Sufrir, Vivir, Amar (+18)

Autor: Maricoles
Género: Romance
Fecha Creación: 07/05/2012
Fecha Actualización: 08/10/2013
Finalizado: SI
Votos: 20
Comentarios: 76
Visitas: 112315
Capítulos: 33

La vida de Bella ha sido muy dura, su madre la abandono siendo muy pequeña, su padre la ignoro, su mejor amiga la traiciono y la entrego a su novio para que abusara de ella.. como enfrenta Bella la vida después de esto.
¿Será que Bella si permitirá que el amor de Edward tenga cabida en su corazón?

+18

SUFRIR, VIVIR Y AMAR

INTRODUCCIÓN

Soy Isabella Swan una chica común y corriente, Victoria es mi mejor amiga, prácticamente mi hermana. Mi madre nos dejó a mi papá y a mi hace muchos años, por el papá de Victoria, Phil. Desde que mamá se fue la mamá de Victoria pasó a ser una segunda madre para mí. Es muy irónica la vida, la mujer que ha cuidado de mi es la mujer a la que mi madre le quito el marido. Su nombre es Lilly, ella es una mujer hermosa y muy buena.

Victoria y yo somos como hermanas, solo que Victoria es alta, pelirroja y bastante atractiva, sus son ojos azules como los de su padre; yo soy todo lo contrario, soy bajita, mi cabello y ojos son de color chocolate, herencia de mi papá. Mucha gente no entiende nuestra amistad, pero cuando mamá nos dejo Lilly habló con Charlie, mi papá, y ella se ofreció a ayudarle, cuidando de mi.

 

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 13: POV Edward

Disclamer: Los personajes no son míos son de la señora SM, solo los tomo prestados para contarles mi historia.

Como siempre agradeciendo a Eve Runner por ser mi beta y prestarme de vez en cuando a Rob.

www facebook . com / groups / betasffaddiction

Este capitulo esta dividido en dos partes en unos días subo la siguiente parte.


Capítulo 11

Lo que siento y pienso parte 1

Edward POV

"Todos usamos mascaras, unos para defendernos, otros para no enfrentarnos."

—Mamá puedo hablar contigo —. Le dije por teléfono.

—Claro hijo ¿qué te pasa?.

—No, en persona y en privado ¿Nos podemos ver en el restaurante italiano de siempre?

—Claro.

— ¿A las seis te parece bien?

—No, lo siento estoy atendiendo a un chico después de las seis, pero si tienes prisa puedo cancelar hoy y agendar la cita mañana.

—Por eso te quiero mucho mamita.

—Me da miedo cuando te pones así ¿Qué es lo que quieres decirme?

—En un rato te vas a enterar.

.

.

.

A las seis en punto estaba esperando a mi mamá en el restaurante cuando vi que Tanya entraba por la puerta le decía algo a la hostess y casi corría a mi mesa.

—Eddie, Eddie ¡que coincidencia encontrarnos! —. Me dijo con una voz chillona y empalagosa que fingía siempre que me veía.

—Si claro ¿no te habrás enterado por casualidad que iba a verme con mi mamá?

—No Eddie ¿qué clase de secretaria seria si escuchara las conversaciones de mi jefa?

—Tanya —dije respirando, tratando de sonar lo más serio y frío posible—. ¿cuántas veces tengo que decirte que no me gusta que me digan Eddie? Y la verdad sí creo que eres de esas que escuchas las conversaciones ajenas.

—En lo que llega tu mamá puedo hacerte compañía…. —. Corté su diálogo absurdo.

—No gracias.

Llamé al mesero. Me levanté y le dije bajito.

— ¿Puede darme una mesa privada?—. Mientras le daba un billete. Haría cualquier cosa por no estar cerca de Tanya.

—Veré que puedo hacer, señor.

Cuando volteé vi a Tanya detrás de mí.

— ¿Mesa privada? ¿Qué quieres que hagamos?

—Tú y yo nada, es para poder estar lejos de ti—me paré de allí justo a tiempo, el mesero estaba indicándome que lo siguiera —.Ahora si me disculpas.

Iba casi llegando a la entrada del salón privado cuando vi a mi mamá, le hice una seña y se dirigió a donde estaba.

