Sufrir, Vivir, Amar (+18)

Autor: Maricoles
Género: Romance
Fecha Creación: 07/05/2012
Fecha Actualización: 08/10/2013
Finalizado: SI
Votos: 20
Comentarios: 76
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Capítulos: 33

La vida de Bella ha sido muy dura, su madre la abandono siendo muy pequeña, su padre la ignoro, su mejor amiga la traiciono y la entrego a su novio para que abusara de ella.. como enfrenta Bella la vida después de esto.
¿Será que Bella si permitirá que el amor de Edward tenga cabida en su corazón?

+18

SUFRIR, VIVIR Y AMAR

INTRODUCCIÓN

Soy Isabella Swan una chica común y corriente, Victoria es mi mejor amiga, prácticamente mi hermana. Mi madre nos dejó a mi papá y a mi hace muchos años, por el papá de Victoria, Phil. Desde que mamá se fue la mamá de Victoria pasó a ser una segunda madre para mí. Es muy irónica la vida, la mujer que ha cuidado de mi es la mujer a la que mi madre le quito el marido. Su nombre es Lilly, ella es una mujer hermosa y muy buena.

Victoria y yo somos como hermanas, solo que Victoria es alta, pelirroja y bastante atractiva, sus son ojos azules como los de su padre; yo soy todo lo contrario, soy bajita, mi cabello y ojos son de color chocolate, herencia de mi papá. Mucha gente no entiende nuestra amistad, pero cuando mamá nos dejo Lilly habló con Charlie, mi papá, y ella se ofreció a ayudarle, cuidando de mi.

 

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Capítulo 2: Outtake 1. Viviendo una mentira

Viviendo una mentira

"El odio es un veneno que se toma uno queriendo que el otro se muera"

Victoria

Así empezó todo…

Miré como lloraba mi mamá por papá él nos dejó, no entendía por que ya no estaba papá y no entendía por que mamá no me hacía caso.

Mi abuela llegó por nosotras, nos subió a un coche y llevó lejos de casa, de mis muñecas.

Mamá seguía triste pero ya no lloraba tanto, el abuelo me gustaba pero la abuela era mala siempre me regañaba. No le gustaba que hiciera ruido o que jugara con el hijo de la sirvienta.

Un día mi mamá me llevó a una casa era chiquita, había una niña muy chistosa tenia unos ojos grandotes color chocolate y su cabello estaba sucio y enredado.

Era tan diferente a mi, ella era pequeñita y delgadita, se parecía a una gatita mojada. Mi mamá habló algo con el papá de la niña y después de eso regresamos a casa de los abuelos, la abuela le pegó a mamá cuando llegamos. Ese día odié más a mi abuela.

Al otro día muy temprano mamá entró a mi recamara y me dijo que la otra niña Bella, se había quedado sin mamá que la cuidara y su papá no podía cuidarla, me preguntó que me parecía que entre las dos la cuidáramos, que ella sería como una hermana para mi. A mi me encantó la idea, siempre quise a alguien que jugara conmigo.

Mamá me dio un beso y me dio las gracias. Luego tomó mis vestidos más viejitos o que no me quedaban y me dijo que se los daríamos a Bella, porque ella no tenía vestidos bonitos, no me gustó mucho la idea pero no se lo dije a mamá.

Llegamos a casa de Bella y ella nos miró con miedo, mamá la subió al coche y la llevó a la casa con los abuelos.

-Hola Soy Victoria pero dime Vic, así me gusta que me digan.

-Yo soy Bella, así me dice mi papi.

-Yo no tengo papi se fue con otra mujer eso dice mi abuela, ten cuidado con ella mi abuela es mala, pellizca muy fuerte y jala el cabello si te portas mal.

-Mi mamá se fue a otro lugar pero yo quiero que regresé, ahora estoy solita en mi casa, mi papá nunca está-. Dijo con lagrimitas en sus ojitos.

-No llores ahora mi mamá y yo te vamos a cuidar-. Le dije y le di un beso.

Mamá nos metió a bañar, nos vistió con los vestidos que había escogido y salimos a jugar al jardín de la casa de los abuelos. Jugamos a las escondidas, a la comida, luego nos llevó adentro de la casa y la abuela jaloneó a mi mamá a la biblioteca, cuando mamá salió la abuela seguía gritando que era una estúpida.

-Mamita ¿por qué la abuela te regaña tanto?- Le dije después de que llevamos a Bella a su casa.

-Por que no entiende que los niños no tienen la culpa de los errores de sus papás, Bella es la hija de la señora que se llevó a tu papá, pero ella no tiene la culpa y nosotras la vamos a cuidar.

No acababa de entender por que la mamá de Bella se llevó a mi papá pero eso hizo que ya no la quisiera tanto.

Mamá diario llevaba a Bella a la casa y la abuela ya no le gritaba tanto. Eso me tenía contenta, yo quería a Bella pero siempre pensaba en las noches que si su mamá no se hubiera llevado a mi papá seríamos más felices.

Cuando mamá estaba enferma la abuela no dejaba que entráramos a verla, Bella me llevaba a un escondite que había encontrado en casa de los abuelos. Y ahí pasamos las tardes leyendo o jugando con mis muñecas por que Bella solo tenía una muñeca y esta estaba rota.

Hoy era mi cumpleaños numero diez, la fiesta era muy bonita muchos niños vinieron a la fiesta, Bella como siempre tenía un libro y estaba leyendo.

-Vamos a jugar Bella –le dije.

-No quiero todos se burlan de mi por que me caigo cuando corro –me dijo.

-Nadie se va a burlar de ti por que yo te voy a defender.

Le quité el libro y me la llevé corriendo, ella empezó a seguirme y no habíamos corrido ni cinco minutos cuando se cayó.

-No llores Bella, ten tu libro yo solo quería jugar contigo, me perdonas –le dije.

-Bella cariño ¿qué te paso? –le dijo mi mamá.

-Es que quería jugar con Vic y me caí –le dijo.

-No llores ven voy a limpiarte la raspada de tu rodilla, Victoria no juegues así con Bella ya sabes que no corre muy bien.

Mi mamá me estaba regañando en mi cumpleaños ¿Por qué?

El abuelo murió anoche, todos estamos tristes hasta Bella, aunque ni siquiera era su abuelo pero ella también lo quería mucho, siempre nos regalaba libros a las dos. La abuela dice que siente mucho dolor en su corazón, me imagino que siente como cuando nos dejó papá.

Días después de que murió el abuelo, la abuela me llamó a su cuarto.

-Victoria no seas tan estúpida como tu madre, no dejes que un hombre maneje tu vida, aléjate de esa niña, ella no es como tú, tú eres mejor, eres una Mortens no dejes que esa te quite el cariño de tu mamá, por culpa de su madre es que tu papá dejo a tu mamá recuérdalo siempre.

Yo me enoje mucho con la abuela por que yo quería a Bella como una hermana, pero en algo si tenía razón por culpa de su mamá la mía ya no era feliz.

Dos años después de la muerte del abuelo murió la abuela, esos dos años le hizo la vida imposible a todos, se volvió amargada, siempre culpaba a mamá de la muerte del abuelo, le gritaba a Bella que era una mal nacida y a mí siempre me decía que era una basura igual a mi padre.

Yo tenia trece años cuando la abuela murió, cuando leyeron el testamento el abogado me dijo que los abuelos me habían dejado un dinero que recibiría cuando cumpliera dieciocho años.

Hoy Bella cumple catorce y mamá quiere hacerle una fiesta sorpresa, Bella casi no tiene amigos en la escuela, siempre está leyendo a mi también me gusta leer pero solo los libros eróticos que saco a escondidas de la biblioteca o las revistas que compro, pero casi nadie le habla a Bella. Prácticamente todos iban a venir por mi, yo era la chica más popular de la escuela.

-Oye Vic, tu mamá esta muy pálida, por que no mejor terminamos la fiesta-. Me dijo Bella cuando ya tenía un rato de comenzar la fiesta.

-No Bella ella siempre está enferma y yo quiero divertirme, ella nunca pudo jugar con nosotras porque siempre estaba enferma o con las quimioterapias. Si quieres vete tú, yo me quedo.

Bella subió con mamá. Como a la hora llegó y me dijo:

-Vicky tu mamá tiene un dolor muy fuerte y ya le di la medicina pero no se le quita ya llamé al doctor, sube a verla.

-Que no entiendes quiero bailar, quiero ser libre, además Carl va a pedirme que sea su novia. Estoy segura. Cuando llegue el doctor me avisas y subo a ver a mi mamá.

Bella movió la cabeza negativamente y subió en silencio. Carl nunca me pidió que fuera su novia, él solo quería besarme y agarrarme las tetas por una estúpida apuesta que hicieron.

Corrí a todos de la casa cuando llegó el doctor.

Se llevaron a mamá otra vez en la ambulancia, al parecer el cáncer había regresado. Maldición eso significaba más quimio para mamá y soportar sus quejas y sus vómitos. Lo bueno es que Bella siempre la ayudaba, ella era como una hermana, más bien era como una recogida siempre estaba con la cocinera aprendiendo a guisar para hacerle la comida a su papá. Como odiaba que ella si tuviera papá ¿por qué mi papá no me llevo con él? Mi mamá era tan débil y siempre estaba enferma, desde que nos dejó papá siempre ha estado enferma. Estoy harta de fingir que me intereso en su enfermedad. Ojalá y ya se muriera, así podría hacer lo que quisiera.

Mamá se fue consumiendo a lo largo de dos meses, según dijo el doctor el cáncer había hecho metasta…algo, no recuerdo la palabra pero mamá ya no se recuperaría. Bella me consolaba cada vez que recordaba que yo le había deseado la muerte a mi madre.

Faltaba unos días para mi cumpleaños número quince cuando mamá murió, yo me sentí horrible porque me había ido a una fiesta, y la que se quedó con mamá fue Bella, la buena de Bella, como odiaba que todos los criados la quisieran, claro como ella era una criada como ellos.

Días después de la muerte de mamá el abogado nos llamó a Bella, a Charlie y a mí para la lectura del testamento ¿Para qué los quería a ellos ahí?

