Primero y Diez (+18)

Autor: nicoli
Género: + 18
Fecha Creación: 18/03/2013
Fecha Actualización: 26/10/2014
Finalizado: NO
Votos: 33
Comentarios: 191
Visitas: 133934
Capítulos: 35

Bella Swan es una aspirante a reportera de deportes cuando le es asignado entrevistar al más grande de la liga, por no mencionar al mas caliente, el quarterback Edward Cullen ¿Le enseñará Edward Cullen las reglas del juego? O ¿ella le enseñará una o dos cosillas? 


Esto es una traducción y su autora es Nolebucgrl, podéis encontrar el fic original en esta página: http://www.fanfiction.net/s/5874934/3/First-Ten

Estoy autorizada por la autora a traducir esta historia.

 

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También os invito a pasaros por mi otra traducción conjunta, Words With Friends, junto a CARLAROBPATT. Aquí os dejo el link: http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=3920

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Capítulo 18: Entrevista después del partido

EPOV

 

¿Donde estaba el compinche? Quería salir de aquí e irme a casa donde Bella me estaba esperando. La conferencia de prenda se había prolongado interminable y ahora mi padre estaba sentado aquí por mi hombro cuando podría estar en la ducha con mi desnuda y sexy novia. Quería a mi padre, pero era Bella desnuda.

-Papá, ¿dónde está el compinche? Siempre es puntual.- Mi padre negó con la cabeza mientras examinaba mi hombro izquierdo. Ware me había golpeado muy fuerte y sentía un poco de dolor, pero no estaba mal.- Estoy bien, papá.

-Buddy no va a venir, Edward. Tuvo un ataque al corazón y ha enviado a alguien para hacerte la entrevista.- Genial, ¿dónde coño estaba esa persona? Papá empujó un poco mis costillas para comprobar que estaban bien y yo rodé los ojos. A veces tener a tu padre como el médico era una mierda. Todo el mundo conspiraban en contra de mi deseo de desnudar a Bella.

-¿Está bien?- Lo conocía desde hace tres años y aunque me había despedazado, en lo que a preguntas se refiere, siempre había estado en lo cierto. Nos respetábamos mutuamente y me gustaba ese tipo. Bella le quería. Mierda, ¿voy a tener que decirle que está en el hospital?

-Está bien, creo. Coach dijo que le dio un leve ataque al corazón y la cirugía del bypass es simple. Esto ha sido mas bien una advertencia.- Mi padre sonrió un poco.- No estará muy emocionado con su nueva dieta, pero si quiere vivir, tendrá que cumplirla.

Sonreí ante la idea de que alguien le dijera al compinche que tenía que renunciar a las hamburguesas con queso y patatas fritas y a las galletas de Bella. Bueno, de lo último, más para mí. Bella... joder, ¿dónde estaba el entrevistador?

-¿Y dónde está ese tipo? Se suponía que tenía que haber llegado hace veinte minutos y tengo que llegar a casa.- Tal vez debería llamar de nuevo. La había llamado antes de entrar a la conferencia de prensa, pero saltó el buzón de voz, no tenía el móvil encendido.

Mi padre dio unas palmaditas en mi brazo.

-Estoy seguro que estará aquí pronto, Edward. Es nuevo, al parecer. Probablemente se perdió de camino a los vestuarios.- ¿Cómo podría ser eso posible? Si había ido a la conferencia de prensa, no es que estuviera lejos. Estaba en el mismo nivel.

-Buddy nunca me hizo esperar-, dije, sonando como un niño caprichoso.

Mi padre se rió de mí por la cara que puse, como pensaba que haría.

-Estas muy ansioso de salir de aquí. Me pregunto por qué será...

Como si no lo supiera. Padre sarcástico, madre entrometida, amigos chismosos... mi vida al final no era mía. No iba a decirle lo que quería.

-Claro, papa. ¿El entrenador menciono como se llamaba el nuevo?

-Apenas pude oírle, creo que sonaba como Billy Swanson ¿tal vez? Nadie ha oído hablar de él.- Apretó la bolsa de hielo sobre mi hombro de nuevo.

¿Billy Swanson? Ese nombre no me era familiar y se parecía mucho al de mi chica. ¿Podría ser? Cerré los ojos y traté de imaginármela caminando hacia los vestuarios para hacerme una entrevista. ¿Desde cuando hacía tanto calor? Sería como porno cursi, pero Bella seguramente que no vendría. Sueno, podría, pero tenía que trabajar, aunque fuera ella. Papá seguramente había escuchado mal y yo estaba dejando volar mi imaginación.

-Hola ¿puedo ayudarte?- El reportero misterioso debió de haber llegado. Abrí los ojos y miré a la derecha a esos hermosos ojos castaños que sostenían mi corazón. Era como si mi fantasía porno cobrara vida. Llevaba una blusa blanca que moldeaba sus deliciosos pechos a la perfección y una falda negra que dejaba ver esas largas y hermosas piernas que movía por verlas envueltas en mi cintura. Parecía nerviosa y con los ojos muy abiertos y se mordía el labio mientras pasaba el peso de un pie a otro. No podía creerme que estuviera aquí. ¿Por qué no me lo había dicho?

Apartó sus ojos de los míos y se centró en mi padre, tomó una respiración profunda que hizo que su pecho sobresaliera un poco mas. Mis dedos se flexionaron por la necesidad de tocarla, para asegurarme de que era real.

