Sufrir, Vivir, Amar (+18)

Autor: Maricoles
Género: Romance
Fecha Creación: 07/05/2012
Fecha Actualización: 08/10/2013
Finalizado: SI
Votos: 20
Comentarios: 76
Visitas: 112295
Capítulos: 33

La vida de Bella ha sido muy dura, su madre la abandono siendo muy pequeña, su padre la ignoro, su mejor amiga la traiciono y la entrego a su novio para que abusara de ella.. como enfrenta Bella la vida después de esto.
¿Será que Bella si permitirá que el amor de Edward tenga cabida en su corazón?

+18

SUFRIR, VIVIR Y AMAR

INTRODUCCIÓN

Soy Isabella Swan una chica común y corriente, Victoria es mi mejor amiga, prácticamente mi hermana. Mi madre nos dejó a mi papá y a mi hace muchos años, por el papá de Victoria, Phil. Desde que mamá se fue la mamá de Victoria pasó a ser una segunda madre para mí. Es muy irónica la vida, la mujer que ha cuidado de mi es la mujer a la que mi madre le quito el marido. Su nombre es Lilly, ella es una mujer hermosa y muy buena.

Victoria y yo somos como hermanas, solo que Victoria es alta, pelirroja y bastante atractiva, sus son ojos azules como los de su padre; yo soy todo lo contrario, soy bajita, mi cabello y ojos son de color chocolate, herencia de mi papá. Mucha gente no entiende nuestra amistad, pero cuando mamá nos dejo Lilly habló con Charlie, mi papá, y ella se ofreció a ayudarle, cuidando de mi.

 

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 32: Capitulo 29. Final

Disclamer: Los personajes son de S. Meyer, la historia es mía.

Millones de gracias a Eve, que hizo que las locuras que pasan por mi cabeza tuvieran un modo decente de poder decirselas, Gracias infinitas a Vanessa quien se unió mas tarde a darle un poco mas de forma a esto a Aryam quien me da muy buenos consejos y sobre todo a cada una de las que me lee, a las desde el principio y a quienes a penas se unieron a esta locura.

Les dejo el final y en unos días, no se cuantos, un pequeño epilogo.

Capítulo beteado por Eve Runner, Beta FFAD: www facebook com / groups / betasffaddiction

Capítulo 30: Amor y plenitud.

"El amor es la luz que ilumina y da belleza a la foto de la vida."

Juan

.

.

.

Edward POV

El día había iniciado de modo muy extraño, todo el día tuve día un presentimiento desagradable, me decía que algo estaba mal; pero tenía muchísimo trabajo y no podía dejarlo de lado. Aro iba a dejar la presidencia y necesitábamos demostrar que seguiríamos siendo fuertes y confiables.

Yulia había cometido varios errores, eso me ponía de malas. Hablé con ella y me dijo que su hermano andaba en líos de drogas y eso la tenía distraída, pero se comprometió a concentrarse en su trabajo.

Miré de nuevo el documento que se suponía debía estar leyendo, pero simplemente no podía hacerlo; algo me decía que estaba mal, que algo iba mal. Tomé el teléfono y llamé a la oficina de Bella.

—Buenas tardes, oficina de la abogada Swan… —Escuché un diablos bajito y eso me hizo reír. Erick no podía acostumbrarse a llamarla Cullen—. ¿En qué puedo atenderlo?

—Erick, soy Edward, es el teléfono interno —aclaré sarcástico—. Pásame a la señora Cullen.

—Ella salió, me dijo que iba por Ethan y luego irían al parque.

—¡Diablos! No me gusta que ande sola. Gracias, Erick.

—De nada guapo —dijo y colgó.

Llamaría a Bella en media hora, en cuanto terminara con este documento, últimamente le daba por caminar en el parque. Ella no entendía que había muchos locos sueltos, sobre todo la loca de Renée. Parecía que Bella no se daba cuenta de todos los peligros que la rodeaban.

Decidí concentrarme en mi caso y salir lo más temprano posible. Tendría una larga plática con Bella, tal vez contratara a alguien que hiciera las veces de chofer y guardaespaldas.

El teléfono sonó varias veces pero necesitaba terminar, no podía distraerme, esperaría a que Yulia contestara, sin embargo el teléfono no dejaba de sonar, miré el reloj eran casi las siete de la noche, había olvidado llamar a Bella. Busqué a Yulia pero al parecer hacía mucho se había ido. Contesté el teléfono cuando volvió a sonar.

—Edward, soy Rose, ¿está Bella contigo? No ha llegado a casa y estamos preocupados.

Todo comenzó a darme vueltas, intenté calmarme.