Bueno, resulta que mi mamá le dejó una cantidad más que generosa para que pudiera estudiar, lo demás me lo dejó a mí y también estaba el problema de mi custodia yo era menor de edad. El abogado decidió que seria mi tutor legal pero prácticamente vivía sola. Él solo iba cada mes a pagarle a los empleados y me preguntaba si necesitaba algo, me dejaba una buena cantidad de dinero y se iba.

Todos creían que yo quería mucho a Bella la verdad es que la usaba o nos usábamos para poder soportar la soledad en la que ambas vivíamos pero éramos tan diferentes, tal vez hubo un tiempo en el que realmente quise a Bella pero ahora no estaba tan segura de que tanto la quería.

Siempre hablábamos de cuando fuéramos a la universidad, yo quería ser bióloga siempre me gustó, Isabella quería ser abogada yo me reía de ella ¡por favor si apenas podía hablar conmigo! ¿Cómo sería abogada? Lo más seguro es que terminara de secretaria de alguien, yo si sería alguien muy famoso, descubriría algo, no se la cura para alguna enfermedad, yo realmente era inteligente y bonita, no como Bella que solo era inteligente y sin nada de gracia.

Hoy comenzaba nuestro último año de High School, yo quería que fuera inolvidable.

En la cafetería estaba sentada con otras chicas cuando descubrí los ojos más hermosos que jamás había visto.

-¿Ese es nuevo? ¿Cómo se llama?- Le pregunté a Brittany, una chica que conocía a todos.

-Sí, lo acaban de cambiar a esta escuela, creo que escuché que se llamaba James y es un bombón.

-Pero es mi bombón, entendiste –le dije mientras la miraba fijamente.

Yo realmente quería que alguien me amara y no sería tan tonta como mamá para que otra me lo quitara, ese chico sería para mí.

Me acerqué y me presenté.

-Hola guapo soy Victoria pero tu puedes decirme Vicky –le dije mientras le daba mi sonrisa más sexy.

-Hola hermosa, soy James y tú puedes decirme James –me dijo dándome una sonrisa.

Enseguida sentimos que entre nosotros había algo más que mera química, él era un dios, y yo era su diosa, nada ni nadie nos separaría.

Él me amaba, una vez cuando vio a otro chico hablando conmigo, me llevó a jalones a la casa y ahí me hizo suya. Me dijo que era para que entendiera que solo era de él y de nadie más. A mi me dolió horrible la primera vez pero después me gustó mucho, él me estaba enseñando muchas cosas, a veces era un poco brusco, y me lastimaba pero yo no lo iba a dejar por que era el amor de mi vida. No entiendo como Bella siempre me decía que lo dejara, claro la muy zorra de seguro me lo quería quitar como su mamá me quitó a mi papá.

Una tarde mientra estábamos en mi casa él sacó del bolsillo de su pantalón una bolsita con polvo blanco, yo sabía perfectamente que era. Mientras él se metía una línea me atreví a decirle:

-James, quiero probar.

-Sí, pero esto cuesta princesa, así que si quieres vas a tener que darme dinero.

Saqué de una caja cien dólares y se los di a James.

-Con esto te alcanza –le dije pasándole el billete por la cara.

-Para empezar, nos vamos a divertir mucho ya veras – me dijo mientras ponía la coca en la mesa de noche de mi cuarto –primero fíjate, como se hace.

Él se metió otra línea y me dio un pequeño popote.

Tápate la fosa izquierda, pon el popote en la derecha y jala.

Y eso hice la nariz me dolió horrible y la sensación no fue muy placentera, pero en pocos minutos realmente me sentí feliz, James me hizo el amor y sentí que era lo mejor, sentí como me amaba realmente.

James se fue a vivir a mi casa, me amaba quería casarse conmigo, ayer despidió a todos en la casa eran unos inútiles, me pidió mil dólares porque quería comprar más droga.

Compró aparte de la coca unos pastillas no sé que eran pero si me las tomaba y hacíamos el amor James me juró que sería lo máximo, ese día no fui a la escuela, me quedé en la casa. Mi relación con Isabella prácticamente estaba perdida pero la muy idiota no lo entendía seguía cubriéndome, haciendo mi tarea según ella para poder ir a la universidad juntas.

Ella iría a la casa ese día al ver que falté a la escuela, así que como a las cuatro dejé a James dormido y bajé a esperarla no quería que se topara con James. Él me dijo que quería quitarle lo virgen a Isabella, pero yo sabía que a él le gustaba, siempre estaba viéndola.

-Isabella, gracias por venir realmente me sentía muy mal, yo creo que tengo un catarro espantoso. No entres mejor hazme la tarea y mañana me la das para entregarla –le dije desde atrás de la puerta para no dejarla entrar.

-Segura Vicky no quieres que te traiga algo de comer – dijo la muy estúpida, ¡Ja, comer! ¿Quién quería comer si tenía coca?

-No Bellita gracias, James pidió pizza y no tarda en llegar mejor ya vete que se te va a hacer tarde para entrar a trabajar, te quiero adiós –le dije mientras subía las escaleras.

-Idiota –dije en voz alta.

¿Quién es idiota? Bebé –me dijo James.

-Isabella, no entiende pero que bueno que ya despertaste, vino tu amigo Adam te dejó esto se lo pagué más lo que le debías, que no te di dinero ayer para que le pagaras. –le dije a James mientras le enseñaba una bolsa con coca y pastillas.

-Dame eso –me dijo mientras me quitaba la bolsa.

-Yo pago por las drogas yo me las voy a quedar-. Le dije mientra intentaba quitarle la bolsa.

-Estúpida ¿Quién te crees? -me dijo antes de darme un golpe en la cara.

-James me pegaste muy fuerte –le dije mientras me sobaba siempre me pegaba jugando o por que yo lo provocaba pero esta vez me lastimó de verdad, sentía mi sien realmente adolorida.

No me di cuenta cuando James me tiró en la cama y comenzó a rasgar mi ropa mientras me decía.

-Te encanta, o si no te gusta tu dime y me voy, cualquier mujer estaría feliz de tenerme, tu dime quieres que me vaya, estoy seguro que Isabella estará feliz de abrirme las piernas en cuanto le diga que ya terminamos. –me decía mientras me follaba.

-NO, no James no me dejes no te enojes es solo que me dolió.

-No te quejes -me dijo mientras me daba una pastilla -con esto se te olvida.

Yo no iba a dejar que otra vez alguien me quitara lo mío, ya su mamá me había quitado a mi papá, ahora ella no me quitaría a mi hombre, a mi amor.

-No, a ella no le interesas además su papá es el jefe de la policía no vas a querer tener problemas con él –le dije esperando que eso lo detuviera.

-Además ella no tiene dinero y no pagaría tu droga –le dije esperando que aun que sea eso lo retuviera conmigo.

-No bebé tú sabes que solo tengo ojos para ti –me dijo mientras me besaba.

Estaba segura de que James me amaba pero también se sentía atraído por ella.

Al otro día James se fue muy temprano, me dejó solo una cantidad de coca, el maldito se llevó todo, se fue a ver a Isabella de seguro.

Como pude me arreglé para llegar a la escuela, al llegar vi que ya estaba ahí Isabella pero James no estaba.

-Hola Bella ¿me trajiste la tarea? –le dije mientras la saludaba.

-Si Vicky, mira esta es la de biología, esta la de cálculo y aquí está la de literatura, hice el resumen del libro de El Principito por si te pregunta la maestra sepas que contestar, ese lo leímos juntas. –me dijo dándome una sonrisa.

-Gracias hermanita ¿Qué haría sin ti? –le dije –¿no has visto a James?

-Nop, cuando venía para acá no lo vi –me contestó.

-Es que salió muy temprano y no me dijo a donde, bueno ya aparecerá- Le dije-Cuando se le acabe la droga y el dinero que se llevo. –pensé.

Pasé la mañana queriendo un pase, pero había dejado la droga en casa. Como a la una ya no aguantaba, busqué a Bella para que avisara a los profesores que me sentía mal.

-Bella que bueno que te veo me siento terrible, yo creo que este resfriado está volviendo, le avisas a los maestros, te quiero bye –le dije sin esperar su respuesta me fui directo a casa.

La puerta estaba abierta, con un vidrio roto.

-¿James? ¿James? –grité.

-Hermosa- me dijo mientras me tomaba por la cintura. Necesitamos dinero.

-Ya no tengo, hasta el día 30 me deposita más el abogado.

-No entendiste estúpida necesitamos dinero, dame algo de valor para venderlo–me dijo mientras me jalaba del cabello.

-James espérate aquí solo tengo un poco de joyas todo esta en el banco hasta que cumpla dieciocho ya te dije.

Me aventó contra un mueble y me dijo:

-Pues vamos por ellas. ¿Dónde las tienes en tu cuarto o en el de tu mami? –me decía riéndose.

-En el de mamá ahorita te las doy –le dije si entraba y encontraba las joyas que escondí estaba perdida me pegaría y de seguro se iría con Isabella.

Subí y le di un anillo y un collar de perlas auténticas con un broche de oro.

-Toma, es todo lo que tengo de joyas.

-Necesito más, con estas baratijas no me va a alcanzar para nada.

-¿Cuánto necesitas? ayer te di casi ochocientos dólares.

-Mira me salió mal un negocio aposté y perdí mucho dinero, cuando menos necesito dos mil dólares aparte de las joyas.

-James el collar cuenta más de seiscientos y el anillo debe valer lo mismo. No tengo más. –en ese momento recordé que unos días atrás Bella me dijo que ya tenía casi cinco mil dólares juntados y que los llevaría al banco para abrir una cuenta –espera Isabella tiene casi cinco mil dólares en su casa, yo tengo una llave vamos por ellos.

Esperaba que la idiota no los hubiera llevado al banco, eso sería mi ruina.

Cuando llegamos a casa de Bella todo estaba en silencio, Bella estaba trabajando en la tienda de deportes, y su papá estaba también trabajando, nunca estaba en casa.

Abrí la puerta y subimos a la habitación de Isabella busqué en sus escondites y no encontré el dinero, temerosa de lo que me pudiera hacer James alce la vista para encontrarlo masturbándose con las bragas de Bella.

-¿Qué te pasa imbécil? –le grité.

-¿Dónde está el dinero? –Me gritó – y déjame terminar- dijo mientras olía la ropa interior de Bella.

