Primero y Diez (+18)

Autor: nicoli
Género: + 18
Fecha Creación: 18/03/2013
Fecha Actualización: 26/10/2014
Finalizado: NO
Votos: 33
Comentarios: 191
Visitas: 133942
Capítulos: 35

Bella Swan es una aspirante a reportera de deportes cuando le es asignado entrevistar al más grande de la liga, por no mencionar al mas caliente, el quarterback Edward Cullen ¿Le enseñará Edward Cullen las reglas del juego? O ¿ella le enseñará una o dos cosillas? 


Esto es una traducción y su autora es Nolebucgrl, podéis encontrar el fic original en esta página: http://www.fanfiction.net/s/5874934/3/First-Ten

Estoy autorizada por la autora a traducir esta historia.

 

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También os invito a pasaros por mi otra traducción conjunta, Words With Friends, junto a CARLAROBPATT. Aquí os dejo el link: http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=3920

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Capítulo 23: Jugar para ganar

BPOV

 

-¡Bella! ¡Estoy aquí!- Alice llamó, entrando como siempre. Decidí ir a la subasta con ella y volver con Edward. Eso era parte de todo, ¿no? Salir del evento con mi sexy mariscal de campo, sería el paso número dos. Después de ganarle en la subasta. Mi estómago se contrajo con los nervios. No podía creer que estuviera haciendo esto, pero él lo quería y aunque me sentiría como una idiota, una vez que estuviera en sus brazos, valdría la pena toda la atención y el malestar.

-Rose está de camino hacia allí y...- se interrumpió cuando entró en mi habitación. Su expresión era casi cómica, o lo habría sido si yo no me sentiría como si quisiera ponerme una camiseta encima del vestido y bucear bajo las sábanas.- Bella, estás increíble-, susurró, con los ojos muy abiertos. Se acercó a mí y luego caminó a mi alrededor.- En serio, estás guapísima. No habrá mujer que no te envidie.

Me reí. Alice estaba fabulosa, como siempre, en un vestido negro, brillante que le sentaba perfectamente. Estaba elegante pero sexy y brillante. Sabía que tenía que haberme puesto uno negro. El negro era el más apropiado para una fiesta de lujo con gente de la alta sociedad que buscaba dejar caer mucho dinero en la caridad. El negro, pero sin mezclarlo.

Había planeado comprarme un vestido negro, pero este me había atraído de inmediato. Quizás porque era el color de Edward, rojo de los Cardinals. La tela brillaba, aunque no llevara lentejuelas como el de Alice. El vestido tenía algunos destellos que parecían diamantes en las mangas y en el escote en forma de corazón. Era sexy sin llegar a revelar mucho, al menos eso pensaba yo y la dependienta de la tienda. El vestido tenía unos pliegues que lo recogían que lo hacían más bonito, al menos a mis ojos. Me gustaba la altura, que terminaba justo encima de la rodilla.

-¿La rizadora?- Preguntó Alice. Señalé al baño y me llevó hacia allá, rizando unos cuantos mechones sueltos para recoger lo demás de mi cabello. Hizo otros cuantos tirabuzones y los dejó alrededor de mi cara, empujando mi pelo sobre mi hombro para que los rizos se quedaran sobre mis pechos.- Ahora estás perfecta-, declaró, después de que saliera del baño.

Sonreí cuando llegue a mi mesa de noche.

-Todavía no.- Todavía no podía creer lo que había hecho. Cuando llegué a casa de la entrevista, abrí el bolso para sacar mi móvil y encontré dentro una caja azul. La abrí y había un hermoso corazón, con dos filas de diamantes en un collar de platino, y una nota que decía: “Aunque no me compres esta noche, eres la dueña de mi corazón.” Mi corazón se había derretido con el gesto y por eso le iba a comprar esta noche.

Alice chilló cuando vio el collar y me ayudó a ponérmelo para no estropear mi pelo. Unos aretes sencillos de oro complementaban mi look.

-¿Esto es de Edward? ¿Qué pregunta es esa? ¡Por supuesto que es de Edward!

Me reí y pasé un dedo sobre los brillantes diamantes.

-Si, lo es. Iba a coger mi teléfono para cambiar la canción, después de lo de Emmett, y esto estaba en mi bolso junto a esta nota.

Se la entregué a Alice y dejó escapar un largo suspiro.

-Es fenomenal. Y no voy a dejar que te acobardes y no le compres esta noche. Tiene su corazón puesto en ti, al igual que todo el salón cuando os vea bailar.

Negué con la cabeza y me llevé una mano al estómago.

-Si, estoy nerviosa, pero quiero bailar en sus brazos.- Sabía que era lo mejor, no quería que cualquier tipo de chica se llevara a Edward. No podía esperar a sentir sus fuertes brazos envolverse a mi alrededor y descansar mi cabeza en su hombro mientras nos movíamos alrededor de la pista de baile. Sin embargo, también era una primera vez para nosotros.

-¿Qué quieres decir? ¿Qué hizo Emmett?- Preguntó Alice, ayudándome a organizar mi pelo alrededor del collar.

El maldito timbre.

-Cogió mi teléfono y cambió la canción a la de Baby Got Back, me llamó, justo antes de la entrevista. Menos mal que fue antes, y no durante. Tengo que vengarme de él.

Alice se rió y cogió su teléfono de su bolso.

-Esta noche es perfecta. Jasper me dijo que Emmett tiene pánico a ser comprado por la señora Fuller. Al parecer, habla de sus perros como si fueran sus hijos y es un poco pesada. Ha acorralado más de una vez a mi Jazz.- Alice no parecía molesta por este hecho, a juzgar por la gran sonrisa de su rostro.- ¿Qué te parece que consigamos que la señora Fuller compre a Em?

-Bueno, eso no sería malo, pero ¿cómo nos aseguramos?

Alice tecleó un número en su teléfono.

-Recurriremos a su novia, por supuesto. Rose es una zorra que da mucho miedo cuando quiere. Todo lo que tiene que hacer es mirar de forma cortante y las mujeres se retirarán de la subasta con Em.

-Hola, Rose, escucha, tenemos que vengarnos de Emmett. Uh huh. Si, cambió el tono de llamada de Bella. Lo sé. Estamos pensando que la señora Fuller le tiene que comprar. ¿Qué? Bien, ¿quién? ¿Crees que lo hará? No, me encanta, es mucho mejor, si nos necesita para poner dinero que me lo diga que lo haré, nos vemos pronto.

Alice colgó y se volvió hacia mí con una enorme sonrisa.

-¿Qué ha dicho?

Se disolvió en risas.

-¡Si! Parece ser que hay un médico que es gay que lleva el coche al taller de Rose y que quiere comprar a Emmett. Rose cree que lo hará.- Me uní a su risa imaginando la cara de Emmett cuando un hombre le comprara en la subasta. Demasiado perfecto.

-De repente, la noche es mucho mejor-, le dije, poniéndome mis zapatos rojos y agarrando mi pequeño bolso negro.

-¡Si!- Alice seguía sonriendo como el Sombrerero loco.- Tal vez la anciana señora Fuller compre a Jasper. Está preocupado.

