Primero y Diez (+18)

Autor: nicoli
Género: + 18
Fecha Creación: 18/03/2013
Fecha Actualización: 26/10/2014
Finalizado: NO
Votos: 33
Comentarios: 191
Visitas: 133918
Capítulos: 35

Bella Swan es una aspirante a reportera de deportes cuando le es asignado entrevistar al más grande de la liga, por no mencionar al mas caliente, el quarterback Edward Cullen ¿Le enseñará Edward Cullen las reglas del juego? O ¿ella le enseñará una o dos cosillas? 


Esto es una traducción y su autora es Nolebucgrl, podéis encontrar el fic original en esta página: http://www.fanfiction.net/s/5874934/3/First-Ten

Estoy autorizada por la autora a traducir esta historia.

 

.................

También os invito a pasaros por mi otra traducción conjunta, Words With Friends, junto a CARLAROBPATT. Aquí os dejo el link: http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=3920

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Capítulo 19: Rumores

BPOV

 

-Bella, ¿la vistes?

Levanté la vista de mi escritorio para ver a Lauren y Jessica de pie una al lado de la otra, con los ojos clavados en mi cabeza como si buscaran las respuestas a todos los misterios de la vida.

-¿A quién?- No tenía tiempo para estas dos. Tenía que hacer ajustes en mi artículo sobre Robinson para poder publicarlo el miércoles, luego tenía que ir al hospital a ver a Buddy y luego... era la cena con sus padres. Sabía que era ridículo estar nerviosa, y su padre había sido muy agradable cuando nos conocimos y que había visto a su madre en varios partidos y siempre nos saludaba a todas antes de ir a su asiento. Sospechaba que sabía quién era y Edward me confirmó que si que lo sabía, pero que estaba respetando mis deseos, lo que me hizo sentir como una zorra.

Lauren resopló y se cruzó de brazos sobre sus nuevos pechos. Los había comprado el año pasado y estaba muy orgullosa de ellos, hasta tal punto que se lo iba empujando hacia la cara o hacia las manos de cualquiera.

-La chica, ¡tonta!

¿Estaban hablando en código? Cuando me quedé mirándolas fijamente, Jessica sacudió la cabeza como si fuera una causa perdida. Tal vez lo era.

-Vieron salir a Edward Cullen del vestuario con una morena con, cito textualmente, “un sexy trasero” alrededor de una media hora después de tu entrevista con él. ¿La viste cuando te fuiste? ¡Necesitamos un nombre!- La voz de Jessica era alta y con emoción y hablaba casi tan rápido como Alice cuando pasaba algo emocionante para ella.

Y allí estaba. Sabía que esto iba a suceder, pero no me había preparado para ello. Necesitaba hablar con el compinche cuando fuera a verle al hospital y también tenía que hablar con Ted. Desde luego, no iba a informar a las columnistas de cotilleos que yo era la chica misteriosa.

-¿Cómo la iba a ver?- Mi voz era extrañamente nerviosa y traté de calmarla.- Salí muy rápido.- Más bien, él entró y salió varias veces muy rápido. Me estremecí al recordar su mirada cuando me folló contra las taquillas.

-Bueno, ¿has visto a una chica hermosa esperando cuando te fuiste?- No, lo que vi fue un hermoso culo mientras mi novio super sexy me llevaba.

-No sé. Mi mente estaba en otra parte.- Como en el vestuario, en conocer hoy a sus padres y que en breve saldríamos a la luz. Parecía que habíamos hecho todo bien hasta ahora, y si Lauren y Jessica no sabían que la chica misteriosa era yo, nadie lo sabía.

-¡Maldita sea, Bella!- Lauren exclamó, golpeando con los dedos sobre el escritorio.- Si alguien lo sabe antes que nosotras, me enfadaré. Ya hemos recibido algunas llamadas para ver que sabíamos.

-¿Llamadas de quién?

Sus ojos verdes brillaron.

-People. The National Enquirer. Revistas muy importantes, Bella. ¡Si no lo sabemos antes me voy a morir!

Una parte de mí se sintió culpable, pero no les iba a confesar que estaba saliendo con Edward, antes de decírselo a Buddy y a Ted. No solo era contar mi historia, y ahora que mi trabajo había cambiado temporalmente, tenía que hablar con mis jefes al respecto. Sabía que debería de haberlo mencionado ayer, pero no lo vi bien por lo que le pasó al compinche. Sólo podía esperar a que no estuvieran muy enfadados conmigo por cubrir el partido sin informarles. Esta fue un semana de descanso, pero para el siguiente partido sabía que les tenía que informar.

-Voy a estar pendiente por si me entero de algo-, les contesté. Me gustaría darles la primicia, si pudiera. Lauren y Jessica eran unas cotillas, pero se les daba bien lo que hacían, eso lo sabíamos todos. Caerían sobre mí cuando se enteraran de que yo era esa morena con el trasero sexy. Eso era algo que me gustaba, aunque nunca pensé que me llamarían así.

