Sufrir, Vivir, Amar (+18)

Autor: Maricoles
Género: Romance
Fecha Creación: 07/05/2012
Fecha Actualización: 08/10/2013
Finalizado: SI
Votos: 20
Comentarios: 76
Visitas: 112316
Capítulos: 33

La vida de Bella ha sido muy dura, su madre la abandono siendo muy pequeña, su padre la ignoro, su mejor amiga la traiciono y la entrego a su novio para que abusara de ella.. como enfrenta Bella la vida después de esto.
¿Será que Bella si permitirá que el amor de Edward tenga cabida en su corazón?

+18

SUFRIR, VIVIR Y AMAR

INTRODUCCIÓN

Soy Isabella Swan una chica común y corriente, Victoria es mi mejor amiga, prácticamente mi hermana. Mi madre nos dejó a mi papá y a mi hace muchos años, por el papá de Victoria, Phil. Desde que mamá se fue la mamá de Victoria pasó a ser una segunda madre para mí. Es muy irónica la vida, la mujer que ha cuidado de mi es la mujer a la que mi madre le quito el marido. Su nombre es Lilly, ella es una mujer hermosa y muy buena.

Victoria y yo somos como hermanas, solo que Victoria es alta, pelirroja y bastante atractiva, sus son ojos azules como los de su padre; yo soy todo lo contrario, soy bajita, mi cabello y ojos son de color chocolate, herencia de mi papá. Mucha gente no entiende nuestra amistad, pero cuando mamá nos dejo Lilly habló con Charlie, mi papá, y ella se ofreció a ayudarle, cuidando de mi.

 

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 28: Capitulo 25. Mamá

Disclamer: Los personajes son de Stephenie Meyer, solo la historia es mía.

Gracias a VanessaAryam y a Eve por toda la ayuda.

Estamos a unos cuantos capitulos de final, no mas de cuatro capitulos, espero. Gracias es la unica palabra que encuentro para decirles como me siento por todo el apoyo con esta historia.

Capitulo sin betear, cualquier error me avisan.


Capitulo 25. Mamá

Cuatro semanas habían pasado desde el "catering gate" que era como Alice había nombrado al episodio de la intoxicación con la comida molecular.

Todo había entrado en una relativa calma, aunque Alice seguía volviéndome loca con los preparativos de la boda, habíamos encontrado un equilibrio.

Después de un pequeño ataque de pánico de mi parte porque según Alice nos faltaban no se qué cosas… Edward hablo conmigo.

—Amor, esto se nos está saliendo de las manos. —Musito sentándose a mi lado—Deberían ser momentos felices pero todo esto se ha vuelto estresante. Tenemos que hablar con Alice, o se controla o le quitamos las riendas de nuestra boda. Hacerlo nosotros si algo sale mal o no, pues ni modo. Quiero ser feliz en mi boda no sufrirla y con ello todo el camino. Odio verte enferma. Estresada.

Después de mucho pensarlo hablamos con Alice, y aunque parecía extraño ella entendió. Edward coloco algunos parámetros en cuanto a preparativos Al principio Alice refunfuño por ciertos puntos luego se dio cuenta que Edward podría quitarle la diversión y accedió.

Teníamos ahora nuestros domingos familiares, solo él, Ethan y yo. Salíamos a desayunar, al parque o simplemente nos quedábamos en casa disfrutándonos como familia.

Mi vestido estaría listo en cuanto tuviera los zapatos. Todavía no encontraba los zapatos perfectos. Y eso era algo que me preocupaba, cuando encontramos el salón perfecto solo tenían una fecha libre de aquí a diciembre y era dentro de cuatro semanas a principios de octubre. Para ser más exactos el primer fin de semana.

Hoy era jueves y quería, no, no quería necesitaba ir a buscar mis zapatos. Deseaba algo bonito, sencillo, elegante, en dos versiones con un tacón alto y otro de menor tacón. Había decidido disfrutar mi boda, sin parar.

Edward estaba aun más emocionado que yo, ya tenía su traje el cual no me dejaría ver porque yo no iba a dejarle ver mi vestido. Y no solo eso habían conseguido el mismo traje para Ethan. Iban a ir iguales mis dos hombres, ya quería verlos.

Papá había venido la semana pasada en un viaje relámpago para medirse su smoking. Se había quejado que no le gustaba ser pingüino pero sabía que estaba feliz. El único inconveniente que tenía era que su novia se llamaba como ahora se llamaba Renée pero eran totalmente diferentes. Renata su novia era una mujer despistada y llena de vida siempre con una ocurrencia.

Cuando conoció a Ethan dijo que era idéntico a Edward, que no podía haber duda que era el papá. Con eso gano mi corazón. No recordaba que nos habíamos conocido unos meses antes en Forks.

Papá toleraba a Nessie pero no le perdonaba que Renée se quedara con ella. Estaba sorprendido por la relación de Jake con ella, pero al final estaba feliz. Sobre todo por su nuevo nieto, que estaba casi por llegar, técnicamente la bebe de Rose y Emmett tendría que llegar una semana después de la boda. Pero con los bebés nunca se sabe.

Definitivamente no iría por los zapatos el día de hoy, terminaría el trabajo y saldría temprano el viernes así podría dedicarle toda la tarde a la búsqueda de los zapatos perfectos.

Mire el reloj cinco y media de la tarde, Edward no tardaría en pasar por mí. Como si lo hubiera invocado abrió la puerta.

—¿Esta lista futura señora Cullen? —sonrió mostrándome sus dientes blancos.

Lo mire y le hice una mueca —Lamento decirle que me quedaré para adelantar trabajo, necesito salir mañana temprano.

—¿Te espero? —Me dijo dudoso— Solo voy por Ethan y . . .

—Tranquilo ve por Ethan nos vemos en la casa, pido un taxi que me lleve directo a casa. Lo prometo. Anda y cuando llegue quiero que me consientas, y me hagas el amor toda la noche.