—Rose… —Lo sabía. Bella no debía de estar sola, debí haberle hecho caso a mi instinto—. Hace mucho tiempo que salió de aquí, llama a la policía, tenía a Ethan con ella, algo paso. Estoy seguro, me lo dice el corazón.

Las siguientes horas se convirtieron en las más espantosas de mi vida y cuando llegó un supuesto mensaje de Bella todo fue peor. ¿Dónde diablos estaba? ¿Quién la tenía? Charlie había logrado hacer que la policía se moviera con premura, gracias a la denuncia previa contra Renée y a favores que pidió. Toda la familia estaba informada y cada uno estaba haciendo lo mejor para ayudar.

Jasper contactó a todos sus conocidos, por si alguna embarazada o algún niño con su descripción aparecía en urgencias; Alice nos mantenía a todos alimentados; Rose… digamos que Rose tomó la coordinación de todo; yo no tenía cabeza para nada, sentía como si el mundo se hubiera congelado.

Emmett intentaba hacerme entrar en razón, pero simplemente me había convertido en una especie de zombie. Mamá y papá se turnaban para cuidar a Charlize.

Bella llevaba perdida días, no había ido a trabajar, delegué mis casos a Rose, a Jake y a Ben. Yo solo me sentaba en la habitación de Kayden. Me sentía morir.

Escuché el timbre, ¿cuántos días habían pasado? Uno, tres, mil… No sabía, lo único que sabía que Bella estaba lejos de mí, que alguien me la había quitado junto con mis hijos.

¿Quién tocaba el timbre tan insistentemente? ¿Por qué nadie abría la maldita puerta?

Me tapé la cara con las manos, ¡cielos! Mi familia estaba desaparecida, ¿y qué hacía yo? Derrumbarme como idiota, tenía que salir buscarlos, necesitaba moverme, no podía dejarle la responsabilidad de cuidar a mi familia a los demás.

Escuché como si una manada de elefantes viniera hacia mí, la puerta se abrió y Emmett balbuceó.

—Yulia, ella… los encontró… a Ethan. —Me jaló sin preguntarme nada, me llevaba, prácticamente, arrastrándome.

Llegamos a la sala, vi a Yulia explicándole algo a Charlie y asintiendo.

—Yo… —Yulia tómo aire y siguió—. Estaba buscando a mi hermano en un barrio cerca de la zona norte, ya había visto al hombre una noche anterior, pero lo vi entrar con Ethan, me acerqué a él y lo vi. Los seguí hasta un edificio abandonado y vi que entraba.

—¿Y Bella? —pregunté.

—No, a ella no la vi, solo a Ethan.

—¿Recuerdas al hombre? ¿Puedes describirlo? —cuestionó Charlie

Yulia asintió.

—Rubio, un poco más bajo que Edward, bastante atractivo, ojos azules, del mismo tono que los de Ehan

—James... —pronunció Charlie. La angustia se apoderó completamente de mí al ver el miedo en la cara de Charlie.

Cerré los ojos. Sin embargo, era una pista que me daba esperanza y al mismo tiempo me hacía sentir desesperado, toda una contradicción. Si ese tipo dañaba a Bella o a alguno de mis hijos lo mataría sin miramientos.

Miré a mi alrededor Charlie estaba hablando por teléfono con los investigadores de la policía que llevaban el caso de la desaparición de Bella.

—Mandaron a un equipo encubierto para verificar, si es positivo vamos a entrar.

—Yo voy —dije sin temor ni duda. Necesitaba ir por Bella, ya había sido bastante cobarde.

—No —exclamó mamá en un susurro.

—Sí, voy a hacerlo y si no me dejan ir con ustedes… —Miré a Charlie—. Iré por mi cuenta.

El teléfono de Charlie volvió a sonar.

—Renée entro al edificio. Una patrulla pasará por nosotros.

Nos despedimos de los demás y la policía se encargó de ponerme un chaleco antibalas y me prohibieron alejarme de una oficial.

Cuando iban ubicándose alrededor del lugar se escucharon disparos. Yo solo podía pensar en Bella y Ethan herido, me aterré cuando vi que los policías entraban en el departamento, comencé a correr hacia la puerta pero uno de los policías no me dejó avanzar más, quedé dentro del edificio pero aún lejos de donde ellos se encontraban.

En ese momento más disparos se escucharon, ¡Dios no! No soportaba la angustia, vi a Bella salir corriendo con Ethan apresado en su pecho, tenía manchas de sangre y estaba más blanca que un fantasma.

Cuando nuestras miradas se encontraron ella corrió hacia mí pero tropezó, alguien la detuvo y todos comenzaron a gritar por médicos y enfermeros, y que sé yo.

Por fin Charlie me dio a Ethan que estaba muy asustado pero al verme comenzó a contarme que su mamá le dio trastes y no sé que más, me subieron a una ambulancia con Ethan mientras Charlie iba en otra con Bella. No pude ir con ella, pero me tranquilizaba un poco que Charlie estuviese acompañándola.