-¿Quieres que se valla con una anciana?

-Mejor con una anciana que con una joven sexy,- Alice dijo con una sonrisa.- Si eso ocurre, yo le compraré. Vamos, vamos. ¡Tengo otra idea! Esta noche va a ser fabulosa, ¡lo se!

Lo será. Esta noche, el mundo sabría que Edward es mío. No hay nada mejor que eso.

 

.

 

Entramos en el gran salón de baile de Country Club de Scottsdale e hice lo posible por no mirar boquiabierta como un turista en Disneyland. Era precioso, con relucientes suelos de madera, lámparas de araña de lujo de cristal y la gente más elegante que había visto pululando alrededor, bebiendo champán y hablando. Había una orquesta en una esquina, cerca de donde se llevaría a cabo el baile. Un escenario dominaba el fondo de la sala, con sillas dispuestas para los solteros y un podio para que el subastador estuviera.

-Wow-, le dije a Alice, en realidad no sabía qué más decir. Esto no estaba en mi entorno habitual.

Alice sonrió y cogió dos copas de champán de un camarero que pareció de la nada.

-Está muy bien. Habría quedado mejor con un toque de color en vez de blanco y negro, pero no está mal.

Me reí, Alice estaba en modo organizador e fiesta.

-Deberías haber pedido organizarla.

Me lanzó una sonrisa de confianza.

-Lo haré el año que viene.- Sabía que lo conseguiría.- ¿Dónde está Rose?

Miré a mi alrededor, pero no la vi, así que me adentré más en la sala.

-¿Es aquella? La que está sentada en la mesa con ese hombre.- Habían dos cabezas rubias muy juntas y de repente la mujer se echó hacia atrás, riendo muy fuerte y pudimos ver que era Rose. Alice me dio un codazo e hicimos el recorrido hasta el impresionante par. El chico parecía su hermano mayor o su padre bien conservado. Sus ojos azules brillaban con picardía y su traje le encajaba perfectamente. Era uno de los chicos más guapos que había visto, aparte de los hombres Cullen y los novios de mis amigas.

Rose levantó la vista y nos cegó con su perfecta sonrisa. Estaba preciosa con un vestido de seda verde que caía por su cuerpo como una segunda piel.

-Bella, Alice, quiero presentaros al Dr. Riley Biers, el futuro dueño de mi Emmett. Riley, esta es Bella, la mujer que Em está acosando, y Alice, a la que no acosa porque tiene miedo de ella.

Alice se rió mientras él se levantaba y nos ofrecía una silla a cada una.

-Nunca dejará de tenerme miedo.

Riley le dirigió una sonrisa de asesino.

-Rose me ha contado algunas historias. No te voy a subestimar.- Su voz sexy, suave y con un ligero acento del sur. Era una pena que jugara en el otro equipo, ya que Lauren le comería con cuchara en cuanto lo viera.

Se volvió hacia mí y me dio la misma sonrisa.

-He oído que te estás llevando la peor parte de las bromas de Emmett. Puede ser un pesado.

Me incliné hacia delante.

-¿Le conoces bien?

Rió suavemente.

-Oh, si, me he encontrado con él en numerosas ocasiones. Es una persona muy divertida. Su pasión por la vida no tiene fin, según he visto. Será un placer contar con su compañía esta noche.

Riley parecía agradable y de repente no estaba segura de querer usarlo.

-¿Estás seguro de que quieres hacer esto? No puedo pedirte que gastes tu dinero...

Me interrumpió con un movimiento de muñeca.

-Por favor, Bella, ¡déjame divertirme! Ya planeaba dejar un cheque esta noche, ¿por qué no intentarlo? Emmett me amenazó con poner mi número en la lista de Craig diciendo que quería tener un trío con dos mujeres tetonas, así que es justo jugar con él.- Miró a Rose.- Bueno, en realidad no voy a jugar, ¡ya sabes lo que quiero decir!

Rose soltó un bufido.

-¡No dudes en intentar jugar con él! Rara vez recibe su merecido. Si haces un buen movimiento, conseguiré algo para chantajearle.

Riley dio una palmada.

-Bien entonces.

-Asegúrate de prestar demasiada atención a su culo. Parece que es muy aficionado a él-, le dije mientras Rose y Alice se disolvían en risas.

-Dalo por hecho, querida. ¡Eso no va a ser difícil!- Sonrió a Rose.- Ella sabe que estoy bueno para su hombre.

Rose negó con la cabeza.

-Él tenía la esperanza de que alguien de buen ver pujara por él y me pusiera celosa. Esto lo quería él, aunque al mismo tiempo lo quería de forma diferente.

-Harían una pareja hermosa.- Alice reflexionó mientras Riley se pavoneaba.

-Eso es cierto. Rose, me disculpo. Yo me le quedo esta noche, no más tiempo.

Golpeó la mesa.

-Si me deja por ti, lo entenderé, Riley.

-¿Qué os estáis contando con tanto secretismo? Bella, es mejor que no te retires de la compra de mi hijo.- Dejé de reír y me dí la vuelta, dando la cara a Esme, que estaba radiante. Me puse de pie y me envolvió en sus brazos inmediatamente. Allí estaba ella, con los abrazos de nuevo. Me encantaba.

-Te ves muy bien.- Y lo hacía, con un vestido negro básico que le sentaba a la perfección.- Sólo estamos conspirando contra Emmett.

Sonrió mientras me soltaba.

-Gracias, querida. Estás impresionante. Edward va a morir cuando te vea. Ahora, ¿cual es el plan?- Se sentó junto a nosotros y se echó a reír con tanta fuerza que tenía lágrimas en los ojos cuando le dijimos el plan para vengarnos de Emmett.

-No hay nada en el reglamente que impida pujar a un hombre, ¿verdad?- Le pregunté.

Esme se rió.

-Claro que no. Y si la hay, la ignoraré. Soy la subastadora de esta noche.

Alice me agarró con fuerza el brazo.

-¡A ver! ¡Podemos hacerlo, Bella! Jasper también lo dijo. Por cierto, soy Alice, la novia de Jasper.- La suerte estaba con nosotros esa noche. No había estado segura de poder ejecutar nuestro plan hasta que Esme dijo que ayudaría.

-Lo sé, y es un placer.- Esme la cogió de la mano.- Ahora, ¿qué hay?- Sus ojos verdes brillaban mientras inclinaba la cabeza hacia mí.- ¿Qué puedo hacer?

Cogí mi bolso y saqué mi cuaderno y un bolígrafo, garabateé unas líneas sobre él y se la paré. La leyó y levantó una ceja.

-¿Debo suponer que esto tiene sentido para ellos?

Me mordí el labio y asentí. No podía creer que participara la madre de Edward, pero en realidad, ella no sabía lo que eso significaba. Ellos si, y eso es lo que importaba. Tenía la esperanza de que nunca supiera de que va eso. Eso sería humillante y Edward me mataría.

-¡Vale! Lo haré.- Metió las presentaciones en su bolso y se levantó, pero antes la música atravesó el aire.