—Wow si sabes cómo convencerme. —Contesto riendo— Sabes que dicen que soy un sometido por ser tan obediente contigo, Emmett y Jasper me dicen que perdí mi tarjeta de hombre. —Arquee una ceja en su dirección —Pero no me importa yo te amo.

—No me obedeces, acaso ellos saben cómo me martirizas obligándome a tender la cama todas las mañanas, o que me obligas a guardar la ropa por la noche quien guarda la ropa que se quita. Si la gente supiera que lo que pasa en nuestra recamara por las noches no es sexo desenfrenado si no limpieza desenfrenada. Además no perdiste tu tarjeta. Eres el más lindo hombre del planeta.

—Amo cuando te enojas porque te obligamos a ordenar. A Ethan le encanta recoger, no entiendo porque tú eres tan desordenada. Y gracias sé que soy lindo.

—A él te lo tienes bien compradito Cullen, algún día me negare a levantar mi ropa lo juro —Dije antes de reírme a carcajadas recordando como la noche anterior Edward me había seducido para que doblara mi ropa y la pusiera en su lugar.

—¿Yo? Soy un ángel —Aseguro con una sonrisa en los labios— ¿No quieres que vengamos por ti? Podemos pasar por helado.

—No Eddie, helado tan noche no, mañana mejor nos vamos a cenar los tres juntitos.

—Me gusta esa idea, podemos después dejar a Ethan con mis papas y no se ¿salir a bailar? ¿Te gusta la idea? Hace mucho que no bailamos.

Las dos veces que habíamos bailado habían sido maravillosas, pero seguidas de dos experiencias algo feas.

—No lo sé, solo que me prometas que no vas a terminar a golpes o que mi madre desaparecida va a aparecer —Quise decirlo como broma pero la verdad es que me dolía que mi madre no me buscara después de eso.

Edward que me conocía mejor que yo camino hacia mí, tomo mi barbilla y levanto mi cara —Ella no te merece, si ella no se acerca a ti, creo, no, no creo, estoy seguro que es lo mejor. Bella tú mereces ser amada si ella no te quiere, yo te quiero un millón de veces más.

Lo abrace, suspire. Sabía que Edward me amaba incondicionalmente pero… siempre tendría la duda de porque no me quería mi mamá.

Edward me abrazaba fuerte como si quisiera llenar ese huequito que tenia.

—Te amo Edward, eres casi lo mejor que me ha pasado en la vida. —Ethan y él juntos eran lo mejor de mi vida.

—¿Casi? Swan hay veces que me haces dudar de amarte tanto.

—Ethan es la otra mitad y juntos son lo mejor de mi vida.

—Con Ethan definitivamente no puedo competir. Nena te dejo si no llegare tarde por mi competencia. Y no queremos que se enoje la directora. Esa señora últimamente esta de un genio. Debe de hacerle falta sexo.

—Edward —le dije divertida fingiendo que me escandalizaba.

—Nena paso por ti a las ocho ni un minuto más ni un minuto menos.

Salió del despacho, aproximadamente media hora después entro Erick, avisándome que si iba. Una hora más tarde alce la cara de los papeles que estudiaba, todo estaba extrañamente en silencio. Salió de la oficina y di un pequeño paseo, las oficinas estaban vacías. Un extraño escalofríos me hizo temblar.

Entre a la oficina, llamaría a Edward para que pasara más temprano por mí, al diablo el trabajo, el miedo me llenaba. Quería salir de ahí. La puerta de la oficina se abrió cuando comenzaba a marcarle a Edward. La persona que estaba parada en el umbral era una persona que espere mucho tiempo.

—Hola Bella —Me dijo con una sonrisa cínica— ¿Qué no vas a saludar a tu mamita? Quita la cara de idiota. Dios eres idéntica a Charlie, sus ojos son los mismos.

Estaba en shock, quería moverme pero no podía estaba paralizada. La mujer frente a mi era una mujer fría, sin alma, sus ojos azul verdoso eran tan fríos que helaban al mirarlos.

—¿Que quieres…?—Murmure mirándola con miedo.

—No vengo a darte mi amor eso es más que obvio, vengo a dejarte mi odio, mi vida perfecta la que tanto soñé gracias a ti niñata de cuarta se ha ido al carajo. Te detesto, te detesto con toda mi alma. —Ella caminaba hacia mi señalándome con su dedo— Aun me sigo preguntando porque no te mate cuando pude. Porque diablos deje que Charlie descubriera el embarazo, al verte cuando naciste no hubo nadie más para él. Lo mejor fue cuando me marche y le dije que no sabía si tú eras su hija o eras de alguien más. Que lo mejor que podía hacer era mandarte a un orfanato. Ojala y lo hubiera hecho —Mi cuerpo estaba desconectado por más que quería hacer algo simplemente no podía— ¿Te sientes feliz por haber destruido mi vida perfecta? No te sientas tan feliz, cuando menos te lo esperes la tuya se vendrá abajo. Crees que eres suficiente mujer para Edward, no cariño no lo eres, el necesita más que un abogaducha de cuarta. El necesita a una mujer. Te dejara a ti y tú hijo, y entonces te vas a acordar de mí, porque te lo juro que si yo no soy feliz tú tampoco lo vas a ser.

Camino hacia mi e intente correr pero ella fue mucho más rápida su mano agarro mi brazo apretándome fuertemente y girándome quedando frente a frente sentí el golpe sordo y ardiente sobre mi rostro, me había abofeteado. Las lágrimas comenzaron a bajar por mis mejillas sin poder detenerlas. Mientras ella me zarandeaba, estaba en shock presa de un miedo que sabia no debería sentir pero que ahí estaba, sentí como dentro de mi algo se apagaba, era como si la esperanza se agotara.

Renée me dio un par de bofetadas mas mientras gritaba cosas sin sentido. Una loca, eso era en lo que se había reducido esta mujer, en una loca.