Revisaron a Ethan, estaba en perfecto estado. Cuando salí con él, Emmett y Esme nos esperaban afuera. Ethan se fue con su tío y yo pude ir a ver a Bella finalmente.

Ethan estaba tan ajeno a todo el dolor, era como si nada hubiera pasado. Daba gracias a Dios por eso y a Bella que lo hubiera cuidado tanto.

Charlie iba saliendo del cubículo donde estaba Bella.

—Está bien, hijo, los dos están bien. Ella está muy asustada pero le pusieron algo para que duerma —explicó tranquilizándome.

—Voy a verla, necesito verla.

—Te entiendo, Edward. Ella también te necesita, es duro pero ahora tú eres su hombre.

Suspiré antes de entrar, temía derrumbarme al verla. Abrí poco a poco la puerta pero ella no se movió. Estaba dormida tan serena, tan… se veía tan hermosa, sin nada que la perturbara.

Se movió un poco y pronunció Edward. Pensé que se había despertado pero no era así. Tomé su mano entre las mías y ella dio un pequeño suspiro.

Pasé casi dos horas sentado, viéndola dormir; cuando por fin abrió sus ojos y vi miedo en ellos.

—Tranquila, estoy aquí nada te va a pasar.

—¿Edward? —Se incorporó y me abrazó tan fuerte que temí que me lastimara o se lastimara, pero no me quejé, ni me moví. Le devolví el abrazo fuerte pero sin lastimarla.

—Te amo, Edward, pensé que no volvería a verte. Fue horrible. Al final James la mató, tuve tanto miedo.

—Yo tuve más, me volví un zombie sin ustedes.

—¿Cómo está Ethan?

—Bien, me contó que le diste trastes para jugar y que tenía un coche nuevo pero que se le había olvidado.

—James le compró un coche de juguete. —Bella me miró—. ¿Está muerto?

Asentí y la miré. Sus ojos se llenaron de lágrimas.

—Él quería que fuéramos una familia. Él… —Las lágrimas corrían por sus mejillas—. Al final me salvó.

—Tranquila, Bella, no llores, no por esa persona.

En ese momento una enfermera entró y me dijo que iba a tomarle los signos, o algo así. me pidió que saliera. Me costó mucho separarme de Bella. Al salir encontré a Charlie, quien había mandado a Ethan con Esme y con Emmett a dormir a casa.

En ese momento vi a Carmen llegar junto a nosotros, nos dijo que había hablado con el obstetra que revisó a Bella y todo estaba perfectamente bien y mañana la darían de alta.

Me informó que podía dormir con ella en la habitación. Charlie se fue del hospital. Al entrar y verla dormida de nuevo, me dejé caer al suelo, mis lágrimas salieron en silencio, sacaron todo, mi miedo y mi dolor, sabía que ya nada nos podía hacer daño.

Si alguien me hubiera dicho hace un par de años que estaría así de enamorado, que amaría a un niño que no era hijo de mi sangre pero si de mi alma, como buen cliché le hubiera dicho que estaba loco, nunca pensé que se pudiera amar de esta manera, tan fuerte.

—Edward —escuché a Bella llamarme bajito.

—Aquí estoy —respondí con mi voz ronca y apenas audible.

—¿Qué tienes? —Me acerqué e intenté limpiarme la cara con el brazo pero Bella me detuvo—. Estás llorando.

—Me sentí tan perdido sin ti, sin Ethan era como si ya no tuviera en que creer.

—Ven acuéstate conmigo —instó haciéndose a un lado. Me acosté junto a ella y me susurró cuanto me amaba hasta que nos dormimos abrazados. Desperté un momento en la madrugada y sintiendo tanto amor y tanta paz que no quería ni moverme, mi mano en su vientre era la cosa más deliciosa. Kayden se movía mucho pero Bella dormía tan tranquila.

Volví a quedarme dormido hasta que escuché un pequeño grito.

—No es posible que se durmiera con su esposa, es un inconsciente.

Alcé la vista y una enfermera me miraba feo.

—Ella me lo pidió…

—Y usted, bien… vamos, bájese, si será desconsiderado.

Bella abrió sus ojos y al no sentirme me buscó con la mirada, al encontrarme sonrío.

La enfermera nos dio un largo sermón sobre el dormir juntos en el hospital. Luego examinó a Bella y salió murmurando un montón de palabras que no entendí.

—Creo que se molestó un poco —manifestó Bella con su sonrisa que iluminaba todo el cuarto.