-No lo encuentro vámonos –le dije no iba a esperar a que siguiera.

-¿Cómo que no lo encuentras? necesito el dinero para hoy ¿entiendes? –me gritó.

-Pues no lo tengo, y si tanto lo quieres pídeselo a la perra de Isabella- le grité.

-Estúpida –me gritó antes de sentir como su mano se estrellaba en mi cabeza. Me haló del cabello e hizo que me hincara.

-Creo que no nos estamos entendiendo, tú me prometiste el dinero y si no lo entrego me matan. Vamos a tú casa a ver que otra cosa me puedo llevar para vender.

-No, no me voy contigo –le dije, esta vez realmente me daba miedo.

-¿Qué? No te vas, bien pues entonces quédate pedazo de mierda- me gritó.

Se fue hacia la salida, yo me sentí un poco aliviada.

De repente lo vi regresar con los ojos llenos de furia y comenzó a golpearme.

-Entiende necesito el dinero, me van a matar mientras no lo entregue- Me decía mientras me golpeaba.

Cuando se cansó me dijo:

-Levántate nos vamos, ¡que te levantes!- gritaba una y otra vez

Como no me moví me metió unas pastillas a la boca.

-Eso te va a quitar el dolor levántate- yo solo quería morirme.

Sacó una bolsa de coca y me ponía en las encías.

-Ya deja de jugar Victoria levántate y vámonos- Yo empecé a sentir que una oscuridad se iba apoderando de mi, ya no tenía frío, ya no tenía dolor. Estaba flotando en la oscuridad. Ya no escuchaba a James.

Abrí los ojos y la luz me lastimó.

¿Dónde estaba? ¿dónde estaba James?

-No te muevas Vicky, que bueno que despertaste. Estaba muy angustiada voy a llamar al doctor –me decía Bella.

-¿Dónde estoy? ¿Dónde está James? –le pregunté.

-Estás en el hospital te encontré tirada en mi casa, no te preocupes en cuanto declares contra James lo van a arrestar.

-¡Qué! ¿Por qué voy a declarar contra James? él no me hizo nada –no podía permitir que arrestaran a James eso jamás me lo perdonaría.

-Él te golpeó y te dio drogas, tienes que denunciarlo –me dijo casi gritándome.

-No él no me golpeó, me golpeó otra persona y las drogas me las tomé yo solita.

-Él me dijo que tú tomaste éxtasis y alcohol, pero cuando llegamos aquí no había alcohol en tu cuerpo, no lo defiendas.

-No yo le dije que eso había tomado pero la verdad es que estaba muy triste por la muerte de mi mamá y me puse a meterme mucha coca y éxtasis para sentirme mejor.

No cambie mi versión, dije que la droga la conseguí con un chico de la escuela del que no recordaba el nombre.

Charlie y mi abogado lograron que mi custodia fuera dada a éste, solo sería por unos meses, ya que cuando cumpliera dieciocho me emanciparía y recibiría mi herencia.

Bella se fue a la escuela al día siguiente. Y yo recibí la más hermosa de las visitas.

-Hola cariño –me dijo James escondido detrás de un gran ramo de rosas y un oso de peluche –perdóname princesa, es que estaba muy asustado.

Me estaba pidiendo perdón, James me amaba.

-No te preocupes, yo te entiendo. Yo no le dije nada a la policía así que no te preocupes.

-Gracias amor, eres la mejor.

Cuando salí del hospital tuve que irme a vivir a casa de los Swan, pero gracias a que Isabella estaba trabajando o estudiando podía estar todo el día con James. Gracias a que Isabella seguía ayudándome con las tareas y los estudios logré que me aceptaran en Dartmouth, ya había hecho planes compraría un departamento y nos iríamos James y yo, viviríamos a lo grande en la gran manzana, alejaría lo más que pudiera a James de Isabella.

A James lo detuvo la policía por conducir en estado de ebriedad, agredió a los policías, además de llevar coca encima. Le pagué el abogado y aunque no iría a la cárcel no podía salir del estado en un año.

Él me propuso matrimonio el día que cumplí dieciocho. Nos casaríamos en cuanto el pudiera ir a las Vegas. Cuando le dije que me iría a la universidad y que mi abogado estaba tramitando el permiso para que fuera conmigo. Se me ocurrió tener a Bella cerca por si James se ponía un poco violento. Pero su reacción fue peor de lo que yo esperaba.

-Si te largas a la universidad, te juro que me pongo a coger con cuanta perra se me ponga enfrente, tú seguramente encontrarás a otro y te vas a poner a coger con cuanto... –prácticamente James me escupía las palabras, sabía que no podía pegarme por que Bella le diría a su padre y estaba en libertad condicional.

No podía permitir que otra me robara a mi hombre, él es mío, nadie me lo va a quitar y por eso decidí dejar mi sueño de estudiar por el sueño de tener una familia al lado de James.

Él me dijo que tenía el sueño de tener una familia conmigo, que tendríamos hijos y viviríamos en una casa felices.

Yo le creí, me despedí de Bella realmente me dolió verla partir, al fin y al cabo era mi única amiga, casi mi hermana.

Los días pasaron lentamente ya no vivía en casa de los Swan, regresé a mi casa pero mantenerla era realmente costoso. James me dijo que lo mejor sería venderla para poder tener crear nuevos recuerdos nuevas experiencias. Tenía razón todo en esa casa me recordaba algo que yo ya no podría ser nunca, ya no sería la mujer de la alta sociedad que soñaba mi abuela, ni la universitaria que quería mi mamá, así que vendí la casa. El abogado consiguió una oferta extraordinaria, una cadena de hoteles la quería y pagaron muy bien por ella.

Bella me llamaba casi a diario, no siempre le contestaba las llamadas porque sinceramente ella estaba viviendo una experiencia que yo quería vivir y porque entre atender mi casa nueva a James y volar un poco con la droga no tenía tiempo. Además deseaba secretamente que ella fracasara, que se asustara y regresara temerosa.

Casi era navidad y Bella me hizo saber que regresaría, yo quería demostrarle que no era una fracasada por no haber ido a la universidad. Además tenía que enseñarle que James ya era mío. Conseguimos un permiso especial para poder ir a las Vegas para casarnos y tener nuestra luna de miel.

Cuando llegamos a Las Vegas enseguida corrimos a una capilla no quería que me casara Elvis, así que pague un poco más para tener una ceremonia corta, conseguí un vestido y un traje para James y antes de las doce de la noche ya era la señora Victoria Jonson. Si nos fuimos a festejar la fiesta duro cuatro días, nos metimos de todo lo que encontramos y perdimos muchísimo dinero en el casino pero no era nada comparado con la felicidad que sentía. James era mío.

Regresamos y mi vida no podía ser más perfecta, James me amaba, tenía una casa bonita, solo me faltaba un sueño ser mamá quería dos pequeños corriendo en esa casa. James me estaba enseñando a hacer inversiones en la bolsa, como no entendía nada le dejé todo el dinero a él. Además como el decía era el hombre de la casa y era quien debería manejar el dinero.

Bella me llamó para avisarme que ya estaba en el pueblo, la cité en mi nueva casa. James tenia dos días sin aparecer. No tenia dinero, ni droga pero me arreglé lo mejor que pude para poder demostrarle que no era una fracasada.

-Victoria ¿Qué te paso? Te ves diferente, como cansada –me dijo la imbécil.

-Amiga entre cocinar, lavar, y atender a James estoy exhausta –le dije con la mejor de mis sonrisas falsas, ella se veía exactamente igual tan poquita cosa –No sabes, James es… insaciable…

-Vicky, no estás bien, no finjas te conozco y sé que algo tienes ¿qué te pasa? Además de tu amiga yo me considero tu hermana.

-Sabes que Bella ya me canse de que te creas mejor que yo, estoy bien y si me permites yo si tengo una vida de la cual ocuparme. Vete de mi casa, y si quieres volver a verme llámame antes.

Tenía que alejarla de mi, si se daba cuenta podía decirle a su papá y meterme en problemas.

James apareció ese día en la noche. Tuvo una buena racha en las inversiones, venía muy contento. Compró comida, droga y lo mejor me hizo el amor como hace tiempo no me lo hacía.

-Victoria me encantas, tu coño es tan caliente… –me decía mientras se derramaba dentro de mí.

Cuando se quedo dormido quise abrazarlo, pero oí cuando de sus labios salió el nombre de Bella ¿Por qué tenía que decir ese puto nombre?

-James –lo moví –James despierta –lo moví más fuerte.

-¿Qué coño quieres Victoria? –me gritó.

-¿Por qué estás llamando a Bella? –Le grité – ¿Qué estuviste con esa perra? ¿Por eso no venías?

-Cállate Victoria, claro que no simplemente me prende que ella siga siendo virgen. La vi en la calle el otro día y se está poniendo más buena. Si no quieres que me largue déjame dormir. Es mas hazme una mamada para que pueda dormir a gusto. –me gritó.

-No, James no te vayas es… solo que ella me saca de mis casillas y después de eso le di la mamada de su vida. No me dejaría por otra mujer, yo no iba a perder a mi hombre como mi mamá.

Pasaron los meses y James cada vez se volvía más agresivo, pero siempre me pedía perdón y decía que me amaba, yo ya no contestaba las llamadas de Bella, total ¿quién la necesitaba? todo lo que necesitaba en mi vida era a James.

Una noche llegó James con otro tipo a la casa.

-Victoria coge con él –me ordenó.

-Estás loco James ¿qué te pasa?

-Le debo un dinero y él me aseguró que la deuda queda salda solo por coger contigo, así que déjate de pendejadas y ponte a coger. Tómate esto y hazlo bien zorra.

-No puedo James, como voy a tener sexo con otro tipo –le dije después de tragar lo que me dio.

-Mira zorra si no lo haces voy a tener que buscarme a otra zorra menos quejumbrosa.

-James... –me miró y yo sabía que si no lo hacía me iba a dejar – está bien voy arriba lo espero en la recamara.

-No zorra, aquí en la sala ni creas que voy a dejar que te quedes sola con él. Rápido -le dijo al tipo.

El tipo me quitó la ropa y me besaba dejándome toda babeada, sentía asco. No sé en que momento las pastillas hicieron efecto y solo me dediqué a disfrutar, cuando el tipo acabó yo quería más. Así que me paré buscando a James, mientras el tipo se vestía y se iba.