— ¿Privado? Wow me sorprendes.

—Se apareció Tanya—le dije, indicándole con la cabeza hacia donde esta se había quedado estática —. Y no quiero que nadie escuche.

—Por aquí —. Nos indicó el mesero.

Después de que ordenáramos la comida, mi madre rompió el hielo e iniciamos esa reveladora conversación.

—Entonces Edward ¿a qué debo esta invitación?

—Mamá creo que me estoy enamorando.

— ¿Cómo? ¿De quién?

—Es una abogada de otro despacho, desde la primera vez que la vi, fue amor a primera vista, tú sabes que yo nunca me había enamorado, bueno con Samantha creí estarlo pero no, esto es diferente, cada vez que estoy cerca de ella, solo quiero abrazarla, besarla. Mamá parezco un adolescente.

— ¿Hace cuanto la conoces?

—Hace unos meses. Ella es encantadora pero no me soporta. Ni siquiera me hace el suficiente caso como para pueda decirle algo pero ¿sabes qué es lo peor? que cada vez que la tengo enfrente siempre le digo cosas idiotas o la insulto.

—Edward no te eduqué para insultar a las mujeres —. Me dijo alarmada.

—No la insulto exactamente pero le hago insinuaciones sexuales o le digo cosas para sacarla de sus casillas. Y me sale en automático cuando menos lo pienso ya lo solté. Mamá ¿qué hago? realmente estoy desesperado. Supe de unos casos que ella manejaría y logré convencer a la otra parte de que yo los representara solo para poder estar cerca de ella.

— ¿Y quién va ganado? —. Me preguntó, con una sonrisa.

—Vamos en empate, tres a tres — le dije dándole una sonrisa —. Mamá dame un consejo.

—Hijo habla con ella, exponle realmente lo que sientes, lo peor es que te diga que tiene pareja o que no quiere nada contigo, mándale flores, invítala a cenar.

—Mamá pero yo nunca le he rogado a ninguna mujer desde lo de… tú sabes, nunca he cortejado a una. No quiero perder, no me gusta perder.

–Hijo a veces perder es ganar. Deja de pensar así, no todas las mujeres son como la que los engañó a ti y a Emmet —mamá nunca decía su nombre —. Si no buscas hacer las cosas de manera diferente nunca sabrás lo que realmente es vivir un amor correspondido.

—Tomaré en cuenta tu consejo. Pero la verdad no quiero entregar mi corazón. No quiero salir lastimado de nuevo, la primera vez me costó un hermano.

—Hijo deja a un lado el miedo, es más quiero presentarte a alguien, es una nueva amiga, es joven como tú. Ven a casa el domingo, Emmet va a estar ahí también.

—No mamá, yo creo que no, paso.

—Te estaré esperando, no quiero que me digas que no, piénsalo.

—Mamá cómo pasa el tiempo, ya es bastante tarde creo que es hora de irnos, te quiero, salúdame a papá, cuando pueda me doy una vuelta por casa.

—Te voy a estar esperando. Te quiero hijo.

Nos despedimos y cada uno se fue para su casa. Sabía que mi mamá tenía la razón pero no quería entregar mi corazón, no tan rápido.

Los siguientes meses pasaron lentos, después de la comida con mamá intenté acercarme a ella, a mi bella abogada, pero siempre se escabullía, nunca podía encontrarla en su firma, nunca me pasaba la llamada.

Así que decidí que ya no lucharía por ella. Lo que tuviera que pasar pasaría.

.

.

.

Y definitivamente empezó pasar en aquella junta en la oficina, de solo accionistas. La noticia era que nos estaban ofreciendo una fusión realmente rentable, era con una firma de abogados más pequeña pero con abogados muy buenos, los cuales por mal manejo en los recursos financieros estaban en problemas y nos vendía su cartera y sus abogados, en cuanto escuché el nombre de la firma voté a favor, era la firma donde trabajaba ella. Finalmente se decidió hacer la fusión. Ellos se mudarían al edificio y yo propuse trabajar en equipos de tres, para sondear a todos los colaboradores, tanto a los de la otra firma como los nuestros.

