NOVENTA DIAS (+18)

Autor: ROSSE_CULLEN
Género: Drama
Fecha Creación: 03/03/2013
Fecha Actualización: 26/07/2014
Finalizado: SI
Votos: 26
Comentarios: 79
Visitas: 141797
Capítulos: 65

"CHICAS ESTA HISTORIA ESTA LLEGANDO ASU FINAL SIGAN VOTANDO Y COMENTEN UN FINAL ALTERNATIVO"

Tras poner punto final a su relación días antes de la boda, Isabella  Swan decide romper con su vida anterior y se muda a Londres dispuesta a empezar de cero. Ella cree estar lista para el cambio, pero nada la ha preparado para enfrentarse a Edward Cullen. Edward sabe que nunca podrá dejar atrás su tormentoso pasado, aunque para no asfixiarse en éste hace tiempo que se impuso unas estrictas normas que rigen todas sus relaciones. Y jamás se ha planteado transgredirlas? hasta que conoce a Isabella. Arrastrados por la pasión y el deseo, vivirán una intensa relación dominada por los peculiares gustos sexuales de Edward. Bella  le concede todos sus caprichos hasta que él le pide algo que ella no se siente capaz de dar. Sin embargo, antes de que la joven tome una decisión, el destino se entremete y Edward  sufre un grave accidente. ¿Bastarán noventa días para que Bella se atreva a reconocer que una historia de amor como la suya es única e irrepetible?

 

ESTA HISTORIA ES UNA ADAPTACION DE UN LIBRO QUE APENAS ACABO DE LEER QUE ES DEL AUTOR "M.C Andrews" TITULADO DE LA MISMA FORMA PERO CON LOS PERSONAJES DE S. MEYER.

 

 *chikas si lo que quieren es una historia divertida les recomiendo mi otro finc llamado.

"dificil amar *18"

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 18: capitulo *17

Capítulo 17 

Royal London Hospital 

Hace ya cuatro horas que se han llevado a Edward y todavía no sé nada. El médico sigue con él y las dos enfermeras que han venido a verme están más preocupadas por mí que por él. Aún no he llamado a Jessica, sé que a estas alturas debería haberlo hecho, pero no consigo marcar el número. A quienes sí he llamado es a Jasper y a Alice y seguro que uno de los dos no tardará en llegar.

—Bella, he venido en cuanto he podido —me dice Jasper, apareciendo tras la puerta como si mi mente lo hubiese conjurado—. ¿Dónde está Edward?

—Se lo han llevado hace unas horas. Oh, Jasper —No puedo más y me echo a llorar y Jasper, el bueno de Jasper, me abraza y permite que le deje la camisa completamente empapada.

 —Tranquila, todo saldrá bien. Ya lo verás, Edward es demasiado terco como para morir y dejarte aquí sola. Te quiere demasiado —afirma convencido, lo que me hace llorar todavía más.

—Ya no estamos juntos —sollozo.

 —¿Qué has dicho?

— Que no estamos juntos. Discutimos hace unos días y me fui.

—Tranquila. —Edward me acaricia el pelo igual que habría hecho mi hermano—. No sé de qué diablos estás hablando, pero es imposible que Edward y tú no estéis juntos. Es sencillamente imposible. No sé por qué discutisteis, pero seguro que no tiene importancia. Vosotros dos tenéis que estar juntos. Vamos, no pienses en eso ahora, piensa en Edward y en que pronto se pondrá bien. ¿De acuerdo?

—De acuerdo —accedo porque Jasper tiene razón, ahora lo más importante es pensar en Edward—. Gracias por haber venido.

—No digas tonterías. ¿Cómo diablos ha tenido un accidente? Edward es el mejor conductor que conozco, aunque cuando se recupere lo negaré con todas mis fuerzas.

 —No lo sé. Todavía no he hablado con la policía, pero al parecer el coche derrapó en el asfalto y fue a chocar contra un muro.

—¿Su coche derrapó? ¿Qué coche llevaba?

