NOVENTA DIAS (+18)

Autor: ROSSE_CULLEN
Género: Drama
Fecha Creación: 03/03/2013
Fecha Actualización: 26/07/2014
Finalizado: SI
Votos: 26
Comentarios: 79
Visitas: 141784
Capítulos: 65

"CHICAS ESTA HISTORIA ESTA LLEGANDO ASU FINAL SIGAN VOTANDO Y COMENTEN UN FINAL ALTERNATIVO"

Tras poner punto final a su relación días antes de la boda, Isabella  Swan decide romper con su vida anterior y se muda a Londres dispuesta a empezar de cero. Ella cree estar lista para el cambio, pero nada la ha preparado para enfrentarse a Edward Cullen. Edward sabe que nunca podrá dejar atrás su tormentoso pasado, aunque para no asfixiarse en éste hace tiempo que se impuso unas estrictas normas que rigen todas sus relaciones. Y jamás se ha planteado transgredirlas? hasta que conoce a Isabella. Arrastrados por la pasión y el deseo, vivirán una intensa relación dominada por los peculiares gustos sexuales de Edward. Bella  le concede todos sus caprichos hasta que él le pide algo que ella no se siente capaz de dar. Sin embargo, antes de que la joven tome una decisión, el destino se entremete y Edward  sufre un grave accidente. ¿Bastarán noventa días para que Bella se atreva a reconocer que una historia de amor como la suya es única e irrepetible?

 

ESTA HISTORIA ES UNA ADAPTACION DE UN LIBRO QUE APENAS ACABO DE LEER QUE ES DEL AUTOR "M.C Andrews" TITULADO DE LA MISMA FORMA PERO CON LOS PERSONAJES DE S. MEYER.

 

 *chikas si lo que quieren es una historia divertida les recomiendo mi otro finc llamado.

"dificil amar *18"

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Capítulo 62: PV jASPER

Pv de jasper

 

Ver dormir a Alice era lo mejor de que he visto en  mi vida después de  lo que paso anoche sabía que no podía separarme de ella, un momento de la noche donde ella tomo la decisión de dar ese paso a nuestra relación que me desilusiono un poco pero después de ver la pasión que sentía por Paul y el  amor por mi supe que esto era lo que quería para nosotros y que no era solo un momento de lujuria por parte de los tres. Que el hecho de que Paul se encontrara con nosotros solo era  completar  nuestra relación y no para destruirla, porque cada beso, cada caricia dada anoche fue como si nos conectáramos ambos.

 

Alice se empezó a remover entre las sabanas sacándome de mis pensamientos

 

—Estas bien—murmure  cuando abrió sus ojos

 

Al verme me inspecciono de pies a cabeza, para después girar su cabeza  asía la ventana antes de responderme.

 

—Si—dijo con voz ronca por estar recién despierta.

 

Observe como miraba buscando algo  o alguien. Se veía confundida.

 

—¿Qué piensas?—pregunte sacándola  de sus pensamientos.

 

—En todo lo que paso anoche—dijo mirando sus manos.

 

—Sabes pensé que no te atreverías a hacerlo—dije  alzando su rostro para mirar fijamente sus ojos esos que nunca engañaban y siempre decían la verdad.

 

—lo hice para probar si servía para esto—dijo regresándome la mirada—porque a pesar de todos mis intentos por olvidarte y sacarte de mi mente no puedo–vi  como sus ojos se empezaban a aguar—por qué TE AMO con todo mi corazón.

 

—y dime sirvió el experimento que hiciste—dije sin dejar de mirarle y tocado su mejilla.—te dio alguna respuesta- tenía que saber si avía funcionado porque a pesar de todo yo también la amaba con todo mi corazón.

 

—sí que aria lo que fuera por estar contigo—dijo mientras las lágrimas descendían de sus mejillas—que si lo que quieres es compartirme estoy de acuerdo porque sé que de todas formas te importo y lo haces para hacerme sentir fuerte, segura, protegida, sobre todo querida tanto por ti como con Paul y sé que la decisión que tomemos de ahora en adelante será por los tres o dos si tú quieres.—termino diciendo lo último con seguridad ya que sabía que si fuéramos solo ella y yo seriamos felices y también si fuéramos ella, Paul y yo ya que nos teníamos los unos a los otros como para ser felices.