All I wana do is zooma zoom zoom and boom boom. Just shake your rump.”

(Todo lo que quiero es hacer zooma zoom zoom y boom boom. Sólo agitar el trasero)

-¡Joder!- Casi grité, metiendo la mano en mi bolso y mirando mi teléfono. Me había cambiado el tono de llamada antes, así que no había ninguna razón por la que no lo hubiera hecho con otro contacto.- ¿Jasper?- Claro que había cambiado los tonos de llamada de los demás. Iba a tener que revisar mi teléfono en cuanto llegue a casa, bueno, mañana. Esta noche iba a estar ocupada con mi novio.

Toda nuestra mesa se estaba riendo mientras contestaba al teléfono.

-Emmett, eres un imbécil. ¡Todo el mundo lo ha escuchado!

-Lo siento, Bella, me dijo que te llamara, pero no me dijo por qué. No tengo nada que hacer.- Escuché a Emmett riendo en el fondo. Gilipollas.

-Dale el teléfono, Jasper.- gruñí entre dientes.

-¿Qué pasa, Jessica Rabbit? ¿Te lo estás pasando bien? ¿Has pensado en gastarte el dinero en mí?

-No gastaría ni un dólar en ti, Emmett. ¿Donde diablos estás?

-Estoy en el vestuario, mirando a tu novio e intentando buscar algo en GQ. Está intentando hacer que las apuestas suban, trasero sexy. Vas a tener las manos llenas. Deberías estar segura de tu compra y comprarme.

-¿Y pasar tiempo voluntariamente contigo? No lo creo.- Luché contra una sonrisa.

-¿Una foto de mi culo podrá convencerte? Tengo una muy buena de cuando me he puesto el traje esta noche.

-Ya te lo he dicho esta mañana, no quiero una foto de tu culo ya que en el uniforme parece que está gordo y...

Me colgó con indignación y dejé mi teléfono en el bolso mientras que los de a mi alrededor se reían.

-¡Muy bien, Bella!- Rose me puso la mano y la choqué los cinco.- No me importaría que trabajase un poco su culo antes de la boda y hoy le has asustado.

-¡Oh!, tengo algunas sugerencias.- Riley le empezó a dar a Rose algunos consejos para ejercitar el culo y me volví hacia Esme.

-Lo siento, me vuelve un poco loca.

Me acarició la mano.

-No te culpo, Bella. Me encanta Emmett pero hasta yo sé que tiene tendencia por las bromas. Lo mejor de él es que luego se las toma bien. Se acabará divirtiendo esta noche, espera y verás.- Sonrió ampliamente.- Y espero que mi hijo también lo haga. No estoy presumiendo cuando digo que esta muy magnífico esta noche. Está casi tan impresionante como mi marido.- Sus ojos se posaron en Carlisle, que estaba sonriendo y charlando con una anciana en otro lado de la habitación.- Es un buen hombre con el que me casé. Creo que le arrastraré al armario de los abrigos-, murmuró mientra se levantaba. Alice pilló el doble sentido y me guiñó el ojo. Esme y sus aventuras sexuales en público. Parecía que esta noche no sería diferente.- Estoy bromeando-, nos dijo con una gran sonrisa.- Tal vez-, lanzó por encima del hombro mientras se alejaba.

-Es increíble-, declaró Alice.- Tienes una gran futura madre-a-vista-de-la-ley.

-No te adelantes, Alice. Sólo hemos estado juntos un par de meses.- Pero sentía como si fuera más tiempo y no podía negar que mi corazón latía con fuerza mientras mi estómago se agitaba ante la idea de casarme con Edward. ¿Qué chica no lo haría? Toqué el collar de corazón y sonreí. Alice y Rose me miraron pero no me contradijeron.

Hubo algunos murmullos detrás nuestra y todos se volvieron para ver qué pasaba. Vi un cabello rubio rojizo demasiado familiar y mi cabeza empezó a dar vueltas.

-De ninguna manera-, susurró Rose.

-¿Qué está haciendo aquí?- Alice preguntó.

Las cosas iban demasiado bien y esto no era una alucinación. Tanya estaba aquí, sin duda para pujar por Edward y arruinar nuestra noche. Bueno a la mierda.

-A la mierda-, dije en voz alta y Rose me miró con aprobación.

Antes de saber qué hacía, me puse de pie y me dirigí hacia ella. Tenía cara de aburrida en su rostro, de esas que las modelos podían poner en cualquier momento. Llevaba un vestido blanco, muy parecido al de una diosa, que no hizo más que molestarme en lugar de intimidarme. ¿Cómo se atreve a aparecer? ¿Cómo se atreve a reclamar a MI novio delante de toda esta gente?

Rose y Alice estaban detrás de mí, a pesar de que se quedaron atrás, dejando que me ocupara de esto por mi cuenta. Tenía la sensación de que sólo habían venido para oír todo. Me dirigí a Tanya y me planté delante suya. Sus ojos azules me miraron y luego frunció el ceño.

-Tu, ¿por qué estás aquí?

¿Qué? ¿Que por qué estaba aquí?

-Estoy aquí porque mi novio se va a subastar y le voy a comprar.- Traté de mantener baja mi voz, pero me di cuenta de que muchos ojos nos miraban. No sabían quién era.

-Pero no es el novio de nadie-, me dijo con arrogancia, mirándome. Odiaba que me sacara media cabeza, aunque yo llevara tacones. Era demasiado.

-Tienes toda la razón, no es tu novio. Es el mío. No te quiere aquí y yo tampoco.- No lo sabía a ciencia cierta, pero tenía la sensación de que Edward no quería que estuviera aquí. Vi a Esme caminar hacia nosotras, con el ceño fruncido en su hermoso rostro. Estaba hablando por teléfono y me pregunté si el que estaba en el otro lado era Edward. O tal vez estaba llamando a inmigración. Eso sería increíble.

-No, según me ha dicho ella.- Tanya sacudió la cabeza, su pelo la cayó sobre sus hombros como el fuego. ¿Por qué tenía que ser tan guapa?

-¿Quién es ella?- Pregunté.

-La asistenta de Eddie-, respondió con un gesto airoso con la mano.- Dijo que viniera a buscarle públicamente. Es muy emocionante.

Victoria. Tenía que ser ella.

-Bueno, te mintió. Edward y yo estamos muy unidos y pensamos hacerlo público esta noche. Te invitamos a que pujes por otra persona-, la dije, el frío tono de mi voz parece que no le afectó.

Me miró y movió la cabeza hacia atrás.

-Ya veremos quién gana, no eres nadie.- Inclinó la cabeza.- estás mejor que antes, pero aún no perteneces a Eddie. Yo si.

Me pregunté si sería tan grave golpearla la cara. No sería algo benéfico, pero a nadie le importaría, ¿verdad? Me toqué el colgante de nuevo. No me importaba ella, tenía su corazón. Eso era todo lo que me importaba.

-Ya lo veremos, Tanya.- Giré sobre mis talones y fui hacia Alice y Rose. Me preguntaba si podía volver y pedirle a Emmett que la golpeara.

