NOVENTA DIAS (+18)

Autor: ROSSE_CULLEN
Género: Drama
Fecha Creación: 03/03/2013
Fecha Actualización: 26/07/2014
Finalizado: SI
Votos: 26
Comentarios: 79
Visitas: 141789
Capítulos: 65

"CHICAS ESTA HISTORIA ESTA LLEGANDO ASU FINAL SIGAN VOTANDO Y COMENTEN UN FINAL ALTERNATIVO"

Tras poner punto final a su relación días antes de la boda, Isabella  Swan decide romper con su vida anterior y se muda a Londres dispuesta a empezar de cero. Ella cree estar lista para el cambio, pero nada la ha preparado para enfrentarse a Edward Cullen. Edward sabe que nunca podrá dejar atrás su tormentoso pasado, aunque para no asfixiarse en éste hace tiempo que se impuso unas estrictas normas que rigen todas sus relaciones. Y jamás se ha planteado transgredirlas? hasta que conoce a Isabella. Arrastrados por la pasión y el deseo, vivirán una intensa relación dominada por los peculiares gustos sexuales de Edward. Bella  le concede todos sus caprichos hasta que él le pide algo que ella no se siente capaz de dar. Sin embargo, antes de que la joven tome una decisión, el destino se entremete y Edward  sufre un grave accidente. ¿Bastarán noventa días para que Bella se atreva a reconocer que una historia de amor como la suya es única e irrepetible?

 

ESTA HISTORIA ES UNA ADAPTACION DE UN LIBRO QUE APENAS ACABO DE LEER QUE ES DEL AUTOR "M.C Andrews" TITULADO DE LA MISMA FORMA PERO CON LOS PERSONAJES DE S. MEYER.

 

 *chikas si lo que quieren es una historia divertida les recomiendo mi otro finc llamado.

"dificil amar *18"

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 22: capitulo * 21

Capítulo 21 

Le dije a Jessica que necesitaba volver a casa unos días para resolver unos asuntos que habían quedado pendientes tras anular mi compromiso con James. No me gustó mentirle y menos después de ver lo generosa y comprensiva que había sido conmigo desde el principio, pero me pareció lo mejor. No iba a decirle que me iba porque su socio quería acostarse conmigo y atarme a su cama cada noche, pero era incapaz de ir conmigo a una boda. No, seguro que creería que me había vuelto loca. A Angela tuve que jurarle que mi partida no tenía nada que ver con lo que ella me había contado de james y no me dejó en paz hasta que le aseguré que asistiría a la boda el sábado y que iría acompañada. Fui al piso y me preparé algo de equipaje. A Alice no la sorprendió que me fuese unos días a casa y lamentó no poder ir conmigo.

Me dijo que aprovechase para pensar y que no se me ocurriese llamar a Edward bajo ningún concepto. A ella le había contado la verdad, más o menos, y le había dicho que se había negado a acompañarme a la boda, con lo que, para Alice, Edward pasó a convertirse en un ser despreciable. El trayecto en avion hasta Forks me resultó completamente opuesto al que había realizado semanas atrás para ir a Londres. En ese primer viaje estaba llena de esperanzas e ilusiones y en ése, en cambio, estaba hecha un lío. No podía dejar de pensar en Edward, en todo lo que me había dicho y que no encajaba para nada con lo que contaban sus ojos. O quizá eso era lo que yo quería ver y la realidad fuera mucho más sencilla. Por suerte, el cansancio terminó pasándome factura y me quedé dormida. Cuando me desperté, el Avion estaba entrando en la aeropuerto  de port angeles  y vi a mi hermano Emmett esperándome en el andén. Me levanté y cogí la bolsa, impaciente por bajar en cuanto saliera a la terminal del avion. A la que Emmett me abrazó, me eché a llorar.

—¿Qué te pasa? ¿Tanto me has echado de menos?