Por fin salimos del hospital. Quería portarme obsesivo con Bella pero tampoco quería agobiarla, pero la verdad es que quería tomarla a ella y a Ethan encerrarlos en una burbuja de plástico, de cristal no, porque de cristal podía lastimarse mi Sapito hermoso y guárdalos ahí para mí, siempre.

Sabía que perder a cualquiera de mis seres amados sería difícil, pero también sabía que tenía que ser fuerte y darle a Bella, a Ethan y a Kayden la confianza para que pudieran ser felices.

.

.

.

Habían pasado casi dos meses desde que Bella regresó a mi vida y cada día era mejor que el anterior, teníamos problemas sobre todo por mi tendencia a sobreprotegerlos pero siempre los solucionábamos.

Emmett estaba completamente enamorado de su hija, era su adoración, pero Rose insistía en adoptar al menos un niño, decía que no quería que su hija fuera la única.

Charlie se había casado con Renata en un sencilla ceremonia en nuestra casa, dado que Bella no podía viajar. Me dieron ganas de volver a casarme con Bella.

Era sábado y estaba muerto de cansancio pero alguien insistía en despertarme, moviéndome. Un día antes habíamos tenido una cena en casa y al final habían sido alrededor de treinta personas, pero eran parte de mi familia y los quería a todos.

Bella seguía moviéndome y yo no quería levantarme.

—Edward, en serio ya es hora estoy segura.

—Solo dame unos minutos más —dije cubriéndome con el edredón.

—¡Edward Anthony Cullen si no quieres hacer de matrona te juro por…! —Bello dio un grito y eso me despertó.

Estaba vestida y agarrada de la cama.

— ¿Qué pasa? ¿Estás bien? —me levanté de un salto.

—No, no estoy bien. Es el bebé, ya llamé a Esme y a Rose para que se queden con Ethan. Edward, voy a tener al bebé en la casa. No creo llegar al hospital.

No, no podía ser cierto. No íbamos a tener a Coquito en la casa.

—No, Bella, no pujes. ¿Y si le detengo la cabeza para que no salga ahora?

Bella me miró y por primera vez hizo que me diera miedo.

—Quita las sábanas —gruñó—. No, espera, mejor déjalas y ayúdame a sentarme en la cama.

—¿Si llamo a mi mamá…?

—Edward no me dejes, mira que… —gritó—, con Ethan no dolió tanto.

—Bella, mi amor no tengo ni idea de qué hacer, en las películas siempre ponen a hervir agua.

Bella me veía como si estuviera loco.

La puerta se abrió y una sonriente Alice entró a la habitación.

—Buenos días, espero que estén vestidos… ¡Dios santo! ¿Qué pasa?

La miré.

—¡Bella va a tener al bebé, ahora! ¡Aquí!

Alice dio un paso atrás y puso cara de asco.

—Voy a llamar a Jazz, él debe saber qué hacer. —Salió rápidamente de la habitación llamando a Jasper a gritos.

En menos de un minuto llegó Jasper, revisó a Bella y a continuación comenzó a darme ordenes… Desinfectante, maletín, lavarme las manos, cobijas y perilla ¿Qué diablos era una perilla? Gracias a Dios mi mamá llegó y me ayudó.

Todo pasó tan rápido como nunca lo esperé. Yo me quedé parado como tonto, viendo como una cosita llegaba para unirse a nuestras vidas, mi mamá me lo dio, para que lo cargara, envuelto en una cobijita. Al tenerlo en mis brazos me sentí un hombre pleno, y las lágrimas llegaron a mis mejillas… de nuevo. ¿Cuando me había vuelto un hombre tan llorón? Cuando el verdadero amor entró a mi vida, me respondí.

Sentí que lo había tenido en los brazos solo unos segundos cuando Bella pidió verlo. Se lo di más a la fuerza que por gusto.

Llegaron los paramédicos y llevaron a Bella y a mi hijo al hospital, donde los revisaron y dijeron que ambos estaban perfectos. No había ningún tipo de complicación y si todo seguía así al otro día le darían el alta a Bella y a Kayden.

Quise quedarme a dormir con ella pero Ethan estaba intranquilo, así que regresé a casa y Alice se quedó con ella. Esme se quedaría con Ethan y conmigo.

Al otro día dieron el alta a Bella y a Kayden, con Ethan fui por ellos. Antes pasamos por un gran ramo de lilis para Bella y Ethan le llevaba uno de sus coches a Kayden o Kiden como él le decía.

Cuando Ethan conoció a Kayden fue un momento mágico, lo miró y le dijo: hola, hemano, le dio un pequeño beso en un ojito, aunque después ya no estuvo tan contento con su hermano, sobre todo después de que su mamá no se lo prestara y que le explicara que todavía no podía jugar con él.

¿Mamá, Kiden va jugar con mi? —le preguntó Ethan a Bella

—Cuando sea más grande. —Ethan la miró.

