NOVENTA DIAS (+18)

Autor: ROSSE_CULLEN
Género: Drama
Fecha Creación: 03/03/2013
Fecha Actualización: 26/07/2014
Finalizado: SI
Votos: 26
Comentarios: 79
Visitas: 141792
Capítulos: 65

"CHICAS ESTA HISTORIA ESTA LLEGANDO ASU FINAL SIGAN VOTANDO Y COMENTEN UN FINAL ALTERNATIVO"

Tras poner punto final a su relación días antes de la boda, Isabella  Swan decide romper con su vida anterior y se muda a Londres dispuesta a empezar de cero. Ella cree estar lista para el cambio, pero nada la ha preparado para enfrentarse a Edward Cullen. Edward sabe que nunca podrá dejar atrás su tormentoso pasado, aunque para no asfixiarse en éste hace tiempo que se impuso unas estrictas normas que rigen todas sus relaciones. Y jamás se ha planteado transgredirlas? hasta que conoce a Isabella. Arrastrados por la pasión y el deseo, vivirán una intensa relación dominada por los peculiares gustos sexuales de Edward. Bella  le concede todos sus caprichos hasta que él le pide algo que ella no se siente capaz de dar. Sin embargo, antes de que la joven tome una decisión, el destino se entremete y Edward  sufre un grave accidente. ¿Bastarán noventa días para que Bella se atreva a reconocer que una historia de amor como la suya es única e irrepetible?

 

ESTA HISTORIA ES UNA ADAPTACION DE UN LIBRO QUE APENAS ACABO DE LEER QUE ES DEL AUTOR "M.C Andrews" TITULADO DE LA MISMA FORMA PERO CON LOS PERSONAJES DE S. MEYER.

 

 *chikas si lo que quieren es una historia divertida les recomiendo mi otro finc llamado.

"dificil amar *18"

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 26: CAPITULO *25

HOLA CHICAS SE QUE ME TARDADO UNPOCO EN ACTUALIZAR PERO HAGO LO QUE PUEDO. ALAS CHICAS Q ME HAN DEJADO SU COMENTARIO: BELLSSWANCULLEN, RBLACK, JUDITH, MELII, KINR, ALEJANDRA, BECHI, SABRIICULLEN, MONI CULLEN, MARAMF, BENNET, HAF276, LYLY. 

ATODAS Y LAS QUE SOLO ME HAN LEIDO MUCHAS GRACIAS ESO SIGNIFICA QUE LES ESTA GUSTANDO MUCHO ESTE FAN FINC .

ALAS QUE ME HAN PEDIDO LA ADANTACION DEL LIBRO (LA CINTA) PORTO TENDRAN SORPRESAS.

UNA COSA MAS QUIERO SABER SUGERENCIAS, PROPUESTAS O  COMENTARIOS SOBRE LO QUE PASARA  CON EDWARD Y BELLA SE HACECAR EL FINAL Y SEGURO LAS SORPRENDERA.

 BESOS A TODAS CHICAS Y ESPERO QUE SIGAN VOTANDO Y COMENTANDO.

PD. MELII SI PASE A LEER TU FINC Y VOTE Y COMENTE SOBRE EL ES MUY BUENO SIGUE ASI. SALUDOS 

-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

 

 

Capítulo 25 

Después de esa noche, después de las horas que me pasé llorando ya en casa, llegué a la conclusión de que, efectivamente, era incapaz de separar el sexo del amor y me había enamorado de Edward cullen  como una idiota.

 Y lo peor de todo era que mis entrañas me decían que él sentía lo mismo por mí y que, sin embargo, no iba a ceder. Edward no iba a dejarme entrar en su pasado. Probablemente, muchas mujeres me dirían que me conformase con lo que me había dado, pero yo, aunque había intentado engañarme a mí misma al respecto, no iba a poder soportarlo.

Sí, el sexo era maravilloso, increíble, probablemente jamás volvería a encontrar un amante como él, pero si tenía que irme de su piso más veces como esa noche, como si fuese un ligue, o algo mucho peor, mi dignidad y mi orgullo no iban a poder soportarlo. Y tarde o temprano se lo haría pagar a él.

Sorbí por la nariz y me sequé las lágrimas. En eso Edward sí había tenido razón. Lo nuestro, fuera lo que fuese, iba a terminar. Ahora sólo tenía que superarlo y decidir si, a pesar de todo, de mi corazón roto y de mi orgullo herido, podía quedarme a trabajar en Stanley & Cullen.

 Y la respuesta, lamentablemente, era no.