-Hola, Dr. Cullen, mi nombre es Bella Swan y estoy aquí para entrevistar a Edward para el periódico “The Republic”. Perdón, llego tarde, esto está hecho una casa de locos.

¡Realmente estaba aquí y me iba ha hacer la entrevista! No sabía que hacer.

-¿Eres Billy Swanson?- Solté sin pensar, porque ¿cómo iba esto a no ser un sueño? Mi padre dejó escapar una risa tranquila junto a mí. Sabía, por supuesto, quién era. Y le hizo gracia. Todos eran así.

Bella me miró, estaba muy hermosa cuando estaba molesta.

-No, mi nombre es Bella Swan, quién te dio el nombre claramente se equivocó.- El sarcasmo goteaba de su voz y sentí que mi polla se contraía por el calor de su voz.

-Tal vez debería dejarlos solos-, mi padre interrumpió y me entregó la bolsa de hielo.- Edward, ¿vienes mañana a cenar?

-Claro.- Se fue y me quedé mirándola mientras miraba el calor de sus ojos. Era consciente de que solo llevaba una toalla cubriéndome y esperaba que no estuviera ahí durante mucho tiempo.

-Así que, Sr. Cullen, ha tenido una noche estupenda.- Sr. Cullen, ¿eh? Me encantó. Era como en el porno. Emmett se morirá de celos. Le lancé mi sonrisa sexy como respuesta.

-Oh, ¿así es como estamos jugando?- Ella levantó una ceja y yo le respondí con una sonrisa. Esto se ponía más caliente por momentos.- Si, señorita Swan, tuve una noche estupenda.- Y será mucho mejor, o eso espero. La recorrí con la mirada todo el cuerpo, tal y como un actor porno haría.- Y parece que está mejorando por momentos.- Sonreí de nuevo y esperé con ansiedad para ver que diría después.

Cruzó la habitación hacia mí, sus caderas se balanceaban debajo de esa falda tan sexy que quería arrancar de su cuerpo. Se detuvo a pocos centímetros de mí y a esa distancia se la podría haber arrancado, pero quería ver como quería jugar.

Metió la mano en su bolso y sacó la grabadora que fue la causante de que termináramos antes de ni siquiera haber empezado. Me entraron ganas de reír al recordarlo, pero me contuve.

-¿Le molestaría si grabo la conversación?- Preguntó, mirándome de forma desafiante para que supiera que no quería réplicas. No me importó. En esta ocasión, que se grabara todo esto no me importaba lo más mínimo.

-Claro-, le dije, sin hacer nada por ocultar mi diversión por la situación en la que estábamos. Antes me preguntaba cómo sería que ella me entrevistase. Ahora lo estaba averiguando y era mil veces mejor que lo que había imaginado, aunque estaba un poco preocupado por lo que ella pensara al respecto. Estaba sorprendido por todo esto, pero eso no iba a dejar que pasara la oportunidad de vivir esta fantasía. Con eso en mente, me moví sobre la mesa de masaje, dejando que mi toalla se abriera un poco. Resistí el impulso de reírme de nuevo cuando sus manos se cerraron en puños y su boca formó una sexy “o”.

Bella sabía lo que estaba haciendo y se mordió el labio, sabiendo lo que eso causaba en mí. Mi polla respondió y me susurró la palabra “follar” antes de que pudiera detenerla.

Sonrió, encantada con su victoria.

-¿Qué fue eso, Sr. Cullen?

-Nada, señorita Swan. Por favor, llámame Edward, “Sr. Cullen” es el nombre de mi padre.- Esto se convertía en un bucle cada vez que me llamaba así. Aunque se trataba de una fantasía, ella seguía siendo mi Bella y yo seguía siendo su Edward.

No respondió, puso a grabar la grabadora y la dejó en la mesa de masajes, sin apartar la mano de encima y a mi lado.

-Edward, ¿que te hizo pasar la pelota a Whitlock en la primera serie de la segunda mitad, cuando estaba claramente cubierto por tres hombres de “DBs”?- Joder. Esa era una de las muchas razones por las que la amaba. Ningún reportero se atrevía a preguntar eso al principio, no hacen críticas tan claras en una pregunta. Mi chica conocía bien mi deporte y ella me conocía a mí.

Incliné la cabeza, mirándola y le di mi mejor sonrisa.

-La atrapó, ¿verdad?

Bella sacudió la cabeza, el pelo largo y castaño le frotaba suavemente contra los pechos. Tragué e intenté concentrarme

-Claro, pero no fue un pase seguro. El riesgo de lanzar una intercepción era, sin duda, superior a completar el tiro.

No podía dejar de sonreír. Seguramente que me parecía en estos momentos a un loco payaso, pero era demasiado fantástica y no lo podía evitar. La miré, sin molestarme en disimular cuanto la quería.

-Siempre completo mis pases.- ¡Ha! Parecía a punto de derrumbarse con mis palabras. Solo espera a que te toque, Bella.

Me miró y me sonrió en respuesta.

-Lanzaste una “Pick Six” la semana pasada- respondió, entrelazando el sarcasmo con la profesionalidad. ¡Sabía que eso no fue mi culpa! Incluso lo señaló en la cinta del partido.