Él volvió a abrazarme y pensé que sí, que lo había echado mucho de menos. Era un alivio saber que al menos él siempre me abrazaría. Después de ese abrazo tan emotivo, Emmett  me cogió la bolsa y me llevó hasta el coche, pasándome un brazo por el hombro, como cuando éramos niños. De camino, me dijo que rosalie  y april me esperaban en su casa para que cenase con ellos esa misma noche, así que tenía el tiempo justo de instalarme en mi antiguo dormitorio, ducharme e ir a su casa.

 Cuando nos metimos en el coche, me sonó el móvil, lo busqué en el bolso y, cuando vi en la pantalla el nombre de la persona que estaba llamando, decidí ignorarlo.

—¿No vas a cogerlo? —me preguntó mi hermano sin apartar la vista de la carretera.

—No.

—Vale.

 El teléfono dejó de sonar y dos segundos después volvió a hacerlo. Miré la pantalla de nuevo y era el mismo número, también vi que había dejado un mensaje. Volvió a colgar y volvió a llamar.

—Quizá deberías contestar —sugirió Emmett—, no parece que tenga intenciones de darse por vencido.

—No quiero hablar con él.

—Pues ponlo en silencio, hermanita.

 —Oh, lo siento.

—Tranquila, a mí Rosalie también me volvía loco.

—Oh, no, esto —sacudí el teléfono— no se parece en nada a lo tuyo con Rosalie.

 —Ya, bueno. No me lo cuentes, pero me alegra ver que has superado lo de James. Aunque, ahora que lo pienso, acabo de darme cuenta de una cosa.

—¿De qué?

—Con él nunca te había visto así —señaló mi hermano con una de aquellas sonrisas suyas tan enigmáticas.

 —No te pongas en plan Obi Wan Kenobi, Emmett Te aseguro que estás muy equivocado.

—Está volviendo a llamar y creo que ya te ha dejado cuatro mensajes.

Miré la pantalla y vi que efectivamente tenía cuatro mensajes de voz y uno de texto. Sólo me atreví a leer el último.

 «Contesta el maldito teléfono, Isabella.»

¿Edward había escrito una palabra malsonante? Quizá Emmett tenía razón. Volvió a sonar y lo cogí.

 —Gracias a Dios —masculló mi hermano en voz baja.

 —¿Se puede saber por qué no cogías el teléfono? —Edward estaba furioso y su voz resonó en mi interior.

 —Porque no quería hablar contigo. ¿Puedo ayudarle en algo, señor Cullen?

Oí que Emmett silbaba tras el volante.

 —¡No me vengas con «señor Cullen»! Y no vuelvas a hacer esto de no coger el teléfono. Estaba preocupado —confesó al fin.

 —¿Por qué?

 —¿Cómo que por qué? Por ti. ¿Acaso no has visto las noticias? Ha habido un accidente múltiple en una de las carreteras de entrada al aeropuerto de Londres . Hay más de veinte víctimas mortales.

—Dios mío. Yo he salido antes , siempre para prevenir congestionamiento para el aeropuerto

 —Pero yo no lo sabía. He pensado que quizá tu hermano había venido a buscarte a Londres y… —Suspiró y sentí su alivio como si fuese propio—. Me alegro de que estés bien, señorita swan. No sé qué habría hecho sin ti.

—Yo… —¿Qué podía decirle? Apenas recordaba por qué me había enfadado con él. Ah, sí, la boda, la boda a la que no quería acompañarme. Carraspeé y tragué saliva para recuperar la voz—. Estoy bien.

—No vuelvas a no cogerme el teléfono. Aunque estés furiosa conmigo, no vuelvas a hacerme esto.

 —De acuerdo. Adiós, Edward.

 —Hasta el lunes, Isabella.

Colgué y noté que mi hermano me estaba mirando.

—Si pretendes decirme que el tal Edward Cullen  no es el motivo de tu visita y de tus lágrimas, es que me consideras más tonto de lo que en realidad soy.

—No, Edward Cullen  es el motivo de todo eso y mucho más, pero ahora no quiero hablar del tema. ¿De acuerdo?

 —¿Mañana?

 —Mañana te lo cuento, pero hoy sólo quiero estar con vosotros y con mi sobrina.