 

—sabes a pesar de que cuando te dije que tenías que olvidarte de mí—dije sintiendo la desesperación  por que pudo haber pasado—No quería estar lejos de ti sabía que era tonto y absurdo y que tú te merecías una relación normal con tu príncipe azul ya que tú eres la princesa más hermosa de esta tierra desde que te conocí supe que nunca te dejaría escapar que serias mía para siempre.

 

Le dije con el corazón en la mano mientras limpiaba sus lágrimas con mis manos.

 

—Por eso quiero proponerte algo— dije acercándome para acariciar lentamente mis labios con los suyos.

 

Ella se tensó al escuchar  mis palabras, pero era por el bien de nuestra relación y si ella había hecho una prueba a sus pensamientos respecto con lo que se trata de nuestra relación. Yo también podría llegar a un acuerdo, tanto para el presente como para el futuro.

 

-sabes que Te Amo y esto va hacer por el bien de nuestra relación tan para la comodidad tuya como mía, por que anoche me lo demostraste entregándote así tanto con Paul como con migo.- tome aire y la mire a los ojos.- tendremos una relación con Paul tanto el tiempo que tú quieras, yo ya hable con el llegara en unos momentos él se fue por algo que desayunar. Así que si tú estás de acuerdo  el será parte de nosotros hasta que tú lo decidas bien.

 

 

 

Tenía que dejarle claro que ella era la que tomaba la última decisión, por lo cual yo la apoyaría.

 

-Bien lo que sea por estar contigo solo no me dejes-dijo tomando de las manos- siempre juntos. Además Paul es un gran hombre y si él está de acuerdo yo no le veo ningún problema.

 

Respire de nuevo tenía en claro que Alice me amaba pero el saber que todo estaba bien si yo siempre está presente me daba esa tranquilidad que no tenía en mi anterior  relación.

 

De pronto se escuchó movimiento en la sala, cuando unos pasos se fueron acercando a la habitación de Alice sabia de quien se trataba. La puerta se abrió mostrando a un Paul muy despreocupado por el ambiente que había en la habitación.

 

-hermosa Alice y amigo jasper el desayuno está servido corran  si no quieren que se enfrié.- dijo mostrando sus dientes y dando la vuelta para darnos un poco de privacidad.

 

- lo único que se es que va a ser divertido- dijo Alice con una sonrisa.

 

Terminamos de desayunar y tanto Paul como yo nos dirigimos a nuestros respectivos departamentos.

 

El día paso lento y no dejaba de analizar cada una de las palabras y acciones que habíamos realizado Alice, Paul y yo.

 

Paul no le importa en si nada el solo quería divertirse según la última conversación que tuve con el antes de la cita de anoche. Él dijo “yo solo quiere divertirme tú me conoces como soy si hoy es compartirá a Alice contigo lo hare; además se los sentimientos que tu tienes sobre ella y ella asía ti. Así que no tengo mucho chance con ella, tu solo dime hasta cuando quieres mi presencia,”

 

Esas palabras habían servido de mucho para no tener ese miedo como me había pasado en relaciones anteriores sin correr el riesgo de perder a Alice porque sabía que no podría sin ella.

 

Bien me lo dijo Edward: “si sabes que ella es la persona indicada cuéntale tus miedos, ella sabrá apoyarte; claro que al contrario de ti yo no podría compartir a mi  mujer. Pero esa es tu decisión, tomate el tiempo necesario para entender los pros y los contras.”

 

Y sí que me lo tome; valide todas las aristas que tendrían este triángulo y no dejar que se escape nada para que funcione.

 

Paul era un hombre que conocía de bastante y sabía que él era de ley, además que sus gustos eran variados, no decía no a nada con referente a la sexualidad.

 

Alice mi pequeña ella era mi todo desde que la vi, pensar que mi propósito era bella y mira mi pequeña había resultado lo que buscaba porque si después de estar separados tenía en cuenta que si la cita de ayer no hubiera resultado estaría rogando por estar solo con ella me bastaría.

 

No sé cuánto tiempo estuve sentado en el sillón mirando a la nada desde que llegue; solo sabía que la luna estaba en todo lo alto con su esplendor.

 

Mi celular sonó.

 

—   Hola—conteste sin ver quien era.

 

—Hola jazz—dijo la voz dulce  de Alice.

 

—Pequeña en que te puedo ayudar—suspire, feliz de que me haya llamado.

 

—Nada solo que te extraño—murmuro.

 

— ¿Sabes que puedo ir a tu departamento?—pregunte con un poco de duda.