-¿Dónde vas?- Preguntó Rose, agarrando mi brazo antes de que pudiera salir a tomar aire.- ¡No puedes dejarla ganar e irte!

-No voy a dejar que me eche, pero me voy a salir un momento antes de tirarla del pelo, golpearla y rasgar su perfecto vestido-, contesté. Alice imitó a un luchador y esbozó una sonrisa.- En serio, sólo tengo que alejarme de ella unos minutos. No puedo respirar el mismo aire que ella.

Me sonrió airadamente.

-La podrías con ella, pero todavía me debe un puñetazo. Entiendo por qué no lo haces. Lo haré por en tu lugar.

-Rose, no puedes golpearla. ¡Es una subasta para la caridad por el amor de Dios! La prensa está por todas partes

Inclinó la cabeza y me observó.

-¿Y que me importa?- Eso era un buen punto. Sería peor si golpease a la ex de Edward antes de salir en público. Miré a Rose con ojos suplicantes y suspiró.- Está bien, no la pegaré. Miró por encima de mi hombro y su rostro se iluminó.- Me desharé de ella de otra forma.- Me di la vuelta para ver lo que miraba, pero cuando la volví a mirar, se había ido.

-¿Dónde se ha ido?

Alice señaló a Rose, que sonreía a un camarero mientras cogía un vaso de vino tinto. ¿Qué coño estaba haciendo? Quizá no tuviera ningún plan. Me sonrió, levantó su copa de vino y bebió un sorbo, después se dio media vuelta y se dirigió a Tanya. Alice y yo intercambiamos una mirada y salí tras ella.

-Tanya.- Rose la llamó, en un tono efusivamente alto. Tanya se volvió, su cara era una máscara de disgusto mientras miraba como Rose se acercaba.- ¡Oops!- Rose tropezó cómicamente y el contenido de su copa fue directo a Tanya, quién gritó, pero no pudo quitarse a tiempo y el líquido rojo le cubrió el pelo, la cara y la parte delantera de su vestido blanco.

-¡Oh, Dios mío! ¡Lo siento!- Rose cogió una servilleta de una mesa cercana y empezó a frotar el pecho de Tanya, haciendo que el líquido se filtrara en la tela. Alice y yo nos miramos y tratamos de no reírnos cuando Tanya gritó a Rose.

-¡Идиот! ¡Era Chanel! ¡Está en ruinas!

-Soy muy torpe.- Rose era una de las personas más graciosas que había conocido. Siguió frotando el vino en su vestido, frotando suavemente. Tanya movió sus manos, con rostro enfurecido.

-Sé que lo haces a propósito. Сука.- No sabía que significaban esas palabras rusas, pero dudaba que fueran cumplidos. Había una multitud que se había reunido a nuestro alrededor, boquiabierto ante esas dos mujeres que estaban prácticamente una encima de la otra. Rose se inclinó y le susurró algo al oído de Tanya, que la hizo gritar de indignación.- ¡Te demandaré!

-Ya, Tanya, solo fue un accidente.- Esme estaba allí, luchando contra una sonrisa mientras la tomaba del brazo y la llevaba a través de la multitud.- Hay un cuarto de baño en la parte e atrás que puedes utilizar. Te pediré agua con soda y vamos a ver si se quita la mancha.- Hizo un gesto a un camarero que se apresuró a conseguir lo que necesitaba.

Rose se dirigió de nuevo a nosotras, sin molestarse en ocultar su sonrisa.

-Ha sido tan divertido como si la hubiera golpeado.- Frunció el ceño.- Bueno, tal vez no tanto, pero otro día lo haré.

-¡No puedo creer que lo hayas hecho!- Una parte de mí estaba horrorizada, otra parte, mucho más grande, estaba emocionada.

-Se lo merecía. Nadie se mete con mis amigos. Se apropió de Edward y luego te insultó. No se va a meter en vuestra relación, no cuando esté cerca. Eso le dije. Bueno, también dije que era una zorra con talento.

La abracé, porque no sabía qué más hacer o decir.

-Gracias.- Un pensamiento me golpeó.- ¿Y si sale con otro del equipo?- Los modelos tenían mudas de ropa al igual de de hombres. O peor.- ¿Y si vuelve y puja?

-Eso no va a pasar, querida-, dijo Esme, que venía detrás de mí, sonriéndonos.

-¿Se ha ido?- Pregunté esperanzada.

-No, pero no te va a molestar en lo que queda de noche-, respondió Esme.

-¿Cómo lo sabes?- Preguntó Alice.- Es de ese tipo de personas que van y vuelven en el último minuto, como el villano de una película.

Esme miró a su alrededor y bajó la voz.

-Lo sé porque la encerré en el cuarto de baño. El gerente del club es un gran amigo mío y me dio la llave. Le dije a Tanya que la llave se había roto y que volvería en uno santiamén.- Arrugó la nariz.- Me imagino que santiamén pueden ser minutos u horas. Es una pena que yo tuviera su bolso en ese momento. No tiene teléfono ni nada-. Sonrió ampliamente.

Esme me llevó a sus brazos.

-Se que me quieres. Has estado elegante y fuerte cuando te enfrentaste a ella. No podía pedir nada mejor como futura hija.- Sentí las lagrimas en mis ojos mientras me apoyaba en su hombro. Me acarició suavemente la espalda.- Y se que te alegrará saber que mi hijo, seguramente, esté llamando y despidiendo a Victoria en estos momentos.

Me reí.

-Es una buena noticia.

-Es una zorra y, de todos modos, nunca nos acabó gustando. No me sorprende que amara a Tanya. Mujeres como ellas van de la mano.- Acarició de nuevo mi espalda antes de alejarse y sonreírme de tal forma que me recordó a Edward.- Ahora tengo una subasta que empezar. Ve y prepárate para gastar una pequeña fortuna para comprar a mi hijo. Está emocionado y yo también.

-Gracias, Esme.

-De nada, Bella.- Esbozó una sonrisa final a las chicas antes de dirigirse al podio.

-¡Allá vamos!- Exclamó Alice, mientras nos conducía a la fila de sillas que estaban establecidas para los que estaban interesados.

Me senté en primera fila, donde Rose y Alice me arrastraron. Estaba entre ellas, con Riley a la derecha de Rose. Oí un susurro furtivo detrás de mí y me moví para ver las caras sonrientes de Lauren y Jessica.

-Hemos visto todo un espectáculo-, Lauren me dijo, con un tono demasiado eufórico.

Me quejé.

-¿Cuánto has oído?

-Lo suficiente como para saber que estabas peleando por nuestro mariscal favorito, antes del lamentable accidente.- Sus ojos brillaban de alegría.- La columna de chistes de esta semana va a estar que arde.

-Lauren, por favor, no...- tartamudeé, tratando de pensar en cómo convencerla para no arruinarnos a Edward y a mi antes de tener la oportunidad de empezar.

Levantó una mano.