Lauren quitó de un soplido el flequillo rubio de sus ojos.

-Gracias. ¿Cómo era él, de todos modos?

No podía hacerme la tonta con esa pregunta.

-Fue muy agradable. Respondió a todas mis preguntas y me trató bien.- Ese era el mayor eufemismo que había dicho en mi vida. Me había tratado mucho mejor que bien.

-No,- Dijo Jessica con una sonrisa- ¿cómo era él? ¿Era más sexy en persona? ¿Qué llevaba puesto?- Mi mente volvió a la pequeña toalla blanca y sentí que mi cara se calentaba. Jessica sonrió y señaló.- ¡Lo sabía! Es hermoso, ¿no? ¡Escupe!

¿Qué iba a decir? Supongo que para ellos era algo común estar en toallas. No pasaría nada si se lo contaba.

-Bueno, él llevaba al principio una toalla.- Se quedaron sin aliento y me reí interiormente al ver los celos en sus rostros. Definitivamente pasaban demasiado tiempo juntas.- Su padre estaba con él.

-¿El Dr. SienteteBien? ¡Joder, mujer, tienes la mayor suerte del mundo!- Los ojos de Lauren casi se salían de sus cuencas.- ¿Así que viste a Edward Cullen casi desnudo y a su padre al mismo tiempo? ¿Cómo es que estás coherente hoy?- Si supieran todo lo que vi... pero era una buena pregunta. Todavía decía estupideces cuando estaba con él, pero me iba acostumbrando a lo ridículamente sexy que era mi novio.

-Si. Edward se puso unos pantalones vaqueros y una camiseta cuando su padre se fue.- Bueno, vale, eso pasó mucho después de que su padre se hubiera ido, pero no había mentido.

-Pero tú, ¿le viste desnudo?- Jessica tragó saliva y puso su mano sobre su corazón.- Creo que me moriría si alguna vez le viera así.

-Es muy guapo,- espeté y ambos sonrieron por mi desliz.- Quiero decir, bueno... ya sabéis lo que quiero decir.

Me miraron.

-No, Bella, creo que no lo sabemos. Puedes describirnos, al detalle, lo guapo que es.

Joder, yo y mi maldita boca. Será mejor que la mantenga bajo control esta noche.

-Ya habéis visto su pecho antes-, les contesté a la defensiva. Lo siento, pero no iba a informar sobre los bienes de la belleza de mi hombre ni con ellas ni con nadie. Era mío.

Jessica rodó sus ojos.

-Está bien, vamos a dejarte que mantengas los recuerdos de Edward Cullen casi desnudo para ti, por ahora. Vamos, Lauren, vamos a ver si podemos averiguar algo más sobre esta chica.

-Muy bien-, dijo Lauren, mirándome calculadamente.- Si te acuerdas de algo, sabes donde estamos.

-Te prometo que os lo diré.- Se fueron y me dieron un suspiro de alivio. Mi teléfono sonó y solté un suspiro al ver de quién se trataba.

-Hola.

-¡Diane Sawyer! ¿Cómo estas?

Me reí y me senté de nuevo, toda la tensión de mi cuerpo se esfumó al instante que escuché la voz de mi teléfono.

-Estoy bien, Emmett, ¿cómo estás?

-No tan bien como tú, por lo que me contaron.- Se rió y noté como mis mejillas se calentaban. Sabía que Edward se lo iba a contar, o si no, se lo diría Jasper a través de Alice. No había secretos en nuestro grupo en este momento, especialmente con el trío hablador como Rose y yo les llamábamos a Alice, Emmett y Jasper.

-Si, si, estás celoso-, le dije.

-¿Cómo no iba a estarlo? ¡La fantasía del vestuario la tenemos todos los atletas del mundo! Traté de convencer a Rose para que bajara y se hiciera pasar por periodista, pero me dijo que fuera a su garaje a hacerlo allí. ¿Qué clase de fantasía es esa?- Preguntó, sonando herido.

-No lo sé, Em, hacerlo en el capó de un coche parece ser muy caliente.- Monos de trabajo, grasa, herramientas, la herramienta de Edward, podría estar bien.

-Ya lo hemos hecho allí, Bob Ryan. Muchas, muchas veces. ¿Te he contado la vez esa que utilizamos la elevación hidráulica y nos...?

-Gracias, Rey Overshare, de verdad, pero no necesito saber que hicisteis con el elevador hidráulico.- Le interrumpí rápidamente.

-Vale, pero tú te lo pierdes-, respondió, parecía molesto por que no quisiera oír su historia sexual.