 

—claro sabes que tu siempre eres bien venido a mi departamento—dijo con un suspiro. Bueno parecíamos adolecentes—además sabes desde que bella se fue con Edward estoy muy sola—dijo ya me la imaginaba con el típico puchero de mi pequeña.

 

—Vale llego en 20 min. —dije antes de despedirnos.

 

Me cambie de ropa y subí  a mi auto dispuesto a complacer a mi pequeña Alice.

 

Llegue a su edificio y subí a su departamento. En cuanto me abrió la puerta no me pude contener ante la imagen que se encontraba enfrente de mí.

 

Mi pequeña estaba en un sexy baby doll, blanco que todo se transparentaba, sin dejar nada a  imaginación. Yo sin dejar de ver la tome  de la cintura para con los pies cerrar la puerta.

 

La bese con toda la pasión y amor que se puede expresar en un beso, sin despegar mis labios de los suyos la cargue para guiarla hasta su habitación.

 

Poco a poco nos estaba empezando a faltar aire a si que sin despegar mis labios de su piel me fui guiando hasta su cuello donde lo debore lentamente sacando de la boca de Alice gemidos de satisfacción.

 

—Jazz… esta… noche… solo… quiero…—decía con dificultad—estar contigo con nadie más… mmm…—termino de decir depues de que le fui bajan por su hombro la poca ropa que traía.

 

—Claro pequeña hoy solos tu y yo—murmure con voz ronca por la excitación—nadie más sabes por qué te amo.

 

Cuando termine de hablar Alice ya me tenía sobre el colchón, y se encontraba en horcadas sobre mis piernas.

 

Verla  así sin dudas y mirándome con amor me hacía sentir el hombre más afortunado del mundo y que para ella solo existía yo nadie mas ni un complemento en la vida sexual como Paul.

 

Alice me besaba el cuello, mientras yo masajeaba su hermoso y pequeño trasero.

 

—mmm… no sabes cómo te amo jazz—dijo Alice entre gemidos.

 

—No más que yo te lo juro no más que yo—dije con voz ronca.

 

Después de eso no hubo más palabras solo la unión de dos cuerpos que se amaban con desesperación y que no había nada que se interpusieran entre nosotros.

 

-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-**-*-*-*-*-*-*-*-

 

Me desperté por las caricias que mi pequeña realizaba en mi pecho, sus caricias estaban haciendo estragos en mi cuerpo ya que mi amigo estaba poniéndose muy contento.

 

—Buenos días pequeña—dijo con voz ronca por estar recién levantado.

 

—si que lo son—dijo dándome un beso muy apasionado.—pero tenemos que hablar.

 

—de que quieres que hablemos—dijo poniéndome serio.

 

—de nuestra relación con Paul—dijo mirándome a los ojos.

 

—quieres seguir con esto??—dijo con duda—sabes que puedes ser una relación de solo nosotros por mi no hay problema.

 

—en serio??—pregunto bajando la cabeza

 

—claro que si pequeña, sabes que por ti haría cualquier cosa—dije serio

 

—Quiero que la relación de Paul y nuestro solo sea por temporadas y no fija—dijo hablando rápido y con los ojos cerrados.

 

Ahora que ella ponía esto en la mesa dejaba mucho en que pensar, la verdad por mí no había problema porque al final ella solo me quería a mí ya que paul solo era el plus de la relación.

 

—sabes tenemos que hablar con Paul sobre esta decisión—dijo muy serio, para después sonreírle a mi pequeña.  

 

Tome mi celular y marque el teléfono de Paul. Sonó tres veces antes de escuchar su voz.

 

—Que placer que me llames desde temprano Jasper— dijo Paul con voz burlona

 

—Sabes mi Pequeña y yo queremos hablar contigo podrias venir—dije tratando de no sonar descortés.

 

—claro supongo que te encuentras en el departamento de Alice—dijo tratando de averiguar que  era lo que queríamos

 

—si te esperamos en 20 min— y colgué sin esperar su respuesta

 

—bien pequeña será mejor que nos  bañemos antes de que venga Paul—dije tomándola en brazos para llevarla al baño.

 

—mmm… esto va hacer interesante—dijo alice mordiéndome mi oreja.

 

 

 

Después de bañarnos y ponernos decentes nos dirigimos a  la sala para escuchar como tocaban el timbre.

 

—ese debe de ser Paul —dijo Alice dirigiéndose  a la puerta.