-Se debió a que el estúpido de Mike tenia sujeto a Jasper y los árbitros estaban jodidamente ciegos para no verlo.- Escupí, todavía enojado por ese partido.

-Bueno, una selección es una selección.- Señaló, obviamente sintiéndose satisfecha con sigo misma a juzgar por su mirada.

-Hoy no hice ninguna-, le respondí. Para eso estaba aquí, ¿no? Para hacerme una entrevista de hoy. Estaba empezando a hervir. Su papel de reportera era divertido al principio, ahora no tanto.

-No, no lo hiciste. Lanzaste 28 de 33 con 438 yardas al aire, un día muy impresionante.- No hay duda de ello, me enorgullecía oir eso de ella y me calentaba más.

-Gracias.

-Corriste el doble de jugadas y la mayoría de ellas fue por el suelo y esquivaste a la mayoría de los que iban a por ti y después subiste por dos touchdowns. ¿No crees que deberías trabajar en equipo un poco más?

Mis labios se movieron con diversión por el tono de su voz. Sonaba como una profesora, otra fantasía en la que tendríamos que trabajar algún día.

-Yo no hago las llamadas, el coordinador ofensivo las hace.- Sabía que la molestaría, porque daba a entender que no sabía ni las normas básicas del fútbol.

-Soy consciente de eso, pero también soy consciente de que tiene la tendencia de cambiar el juego en la línea. Llama a su propio juego. Tu, Brandy y Manning son los tres únicos quarterbacks en la liga con autonomía para cambiarlo. ¿Me estás diciendo que cada uno de tus tiros fue llamado por el “CO”?

Le sonreí, la amaba mucho y estaba dispuesto a responderla con una respuesta de mierda. Cambié de posición de nuevo encima de la mesa, la toalla se subió un poco más y los ojos de Bella se fueron hacia mi pierna. Me reí por su obvio recorrido por mi cuerpo.

-No, señorita Swan, hice ajustes basados en la defensa. Ellos estaban poniendo ocho, así que tenía sentido tirar. Ellos habrían ganado la carrera.

Me miró de nuevo.

-Estuviste demasiado seguro de que no te empujarían. Te obstaculizaron en dos tercias partes de las jugadas de pase, sin embargo nunca caíste. ¿Cómo puedes estar tan tranquilo sabiendo qué te van a obstaculizar o que van hacia ti?

Sonreí, estaba a punto de hacer muy feliz a Emmett.

-Fácil. Tengo a McCarty cubriéndome la espalda. Quitaría a su propia madre antes de dejar que alguien me golpee. Es el mejor en lo que hace.-. Tenía la esperanza de que usara eso. Podría llegar a traer su collage y ponerlo en las taquillas.

-Su contrato está de acuerdo contigo,-. Respondió con tono seco. Emmett había estado hablando durante semanas sobre su nuevo contrato, era una molestia.

-Vale la pena cada céntimo.- Una vez más, que lo ponga, ya que cerraría su boca. Oh, ¿a quién quiero engañar? Nunca se callará.

-Nunca me contestaste por qué hiciste el pase a Whitlock.

Me reí y sacudí la cabeza. Confiaba en que Bella no se la pasara.

-Jasper y yo podemos hacer esa jugada hasta dormidos. Se la podría lanzar con once tipos cubriéndolo y el la cogería una y otra vez. Él sabe perfectamente como y en qué momento hacerlo.

Bella tenía la mirada hambrienta, tal y como cada vez que lo hacíamos.

-Dallas tiene una defensa bastante buena, pero la destrozaste hoy. ¿Cómo te las arreglas para hacer que Jenkins y Howard parezcan aficionados?

Miré a mi chica, pensando en que decir para no insultar al otro equipo. Ella lo sabía mejor que yo. Me reí y me incliné hacia atrás, haciendo que la toalla se abriera un poco más. Bellas estaba completamente fascinada y prácticamente se estaba lamiendo los labios. Puse mi mano sobre la mesa, con los dedos a un centímetro de los suyos. Tragó saliva audiblemente y sus dedos se movieron pero no cerró la distancia.

-Esas son tus palabras, no las mías, no necesito darles guerra a esos chicos, lo mas probable es que nos veamos en los playoffs.- Otra respuesta fácil, a ver que hacía con eso.

-Pareces muy seguro de que vais ha llegar a los playoffs.

¿Cuándo no lo he pensado? Me encogí de hombros y sentí que mi hombro se entumecía, así que lo rodé un poco.

-¿Quieres que te de un masaje?- La expresión de su rostro era impagable. Se había vuelto de color rojo brillante y parecía que quería salir corriendo.

Oh nena, quiero que me masajees bien y lo sabes. Me lamí los labios y ella se puso aún más roja. Era hermosa, incluso cuando se parecía a una fresa, y era igual de deliciosa, si no más. Pensé en decir algo de forma descarada, pero podría poner fin a la situación extremadamente erótica en la que nos encontrábamos.