Me empujo con asco y salió de la oficina maldiciéndome, en ese momento mis piernas no me soportaron y caí junto a mi escritorio sobre la alfombra algo dentro de mí se quebró por completo y las lágrimas salieron sin que pudiera detenerlas

No sé cuánto tiempo paso, sentí unas manos que me abrazaban.

—Ven Bella. —Era Aro— La vi salir de la oficina. Maldita sea despediré a todos los ineptos de seguridad, Shsshh estas bien, ella no se acercara mas a ti mi niña, llora. —Dijo apretándome contra su pecho.

—Ella, Ella no me quiere, nunca lo ha hecho. —Balbuce.

—Ella no quiere a nadie, solo se quiere a si misma. No te mortifiques. —Dijo con los dientes apretados— Tú tienes a muchos que te aman. Bueno para mi hija eres su ídolo, Edward ha cambiado tanto desde que te conoce, es otro hombre, un mejor hombre.

Nos quedamos callados unos minutos, Aro suspiro.

—Se que no me porte bien contigo, pero necesitaba proteger a mi hija. Ella quería destruirla, matar su espíritu, ¿Me puedes perdonar? Tú hubieras hecho lo mismo por tu hijo.

Moví mi cabeza afirmativamente. Ya más tranquila comencé a moverme, Aro delicadamente tomo mi mano, nos levantamos y me llevo al sofá.

—Se que Nessie te cuenta todo, sabes qué bueno, que estoy en el closet, pero amo a mi hija más que nada en el mundo. Ella quería que Nessie fuera como ella sin alma, gracias a Dios ella no es así.

—Nessie es un ángel, yo la quiero mucho. —Le dije entre hipos— No soy tan llorona pero creo que lo de mi… lo de Renée me afecto más de lo que creía, todavía tenía esperanza. De que me quisiera. —Termine en un murmullo.

—Tranquila —Dios mi lagrimas no dejaban de salir, y por más que quería recobrar la compostura no podía. Estaba llorando sobre mi jefe, en vez de trabajar estaba llorando. Y ese pensamiento me hizo llorar aun más.

Nos quedamos así y seguí llorando aunque cada vez menos. Pasaron uno minutos hasta que me tranquilice por completo.

Mi teléfono comenzó a sonar pero no lo localizaba. Cuando por fin lo localice era Edward.

Voy subiendo amor. Era su corto mensaje de texto

—¡Cielos! —Dije acomodándome la ropa y buscando un espejo si me veía así era capaz de suspender todo. Demasiado tarde Edward entro como un torbellino a la oficina con Emmett detrás de él.

Me miraron y luego a Aro. Iban a cargar contra él, lo vi venir y me puse entre él y ellos.

—No tranquilos Aro no me hizo nada, solo me estaba consolando.

Y las lágrimas empezaron de nuevo.

Edward me abrazo fuerte —¿Qué te paso? —No podía hablar solo llorar— Habla por el amor de dios.

—Renata o Renée le hizo una visita. Muy desagradable.

Edward y Emmett juraron y maldijeron.

—Gracias Aro. —Dije cuando ya estaba más calmada— ¿Me ayudas a recoger mis cosas? ¿Ethan?

—Tranquila Bella —Edward me tomo las manos— Ethan está con Rose en el auto, queríamos ir a cenar pero será mejor que lo dejemos para otra ocasión.

—No se qué me pasa no puedo dejar de llorar, creo que me afecto mucho lo que me dijo.

Me limpie las lagrimas con la mano, y en ese momento Emmett estallo en carcajadas.

—Lo siento, lo siento. Es que Bella te ves horrible parece como si estuvieras borracha, tienes todo el maquillaje corrido y los ojos tan rojos. —Emmett me contagio la risa, y ahora lloraba y reía.

—¿Estoy horrible verdad? —Le pregunte a Edward.

—Nada que una toallita húmeda no pueda solucionar y estas hermosa.

—Ves Bella es lo que te decía, no la necesitas ellos te aman. —La sonrisa de Aro la sentí sincera.

—Gracias. —le dije a Aro abrazándolo, total mi jefe ya me había estado abrazándo mientras lloraba.

Salimos de la oficina casi veinte minutos después, Rose estaba desesperada clamando por comida.

—Hola guapo. —Salude a Ethan.

—Hola mamá bapa. —Me saludo con una sonrisa— Mamá uno sesito. — Habló mientras paraba la boquita le deje darme no uno si no varios.

—¿Mamá guapa? Parece que tuviste sexo desenfrenado, tienes todo corrido el maquillaje. Espera ¿Lloraste? —Me pregunto Rose— Me cuentas en el restaurante, muero de hambre esta niña come demasiado —dijo señalándose la barriga.

Y yo también estaba demasiado hambrienta, un filete enorme eso era lo que quería. Me mire al espejo y hable —¿Edward podemos ir a cenar? Muero de hambre en serio hace mucho que no sentía tanta hambre. A donde haya filete.

—Tía Ouse —Ethan miraba a Rose fijamente— ¿te comites una ñiña?

—No, corazón los bebes están en la panza de las mamás y luego salen y son tan lindos como tú.

La cara de Ethan era de que no entendía. Me miro y me dijo —¿Tu tamien te comites una ñiña?

—No corazón, yo no.

—A meno —dijo y se quedo conforme.

Mientras el cantaba, me limpiaba la cara con las toallitas.

—¿Voy a tener que aprenderme todas esas canciones cierto? —pregunto Rose.

—La mayoría, o alguna nueva que salga. —Conteste.

—Emmett tu aprende unas y yo otras, soy una papa para aprender canciones puede aprenderme leyes completas pero canciones, mm —Dijo negando.

La opresión que sentía en mi pecho poco a poco se fue calmando, Alice llamo y ella y Jasper nos alcanzarían en el restaurante.