 

Cuando abrió la puerta, paul la tomo de la cintura y la acerco para besarla, al principio Alice se sorprendió pero después se relajó y le regreso el beso. Así duraron un rato mientras yo observaba la escena.

 

No era que me dieran celos al contrario me excitaba, y mucho. Alice se separó de Paul para que el entrara a la habitación.

 

—amigo Jasper que honor que desees tratar aquí con tu humilde servidor—dijo de forma burlona

 

-      Dejemos la galantería para después lo que quiero es que hablemos de la decisión que tomamos Alice y yo.—dije de forma seria esto era importante pára los dos.

 

—sabes que no me importa la decisión que hayan tomado cual fuera yo la acepto.

 

—está bien Paul queremos solo una relación contigo por temporadas de acuerdo—dije con seguridad

 

—por mí no hay problema—dijo mirándome fijamente así demostrándome que no había problema.

 

Paul se acercó donde alice y este comenzó a besarla. Paul se estaba ahogando. Como el perro de Pavlov, él ya tenía identificado el sabor del beso de Alice con alucinante placer. Así que con la primera caricia de su lengua en la de ella, pude observar cómo se empezaba a realizar un bulto en sus vaqueros.

 

Pero no era sólo por Alice. Incluso con los ojos cerrados, Paul podía sentir como los observaba concentrado en ellos. No me inmute cuando Paul  profundizó el beso, cuando deslizó una mano hacia arriba por el muslo de Alice, cuando sacó la camiseta por su cabeza y para confirmar que debajo, no llevaba absolutamente nada.

 

Cuando él se hundió en el dulce sabor de Alice, no pude detener mi gemido. Para Paul no era suficiente, ni siquiera estaba cerca. La necesitaba más cerca, al igual que yo; no quería más que su boca. La quería a ella debajo de la de él. Conocía a Paul; no era un hombre acostumbrado a negarse lo que quería. Si yo quería mirar… bien. La  polla de Paul se apretó dolorosamente al pensar en mi como la noche anterior uniéndome.

 

Mientras comía los labios de Alice, abrió los ojos para encontrar mirándoles  siguiendo cada movimiento. La quemadura del deseo abrasó profundo y lo volvió loco. Cerró los ojos y se hundió en el beso.

 

Joder todo lo que usualmente me gustaba, iba a manar con ello. Además, la cuestión más importante aquí era mi pequeña. Estaba asustada. Totalmente comprensible. Como cualquier tipo que alguna vez ha estado en una situación desconocida, la mejor manera de sacar la elevada adrenalina era una buena follada. Ahí es donde yo entraba.

 

Rodeándola con sus brazos, Paul planeó ponerla sobre su regazo, el pecho de Alice en el de mío, sus muslos firmes y pequeños envueltos alrededor de mis caderas.

 

Oh, sip. Pero cuando lo intentó, ella no se movió.

 

Paul abrió los ojos, sin romper el beso, y descubrió otro par de brazos alrededor de ella, otro hombre manteniéndola en su regazo. Claramente, no se dio cuento en que momento me había movido del lugar donde me encontraba anteriormente; sin detenerse ante la situación acomodo a Alice para que estuviera sentada sobre su regazo, su espalda en mi pecho.

 

Y mis manos la recorrían por todo su cuerpo.

 

—¿Fue bueno ese beso? —murmure, mirándolo directamente.

 

Paul casi no podía responder. La visión de la mano venosa del otro hombre entre las piernas de mi pequeña repentinamente desnudas disparó su deseo.

 

¿Cuándo le había quitado el chándal?

 

No importaba. Alice se abrió más, y todo el cuerpo de Paul se apretó. ¡Mierda, esto se estaba calentando rápido! Lo caliente se volvió explosivo cuando él captó la vista sin obstáculo de mis dedos gruesos cavando dentro del coño de Alice y luego deslizándose hacia afuera. Podía ver exactamente cuán húmeda estaba. La prueba hacía brillar mis dedos y la necesidad de follarla se me escapó de las gráficas.

 

Mi  boca se mantuvo sobre la de Alice… mientras la mirada de ella nunca abandonó la vista de donde mi mano ocupada estaba entrando y saliendo.

 

—Jasper. ¿cómo se siente?- pregunto paul

 

—Apretada y empapada. Lista para comer.

 

Tan pronto como salieron esas  palabras de mi boca, la imagen de mi  cabeza entre los muslos pálidos de Alice fue la gloria. Incluso pensar en ello disparó su deseo a la estratósfera.