-Eso sería muy amable de su parte, señorita Swan-, dije, con la voz suave, sabía que se volvería loca. Rápidamente se puso detrás de mí y puso sus manos sobre mis hombros. Todo mi cuerpo se tensó ante su toque y mi polla se movió de nuevo. Empezó a frotar y gemí por lo bien que se sentía. Sentía como si hacía años, en lugar de horas, que no me había tocado.- Se siente increíble.- Dejé que mi cabeza cayera hacia delante y disfruté de la sensación de sus manos moviéndose sobre mis hombros y espalda.- Creo que esta es mi entrevista favorita- la informé. No era nada. Lo sé. Y la íbamos a rematar, si ella quería. Empezó a quitar las manos y de inmediato me di cuenta de lo que podría haber interpretado, en especial mi Bella. Si, era lo más caliente que había hecho en mi vida, pero ella me estaba desafiando y estaba haciendo preguntas que el 95% de los periodistas no harían. La cogí las manos y las sostuve.- No quise decir eso, Bella. Tus preguntas son perspicaces, me desafías cuando te doy una respuesta fácil, y respondes a las insinuaciones con clase, eres impresionante. Sin duda, mi entrevista favorita.- Vamos, cariño, sabes que aprecio tu mente tanto como tu cuerpo.- Apartó mis manos de las suyas y se instalaron de nuevo en mis hombros, comenzando de nuevo a frotar, había salvado el momento.- En respuesta a tu pregunta, solo tenemos que ganar uno más y hacernos con la división. Dos más y nos aseguramos para los playoffs. Lo quiero tanto que ya puedo saborearlo.

Bella apretó un poco más fuerte mis hombros y me tragué un gemido. Iba a explotar en poco.

-¿El año pasado te dejó un sabor amargo, no es así?

Si. Siempre sería así, incluso si ganábamos la Super Bowl este año.

-Nos superaron. The Saint dominaron nuestras defensas y tuve mi peor día desde que entre en la liga. Dos intercepciones inexcusables. Me gustaría pensar que si Whitlock no hubiera estado lesionado el resultado hubiera sido muy diferente, pero ¿qué te puedo decir?- Como siempre que pensaba en ese partido, me puse nervioso, la irritación siempre sacaba lo peor de mí.

-Hey, relájate, es como si estuviera haciendo nada si no lo haces-, señala certeramente, presionando contra mí con mas fuerza para tratar de relajarme de nuevo.

Había mejores maneras de relajarme y ella lo sabía.

-Sospecho que me podrías ayudar a relajarme fácilmente-, murmuré. Bella no dijo nada, pero sus manos hacia mis brazos y Zeus se hizo notar por su proximidad. Volvió después a los hombros, para mi decepción, antes de volver a la mesa. Al instante perdí su contacto.

-Gracias por la entrevista. Ya tengo todo lo que necesitaba-Su voz era tranquila y no me miraba. Desde luego, yo no había conseguido todo lo que necesitaba y sabía muy bien que ella tampoco. Apagó la grabadora y se la metió en el bolso, lo deslizó por encima del hombro y se volvió para irse.

-¿En serio?- Pregunté en voz baja, a pesar de que no había duda en mi mente de que ella quería. Se dio la vuelta, mirándome como si estuviera atrapada. Sus ojos estaban muy abiertos y su cara estaba enrojecida, sabía que no iba a salir de ahí antes de que yo la tuviera.

-Si,- chilló, dando un paso lejos de mí.

Me puse de pie y di un paso hacia ella.

-¿Estás segura?- Sus pezones se endurecieron con mis palabras, se notaban debajo de la pequeña superficie de la camisa blanca.

Tenía los ojos en los míos mientras me respondía.

-No.- Eso estaba mejor.

Caminé hacia ella de nuevo, esta vez sin detenerme hasta llegar a ella. Se apartó de mí y se presionó contra las taquillas. Puse mis brazos a cada lado de su cuerpo, empujándola. Si, nena, estás en mi red y no vas a salir nunca de ella.

Me incliné hacia ella, mis labios estaban a solo un suspiro de distancia con los suyos.

-¿Qué mas puedo hacer por usted, señorita Swan?- Llegué a ella y recorrí con mi pulgar su mandíbula. Mis manos estaban sobre ella, pero no quería ir demasiado rápido. La toqué suavemente, observando la piel de gallina que obtenía al trazar su delicada piel. Volvió la cabeza y chupó el pulgar, moviendo su lengua contra él igual que lo hacía cuando me chupaba la polla, gemí en respuesta, presionando mi cuerpo contra ella, dejándola sentir el efecto que produce en mí.

Cerró los dientes ligeramente alrededor de mi pulgar mientras lo sacaba para volver a deslizarlo dentro, mis ojos casi se ciegan por la sensación. La besé en la mejilla y su mandíbula hasta llegar a la oreja. Chupé el lóbulo, mordisqueándolo con suavidad, lo que sabía que la volvía loca.

-No has respondido,-le susurré al oído, sintiendo como temblaba por mis palabras.- ¿Que mas puedo hacer por ti, Bella?

Soltó mi pulgar y apoyó la cabeza en las taquillas. Se rindió, por fin.

-Tu, te quiero a ti-, susurró. Mientras la mordisqueaba la oreja sonreí, había ganado. Bueno, los dos habíamos ganado.

Me aparté y le sonreí y eso fue todo lo que necesitó para atacarme. Se mordió el labio inferior, lo que hizo gemir y empujé hacia ella, hacia los armarios de nuevo, tendría que estar incómoda, aunque parecía que no la importaba, ya que movía su cuerpo contra el mío como invitándome.

Rompí nuestro beso y pasé la lengua por sus labios, disfrutando de su sabor.

-¿Sabes, Bella?, soy una persona muy competitiva.- Era hora ver lo que hacía mi chica.