-Sabía que eras una zorra, mira que después de eso quieres más creo que tendría un buen negocio contigo pero me gustas más para mí solo, si no fuera por lo que le debía no te compartiría. Y me tomó de una manera salvaje pero las drogas tenían aletargado mi cuerpo y ya no sentía nada.

Al otro día cuando me desperté todo me dolía, tenía sangre en varias partes de mi cuerpo.

-James ¿qué me paso? –le dije.

-Nada mi amigo le gustaste mucho y regresó por más –me dijo como si nada.

-¿Qué? ¿Cómo que regresó por más? –me sentí sucia, usada.

-Ya cállate no me dejas dormir, y hoy en la noche tengo que salir a jugar un poco ya no tenemos dinero y lo que me pagó por la segunda cogida me va ha dar la entrada.

-¿Cómo que ya no tenemos dinero? James en mi cuenta habían más de dos millones de dólares y estaba el dinero de la casa.

-Tontita todo en esta vida cuesta, ¿tú crees que las drogas que te metes son gratis? No zorrita yo las pago, además solo estoy pasando por una mala racha. Las malditas inversiones en realidad son juegos de azar.

-Maldición James que vamos a hacer.

-Por lo pronto te vas a callar y me vas a dejar que yo arregle esto. Ponte bonita por que esta noche voy a ganar y vamos a festejar.

James salió y yo corrí a limpiar la casa. Cuando acabé conseguí algo de dinero por unos aretes que tenía, hice algo de comer, me bañé y me puse bonita. Esperé a James toda la maldita noche y el nunca llegó. Casi al amanecer escuché ruidos en la casa.

-James ¿eres tú? James –lo volví a llamar.

Alguien cubrió mi boca y me jaló.

-¡Cállate! rápido agarra todo lo de valor que tengas; tenemos que largarnos, maté a dos personas y no tardan en venir a buscarme. ¡que esperas! –me gritó –o quieres quedarte. Yo me largo.

-No, James espérame tomé las pocas joyas que quedaban de mi mamá y mi abuela, hice una maleta rápido y salí con él, íbamos en una camioneta vieja y me gritaba cosas que no entendía.

-¿Dejaste droga en la casa?- Me preguntó.

-No ya no tenía nada, en la tarde nos acabamos lo último.

-Maldición, ¿a dónde vamos? rápido Victoria piensa ¿a dónde que no sea tan fácil que nos encuentren?

¿A dónde? ¿a dónde?- pensaba y recordé que Bella siempre decía algo del Mago de Oz cuando pensaba. ¡Kansas!

-Vamos a Kansas nadie nos conoce podemos empezar de nuevo –le dije rápido.

-Mira de vez en cuando te gira la ardilla –me dijo, me besó y comenzamos nuestro viaje.

Cuando llegamos a Kansas después de un mes de viajar necesitábamos dinero, y James empezó a prostituirme; una banda de prostitución de la zona casi nos mata salimos huyendo otra vez y así pasamos varios meses.

Fueron los años más espantosos de mi vida viajamos por varios lugares, siempre pasaba algo y teníamos que salir huyendo. Para conseguir dinero hacíamos de todo, menos trabajar legalmente.

Al final acabamos en un lugar llamado Delaware. Vivíamos en un remolque James se asoció con unos tipos que vendían droga y nosotros la vendíamos, relativamente llevamos una vida normal. A principios de septiembre le ofrecieron un trabajo realmente tentador llevar unos kilos de coca hasta NY nos pagarían casi ocho mil dólares.

El viaje fue sin contratiempos llegamos a NY el diez de septiembre, estaba hermoso, maldición aquí tuve que haber estado yo hace dos años.

Ya no le tenía miedo a James, o más bien solo tenía miedo de que me dejara.

-James dame dinero necesitamos comer –le dije.

Toma –me dijo dándome un billete de 20 dólares.

-Maldición James voy a comprar algo de ropa tengo casi una semana con la misma apesto.

No vi venir el golpe cuando sentí estaba tirada en el suelo y James estaba pateándome.

-James no me pegues, James… –le suplique le rogué y lo único que conseguí fue hacerlo enojar más.

Empecé a ver todo negro como cuando James me había pegado la otra vez, luego unos gritos el sonido de una ambulancia, alguien decía que estaba muy mal. Luego no recuerdo nada.

Cuando desperté un hombre afroamericano muy guapo estaba checando unas máquinas.

-¿Dónde estoy? –le pregunté.

-Hola que bueno que despiertas, soy el doctor Laurent Ravin, estás en el hospital Presbiteriano de Nueva York. ¿tienes alguien a quien avisarle o con quien comunicarte? Sabemos que te llamas Victoria Mortens por tus documentos –me dijo mientras me daba mi bolsa –pero no encontramos a quien llamar en caso de emergencia.

-¿Qué día es hoy? –le pregunte.

-Hoy es trece de septiembre, llevas inconsciente desde el diez, hace tres días que llegaste.

Trece de septiembre hoy es cumpleaños de Bella, pensé. Estoy en Nueva York sola, solo la tengo a ella.

-Tengo una amiga pero no sé si quiera recibirme la llamada.-le dije insegura.

-Llámala me dijo dándome su celular.

Saqué mi viejo celular y revisé aparte de mi dealer y los socios de James, solo tenía un número.

Marqué el teléfono con la esperanza de que no lo hubiera cambiado.

-¿Bueno? –escuché.

-Amiga, ayúdame por favor –le dije.

-¿Victoria eres tú? ¿Dónde estas?

-Bella estoy en el hospital, no tengo dinero y necesito ayuda, por favor –y mi voz se quebró en ese preciso instante. Por primera vez en mucho tiempo me sentí sola. No tenia a James conmigo.

-Claro amiga, ¿en qué hospital estás?

Le di los datos que me dijo el doctor.

-Ya voy para allá.

En menos de media hora llegó Bella. Le pedí perdón, y ella me dijo que lo olvidara. Que ella me quería mucho. En mi denuncia dije que me asaltaron y di los rasgos de un afroamericano cualquiera.

Bella no se tragaba el cuento pero estaba tan contenta de tenerme de regreso en su vida que no le importó.

El doctorcito estaba interesado en mí así que hizo que nos bajaran la cuenta y Bella pagó con una tarjeta lo que faltaba. Me contaba de lo que hacía, que había conseguido un departamento pequeño y barato para vivir ya que ella vivía en una residencia universitaria y no la dejaron llevarme ahí. Y varias cosas más.

Tuve que conseguir un trabajo legal, entré en una cafetería, al poco tiempo entró Bella también porque no nos alcanzaba para pagar el departamento y comer con un solo sueldo. Casi era feliz si tan solo estuviera James conmigo o pudiera conseguir algo de droga pero no podía. No conocía a nadie y me daba miedo buscarla a mi sola.

Un día iba muy cansada a casa y vi a unos chicos fumándose un porro.

-Oigan guapos me regalan una chupada –les dije lo mas sexy que pude.

-Claro princesa, toma –me dijo extendiéndome el cigarro.

Casi sentí que era libre portarme bien tanto tiempo no iba conmigo.

-Oigan y si quisiera algo más fuerte ¿con quién tengo que ir? –les pregunté.

Me dieron unas instrucciones y llegué a un lugar cerca del departamento donde un tipo vendía.

Con mucho esfuerzo conseguí un poco de coca, maldición con el trabajo de mesera no me iba a alcanzar para mis gustos.

Cuando me metí la primera línea me sentí muy bien.

Ya casi tenía dos meses sin James y realmente lo extrañaba.

Eso iba pensando ese día en la mañana cuando sentí que alguien me jalaba del brazo.

-¡James! –estaba igual de hermoso que siempre –te he extrañado tanto –le dije mientras lo besaba.

-En serio zorrita, yo pensé que ya te habías olvidado de mi. Como ya eres niña buena. –me dijo mientras me daba una buena mirada.

-No. James yo nunca seré una niña buena –le dije mientras le tocaba su gran polla.

-¿A dónde vas? –me preguntó.

-A trabajar, pero creo que me puedo tomar el día vamos al departamento y follemos como conejos –le dije.

-Vamos.

Cuando llegamos James me contó que se anduvo escondiendo por que pensó que me había matado. Luego me dijo que preguntó por mi en el hospital y que ahí le dijeron que me había atacado un afroamericano, entonces comenzó a buscarme.

Ya casi era la hora de que llegara Bella. Y yo no quería que el la viera.

-James tienes que irte Isabella me dijo que si te veía llamaría a la policía. Nos vemos mañana no te preocupes y ten -le di lo que me quedaba de coca y lo besé.

Habían pasado tres días desde que volví a ver a James, me estaba robando las propinas de otras meseras. Mantener nuestros gustos no alcanza con mi sueldo miserable.

Ese día no quise ir a trabajar, las otras chicas empezaban a sospechar algo. James me dijo que tenía un dealer que por acostarse conmigo nos daría bastante mercancía que podríamos vender y empezar de nuevo juntos, yo no quería que James viera a Isabella estoy segura que la zorra me lo quitaría como su madre me quitó a mi papá.

James me aconsejó, tenía que pedirle el dinero que mi mamá le había dejado total ella era hija de la perra que me dejó sin padre. Tenía razón después de acostarme con el tipo y meterme mucha droga me sentí lo suficientemente confiada como para exigirle que me diera mi dinero.

James quiso celebrar así que antes de llegar al departamento pasamos por una botella tequila.

Ella ya había llegado se escuchaba la tele, abrí la puerta.

-¿Qué hace él aquí? ¿Victoria estás borracha? ¿Drogada? Me dijo y al no escuchar respuesta de mi parte aumento el tono de su voz - ¿Victoria contéstame?-

-Bella estoy harta de que te creas mi mamá- le dije quien se creía esta hija de puta -Me tienes harta con tus sermones, James me cambió, él me da lo que he necesitado y por eso regresé con él. Solo vine por mi dinero y me largo de tu cuchitril- Dejé que mi vos revelara por sí sola lo que sentía hacia ella.

-Está bien Victoria, ¡largo!- me gritó con rabia, quien se creía esta puta.

-No sin que me des mi dinero, dame mi dinero Bella- Dije.