 

—¡Hazlo! —atormentó Paul—. Maldición hazlo y déjame ver.

 

ALice gimió, y Paul dejó caer la palma de la mano sobre los pechos expuestos de Alice, acunando uno, manoseando el endurecido pezón. Observaba con ojos ardientes, mientras ocupado entre las piernas de alice. Su pálida piel estaba ruborizada, la cabeza echada hacia atrás sobre el hombro de Paul, y con las piernas extendidas, era una actitud de entrega total.

 

Mierda, el fuego incitado por esa visión estaba a punto de comerme vivo.

 

—Hazlo —incitó Paul nuevamente—. Y quiero ver que la haces correrse.

 

—¿Puedo saborearte, Alice? —susurre contra su cuello, luego arrastre los labios a través de la sensible unión entre el cuello y el hombro.

 

Ella tembló, se estremeció, luego asintió.

 

—Por favor…

 

Paul esperaba que la acostara sobre su espalda en el sofá, y me acuclillara entre las piernas. No lo hice. En cambio, me quite la camisa y gire a alice para tenerla de frente mientras ella me montaba a horcajadas en el regazo.

 

—Bésame —exigió alice.

 

Lo hice, apoyando suavemente mi boca sobre la de alice, un roce, un golpeteo prolongado, luego un profundo intercambio de lenguas mientras mis manos  recorrían su espalda, su culo. Y Paul, rondando justo al lado de nosotros.

 

Poco a poco fui relajando el beso y la acaricie.

 

—Muy bonita. ¿Quieres ser una chica dulce y dejarme verte besar a Paul de nuevo?

 

La mirada de Paul se cerró sobre la mia. Estaba caliente con eso también.

 

¡Mierda!

 

Alice aleteó las pestañas cerradas sobre las rosadas mejillas, pero un largo momento más tarde asintió. Entonces se giró hacia él con los ojos aturdidos, no obstante enriquecidos con sensuales pensamientos. Quería saltar sobre ella, follarla ahora. Quería ver que ocurriría después tan desesperadamente.

 

Decisiones, decisiones…

 

Paul metió los dedos en el cabello color marrón  y usó las largas hebras para guiar la boca de Alice a la suya. Inclinó su boca contra la de ella, abatiéndose rápido, profundo y duro hasta que ella estaba retorciéndose contra él y gimió. Dios, podía oler lo mojada que estaba, e iba directo a mi polla.

 

Cuando se separaron, yo tome la oportunidad de acercarme a Alice comencé  mordisqueando los pezones como futas prohibidas. Uno tras otro, luego una suave chupada y un roce de mi lengua.

 

—Haz eso a su coño —exigió nuevamente Paul.

 

Con aparente renuencia, levante la boca de los pechos y me deslizó en el sofá de cuero, hasta que sólo apoye el cuello en el almohadón trasero. Luego, guie a alice para que se arrodillara.

 

Y de repente, el coño de Alice estaba directamente sobre mi boca.

 

Joder…

 

Levante la cabeza y comencé  a devorar su dulce coño. Ella echó hacia atrás la cabeza, agarrando el respaldo del sofá. Los extremos rizados de su cabello coqueteaban con la parte superior de su espalda y  no estaba seguro si alguna vez había visto algo más caliente. Un rubor se extendió por todo el cuerpo de ella y comenzó a jadear, absorbiendo enormes cantidades de aire.

 

—Oh, Dios mío… —Le temblaba la voz. Ella apretó el sofá, aún más.

 

vi la cabeza de Paul  desplazarse, decidi retirarme para que el hiciera lo suyo mientras yo observaba toda la acción, ver como la cabeza de Paul oscilar de arriba abajo entre las piernas de Alice la cual respondía con total abandono… casi me pierdo. El tiempo de ser un observador estaba terminado. Ahora quería participar.

 

—Joder, tengo que saborearla.

 

Paul giró la cabeza para mordisquearle el muslo.

 

—Está a punto de correrse.

 

—Quiero mi lengua sobre ella cuando lo haga.

 

Con una sacudida de cabeza, Paul se  rehusó.

 

—¿No sería mejor hacerla correrse alrededor de tu polla?

 

¿Estaba sugiriendo…?

 

—¿Me quieres follando su coño con tu boca en él?

 

—Sólo una sugerencia, tío. Si tú quieres ser parte de la experiencia, era sólo un pensamiento. De lo contrario, no tengo ningún problema lamiéndolo todo para mí.