-Bella, por favor. Si has estado impresionante, Tanya es la noticia. Se ha humillado al presentarse aquí, eso es una noticia, y es toda mía. No diremos mucho sobre el enfrentamiento, sólo que ella estaba aquí cuando Edward pasó de ella claramente.- Sus ojos se encontraron con Rose, que la miraba con los ojos entornados.- Puedo hablar de lo que has hecho esta noche, ya que todo el mundo vio tu tropezón y la oyó gritar.- Cambió de tono en la palabra “tropezar” que hizo que sonriera.

Rose asintió lentamente.

-Entonces será mejor que escribas bien mi nombre. Rosalie Hale, novia de Emmett McCarty y enemiga de Tanya desde hace mucho.

Lauren se rió con deleite.

-¿Puedo citar eso?

-Absolutamente.- Rose declaró con una sonrisa maliciosa.- Estaría encantada de darte más información sobre la Reina de Hielo, pero me temo que eso alteraría a Edward, pero he de decir que ganas no me faltan

Me sentí aliviada cuando Rose no entró en detalles sobre Tanya. Las cosas se podrían peor después del incidente del vino, y la última cosa que necesitaba era acumular más incidentes.

Jessica puso su mano en mi hombro.

-Sólo quería decir que estoy muy feliz por ti, Bella. Me gustaría encontrar a un hombre que me mirara de la forma en la que él te mira a ti.

Me tragué un comentario sobre la forma que miraba esta mañana cierta anatomía de Edward que me gusta mucho y le sonreí.

-Estoy segura de que lo encontrarás.

-Estoy en ello-, Lauren respondió, mirándose en un espejo de bolsillo.- El hombre ha cumplido, por cierto.

No tenía ni idea de lo que estaba hablando.

-¿Qué?

Sonrió.

-Cuando dimos nuestros nombres en la puerta, el maître nos dio un mensaje de Edward. Parece ser que tengo luego que ir a por Tyler Crowley.- No pudo evitar la emoción de su voz.- Según la nota, está muy emocionado.- Luché contra a risa. Por supuesto que lo estaba. Era rubia, con ojos azules y tenía unas tetas gigantescas. Edward seguramente la había descrito así.

-Y yo me veré con Sam Uley-, Jessica dijo mordiéndose el labio. Es muy grande. ¡Espero que todo lo sea!- Dios, esta mujer estaba obsesionada con pollas grandes. Supongo que no podía culparla. Después de todo, yo tenía a Zeus para jugar.

-Buena suerte-, les dije, sinceramente esperaba que hicieran buenas migas con esos chicos y que me dejaran a mí el mío.

Lauren terminó de arreglarse la cara y se alisó su vestido azul oscuro, que mostraba más de su escote.

-La suerte no tiene nada que ver son eso, Bella. Estas chicas van a ganarse su sustento.- La miré con incredulidad antes de disolverme en una carcajada. Rose, Alice, Jess y Lauren se unieron a mí.

Riley rodó los ojos.

-No es de extrañar mi homosexualidad-, susurró hacia el escenario. En ese momento, Esme se acercó a la tarima.

-¡Hola! Bienvenidos a la primera subasta anual para beneficiar al hospital infantil. No voy a hacerles esperar. Por favor, echen un vistazo a los hombres tan guapos que han querido estar aquí hoy y subastarse por una buena causa.- Y entraron, una quincena de hombres guapos con esmoquin. Había un par de periodistas locales, algunos jugadores de béisbol y de fútbol. Cuando mis ojos se posaron en él no podía ver nada más. Edward Cullen en esmoquin debería ser ilegal en todos los países. Estaba demasiado guapo como para describirle.

-Oh si, eso es por lo que soy gay-, Riley nos dijo, con los ojos concentrados en la muestra de hombres que había frente a nosotros. No podía culparle.

Rose se rió mientras que Emmett se pavoneaba en su asiento, con una amplia sonrisa que mostraba sus hoyuelos a la multitud.

-Mirar a mi hombre, se esta subastando. Pobre de él.- Le envió un gesto sensual y él sonrió ampliamente.

Jasper y Edward estaban un poco incómodos, su cuerpo estaba rígido cuando se sentaron. Los ojos de Edward se movieron sobre la multitud y en el momento que me vio, una sonrisa cegadora se implantó en su rostro. Le sonreí. Sus ojos se movieron por mi cuento y con la boca dijo algo como “preciosa”. Me sonrojé y puse la mano sobre el corazón y el colgante y articulé “gracias”. Se echó hacia atrás, ahora se le notaba mucho más feliz que hace un momento.

Esme comenzó la subasta con el hombre del canal 10 y no traté de prestar atención. Sólo había un hombre al que quería y no iba a hablarme de frentes cálidos, aunque ya estaba notando uno. Sus ojos permanecieron en mí cuando el público empezó a pujar. Tenía la misma mirada en sus ojos que cuando le fui a ver en el primer partido, cuando miró a la cámara e hizo que, probablemente, toda la mujer que lo estaba viendo sufriera un orgasmo espontáneo.

Vagamente escuché ofertas cerca de los 10.000$ y negué con la cabeza, tratando de prestar atención. Edward me había dicho que no importaba lo que diera, que lo hiciera, pero si ese hombre ya iba por los 15.000$ ¿cómo iba a ir él?

-No es más que dinero-, susurró Alice, de alguna manera supo lo que pensaba, siempre lo hacía. Era el dinero de Edward, si, pero tenía que superarlo. El dinero iba a ayudar a niños con cáncer, así que cuanto más, mejor.

Tyler Crowley fue el siguiente y me sorprendí cuando Lauren empezó la puja con 5.000$. La miré y se encogió de hombros.

-Me casé con un cirujano plástico por un par de razones.- Hizo un gesto hacia sus pechos.- El amor y estas. El amor no duró, pero estas lo harán. Y sus generosos cheques de pensión alimenticia. Puedo tener un poco de diversión, ¿verdad?- Levantó la paleta para ofrecer 7.500$. Tyler la estaba sonriendo brillantemente, así que supuse que había descubierto que era ella la chica con la que se iba a ir más tarde. Al final ella le ganó por 9.000$, pero parecía encantada.- Tiene buenas manos, ¿verdad? Quiero decir, es receptor...- se interrumpió, con los ojos vidriosos.- Lo sabré muy pronto.

Alice y Rose intercambiaron una sonrisa conmigo. Tyler no sabía donde se había metido. Será mejor que Edward le llame más en los partidos, sólo para estar seguro.

Varios solteros ya habían sido subastados y Esme sacó el papel que le había dado. Eso era todo. Me incliné hacia adelante con entusiasmo cuando ella comenzó a presentarle.

-El siguiente es de los Cardinals, el mismo Emmett McCarty, el mejor lineal ofensivo de la liga.- Emmett se acicaló, caminó hasta el borde del escenario e hizo una postura ridícula que amenazaba al esmoquin a romperse por la mitad.- Este espécimen es un Hércules en la vida de cualquier persona.- La cabeza de Emmett giró hacia Esme, su boca abierta con horror al oir como su figura materna, había nombrado a su polla sin saberlo.- Es un hombre difícil de medir, pero su corazón es aún más grande que el resto de su cuerpo.- El rostro de Emmett se puso más rojo con cada palabra. Miré a Edward y a Jasper, que se reían tan fuerte que se tenían que agarrar en uno en el otro. Rose y Alice no estaban mejor. Afortunadamente, todo el mundo a nuestro alrededor parecía estar desorientado y no sabían qué nos parecía tan divertido.- Vamos a iniciar la puja por 1.000$.