Aro el encargado legal del despacho citó a todos los demás en una junta cuando ya todo estaba prácticamente hecho.

—Abogados es un gusto comunicarles que vamos a fusionarnos con otra firma, sé que no todos se salvaran de las dos fases de recortes —. Anunció Aro.

—El primer recorte iniciará el día de hoy dependiendo de su desempeño, aquí no vale nada la antigüedad, así que no den nada por sentado. Los que se salven el primer recorte sigan trabajando por que el segundo recorte vendrá después y será sorpresa. Se harán grupos de tres abogados Masen, Hale, Black, Martínez, Payne, Williams y Burke ustedes serán cabeza de equipo, en la semana llegara el memo para que sepan las reglas del juego, los demás también les llegará el memo con su despido o su nueva asignación. Alguna duda o alguna pregunta. Bien eso es todo. Gracias a todos por su atención.

En ese momento Norton, uno de los abogados levantó la mano.

—Norton ¿tiene alguna duda?

—Sí ¿con cuál otra firma nos vamos a fusionar?

—No le veo la relevancia, pero es Persons & Harris.

—Gracias Señor.

El idiota de Black estaba muy feliz platicando con Hale sobre alguien. No lograba entender exactamente pero creo que hablaban de mi Isabella. Como odio a Black, prácticamente desde que entramos a la firma hemos competido por todo.

Escuché como la abogada Hale le decía a Renata, la encargada de hacer los equipos, que tenía unas amigas en la otra firma que por favor hiciera todo lo posible para ponerlas con ella y con el perro. Al escuchar los nombres que pronunció supe era ella. Pero no podía dejar que se quedara con ella y menos con el perro. No, ella tenía que estar conmigo. Cuando Rosalie Hale se retiró, me acerqué a Renata:

—Hola preciosa —ella me conocía demasiado bien.

— ¿Qué quieres Cullen? Perdón, Masen.

—Necesito que me hagas un favor, es grande y necesito que sea secreto —le dije mientras me sentaba en un esquina de su escritorio.

—Habla y ya veré si puedo o no. Y sobre todo que voy a recibir a cambio.

—Necesito a una abogada de la otra firma en mi equipo, se llama Isabella Swan.

— ¿Qué tiene la tipa? Hale acaba de pedirme lo mismo— me dijo mirándome curiosa—. Habla no tengo todo el día.

—Digamos que es conocida de ambos, pero si la dejas conmigo yo puedo darte algo que Hale no.

—Estoy casada y soy feliz en mi matrimonio.

— ¡Por dios no! hablo de unas vacaciones en una villa paradisíaca, yo podría darte un bono personal.

—Sigue que me estás convenciendo.

— ¡Oye! no me explotes, podría conseguir una reserva en un hotel, yo pago el hotel y el avión, lo demás es por tu cuenta ¿qué dices aceptas o no?

—Edward esa chica está en tu equipo o dejo de llamarme Renata.

—Eres un sol —le dije antes de irme y mandarle un beso, que ella muy coqueta atrapó y metió en su bolsa.

Y por desgracia casi choco con el inútil del perro.

—Masen no sabía que te gustaran las casadas.

— ¡Que te importa! métete en tus asuntos —le dije, era un estúpido el tipo.

—Algún día me las vas a pagar todas juntas, no se me olvida que no eres más que un recomendado.

— ¡Que envidia me tienes! no entiendo tu lógica, eso fue hace mucho, yo aquí me gané mi puesto igual que todos.

—Algún día me las pagarás —me dijo antes de irse hacia el escritorio de Renata.

La curiosidad me ganó y seguí al perro y me escondí detrás de un archivero.

—Hola Renata, quisiera ver si me puedes hacer un favor enorme.

— ¿cuál? Y si está en mis manos.

—Tengo una amiga en el otro despacho. Se llama Isabella…

—Lo siento, pero todo se hará según las normas, no puedo saltármelas ni por ti ni por nadie.

—Solo es que ella es… una amiga.

—Lo siento Black y si me permites voy a ponerme a trabajar.

Eso era todo, el estúpido perro no se saldría con la suya.

.

.

.