¿Mañana?

—No corazón, mañana no, en mucho tiempo.

—¿Puedo jugar con Chalis? —Siempre quería jugar con Charlize aunque casi siempre terminaban enojados, por lo regular Charlize le pegaba a Ethan cuando no le prestaba lo que quería.

—Charlize está en su casa —le contesté.

No, Chalis en mi casa, siempe está en mi casa. —Y sí, últimamente estaban todos en la casa.

Los siguientes días fueron algo locos. La casa estaba siempre llena de gente queriendo conocer a Kayden. Nessie que ya tenía su vientre abultado llegó llena de juguetes para el bebé, ella quería un niño y su doctor le había dicho que era una nena, así que le donó todos los juguetes de niño a Kayden y a Ethan.

Rose estaba comenzando los trámites para poder adoptar otro pequeño, como le habían dicho que tardaría entre seis u ocho meses en finalizar el trámite de adopción pensó que era tiempo suficiente para que Emmett terminara de acostumbrarse.

Alice y Jasper decidieron esperar para tener pequeños, decían que primero querían viajar y hacer cosas.

Me sentía tan feliz y tan pleno al ver a Bella con mis hijos, mi familia reunida que no podía pedir nada más…

Bueno, sí, una niña hermosa, con los ojos de su madre y su cabello castaño, que me llamara papá. Ya podía oírla corriendo con zapatillas, con falditas llenas de olanes. Pero no la dejaría tener novio hasta que tuviera ochenta años y sus hermanos me ayudarían a cumplir con ello, eso es seguro.

Miré a Bella dormir mientras sostenía a Kayden, que había despertado y me miraba.

—Tranquilo pequeño, tu papá está contigo.

.

.

.

Bella POV

Habían pasado ocho meses desde el día del secuestro, seis desde el nacimiento de Kayden y yo me sentía tan feliz.

Ethan cuidaba a su hermano, le enseñaba cosas, a los cinco meses ya hacía un montón de gracias y balbuceaba como si ya hablara, aprendió a decir "apito" que era su modo de decirle a Ethan, cada vez que lo escuchaba llamarle sonreía. Era un niño demasiado inteligente. Ethan no se quedaba atrás, había empezado a contar el solo del uno al quince y le gustaba ayudar a su tío Emmett, ya sabía que herramientas pasarle cuando él se las nombraba.

Al fin mamá cuervo*, mis hijos y mis sobrinas eran los mejores.

La bebé de Nessie había nacido de forma bastante segura y Aro era el más feliz. Por fin había salido del closet y hacía unas semanas se había casado con Marcus en una hermosa ceremonia. Le había cedido a Jake todas sus acciones y él se había retirado para vivir el amor.

Él y Marcus cuidaban a la pequeña Liana Black, mientras Nessie estudiaba; la pequeña bebé era una bella replica de Nessie pero con la piel un poco más oscura. Siempre que la vestía su mamá le ponía pantalones, sus abuelos le ponían vestidos; Nessie decía que así balanceaba la situación.

Nessie lloró mucho la muerte de Renée, al fin y al cabo había sido su madre. Aro le dio un funeral hermoso, lleno de flores. Nessie se lo agradeció mucho.

Al funeral solo asistieron Aro, Marcus, y Nessie, según ella fue demasiado triste y demasiado hermoso.

Nessie era un desastre como mamá, pero al mismo tiempo era maravillosa, siempre olvidaba algo. Una vez olvidó vestir a Liana solo la llevaba en ropa interior. Pero la amaba con locura, su hija y su amor eran todo para ella.

Jake le decía que no los olvidaba a él y a Liana solo porque los amaba mucho. Lo mejor es que Jake la apoyaba en todo. Jake trató de convencerla de que se casaran, pero Nessie se negó, alegando que cuando terminara la carrera se casaría, no antes.

Rose me había llamado ese día, quería que cuidara de Charlize mientras ella y Emmett iban a visitar un orfanato. Emmett le insistía que debían esperar a que Charlize estuviera más grande pero Rose le decía que ella sabía que era el momento indicado.

Edward dijo que nos llevaría al parque a pasar la tarde, nos acompañarían Jake y Liana, porque Nessie estaba terminando unos cuadros. Ahora Jake y Edward eran casi los mejores amigos, hacían competencias de quien cambiaba pañales más rápido y tonterías así. A mí me recordaban mucho a un programa de tele, Malcom in the middle**, donde los papás hacían competencias.

Yo me sentía feliz por la gran familia que teníamos ahora. Renata, la novia de papá, creía estar embarazada así que si todo salía bien tendría un hermano o hermana más. Y pensar que un tiempo me sentí sola y sin nadie.