-¿Cuál dinero Victoria? Yo no tengo dinero y tú lo sabes- me dijo sintiéndose muy valiente.

-El que te dejó mi madre, es mío... devuélvemelo.

-Victoria ese dinero me lo dio tu mamá para la universidad, yo ya lo utilicé, lo siento – mentía casi estaba segura.

A mi no me iba a engañar esa hija de puta, tome la botella de tequila y se la estrellé en la cabeza.

-Vámonos James –le dije.

-Vamos a llevarnos aunque sea la computadora o déjame divertirme un poco con ella.

No James era MIO.

-Vámonos las vecinas son muy chismosas y de seguro con los gritos ya llamaron a la policía.

Salimos rápido y comenzó mi nueva vida.

 

Viviendo una mentira

"El odio es un veneno que se toma uno queriendo que el otro se muera"

Victoria

Así empezó todo…

Miré como lloraba mi mamá por papá él nos dejó, no entendía por que ya no estaba papá y no entendía por que mamá no me hacía caso.

Mi abuela llegó por nosotras, nos subió a un coche y llevó lejos de casa, de mis muñecas.

Mamá seguía triste pero ya no lloraba tanto, el abuelo me gustaba pero la abuela era mala siempre me regañaba. No le gustaba que hiciera ruido o que jugara con el hijo de la sirvienta.

Un día mi mamá me llevó a una casa era chiquita, había una niña muy chistosa tenia unos ojos grandotes color chocolate y su cabello estaba sucio y enredado.

Era tan diferente a mi, ella era pequeñita y delgadita, se parecía a una gatita mojada. Mi mamá habló algo con el papá de la niña y después de eso regresamos a casa de los abuelos, la abuela le pegó a mamá cuando llegamos. Ese día odié más a mi abuela.

Al otro día muy temprano mamá entró a mi recamara y me dijo que la otra niña Bella, se había quedado sin mamá que la cuidara y su papá no podía cuidarla, me preguntó que me parecía que entre las dos la cuidáramos, que ella sería como una hermana para mi. A mi me encantó la idea, siempre quise a alguien que jugara conmigo.

Mamá me dio un beso y me dio las gracias. Luego tomó mis vestidos más viejitos o que no me quedaban y me dijo que se los daríamos a Bella, porque ella no tenía vestidos bonitos, no me gustó mucho la idea pero no se lo dije a mamá.

Llegamos a casa de Bella y ella nos miró con miedo, mamá la subió al coche y la llevó a la casa con los abuelos.

-Hola Soy Victoria pero dime Vic, así me gusta que me digan.

-Yo soy Bella, así me dice mi papi.

-Yo no tengo papi se fue con otra mujer eso dice mi abuela, ten cuidado con ella mi abuela es mala, pellizca muy fuerte y jala el cabello si te portas mal.

-Mi mamá se fue a otro lugar pero yo quiero que regresé, ahora estoy solita en mi casa, mi papá nunca está-. Dijo con lagrimitas en sus ojitos.

-No llores ahora mi mamá y yo te vamos a cuidar-. Le dije y le di un beso.

Mamá nos metió a bañar, nos vistió con los vestidos que había escogido y salimos a jugar al jardín de la casa de los abuelos. Jugamos a las escondidas, a la comida, luego nos llevó adentro de la casa y la abuela jaloneó a mi mamá a la biblioteca, cuando mamá salió la abuela seguía gritando que era una estúpida.

-Mamita ¿por qué la abuela te regaña tanto?- Le dije después de que llevamos a Bella a su casa.

-Por que no entiende que los niños no tienen la culpa de los errores de sus papás, Bella es la hija de la señora que se llevó a tu papá, pero ella no tiene la culpa y nosotras la vamos a cuidar.

No acababa de entender por que la mamá de Bella se llevó a mi papá pero eso hizo que ya no la quisiera tanto.

Mamá diario llevaba a Bella a la casa y la abuela ya no le gritaba tanto. Eso me tenía contenta, yo quería a Bella pero siempre pensaba en las noches que si su mamá no se hubiera llevado a mi papá seríamos más felices.

Cuando mamá estaba enferma la abuela no dejaba que entráramos a verla, Bella me llevaba a un escondite que había encontrado en casa de los abuelos. Y ahí pasamos las tardes leyendo o jugando con mis muñecas por que Bella solo tenía una muñeca y esta estaba rota.

Hoy era mi cumpleaños numero diez, la fiesta era muy bonita muchos niños vinieron a la fiesta, Bella como siempre tenía un libro y estaba leyendo.

-Vamos a jugar Bella –le dije.

-No quiero todos se burlan de mi por que me caigo cuando corro –me dijo.

-Nadie se va a burlar de ti por que yo te voy a defender.

Le quité el libro y me la llevé corriendo, ella empezó a seguirme y no habíamos corrido ni cinco minutos cuando se cayó.

-No llores Bella, ten tu libro yo solo quería jugar contigo, me perdonas –le dije.

-Bella cariño ¿qué te paso? –le dijo mi mamá.

-Es que quería jugar con Vic y me caí –le dijo.

-No llores ven voy a limpiarte la raspada de tu rodilla, Victoria no juegues así con Bella ya sabes que no corre muy bien.

Mi mamá me estaba regañando en mi cumpleaños ¿Por qué?

El abuelo murió anoche, todos estamos tristes hasta Bella, aunque ni siquiera era su abuelo pero ella también lo quería mucho, siempre nos regalaba libros a las dos. La abuela dice que siente mucho dolor en su corazón, me imagino que siente como cuando nos dejó papá.

Días después de que murió el abuelo, la abuela me llamó a su cuarto.

-Victoria no seas tan estúpida como tu madre, no dejes que un hombre maneje tu vida, aléjate de esa niña, ella no es como tú, tú eres mejor, eres una Mortens no dejes que esa te quite el cariño de tu mamá, por culpa de su madre es que tu papá dejo a tu mamá recuérdalo siempre.

Yo me enoje mucho con la abuela por que yo quería a Bella como una hermana, pero en algo si tenía razón por culpa de su mamá la mía ya no era feliz.

Dos años después de la muerte del abuelo murió la abuela, esos dos años le hizo la vida imposible a todos, se volvió amargada, siempre culpaba a mamá de la muerte del abuelo, le gritaba a Bella que era una mal nacida y a mí siempre me decía que era una basura igual a mi padre.

Yo tenia trece años cuando la abuela murió, cuando leyeron el testamento el abogado me dijo que los abuelos me habían dejado un dinero que recibiría cuando cumpliera dieciocho años.

Hoy Bella cumple catorce y mamá quiere hacerle una fiesta sorpresa, Bella casi no tiene amigos en la escuela, siempre está leyendo a mi también me gusta leer pero solo los libros eróticos que saco a escondidas de la biblioteca o las revistas que compro, pero casi nadie le habla a Bella. Prácticamente todos iban a venir por mi, yo era la chica más popular de la escuela.

-Oye Vic, tu mamá esta muy pálida, por que no mejor terminamos la fiesta-. Me dijo Bella cuando ya tenía un rato de comenzar la fiesta.

-No Bella ella siempre está enferma y yo quiero divertirme, ella nunca pudo jugar con nosotras porque siempre estaba enferma o con las quimioterapias. Si quieres vete tú, yo me quedo.

Bella subió con mamá. Como a la hora llegó y me dijo:

-Vicky tu mamá tiene un dolor muy fuerte y ya le di la medicina pero no se le quita ya llamé al doctor, sube a verla.

-Que no entiendes quiero bailar, quiero ser libre, además Carl va a pedirme que sea su novia. Estoy segura. Cuando llegue el doctor me avisas y subo a ver a mi mamá.

Bella movió la cabeza negativamente y subió en silencio. Carl nunca me pidió que fuera su novia, él solo quería besarme y agarrarme las tetas por una estúpida apuesta que hicieron.

Corrí a todos de la casa cuando llegó el doctor.

Se llevaron a mamá otra vez en la ambulancia, al parecer el cáncer había regresado. Maldición eso significaba más quimio para mamá y soportar sus quejas y sus vómitos. Lo bueno es que Bella siempre la ayudaba, ella era como una hermana, más bien era como una recogida siempre estaba con la cocinera aprendiendo a guisar para hacerle la comida a su papá. Como odiaba que ella si tuviera papá ¿por qué mi papá no me llevo con él? Mi mamá era tan débil y siempre estaba enferma, desde que nos dejó papá siempre ha estado enferma. Estoy harta de fingir que me intereso en su enfermedad. Ojalá y ya se muriera, así podría hacer lo que quisiera.

Mamá se fue consumiendo a lo largo de dos meses, según dijo el doctor el cáncer había hecho metasta…algo, no recuerdo la palabra pero mamá ya no se recuperaría. Bella me consolaba cada vez que recordaba que yo le había deseado la muerte a mi madre.

Faltaba unos días para mi cumpleaños número quince cuando mamá murió, yo me sentí horrible porque me había ido a una fiesta, y la que se quedó con mamá fue Bella, la buena de Bella, como odiaba que todos los criados la quisieran, claro como ella era una criada como ellos.

Días después de la muerte de mamá el abogado nos llamó a Bella, a Charlie y a mí para la lectura del testamento ¿Para qué los quería a ellos ahí?

Bueno, resulta que mi mamá le dejó una cantidad más que generosa para que pudiera estudiar, lo demás me lo dejó a mí y también estaba el problema de mi custodia yo era menor de edad. El abogado decidió que seria mi tutor legal pero prácticamente vivía sola. Él solo iba cada mes a pagarle a los empleados y me preguntaba si necesitaba algo, me dejaba una buena cantidad de dinero y se iba.

Todos creían que yo quería mucho a Bella la verdad es que la usaba o nos usábamos para poder soportar la soledad en la que ambas vivíamos pero éramos tan diferentes, tal vez hubo un tiempo en el que realmente quise a Bella pero ahora no estaba tan segura de que tanto la quería.

Siempre hablábamos de cuando fuéramos a la universidad, yo quería ser bióloga siempre me gustó, Isabella quería ser abogada yo me reía de ella ¡por favor si apenas podía hablar conmigo! ¿Cómo sería abogada? Lo más seguro es que terminara de secretaria de alguien, yo si sería alguien muy famoso, descubriría algo, no se la cura para alguna enfermedad, yo realmente era inteligente y bonita, no como Bella que solo era inteligente y sin nada de gracia.