Cuando llegamos mire la carta, ¡Diablos! Todo se veía tan delicioso. Pedí un filete enorme con una papa al horno, ensalada y una copa de vino tinto que la necesitaba urgente.

Casi me tome la copa de un solo trago.

—¿Estás bien? ¿Qué te dijo? —Me pregunto Edward tomando mi mano. Las malditas lágrimas volvieron a llegar. ¡Cielos parecía una maldita llave abierta!

—Lo siento, lo siento no quería llorar. Me afecto mucho, me dijo que no me quería y cosas así. —Tenía los ojos cerrados intentando dominar las lagrimas.

—No debí dejarte sola. —Dijo Edward.

—Papá no hagas llorar a mamá —Grito Ethan enojado.

—No la hice llorar, se mordió la lengua por eso llora. —Le dijo Edward a un muy enojado Ethan.

—Mamá te lele tu luega? No lloles, papá yo con mamá —dijo queriendo zafarse de la silla para bebes —Papá suetame.

Edward lo soltó y me lo puso en las piernas —No lloles mamá, no lloles. ¿Te lele mucho? Yo te loy muchos sesitos para que no te lela.

Ethan me lleno de besos y miro a Edward —Ahola tu lale sesitos, cuano le las sesitos a mamá ella ta contenta.

Edward me dio varios besos.

—Y dicen que nosotros somos los empalagosos besucones, —Bromeo Emmett, que acaba de dejar de besar a Rose— tuve que besarle estaba poniéndose celosa.

La cena fue fabulosa no solo me acabe todo pedí postre, si seguía así mi vestido no me entraría, debería de hacer un poco de régimen solo por si acaso o salir a correr.

Alice me había traído una foto de unos zapatos, eran perfectos y había una versión más baja. Quedamos de vernos al otro día en su oficina para ir a verlos. Y si no buscar otros.

Alice últimamente dormía más con Jasper en casa de él que en la casa. Ese me gustaba nos daba más tiempo como familia. Suspire y Edward tomo mi mano. En la otra llevaba a Ethan cargando que estaba a punto de dormirse.

Caminamos hacia el auto, cuando busque a Rose estaba detrás de nosotros.

—Iremos en taxi a casa, mañana pasen por mí para ir a trabajar. Emmett ya no me deja manejar.

—Es peligroso que maneje en su estado. —Se defendió Emmett.

Nos despedimos y caminamos al auto, cielos esa maldita sensación de sentirme observada ¿Sería mi madre?

Sacudí la cabeza, Edward que estaba acomodando a Ethan me miro.

—Llegando a casa voy a quitarte esa cara triste, voy a darte un masaje y luego voy a mimarte y si me da tiempo voy a hacerte el amor tan tiernamente que sentirás que el mundo va a acabarse. — Abrí los ojos.

—Señor Cullen que estoy comprometida no me diga eso. Me excita y me hace querer llegar a casa más rápido.

Cuando llegamos a casa me sentí feliz pero de pronto recordé el episodio con mi mad… con Renée y comencé a llorar de nuevo. No quería que Edward me viera así que me metí al baño, abrí la regadera, me desnude y me metí a bañar deje que el agua caliente me relajara.

Salí y me di cuenta que no había toallas en el baño. Ni sucias no limpias Edward y su maldita manía de hacer lavado entre semana.

—¡Edward! — Grite.

—¿Que terroncito de azúcar? —Contesto irónico.

—No hay toallas, —dije molesta pero luego salí de la regadera desnuda y dulcifique mi voz— me puedes pasar una por favor.

—No lo se, desnuda me gustas mas. Cielos podría dejarte desnuda pero no quiero que tengas gripa el día de la boda. Siento que el tiempo ha volado —dijo mientras salía.

Y si en un mes sería su esposa, dejaría de ser Isabella Marie Swan para ser Isabella Marie Cullen.

Edward llego con dos toallas y me dio una mientras él con la otra comenzó a secarme.

Me puse la pijama sin ponerme ropa interior y él me pido que me pusiera boca abajo.

Puso aceite en mi espalda y comenzó a darme un masaje.

—Bella me estorba tu pijama puedo quietártela.

—Edward que poco inventivo eres —Comencé a sacarme la pijama.

Edward tenía una gran sonrisa.

—¿Qué te dijo Renée? —pregunto después de un rato, ya cuando estaba totalmente relajada.

—En resumen que ojala nunca me hubiera tenido, que no había duda que era hija de Charlie, que eso le dijo antes de irse, que no sabía si era su hija o de otro. Que no era suficiente mujer para ti… —hay no, hay no, las lágrimas regresaban.

—Amor, bebe no llores eres demás de mujer para mi, eres todo. No importa lo que diga tu mamá, ella está enferma. Aro se está divorciando de ella y le dará el dinero que pedía pero nada más, ni la casa. Nessie es mayor de dieciocho años así que decidió irse a vivir con Aro. No quería decirte nada. No quería que te preocuparas.

—Hay Edward no se qué me pasa, —Conteste mientras me sentaba— no puedo dejar de llorar.

—Tendrás una fuga corazón, tanto amor que necesita salir. —Lo mire y comencé a besarlo.

Así desnuda como estaba, nada me importo mancharlo de aceite, me puse encima de él intentando desnudarlo.

—Tranquila, tranquila.

—No quiero tranquilidad, no quiero ir despacio, te quiero a ti dentro de mí ¡Ya! —Exigí.

—Bella estas mas insaciable que nunca. Hemos tenido sexo creo que diario todo el mes.

De pronto algo hizo click en mi cabeza.

—¿Dijiste todo el mes? —Me pare y corrí al vestidor.

¡Mierda! ¡Mierda! Abrí el cajón de mi ropa interior y las vi. Un paquete nuevecito de pastillas anticonceptivas. Edward ya estaba detrás mío.

—Edward, desde que me enferme olvide tomarme las pastillas y no me ha bajado.