No iba a volver a Forks, eso seguro. Me quedaría en Londres y buscaría otro empleo, quizá Jessica pudiese recomendarme a alguien.

 Estaba agotada, física y emocionalmente, y pronto volvería a llorar o atacaría la nevera y me comería una tarrina de helado entera yo sola. Para evitarlo, me eché agua en la cara, me lavé los dientes y me metí en la cama. Si tenía suerte, soñaría con Edward.

 Cuando me desperté la mañana siguiente, seguía decidida a decirle a Edward que no podía seguir así. No podía seguir viéndolo sabiendo que la única de los dos que arriesgaba su corazón era yo. Sí, tenía que decírselo, pero una parte de mí se empeñaba en discutírmelo. Era la misma parte que sabía que él no haría nada para impedírmelo y probablemente eso era lo que más me dolía.

 El bufete no era lugar para tener aquella conversación, sin embargo, era el lugar idóneo para hablar con Jessica y empezar a cambiar mi vida.

Otra vez. Saludé a Zafrina al entrar y le pregunté si la señora Stanley ya había llegado. Al decirme ella que sí, me dirigí al despacho antes de que me fallasen las fuerzas.

—Adelante —oí que decía Jessica desde dentro, tras golpear la puerta con los nudillos.

—Buenos días, Jessica.

—Buenos días, Bella, pasa.

—Necesito hablar contigo —dije sin más preámbulos.

 —¿Sucede algo?

 Me señaló una de las sillas que había delante de su mesa y me invitó a sentarme. Así lo hice y me cogí las manos para que ella no viese que me temblaban.

—Te estoy muy agradecida por haberme dado la oportunidad de trabajar aquí. He aprendido mucho, pero…

—Un momento —levantó la mano para indicarme que me detuviese—, ¿te quieres ir?

—Creo que es mejor que busque trabajo en otro bufete. Si pudieras escribirme una recomendación, te lo agradecería.

Ella se quedó unos segundos en silencio y me miró.

—¿Es por Edward? —preguntó, con una mirada extraña, entre furiosa y ofendida.

Me sonrojé y deseé que la Tierra se me tragase. Estaba convencida de que nadie lo sabía.

—No creo que lo sepa nadie más —dijo Jessica como si me hubiese leído el pensamiento; su rostro carecía de toda expresión—, pero hace muchos años que conozco a Edward y nunca lo había visto así. Llevo semanas sospechándolo y ahora mismo tú acabas de confirmármelo.

—Yo no he dicho nada.

—No hace falta. Mira, si estoy equivocada y entre él y tú no hay nada, no tienes ningún motivo para abandonar un trabajo que es más que evidente que te gusta. Y si no lo estoy —añadió, antes de que yo pudiese decir nada— tampoco. Piénsalo bien, Bella.

Iba a decirle que se equivocaba, que sí tenía motivos para marcharme de Stanley & Cullen, pero de repente comprendí que Jessica tenía razón. En realidad no tenía ningún motivo. Lo único que me había llevado a aquel despacho había sido el miedo a sufrir, el miedo a que Edward me hiciese daño y no poder soportarlo.

 Y ahí era donde me equivocaba; sí podía soportarlo. Por supuesto que podía, pensé convencida. Y esa convicción salió de lo más profundo de mi ser, de una parte que, irónicamente, había descubierto gracias a Edward Cullen. Yo era una mujer fuerte y podía superar cualquier cosa.

—Tienes razón —balbuceé, todavía algo incrédula.

—Por supuesto que la tengo —afirmó ella con una sonrisa enigmática—. Y ahora sal de aquí y ponte a trabajar. Angela no vuelve hasta dentro de unos días.

—Claro. —Me puse en pie y la miré—. Gracias, Jessica.

Ella asintió y yo me di media vuelta para irme. Estaba frente a la puerta cuando sus palabras me detuvieron:

 —¿Bella? Ten cuidado con Edward.

Salí de allí antes de preguntarle si la advertencia iba dirigida a mí o a él, porque sentí unos celos horribles al intuir que jessica sabía algo de Edward que yo desconocía.

Había impedido que abandonase el bufete, pero ¿por qué? ¿Porque era hija de su mejor amiga de la infancia? Su razonamiento había sido perfectamente lógico, pero yo seguía teniendo el presentimiento de que algo no encajaba. Probablemente fuesen imaginaciones mías, concluí al final, y opté por centrar todos mis esfuerzos en el trabajo.