Hoy comenzaba nuestro último año de High School, yo quería que fuera inolvidable.

En la cafetería estaba sentada con otras chicas cuando descubrí los ojos más hermosos que jamás había visto.

-¿Ese es nuevo? ¿Cómo se llama?- Le pregunté a Brittany, una chica que conocía a todos.

-Sí, lo acaban de cambiar a esta escuela, creo que escuché que se llamaba James y es un bombón.

-Pero es mi bombón, entendiste –le dije mientras la miraba fijamente.

Yo realmente quería que alguien me amara y no sería tan tonta como mamá para que otra me lo quitara, ese chico sería para mí.

Me acerqué y me presenté.

-Hola guapo soy Victoria pero tu puedes decirme Vicky –le dije mientras le daba mi sonrisa más sexy.

-Hola hermosa, soy James y tú puedes decirme James –me dijo dándome una sonrisa.

Enseguida sentimos que entre nosotros había algo más que mera química, él era un dios, y yo era su diosa, nada ni nadie nos separaría.

Él me amaba, una vez cuando vio a otro chico hablando conmigo, me llevó a jalones a la casa y ahí me hizo suya. Me dijo que era para que entendiera que solo era de él y de nadie más. A mi me dolió horrible la primera vez pero después me gustó mucho, él me estaba enseñando muchas cosas, a veces era un poco brusco, y me lastimaba pero yo no lo iba a dejar por que era el amor de mi vida. No entiendo como Bella siempre me decía que lo dejara, claro la muy zorra de seguro me lo quería quitar como su mamá me quitó a mi papá.

Una tarde mientra estábamos en mi casa él sacó del bolsillo de su pantalón una bolsita con polvo blanco, yo sabía perfectamente que era. Mientras él se metía una línea me atreví a decirle:

-James, quiero probar.

-Sí, pero esto cuesta princesa, así que si quieres vas a tener que darme dinero.

Saqué de una caja cien dólares y se los di a James.

-Con esto te alcanza –le dije pasándole el billete por la cara.

-Para empezar, nos vamos a divertir mucho ya veras – me dijo mientras ponía la coca en la mesa de noche de mi cuarto –primero fíjate, como se hace.

Él se metió otra línea y me dio un pequeño popote.

Tápate la fosa izquierda, pon el popote en la derecha y jala.

Y eso hice la nariz me dolió horrible y la sensación no fue muy placentera, pero en pocos minutos realmente me sentí feliz, James me hizo el amor y sentí que era lo mejor, sentí como me amaba realmente.

James se fue a vivir a mi casa, me amaba quería casarse conmigo, ayer despidió a todos en la casa eran unos inútiles, me pidió mil dólares porque quería comprar más droga.

Compró aparte de la coca unos pastillas no sé que eran pero si me las tomaba y hacíamos el amor James me juró que sería lo máximo, ese día no fui a la escuela, me quedé en la casa. Mi relación con Isabella prácticamente estaba perdida pero la muy idiota no lo entendía seguía cubriéndome, haciendo mi tarea según ella para poder ir a la universidad juntas.

Ella iría a la casa ese día al ver que falté a la escuela, así que como a las cuatro dejé a James dormido y bajé a esperarla no quería que se topara con James. Él me dijo que quería quitarle lo virgen a Isabella, pero yo sabía que a él le gustaba, siempre estaba viéndola.

-Isabella, gracias por venir realmente me sentía muy mal, yo creo que tengo un catarro espantoso. No entres mejor hazme la tarea y mañana me la das para entregarla –le dije desde atrás de la puerta para no dejarla entrar.

-Segura Vicky no quieres que te traiga algo de comer – dijo la muy estúpida, ¡Ja, comer! ¿Quién quería comer si tenía coca?

-No Bellita gracias, James pidió pizza y no tarda en llegar mejor ya vete que se te va a hacer tarde para entrar a trabajar, te quiero adiós –le dije mientras subía las escaleras.

-Idiota –dije en voz alta.

¿Quién es idiota? Bebé –me dijo James.

-Isabella, no entiende pero que bueno que ya despertaste, vino tu amigo Adam te dejó esto se lo pagué más lo que le debías, que no te di dinero ayer para que le pagaras. –le dije a James mientras le enseñaba una bolsa con coca y pastillas.

-Dame eso –me dijo mientras me quitaba la bolsa.

-Yo pago por las drogas yo me las voy a quedar-. Le dije mientra intentaba quitarle la bolsa.

-Estúpida ¿Quién te crees? -me dijo antes de darme un golpe en la cara.

-James me pegaste muy fuerte –le dije mientras me sobaba siempre me pegaba jugando o por que yo lo provocaba pero esta vez me lastimó de verdad, sentía mi sien realmente adolorida.

No me di cuenta cuando James me tiró en la cama y comenzó a rasgar mi ropa mientras me decía.

-Te encanta, o si no te gusta tu dime y me voy, cualquier mujer estaría feliz de tenerme, tu dime quieres que me vaya, estoy seguro que Isabella estará feliz de abrirme las piernas en cuanto le diga que ya terminamos. –me decía mientras me follaba.

-NO, no James no me dejes no te enojes es solo que me dolió.

-No te quejes -me dijo mientras me daba una pastilla -con esto se te olvida.

Yo no iba a dejar que otra vez alguien me quitara lo mío, ya su mamá me había quitado a mi papá, ahora ella no me quitaría a mi hombre, a mi amor.

-No, a ella no le interesas además su papá es el jefe de la policía no vas a querer tener problemas con él –le dije esperando que eso lo detuviera.

-Además ella no tiene dinero y no pagaría tu droga –le dije esperando que aun que sea eso lo retuviera conmigo.

-No bebé tú sabes que solo tengo ojos para ti –me dijo mientras me besaba.

Estaba segura de que James me amaba pero también se sentía atraído por ella.

Al otro día James se fue muy temprano, me dejó solo una cantidad de coca, el maldito se llevó todo, se fue a ver a Isabella de seguro.

Como pude me arreglé para llegar a la escuela, al llegar vi que ya estaba ahí Isabella pero James no estaba.

-Hola Bella ¿me trajiste la tarea? –le dije mientras la saludaba.

-Si Vicky, mira esta es la de biología, esta la de cálculo y aquí está la de literatura, hice el resumen del libro de El Principito por si te pregunta la maestra sepas que contestar, ese lo leímos juntas. –me dijo dándome una sonrisa.

-Gracias hermanita ¿Qué haría sin ti? –le dije –¿no has visto a James?

-Nop, cuando venía para acá no lo vi –me contestó.

-Es que salió muy temprano y no me dijo a donde, bueno ya aparecerá- Le dije-Cuando se le acabe la droga y el dinero que se llevo. –pensé.

Pasé la mañana queriendo un pase, pero había dejado la droga en casa. Como a la una ya no aguantaba, busqué a Bella para que avisara a los profesores que me sentía mal.

-Bella que bueno que te veo me siento terrible, yo creo que este resfriado está volviendo, le avisas a los maestros, te quiero bye –le dije sin esperar su respuesta me fui directo a casa.

La puerta estaba abierta, con un vidrio roto.

-¿James? ¿James? –grité.

-Hermosa- me dijo mientras me tomaba por la cintura. Necesitamos dinero.

-Ya no tengo, hasta el día 30 me deposita más el abogado.

-No entendiste estúpida necesitamos dinero, dame algo de valor para venderlo–me dijo mientras me jalaba del cabello.

-James espérate aquí solo tengo un poco de joyas todo esta en el banco hasta que cumpla dieciocho ya te dije.

Me aventó contra un mueble y me dijo:

-Pues vamos por ellas. ¿Dónde las tienes en tu cuarto o en el de tu mami? –me decía riéndose.

-En el de mamá ahorita te las doy –le dije si entraba y encontraba las joyas que escondí estaba perdida me pegaría y de seguro se iría con Isabella.

Subí y le di un anillo y un collar de perlas auténticas con un broche de oro.

-Toma, es todo lo que tengo de joyas.

-Necesito más, con estas baratijas no me va a alcanzar para nada.

-¿Cuánto necesitas? ayer te di casi ochocientos dólares.

-Mira me salió mal un negocio aposté y perdí mucho dinero, cuando menos necesito dos mil dólares aparte de las joyas.

-James el collar cuenta más de seiscientos y el anillo debe valer lo mismo. No tengo más. –en ese momento recordé que unos días atrás Bella me dijo que ya tenía casi cinco mil dólares juntados y que los llevaría al banco para abrir una cuenta –espera Isabella tiene casi cinco mil dólares en su casa, yo tengo una llave vamos por ellos.

Esperaba que la idiota no los hubiera llevado al banco, eso sería mi ruina.

Cuando llegamos a casa de Bella todo estaba en silencio, Bella estaba trabajando en la tienda de deportes, y su papá estaba también trabajando, nunca estaba en casa.

Abrí la puerta y subimos a la habitación de Isabella busqué en sus escondites y no encontré el dinero, temerosa de lo que me pudiera hacer James alce la vista para encontrarlo masturbándose con las bragas de Bella.

-¿Qué te pasa imbécil? –le grité.

-¿Dónde está el dinero? –Me gritó – y déjame terminar- dijo mientras olía la ropa interior de Bella.

-No lo encuentro vámonos –le dije no iba a esperar a que siguiera.

-¿Cómo que no lo encuentras? necesito el dinero para hoy ¿entiendes? –me gritó.

-Pues no lo tengo, y si tanto lo quieres pídeselo a la perra de Isabella- le grité.

-Estúpida –me gritó antes de sentir como su mano se estrellaba en mi cabeza. Me haló del cabello e hizo que me hincara.

-Creo que no nos estamos entendiendo, tú me prometiste el dinero y si no lo entrego me matan. Vamos a tú casa a ver que otra cosa me puedo llevar para vender.

-No, no me voy contigo –le dije, esta vez realmente me daba miedo.

-¿Qué? No te vas, bien pues entonces quédate pedazo de mierda- me gritó.

Se fue hacia la salida, yo me sentí un poco aliviada.

De repente lo vi regresar con los ojos llenos de furia y comenzó a golpearme.