La puja comenzó y me reí en voz baja mientras Rose lanzaba miradas penetrantes a cada mujer que se atrevía a pujar por Emmett. Las asustó y al menos tres de ellas dejaron de pujar.

-Vale, tenemos una oferta de 30.000$. ¿Escucho 35.000?- Preguntó Esme. Riley sonrió y levantó el pala, uniéndose a la puja. Emmett, que había comenzado a recuperarse de la conmoción por la introducción, sacudió la cabeza enfáticamente.

-Espera un segundo, ¿puede hacer una oferta?- Preguntó, dirigiéndose a Esme con una mirada suplicante.- ¡Mamá!

Esme apartó el micrófono y le susurró.

-¡Si, puede! Y no vas a hacer ninguna escena en mi subasta.- Le lanzó una mirada que le dejó paralizado y con un puchero en los labios.- Tenemos 35.000$, ¿oigo 40.000?

La puja continuó entre Riley y una mujer de unos 40 años que parecía inmune a las miradas de Rose. Rose se puso en pié y caminó por la fila, dejándose caer en un asiento justo en frente de la mujer. No tenía ni idea de lo que le dijo, pero cuando Riley ofreció 50.000$ la mujer no pujó. Emmett miró con ojos suplicantes a Esme pero ella golpeó con su mazo y pronunciaba: “vendido”. Puso mala cara y volvió a su asiento, donde Jasper y Edward ni siquiera trataban de ocultar su diversión. Emmett se volvió hacia nosotros y le disparé una sonrisa triunfal. Sus ojos se estrecharon y luego empezó a sonreír. Mierda, estaba en problemas.

Rose volvió a su asiento y sacó su teléfono, enviando un mensaje rápido. Emmett cogió su teléfono del bolsillo y leyó lo que le había mandado, parecía que le habían pillado y le hubieran quitado lo que más quería, era muy cómico.

-¿Qué le has dicho?- pregunté con curiosidad.

Rose se rió en voz baja.

-Que si trata de pujar por Edward, se queda a pan y agua hasta la boda.- Oh, era buena. Y estaba claro porque si buen humor se fue cuando lo leyó.

Jasper fue llamado a filas y Esme leyó de nuevo mi presentación.

-Jasper Whitlock es uno de los mejores receptores de los Cardinals. Sus manos son legendarias.- Alice se rió junto a mí y murmuró que estaba de acuerdo.- Es un hombre del sur, procedente de Texas. Puede domar al salvaje Bucking Bronco sin sudar.- La sonrisa de Jasper se congeló y sus ojos se agrandaron. Parecía aterrorizado. Eso le enseñará a no dejar a Emmett usar su teléfono.- Iniciaremos la puja por 5.000$.

La puja comenzó y Alice saltó alegremente en su asiento, aplaudiendo cuando un postor levantaba la pala. Jasper no parecía tan contento, sobre todo cuando una señora de las filas traseras se unió.

-Esa es la señora Fuller-, Rose nos dijo, con ojos brillantes.- Cuenta muchas historias sobre sus perros. Tanto Jasper como Emmett estaban aterrorizados por si les compraba.

-¡Espero que gane!- Alice exclamó.

En el escenario, el puchero de Emmett se convirtió en una sonrisa.

-Doy 50.000$ por Jasper Whitlock-, gritó, ignorando por completo el hecho de que iban por 30.000$ y que no tenía pala.

Esme se detuvo y le miró, pero no podía decir nada ya que había dejado que un hombre comprara a Emmett. Jasper se volvió y miró a Emmett, quién se limitó a sonreír ampliamente.

-¿Tenemos 55.000$?

La Sra. Fuller levantó la pala y Emmett resopló, sacando su teléfono y mandando un mensaje a Rose antes de gritar

-75.000$- La Sra. Fuller hizo una pausa y Rose se levanto y caminó hacia ella, sentándose detrás y susurrándole algo que le impidiera levantar la pala de nuevo. Emmett sonrió triunfante cuando Esme le declaró ganador. Jasper se acercó y se sentó junto a él con dientes apretados, que se convirtió en un gruñido cuando Emmett le pasó un brazo por los hombros.

-Hola, guapo. Tu y yo vamos a pasar un buen rato esta noche.

Jasper le quitó el brazo con brusquedad y le dijo algo que no podía escuchar. Fue algo bueno, ya que hizo que Emmett echara la cabeza hacia atrás y se riera.

-Ya, ya, Thor, ¿cómo puedes hablar así a tu pareja?

Rose se volvió a nosotros y la pregunté de qué iba el mensaje de nuevo.

-Emmett me dijo que le dijera a la Sra. Fuller que se uniera con ellos en la mesa y que tendría todos los bailes que quisiera con su cita.- Alice se disolvió en un ataque de risa.

-Eres una novia bastante mala-, le dije.

-¡No puedo evitarlo! ¡Su cara! ¡Era la misma que puso en el desfile cuando le hice ponerse un chaleco tribal! No tenía precio.- Habló entre jadeos.

-Dado que nuestros hombres están comprados, uno por Riley,- Rose le sonrió.- ¿Eres mi cita de esta noche, Alice?

Su rostro se iluminó y dio una palmada.

-Bueno, podemos hablar de la boda.- Rose rodó los ojos, pero Alice no la hizo caso.- Vas a pedir a tu prima que sea dama de honor, ¿no?- Rose asintió.- Sé que Emmett elige a Jasper, Edward y a su amigo de la infancia, Garrett. ¿Alguien más?- Rose negó con la cabeza.- ¿Quiénes son tus otras dos damas de honor?- Preguntó Alice.

Rose miró hacia abajo.

-En realidad, tengo unas pensadas.- Suspiró y nos miró.- Sé que nos conocemos desde hace poco, pero ya que vuestros chicos estarán en la boda, ¿queréis ser mis damas de honor.

Alice me dio un codazo y sonrió.

-Nos preguntábamos cuándo nos lo ibas a preguntar. Tenía miedo de auto-invitarnos. Claro que lo haremos.- Asentí de acuerdo.- Ahora, hablemos de los vestidos.

Desconecté y eché un vistazo al escenario, donde Emmett y Jasper estaban teniendo una conversación acalorada. Los ojos de Edward estaban en mí y cuando le miré, sonrió. Estaba increíblemente guapo, y el esmoquin le quedaba perfecto, con su pelo habitualmente indomable, sus ojos verdes se enfocaron en mí como un rayo láser. Jasper le dijo algo y él negó con la cabeza, sin molestarse en apartar la vista en mí. Sentí que mi piel comenzaba a arder bajo esa mirada. Sabía que esta noche iba a tener suerte, no me importaba nada más, pero de la forma que me miraba me dieron ganas de ofrecer a Esme un millón de dólares y llevarlo al cuarto más cercano para estás con él.