Emmett y Rose estaban tardando mucho en llegar. Charlize y Kayden estaban dormidos y Ethan jugaba con su papá mientras hacían la cena. Por fin sonó el timbre.

Rose y Emmett se veía bastante contentos.

—¡Los encontramos! —me dijo Emmett dándome un gran abrazo—. Son geniales, Bella. Tan llenos de vida.

—¿A quién encontraste? —le pregunté mientras me apachurraba más.

—A mis hijos —me contestó y me dejó en el suelo. Abrazó a Rose—. A nuestros hijos.

—Se llaman Sean e Isaac, tienen 5 años y tienen ojos azules, el cabello corto muy corto, son como yo —me dijo Rose emocionada.

—Sí, en un mes estarán con nosotros vamos a hacerles una fiesta de bienvenida. Con globos y pasteles, con… —en ese momento entró Edward.

—¿Qué pasó?

—Hermano, encontré a nuestros hijos, son unos hermosos gemelos de cinco años. Los vi y supe que eran mis hijos.

—Son unos pequeños hermosos. Bella, cuando los conozcas verás que son lo máximo.

—¿Gemelos? —preguntó Edward.

—Sí, su mamá murió hace unos meses, tienen cinco años y son tan inteligentes. Intentaron engañar a Emmett diciéndole que pidían hacer magia pero en realidad quería timarlo y llevarse cinco dólares, y eso hizo que comenzáramos a hablar con ellos, y de pronto nos miramos y supimos que ellos eran nuestros hijos —explicó Rose.

—Son geniales, Edward. Tan llenos de vida a pesar de que extrañan a su mamá. Nos contó la trabajadora social, que no permiten que nadie los asuste o que si alguien les quita algo se defienden y lo mejor es que les gustan mucho los autos.

Había pasado un mes desde que Emmett nos había dado la noticia y estábamos preparando una bienvenida para los gemelos.

Cuando llegaron ambos se escondieron detrás de Emmett, pero una vez Rose les explicó que esta era su nueva familia ellos confiaron. Eran unos maravillosos niños, eran una especie de torbellino pero al mismo tiempo eran muy tiernos.

Una vez que el temor pasó los gemelos parecían hijos biológicos de Emmett, jugando divertidos por un lado y otro. El más feliz era Ethan que ya tenía con quien jugar y no solo niños chiquitos como decía él, como si él fuera tan grande.

Ethan que corría tras ellos como una especie de hermano menor, ahora Ethan parecía más niño que bebé. Eso me hizo darme cuenta del paso del tiempo.

Los niños se adaptaron maravillosamente bien a la familia. Rose les explicó que ellos eran ahora sus hijos, que su mamá biológica los había amado y cuidado hasta que tuvo que dejarlos, pero ahora ella era su mamá. Los niños la obedecían. Charlie estaba enamorado de sus nuevos nietos y su nueva hija, pronto tendría una pequeña que cuidar y esperaba que fuera rubia como su mamá.

Alice y Jasper iban a casarse en un año. Alice quería la boda perfecta y quería planearla sin que nada se le dificultara.

Edward me insistía en que quería una niña, pero yo no estaba tan segura, éramos tan felices así.

Al final decidimos darnos un tiempo más, ya que con tantos niños pequeños en la familia estábamos todos muy cansados.

.

.

.

Habían pasado tres años desde que había nacido Kayden y yo tenía que darle una sorpresa a Edward. Bien dicen que cada embarazo es diferente, con este no había tenido ni mareos, ni sueño ni nada, bueno, sí, muchas ganas de sexo. Apenas podía quitarle las manos de encima a Edward.

Rose que se había retirado de la abogacía y ahora era una mamá empresaria, si ella y Nessie se asociaron para poner una guardería. Yo seguía trabajando, ahora creo que buscaría trabajar menos horas, con tres niños pequeños iba a ser complicado. Edward era un encanto de hombre, siempre me sorprendía con algo, robaba flores de un jardín para llevármelas o se quedaba cuidando a los niños para que yo saliera. Nuestro mayor problema seguía siendo mi desorden contra su orden.

Kayden y Ethan eran tan parecidos a Edward, sí hacían desorden pero todo lo guardaban cuando terminaban, yo nada más no podía y juro que lo intentaba, bueno, no tanto, ¿pero quién quiere levantar sus zapatos cuando está cansada después de trabajar y llegar a hacer la comida? ¿O levantar la ropa cuando puede estar jugando con sus hijos?

Papá iba a llegar en unos días, este año celebraríamos navidad en casa y volaríamos a Forks para año nuevo.