-Entiende necesito el dinero, me van a matar mientras no lo entregue- Me decía mientras me golpeaba.

Cuando se cansó me dijo:

-Levántate nos vamos, ¡que te levantes!- gritaba una y otra vez

Como no me moví me metió unas pastillas a la boca.

-Eso te va a quitar el dolor levántate- yo solo quería morirme.

Sacó una bolsa de coca y me ponía en las encías.

-Ya deja de jugar Victoria levántate y vámonos- Yo empecé a sentir que una oscuridad se iba apoderando de mi, ya no tenía frío, ya no tenía dolor. Estaba flotando en la oscuridad. Ya no escuchaba a James.

Abrí los ojos y la luz me lastimó.

¿Dónde estaba? ¿dónde estaba James?

-No te muevas Vicky, que bueno que despertaste. Estaba muy angustiada voy a llamar al doctor –me decía Bella.

-¿Dónde estoy? ¿Dónde está James? –le pregunté.

-Estás en el hospital te encontré tirada en mi casa, no te preocupes en cuanto declares contra James lo van a arrestar.

-¡Qué! ¿Por qué voy a declarar contra James? él no me hizo nada –no podía permitir que arrestaran a James eso jamás me lo perdonaría.

-Él te golpeó y te dio drogas, tienes que denunciarlo –me dijo casi gritándome.

-No él no me golpeó, me golpeó otra persona y las drogas me las tomé yo solita.

-Él me dijo que tú tomaste éxtasis y alcohol, pero cuando llegamos aquí no había alcohol en tu cuerpo, no lo defiendas.

-No yo le dije que eso había tomado pero la verdad es que estaba muy triste por la muerte de mi mamá y me puse a meterme mucha coca y éxtasis para sentirme mejor.

No cambie mi versión, dije que la droga la conseguí con un chico de la escuela del que no recordaba el nombre.

Charlie y mi abogado lograron que mi custodia fuera dada a éste, solo sería por unos meses, ya que cuando cumpliera dieciocho me emanciparía y recibiría mi herencia.

Bella se fue a la escuela al día siguiente. Y yo recibí la más hermosa de las visitas.

-Hola cariño –me dijo James escondido detrás de un gran ramo de rosas y un oso de peluche –perdóname princesa, es que estaba muy asustado.

Me estaba pidiendo perdón, James me amaba.

-No te preocupes, yo te entiendo. Yo no le dije nada a la policía así que no te preocupes.

-Gracias amor, eres la mejor.

Cuando salí del hospital tuve que irme a vivir a casa de los Swan, pero gracias a que Isabella estaba trabajando o estudiando podía estar todo el día con James. Gracias a que Isabella seguía ayudándome con las tareas y los estudios logré que me aceptaran en Dartmouth, ya había hecho planes compraría un departamento y nos iríamos James y yo, viviríamos a lo grande en la gran manzana, alejaría lo más que pudiera a James de Isabella.

A James lo detuvo la policía por conducir en estado de ebriedad, agredió a los policías, además de llevar coca encima. Le pagué el abogado y aunque no iría a la cárcel no podía salir del estado en un año.

Él me propuso matrimonio el día que cumplí dieciocho. Nos casaríamos en cuanto el pudiera ir a las Vegas. Cuando le dije que me iría a la universidad y que mi abogado estaba tramitando el permiso para que fuera conmigo. Se me ocurrió tener a Bella cerca por si James se ponía un poco violento. Pero su reacción fue peor de lo que yo esperaba.

-Si te largas a la universidad, te juro que me pongo a coger con cuanta perra se me ponga enfrente, tú seguramente encontrarás a otro y te vas a poner a coger con cuanto... –prácticamente James me escupía las palabras, sabía que no podía pegarme por que Bella le diría a su padre y estaba en libertad condicional.

No podía permitir que otra me robara a mi hombre, él es mío, nadie me lo va a quitar y por eso decidí dejar mi sueño de estudiar por el sueño de tener una familia al lado de James.

Él me dijo que tenía el sueño de tener una familia conmigo, que tendríamos hijos y viviríamos en una casa felices.

Yo le creí, me despedí de Bella realmente me dolió verla partir, al fin y al cabo era mi única amiga, casi mi hermana.

Los días pasaron lentamente ya no vivía en casa de los Swan, regresé a mi casa pero mantenerla era realmente costoso. James me dijo que lo mejor sería venderla para poder tener crear nuevos recuerdos nuevas experiencias. Tenía razón todo en esa casa me recordaba algo que yo ya no podría ser nunca, ya no sería la mujer de la alta sociedad que soñaba mi abuela, ni la universitaria que quería mi mamá, así que vendí la casa. El abogado consiguió una oferta extraordinaria, una cadena de hoteles la quería y pagaron muy bien por ella.

Bella me llamaba casi a diario, no siempre le contestaba las llamadas porque sinceramente ella estaba viviendo una experiencia que yo quería vivir y porque entre atender mi casa nueva a James y volar un poco con la droga no tenía tiempo. Además deseaba secretamente que ella fracasara, que se asustara y regresara temerosa.

Casi era navidad y Bella me hizo saber que regresaría, yo quería demostrarle que no era una fracasada por no haber ido a la universidad. Además tenía que enseñarle que James ya era mío. Conseguimos un permiso especial para poder ir a las Vegas para casarnos y tener nuestra luna de miel.

Cuando llegamos a Las Vegas enseguida corrimos a una capilla no quería que me casara Elvis, así que pague un poco más para tener una ceremonia corta, conseguí un vestido y un traje para James y antes de las doce de la noche ya era la señora Victoria Jonson. Si nos fuimos a festejar la fiesta duro cuatro días, nos metimos de todo lo que encontramos y perdimos muchísimo dinero en el casino pero no era nada comparado con la felicidad que sentía. James era mío.

Regresamos y mi vida no podía ser más perfecta, James me amaba, tenía una casa bonita, solo me faltaba un sueño ser mamá quería dos pequeños corriendo en esa casa. James me estaba enseñando a hacer inversiones en la bolsa, como no entendía nada le dejé todo el dinero a él. Además como el decía era el hombre de la casa y era quien debería manejar el dinero.

Bella me llamó para avisarme que ya estaba en el pueblo, la cité en mi nueva casa. James tenia dos días sin aparecer. No tenia dinero, ni droga pero me arreglé lo mejor que pude para poder demostrarle que no era una fracasada.

-Victoria ¿Qué te paso? Te ves diferente, como cansada –me dijo la imbécil.

-Amiga entre cocinar, lavar, y atender a James estoy exhausta –le dije con la mejor de mis sonrisas falsas, ella se veía exactamente igual tan poquita cosa –No sabes, James es… insaciable…

-Vicky, no estás bien, no finjas te conozco y sé que algo tienes ¿qué te pasa? Además de tu amiga yo me considero tu hermana.

-Sabes que Bella ya me canse de que te creas mejor que yo, estoy bien y si me permites yo si tengo una vida de la cual ocuparme. Vete de mi casa, y si quieres volver a verme llámame antes.

Tenía que alejarla de mi, si se daba cuenta podía decirle a su papá y meterme en problemas.

James apareció ese día en la noche. Tuvo una buena racha en las inversiones, venía muy contento. Compró comida, droga y lo mejor me hizo el amor como hace tiempo no me lo hacía.

-Victoria me encantas, tu coño es tan caliente… –me decía mientras se derramaba dentro de mí.

Cuando se quedo dormido quise abrazarlo, pero oí cuando de sus labios salió el nombre de Bella ¿Por qué tenía que decir ese puto nombre?

-James –lo moví –James despierta –lo moví más fuerte.

-¿Qué coño quieres Victoria? –me gritó.

-¿Por qué estás llamando a Bella? –Le grité – ¿Qué estuviste con esa perra? ¿Por eso no venías?

-Cállate Victoria, claro que no simplemente me prende que ella siga siendo virgen. La vi en la calle el otro día y se está poniendo más buena. Si no quieres que me largue déjame dormir. Es mas hazme una mamada para que pueda dormir a gusto. –me gritó.

-No, James no te vayas es… solo que ella me saca de mis casillas y después de eso le di la mamada de su vida. No me dejaría por otra mujer, yo no iba a perder a mi hombre como mi mamá.

Pasaron los meses y James cada vez se volvía más agresivo, pero siempre me pedía perdón y decía que me amaba, yo ya no contestaba las llamadas de Bella, total ¿quién la necesitaba? todo lo que necesitaba en mi vida era a James.

Una noche llegó James con otro tipo a la casa.

-Victoria coge con él –me ordenó.

-Estás loco James ¿qué te pasa?

-Le debo un dinero y él me aseguró que la deuda queda salda solo por coger contigo, así que déjate de pendejadas y ponte a coger. Tómate esto y hazlo bien zorra.

-No puedo James, como voy a tener sexo con otro tipo –le dije después de tragar lo que me dio.

-Mira zorra si no lo haces voy a tener que buscarme a otra zorra menos quejumbrosa.

-James... –me miró y yo sabía que si no lo hacía me iba a dejar – está bien voy arriba lo espero en la recamara.

-No zorra, aquí en la sala ni creas que voy a dejar que te quedes sola con él. Rápido -le dijo al tipo.

El tipo me quitó la ropa y me besaba dejándome toda babeada, sentía asco. No sé en que momento las pastillas hicieron efecto y solo me dediqué a disfrutar, cuando el tipo acabó yo quería más. Así que me paré buscando a James, mientras el tipo se vestía y se iba.

-Sabía que eras una zorra, mira que después de eso quieres más creo que tendría un buen negocio contigo pero me gustas más para mí solo, si no fuera por lo que le debía no te compartiría. Y me tomó de una manera salvaje pero las drogas tenían aletargado mi cuerpo y ya no sentía nada.

Al otro día cuando me desperté todo me dolía, tenía sangre en varias partes de mi cuerpo.

-James ¿qué me paso? –le dije.

-Nada mi amigo le gustaste mucho y regresó por más –me dijo como si nada.

-¿Qué? ¿Cómo que regresó por más? –me sentí sucia, usada.

-Ya cállate no me dejas dormir, y hoy en la noche tengo que salir a jugar un poco ya no tenemos dinero y lo que me pagó por la segunda cogida me va ha dar la entrada.