No vi a Edward en todo el día y me fui a casa convencida de que iba a tener un respiro y decidida a aprovecharlo para pensar, pero a las diez de la noche descubrí que estaba equivocada.

—¿Quién diablos puede ser a estas horas? —pregunté en voz alta al oír el timbre.

Alice no estaba, había salido con unos compañeros del trabajo… pero ella, lógicamente, tenía llaves de su casa.

—Soy yo, abre.

Le di al botón sin pensar. Tardé unos segundos en comprender que edward era un engreído y un maleducado por hablarme así. Y eso era exactamente lo que le habría dicho al verlo, de no ser porque, cuando le abrí, vi algo en sus ojos que me detuvo.

—¿Por qué le has dicho a Jessica que querías irte de stanley & Cullen? —me preguntó furioso en la puerta del piso. Era la primera vez que Edward estaba allí y no parecía encajar—. Y sin hablar conmigo antes.

Bueno, al menos esa frase me recordó lo que había decidido la noche anterior.

—¿Por qué tendría que hablarlo contigo?

Me aparté de la puerta para que entrase, pero me crucé de brazos y no me acerqué a darle ningún beso.

—Isabella —me advirtió él.

—Isabella, ¿qué? Las normas de esto —nos señalé a los dos— están muy claras. Tú mismo las fijaste y creo que hablar contigo de mi futuro profesional no estaba incluido en ninguna de ellas.

—No seas sarcástica.

—Y tú no te hagas el ofendido y el tonto, Edward, no te pega.

—¿Qué diablos te pasa? Ayer…

—Sí, ayer fui a tu fantástico apartamento y dejé que me follases, pero hoy no tengo ganas.

—No hables así.

 Tenía los ojos tan negros que pensé que se le fundirían de un momento a otro.

—¿Por qué no? Tú hablas así, ésos son los términos que utilizas para referirte a lo nuestro. —Ahora que había empezado, no podía parar—. Tú nunca me cuentas nada. Nada. Si quiero hacerte una pregunta, tengo que esperar siete noches. — Levanté una mano para detenerlo—. Sí, sé que accedí a esas condiciones, Edward, pero —me falló el valor y se me llenaron los ojos de lágrimas—… pero —conseguí decir tras tragar saliva— tenías razón. Yo no soy así, no estoy hecha para estas cosas. Necesito algo más. No te pido que me propongas matrimonio, ni que renuncies a tus preferencias sexuales, pero necesito saber algo de ti. Algo que me permita creer que soy algo más que una mujer dispuesta a seguirte juego.

—Lo eres —afirmó rotundo—. Mucho más.

—¿Y cómo lo sé, Edward?

Se quedó mirándome en silencio y lo vi tan confuso que por un segundo estuve tentada de decirle que no pasaba nada, que podíamos seguir como hasta entonces, pero me contuve. Tenía que ser fuerte. Si quería tener la más mínima posibilidad de sobrevivir, tenía que ser fuerte.

—Vete, Edward. Tú mismo dijiste que tarde o temprano lo nuestro terminaría.

Él no se movió. Me acerqué a la puerta y la abrí de nuevo.

—Mi hermana no murió en el accidente de coche. Se suicidó. Ella… —apretó la mandíbula y apartó la mirada un segundo—… tenía dieciséis años cuando lo hizo. Yo tenía doce.

—¡Dios mío! —Me llevé una mano al corazón.

—Yo la encontré. —Volvió a apartar la vista un momento y vi que abría y cerraba los puños—. No me obligues a contarte nada más. —Esperó un segundo antes de mirarme a los ojos—. Por favor.

Corrí a su lado y lo abracé.

—No, tranquilo.

Noté que temblaba, pero no como cuando hacíamos el amor, era un temblor distinto, uno que parecía salir de dentro de su alma. Se me desgarró el corazón y decidí que no pararía hasta descubrir cómo compensarlo por todo el daño que había sufrido.

Él también me abrazó y, a medida que iban pasando los minutos, noté que iba relajándose y convirtiéndose en el Edward de siempre.

—Cuando Jessica me ha dicho que te habías planteado irte del bufete, me he puesto furioso —empezó a decir con su tono habitual—, pero cuando he podido pensar con claridad, me he preguntado cuál era el verdadero motivo de mi enfado.

—¿Y cuál es?

—Yo también necesito algo más, Isabella. —Se apartó un poco y me miró a los ojos—. No sé exactamente qué, ni cuánto, ni cómo. Ni si seré capaz. Pero sé que necesito averiguarlo. Contigo.

 —De acuerdo.