-¿Me has llamado por alguna razón, o sólo para hablar de esto?- Pregunté, mirando mi reloj. Hice una mueca y guardé el archivo antes de enviarlo por correo electrónico a Ted. Tenía que ir al hospital con Alice.

-Te llamo para felicitarte por tu artículo-, respondió, su buen humor ya estaba restaurado de nuevo, ya que prácticamente gritó por el teléfono.

-¿Te gustó?- Sentí calor ante sus amables palabras.

-Claro, ¿qué más puedo pedir? “Emmett McCarty proporcionó su protección incondicional habitual en la línea, que no cedió en 12 partidos consecutivos. Tenía las manos llenas de DeMarcus Ware, quién obtuvo solo un asalto a Cullen durante una brecha de McCarty cuando este bloqueaba a Adams Crowley y asumía la difícil tarea de detener a Ware. Cullen se llevó el balón justo antes de que le golpeara Crowley, causándole una caída donde se golpeó la cabeza, y no fue sancionado”.- Se interrumpió con una carcajada.- Edward me dijo que estabas muy enfadada por eso.

-¿Crees que en el artículo se nota?-Dios, ojalá que no. No había querido despotricar por muy molesta que estuviera. No era anormal comentar al respecto y no me sentí muy crítica la decir eso acerca de los funcionarios, al menos eso esperaba.

-Cálmate, Ray Romano. Lo hiciste muy bien. Por supuesto, la mejor parte del artículo es cuando estás de acuerdo con GQ sobre que me había ganado mi contrato.- Parecía tan contento que no pude no reír.- Por fin, todo el mundo al que le gusta el fútbol sabe lo valioso que soy.- Me reí y dejó escapar una fuerte carcajada.- En serio, sólo quería decirte que has hecho un gran trabajo tanto con el artículo, como con nuestro hijo. Ha dado un cambio vertiginoso y aunque estoy muy celoso porque lograra cumplir la fantasía, estoy feliz por vosotros.

Sonreí. Se había convertido en el hermano mayor que nunca tuve y nunca supe que quería.

-Gracias, Em.

-Eh, no es nada. Estoy orgulloso de ti, eso es todo. Lo hiciste bien, Lois. No dejes que nadie diga lo contrario.

Me mordí el labio.

-¿Crees que lo harán?

-No, si saben leer-, contestó.- Sé que tu artículo está muy bien, y si tienen algún problema con que menciones a nuestro chico, pueden ir a follar a su madre.

Me reí en voz baja, pero sentí mariposas en el estómago al escuchar sus palabras. Me encantaba mi trabajo y no quería elegir entre eso y mi novio. Pero, si llegaba el momento, no había otra opción. Quería a Edward y estaría con él, sin importar lo que costara. Eso era todo. Tal vez fuera una locura tras salir con él durante solo un par de meses, pero nunca me había sentido así antes y me iba a aferrar a él, a nosotros. Valía la pena luchar.

-Si, pueden hacerlo.

-¡Esa es mi chica!Oh, y diviértete esta noche en familia.- Rió en voz alta.

-Lo intentaré.

-Trata de decir algo inapropiado, ¿quieres? Necesito otra historia sobre ti.

-Cállate, Emmett.

Soltó otra carcajada.

-Bueno, Dan Rather, nos vemos pronto. Oh, y la próxima vez asegúrate de mencionar que soy el más guapo, así como el mejor tackle izquierdo del partido.

-Vale, Em. Adiós.- Sacudió la cabeza y cerré el teléfono, poniéndome de pie para irme. Podría hacer esto. Me gustaría ir a ver a Buddy y hacerle reír, y luego me iré a conocer a los padres de Edward y espero hacer lo mismo con ellos. Esperemos que se rían conmigo y no de mí. Conociéndome, sería probable. Y entonces Em tendría su historia, por lo menos algo es algo.

 

.

 

-¡Vamos, Bella!- Alice me empujó por el pasillo del hospital hasta las salas de cuidados cardíacos. Estábamos buscando la habitación 424 y Alice estaba ansiosa por ver al compinche. Le había traído una camiseta gigante de los Cardinals y cuando la dije que llevaría una bata de hospital arrugó la nariz y me dijo que eran feos y que Buddy apreciaría la camiseta. De eso no dudaba.

Llegamos a la habitación y Alice tocó una vez, esperando hasta que escuchamos un ahogado “Entra”, antes de abrir de golpe la puerta y correr hasta Buddy. Estaba apoyado sobre dos almohadas y tenía una vía puesta en el brazo. Su rostro estaba un poco pálido, pero parecía alerta y consciente. Me di cuenta de que había un periódico doblado al lado de la bandeja del almuerzo y tragué con fuerza. Lo había leído. Me preguntaba que pensaba.