 —Creo que el Jaguar.

—Los Jaguar no derrapan; ninguno de los coches que tiene Edward derrapa. Si no te importa, cuando venga la policía me gustaría hablar con ellos. Quizá todo esto no haya sido ningún accidente.

—¿Qué quieres decir?

 —Ahora no es momento de preocuparte por eso y si Edward no te lo ha contado es porque está convencido de que no tiene importancia, pero lleva años recibiendo amenazas.

—¿Amenazas? Oh, Dios mío, tengo que sentarme.

—Mierda, no tendría que habértelo dicho. —jasper corre a ayudarme.

—Estoy bien, sólo algo mareada.

—Es normal. ¿Qué te han dicho de Edward? ¿Te ves con fuerzas para contármelo?

—Sí. —Respiro hondo—. Tiene dos costillas rotas y el pulmón perforado, los dedos de la mano izquierda y también la rodilla del mismo lado, pero de todo eso se recuperará sin problema, aunque tendrá que hacer rehabilitación.

—De acuerdo. Ahora dime qué es lo que te tiene tan preocupada. —Jasper  me coge la mano.

—Tenía un coágulo en el cerebro, han tenido que operarlo para eliminarlo y ahora está en coma y no se despierta. No saben cuándo se despertará, o si lo hará…

—Se despertará. Ya lo verás.

—Los del hospital creen que soy su prometida —le digo de repente.

—Y lo eres —afirma él, mirándome a los ojos. En ese preciso instante oímos cómo una camilla golpea la puerta justo antes de que uno de los enfermeros pueda abrirla.

—Señorita Swan —me saluda el primero que entra—, el doctor Black vendrá en seguida. El otro enfermero se limita a asentir en mi dirección, pero yo sólo tengo ojos para Edward y no le respondo.

—¿Cómo ha ido? —pregunto, con el corazón en un puño.

—Nosotros no tenemos los resultados, señorita Swan , lo lamento —me informa el único que parece dispuesto a hablarme—, pero según mi experiencia, si dejan que pase el día el día en esta habitación y no en una de las salas de observación, es buena señal.

—Gracias.

—De nada. Ya está, nos vamos. Si necesita algo, descuelgue y uno de nosotros o de nuestras compañeras vendrá de inmediato.

—Gracias por todo —les dice Jasper cuando se van—. Dios —suelta cuando nos quedamos solos—, parece que sólo esté durmiendo.

—Sí, lo sé.

Me acerco a Edward y le doy un beso en los labios sin importarme que jasper esté presente. Luego le aparto el pelo de la cara y le toco la cicatriz que tiene cerca de la comisura de sus labios. Me estremezco al recordar la noche en que me contó cómo se la hizo. Despacio, le acaricio también la mejilla y vuelve a fascinarme que, a pesar de todo, la barba le siga creciendo. ¿No debería detenerse? Le acaricio el brazo y me tranquiliza ver que sigue llevando la cinta de cuero alrededor de la muñeca. Odio no habérsela puesto cuando me lo pidió y deseo con todas mis fuerzas poder compensarlo por ello.

—Buenos días, señorita Jasper. —La voz del médico me saca de mis ensoñaciones.

—Buenos días, doctor —lo saludo y al ver a Jasper recuerdo mis modales y los presento—. Él es jasper whitlock, un buen amigo.

—Me alegra que no esté sola, señorita Swan, pero recuerde que sólo puede haber una visita en la habitación —dice el doctor Black tras estrecharle la mano a Jasper—. Las pruebas que le hemos hecho al señor cullen indican que no hay ningún otro derrame en el cerebro —empieza la explicación sin dar ningún rodeo, cosa que en el fondo le agradezco—. Sin embargo, el golpe ha sido contundente y sigue habiendo una zona hinchada. Me temo que, tal como le he dicho antes, lo único que podemos hacer por ahora es esperar. Si en un par de días no se despierta, tendremos que plantearnos otras vías. Por ahora, no merece la pena preocuparnos por algo que lo más probable es que nunca llegue a suceder. ¿De acuerdo?