Edward no entendió —No he tenido la regla, ¿Qué día es hoy?

—Viernes —contesto y lo mire con cara de pocos amigos. Hice la cuenta mentalmente, hace más de una semana debería de haber llegado mi menstruación.

Lo mire temiendo verlo enfadado. Pero su cara era de concentración. De pronto abrió sus grandes ojos verdes, sonrío.

—Bella ¡Hicimos un bebé! — Me abrazo fuerte.

—No lo se, puede ser. —Me sentía conmocionada, podría estar embarazada. Lleve mis manos al vientre, un bebé de Edward.

—Diablos Bella como podemos saberlo. —Comenzó abotonarse la camisa. — No te muevas voy por una prueba a la farmacia. ¡Cielos!

Salió corriendo de la recamara y regreso casi enseguida. —La cartera, —Dijo jadeando— la olvide. Y volvió a salir.

Yo seguía en shock salí del vestidor y me senté en la cama. Un bebé, era posible que estuviera embarazada. Cielos después de que me enferme ni siquiera había recordado tomármela.

Cuanto tiempo paso no lo se pero Edward llego con una gran bolsa de la farmacia.

—Había muchos tipos, hay normales, unas que hablan, dios una dice de cuantas semanas estas. Traje todas.

Sacudió la bolsa y salieron al menos quince diferentes pruebas de embarazo. Seguía prácticamente desnuda, solo me había puesto una playera de Edward. Entre al baño con una prueba en la mano.

Edward entro tras de mí con tres más.

—Así lo confirmamos.

Hice pipi en cuatro diferentes varitas. A los dos minutos la primera tuvo dos rayitas.

—Positivo —Dijo Edward leyendo el instructivo.

La segunda dijo "Felicidades estas embarazada" con una voz muy electrónica.

La tercera indicaba positivo y tres semanas aproximadamente. La cuarta tenía un signo de más.

Nos quedamos viendo, y de pronto Edward grito —¡Vamos a tener un bebe! Sé que tal vez no estaba en nuestros planes pero, cielos no puedo dejar de emocionarme.

Estaba sonriendo, estaba llorando. Estaba feliz. Me pare y lo abrace comenzamos a brincar y de pronto se paro.

—No debes de brincar, buscare ponerte uno o dos ayudantes. ¿Tienes algún antojo? ¿Crees que Ethan se ponga celoso? Yo iba a proponerte que adoptara legalmente a Ethan durante la cena. Ahora no puedes negarme ese derecho. Ethan es mi hijo mayor y este chicharo será mi segundo bebé.

Edward no podía dejar de sonreír.

—¡Bella vamos a tener otro hijo! —Edward se pasaba las manos por el cabello. Me miro y su mirada estaba llena de amor, de alegría y de lujuria.

Comenzó a besarme apasionadamente, —Sabes que es lo mejor Bella, que la boda se adelanto. No quiero que le digamos nada a nadie, todavía no que sea algo entre tú y yo.

Estaba en shock

—Bella, ¿Amor? ¿Bebé estas bien? —Pregunto agarrando mis mejillas.

—Yo… —No sabía que decir

—¿No te gusta la idea que tengamos un bebé?

—Bueno yo... —respire profundamente

—¿Bella?

—Vamos a tener un bebé. —Las lagrimas se aglomeraron en mis ojos— Un bebé

—Si amor un bebe, tuyo y mío, te amo tanto — dejo un beso casto sobre mis labios — ¿Te parece bien no decir nada hasta después de la boda?

—Está bien, me gusta esa idea. — Le respondí aun ida mientras tocaba mi vientre.

Y me gustaba la idea, algo entre él y yo solamente.

—Te amo —Edward me alzo entre sus brazos— Te amo pequeña, —me beso— los amo a todos —Susurro besando mi cuello— Te amo a ti, a Ethan, a nuestro chicharito —Mis manos empezaron a desabotonar su camisa hasta dejarlo completamente desnudo.

Me hizo el amor suave tiernamente, se detenía en mi vientre, lo besaba, le hablaba de su familia, de su hermano. Fue una de las mejores noches de mi vida.

Renée había intentado quitarme la felicidad pero Edward y este nuevo bebé me habían devuelto la sonrisa.

La mañana llego y con ella el caos, juzgado, oficina y Alice. Al final me decidí por un par de zapatos hermosos. Los zapatos más bajos iban a ser un problema sobre todo para el vestido que era largo.

Alice pensaba en mil soluciones, pero ninguna muy practica.

Al final la chica de la boutique le explico que en el ruedo del vestido pondrían dos unos botones que harían que la parte de enfrente pudiera recogerse sin afectar el vestido. Todo estaba saliendo aun mejor que lo planeado. Además estaba embarazada.

Pedí a Alice si podía traer algo su bolsa y hable con la chica.

—Oye, acabo de descubrir que estoy embarazada, ¿Puedo dejar el vestido y medírmelo en unos días por si me crece algo? Es secreto todavía —Me apresure a decirle mientras Alice regresaba.

Ella asintió y me dio una tarjeta con su nombre. —Llámeme en unas horas.

Después de salir de la tienda Alice pregunto —¿Para qué llamaras a la chica?

—Es que estaba pensando en medírmelo una vez más pero no estaba segura, nada más.

—¿Tienes hambre?

Mire el reloj era la hora de ir por Ethan.

—Podemos pasar por Ethan luego podemos pedir pizza, tengo ganas de pizza.

—¿Pizza? había pensado en algo más elaborado pero pizza está bien.

—Podemos hacer una ensalada con… pollo, crotones, pepinos, tomate, aguacate, queso.

Podía saborearme la ensalada.

—Creo que no soy la única con hambre —Dijo Alice antes de partirse de risa.

—Podemos pasar por helado, creo que ya no hay y hace algo de calor. Sacamos la mesa a la terraza y tenemos una gran cena de verano al aire libre.