Por fin llegó el día de la fusión, al llegar al edificio subí al despacho de mi abuelo, este tenía vista a la calle, me puse enfrente del ventanal y entonces la vi bajarse del coche de Hale. Se veía nerviosa pero hermosa. Calculé el tiempo que demoraría en estar casi por llegar a la oficina, bajé y me le acerqué ¡Qué culo tenía y qué manera de moverlo!

No pienses en su culo me dije a mi mismo, me fijé en su rostro y la vi gesticular, amaba eso en ella, siempre hacia muchos gestos, me acerqué por detrás y la escuché quejarse porque le tocaba conmigo. Cuando escuché el "idiota de Masen" vi que era mi momento de actuar.

—No, no, no, empezamos mal, muy mal Isabella, que no te enseñaron a no hablar mal de tu jefe.

—Masen —me dijo sin mirarme—. Y a ti nadie te enseñó a no escuchar conversaciones ajenas, lo siento olvidé que te gusta jugar a robar información—tenía que cambiar de rumbo la conversación, ella siempre creyó que me acerqué a ella para robarle información. Así que me concentré en su amiga.

—Señorita…. –no tenía ni idea de su nombre.

—Señora Cheney —me contestó de prisa y sonrojada. ––Y ya me iba. —Se dirigió a su amiga—, adiós, nos vemos en a la hora del almuerzo Bella. –Ella la llamó Bella, me gusta, pero prefiero Isabella.

La escuché susurrar cobarde.

Tenía que decirle algo y abrí mi estúpida bocota sin pensar.

—Por lo que me informaron ahora vas a trabajar para mí ¿o no? Swan, ahora vas a tener que rendirme cuentas —le sonreí.

—Nop, vamos a trabajar juntos que es diferente, no voy a trabajar para ti, solo te pusieron de líder porque estás más viejito pero nada más, no porque seas mejor —enseguida me dio una sonrisa maliciosa y continúo. O tal vez te acostaste con alguien para que te dieran…. — ¿por qué siempre asumía la gente que tenía que tenía las cosas por hacer algo más y no mi trabajo? eso me encendió, así que la tomé del brazo y le dije al oído:

—A la que le gustaría que le dieran es a ti, me imagino que por eso tienes ese carácter –le dije al ver la cara que ponía. Porque no te dan duro ¿Cierto Swan?

Caminé lo más rápido que pude dejándola atrás, odiaba que la gente asumiera que lo que tenía era por ser recomendado o guapo ¿Qué culpa tenía yo que mis padres me pasarán su genética?

Cuando entró saludo a otro chico Erick ¡Por Dios! casi me comía con la mirada el chico.

Lo más serio que pude les pedí que nos pusiéramos a trabajar. Comenzamos por ponernos al día en casos que llevamos y que eran urgentes. Estábamos a mitad de un caso cuando sonó un celular, Isabella contesto rápidamente.

—Bueno, si soy yo ¡Qué! —algo pasaba, ella se puso pálida—. Si claro en diez minutos máximo, gracias.

¿A dónde iba? ¿Con quién? ¿Por qué estaba pálida?

—Masen me tengo que ir —me dijo mientras agarraba sus cosas—. Regreso en dos horas cuando mucho. —No, ella no se puede ir así. ¿Qué le pasaba? Se notaba angustiada —.

—Espérate ¿a dónde vas? ¿Qué te hablo algún amante o necesitan…? —sus ojos se llenaron de rabia y me dijo:

—Púdrete Masen, voy a buscar a Ethan.

¿Quién demonios era Ethan? ¿Por qué tenía que ir a buscarlo? Después de eso ya no pude seguir trabajando, necesitaba calmarme, así que le di instrucciones a Erick y salí de la oficina.

Necesitaba despejarme, quitarme su olor de la cabeza, quitarme de la mente sus hermosos ojos cafés y ¿por qué siempre me comportaba como un idiota? era como si las palabras salieran de mi boca sin pasar primero por la parte racional de mi mente.

Cuando estaba un poco más relajado decidí que era buen momento para regresar, pero en cuanto la vi ahí, en el maldito escritorio y recordé que había ido en busca de un hombre, abrí la boca:

— ¡Miren pero si es la señorita me vale madre mi trabajo! ¡Voy a revolcarme con mi novio! –ella me miró enojada.