-Soy consciente de que la mayoría de los atletas lo sois.- Su tono se agravó y no pude ocultar mi diversión ante su impaciencia.

-Soy tu primera entrevista ¿no?- Por supuesto que lo era, pero este era mi juego y tenía que desempeñar un papel.

-Si, lo eres.- Un pequeño puchero se posó en su cara. Quería besarla.

La sonreí de nuevo, empujando al genio a responder, ya que estaba como bloqueado.

-Bueno, creo que es muy importante que sea la mejor entrevista de tu vida. Y no puedo soportar ser el segundo, como ya te habrás dado cuenta. Quiero destacar, para que nunca olvides tu primera vez.

Sus ojos se abrieron y sus fosas nasales igual y juraría que sus pezones se pusieron más duros con mis palabras.

-Eso es, probablemente, muy difícil. Estoy segura que entrevistaré a cientos, o quizás miles jugadores de fútbol casi desnudos en mi vida.- La ira me llenó ante esa idea.-Pronto esto se me hará difícil de recordar y serás uno entre los demás.

Eso se pensaba ella. Sus labios se movieron al pensar que había ganado.

-Eso suena a desafío, señorita Swan.

Sus ojos brillaron de diversión, emocionándome, a pesar de mi irritación.

-Usted es muy observador, Sr. Cullen.

Era hora de volver a tomar el control de la situación

-Dicen que nunca se olvida al primero.- Le dí una sonrisa de triunfo, porque sabía que nunca se olvidaría de esto.

-A veces el primero merece la pena ser olvidado-, respondió. Me reí, recordando cómo perdió la virginidad con su novio de la secundaria, me lo contó una tarde. Tenía razón, aveces era fácil olvidarlas.

-Bueno, entonces, supongo que tendré que hacer que esto sea inolvidable, ¿no?

Arqueó una ceja.

-Si piensas que puedes, no te voy a parar.

Desafío aceptado, querida.

-Dígame, señorita Swan, ¿ha follado alguna vez en un vestuario?- Sacudió la cabeza, sus ojos estaban aturdidos. Sabía que le encantaba que me pusiera agresivo con ella. Hoy no iba a ser eso un problema. La miré de arriba a abajo, admirando su perfecto cuerpo. Pronto, lo veré todo mejor. Nunca me cansaba de ella.--Por supuesto que no, una mujer con una apariencia tan dulce e inocente como usted, con sus enormes ojos marrones y ese labio que sigue mordiendo... la mayoría de los hombres serían muy suaves con usted.- Por lo general yo lo era con ella. Saboreaba de ella todo el cuerpo. Pero la mayoría del tiempo era así.- Tocarían cada pulgada de su cuerpo con toques ligeros como una pluma, seguidos por suaves besos que apenas podría sentir- ¿Lo recuerdas, nena? ¿Recuerdas como te toqué anoche?- Se tomarían su tiempo en memorizar cada parte de su cuerpo, saborear todos sus sabores para luego deslizarse suavemente dentro de ti y hacerte el amor toda la noche. ¿Suena bien, señorita Swan?- Mas o menos eso hicimos el sábado por la noche.

Me sonrió y sabía que su mente estaba donde yo quería.

-Si, suena muy bien.- Respondió sin aliento. Dios era muy emocionante.

Saqué la blusa por fuera de la falda, absteniéndome de tocarle su suave piel y simplemente jugando con los extremos de su blusa. Estaba molesta, me di cuenta, ahora su mandíbula estaba apretada. Me reí y moví mis manos hacia el cuello de su camisa, tocando su hermoso cuello con mis dedos.

-Bueno, señorita Swan, ya que ya ha sentido eso, por supuesto, no sería nada memorable para usted ¿verdad?- Eso era mentira, lo recordará, al igual que yo, pero no iba ha hacerla el amor en este vestuario. La iba a follar y no iba a esperar mucho más.

-Puede ser-, sugirió, había un ligero zumbido en su tono que me hizo sonreír. Seguí sin tocarla a penas, viendo como reaccionaba con mis dedos sobre su piel, su respiración estaba acelerada, con el pecho agitado y sus ojos llenos de lujuria. Me encantaba que me mirara así.

-Puede ser no es lo bastante bueno para un tipo como yo. Tengo que ser mejor que cualquier otro.- Lo sería, y también sería el último.

-Creo que va ha tener que ponerse en contacto conmigo cuando cumpla unos sesenta años y le haré saber si ha sido así.- Respondió con una sonrisa.

Sabía que estaba intentando salirse de esta, pero no la iba a dejar. Cuando cumpla sesenta estará aún conmigo, estaba seguro.

-Oh, yo creo que lo sabremos antes.

-No sabre nada hasta que me folles, ¿o si?- Preguntó, la ira estaba en su tono.

Buen punto. El humor huyó y lo único que quedó fue necesidad, de ella. Basta de jugar.

-No, supongo que no. Que sea así entonces.- Agarré el cuello de su blusa y tiré, desgarrando su camisa y enviando los botones por toda la habitación. Abrió la boca, pero no pudo decir nada antes de que la besara con fuerza, deslizando mi lengua en su boca y tratando de inhalar su aroma. La quería a mi alrededor, debajo de mí, sobre mí, dentro de mí, si ero era posible. Toqué su pecho, arrastrando los pulgares sobre sus pezones mientras sus manos se deslizaban en mi pelo, tirando no muy suavemente, incitando a que la besara más fuerte.