-Grandullón, ¿cómo te atreves a asustarme así?- Alice le dedicó una mueca fingida que se fundió con su sonrisa cuando él abrió los brazos y ella se arrojó a ellos. Si él no tuviera cuarenta años más que ella y estuviera casado, habían estado juntos. Ella lo abrazó por un momento y luego le enseñó la camiseta que le había traído.

-¡Dame eso! Odio esta bata. Tiene abierta la parte de atrás y nadie necesita ver mi trasero sexy.- Alice me lanzó una sonrisa triunfal mientras se ponía la camiseta por encima de la bata. Me sonrió.- ¿Qué tal estoy?

-Como si no hubieras tenido un ataque al corazón hace nada, te lo aseguro.

-Ataque al corazón de mi culo. Era acidez estomacal. Los médicos reaccionaron exageradamente y buscaron una excusa para abrirme. De no haber sido incapacitado en ese momento, les habría detenido.- Sonrió y me hizo un gesto.- ¿Qué, estoy en mi lecho de muerte, muy exagerado, y ni siquiera me das un abrazo? ¿Cómo puedo conseguir que ese trasero sexy se acerque?

Palidecí ante sus palabras. ¿Qué? ¿Cómo? No puede ser.

-¿Qué quieres decir son “trasero sexy”?

-Tu fuiste la chica que fue vista con Cullen después del partido, ¿no es así? ¿Pelo castaño y largo y con un trasero sexy?- Alice se encontraba en pleno ataque de risa y me desplomé en un extremo de la cama de Buddy ya que mis piernas no iban a soportar mucho más.

-¿Cómo lo sabes?

Rió entre dientes, su bigote daban espasmos y sus ojos estaban parpadeantes.

-Lauren me llamó para saber si tenía alguna información privilegiada sobre la chica misteriosa.

Ya sabía yo que lo había hecho...

-Bueno, ¿verdad? Quiero decir, hay un montón de chicas con el pelo largo color marrón y un...- Dios, no podía decirlo.

-¿Trasero sexy?- Preguntó con una sonrisa. Alice hundió la cara en la almohada y se estremeció con una risa silenciosa.

-Si, si, lo que sea. ¿Cómo lo sabes?

-Tu novio no es tal pulido o sutil como crees.- Mi amigo negó con la cabeza.- Me preguntó quién me ayudaba y cuando te mencioné, su rostro se iluminó y me bombardeó con preguntas sobre ti.

¿Eso había hecho? ¡Qué lindo!

-¿Cuándo?

-Hace un mes

-¿Lo sabes desde hace un mes y no me lo has dicho?

-Lo intuía desde hace un mes y ayer me di cuenta de que tenía razón cuando me enteré de lo de la chica misteriosa y ahora mismo tu lo has confirmado cuando me has mirado como si me hubiera levantado y te señalé mi propio trasero caliente cuando te pregunté si eras tú.

Nunca había sido buena ocultando emociones. Alice asomó la cara por encima de la almohada de Buddy y me sonrió.

-El gato está fuera de la bolsa, Bella.

Seguro que si.

-Si sospechabas que estábamos juntos, ¿por qué no nos dijiste algo a ninguno de los dos?

Buddy rodó los ojos.

-Pensé que si querías que lo supiera me lo habrías dicho y debe de haber alguna razón por la que no me lo dijeras. Esto no tiene nada que ver con tu trabajo.

-¿No? Quiero decir, ahora que sabes que estoy saliendo y escribí ese artículo...

Sonrió y negó con la cabeza.

-Si hubieras escrito sobre lo atractivo que es, o algo así, entonces si. Leí tu artículo cinco veces y está bien escrito y es imparcial. Lanzaste a Cullen buenas preguntas y conseguiste mejores respuestas que el resto de los reporteros. No podría estar más orgulloso de ti.

Sus palabras me emocionaron y tomé su mano derecha para apretársela con cariño.

-Gracias. Así que ¿no crees que sea un problema que estemos saliendo?

Se movió un poco y su rostro se arrugó en una mueca de dolor. Alice saltó, con miedo de que se hiciera daño y él la detuvo y la empujó suavemente hacia un lado.

-No pasa nada, pero tenemos que decírselo a Ted. Él es el que decide, no yo.

-Por favor, todo el mundo sabe que tu diriges el lugar.- Todos nos volvimos ante el sonido de la voz del pasillo. Mierda, Ted estaba aquí. ¿Lo habrá oído?- ¿Qué es lo que tienes que decirme, Bella?- Entró a la habitación, sonriendo al compinche.- Parece que estás cómodo.- Buddy sonrió mientras me apretaba la mano y abrazaba a Alice.

-Si hubiera sabido que estaría rodeado de chicas preciosas me hubiera dado el ataque hace años.

Ted rió y se volvió hacia mí.