—Masen tuve una emergencia pero ya regresé, no salí a almorzar, tómame el tiempo de ahí.

Cuando iba a decirle algo Erick entró.

—Señor ya tengo las copias de los archivos que necesitaba.

—Gracias Erick —le di un juego de copias, tenía que concentrarme en el trabajo, ella tenía pareja y yo de idiota–. Es del caso Mortens versus Mortens, tenemos mañana una junta aquí en la firma con el abogado de la señora Mortens para ver si podemos ponernos de acuerdo con la custodia del niño y el perro. Erick consigue los datos que te pedí.

Necesitaba estar a solas con ella, verla y pensar que iba a hacer, no podía concentrarme en el maldito caso, ella estaba muy concentrada, yo solo podía mirarla e imaginarla en mi casa pero no exactamente en mi cama. Estaba pensando en lo maravilloso que sería que ella fuera mi pareja cuando escuché una voz muy infantil diciendo ¡Mami, mami! ¡Por dios! ¿Por qué decía eso?

— ¿Mami? mejor dime papi— ¿a que jugaba? ¿Por qué hacia esa voz? Y volví a escuchar.

—Mami, mami quelo juito, mami…

Eso no era normal ¿quién hablaba? ¿un bebé?

—Swan ¿qué está pasando?

Ella estaba roja y su cara era un poema, era como si la hubiera descubierto haciendo una travesura y volví a escuchar.

–Mami quelo juito.

En ese momento ella se agachó y de debajo del escritorio sacó a la cosa más linda que había visto, un hermoso bebé.

—Masen te presento a mi hijo Ethan, Ethan di hola.

Y esa cosita dijo un Hola apenas audible, era como si fuera una copia de ella pero en rubio, era divino. Un hijo de ella y de algún hombre… que amaba ¡Maldición! ¿Estaría con el papá del niño o estaría sola?

—Swan… que calladito te lo tenias —el pequeño me sonrió ¡maldición! si la encontraban con el bebé en la oficina podría perder el trabajo ya que no había avisado. Tenía que hacer algo. El bebé quería juguito pues habría que conseguirle juguito. Le quité al bebe de los brazos y sentí una cálida sensación por mi cuerpo como si estuviera buscando algo y lo hubiera encontrado.

—Hola amigo ¿qué se siente tener una mamá tan odiosa? —el bebé era genial, me encantaban sus ojos.

—Masen deja a mi hijo y no tiene una mamá odiosa –ella le extendió los brazos para que él regresara con ella, pero el bebé me abrazó más fuerte. Tenía que advertirle que traer a su bebé podía costarle el puesto.

—Isabella sabes que tienes que avisar para traer a tu hijo a la firma, solo está permitido en caso de emergencia ¿lo sabes? —trate de sonar lo mas impersonal que pude. No podía permitir que la despidieran por algo tan tonto.

—Fue una emergencia —tomó aire y su cara hecha poema estaba presente—. Ethan entró a una nueva guardería y otro niño lo empujó y no dejaba de llorar. —Quería ir a hablar con la mamá del otro niño como podía empujar al bebé—. Sé que no es correcto pero no tenía a quien dejárselo, por lo regular me ayudan Rose o Jake. —esperen dijo Jake ¿acaso él era el papá? —pero también están trabajando.

—Está bien a mi me encantan los niños, pero que no se te haga costumbre —aunque por mi podría llevarlo diario. Y me lo llevé a buscar juguito.

—Entonces amigo ¿de qué quieres el jugo?— le dije abriendo el refrigerador.

Estábamos decidiendo que jugo le gustaba más cuando escuché:

— ¿Masen qué haces con Ethan? —era Hale ¿Cómo se llamaba? ¿Rosa? ¿Ross? Sí, creo que Rosalie.

—Mi amigo y yo queríamos juguito ¿pero cuál le gusta? todos le gustan, cuando le pregunto siempre dice que sí.

—Dale de durazno, no le des de uva a menos que estés dispuesto a perder esa hermosa corbata.

—Entonces le daremos de durazno ¿en vaso?