Edward y Emmett irían por Renata y Charlie, y por Samantha una hermosa pelirroja, sí, pelirroja con hermosos ojos marrones y piel muy blanca. Al parecer la ascendencia escocesa de Renata había ganado y era una niña hermosa. Papá me decía que se parecía a mi pero en rojo, adoraba a su hija, cosa que a mí me hacía sentir un poco celosa aunque no lo manifestaba, solo Edward se daba cuenta y me abrazaba. Me susurraba al oído que con los tres hombres que me amaban era más que suficiente y eso me hacía sentir mejor.

Rose estaba en el trabajo junto con Nessie y todos los niños. Alice y yo, supuestamente, estábamos ordenando mi casa para la llegada de la navidad, pero a la final nos pusimos a hacernos pedicure y manicure, ya contrataría a alguien que me ayudara.

—Bella, tengo que contarte algo —me dijo mirándome mientras levantaba la vista de sus pies donde se ponía un color rosa fiusha.

—Dime… espera, si es algo malo mejor no me digas. Tengo depresión porque llega mi hermanita.

Alice rio y me miró.

—¿Estás deprimida por la llegada de Samantha?

—Charlie la cuida tanto —contesté con voz cansada—, que me da envidia.

—Bella. Charlie te adora, si bien en tu infancia te descuidó un poco, ahora siempre está contigo. Además la noticia es buena… Estoy embarazada.

—¡Tú también! Yo también estoy embarazada.

—Pero no digas nada, quiero decírselo a Jasper de navidad.

—No, Alice yo quiero hacer eso. —Había pensado ponerle un sobre con la noticia a Edward la mañana de navidad.

—Quiero dejarle un sobre en su media en la mañana de navidad, ¿te imaginas? —me dijo.

No pude evitar reírme.

—Creo que somos amigas por algo, pensé hacer lo mismo.

Al final decidimos que se los diríamos cada una por su lado, como quisiéramos, pero sin decirnos cómo lo haríamos por aquello de no hacerlo igual.

Cuando papá llegó me dio un gran abrazo y me dijo que era su nena favorita. Eso me hizo sentir un poco mejor. Edward solo me miró y movió la cabeza, sabía que había estado quejándome sobre que tanto cuidaba Charlie a Sammy. Emmett tenía en los brazos a su segunda hermana favorita, al menos así le decía.

Fruncí la boca y Emmett me sacó la lengua.

—Escúchame bien, Sammy. Esa chica de ahí es nuestra hermanita, pero a ella le gusta que le demos mucha lata, así que jálale el pelo y échale la leche encima o lo que sea que hagas. Popo, pipi, lo que necesites

Y en ese momento Samantha se río y le jaló el pelo a Emmett. Me separe de papá y la tomé en brazos. Estaba ya grande, tenía casi dos años.

Me miró con sus enormes ojos verdes, como los de su mamá.

—Eso es hermanita, tú si sabes. Las mujeres tenemos que estar unidas. —Le di mi mano y ella chocó la suya con la mía.

Emmett se reía y decía que por eso sus hijos eran grandes, y hombres, y Charlize si lo quería.

—Ven, pequeña. Tú y yo vamos a hacerle frente a ese grandulon de Emmett. Yo voy a ayudarte con tus novios y con tus cosas.

Sammy me miraba y tocó mi cara.

Ela —dijo y me dio un beso.

—Hey, hey, hey… princesa, no hablemos de novios tan pronto —pidió Charlie con una mueca.

Renata se rio.

—No te preocupes, nena, yo te defenderé del celoso de tu papá. Gracias, Bella.

—¿Gracias?

—Sí, tu papá y yo pensábamos que estabas molesta con Sammy. No molesta sino enojada. —Renata me miró—. ¿Tú me entiendes, verdad?

—Tal vez estaba un poquito celosa, ¿pero dime tú qué hijo no se siente celoso cuando nace otro? —Le di un beso en su cabeza.

Ela —me llamó Sammy y me dio un beso en la mejilla.

—Ves, somos las mejores hermanas.

Renata me miró.

—No la dejes cerca de tu maquillaje y seguirán siendo muy buenas hermanas. —Dicho esto ambas reímos y Sammy se nos unió.

Por fin era navidad. El pavo estaba en el horno y la demás comida estaba lista. Me sentía llena de energía, pero con la casa llena de gente sería difícil encontrar el lugar y el momento para un rápido con Edward. ¡Cielos! Este embarazo me iba a dejar agotada.

Busqué a Edward con la mirada y lo vi subiendo con Kayden de la mano, desde que había aprendido a subir y bajar escaleras, solo quería hacer eso todo el día.

Miré a Rose que estaba dándoles una barrita de cereal a los gemelos, a Ethan y a Charlize.

—Voy arriba a bañarme. ¿Te puedo encargar a Ethan?