 

Como para probar su punto, Paul abrió la boca y chupó su clítoris. Alice gritó y se agarró a los cojines del sofá aún más duro.

 

—Paul… —logró decir entre respiraciones jadeantes que levantaron sus pechos.

 

Ella estaba cerca de nuevo y casi me sentía incómodo sólo mirándolos.

 

Quería estar en la acción. Follar. Si Paul no tenía historias raras por tener la polla de otro hombre cerca de la boca, yo no rechazaría tener historias raras por el hecho de que otro hombre tuviera su boca cerca de su polla.

 

Como todo en esta experiencia, sólo necesitaba dejarse llevar por ella.

 

¿Qué diablos...?

 

Sacándome la camisa y los zapatos, escarbe en la billetera.

 

Afortunadamente, otro condón estaba esperando para la ocasión. Me  arranque  los pantalones vaqueros, y me colocó la funda de latex en unos cuantos segundos.

 

Mejor me apuraba. Los gritos de ALice se estaban volviendo gemidos y las súplicas más altas.

 

—Retrásala. Casi estoy allí.

 

No  espere la confirmación. Me  puse de pie detrás de alice, pase suavemente la palma de la mano a través de la espada y la empuje suavemente hacia abajo hasta que la cabeza de ella descansó suavemente sobre el respaldo del sofá.

 

Ahora tenía el ángulo perfecto para deslizarse adentro de su coño. Y no perdió el tiempo.

 

Agarrando sus caderas, se deslizó dentro de ALice, profundo… todo en un solo deslizamiento. Ella era como seda caliente, derritiendo su columna vertebral y su resistencia al mismo tiempo. ¿Cómo diablos se suponía que iba a aguantar cuando ya estaba caliente como un gato y ella estaba rodeando su polla, disparando placer a través de todo su cuerpo?

 

retrocedí,  luego me hundí una vez más. Y respire sorprendido.

 

¡Maldición!

 

Entonces repetí el proceso otra vez. Y otra vez.

 

¿Esos viejos clichés acercan de ver estrellas y mierda?

 

Al parecer, eran ciertos.

 

Entonces Paul comenzó a comer el coño de Alice nuevamente, esta vez como un animal rabioso. Cada vez que  el chupaba el clítoris y lo deslizaba en su boca, las paredes del sexo de ella pulsaban, apretándose hasta que empujarse dentro de ella fue todo un trabajo.

 

El sudor adornaba su espalda. Ella estaba tan malditamente apretada y la fricción era abrumadora. Iba a ponerlo en cortocircuito en segundos. Y aun cuando Paul más la excitaba, ella se mantenía agarrándole fuertemente la polla. Realmente, ¿sobreviviría cuando ella se corriera?

 

Como un loco, empecé a golpear dentro de ella, empujando contra la restricción de su coño con golpes largos y feroces. Distraídamente, me di cuenta que mis pelotas estaban golpeando algo pero con el cerebro tan concentrado en la mujer debajo de mi, me  llevó un minuto darme cuenta de que ese algo era el mentón de Paul.

 

Extrañamente, el pensamiento no me asqueó. No realmente. Un extraño temblor de tensión recorrió zigzagueante por su columna vertebral. Durante un minuto perdí el ritmo y Alice me sujetó con fuerza una vez más, esta vez con tanta fuerza, que me empujó hacia afuera.

 

Ella gritó en señal de protesta.  Maldije categóricamente y trate de extenderme entre ellos, encontrar mi polla y empujarla dentro de ella. Las  manos me temblaban demasiado mal.

 

Un momento después, sentí que otra mano me agarraba la polla.

 

Caliente, grande, conocedora cuando me acarició precisamente con la presión correcta en el lugar exacto.

 

Paul. ¡Mierda!

 

—¿Qué diablos estás haciendo? —le gritó y trató de retroceder.

 

Paul me tenía la polla agarrada fuertemente, me la bombeó con el puño una o dos veces. Era como derramar sustancias eléctricas en sus venas. Su organismo chisporroteó, maldición casi lo frió.

 

Shock.

 

Tenía que ser un shock.

 

¿Por qué se sentía tanto placer?

 

aprete los dientes, y resisti la tentación de echar la cabeza hacia atrás ante las sensaciones abrumadores. Luche y me tense pero Paul tiró otra vez, deslizando el pulgar encima de la cresta sensible una vez, dos veces.