—Si toma bien en vaso, se puede batir un poco pero si consigues un popote será mejor ¿Quieres que me lleve al niño? —me dijo mientras le extendía las manos. Y una vez más él se agarró a mí y dijo no.

—Cuídalo con tu alma Masen, ese niño es la vida de mucha gente.

— ¿Qué clase de hombre cree la gente que soy? ¿Crees que tu amiga se enoje si lo llevo al jardín que está cerca?

—Con Bella —otra vez Bella, por lo que veo era su mote de cariño —. Nunca se sabe, tú llévalo –dijo algo divertida—. Solo no tardes mucho y mira que te llevas la vida de mi amiga en las manos, con mucho cuidado.

—Tranquila tendré cuidado. Vámonos amigo, salí y saludé a Sandy la recepcionista.

—Sandy buenos días

—Edward que lindo bebé ¿es tuyo? —sus ojos era un poema al chisme.

—No, lo renté por unas horas —le dije antes de salir.

Caminé con mi amigo hasta llegar al jardincito, debí haber llevado algo para sentarlo, ni modo este traje tendría que sufrir, puse el saco en el pasto y senté a mi amigo, quien hablaba un lenguaje algo extraño, jugué una media hora con él, supuse que ya era hora de regresar cuando lo vi con algo de sueño.

Mi media hora de juego en realidad fue casi una hora, me percaté de ello cuando vi l reloj.

—Ni modo amigo tenemos que regresar a la oficina —cuando lo volví a cargar me di cuenta que olía un poco a ella.

Cuando llegamos a la oficina saludé a la recepcionista de nuevo.

–Sandy –le dije y seguí de largo. No quería otro interrogatorio.

Cuando entramos en la oficina ella estaba concentrada en el caso, rascaba con la pluma su cabeza y escribía algo en una hoja.

–Entonces amigo, tú crees que debamos perdonar a tu mamá que se fuera sin avisar…

Ella me miró algo enojada y dijo:

–Masen si te avisé y regresé en menos de media hora, tómalo como si hubiera salido a almorzar. ¿Ok?

Por mi no había problema.

–No sé, todo depende de mi amigo ¿qué edad tiene?

Ella sonrío orgullosa y me dijo:

–Tiene dos años y dos meses.

Era un niño más pequeño de lo que yo suponía. Pero ella continúo:

–Tengo una pregunta del caso ¿la señora Mortens está peleando para tener la custodia del perro y a cambio le da la custodia del niño al esposo? –hacia una cara de incredulidad.

–Sip, así es –le dije mientras jugaba con Ethan al cual al parecer le encantaba mi corbata.

– ¿Y el ex tampoco quiere hacerse cargo de hijo?

–No exactamente, el señor Mortens viaja constantemente y no puede hacerse responsable del niño.

– ¿Y quién defiende al niño de tan espantosos padres? ¿Por qué no les planteamos la opción de que manden al niño a algún buen internado?

–Creo que sería una solución, la plantearemos mañana en la reunión, si eres buena Swan, haces bonitos niños y de repente te gira la ardilla — ¡Diablos! parezco adolescente, tengo que pensar más lo que hablo. Ella me replicó divertida.

–Oye, que te pasa, soy brillante, he perdido pocos casos y solo porque el otro abogado era un tramposo, Tal vez lo conozcas, tiene la misma cara de idiota que tú.

Y ahí estaba ella con la actitud que tanto me divertía, le tapé las orejas al bebé cuando escuche "idiota".

— ¡Oye! Hay niños presentes, me cae bien tu peque y el papá… ¿convive con él? –tenía que averiguar qué pasaba con el papá.

Pero más tardé en hacer la pregunta que en arrepentirme, su cara cambió radicalmente, su mirada se volvió triste.

–No, mi peque no tiene papá –me dijo con la voz más triste que hubiera escuchado, bueno tal vez exagero, me lo dijo triste.

–Eso es malo todos los niños tiene que tener una figura paterna —le dije recordando la buena relación de Emmet y papá.

–Él convive con Jake, Ben y su favorito Emmet, espero que eso ayude –ella dijo Emmet, por favor que no sea mi hermano.

