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Chicas, les dejo algo para el fin de semana, no me contestaron si le gustaba un poquito de acción, aparte del romance entre Ed y Bells así que tendran unos capítulos moviditos, haber que les parece. Cariños a todas.Veronik

SORPRESA!!SORPRESA

Llegué a casa casi corriendo Ed, había quedado en pasar a las ocho por mí, espero que no se haya tomado a mal cuando le dije que no quería que pase por allá, pero ya éramos la comidilla de la oficina, desde que nos fuimos juntos, las flores y todo eso, no quería darles más para hablar.

Me duche y mientras pensaba que ponerme- no tenía idea a donde iríamos, decidí por una falda negra ceñida a mi cuerpo con cintura alta y la camisa blanca que había comprado juntas y no estrenado.

Me vestí solté mi cabello y busqué unos tacones altos, cuando me observé en el espejo me gusto lo que ví, el conjunto era muy asentador marcaba mi figura y el cinto ancho que llevaba la falda hacía pequeña mi cintura .Pinté mis labios con rojo casi nunca lo hacía pero, mi ropa se prestaba. Al igual que el perfume en mis muñecas y cuello.

Fui a la cocina para poner en agua algunas de las flores que traje, en ese momento sonó el timbre mi corazón brincó.

Era Edward.

Le abrí la puerta desde aquí, y esperaba con la del departamento abierta, la espera se hizo eterna, habría salido corriendo a su encuentro,  arrojándome a sus brazos.

Un hola cálido y suave me saco de mis pensamientos y allí estaba como un dios griego. Vestido de negro, la polera se ajustaba perfectamente a su cuerpo, como una segunda piel, la chaqueta colgaba elegante en su brazo.

Edward!!, dije casi sin voz, te extrañé, y ya no me contuve lo abrasé.

EL abrió sus brazos para mí y luego los enrolló a mi alrededor, sentí que se sonreía, ¿qué?

Nada- solo que pasaré a buscarte todos los días si me recibes así.

Presumido, dije.

Se alejo de mí, con suavidad, déjame verte.

Miró mi figura de arriba abajo, y el incendio que vi. en sus ojos me agradó.

Bells, tú realmente me quieres volver loco, estas  bellísima.

Gracias.

Si no fuera que tuve que sobornar algunos contactos para llevarte al lugar donde iremos.

Se acerco a mi y dijo, esa ropa te duraría muy poco en tu cuerpo, menos de lo que piensas y se me ocurren miles de ideas, de cómo empezar a sacarlas, gruño.

Espere un momento sr. Cullen se cree que tengo un autocontrol infinito.

¿NO?

No

Entonces, vamos cariño porque yo tampoco, salimos.

Y ¿adonde vamos?

Sorpresa.

Hay!!! No, no me gustan las sorpresas.

Lo lamento srta. Ya verá.

Llegamos hasta unos de los hoteles mas conocidos  y exclusivos de la zona.

¿Vamos a cenar aquí?

Sip.

Pero, Ed. El alma se me vino a los pies, no se si estoy correctamente vestida para una cena en este lugar, deberías por lo menos haberme dicho la forma de vestir. Tenía un nudo en la garganta.

Me sentía fuera de lugar,¿Cómo no había pensado que donde fuéramos sería un lugar acorde al ambiente social en el que se movía la familia Cullen?

Edward, se paró en seco, se puso frente a mí y dijo – Mira Bella, no tienes por que estar incómoda, estas muy bien, y si no habría sido así ¿me crees tan poco caballero de no habértelo dicho, para que pudieras cambiarte antes?

Lo mire, sentí como unas lágrimas quemaban por salir, y esto hacía que lo vea borroso.

Lo abracé, y él beso dulcemente mi mejilla.

Confía en mí; Bella.

Nos tomamos de la mano y entramos.

Se, acercó a la recepción

Buenas noches,

Soy Edward Cullen, esta preparado lo que pedí.

Si sr. Lo acompañamos

El botones nos llevo hasta unos de los últimos pisos.

Por aquí, por favor, nos abrió la puerta,

Entre y quedé sin habla, todo el salón estaba adornados con velas y flores de colores claros, la  mesa estaba preparada para dos.

Todo el lugar es para nosotros? – es lo único que atiné a decir.

Si.

Atraje a Ed. Hacia mi para poder besarlo, sin querer nuevamente mis ojos se llenaron de lágrimas, pero de felicidad.

Realmente eres un loco divino Edward Cullen.

Nos sentamos y saboreamos unos exquisitos platos,

Luego me invitó a bailar a la luz de la luna, mi cabeza era un torbellino, mi cuerpo se entregaba a el con suma facilidad y en este momento luego de uno de su besos apasionados perdí la cabeza.

Lo que escuchaba era el golpeteo del corazón acelerándose cada vez más, su boca perdiéndose en mis pechos, para que mi cuerpo se arqueara de placer, para luego perderse en mi intimidad, sus manos recorrieron palmo a palmo todo mi ser, al igual que su boca.

Luego fue mi turno de acariciar ese cuerpo escultural, de saborearlo, de aspirar su olor y llegue a embriagar todos mis sentidos, hasta que nos unimos, y aceleramos nuestro ritmo para poder obtener un orgasmo que nació tan fuete dentro de mi que no pude contener un grito,

Ed, te amo.

Él me siguió rápidamente ahogando el suyo sobre mi hombro.

Nos quedamos quietos unos instantes.

El levantó su cabeza para mirarme directamente a los ojos, y dijo con la voz ronca, todavía llena de pasión no te vallas de mí, Bella.

Nunca. Respondí, y me sentí segura de mi contestación.