-Hiciste un gran trabajo, Bella. Tengo que hablar con Buddy sobre algunas cosas, pero creo que es hora de que te expandas profesionalmente. Él se lo tiene que que tomar con calma.- Silenció al compinche con una mirada cuando abrió la boca.- Creo que vas a tener que ir a los partidos, de momento. Trabajaremos en ello.

Era la hora de la verdad, ya no lo podía retrasar más.

-Ted, me encantaría, pero hay algo que necesitas saber.- Eché un vistazo a Buddy que asintió con la cabeza para indicarme que continuara.- Estoy teniendo citas con Edward Cullen.

Los ojos grises de Ted no dejaron de mirarme.

-¿Qué quieres decir con unas citas con Edward Cullen?

Otro apretón de manos de Buddy me dio el valor que necesitaba para continuar.

-Quiero decir que llevo saliendo con Edward Cullen un par de meses.

La boca de Ted formó una delgada línea y se hundió en la silla de la esquina derecha de la sala.

-¿Y no creíste oportuno mencionarlo ayer?

Abrí la boca para contestar cuando Buddy habló.

-¿Era el momento adecuado? Las cosas fueron bastante caóticas ayer. La llamaste para que me sustituyera y lo hizo de forma admirable. Ya me dijiste que el artículo te ha parecido fantástico. No veo ningún problema a menos que nosotros les creemos uno.

El cariño por mi jefe me inundó, se levantaba desde su cama de hospital por mí. Era el mejor maestro que jamás podría pedir.

-Os lo iba a decir hoy, Ted. Entiendo si no quieres que cubra los partidos. Creo que puedo hacerlo sin ningún problema, pero la publicidad podría ser demasiada. Edward es el que más quiere que nuestra relación salga a la luz, y, francamente, yo también. Ya es la hora. Llevamos juntos un tiempo y estaría bien poder salir a cenar con mi novio de vez en cuando.- Con esas palabras, sentí que me quitaba un peso de encima. Alice me hizo un gesto con un pulgar hacia arriba y me sonrió.

-Publicidad-, murmuró Ted, juntando los dedos, con el ceño fruncido por la concentración.- Podría ser bueno para nosotros, en realidad. Podríamos tener acceso exclusivo a Cullen y...

-¡No!- Le interrumpí. Me miró y tragué nerviosamente. Pero no podía pensar que pensara de esa forma.- No voy a usar mi relación con Edward de esa forma. Lo amo. No es una simple historia para mí. Es una persona estupenda.

Ted me miró durante un minuto, con el rostro inexpresivo.

-¿Qué harías si te hiciera elegir entre él y tu trabajo?

No lo dudé.

-Te diría que muchas gracias por la oportunidad, pero no me voy a alejar de él.

-Ya veo.- Frunció los labios y miró al compinche.- Parece que tengo que pensar. Ya hablaremos de esto mañana.

Con esto parecía que me había despedido con eficacia. Buddy me atrajo para darme un fuerte abrazo.

-Voy a hablar con él-., me susurró al oído. Me puse de pie y Alice dio la vuelta y le dio un abrazo igual que el mío.

-Serías muy tonto al dejarla ir. Y si eres tan tonto, tengo un abogado maravilloso al que llamaré. Estaría muy interesado en un jefe que cree que puede decidir sobre la vida privada de sus empleados.- Alice dijo a Ted con fuerza, la cogí del brazo. No dije nada, sólo quería salir al pasillo.

Caminamos en silencio hacia el ascensor y una vez allí echó sus brazos alrededor de mí.

-Todo irá bien, Bella.

-¿Bien? Puede que haya perdido mi trabajo.

-Buddy no lo permitirá. En el peor de los casos, continuarás cubriendo en los institutos. En el mejor de los casos cubrirás los partidos de Edward. Si sucede otra cosa, mi abogado se encargará de hacerle cenizas. Eso ya lo saben, Bella.

No sabía que era mejor, pero mi corazón latía con fuerza y sentía la sangre recorriendo mi cabeza. ¿Qué pasaría si me despedían? ¿Qué haría? Podría conseguir un trabajo en otro sitio, tal vez, pero seguramente no estuviera cerca y no quería dejar a mis amigos o a él.

-No pienses en eso ahora. Necesitas prepararte para la cena.

Vale, la cena. Tenía que fingir que mi vida iba fenomenal. Esto lo apartaría a un lado y luego lo seguiría pensando. No tenía otra opción. La única opción para mí era Edward.

 

.

 

-Cariño, ¿quieres contarme que te pasa?- Miré a Edward, me estaba mirando a través de sus gafas de sol cuando empezó a sacar el coche el garaje.- ¿Es por mis padres? Te lo prometo, te amarán.

Quería creérmelo y podría ser cierto, pero ese no era mi problema.

-Lo saben.

-¿Quién sabe qué?- Preguntó mientras se metía en la carretera.

-Saben lo que somos.