—Claro, solo no tardes mucho. Quiero arreglar a Charlize y tú sabes lo que sufro para poder peinarla, debió de ser tu hija, no le gusta peinarse. Eso debe ser de los Swan —habló sin dejar de sonreír. Tocó la cabeza de los gemelos—. Lo bueno es que mis niños son Hale de la cabeza a los pies.

—Sííí —gritaron los dos gemelos y chocaron los puños con Rose.

Ethan los miró y luego me miró a mí.

—¿Y yo soy Swan o Hale, mami?

Ethan ya estaba muy grande y tan rubio como los gemelos. Iba a contestarle cuando escuché a Edward hacerlo.

—Ni Hale, ni Swan. Ethan, tú eres mejor, eres un Cullen, y los Cullen somos guapos e inteligentes.

Ethan corrió hacia su papá, Edward lo levantó en sus brazos y lo abrazó.

—Ethan, comes piedras, cada día pesas más —se quejó Edward.

—No como piedras, como chocolates, ¿verdad, Kayden? Ayer nos comimos todos los chocolates del árbol —dijo riendo. Y sí, se me había ocurrido decorar el árbol con chocolates Kisses y bueno, hasta el momento había tenido que redecorarlo tres veces.

—No solo ustedes, su mamá bien que les ayuda.

Lo miré indignada y me señalé.

—Yo, yo solo me comí…

Muchos, mamita se comió tolos los cocolates —gritó Kayden.

—Ves, todos sabemos quién se comió todos los chocolates y quien les enseñó que se podían comer —me replicó Edward.

—¡Dios mío! —gritó Rose—. ¿Qué le pasó a mi hija?

La pequeña Charlize iba entrando en brazos de su papá con la cara llena de chocolate.

—Se comió algunos chocolate y creo que algo de aluminio de la envoltura.

Al final no pude tener un momento a solas con Edward, tuve que bañar a Charlize conmigo y me arreglé para la cena, así que no conseguí un momento para darle la noticia.

Era la hora de los regalos, estábamos todos reunidos junto al árbol. Nessie y Jake comenzaron dando los regalos. Cuando por fin fue mi momento tomé una enorme caja que estaba casi vacía, solo tenía dentro una camiseta donde estaban dibujada una familia de cinco integrantes y una pequeña carta que decía: Felicidades, pronto serás papá de otro angelito.

Le di la caja a Edward y me miró extrañado. Nunca le daba regalos grandes siempre eran pequeños.

—Yo sé qué es —gritó Emmett—. Es una foto de Bella desnuda, siempre… no me peguen —se quejó pero Edward se adelantó.

—Niños, todos encima del tío Emmett. —Y todos los niños de la habitación corrieron a subírsele al tío Emmett.

Edward abrió la caja, sacó la playera y la notita, me miró, solo sonreí y asentí.

Alice había planeado casi lo mismo, en una cajita le había puesto a Jasper unos patucos de bebé. Esa navidad estuvo llena de sorpresas… era tan feliz.

Decidimos tomarnos una foto familiar, fue la mejor cosa que pudimos hacer. Fue tan divertido y tan genial, si no se movía un niño se movía un adulto.

Al final salió bastante bien la foto. Miré a mi alrededor y me sentí tan feliz… tan amada.

No había rastro de la niña triste y sola que fui. Ahora era una mujer feliz y la más llena de amor que podía existir en el planeta tierra.

.

.

.

Quiero agradecer a todas las que leyeron esta locura que escribió Maricoles, una locura que empezó con unas voces en su cabeza y terminó llenándola de amor.

De parte de Maricoles un beso enorme, y un gran abrazo a todas y cada una de las que leyeron esta historia, las quiere, Bella.

.

.

.

FIN

.

.

.

Notas:

Mamá cuervo: Es un dicho mexicano, donde trata de que solo la mamá cuervo ve a sus hijos bonitos.

Malcom in the middle: es una serie de televisión cómica de la cadena FOX. La serie trataba acerca de los problemas que debe lidiar en la vida cotidiana una familia con cuatro traviesos hijos varones (finalmente cinco) y dos padres bastante especiales. Su nombre aludía a que Malcolm, el personaje principal y relator de la historia, era el hijo del medio de la familia. Malcolm in the middle es la historia de una familia de clase media compuesta por cuatro hermanos y sus padres. Se descubre que Malcolm tiene el cociente intelectual de un genio, y las consecuencias que esto trae en la familia y en su vida diaria.

Chocolates Kisses: Son chocolates en forma de gotita envueltos en aluminio


Quisiera darles un abrazo y un beso a cada una pero como no puedo se los mando por acá, millones de abrazos y besos electronicos, gracias por acompañarme 

Capítulo 31: Capitulo 28. Soy Papá Capítulo 33: Capitulo 30. Epílogo

 


 


 
14439202 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10756 usuarios