—Le he dicho a Jessica que nos íbamos un par de días de vacaciones.

—¿Y adónde vamos?

Podría decirle que no tenía derecho a organizarme la vida, ésa sería probablemente la respuesta más profesional y más propia de una mujer independiente, pero en aquel instante no quería ser una de esas mujeres. Quería ser la mujer de Edward.

—A Italia, a un pueblo de la Toscana. Tengo una casa allí, cerca de unos viñedos con la puesta de sol más bonita del mundo. La compré hace años y tú el otro día me dijiste que uno de los mejores recuerdos que tenías era de un par de veranos que pasaste en Italia con tu familia. Ya sé que no es verano, pero quiero llevarte allí.

—Edward. —Me puse de puntillas y le di un beso en la mejilla—. Gracias.

—Prepara una bolsa, nada complicado. El avión nos está esperando en el aeropuerto.

—¿Y si te hubiese dicho que no? —le pregunté, disfrutando de aquellos instantes tan íntimos y relajados entre los dos.

—Habría insistido hasta que me dijeses que sí.

Edward condujo hasta una de las pistas privadas del aeropuerto de Heathrow, donde nos estaba esperando un jet para llevarnos a Italia. Aterrizamos al cabo de un par de horas y él se despidió del piloto mientras yo cogía la bolsa con nuestra ropa. Bajamos y me llevó hasta un todoterreno, oscuro igual que todos sus coches, y me abrió la puerta. Volvió a besarme al ponerme el cinturón.

—Espero que sólo me ayudes a mí a abrochármelo —le dije cuando se apartó. Edward me sonrió.

—También se lo pongo a mi abuela, pero a ella la beso de otro modo.

—¿Tu abuela sigue viva? —le pregunté sorprendida. No tenía ni idea.

—Sí, vive en Edimburgo.

—Quizá algún día… —empecé, pero en seguida me mordí la lengua.

—Me encantaría que la conocieras —admitió él, entrelazando los dedos de una mano con los míos. ¡Oh, Dios!

—Tengo que llamar a Alice para decirle dónde estoy —dije de repente, al ver el mar Mediterráneo a mi derecha bañando por la luna.

—Alice está al corriente de todo. Al salir del bufete me he encontrado con Jasper y se lo he contado. Me tienes tan confuso que al parecer ahora cometo estupideces como ésa.

—Me alegro de que volváis a ser amigos.

 —Jasper me ha dicho que había quedado con Alice, así que deduzco que se lo ha contado. Me ha parecido muy interesado en tu compañera de piso.

—Sí, creo que ella le causó una fuerte impresión.

—Jasper es un gran tipo, tendrías que haberte fijado en él.

—Ya me he fijado en un gran tipo —repuse—. Además, Jazz es demasiado rubio.

Edward soltó una de sus pocas carcajadas, que me hacían sentir un cosquilleo en el estómago. Nos quedamos un rato en silencio, él tenía la mirada fija en la carretera y yo en las estrellas.

—Gracias por contarme lo de tu hermana, ha significado mucho para mí —le confesé, porque ya no podía seguir reprimiéndolo.

—Creía que te perdía.

—No vas a perderme.

—Eso sí que no puedes prometérmelo. Tú sigues creyendo que soy el personaje de una novela, pero no es así.

—Pase lo que pase, no importa lo que me cuentes acerca de ti o de tu pasado, no me perderás. Tienes que creerme, Edward.

—Estamos a punto de llegar. Mira.

Giramos por una carretera secundaria y tras unas rocas apareció la playa. Era una cala pedregosa en la que se escondía una única casa. Edward  condujo hasta la verja de hierro y la abrió con un mando a distancia que había en la guantera del todoterreno. Aparcó en el interior de un jardín y luego bajó para abrirme la puerta y ocuparse de las bolsas.

—Quédate aquí —me dijo.

Vi que se acercaba a la casa, entraba y segundos más tarde se encendieron las luces de varias ventanas. Estaba cansada, la boda, la emoción de ver a Edward, el vuelo hasta Italia, pero en cuanto lo vi salir de la casa sonriéndome y pasándose nervioso las manos por el pelo, pensé que podía seguir despierta tanto como fuese necesario.

—Probablemente creerás que soy un bastardo, pero llevo días deseando hacer esto y no puedo contenerme más.

Fue lo que me dijo antes de empujarme contra el coche y besarme con todas sus fuerzas. Se pegó a mí y noté que le temblaban las manos y que estaba muy excitado. Casi tanto como yo. Levanté las manos para tocarlo, pero Edward me las cogió y las pegó al coche. Me besó y con la lengua imitó los movimientos que ambos queríamos hacer con otras partes del cuerpo. Gemí.