—¡Podemos! —Dijo Alice— Llama a Nessie y a Jake, yo me encargo de Jasper, y de Esme.

Teníamos todo listo para nuestra cena de verano al aire libre. Todos estaban avisados. La comida esta lista. Había helado de sobra y yo llevaba un hermoso vestido veraniego palabra de honor. Me sentía más sexy y segura que nunca. Era como si reconocer el que me madre no me amaba, pero era amada por otros me hubiera hecho.

Quería celebrarlo gritarlo a los cuatro vientos. Era feliz, amaba y la amaban.

—Tienes una cara de felicidad Bella, que ya la quisiéramos algunas. —Dijo Alice sacándome de mi ensoñación.

—Soy feliz Alice, gracias a ti y a todos, soy realmente feliz.

—Cuando nos conocimos supe que seríamos amigas siempre y para siempre. Jasper me pidió que me casara con él. Tenemos que esperar un tiempo pero lo voy a hacer, el es todo lo que he estado esperando. Me siento completa con él. Aunque nunca me he sentido incompleta. —Estallo en risas— Estoy algo loca verdad, pero así me quieren.

Nos abrazamos y el timbre sonó.

—Ese es Jasper, me dijo que llegaría un poco antes.

Salio corriendo de la terraza y yo entre a la cocina donde Ethan tenía ya todo fuera de los trastes fuera otra vez.

—¡Ethan! —Alce un poco la voz y lo espante. Comenzó a llorar.— No llores, sabes que no debes de llorar.

Lo tome en mis brazos.

Ethan me miro y dejo de llorar. Se limpio con su mano las lagrimas —No me gigañes mamá.

—Sabes que no debes de sacar las cosas. Por eso te regañe.

—Pero etaba venieno las cosas.

—Papá te compro juguetes para vender ¿Te acuerdas? —El asintió— No debes de sacar los trastes ni la ropa. Ahora guárdalos, yo te ayudo.

Me agache y estaba en cuatro guardando los trastes mientras Ethan me los traía de toda la cocina y parte de la sala.

—¡Bella que haces así! —Grito Edward, levantándome.

—¡Tranquilo! No pasa nada.

La cara de Edward era de miedo. Se acerco a mí y me dijo al oído —¿Puede hacerte daño? Para el bebé —Señalo.

—No me hace daño —le dije igual al oído.

—Papá no gigañes a mi mamá, yo saque tolo, tolo —Dijo Ethan jalando el pantalón de Edward.

—Ethan —Sonó muy serio— ¿En qué quedamos sobre sacar las cosas de su lugar?

—No saco las cosas, pelo yo quelia vender las cosas y mis cosas pa' vender taban ariba. Pero ya toy guadando. No me gigañes.

Le dio un beso inmediatamente después. Edward se derritió. Era el papá mas blando del mundo.

—¡Hey ustedes dos dejen de toquetearse con el niño en las manos! —Grito Emmett.

—No nos estamos tocando —Dije y le enseñe la lengua.

La cena fue hermosa, Nessie, Jake y Aro llegaron poco después que Rose y Emmett. Esme y Carlisle. Esta era mi familia. Faltaba papá pero sonreí al pensar que ya nunca más me sentiría sola.

La mañana trajo una mejor noticia, Ang era mamá. De un precioso niño. Quede de ir a verla en la tarde, así estaría más descansada.

Edward me sorprendió con el desayuno en la cama.

—Estaba pensando que podemos dejar a Ethan con mi mamá e ir a ver a Carmen como a las doce.

—¿Estabas pensando o hiciste la cita?

—Hice la cita, Bella —Me miro— muero por confirmarlo, porque te hagan el ultrasonido y ver al bebé.

—No se ve nada, es como una mancha.

—Es mi mancha.

—¿Sabes que te amo?

—No es una novedad para mí, pero puedes hacérmelo saber hoy en la noche.

—Podemos empezar ahora. Lo tome del cuello de la playera y la jale hacia mí.

—No tenemos que ponernos guapos, ir a la florista y pagar las flores. Luego ir a dejar a Ethan con mi mamá, ir a la cita con Carmen y al final ir a ver a tu amiga. Luego traeremos a Ethan a la casa, jugaremos todo lo que resta de la tarde y cuando se duerma voy a hacerte el amor hasta que amanezca.

—Me gusta tu plan. —Le dije dándole un beso— Pero puedes darme un adelanto.

—Nada de adelantos, anda ve por Ethan para ponernos guapos todos.

Me dio una de sus miradas que me derretían. Salí por Ethan que estaba sentado en la cuna jugando con sus autos.

—Meno días mamá. —Me dijo en cuanto me vio.

—Hola Sapito hermoso, ven bamos a bañarte.

—¡Sii!, a mi me gusta mañanarme.

—Eres un Sapito muy listo cada vez hablas mejor. Cuando seas hermano mayor vas a tener que enseñarle muchas cosas a tu hermano.

La mañana pasó demasiado rápido y era hora de la consulta.

Kathe salto al vernos —¡Bella! ¡Edward! Qué alegría. Cuando hablo Edward me quede emocionadísima. Odio que me amenaces —Señalo a Edward— Dios si no fuera porque es tan buen abogado y me saca de todos mis enredos juro que soltaba la sopa.

Mire a Edward.

—Me pregunto para qué era la consulta y tuve que recordarle quien la ha sacado de la comisaría tres veces si decía algo.

—Mira que casi son cuatro anoche, me le fui a golpes a una tipa. —La miramos— Me aventó un Cosmopolitan en mi blusa blanca preferida. ¿Entonces vamos a tener otro bebé?

Creo que Kathe estaba demasiado exaltada.

—¿Quieren ir ahorrando tiempo? —Miro el reloj— Tomen tienen que hacerse estos exámenes. Si les preguntan mi mamá lo firmo. Son tan fijados los de los laboratorios. Una vez descubrieron que yo firmaba algunas órdenes y casi me cuesta el puesto.