—Trato hecho.

 Estar de nuevo con mi familia y ver a Emmet  con Rosalie me reconfortó, pero al mismo tiempo me obligó a abrir los ojos. Yo seguía queriendo formar una familia, encontrar a ese hombre con el que compartir mi vida. Y ahora ese hombre sólo conseguía imaginármelo con la cara de Edward.  

—Emmett  me ha comentado que estás saliendo con un hombre —me dijo Rosalie cuando mi hermano fue a acostar a la pequeña.

—No exactamente —contesté.

—¿Quieres contármelo?

 

Rosalie y Emmett llevaban toda la vida juntos y ella era como una hermana para mí. Y, para ser sincera, prefería contarle lo de Edward a ella que a mi hermano. Seguro que él se pondría en plan neandertal y no lo entendería.

—Es Edward Cullen, mi jefe —le dije.

 —¿Tu jefe?

—El mismo.

—Oh, Dios mío. Voy a sentarme.

 —Y eso no es todo —proseguí—. Nunca había conocido a ningún hombre como él.

 —De eso no tengo ninguna duda —exclamó Roalie—. Tu hermano va a subirse por las paredes. Salir con tu jefe es muy arriesgado.

—No estamos saliendo.

 —¿Ah, no? Entonces…

—Es complicado.

 —Pues explícamelo —sugirió Rosalie.

 —Edward y yo somos amantes —dije, a falta de otra explicación.

—¿Sólo os encontráis para acostaros?

—No, no, qué va.

—¿Entonces?

—Edward es muy intenso.

 —¿En qué sentido?

 —En todos y hay muchas cosas que dice que no puede hacer, como por ejemplo acompañarme a la boda del sábado.

—Suena demasiado complicado, bella. ¿Estás segura de que vale la pena que lo pases tan mal por un hombre así? ¿Y sólo por sexo?

—Sí, estoy segura. Y no es por el sexo. Lo que hay entre Edward y yo… —Suspiré frustrada conmigo misma y con la realidad—. Mira, sé que él no es como Emmett, ni siquiera como James. edward no se parece a ningún hombre que yo haya conocido. Todavía no le entiendo y no sé si encontraremos el modo de estar juntos, pero sé que vale la pena intentarlo. Que jamás podría seguir adelante si no lo intento.

—Entonces, cuenta conmigo. Pero ve con cuidado, no quiero que vuelvan a hacerte daño.

—No te preocupes, lo tendré.

Me despedí de mi hermano y de mi cuñada y regresé andando a casa de mis padres. Ellos estaban de viaje, así que tenía la casa para mí sola. Fui paseando por la calle principal y giré al llegar al parque que rodeaba la escuela. En un impulso, me acerqué a un columpio y me senté.

 Me sonó el móvil y contesté sin mirar la pantalla.

—Hola, Edward.

 —Hola —saludó él a su vez—. ¿Dónde estás?

 —Sentada en un columpio de la vieja escuela.

 —¿Sola?

—Sí, sola. ¿Y tú?

—En casa.

«En casa.» ¿Por qué me había dado un vuelco el corazón? Nos quedamos en silencio y él fue el primero en volver a hablar.

 —Pensaré en ti, Isabella. Piensa en mí, ¿quieres?

 —Buenas noches, Edward

—¿Llevas la cinta de cuero en la muñeca? —me preguntó él entonces. Miré y vi que sí. Estaba tan acostumbrada a llevarla que ya no lo notaba.

 —Sí. Debería quitármela.

 —No.

—¿Por qué?

 Tardó varios segundos en contestar.

—¿Te acuerdas cuando te conté que había estado en ese club sadomasoquista?

—Sí, me acuerdo.

—Te dije que había algunos aspectos de ese tipo de vida que sí encajaban conmigo y uno de ellos es el collar que entrega siempre el miembro dominante de la pareja al sumiso. Es un símbolo de su unión. Algo así como un anillo de casados, pero más intenso, más duradero, menos hipócrita. Cuando un sumiso acepta llevar el collar del dominante está diciendo que le entrega toda su vida, que confía en él o en ella para que tome todas las decisiones importantes, que le da su cuerpo y su alma y todos sus sentimientos.