El bebé al escuchar Emmet sonrío y dijo:

–Met, met –mandó un beso – a ti Ouse. —Pero yo pensaba en otra cosa, el tal Jake era el estúpido de Black.

–Espera con él –articulé IDIOTA sin decir la palabra – de Black, que mala figura paterna, al tal Ben no lo conozco mucho. –Lo conocía de las juntas de la fusión y el único Emmet que conocía era mi hermano así que –. Y Emmet… pues es casi de la edad mental –suspiré y le dije –, bueno amigo eso solo nos deja una opción.

Me senté en la silla de Erick y senté al bebé en mis piernas quedando frente a frente.

–Amigo en vista de que tus figuras paternas no cumplen con todos los requisitos, yo Edward Anthony Cullen, te voy a ayudar cuando necesites un consejo de chicas o como hacer que tu mamá no descubra algo, tienes la puerta de mi casa abierta siempre —Idiota, dije mi nombre completo.

–Oye mi hijo no necesita de tus porquerías y –ella se quedó callada un segundo. ¿Por qué dijiste Edward Anthony Cullen? ¿Qué no te apellidas Masen?

¡Diablos hablé de más!

–No exactamente digamos que Masen era el apellido de mi abuela y yo lo utilicé, aclaro legalmente para ejercer, en la vida privada soy Edward A. Cullen.

Y como todo le quedó claro pensé que me asociaría con la firma.

–Ya sé quién eres, tú eres Eddie –no ese nombre –. El Eddie de Tanya, el hijo de Esme y hermano de Emmet o ¿me equivoco? –prácticamente estaba brincando ¿de dónde conocía a mi familia? ¿De dónde conocía a Tanya?

– ¿Tú de que conoces a Tanya y a mi mamá? –a Emmet, que no sea ella su enamorada – ¿y a Emmet? No me digas Eddie, lo detesto.

–Digamos que fui paciente de tu mamá y ahora somos amigas –no por favor que no sea la súper mega cachonda novia de Emmet, la vida no podía ser tan cruel y repetir otra vez lo mismo.

–Y tú eres la famosa amiga que quería que conociera ¿no?

–Supongo, el mundo es un pañuelo ¿quién lo hubiera dicho? Tú, el peque de Esme.

–Lo siento, pero solo de pensar en una reunión familiar en este momento me da nauseas, con Emmet y su súper novia cachonda, buenísima ¡arg! no paso, gracias —. Por favor Dios que ella no sea la súper novia de Emmet.

– ¿No sabes de quién está enamorado Emmet? –con que no sea de ti, no me importa de quien.

–La verdad es que no y no me interesa –mientras no seas tú –él que viva su vida a su manera y yo voy a vivir la mía como se me antoje, acaso…. tú sabes, si tú lo conoces debes saberlo, si tú sabes ¿por favor dime que no eres tú?

–No, claro que no soy yo pero si sé –ahora si el mundo puede girar, mi Isabella no es nada de Emmet.

Mientras pensaba que contestarle y cambiaba al pequeño de una pierna a otra entró Erick.

–Voy a salir por un sándwich ¿quieren algo? –y si quería algo tenía hambre.

–Me puedes traer uno de pavo y una coca por favor Erick. Y un jugo de manzana—dijo ella.

Ella quería un sándwich de pavo, ubícate Edward.

–A mi tráeme lo mismo —y le di un billete de veinte dólares –. Cómprate lo mismo, por ser el primer día invito yo.

—Wow, Masen que bárbaro, quien te viera, ¡Tan dadivoso!

–No te aproveches de que me cae bien tu peque que si no, no te invitaba ni agua.

Y escuché un idiota bajito.

Iba a responderle pero decidí morderme la lengua cuando el estúpido perro entró a la oficina sin ni siquiera tocar.

–Hola Bells– por que la trataba con tanta familiaridad, no quiero que ella sea su novia tampoco –. Me dijeron ¿qué tenias aquí a Ethan? –diablos sería el papá, observe a Ethan y definitivamente no creía que fuera el papá, pero la genética era rara. Pero él los miraba como si les pertenecieran.