-¿Cómo que ya no tenemos dinero? James en mi cuenta habían más de dos millones de dólares y estaba el dinero de la casa.

-Tontita todo en esta vida cuesta, ¿tú crees que las drogas que te metes son gratis? No zorrita yo las pago, además solo estoy pasando por una mala racha. Las malditas inversiones en realidad son juegos de azar.

-Maldición James que vamos a hacer.

-Por lo pronto te vas a callar y me vas a dejar que yo arregle esto. Ponte bonita por que esta noche voy a ganar y vamos a festejar.

James salió y yo corrí a limpiar la casa. Cuando acabé conseguí algo de dinero por unos aretes que tenía, hice algo de comer, me bañé y me puse bonita. Esperé a James toda la maldita noche y el nunca llegó. Casi al amanecer escuché ruidos en la casa.

-James ¿eres tú? James –lo volví a llamar.

Alguien cubrió mi boca y me jaló.

-¡Cállate! rápido agarra todo lo de valor que tengas; tenemos que largarnos, maté a dos personas y no tardan en venir a buscarme. ¡que esperas! –me gritó –o quieres quedarte. Yo me largo.

-No, James espérame tomé las pocas joyas que quedaban de mi mamá y mi abuela, hice una maleta rápido y salí con él, íbamos en una camioneta vieja y me gritaba cosas que no entendía.

-¿Dejaste droga en la casa?- Me preguntó.

-No ya no tenía nada, en la tarde nos acabamos lo último.

-Maldición, ¿a dónde vamos? rápido Victoria piensa ¿a dónde que no sea tan fácil que nos encuentren?

¿A dónde? ¿a dónde?- pensaba y recordé que Bella siempre decía algo del Mago de Oz cuando pensaba. ¡Kansas!

-Vamos a Kansas nadie nos conoce podemos empezar de nuevo –le dije rápido.

-Mira de vez en cuando te gira la ardilla –me dijo, me besó y comenzamos nuestro viaje.

Cuando llegamos a Kansas después de un mes de viajar necesitábamos dinero, y James empezó a prostituirme; una banda de prostitución de la zona casi nos mata salimos huyendo otra vez y así pasamos varios meses.

Fueron los años más espantosos de mi vida viajamos por varios lugares, siempre pasaba algo y teníamos que salir huyendo. Para conseguir dinero hacíamos de todo, menos trabajar legalmente.

Al final acabamos en un lugar llamado Delaware. Vivíamos en un remolque James se asoció con unos tipos que vendían droga y nosotros la vendíamos, relativamente llevamos una vida normal. A principios de septiembre le ofrecieron un trabajo realmente tentador llevar unos kilos de coca hasta NY nos pagarían casi ocho mil dólares.

El viaje fue sin contratiempos llegamos a NY el diez de septiembre, estaba hermoso, maldición aquí tuve que haber estado yo hace dos años.

Ya no le tenía miedo a James, o más bien solo tenía miedo de que me dejara.

-James dame dinero necesitamos comer –le dije.

Toma –me dijo dándome un billete de 20 dólares.

-Maldición James voy a comprar algo de ropa tengo casi una semana con la misma apesto.

No vi venir el golpe cuando sentí estaba tirada en el suelo y James estaba pateándome.

-James no me pegues, James… –le suplique le rogué y lo único que conseguí fue hacerlo enojar más.

Empecé a ver todo negro como cuando James me había pegado la otra vez, luego unos gritos el sonido de una ambulancia, alguien decía que estaba muy mal. Luego no recuerdo nada.

Cuando desperté un hombre afroamericano muy guapo estaba checando unas máquinas.

-¿Dónde estoy? –le pregunté.

-Hola que bueno que despiertas, soy el doctor Laurent Ravin, estás en el hospital Presbiteriano de Nueva York. ¿tienes alguien a quien avisarle o con quien comunicarte? Sabemos que te llamas Victoria Mortens por tus documentos –me dijo mientras me daba mi bolsa –pero no encontramos a quien llamar en caso de emergencia.

-¿Qué día es hoy? –le pregunte.

-Hoy es trece de septiembre, llevas inconsciente desde el diez, hace tres días que llegaste.

Trece de septiembre hoy es cumpleaños de Bella, pensé. Estoy en Nueva York sola, solo la tengo a ella.

-Tengo una amiga pero no sé si quiera recibirme la llamada.-le dije insegura.

-Llámala me dijo dándome su celular.

Saqué mi viejo celular y revisé aparte de mi dealer y los socios de James, solo tenía un número.

Marqué el teléfono con la esperanza de que no lo hubiera cambiado.

-¿Bueno? –escuché.

-Amiga, ayúdame por favor –le dije.

-¿Victoria eres tú? ¿Dónde estas?

-Bella estoy en el hospital, no tengo dinero y necesito ayuda, por favor –y mi voz se quebró en ese preciso instante. Por primera vez en mucho tiempo me sentí sola. No tenia a James conmigo.

-Claro amiga, ¿en qué hospital estás?

Le di los datos que me dijo el doctor.

-Ya voy para allá.

En menos de media hora llegó Bella. Le pedí perdón, y ella me dijo que lo olvidara. Que ella me quería mucho. En mi denuncia dije que me asaltaron y di los rasgos de un afroamericano cualquiera.

Bella no se tragaba el cuento pero estaba tan contenta de tenerme de regreso en su vida que no le importó.

El doctorcito estaba interesado en mí así que hizo que nos bajaran la cuenta y Bella pagó con una tarjeta lo que faltaba. Me contaba de lo que hacía, que había conseguido un departamento pequeño y barato para vivir ya que ella vivía en una residencia universitaria y no la dejaron llevarme ahí. Y varias cosas más.

Tuve que conseguir un trabajo legal, entré en una cafetería, al poco tiempo entró Bella también porque no nos alcanzaba para pagar el departamento y comer con un solo sueldo. Casi era feliz si tan solo estuviera James conmigo o pudiera conseguir algo de droga pero no podía. No conocía a nadie y me daba miedo buscarla a mi sola.

Un día iba muy cansada a casa y vi a unos chicos fumándose un porro.

-Oigan guapos me regalan una chupada –les dije lo mas sexy que pude.

-Claro princesa, toma –me dijo extendiéndome el cigarro.

Casi sentí que era libre portarme bien tanto tiempo no iba conmigo.

-Oigan y si quisiera algo más fuerte ¿con quién tengo que ir? –les pregunté.

Me dieron unas instrucciones y llegué a un lugar cerca del departamento donde un tipo vendía.

Con mucho esfuerzo conseguí un poco de coca, maldición con el trabajo de mesera no me iba a alcanzar para mis gustos.

Cuando me metí la primera línea me sentí muy bien.

Ya casi tenía dos meses sin James y realmente lo extrañaba.

Eso iba pensando ese día en la mañana cuando sentí que alguien me jalaba del brazo.

-¡James! –estaba igual de hermoso que siempre –te he extrañado tanto –le dije mientras lo besaba.

-En serio zorrita, yo pensé que ya te habías olvidado de mi. Como ya eres niña buena. –me dijo mientras me daba una buena mirada.

-No. James yo nunca seré una niña buena –le dije mientras le tocaba su gran polla.

-¿A dónde vas? –me preguntó.

-A trabajar, pero creo que me puedo tomar el día vamos al departamento y follemos como conejos –le dije.

-Vamos.

Cuando llegamos James me contó que se anduvo escondiendo por que pensó que me había matado. Luego me dijo que preguntó por mi en el hospital y que ahí le dijeron que me había atacado un afroamericano, entonces comenzó a buscarme.

Ya casi era la hora de que llegara Bella. Y yo no quería que el la viera.

-James tienes que irte Isabella me dijo que si te veía llamaría a la policía. Nos vemos mañana no te preocupes y ten -le di lo que me quedaba de coca y lo besé.

Habían pasado tres días desde que volví a ver a James, me estaba robando las propinas de otras meseras. Mantener nuestros gustos no alcanza con mi sueldo miserable.

Ese día no quise ir a trabajar, las otras chicas empezaban a sospechar algo. James me dijo que tenía un dealer que por acostarse conmigo nos daría bastante mercancía que podríamos vender y empezar de nuevo juntos, yo no quería que James viera a Isabella estoy segura que la zorra me lo quitaría como su madre me quitó a mi papá.

James me aconsejó, tenía que pedirle el dinero que mi mamá le había dejado total ella era hija de la perra que me dejó sin padre. Tenía razón después de acostarme con el tipo y meterme mucha droga me sentí lo suficientemente confiada como para exigirle que me diera mi dinero.

James quiso celebrar así que antes de llegar al departamento pasamos por una botella tequila.

Ella ya había llegado se escuchaba la tele, abrí la puerta.

-¿Qué hace él aquí? ¿Victoria estás borracha? ¿Drogada? Me dijo y al no escuchar respuesta de mi parte aumento el tono de su voz - ¿Victoria contéstame?-

-Bella estoy harta de que te creas mi mamá- le dije quien se creía esta hija de puta -Me tienes harta con tus sermones, James me cambió, él me da lo que he necesitado y por eso regresé con él. Solo vine por mi dinero y me largo de tu cuchitril- Dejé que mi vos revelara por sí sola lo que sentía hacia ella.

-Está bien Victoria, ¡largo!- me gritó con rabia, quien se creía esta puta.

-No sin que me des mi dinero, dame mi dinero Bella- Dije.

-¿Cuál dinero Victoria? Yo no tengo dinero y tú lo sabes- me dijo sintiéndose muy valiente.

-El que te dejó mi madre, es mío... devuélvemelo.

-Victoria ese dinero me lo dio tu mamá para la universidad, yo ya lo utilicé, lo siento – mentía casi estaba segura.

A mi no me iba a engañar esa hija de puta, tome la botella de tequila y se la estrellé en la cabeza.

-Vámonos James –le dije.

-Vamos a llevarnos aunque sea la computadora o déjame divertirme un poco con ella.

No James era MIO.

-Vámonos las vecinas son muy chismosas y de seguro con los gritos ya llamaron a la policía.

Salimos rápido y comenzó mi nueva vida.

 

Capítulo 1: Capitulo 1. Golpes y heridas Capítulo 3: Capitulo 2. Mientras se aprende a vivir

 


 


 
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