—De acuerdo —digo.

—En cuanto al resto de las heridas, la más crítica sigue siendo el pulmón perforado, pero se está recuperando bien y no se observan signos de infección. Y la mano y la rodilla tendrán que seguir su curso. ¿Quiere hacerme alguna pregunta?

 —¿Sabe si Edward me oye?

—Me temo, señorita Swan, que a pesar de lo mucho que ha avanzado la medicina, seguimos sin poder afirmar qué clase de estímulos percibe una persona en coma y cómo reacciona a ellos. El cerebro del señor cullen está activo, así que su sistema auditivo funciona perfectamente, pero no puedo asegurarle que la oiga. Ni que la entienda. ¿Comprende? —Me ve asentir y continúa—: Sin embargo, y a pesar de todo lo que pueda decirle la ciencia, es innegable que la fuerza de voluntad, las ganas de curarse, son vitales en estos casos, así que al señor Cullen no le hará ningún mal oír su voz. Todo lo contrario.

—Antes me ha parecido que me estrechaba los dedos.

—No me malinterprete, señorita Swan, puedo entender que a usted le haya parecido eso, pero lo más probable es que sólo haya sido un espasmo muscular. Háblele, tóquelo, pero tenga paciencia. Volveré a verlo dentro de unas horas y, si sucede algo mientras usted no esté, la avisaríamos de inmediato.

—Estaré aquí.

—De acuerdo —concede resignado antes de mirar a Jasper—. Cuide de su amiga, no quiero tener que ingresarla en otra planta.

—No se preocupe, doctor, me encargaré de que descanse. Y si no le importa, le dejaré también mi teléfono al irme.

—Claro, déjeselo a una de las enfermeras. Volveré más tarde.

 El médico siguió su camino y Jasper se acercó a mí.

 —Tienes que descansar, Bella, no le servirás de nada a edward si te pones enferma.

—Estoy bien.

—De acuerdo, por ahora dejo de insistir, no serviría de nada, pero me reservo el derecho de volver a hacerlo más adelante. ¿Qué puedo hacer por ti? ¿Necesitas que te traiga algo, que vaya a alguna parte?

Quizá sea una cobarde, pero ahora sólo puedo, y sólo quiero, pensar en Edward.

—Sí, por favor.

—Pídeme lo que quieras y dalo por hecho.

—¿Puedes llamar al tío de edward y a jessica? Él no querría que su tío viniese al hospital, pero supongo que tenemos que decírselo. Si se entera por alguien del bufete o por alguna de sus amistades, montará un número. 

—Tranquila, yo me encargo. Se lo diré y me aseguraré de que no aparezca por aquí.

—¿Y de Jessica?

—De Jessica también me ocupo yo. No te preocupes, las únicas personas que estaremos aquí contigo, con vosotros —se corrige, mirando a Edward— seremos Alice y yo. Déjalo en mis manos.

—Gracias, jasper.

 —Oh, vamos, no me las des y asegúrate de que el terco de Ed se despierta. Volveré en cuanto pueda, ¿de acuerdo?

—De acuerdo. 

Capítulo 17 

Royal London Hospital 

Hace ya cuatro horas que se han llevado a Edward y todavía no sé nada. El médico sigue con él y las dos enfermeras que han venido a verme están más preocupadas por mí que por él. Aún no he llamado a Jessica, sé que a estas alturas debería haberlo hecho, pero no consigo marcar el número. A quienes sí he llamado es a Jasper y a Alice y seguro que uno de los dos no tardará en llegar.

—Bella, he venido en cuanto he podido —me dice Jasper, apareciendo tras la puerta como si mi mente lo hubiese conjurado—. ¿Dónde está Edward?

—Se lo han llevado hace unas horas. Oh, Jasper —No puedo más y me echo a llorar y Jasper, el bueno de Jasper, me abraza y permite que le deje la camisa completamente empapada.