 

Con una maldición sonando en mi cabeza, perdi la batalla, mire al techo y silbe un brusco aliento a través de los dientes.

 

—¿Qué me estás haciendo?

 

Antes de responder, Paul guió mi polla  de regreso al coño de Alice.

 

Ella estaba tan apretada y ahora incluso más excitada de modo que sintió cada pedacito de ella rodeándolo. El recuerdo de esa sólida mano tocándolo en todos los sitios correctos le empujó demasiado cerca del orgasmo.

 

—Ella iba a cruzar la meta antes que tú —explicó Paul—. Así que te ayudé.

 

¿Y cómo…?

 

Era  tan convencional como un tipo podía ser, pero… wow. El toque de Paul se había sentido malditamente bueno… demasiado bueno para mi paz mental.

 

Y entonces  no estaba pensando en algo como la boca de Paul cubriendo el clítoris de Alice de nuevo. Paul chupó, ella gritó, yo empuje frenéticamente contra las paredes pulsando… entonces la explosión llegó.

 

Enorme.

 

La cosa era de proporciones míticas. Las hazañas de los dioses griegos no fueron tan impresionantes como esto. El orgasmo se disparó hacia abajo por mi columna vertebral, quemó, y se agitó entre las piernas… luego explotó toda la sensación a través del cuerpo como una supernova arrojando materia a través del universo.

 

Oh. Divino. Joder.

 

Un buen rato más tarde, agotado, me apoye sobre la piel húmeda de la espalda de Alice.

 

—¿Estás bien? —ella me miró por encima del hombro.

 

le bese el hombro. Maldita mujer increíble. Había sido nominada para unirse a dos tipos calientes… dos veces en las últimas ocho horas… y se preocupaba por mí. También me había cocinado. Ese leve acento español era dulce, equivalente al azúcar para mi polla.

 

—Muy bien, nena. ¿Tú?

 

Ella simplemente canturreó y aflojó incluso más su cuerpo.

 

Entonces allí estaba Paul. El… contacto entre ellos no había sido estrictamente heterosexual. Diablos, Paul haría pulpa la cara del gilipollas que sugiriera lo contrario.

 

Pero me estaría mintiendo si dijera que no había sido afectado por las manos de Paul en mis pelotas anoche o acariciando mi polla minutos atrás. Incluso lo pensaba, y la atención se movía hacia abajo.

 

—Tan divertida como esta reunión ha sido, voy a necesitar un poco de alivio — dijo el con los dientes apretados.

 

Sip, si él no se hubiese corrido, sería un loco de atar por ahora.

 

Me retire del dulce cuerpo de Alice y me senté en el sofá, quitándome  el condón. Arrastre a Alice sobre mi regazo y ella se acurrucó contra mí, su cabeza sobre mi  hombro.

 

—¿Puedes chuparlo, cariño? —le susurre al oído—. Anda de capa caída.

 

Ella no respondió. En absoluto. La respiración profunda, pareja le dijo lo que había sucedido.

 

Un momento después, Paul lo confirmó.

 

—Está dormida. Déjala.

 

—¿Y tú? — fruncí el ceño.

 

—¿Te estás ofreciendo a ayudarme? —Con una mueca, Paul comenzó a acariciar su larga longitud con lentos movimientos. La almohadilla del pulgar conducía la lenta caricia sobre los centímetros de su polla, presionando en el lugar sensible donde el eje y la cabeza se unen antes de deslizarse hacia abajo.

 

apenas podía apartar la mirada. Era otro tipo, acariciando su propia carne.

 

Normalmente, eso no sería extraño para el ya que en su anterior relación lo vi muchas beses. Pero algo sobre observar a paul cómodamente dándose placer lo estaba afectando. Ya mi polla comenzaba a despertar.

 

—¿Te gustaría ayudarme? —introdujo una risa burlona en la voz.

 

—Así.

 

—Tío, ¿estás acercándote a mí?

 

Paul encogió sus enormes y musculosos hombros.

 

—Ella está dormida, y hacerte esta mierda a ti mismo no es tan divertido… Eres la única otra persona aquí.

 

Paul sonó tan casual, como si no fuera gran cosa para él si otro tipo tocaba su polla o no. Sin embargo, para él, tal vez no lo era.

 

—¿Eres gay?

 

Paul rió y puso los ojos en blanco.

 

—No. Soy de ideas amplias.