Se me aceleró el corazón y se me derritieron las rodillas. Y pensé que moriría allí mismo si no me hacía el amor. Me cogió en brazos y me susurró:

—Sujétate a mí, cariño.

 

Subió los escalones de dos en dos y me llevó hasta una habitación con una cama con dosel y con preciosas vistas al mar y a la luna. Me dejó de pie frente a ella y se apartó. Lo vi acercarse a su bolsa y luego volvió a mí con la cinta negra de seda entre las manos y algo más, una especie de pequeño saco negro de raso, que dejó junto a la cama.

—¿De verdad quieres saberlo todo de mi? —me preguntó, mirándome a los ojos.

—Sí.

Respiró hondo antes de volver a hablar.

—Necesito hacer esto, Isabella. Por primera vez en mi vida quiero compartirlo todo con otra persona. Contigo. Quiero ser yo. Sin disfraces, sin mentiras, sin secretos. No sé si seré capaz de lograrlo, pero quiero intentarlo. Estoy dispuesto a todo con tal de no perderte.

—No me perderás —le repetí.

—No me prometas nada todavía.

—Está bien —accedí.

—Cierra los ojos y deja que te los vende. Te enseñaré qué es lo que quiero, lo que necesito, del único modo que soy capaz.

Los cerré.

Capítulo 25: capitulo *24 Capítulo 27: CAPITULO * 26

 


Capítulos

Capitulo 1: CAPITULO *1 -Royal London Hospital Capitulo 2: CAPITULO* 2 -Noventa días antes Capitulo 3: CAPITULO *3 Capitulo 4: CAPITULO* 4 Capitulo 5: CAPITULO*5 Capitulo 6: CAPITULO *6 Capitulo 7: CAPITULO*7 Capitulo 8: CAPITULO -8 Royal London Hospital Capitulo 9: capitulo * 9 Capitulo 10: CAPITULO * 10 Capitulo 11: CAPITULO *11 Capitulo 12: CAPITULO * 12 Capitulo 13: CAOITULO *13 Capitulo 14: capitulo *14 Capitulo 15: CAPITULO *15 Capitulo 16: capitulo *16 Capitulo 17: AVISO (NUEVO FAN FINC EN PROCESO) Capitulo 18: capitulo *17 Capitulo 19: capitulo *18 Capitulo 20: capitulo *19 Capitulo 21: capitulo * 20 Capitulo 22: capitulo * 21 Capitulo 23: capitulo * 22 Capitulo 24: capitulo* 23 Capitulo 25: capitulo *24 Capitulo 26: CAPITULO *25 Capitulo 27: CAPITULO * 26 Capitulo 28: capitulo * 27 Capitulo 29: CAPITULO*28 "LA CINTA" EPOV Capitulo 30: CAPITULO *29 EPOV Capitulo 31: CAPITULO* 30 EPOV Capitulo 32: capitulo*31 EPOV Capitulo 33: capitulo*32 EPOV Capitulo 34: capitulo *33 EPOV Capitulo 35: CAPITULO*34 "TODOS LOS DIAS" Capitulo 36: CAPITULO *35 Capitulo 37: CAPITULO*36 Capitulo 38: CAPITULO*37 Capitulo 39: CAPITULO*38 Capitulo 40: CAPITULO*39 Capitulo 41: capitulo*40 Capitulo 42: capitulo *41 Capitulo 43: CAPITULO*42 Capitulo 44: CAPITULO*43 Capitulo 45: capitulo*44 Capitulo 46: capitulo*45 Capitulo 47: capitulo*46 Capitulo 48: capitulo*47 Capitulo 49: capitulo *48 Capitulo 50: CAPITULO *49 Capitulo 51: capitulo *50 Capitulo 52: capítulo*51 Capitulo 53: capitulo /52 Capitulo 54: capitulo 53 Capitulo 55: capitulo *54 Capitulo 56: capitulo 55**sin fin** Capitulo 57: capitulo *56 Capitulo 58: capitulo *57 Capitulo 59: CAPITULO*58 Capitulo 60: CAPITULO*59 Capitulo 61: capitulo *60"evitando lo obio" PV ALICE Capitulo 62: PV jASPER Capitulo 63: Capitulo 62 Capitulo 64: CAPITULO 63 Capitulo 65: epilogo1

 


 
14439233 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10756 usuarios