Como si hubiera escuchado mis pensamientos, Esme sonrió y habló por el micrófono.

-Y por último, tenemos a Edward Cullen, mi hijo y mariscal de campo titular.- Edward se levantó y fue al centro del escenario, con los ojos puestos aún en mí. Era ajeno a todos los suspiros que levantó en la habitación y los murmullos de aprobación de las mujeres.

-Este hombre está muy bien en esmoquin.- Alice me dijo.- Y esa mirada. Jesús, Bella, ¿cómo es que no estás ardiendo?

-Lo estoy-, le susurré.- Por lo menos me siento así. ¿Estoy sudando?- Alice tocó mi frente y sacudió la cabeza. Gracias a Dios, el fuego solo estaba en mi interior.

Esme miró el papel y se rió.

-Edward podría haber sido confeccionado a partir del cuerpo del propio Zeus y haber tomado su lugar entre los dioses del Olimpo, pero estamos agradecidos de que esté aquí en la tierra.- Edward arqueó una ceja hacia mí y le sonreí con inocencia. Me sonrió en respuesta.

Detrás de él, la cabeza d Emmett giró y articuló “Zeus”, con una mirada pensadora. Asentí con la cabeza y se inclinó para preguntarle algo a Jasper. La respuesta de este le hizo gritar.

-¡No es más grande!- y eso es todo lo que necesitamos Alice, Rose y yo para soltar una carcajada. Esme lanzó una mirada a Emmett y se calmó de nuevo, pero el puchero volvió a su cara. Esta noche estaba triunfando, y eso que el gran premio aún no lo había conseguido, pero lo haría.

-Ha conseguido muchos logros dentro del campo, y su padre y yo estamos orgullosos de él, pero estamos mucho más orgullosos por el hombre en el que se ha convertido.- Edward apartó su vista de la mía para sonreír a su madre antes de volverse hacia mí con una mirada expectante. Asentí con la cabeza.- Vamos a iniciar la puja con 5.000 dólares.

Las ofertas empezaron, rápidas y furiosas, me sorprendió el gran número de mujeres que participaban. Algunas habían ofrecido en Jasper y Emmett, pero la mayoría se notaba que estaban esperando a que llegara Edward. Mi Edward. Llegó a 50.000$ antes de que pudiera parpadear y la rapidez de las apuestas no disminuyo. Me senté y esperé, decidiendo que el método de Riley era el mejor.

La puja llegó a los 100.000 dólares, que de momento era el más alto de la noche y todavía habían tres mujeres involucradas. Una de ellas tenía unos 30 años, con pelo largo y negro y una figura imponente. Ya la odiaba. Otra rondaba los 40 años, con el pelo recogido en un moño rubio intenso y su rostro inmóvil, ya sea porque estaba realmente seria o porque el botox no la dejaba mover la cara. Seguramente ambas cosas. La otra tenía unos cincuenta años y parecía ser una de las amigas de Esme. De hecho, Esme frunció el ceño cuando ofreció 125.000$ y me pregunté si no estaba tratando de mandarle un mensaje para que se retirara.

Con el tiempo lo hizo, y las otras dos no pararon hasta que la oferta fue de 200.000$. Tragué saliva, horrorizada ante la idea de gastar tanto dinero, pero Edward no parecía inmutarse, no dejó de mirarme con ojos hambrientos. Sería una ganga a cualquier precio.

-225.00 dólares-, declaró la rubia. Vi a la mujer de cabello oscuro sacudir la cabeza, era mi turno.

Levanté mi pala.

-250.000- dije, ruborizándome cuando todos me miraron. Alice saltó a mi lado y Rose lanzó una sonrisa desafiante a la multitud. Todavía tenía ganas de pegar a alguien y pensaba que podría ser a la rubia si me desafiaba.

La rubia me miró.

-275.000$

-300.000$ dólares-, repliqué. Un murmullo se oyó entre la multitud. Esme me sonrió, Edward me siguió mirando y Emmett alzó los brazos al aire detrás de Edward, gritando sin voz. Rose siguió mirando a la mujer, para intentar asustarla, pero ¿cómo podía saber si la había asustado si su cara estaba inmóvil?

-325.000$.

Me respondido con 350 y yo a ella con 375. Sentí que mi sangre corría por mis venas y mi lado competitivo saltó.

-Medio millón.- Los jadeos fueron acompañados con mi oferta. La mirada de Edward no cambió y no parecía irritado por la ridícula cantidad de dinero que acababa de gastar. La rubia resopló pero no hizo una contraoferta.

-A la una, las dos, vendido a la bella dama de rojo por 500.000$.- LA alegría de Esme estaba más que clara cuando dictó a la ganadora. Ahora que la subasta había acabado me sentí al borde de desvanecerme. Jesús, ¿había gastado medio millón de Edward? Alice me abrazó, Rose estaba animada y Esme estaba radiante, como si acabara de ganar la lotería. Edward... Edward estaba ardiente mientras me extendía su mano hacia mí.

Salí de las manos de Alice y me dirigí hacia él. Sólo estábamos a tres metros de distancia, pero parecía que estábamos a más de un kilómetro. Finalmente estuve lo suficientemente cerca y le cogí la mano. Me arrastró al escenario.

-Hola-, susurró suavemente.

-Hola a ti también.- No podría alejarme aunque quisiera. Tenía que tocarle. Pasé mi mano izquierda por su pelo y me mostró una sonrisa devastadora antes de que sus labios descendieran sobre los míos. Entonces, eso era lo único que me importaba. La sala llena de gente, su ex encerrada en el baño, Emmett haciendo el tonto detrás, tu madre y su padre, todo desapareció y solo estuvimos él y yo, tal y como debía ser. Nos besamos durante minutos u horas, o días, no sabía. Finalmente se retiró, besando mi nariz antes de sonreírme de nuevo.

-Te extrañé.

Me reí y le envolví con mis brazos.

-Yo también te extrañé.

Se rió y me abrazó.

-¿Estás segura? Parecía que te lo estabas pasando bastante bien mientras que yo estaba atrapado en una habitación llena de hombres medio desnudos.

-Eso suena bastante divertido-, le dije. Frunció el ceño y le besé de nuevo.- Estuvo interesante por aquí fuera-, le dije cuando me separé para tomar aire.

-Interesante podría ser la palabra-, murmuró.- Siento mucho lo de Tanya. Mi padre me lo contó. Dejé un mensaje a Victoria, pero no me ha devuelto la llamada.- Hizo una mueca.- ¡Qué sorpresa!

-Ejem-. Nos giramos, para encontrarnos a Esme sonriéndonos.- No es que no estemos disfrutando del espectáculo, pero es posible que queráis continuar en otro lugar.- Miré a mi alrededor y me di cuenta de que todos los ojos de la sala estaban puestos en nosotros. Muchas mujeres me miraban con enfado y me acerqué un poco más a Edward. Sis brazos se apretaron a mi alrededor mientras nuestras miradas se encontraron, me dedicó una mirada irresistible y se dirigió a la multitud.