La desabroché el sujetador con una mano y se lo quité, arrojándolo al suelo para regresar a sus desnudos pechos, amando lo que tenía entre mis manos. Arrastré mis labios por su cuello, besando y chupando hasta llegar a su pecho. Tomé su pezón derecho en mi boca, moviendo el pezón con la lengua mientras utilizaba mi mano en el otro, emitiendo el mismo movimiento. Bella dejó escapar un suave gemido y murmuró con aprobación, sus manos sostenían mi cabeza sobre su pecho, para mantenerme donde ella quería. Me reí de alegría y su cuerpo se sacudió contra mí.

Me acerqué y chupé el pezón izquierdo mientras jugaba con el derecho. Mi otra mano se movió bajo la falda y casi gemí ante lo mojada que estaba cuando pasé mi pulgar por su coño. Dejó escapar un fuerte gemido, de esos que me hacían sentir como un Dios del seco. Me reí y seguí girando la lengua sobre su pezón mientras aumentaba la presión sobre su coño. No fue suficiente para Bella, ya que empezó a empujar contra mi mano, buscando una mayor fricción.

Deslicé su falda suavemente por sus piernas mientras me apartaba de su pecho y me puse de rodillas en el suelo. Pude ver lo mojada que estaba y me moría de ganas por probarla.

-¿Señorita Swan?- Moví mis manos sobre sus muslos mientras mis dedos trazaban su coño a través del tejido de encaje de su ropa interior.

-¿Hmm?- Murmuró aturdida. Sonreí por su incapacidad para formar palabras.

-¿Cómo va la entrevista hasta ahora?- Deslicé mis dedos debajo de sus bragas y rocé su clítoris con ellos. Su cuerpo se sacudió contra mí y sus manos golpearon las taquillas con fuerza. Era impresionante. La miré, sin dejar de tocar suavemente su clítoris mientras convulsionaba contra el armario.

Esperé a que se calmara para rasgarla su ropa interior, sonriendo cuando sostuve su tanga negro en mis manos.

-Sabe, señorita Swan, usted parece muy recatada con esa camisa blanca y el sujetador, pero luego se pone ropa interior traviesa que nadie pueda ver. Nadie a parte de mí. Eres de lo más contradictoria. Me gusta eso.-Bella había cogido, últimamente, el gusto a sujetadores y bragas sexys, lo que era un infierno para mí. Después de lo de hoy la tendría que comprar más. Eso podría ser divertido.

-El exterior es para todo el mundo, el interior es sólo para mí- respondió. Me encantaba lo sexy y segura que estaba estos días. Estaba confiando en mí, en nosotros, y eso nos hacía bien.

-Y para mí, al menos en este momento,- siempre. Sabía que los usaba para mí, si no, para ella misma. - Te he querido probar desde que entraste en esta habitación- Desde anterioridad, la verdad, pero eso no encajaba en esta fantasía. Pasé la lengua por su clítoris, moviendo hacia delante y atrás mientras Bella gemía y se agarraba a la taquilla como su su vida dependiera de eso. Deslicé un dedo dentro de su apretado coño y ella gimió de nuevo cuando acurruqué mi dedo y busqué el lugar donde la enviaba de nuevo al cielo. Me moví dentro y fuera dentro de ella mientras seguía trazando círculos rápidos en su clítoris con mi lengua.

Empujé un segundo dedo dentro de ella, moviéndome más rápido, chupando su clítoris mientras bombeaba con mis dedos. No pasó mucho tiempo antes de que comenzara a apretar a mi alrededor, echando la cabeza hacia atrás y apretando mis dedos mientras se acercaba de nuevo. No me detuve, moviendo la lengua y los dedos mientras se acercaba. Estaba acostumbrado a hacer que se corriera muchas veces, pero nunca había pasado esto, no parecía que se fuera a detener. Es evidente que encontró esto tan caliente como yo.

Me aparté cuando parecía que sus piernas iban ceder y la atrapé antes de que se pudiera desplomar. ¿Había llegado demasiado lejos?

-¿Bella? ¿Estás bien?- Sus manos encontraron mi pecho e hizo unos ruidos que no parecían tener sentido, pero al menos sabía que de momento estaba bien. Solté una carcajada de alivio y la ayudé a levantarse. No había terminado aún con ella.-Tal vez deberías sentarte-, sugerí. Negó con la cabeza y sabía que estaba lista para más. Esa era mi chica.

Tiró de mi toalla y se cayó al suelo. Mantuve mis ojos en ella mientras los de ella se centraban en mi polla y se humedeció los labios, lo que sirvió para que me pusiera más duro. Hizo un suave sonido y me besó el hombro derecho, arrastrando la lengua por mis muslos, haciendo que mi reacción fuera más fuerte. Su lengua se movió hacia abajo y rodeó mi pezón izquierdo con ella. No podía estar más impaciente, por lo que la la agarré de la cintura y tiré de ella acercarla a mí. Dejó escapar un suave gemido cuando tocaron su coño y mi polla.