 

Ahora, ¿qué diablos significaba eso? ¿Se movía en ambos sentidos?

 

—¿Alguna vez follaste a un tipo?

 

—Una vez. —Ninguna vacilación, ningún apartar la mirada, ninguna vergüenza—. En la Universidad.

 

estaba extrañado por la respuesta. Yo era, ¿hetero? Por supuesto. En su mayor parte. Pero otra parte de él...

 

—Si fue sólo una vez, debe haber sido terrible.

 

—Mentiría si dijese que no lo disfruté. Fue simplemente diferente. —Una vez más, se encogió de hombros, aún acariciándose la polla.

 

—Estaba con mujeres y todavía estoy. Simplemente tenía curiosidad por ver cómo jugaba el equipo contrario.

 

trate de no distraerme, trate de concentrarme precisamente en lo que Paul estaba diciendo, pero apartar la mirada de esa mano acariciando lentamente, lentamente, su polla era difícil.

 

—¿Pero nunca lo hiciste de nuevo?

 

—No he tenido la oportunidad correcta, la persona correcta. Nunca podría hacerlo otra vez. Amo a las mujeres, es agradable.

 

Yo amaba a las mujeres también. Si yo me saliese con la mi, las mujeres siempre serían como un vaso de agua para mi… seis a ocho por día para una buena salud. Sin  embargo observando a Paul frotar el pulgar sobre la cabeza púrpura de su polla y acariciar el largo eje con la ancha palma de la mano, me puso duro nuevamente.

 

¿Qué demonios estaba mal en mi?

 

Hasta ese momento, nunca pensó sobre como jugaba el equipo contrario y no quería jugar con ellos ahora. Pero Paul me hacía sentirse un poco curioso…

 

De repente, mi cuerpo se tensó, se estremeció y gemí. Él cogió velocidad, su mano masturbando su longitud más deprisa, agarrándola fuertemente con la palma.

 

Yo estaba pegado al show. Alice se movió en mi regazo y mientras distraídamente le acaricie la espalda y la cadera mientras dormía. Pero no estaba duro porque tenía los brazos llenos con la saciada mujer. Era todo el espectáculo visual de Paul masturbándose.

 

—No rechazas la idea —afirmó Paul con la mirada apuntada en mi  polla dura.

 

Continuó con los golpes salvajes sobre su carne. La cabeza se volvió más púrpura.

 

La respiración de Paul se entrecortó. Los músculos de los muslos sobresalieron. Supe  que estaba más cerca. Y aún así no podía apartar la mirada.

 

—Debería. Normalmente, lo haría.

 

—Pero quieres ver cuando me corra. —No era una pregunta.

 

Apreté los brazos alrededor de Alice. Dudando, no queriendo responder.

 

En mi cabeza oyó la música de Jeopardy Final. Paul estaba esperando una respuesta.

 

Con el último sonido metálico, exclame:

 

—Sip.

 

—Es primera vez contigo —susurró Paul— Pero compartir a Alice lo hizo todo diferente para mí. No creo que hayamos terminado con ella.

 

“O necesariamente con el otro”

 

Las palabras no pronunciadas flotaron en el aire.

 

Un caliente escalofrío recorrió deprisa mi columna vertebral. Estaba

 

Aterrorizado, caliente y extrañado a la vez. Sin embargo, la sobrecarga de emociones no era lo suficiente para detener el tren de carga yendo a gran velocidad por las vías.

 

—Acábalo. Quiero ver.

 

Paul le hizo una vacilante cabezada, luego el puño empezó a masajear su polla.

 

Sus bíceps se flexionaron, las venas de la mano sobresalieron, mientras su polla se hinchaba, y sus pelotas se acercaron al cuerpo. Esos pómulos de nativo americano se sonrojaron con la excitación. Los pequeños botones de sus pezones se levantaron en apretadas puntas de alfiler.

 

Sin pensar, extendí  la mano y raspó la yema del dedo sobre el pezón de Paul.

 

Como si fuera el detonante de un cataclismo, la cabeza de Paul se sacudió con fuerza hacia atrás y dejó escapar un rugido enorme. La simiente caliente salió a chorros, resbalándose por sus muslos.

 

Y por alguna razón, esta fue una de las cosas más fascinantes que alguna vez había presenciado.

 

¿De qué diablos se trataba esto?

 

Solo sabía una cosa este relación iba hacer muy interesante mientras durara…

 

 

 

 

 

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