 —Tranquila, todo saldrá bien. Ya lo verás, Edward es demasiado terco como para morir y dejarte aquí sola. Te quiere demasiado —afirma convencido, lo que me hace llorar todavía más.

—Ya no estamos juntos —sollozo.

 —¿Qué has dicho?

— Que no estamos juntos. Discutimos hace unos días y me fui.

—Tranquila. —Edward me acaricia el pelo igual que habría hecho mi hermano—. No sé de qué diablos estás hablando, pero es imposible que Edward y tú no estéis juntos. Es sencillamente imposible. No sé por qué discutisteis, pero seguro que no tiene importancia. Vosotros dos tenéis que estar juntos. Vamos, no pienses en eso ahora, piensa en Edward y en que pronto se pondrá bien. ¿De acuerdo?

—De acuerdo —accedo porque Jasper tiene razón, ahora lo más importante es pensar en Edward—. Gracias por haber venido.

—No digas tonterías. ¿Cómo diablos ha tenido un accidente? Edward es el mejor conductor que conozco, aunque cuando se recupere lo negaré con todas mis fuerzas.

 —No lo sé. Todavía no he hablado con la policía, pero al parecer el coche derrapó en el asfalto y fue a chocar contra un muro.

—¿Su coche derrapó? ¿Qué coche llevaba?

 —Creo que el Jaguar.

—Los Jaguar no derrapan; ninguno de los coches que tiene Edward derrapa. Si no te importa, cuando venga la policía me gustaría hablar con ellos. Quizá todo esto no haya sido ningún accidente.

—¿Qué quieres decir?

 —Ahora no es momento de preocuparte por eso y si Edward no te lo ha contado es porque está convencido de que no tiene importancia, pero lleva años recibiendo amenazas.

—¿Amenazas? Oh, Dios mío, tengo que sentarme.

—Mierda, no tendría que habértelo dicho. —jasper corre a ayudarme.

—Estoy bien, sólo algo mareada.

—Es normal. ¿Qué te han dicho de Edward? ¿Te ves con fuerzas para contármelo?

—Sí. —Respiro hondo—. Tiene dos costillas rotas y el pulmón perforado, los dedos de la mano izquierda y también la rodilla del mismo lado, pero de todo eso se recuperará sin problema, aunque tendrá que hacer rehabilitación.

—De acuerdo. Ahora dime qué es lo que te tiene tan preocupada. —Jasper  me coge la mano.

—Tenía un coágulo en el cerebro, han tenido que operarlo para eliminarlo y ahora está en coma y no se despierta. No saben cuándo se despertará, o si lo hará…

—Se despertará. Ya lo verás.

—Los del hospital creen que soy su prometida —le digo de repente.

—Y lo eres —afirma él, mirándome a los ojos. En ese preciso instante oímos cómo una camilla golpea la puerta justo antes de que uno de los enfermeros pueda abrirla.

—Señorita Swan —me saluda el primero que entra—, el doctor Black vendrá en seguida. El otro enfermero se limita a asentir en mi dirección, pero yo sólo tengo ojos para Daniel y no le respondo.

—¿Cómo ha ido? —pregunto, con el corazón en un puño.

—Nosotros no tenemos los resultados, señorita Swan , lo lamento —me informa el único que parece dispuesto a hablarme—, pero según mi experiencia, si dejan que pase el día el día en esta habitación y no en una de las salas de observación, es buena señal.

—Gracias.

—De nada. Ya está, nos vamos. Si necesita algo, descuelgue y uno de nosotros o de nuestras compañeras vendrá de inmediato.

—Gracias por todo —les dice Jasper cuando se van—. Dios —suelta cuando nos quedamos solos—, parece que sólo esté durmiendo.

—Sí, lo sé.