Kathe era tan sin freno, pero me gustaba eso de ella.

En el laboratorio me sacaron sangre y me pidieron que hiciera pipi en un frasco.

—¿Para qué es la orina? —Pregunto Edward.

—Vamos a analizarla para ver los niveles… —Ya no escuche nada mas comencé a oler algo que me revolvió el estomago y comencé a ver todo negro. Quise gritarle a Edward pero no pude.

Cuando desperté estaba en una camilla en el hospital y me asuste. Toque mi estomago.

—Tranquila, estas bien —La voz de Edward me calmo.

—¿Qué me paso?

—Te desmayaste al parecer en tu estado es normal. Van a hacerte un ultrasonido y con la sangre que te sacaron van a checar que tan bien estas de salud.

Lo mire estaba despeinado con la playera toda arrugada. Sonreí.

—No te rías Swan pensé que te morías, el pobre chico de el laboratorio. Dios quería matarlo pensé que era su culpa. Y luego te trajeron aquí y me sacaron. Mandaron a un enfermero enorme Bella, si no me calmaba iban a sacarme del hospital.

La puerta se abrió y Carmen entro.

—Vaya el abogado que iba a demandar al hospital hasta que no quedara ni un ladrillo y todo porque no le dejaban ver a su esposa ¿Está ya más tranquilo? —Carmen me miro, su cara era de total picardía— Iban a ponerle un calmante. Estaba como loco. Estoy pensando seriamente no dejarlo entrar al quirófano. Felicidades van a tener otro renacuajito.

—Edward no me dejas respirar —Me tenia abrazada fuertemente.

—Hey abogado, déjela que si se desmaya creo que lo mandaran al psiquiátrico esta ocasión.

No pude evitar reírme, podía imaginarme perfectamente a Edward.

—Ese desmayo creo yo que puede ser causado solo por el embarazo, no tienes ni la presión alta, tus análisis están perfectos. Así que no hay nada de qué preocuparse. —Edward iba a decir algo y Carmen hablo con voz de mando— Nada, bueno si voy a mandarte una receta con tranquilizantes, se los das cada que le dé un ataque —Edward hizo una mueca.

—El ultrasonido ¿Van a hacérselo ahora?

—Si para eso estoy aquí, sé que es tu primer bebé Edward pero necesito que te calmes. Si tienes preguntas puedes irlas haciendo. Y para la próxima consulta puedes traer diez preguntas escritas.

Ahora —Continuo— voy por la enfermera y ustedes mientras escriban diez preguntas cada uno. No más.

Edward me miro y hablo —Carmen me asusta, a veces, me recuerda a Esme cuando se enoja.

Saco el teléfono y comenzó a escribir sus preguntas, hizo un mohín y me miro. — ¿Puedo darle cinco como si fueran tuyas?

—Dámelas. —Estire la mano pidiéndole el teléfono. Leí sus preguntas— Yo puedo contestarte varias de estas preguntas.

—Preferiría que me las contestara Carmen, —me miro apenado— es que ella es la doctora.

—¿No confías en mi? —Intente que mi voz sonara afligida.

—Sí pero…

—Nada de peros, confías o no, cielos Edward yo puedo decirte que mis pechos van a estar sensibles pero soportaría que me besaras los pechos.

Un sonido de sorpresa nos hizo voltear una muy roja enfermera. Carmen solo movía la cabeza.

—Bella porque tus embarazos son tan… difíciles y no por que el embarazo lo sea si no por tus acompañantes. A ver empezaremos con el ultrasonido. Bella ya sabes que hacer.

La enfermera me tendió la batita y me indico un biombo.

—¿Qué tiene que hacer?

Carmen meneo la cabeza y sonrío.

—Edward lo que tenga que hacer, pero para tu tranquilidad desnudarse, porque trae pantalón, y luego viene aquí le pongo la sabana le destapo su el vientre y le pongo un gel, que esta frío pero no duele ni hace nada es solo para permitirnos tener una mejor penetración y para mover mejor el…

—¿Cómo que penetración? —Escuche gritar a Edward y no pude reprimir la risa y la enfermera tampoco.

—Edward penetración del ultrasonido. Dios donde tienes la cabeza. Los Cullen se vuelven tontos cuando se embarazan sus mujeres pensé que no podrías ser peor que Emmett pero veo que no será así.

Salí cerrándome con la mano la bata, Edward parecía niño regañado junto a la camilla. Me ayudo a subir.

Carmen comenzó con todo el procedimiento, de pronto sonrío y nos dijo —Miren esto de aquí es su hijo.

Edward lloraba y apretaba mi mano.

—Es tan pequeño, parece un frijol.

—Tiene ese tamaño aproximada mente, tienes 4 semanas Bella, y tu bebé está formándose, mira a partir de ahora crecerá un milímetro diario. Te voy a mandar vitaminas y un complemento. ¿Nauseas, algún otro mareo aparte del de hoy?

—Nada solo mucho sueño, pero como he tenido días pesados lo achacaba a eso.

—¿Tienes la pulsera que te di para las nauseas? —Asentí— ya sabes si tienes con eso te ayudara, así como tomar un poco de refresco o de jengibre.

Volví a asentir, mientras Carmen limpiaba mi estomago con una toallita de papel.

—En lo que te vistes me llevo a tu marido al consultorio, te esperamos allá, comenzare a contestar sus miles de preguntas.

Edward se debatió tres segundos entre esperarme o seguir a Carmen. La enfermera lo vio y le dijo —Tranquilo yo la llevara al consultorio, en una silla de ruedas, no tiene que preocuparse.

—Me voy con Carmen —Me beso y salió.

—Creo que tu embarazo será algo estresante, es algo aprensivo tu esposo.