»El día que hice la copia de la llave de mi apartamento le puse la cinta de cuero con la esperanza de que algún día me dejaras que te la pusiera alrededor del cuello. Y cuando vi que te la habías puesto en la muñeca —carraspeó—, bueno, ya sabes lo que sucedió. Tendría que habértelo contado, no debería haber dejado que te la pusieras sin saber lo que significaba para mí.

 ¿Edward creía que el matrimonio era una unión hipócrita? ¿Que el vínculo que podía existir entre una pareja sadomasoquista era más intenso o más duradero que el amor?  Dios mío.

—Ahora lo sé —le dije, intentando encontrarle sentido a aquella revelación.

 —Ve a acostarte, Isabella. Es muy tarde y ninguno de los dos sabemos lo que estamos diciendo.

—Tú también. —No podía dejar de mirar la cinta que me rodeaba la muñeca—. Edward…

—¿Sí?

—Ayúdame a entenderte, por favor. O, si no —tragué saliva y reprimí un sollozo— deja de llamarme. Déjame ir.

—Mi madre era la mujer más dulce del mundo y murió en un accidente de coche con un hombre que la maltrataba y la engañaba.

—Oh, lo siento.

—Ésta es la primera vez que digo esta frase en voz alta.

—Edward…

—Mi padre maltrataba y engañaba a mi madre y el muy bastardo la mató por conducir borracho y a mí me dejó con mi tío, el hombre con el que llevaba años acostándose. Mi hermana y yo también íbamos en el coche.

¿Hermana? ¿Edward tenía una hermana?

—¡Oh, Dios mío! —Me llevé una mano a la boca.

—No sé si así podrás entenderme y preferiría hacer cualquier cosa antes que contarte toda la verdad, porque, créeme, ese accidente, por horrible que te parezca, no fue lo peor. —Suspiró—. Quizá incluso fue la salvación de mi madre. Mi hermana… Tengo que colgar, adiós.

—¡Edward , no!

Tenía que verlo, tenía que consolarlo y decirle que le quería. No podía ni imaginarme por lo que había pasado. Cuando sus padres murieron él tenía diez u once años… ¿y ya sabía todas esas cosas? ¿Qué le había hecho exactamente su padre a su madre? ¿Y su tío? ¿Y su hermana también había muerto en el accidente? ¿Su padre y su tío eran amantes? No era de extrañar que Edward  no se atreviese a confiar en nadie y que sólo fuese capaz de sentir algo teniendo el control absoluto de la situación.

—No me cuelgues, por favor —repetí con lágrimas en la voz.

—Estaré bien, Isabella. Llevo años viviendo conmigo mismo, por eso no quería contártelo, porque sabía que te preocuparías por mí.

 —Pues claro que me preocupo por ti, te quiero.

 —No, no lo merezco. No quería tener esta conversación por teléfono; de hecho, no quería tenerla nunca. Ahora voy a colgar y tú vas a subir a ese coche que está esperándote en la esquina… Miré hacia el lugar en cuestión y, efectivamente, vi uno de los coches de Edward con su chófer.

 —¿Me has mandado un coche?

No sabía si enfadarme o darle las gracias.

—Por supuesto —afirmó, con su arrogancia de siempre y, tras unos segundos, añadió con una voz algo distinta—: Cuando he oído lo del accidente —carraspeó—… no iba a permitir que te sucediese algo. No te preocupes, Frederick está alojado en el hotel de la ciudad y se quedará hasta que vuelvas.

—No quiero que tu chófer se quede haciéndome de niñera.

—Frederick no es ninguna niñera, es cinturón negro y habla siete idiomas. Procura que no se entere de que lo has llamado así. Se quedará y te llevará a donde quieras. Y el sábado te traerá a Londres a tiempo para la boda. No le compliques la vida al pobre hombre, le he dicho que si le das esquinazo lo despediré.