Me acerco a Edward y le doy un beso en los labios sin importarme que jasper esté presente. Luego le aparto el pelo de la cara y le toco la cicatriz que tiene cerca de la comisura de sus labios. Me estremezco al recordar la noche en que me contó cómo se la hizo. Despacio, le acaricio también la mejilla y vuelve a fascinarme que, a pesar de todo, la barba le siga creciendo. ¿No debería detenerse? Le acaricio el brazo y me tranquiliza ver que sigue llevando la cinta de cuero alrededor de la muñeca. Odio no habérsela puesto cuando me lo pidió y deseo con todas mis fuerzas poder compensarlo por ello.

—Buenos días, señorita Jasper. —La voz del médico me saca de mis ensoñaciones.

—Buenos días, doctor —lo saludo y al ver a Jasper recuerdo mis modales y los presento—. Él es jasper whitlock, un buen amigo.

—Me alegra que no esté sola, señorita Swan, pero recuerde que sólo puede haber una visita en la habitación —dice el doctor Black tras estrecharle la mano a Jasper—. Las pruebas que le hemos hecho al señor cullen indican que no hay ningún otro derrame en el cerebro —empieza la explicación sin dar ningún rodeo, cosa que en el fondo le agradezco—. Sin embargo, el golpe ha sido contundente y sigue habiendo una zona hinchada. Me temo que, tal como le he dicho antes, lo único que podemos hacer por ahora es esperar. Si en un par de días no se despierta, tendremos que plantearnos otras vías. Por ahora, no merece la pena preocuparnos por algo que lo más probable es que nunca llegue a suceder. ¿De acuerdo?

—De acuerdo —digo.

—En cuanto al resto de las heridas, la más crítica sigue siendo el pulmón perforado, pero se está recuperando bien y no se observan signos de infección. Y la mano y la rodilla tendrán que seguir su curso. ¿Quiere hacerme alguna pregunta?

 —¿Sabe si Edward me oye?

—Me temo, señorita Swan, que a pesar de lo mucho que ha avanzado la medicina, seguimos sin poder afirmar qué clase de estímulos percibe una persona en coma y cómo reacciona a ellos. El cerebro del señor cullen está activo, así que su sistema auditivo funciona perfectamente, pero no puedo asegurarle que la oiga. Ni que la entienda. ¿Comprende? —Me ve asentir y continúa—: Sin embargo, y a pesar de todo lo que pueda decirle la ciencia, es innegable que la fuerza de voluntad, las ganas de curarse, son vitales en estos casos, así que al señor Cullen no le hará ningún mal oír su voz. Todo lo contrario.

—Antes me ha parecido que me estrechaba los dedos.

—No me malinterprete, señorita Swan, puedo entender que a usted le haya parecido eso, pero lo más probable es que sólo haya sido un espasmo muscular. Háblele, tóquelo, pero tenga paciencia. Volveré a verlo dentro de unas horas y, si sucede algo mientras usted no esté, la avisaríamos de inmediato.

—Estaré aquí.

—De acuerdo —concede resignado antes de mirar a Jasper—. Cuide de su amiga, no quiero tener que ingresarla en otra planta.

—No se preocupe, doctor, me encargaré de que descanse. Y si no le importa, le dejaré también mi teléfono al irme.

—Claro, déjeselo a una de las enfermeras. Volveré más tarde.

 El médico siguió su camino y Jasper se acercó a mí.

 —Tienes que descansar, Bella, no le servirás de nada a edward si te pones enferma.

—Estoy bien.

—De acuerdo, por ahora dejo de insistir, no serviría de nada, pero me reservo el derecho de volver a hacerlo más adelante. ¿Qué puedo hacer por ti? ¿Necesitas que te traiga algo, que vaya a alguna parte?

Quizá sea una cobarde, pero ahora sólo puedo, y sólo quiero, pensar en Edward.

—Sí, por favor.

—Pídeme lo que quieras y dalo por hecho.

—¿Puedes llamar al tío de edward y a jessica? Él no querría que su tío viniese al hospital, pero supongo que tenemos que decírselo. Si se entera por alguien del bufete o por alguna de sus amistades, montará un número. 

—Tranquila, yo me encargo. Se lo diré y me aseguraré de que no aparezca por aquí.

—¿Y de Jessica?