-Siento el espectáculo. Pero tenía que agradecer a mi novia que se hubiera gastado una pequeña fortuna para reclamar lo que es suyo.- Varios rostros cayeron ante sus palabras, pero algunas personas comenzaron a sonreír. Al igual que yo, no fueron capaces de resistir a la sonrisa de Edward Cullen.

Se volvió hacia mí y se llevó mi mano a los labios.

-Creo que me debes el primer baile-, me dijo.

Me reí.

-Creo que es al revés. Yo te he comprado, después de todo, tu me lo debes.

Sonrió y me llevó hacia el escenario. No sé cómo lo hizo, pero una mirada a la orquesta bastó para que empezaran a tocar.

-Eso hago.- Me tomó en sus brazos y ahí estaba yo, bailando con mi novio. Algunas parejas se unieron a nosotros y bailaban simultáneamente a nuestro alrededor.

-Gracias,- me dijo, apretando su agarre en mi cintura mientras nos movíamos con la música.

-¿Me estás dando las gracias por gastar medio millón de dólares que tu has ganado duramente?- Le pregunté con una risita.

Sonrió y me besó la mejilla.

-No, te estoy agradeciendo que seas mía. Te estoy dando las gracias por estar aquí, en mis brazos en estos momentos, y te estoy dando las gracias por amarme.

-Creo que sería imposible no hacerlo-, le dije, porque sinceramente, ¿quién no se enamoraría de este hombre? ¿Cómo podía ser tan afortunada?

Pasó los pulgares a lo largo de la curva de la espalda y me fundí en él.

-Estás espectacular-, me dijo. Me sonrojé y hundí mi cara en su cuello.- Lo digo enserio, Bella. Casi me trago la lengua cuando te he visto. Nunca he visto a nadie más hermosa.- Le miré y sonreí suavemente.

-Creo que tu corazón, ese y este.- Señalé su pecho y luego a mi colgante.- Es lo que completa el look.

Los ojos de Edward se oscurecieron y me besó de nuevo, esta vez más fuerte.

-No puedo esperar a llegar a casa y verte sólo con el collar puesto-, murmuró. Sentí una ráfaga de deseo atravesarme ante sus palabras. Tal vez nos podíamos ir a una habitación al lado de la de Tanya y ponernos manos a la obra mientras ella lo escuchaba todo. No, era una idea divertida, pero no quería que nadie nos escuchara mientras estuviéramos haciendo el amor. Eso es solo para nosotros.

Unas voces llamaron nuestra atención y Edward y yo miramos a un lado de la pista de baile, donde Jasper y Emmett estaban discutiendo.

-Soy tu dueño y quiero bailar-, dijo Emmett, sis ojos azules brillaban con alegría.

-Baila con tu cita-, Jasper le dijo, la irritación estaba plasmada en su hermoso rostro. Rose y Alice estaban cerca de ellos, riéndose.

-Si, pero luego bailaré con él-, dijo Emmett.

-Seguramente no lo harías-, Jasper respondió acaloradamente.

-¿Quieres apostar?- Preguntó, sus ojos estaban iluminados por el reto.

-No.

-Una lástima, ya está hecho.- Emmett se acercó a Riley y le tendió la mano.- Creo que te debo un baile.- Riley se echó a reír, pero se unió a Emmett.- ¿Quién es la chica?- Preguntó Emmett.

-Tu-, respondió Riley, rodeando la cintura de Emmett con sus brazos. Emmett sonrió y puso el brazo sobre el hombro de Riley. Se volvió hacia Jasper.

-Ya que no quieres bailar conmigo, por ahora, bailarás con tu segundo postor.- La Sra. Fuller apareció al lado de Jasper y él suspiró, pero la siguió hacia la pista. Edward se reía contra mí, sus músculos se agruparon por debajo de su esmoquin. Lo único que quería era desabrocharle la camisa y pasar mis dedos por sus magníficos abdominales.

-¿Tenemos que quedarnos a cenar?- Le pregunté con ansiedad.

Me miró por un momento, sus ojos verdes brillaban en la luz.

-Si no cenamos aquí esta noche, te llevaré esta semana o la siguiente a cenar a un restaurante real.

-¿Edward Cullen, me estás invitando a salir?

Asintió con seriedad.

-Si, Bella Swan, creo que si.

Levanté la mano y tracé su pómulo.

-Entonces, estoy más que feliz en aceptar.

Su sonrisa iluminó su rostro.

-Bueno. Entonces podemos irnos.- Empecé a moverme por la pista de baile, pero me paró.- Justo después de hacer una cosa. Espera aquí.

Se acercó a la banda y le susurró algo al oído del líder. Quién asintió y Edward volvió. La música cambió y reconocí la melodía. Sentí que mi corazón comenzaba a latir con fuerza mientras me envolvía de nuevo en sus brazos.

-The lady in red is dancing witth me, cheek to cheek.- Cantó. Su voz era un susurró pero aún seguía siendo hermosa y me moví contra él.- I never will forget, the way you look tonight.- Me besó la oreja mientras cantaba las palabras, enviando escalofríos por mi espina dorsal. Mis brazos se apretaron a su alrededor a medida que oscilábamos y cantaba.

Cuando la canción termino, se echó hacia atrás y me sonrió.

-El primer y el último baile.

-Siempre seré tuya-, le dije, puse todo mi corazón en las palabras. Era lo más cerca que había estado de decirle que iba a estar siempre con él, si él quería.

-Eso espero-, respondió, besándome otra vez.- Ahora, ya que tu tienes la última palabra esta noche, ganadora, ¿querías que te sacara de aquí?

So voz era puro sexo y apreté los muslos en una reacción automática.

-Si, yo te poseo esta noche, ¿no?- Mi voz estaba sin aliento, pero no pude evitarlo.

Edward me sonrió con malicia.

-Eso es cierto. Soy tuyo para hacer lo que quieras.

Todo tipo de imágenes llenaron mi mente, todas ellas involucraban a Edward desnudo.

-Llévame a casa, ahora.

-Si, mi señora.- Tomó mi mano entre las suyas. La noche había sido casi perfecta y todo apuntaba a que iba a mejorar.

 

…..................

Hola!! Un capítulo muy largo, no creéis? Jaja. Chicas hasta el lunes no puedo subir el Outtake, porque me voy ahora hasta el lunes, así que el lunes os veo aquí con el Outtake.

¿Qué os ha parecido la subasta? Tanya es una zorra, pero bueno, la dieron su merecido.

Emmett al final compró a Jasper jaja y que Emmett fuera comprado por Riley, con solo imaginarme su cara no puedo parar de reírme.

¿A quién queréis comprar, a Hércules, Bucking Bronco o a Zeus? Yo personalmente me quedaría con todos jajaj pero eligiendo... a Zeus compraría. ¿Y vosotras? :)

Esta semana también actualicé antes, eso no quiere decir que ya vaya a ser así, sólo cuando no pueda actualizar los sábados.

Os espero también en Words With Friends.

 

Espero vuestros votitos y comentarios. Un beso!

Capítulo 22: Retrasmitiendo Capítulo 24: Outtake: Segunda Cadena.

 
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