-Bueno, por supuesto que lo saben. Lo saben desde que viniste al partido hace un mes.

Tengo un novio muy lento.

-No, Buddy y Ted, lo saben.

-Oh.- Tamborileó con los dedos sobre el volante.- ¿Qué a pasado?

-Bueno, todo el mundo ha estado pendiente durante todo el día de la chica misteriosa con la que te vieron ayer salir después del partido.- Me sonrió y me dio una palmada en el muslo.- ¡No es gracioso!

De inmediato dejó de sonreír y entrelazó sus dedos con los míos.

-Lo siento, Bella. Creí que estabas lista para salir a la luz. ¿Estuvo mal?

Suspiré y le apreté la mano.

-No es tu culpa. Debería habérselo dicho hace tiempo. No creía que fuera relevante. Y no lo era, hasta ayer.

-¿Somos irrelevantes?- Arqueó las cejas, pero todavía había humor en su voz por lo que sabía que iba a decir.

-Cállate, sabes que no es eso lo que quiero decir.

Se rió.

-Está bien, así que dime cómo saben que eres la chica misteriosa.

-Lo saben, porque tienes una gran boca.

Su mandíbula se abrió.

-¿Qué? ¿A quién más se lo he contado a parte de mis padres o los gemelos doofus? Mi agente, Victoria y Alec lo saben pero están mas que dispuestos a guardar silencio y los otros dos no tienen motivos para contarlo.

-Hablando de los gemelos doofus, ¿por qué Emmett ya sabe lo que pasó en el vestuario?

Edward gimió y sacudió la cabeza.

-Porque es Emmett. Leyó el periódico esta mañana y vio tu artículo, me llamo para preguntarme cómo fue que mi novia me entrevistara. Dije que estuvo muy bien y de alguna forma lo supo, lo siguiente que sé es que estaba haciendo sonidos pornos y quería saber si el sexo en el vestuario era tan bueno como siempre pensó que era.

Me reí. Por supuesto, la mente de Emmett fue directamente en esa dirección.

-No puedes ocultar nada, ¿verdad Cullen?

Frunció el ceño y eran tan adorable que quería inclinarme y morderlo, así que lo hice, mordiendo su mandíbula.

-Todavía quiero saber por qué soy el responsable de que lo sepan.

Suspiré.

-Fui a ver a Buddy esta mañana y me habló acerca de la chica con el trasero sexy, que al parecer así es como me llama la prensa.- Se rió y me miró.

-Lo siento, pero tienes un trasero muy sexy, cariño.- Su sonrisa era contagiosa y no pude dejar de sonreír. Era un cumplido, uno un poco humillante, pero un cumplido.

-Supo que era yo, porque al parecer tengo un trasero sexy y un no muy brillante novio que estuvo haciendo preguntas sobre mí durante una de sus últimas entrevistas.- O la luz era extraña o mi sexy novio se había sonrojado. No sabía que le pudiera ver así algún día.- ¿Te has sonrojado?

-¿Qué? No.- Volvió la cabeza hacia la carretera, pero era como si intentara que no le viera.

-Te has sonrojado. Eso es muy lindo.

-Si, si, si tú lo dices.

-Así que preguntaste por mí, ¿eh?

Suspiró y se llevó mi mano a los labios. Como siempre, cuando sus labios tocaron mi piel sentí un hormigueo hasta los pies.

-Si, no pude evitarlo. Tenía la oportunidad e inocentemente le pregunté cómo hacían las estadísticas y te mencionó, sólo quería oírle hablar sobre ti. Te quiere y te respeta ¿sabes? Estaba muy animado hablando de ti y no le tuve que sacar nada a la fuerza. Es bueno que haya personas que reconocen lo fantástica y talentosa que eres.

Ahora era yo la que estaba roja.

-Y tu sólo querías oír hablar de mí.

Se echó a reír.

-¿No quieres oír cosas buenas sobre mí?

-Eso no es imposible de oír-, dije y me sonrió de nuevo.

-Muy bien, entonces, por una vez quería oír elogios hacia mi chica. Lo siento si te ha creado problemas.

-No, Buddy estaba sorprendentemente bien con todo este asunto. Era Ted el que tenía el problema.

-¿El jefe, Ted? Eso no es nada bueno. ¿Qué te dijo?

-Estaba como loco por que ayer no se lo contara cuando me llamó, aunque le expliqué que estaba en shock por lo de Buddy y no tenía tiempo para contárselo y que se lo iba a contar esta semana.

-Suena razonable.- Salió por un desvío y empezó a navegar por las calles de Scottsdale.

-Si, pero luego se le vino a la cabeza una idea... - Me callé, no muy segura de si quería continuar, pero tenía que hacerlo.- De que nos podíamos veneficiar de un trato especial y podría ser bueno para el periódico.