—Ah, no, Edward. Eres muy hábil. Sabes que así me sentiré culpable y te seguiré el juego.

—Eso lo has dicho tú, no yo. Ve a dormir y descansa. Disfruta de estos días con tu familia.

 —¿Y tú qué harás?

—Esperar a que Frederick me llame para contarme qué estás haciendo y llamarte luego para hablar contigo. Nos vemos el lunes, señorita Swan. Buenas noches.

 —Buenas noches, Edward.

Colgué y me levanté del columpio para ir a saludar al pobre hombre.

—Buenas noches, Frederick, lamento que el señor Cullen lo haya hecho venir hasta aquí.

—No es ninguna molestia, señorita. Es un placer volver a verla —me contestó, al abrirme la puerta—. ¿La llevo a su casa, señorita Swan?

 —Sí, Frederick, pero llámeme Bella, por favor. Al parecer, va a pasar unos cuantos días conmigo.

—Como usted quiera, señorita bella

Capítulo 21: capitulo * 20 Capítulo 23: capitulo * 22

 


Capítulos

Capitulo 1: CAPITULO *1 -Royal London Hospital Capitulo 2: CAPITULO* 2 -Noventa días antes Capitulo 3: CAPITULO *3 Capitulo 4: CAPITULO* 4 Capitulo 5: CAPITULO*5 Capitulo 6: CAPITULO *6 Capitulo 7: CAPITULO*7 Capitulo 8: CAPITULO -8 Royal London Hospital Capitulo 9: capitulo * 9 Capitulo 10: CAPITULO * 10 Capitulo 11: CAPITULO *11 Capitulo 12: CAPITULO * 12 Capitulo 13: CAOITULO *13 Capitulo 14: capitulo *14 Capitulo 15: CAPITULO *15 Capitulo 16: capitulo *16 Capitulo 17: AVISO (NUEVO FAN FINC EN PROCESO) Capitulo 18: capitulo *17 Capitulo 19: capitulo *18 Capitulo 20: capitulo *19 Capitulo 21: capitulo * 20 Capitulo 22: capitulo * 21 Capitulo 23: capitulo * 22 Capitulo 24: capitulo* 23 Capitulo 25: capitulo *24 Capitulo 26: CAPITULO *25 Capitulo 27: CAPITULO * 26 Capitulo 28: capitulo * 27 Capitulo 29: CAPITULO*28 "LA CINTA" EPOV Capitulo 30: CAPITULO *29 EPOV Capitulo 31: CAPITULO* 30 EPOV Capitulo 32: capitulo*31 EPOV Capitulo 33: capitulo*32 EPOV Capitulo 34: capitulo *33 EPOV Capitulo 35: CAPITULO*34 "TODOS LOS DIAS" Capitulo 36: CAPITULO *35 Capitulo 37: CAPITULO*36 Capitulo 38: CAPITULO*37 Capitulo 39: CAPITULO*38 Capitulo 40: CAPITULO*39 Capitulo 41: capitulo*40 Capitulo 42: capitulo *41 Capitulo 43: CAPITULO*42 Capitulo 44: CAPITULO*43 Capitulo 45: capitulo*44 Capitulo 46: capitulo*45 Capitulo 47: capitulo*46 Capitulo 48: capitulo*47 Capitulo 49: capitulo *48 Capitulo 50: CAPITULO *49 Capitulo 51: capitulo *50 Capitulo 52: capítulo*51 Capitulo 53: capitulo /52 Capitulo 54: capitulo 53 Capitulo 55: capitulo *54 Capitulo 56: capitulo 55**sin fin** Capitulo 57: capitulo *56 Capitulo 58: capitulo *57 Capitulo 59: CAPITULO*58 Capitulo 60: CAPITULO*59 Capitulo 61: capitulo *60"evitando lo obio" PV ALICE Capitulo 62: PV jASPER Capitulo 63: Capitulo 62 Capitulo 64: CAPITULO 63 Capitulo 65: epilogo1

 


 
14439202 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10756 usuarios