata de fútbol. Puedo estar distraído y demasiado centrado en el deporte. Puedo ser sarcástico y molesto. Pero no he sido nunca infiel. Aunque cuando no era feliz con Tanya, no la engañé.

-Se que es ridículo hablar de esto ahora que ni siquiera estamos juntos, pero sentí que debías saber por qué reaccioné como lo hice anoche. Te prometo que no voy a arrancar los ojos el domingo por la noche.- Me dirigió una sonrisa y me quitó el pelo de los hombros.

-Me gusta saber mas de ti Bella. Y me alegra saber por qué te enfadaste. De verdad que estoy tan acostumbrado a ello que ni siquiera me detuve a pensar en lo que estaba haciendo, y lo que podría parecerte a ti. Lo siento por eso.

-Yo siento haberte asustado con lo de la historia. Te prometo que nunca te haría algo así, incluso si me cambias con una rubia tonta en frente de mi. No es lo que soy.

Me tocó la mejilla y sentí la corriente hasta los pies.

-No pensé que eras así. Así que, ¿qué tal si en lugar de salir el domingo por la noche y correr el riesgo de que nos molesten, cenamos en mi casa?

-¿Sabes cocinar?- Le pregunté. ¿Había algo que este hombre no supiera hacer?

Se echó a reír.

-Puedo cocinar algunas cosas, pero estaba pensando en pedir algo, no soy demasiado ambicioso después de un partido.- Estaría cansado y golpeado por todos los lados ¿y el me iba a invitar? Eso era ridículo.

-¿Estas seguro de que no quieres quedar otra noche?

-Si, estoy seguro. Si pudiera hacerlo esta noche lo haría. Quiero una oportunidad para compensar la horrible primera impresión.- Me dirigió una sonrisa ladeada y sentí mi pulso saltar de nuevo. ¿A solas con el en su apartamento? Eso iba a ser peligroso.

-No fue tan mala,- le dije. Había disfrutado hasta que Barbie apareció.

-No, no lo fue.- Me acarició la mejilla y la separó a regañadientes.- Tengo que irme. Parece que Jas va a llegar tarde ¿Necesitas que te lleve a tu casa o algo?

-No, Alice condujo mi coche anoche hasta aquí. Estoy bien.

-Eso me han dicho.- Oh Dios. Me sonrojé al recordar esas ridículas palabras que había pronunciado con anterioridad. ¿Y si quería que se lo enseñara? Se rió.- Solo estoy jugando contigo, Bella. ¡Por favor! Te veré el domingo ¿a las 8?- Asentí con la cabeza y caminó hacia la puerta.

Sacó su móvil del bolsillo y me lo entregó.

-¿Quieres guardar tu número?- Sentí una oleada de calor a través de mi cuerpo cuando guardé mi número.

-¿No soy una servilleta?

Sonrió.

-No, el tuyo lo quiero conservar.- Tomó su teléfono y me lanzó una sonrisa.- Nos vemos el domingo por la noche. Me saludó con la mano y se dirigió a los ascensores. Le miré el culo hasta que llegó al final del pasillo y luego cerró la puerta y se apoyó contra ella. Mierda, tenía una cita con Edward Cullen. ¡Qué cambio en solo unas horas!

-Alice ¡despierta! ¡Te necesito!- Me da igual su sueño, teníamos que hablar. Alice salio bailando de la habitación vestida también con una camiseta y calzoncillos. Supongo que eso explica mi vestuario.

-¿Estabas despierta?

-¡Por supuesto que si!- Jasper le siguió hacia el salón con el torso desnudo y vistiendo unos pantalones de chándal gris. Dios mio. Mis ojos estaban en sobrecarga de hombres calientes esta mañana.

-Estaba sentada en el suelo escuchando en frente de la puerta,- me dijo con una sonrisa.- Supongo que Edward estuvo aquí ¿no?

-Uh, si, quería entrenar contigo antes del entrenamiento.- Jasper asintió con la cabeza y se dirigió a la cocina.

-¡Te dije que no era un jugador!-Alice exclamó.- Cuando dijo eso, de lo hermosa que estabas anoche y lo hermosa que estas esta mañana,- suspiró.- Sabía que era un romántico. ¿No te dije que era un romántico Jazzy?- Murmuró algo en la cocina.- ¡Estoy tan contenta de que lo solucionarais! Estaba a mitad de mis planes para juntaros...

-¿Así que fue un montaje?- le pregunté. Joder, lo sabía.

Alice pestañeó inocentemente.

-No exactamente. No, no lo era. Esperaba que os llevarais bien. No lo planeé- Jasper se rió cuando regresó de la cocina.- Callate Jazzy.

-No estoy diciendo nada. Voy a vestirme y me voy al estadio ¿Estaréis bien aquí?

-¡Oh, si! ¡Tenemos muchas cosas que discutir1- Le dijo Alice, corriendo y saltando a sus brazos. Le dio un beso demasiado íntimo y le dio una palmada en el culo y le soltó.- Ahora, Bella ¿qué vas a ponerte?- Oh, no, aquí vamos.

Jasper regresó con camiseta. Y me hizo preguntarme como estaría Edward sin camiseta. Lo había visto en anuncios, pero en persona esta mucho mas sexy. Tenía que quitar ese pensamiento de mi cabeza inmediatamente.

-Me voy. ¿Quieres que le entregue a Edward algún mensaje de tu parte?- preguntó con una sonrisa socarrona.

-Dile que la próxima vez que la vea en este estado de desnudez, ¡ella llevará mejor ropa!-Alice dijo con una risita.- Y dile que me ayudaste a cambiarla de ropa. Eso conseguirá dejarlo con las ganas.

Jasper sonrió y le dio un beso fugaz.

-Eso suena bien. Señoritas, las veo mas tarde.- Salió y cerró la puerta detrás él.

-¿Tenía que decir eso, Alice?

-¿Qué? He tratado de sacar su lado celoso ¡juguemos a su juego!

-Jasper no te ayudó a cambiarme, ¿verdad?- Alice sonrió.- ¡Alice! ¿Qué hiciste?

-Bueno, al menos puede decir a Edward lo que se pierde- dijo con una sonrisa pícara. La golpeé con una almohada del sofá.

-Muy bien, me pregunto cuántos jugadores de fútbol pueden verme desnuda antes de que termine el año...

-Creo que sólo uno mas,- dijo con una sonrisa de complicidad. Si, uno mas sería perfecto.

 

 

Antes que nada quisiera hacer una aclaración: esta historia ya está traducida pero esto no es un copia pega, como dije tengo la autorización de la autora, que me autorizó a traducirla y a subirla a esta página, dicha autorización se la envié al Staff. Esta traducción es mía, no he robado a nadie en ningún momento porque se en trabajo que cuesta y no me parece lo mas honrado.

 

Bueno aquí está el cuarto capítulo. ¡Edward es tan sumamente mono! ¿verdad? Jaja. Y el plan de Alice, ¿creéis que funcionará?

Os agradecería que dejarais comentarios para ver si os va gustando la historia.

Hasta el siguiente capítulo. Nos leemos. Un beso a tod@s.

Capítulo 3: ¿Seguro que no eres un jugador? Capítulo 5: Sobre el juego

 
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