Su mano se tensó sobre el volante.

-Ya veo-, dijo sin alterarse.

Tiré de su mano y me miró. Odiaba no poder ver sus ojos detrás de sus gafas.

-Le dije que ni lo pensara, que no iba a utilizar nuestra relación para el trabajo.- Sus dedos se flexionaron sobre los míos.- No te haría eso, Edward. Tienes que saberlo.

-Por supuesto que lo sé, Bella. Confío en ti.- Gracias a Dios. Sentí que un poco de la tensión que tenía encima desde la reunión se iba.

-Bueno, entonces me pregunto que si me daba a elegir entre mi carrera o tú, qué elegiría.

-¿Hizo eso? Joder.- Su voz estaba llena de ira y me estremecía ante el calor de sus palabras. Era aún más sexy cuando estaba enfadado.- Lo siento mucho, bebé. Sabes que nunca te pediría elegir entre tu carrera o yo, ¿no?

-Por supuesto que lo sé. Y espero que sepas que no elegiría mi carrera por encima de ti. De hecho, así se lo dije.- Tragué saliva y miré el perfil de Edward. Le tomó unos segundos para procesar mis palabras. Pero supe cuando lo había entendido. Llevó el coche al arcén y me tomó en brazos. Cerré los ojos y luché contra las lágrimas. No necesitaba que mi cara estuviera hinchada cuando cociera a sus padres. Respiré hondo y dije:- Si Ted me pide que elija, voy a tener que buscar otro trabajo.

-No vamos a llegar a eso, Bella. No le voy a dejar que te haga esto.- Me abrazó con más fuerza y me dejé llevar por la sensación de seguridad que me proporcionaron sus fuertes brazos. Sus siguientes palabras me tomaron por sorpresa.- ¿Te refieres a eso? ¿Me elegirías por encima de algo por lo que has trabajado tanto?- Me eché hacia atrás hasta que pude ver sus ojos y asentí con la cabeza lentamente. Su mano se quedó en mi mejilla hasta que una mirada de determinación cruzó su rostro.- Si quiere tener un trato especial, lo puede tener.

-¿Qué? No, Edward. Odias ese tipo de cosas y no voy a pedirte que lo hagas. No vale la pena.

-No coy a dejar que pierdas tu trabajo por mí-, prometió, con la mandíbula apretada.

-Si pierdo mi trabajo, será porque me pidieron que hiciera algo con lo que no estoy cómoda. Puedes pensar que es por ti, pero no. No quiero trabajar para alguien que me hace elegir entre lo que más quiero y entre lo que más esfuerzo he realizado. No soy así.

Suspiró y apretó la frente contra la mía.

-Suponía que sería complicado, pero no pensé que te dirán un ultimátum en el trabajo.

-Por si sirve de algo, Buddy iba a hablar con Ted y Alice casi lo abofeteó antes de salir. Su discurso de camino a casa fue épico.

Edward me dio una pequeña sonrisa.

-Bueno, tener a Buddy de tu lado puede ser algo bueno. Y ya sabemos lo que Alice puede hacer si está de tu lado.

-Cierto.

-¿Por qué no le llamas para averiguar qué pasó con Ted? Vas a estar pensando solo en eso en la cena si no lo haces.

-No sé... Está en el hospital y no quiero molestarle.

-Está bien, ya lo haré yo.- Sacó su teléfono y marcó un número. Mierda. Por supuesto que tenía al compinche en sus contactos, y por supuesto que el compinche había conseguido su teléfono.- Hola, Buddy, soy Edward Cullen y... Si, está aquí conmigo.- Se enderezó en su asiento.- Por supuesto que lo haré. No, no se me ocurriría. Si, la quiero mucho. No, eso no lo voy a hacer. Si es necesario lo haré. Comprendo. Claro, lo haré.-No tenía ni idea de lo que le estaba diciendo a Edward para que este estuviera sentado tan rígidamente y mirando hacia delante como si tuviera en frente a un pelotón de fusilamiento.- Suena razonable. Por supuesto que lo haré. Gracias. ¿Quieres hablar con ella?

Prácticamente me tiró el teléfono y sofoqué una risita cuando conseguí atraparlo antes de que cayera al suelo.

-Hola, Buddy.

-Es un buen chico, Bella. Espero que te siga tratando bien y si no me lo dices, ¿de acuerdo?.- Miré a Edward, estaba un poco pálido.

-Es un buen hombre, Buddy. ¿Qué le has dicho?

-Nada. Acabados de tener una conversación de hombre a hombre sobre lo que es o no es aceptable cuando se trata de ti.

-Ya tengo un padre, Buddy, no necesito otro.

-Una lástima, princesa. Me tienes a mí y te quiero y lo mismo ocurre con ese chico. Queremos lo mejor para ti.

Sonreí a Edward que estaba mirando por la ventana.