—De Jessica también me ocupo yo. No te preocupes, las únicas personas que estaremos aquí contigo, con vosotros —se corrige, mirando a Edward— seremos Alice y yo. Déjalo en mis manos.

—Gracias, jasper.

 —Oh, vamos, no me las des y asegúrate de que el terco de Ed se despierta. Volveré en cuanto pueda, ¿de acuerdo?

—De acuerdo.         

Vuelvo a quedarme a solas con Edward. Le doy otro beso en los labios y me digo que no volveré a llorar. Es mentira, en menos de unos segundos estoy haciéndolo, pero me obligo a secarme las lágrimas y respiro hondo hasta calmarme.

—Tienes que despertarte, Edward. Por favor. No quiero que nuestra primera noche entera juntos sea en un hospital. —Sonrío al recordar una cosa—. ¿Te acuerdas de esa noche en que te quedaste dormido en la cama del piso superior de tu ático?

 

Capítulo 17: AVISO (NUEVO FAN FINC EN PROCESO) Capítulo 19: capitulo *18

 


Capítulos

Capitulo 1: CAPITULO *1 -Royal London Hospital Capitulo 2: CAPITULO* 2 -Noventa días antes Capitulo 3: CAPITULO *3 Capitulo 4: CAPITULO* 4 Capitulo 5: CAPITULO*5 Capitulo 6: CAPITULO *6 Capitulo 7: CAPITULO*7 Capitulo 8: CAPITULO -8 Royal London Hospital Capitulo 9: capitulo * 9 Capitulo 10: CAPITULO * 10 Capitulo 11: CAPITULO *11 Capitulo 12: CAPITULO * 12 Capitulo 13: CAOITULO *13 Capitulo 14: capitulo *14 Capitulo 15: CAPITULO *15 Capitulo 16: capitulo *16 Capitulo 17: AVISO (NUEVO FAN FINC EN PROCESO) Capitulo 18: capitulo *17 Capitulo 19: capitulo *18 Capitulo 20: capitulo *19 Capitulo 21: capitulo * 20 Capitulo 22: capitulo * 21 Capitulo 23: capitulo * 22 Capitulo 24: capitulo* 23 Capitulo 25: capitulo *24 Capitulo 26: CAPITULO *25 Capitulo 27: CAPITULO * 26 Capitulo 28: capitulo * 27 Capitulo 29: CAPITULO*28 "LA CINTA" EPOV Capitulo 30: CAPITULO *29 EPOV Capitulo 31: CAPITULO* 30 EPOV Capitulo 32: capitulo*31 EPOV Capitulo 33: capitulo*32 EPOV Capitulo 34: capitulo *33 EPOV Capitulo 35: CAPITULO*34 "TODOS LOS DIAS" Capitulo 36: CAPITULO *35 Capitulo 37: CAPITULO*36 Capitulo 38: CAPITULO*37 Capitulo 39: CAPITULO*38 Capitulo 40: CAPITULO*39 Capitulo 41: capitulo*40 Capitulo 42: capitulo *41 Capitulo 43: CAPITULO*42 Capitulo 44: CAPITULO*43 Capitulo 45: capitulo*44 Capitulo 46: capitulo*45 Capitulo 47: capitulo*46 Capitulo 48: capitulo*47 Capitulo 49: capitulo *48 Capitulo 50: CAPITULO *49 Capitulo 51: capitulo *50 Capitulo 52: capítulo*51 Capitulo 53: capitulo /52 Capitulo 54: capitulo 53 Capitulo 55: capitulo *54 Capitulo 56: capitulo 55**sin fin** Capitulo 57: capitulo *56 Capitulo 58: capitulo *57 Capitulo 59: CAPITULO*58 Capitulo 60: CAPITULO*59 Capitulo 61: capitulo *60"evitando lo obio" PV ALICE Capitulo 62: PV jASPER Capitulo 63: Capitulo 62 Capitulo 64: CAPITULO 63 Capitulo 65: epilogo1

 


 
14439327 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10757 usuarios