La levanté y la presioné contra los casilleros y me metí dentro de ella lentamente. Se sentía tan bien alrededor de mi polla y necesitaba hacerla explotar para que su calor me envolviera. Envolvió sus piernas alrededor de mí y me hundí más en ella mientras me agarraba por los hombros y me atraía hacia ella. Los ojos de Bella se clavaron en mí, ya que ambos habíamos jadeado por la sensación. Me moví lentamente dentro y fuera de ella, con ganas de prolongar todo lo que pudiera el momento, a pesar de que esto era la cosa más caliente que había vivido y dudaba que pudiera resistir mucho.

-Fóllame duro Edward, como dijiste.- Joder, sus palabras y su voz, que estaban ronca, hicieron que no me pudiera resistir más. Agarré sus caderas y me moví fuerte y rápido en su interior. Ella arqueó la espalda hacia mí y movió sus caderas al compás de las mías, como siempre. Sobre su pequeño y pulido cuerpo se hallaba una fina capa de sudor, al igual que en el mío, mientras follábamos con fuerza contra el armario. Mi cabello se cayó sobre mis ojos y lo sacudió de forma suave, que contrastaba con la forma en la que nos estábamos moviendo. Sentí que su respiración se aceleraba y sabía que estaba cerca, así que empujé hacia arriba y dí en el clavo, como siempre la hice volar. Gritó mi nombre mientras se iba, sus ojos estaban negros mientras se apretaba en mi alrededor. No pude aguantar más, se estaba demasiado bien con ella alrededor, y me fui con ella, empujando varias veces más.

Respirábamos con dificultad, mientras desenredaba la maraña de piernas sudorosas y la dejaba en el duelo contra las taquillas para descansar un minuto. Me di cuenta de que probablemente la doliera, así que agarré su precioso y perfecto culo y la llevé hacia las duchas. Necesitábamos lavarnos. Encendí la ducha mientras Bella desabrochaba la falda y se la quitaba y la llevé al agua. Inclinó la cabeza hacia atrás y cerró los ojos, dejando que el agua lavase su delicioso cuerpo, que hizo que Zeus volviera a la vida. ¿Ya? ¿Nunca iba a tener lo suficiente de mi chica? Eso lo dudaba.

-Faltan un poco de cuidados, pero por lo menos estaremos semi-límpios- Puse un poco de jabón en mis manos y recorrí su delicada piel, amando la manera de sentirla. Vibraba de placer y se perdió en el agua con el suave masaje que la estaba dando. Una vez la limpié a fondo la puse un poco de jabón en sus manos y la miré expectante.

Bella suspiró, pero sus ojos estaban felices cuando empezó a mover sus manos sobre mi cuerpo. Soy humano y su toque me hizo ponerme de nuevo duro. Ella rió y negó con la cabeza.

-No puedo otra vez, Edward. Ahora no.

Me uní a sus risas y besé su mejilla con suavidad.

-Lo sé. Tenemos que salir de aquí.- Ya vería si habría una segunda ronda, cuando lleguemos a casa.

Bella miró a su alrededor y sus ojos se posaron sobre su camisa en ruinas.

-Uh, hablando de eso, ¿tienes alguna camiseta para dejarme?-No había pensado en nada lógico al arrancarla la ropa. Sólo quería tenerla. Agarré una toalla y la sequé tratando de ignorar sus pechos.

Ya sabía lo que la iba a dar por lo que abrí mi taquilla y la di una de mis camisetas. Estaba ridículamente emocionado ante la idea de verla con mi número. La miró durante unos segundos, con los ojos llenos de emoción, luego extendió la mano y la cogió, poniéndosela por la cabeza, sin molestarse a ponerse en sujetador, para mi alegría. Cogió la falda y se la puso de nuevo, cogió las rasgadas bragas y las metió, junto al sujetador, en el bolso. Me puse los pantalones vaqueros y una camiseta mientras Bella me miraba descaradamente.

-Bueno, tengo que llegar al trabajo a escribir mi historia, así que supongo que debería irme ahora.- No la iba a dejar irse después del sexo que tuvimos. Quería abrazarla. Y también quería saber por qué no me dijo nada sobre la entrevista que me hizo. No creo que me lo hubiera escondido intencionalmente, pero ahora que la neblina del sexo había desaparecido la pregunté. Eso era algo bueno para ella y no lo había compartido conmigo.

-Bella, ¿por qué no me dijiste acerca de tu ascenso?-No podía quitar mi tono herido y no quise. Me molestaba que no me lo hubiera dicho.

Se acercó a mí y me rodeó la cintura con sus brazos, mirándome con los ojos muy abiertos. No pude resistirme a esa mirada y la devolví el abrazo.

-Me enteré esta mañana. Ya te habías ido y bueno, quería darte una sorpresa. Espero que haya sido una buena idea.- El alivio me llenó con sus palabras. Sabía que nunca haría nada así, y yo no quería que me dejara fuera de algo tan importante en su vida. Se suponía que nos ibamos a contar todo.

Solté una carcajada de alivio y la abracé con fuerza.

-Voy a decir que no sabía muy bien que decir cuando te vi. Y luego mi papa...- Había sido divertido. Nunca oiría el final de la historia.

-Si esa no fue la mejor forma de conocer a tu padre- contestó, riéndose.- ¿Qué va a decir cuando me conozca de verdad?- Me encantó que ella dijera eso, ya que mis padres estaban deseando conocerla. Sin embargo, ella tenía que saber que mi padre sabía quién era.