-Lo sé.

-Y hablando de otra cosa, tienes mañana una reunión con Ted. Estoy seguro de que te quería sorprender, pero es tonto si piensa que no te lo voy a contar.

-¿Contarme qué? ¿Qué estoy despedida?

-¿Eh? No te va a despedir, te va a ofrecer exactamente lo que te iba a ofrecer antes de la noticia de Romeo. Vas a sustituirme por el momento.

-¿Qué? Pensaba que me iba a hacer volver a la escuela secundaria.

-Estaba pensando en eso y le dije que eso era impensable.

-Impensable no es una palabra.

-Lo es si yo quiero que lo sea.

Me eché a reír.

-¿Cómo lo conseguiste?

-Estoy en mi lecho de muerte, Bella. ¿Crees que me va a molestar o va a hacer algo malo a mi persona favorita cuando me puedo morir en cualquier momento?

-Pensé que sólo era ardor de estómago.

-Eso es lo que quiero que sea. Soy el que está en el hospital y voy a usar eso a mi favor.

La risa burbujeó fuera de mí.

-¿Y durante cuanto tiempo piensas utilizarlo? No vas a estar en el hospital durante mucho más tiempo.

-Voy a amenazar con una recaída. No puedes ver mi corazón, pero si me agarro el pecho... Da emoción y miedo. Voy a salirme con la mía durante los próximos años al hacer esto, espera y verás.

-Estoy deseando que lo hagas, pero no funcionará conmigo.

-No, pero me encanta y ahora me debes una. Así que estás bajo mi mandato.

No había ninguna persona a la que preferiría deberle una que no fuera Buddy Jackson.

-Gracias.- Las lágrimas brotaron de mis ojos.

-No hay nada que me tengas que agradecer. Estoy haciendo lo correcto. Sin embargo, estoy de acuerdo con Ted de que tenéis que salir a la luz antes del próximo partido. Quiere hacer una entrevista con vosotros para el periódico. Antes de que grites, Edward ya está de acuerdo, no le estamos usando, lo vamos ha hacer para quitarnos problemas con la prensa. Tiene sentido, Bella.

-¿Cómo lo sabes, Buddy? ¿Has visto a una vidente?- Bromeé.

-¿Qué más puede hacer alguien todo el día en el hospital? ¡No quiero saber lo que hacen mis médicos en el armario de suministros!

Me eché a reír.

-Alguien va a disfrutar de su desayuno de la diera. Voy a casa de Edward a comer con sus padres. Creo que vamos a comer carne.

-Perra. ¡Estás despedida!-, se quejó por el teléfono.

-Yo también te quiero, Buddy.

-Y yo a ti, hija. Tráeme una barra de chocolate cuando vengas mañana.- Colgó antes de que pudiera comentar nada. Cerré el teléfono y se lo devolví a Edward.

-¿Te a asustado?

Hizo una mueca y puso el coche en marcha de nuevo.

-Puede que haya amenazado a ciertas partes de mi cuerpo de las que estamos muy aficionados si te hiciera daño.- Me reí y sonreí.- Le dije que no había problema.

-Siento lo de la entrevista.

Se encogió de hombros.

-Estoy acostumbrado. Va a ser diferente ya que voy a tener que hablar sobre mi vida privada, pero no hay problema.

Deslicé mi mano en la suya.

-Es algo muy grande y te amo por hacerlo.

-Te dije que no dejaría que perdieras tu trabajo por mi culpa y lo dije en serio. Haría cualquier cosa por ti.

-Como yo por ti. Ahora, vayamos a conocer a tus padres.

Se echó a reír.

-Te prometo que será divertido.- Tenía la sensación de que lo sería.

 

 

…...................................

 

Hola!! Siento lo de la semana pasada, pero como avisé tuve que irme de viaje y no estuve aquí a tiempo.

Gracias como siempre por vuestros votitos y comentarios, me animan a seguir traduciendo esta magnífica historia.

Por otra parte ya subí la nueva traducción, Words With Friends, está el link arriba por si os queréis pasar,está teniendo también muy buena acogida y os invito a pasaros, subiré capítulo de esa historia los miércoles para poder subir los sábados de esta.

Al final me he adelantado un día con esta actualización, la he acabado y he dicho, ¿cómo las voy a hacer esperar más? Así que así está jajaja. Al final no he podido traducir el siguiente capítulo, pero si me da tiempo antes del domingo os lo subo ya que como muchas sabéis los capítulos son muy largos y ahora con el otro fic estoy que no tengo casi tiempo de traducir y me voy buscando mis huecos :)

 

Esto ha sido todo por hoy, pero por esta semana espero que no :) Un beso!! Espero vuestros comentarios y votitos.

Capítulo 18: Entrevista después del partido Capítulo 20: Línea ofensiva.

 
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