—Un poco, si —Comencé a imaginármelo mientras vomitaba o en la oficina. Tendría que hablar con él y poner reglas. Si cuando estuve enferma me llamo un millón de veces, no quería imaginarlo ahora.

La enfermera me señalo la silla de ruedas —Es política del hospital —Señalo alzando los hombros, me subí y me llevo al consultorio. Kathe debía de estar dentro del consultorio porque no estaba en su escritorio la enfermera abrió la puerta y entramos, y si efectivamente. Kathe estaba teniendo un ataque de risa mientras Edward estaba rojo como un tomate y Carmen se agarraba la cara en señal de desesperación.

Carmen me miro y me dijo —Estoy a dos segundos de cambiarte de ginecólogo.

La enfermera salió y Kathe comenzó a hablar —Acaba de preguntarle a mamá si pueden saber que va a ser con ese ultrasonido, mamá le dijo que solo era algo como la forma de un frijol, el miro el ultrasonido y le dijo que le veía cara de niña. Con tus ojos.

No pude evitar reírme, en la ecografía no se veía nada más que un diminuto puntito. Pero ese era Edward, mi Edward.

Me pare de la silla y me senté en su regazo y lo bese.

—Hey que no queremos ver como hicieron al bebé —Expresó Kathe.

Por fin salimos de la consulta, e íbamos felices.

Buscamos la habitación de Ang y cuando llegamos ya estaba Rose y Emmett. Recordé que no llevábamos nada para el bebé, ni siquiera lo había recordado.

Edward noto que me detuve.

—¿Qué pasa? ¿Te sientes mal?

—No trajimos nada de regalo.

—Sí, junto con Emmett y Rose les regalamos la carriola, la silla del auto y una silla para comer.

—Gracias pero tenias que avisarme.

—Prometo avisarte todo lo que haga de ahora en adelante.

Saludamos y conocimos al pequeño Ben, era bellísimo, Edward pidió cargar al bebé y lo hacía tan bien, se veía tan hermoso con un bebé pequeño.

Esa idea me hizo sonreír.

—Bella, Bella te lo estas imaginando ¿No? Conozco tu cara —Rose me conocía demasiado bien para mi propio bien o mal. — Pronto puedes tener un bebé, bueno no muy pronto quiero que esta señorita tenga su momento. ¿Te imaginas? Lo único que quiero es llegar a tu boda luego puede salir en el momento que quiera.

Una risa tonta salió de nuestro labios.

Rose tenía programado su parto a partir de una semana antes de la boda hasta una después. Esperábamos que llegara después de la boda. Aunque Rose dijo que no importaba que la llevaran así tuviera unas horas de nacida su hija.

Salimos los cuatro dejando a la pareja con su bebé.

Emmett beso a Rose y le toco la barriga.

—Prontito bebita prontito.

Edward me miro y sus ojos se detuvieron en mi vientre.

—Nos vamos a cenar de solteros antes de que ustedes se casen y nosotros seamos padres. Vamos Esme está cuidando al Sapo.

—Vamos. —Tome la mano de Edward— Quiero bailar.

—No, no puedo bailar o se me puede salir Rose Junior.

—Vamos a cenar, vamos a ver una película o algo más tranquilo.

—Tengo antojo de pescado, ¿Podríamos ir a comer pescado? —Dijo Rose.

—No algo oriental, comida Tai —Propuse.

Rose y yo nos miramos. Emmett intervino —Conozco un lugar donde venden comida tailandesa y preparan un pescado delicioso.

—Vamos que muero de hambre —agrego Rose.

Emmett le dio la dirección a Edward y nos dirigimos al auto.

—Bella ¿Quieres ir al restaurante?

—Si ¿Tu no?

—Pues si y no, quiero estar contigo a solas.

Tome mi teléfono y marque a Rose —Rose, me siento algo cansada cenaremos en casa gracias de todos modos. Los queremos. —Colgué antes de que Rose pudiera replicar.

—Listo, vámonos solitos a cenar.

Terminamos en un lindo restaurante de comida china, donde comimos y hablamos de nuestro futuro.

Edward quería adoptar legalmente a Ethan. Y yo dije que si. Me dijo que tenía todo preparado solo hacía falta mi firma. Hasta había hablado con un juez para exponerle la adopción desde antes.

Amaba que Edward me cuidara y protegiera. Cuando terminamos de cenar pasamos por Ethan que ya estaba dormido. Esme nos dijo que se había portado muy bien y que por fin había aceptado decirle abuelito a Carlisle.

Llegamos a casa, mientras Edward le ponía la pijama a Ethan. Era tan feliz.

Vi entrar a Edward, el me miro —Podemos esta noche solo dormir abrazados. —Beso mi frente— Te amo Bella, nunca creí que tendría toda esta felicidad en mi vida, el tenerte entre mis brazos, mis dos hijos, todo me hace tan feliz.

¡Ay no! Ahí estaban las lagrimas, este embarazo me hacia llorar mucho.

—Y yo a ti, mi lobito de peluche.

Me desvestí y me puse la pijama, cuando busque a Edward con la mirada él estaba doblando mi ropa y poniéndola en su lugar. Hice un mini berrinche/pataleta y le ayude.

—Te amo con todo y tu trastorno obsesivo con la limpieza.

—Y yo te amo a ti y tu perpetuo desorden.

Nos acostamos, y gracias al embarazo perdí la conciencia a penas tocar la almohada.


¿Qué les pareció Renée? No es acaso la madre ideal, y el embarazo. Tendremos otro renacuajito, ¿Qué les gustaria que fuera Sapito o Ranita?

El capitulo pasado olvide ponerles el link por si alguien quiere ver como es el vestido de novia de Bella

www . / es / vestido /8

Ya saben quiten los espacios.

 

Grupo de facebook groups / 329325000484849/

 

 
Capítulo 27: Capitulo 24. Entre vestidos y nauseas Capítulo 29: Capitulo 26. Fortuna

 


 


 
14439438 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10757 usuarios