La besé la parte superior de la cabeza y la abracé de nuevo.

-Él ya sabía tu nombre, Bella. Se fue para darnos privacidad.-Mi padre era genial y seguramente se imaginaba lo que había pasado en el vestuario cuando él se había ido. Cogí el móvil y vi que tenía un mensaje.

Estuvo bien conocer por fin a tu novia. Tráela a cenar mañana, tu madre está enfadada por que la conocí antes que ella.

Me imaginaba que no estaba mintiendo. Mamá se estaría mordiendo las uñas por conocerla. Parecía que ya había llegado la hora y me encantaba. Quería que estuviera involucrada en cada parte de mi vida.

Enseñé a Bella el mensaje de texto y se rió.

-Supongo que voy a conocer a tus padres.

-Si, ya era hora.- Le dije, sin molestarme en ocultar mi alegría antes ese suceso, tomando su mano con la mía.- ¿Y?

-¿Y qué?- Me miró despistadamente. Quería besarla.

-¿Fue la mejor entrevista de todas o qué?- ¡Como si no supiera la respuesta!

Se mordió el labio y me hizo esperar un momento, por lo que empecé a hacerla cosquillas para conseguir que lo admitiera.

-Si ¿vale? ¡Si!- Se río y gritó mientras movía mis dedos contra sus costados.

Eso estaba mejor.

-Nunca tendrás una entrevista como esta ¿verdad?- Sabía cuál iba a ser la respuesta.

-Bueno, no lo sé. Estaba pensando en dirigirme al vestuario de los Cowboys y ver si Tony Romo todavía estaba allí. Tal vez podría darle un plazo para tu dinero.- Sabía que se estaba quedando conmigo, pero maldije que se le hubiera pasado eso por la mente. Gruñí y la tiré sobre mi hombro, lista para llevarla lejos y encerrarla en un sitio durante toda la vida.- ¡Edward!, ¿qué estás haciendo?

-Llevarte a casa, no vas a ver esta noche a Romo o a cualquier otro Cowboy-, dije.

-Edward, bájame-. Me dijo fuera de los vestuarios, el guardia me miró con una gran sonrisa y los fans que habían por ahí me miraron sorprendidos.- La gente va ha empezar a hablar-, dijo entre dientes.

La dejé en el suelo, disfrutando de su hermoso rostro colorado por la sangre que se le había subido a la cabeza. Mantuve el brazo alrededor de ella, haciendo caso omiso a la gente que estaba a nuestro alrededor.

-Vamos a dejarles hablar. Estoy cansado de esconderte. Eres mía y quiero que todo el mundo lo sepa.- En serio, no me importaba si Victoria quería que me quedara soltero, sin Bella yo no iría a ninguna parte. Ella era mía.

Puso su brazo alrededor de mi cintura y salió del garaje conmigo.

-¿Edward?

La llevé a la puerta del pasajero y la abrí para ella.

-¿Si, Bella?

Fundió los labios, así que la dí un beso, ya que evidentemente me lo pedía.

-La mejor entrevista de mi vida., dijo suavemente contra mis labios, lo que me hizo reír antes de darla otro beso.

Abrí la puerta y la ayudé a entrar.

-Te lo dije.- Se rió y cerré la puerta, dando la vuelta para llegar a la mía.- Vamos a casa.

Bella sonrió y enredó los dedos con los míos.

-A casa.-Pronto también sería oficialmente suya, ya casi lo era. No podía esperar mucho más.

 

 

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Chicas aquí el capítulo de la semana. ¿Qué os a parecido? Esta versión del primer capítulo contado por Edward es muy excitante ¿o no? Jaja

Bueno al final como veis si que pude actualizar el capítulo a tiempo, aunque tengo que avisar de que en verano si veis que no actualizo no me ha dado tiempo porque me he ido de viaje o algo parecido, lo digo porque seguramente cuando me vaya no me dará tiempo a avisar ya que mis padres son de los que planean un viaje dos días antes de irnos jaja.

Esta semana ha empezado siendo dura, al igual que el final de la semana anterior, ya que Cory Monteith murió el sábado, como muchas de vosotras sabéis. Es un actor que me encantaba y a la serie que protagoniza, Glee, me enganché hace poco y me da mucha pena su muerte, al igual que su prometida, Lea Michele, con la que se iba a casar dentro de poco. Desde aquí les envío el pésame a ella y a sus familiares y amigos.

Hablando de otra cosa aquí os dejo la sinopsis del nuevo fic que os comenté que estaba traduciendo junto a Carlarobpatt4ever:

Words With Friends (Lo traduciré yo): Bella Swan está enamorada de la estrella de cine Edward Cullen. Ambos comparten la misma pasión por un juego. ¿Podrán conocerse a través de Words With Friends y ser más que amigos? Sólo el tiempo lo dirá.

Words With Strangers (Lo traducirán ellas): La estrella de cine Edward Cullen está harto de las mujeres y está concentrado en su carrera. Una extraña lo encuentra via WWF. ¿Podrán sus palabras cambiar su pensamiento?

Esta semana empezaremos a subir, así que espero que nos apoyéis como lo estais haciendo en nuestros otros fan fics.

Un beso a todas y hasta la semana que viene, si estoy :)

Espero vuestros comentarios y votitos. Un beso!

 

 

Capítulo 17: Pase de prensa Capítulo 19: Rumores

 
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