–Sip, tuve que ir por él a la guardería –y me señaló con la cabeza, por primera vez el perro me miró, su mirada me decía todo, me odiaba, por mi no había problema el sentimiento era mutuo.

–Yo, solo voy a una reunión de máximo una hora si quieres me lo llevo cuando acabe.

No él no se llevaría a mi amigo.

–Tranquilo Black, no ves que mi amigo y yo nos estamos divirtiendo y él no se quiere ir tan rápido. ¿Verdad que no campeón? –le dije y él soltó una carcajada.

–Además tú tienes novia, no vas a ir a ver a tu novia con mi amigo –dije recordando una conversación que escuche en el baño –. Sabe Dios qué porquerías tendría que ver.

Él me miró y si sus ojos fueran armas estaría muerto y enterrado, y creo que el hecho que tenía al pequeño en las piernas, me salvó un poco.

–Mira Masen –diciendo el Masen como si fuera una grosería –ese niño es una parte importante en mi vida si te atreves a hacerle daño juro que te mataré.

Isabella se había levantado y estaba casi junto a nosotros.

–Jake no digas eso enfrente de Ethan y además no vas a matar a Masen porque entonces Esme se pondría triste.

– ¿Y qué tiene que ver Esme con este? –casi escupió el este. Poca cosa, Esme es mi madre, quería gritarle.

–Este –dijo Isabella haciendo énfasis en el este –. Es el famoso Eddie de Tanya, el hijo de Esme. —Maldición ¿por qué todos hablan de Tanya como referencia?

El estúpido perro me dio una mirada escrutadora y abrió su hocico:

–Tú ¿Hijo de Esme? Ella es encantadora, tú un cabrón — ¡maldito! me paré y me acerqué a él.

–Pero si tú eres un perro…

En ese momento sentí unas manos que intentaba quitarme algo.

–Basta, van a asustar a Ethan. Ven con mami –escuché que decía y me quitaba al pequeño, él se fue con ella sin chistar, después miró al perro con coraje y le dijo:

–Suficiente, Jake ve a trabajar, Masen y yo vamos a hacer lo mismo.

Él quiso decir algo pero nos miró a ambos y se largó furioso. Y yo tenía una maldita duda.

–Entonces ¿Black es el papá? –tenía que estar seguro contra quien iba a luchar.

–No –me dijo enérgica, suspiró un poco y me dijo –solo dame diez minutos en lo que duermo a Ethan, mientras lee estas propuestas y yo estoy llevando estos dos caso y están en proceso, no sé si tengo que seguir llevándolos sola o será en equipo.

Me dio dos capetas con sus casos y las propuestas, pero yo no pude poner mucha atención en las propuestas. Ni menos en los casos, solo la podía ver a ella preparando el biberón, dándoselo a Ethan y como lo arrullaba tarareándole una nana. Cuando vi que Ethan estaba prácticamente dormido le di una leída rápida a las propuestas eran buenas. Cuando alcé la vista estaba saliendo de abajo del escritorio. Y su cara reflejaba amor. Esa era la cara que quería ver cada día de mi existencia. Quería decirle algo, hacerle un cumplido.

– ¡Vaya que eres rápida! – ¡Santo dios! parezco idiota cuando estoy con ella, concéntrate. Mejor cambio de tema.

–Ok, revisé las propuestas, me parecen acertadas, pon a Erick a que las pase en limpio para mostrarlas a los clientes, en cuanto a los dos casos tendremos que llevarlos en equipo, es orden de arriba –si mía –. Todos tus casos y mis casos se van a llevar en conjunto. Estamos de suerte que no tenemos ningún caso en común.

Y no, no era suerte, el único caso que podríamos tener en común lo rechacé, además de que la parte que me buscó llevaba las de perder, no podía arriesgarme a que no estuviera en mi equipo cuando ya me había costado un viaje a Barbados.

Seguimos trabajando o al menos lo intenté, cuando llegó Erick, comimos y trabajamos, después de un rato realmente me sentí a gusto, trabajar con los dos era armonioso, realmente nos complementábamos muy bien. Después de unas horas el peque se despertó pero se entretuvo solito con unos juguetes que le dio. Seguimos trabajando y cuando menos lo pensé ya estaba ahí la abogada Hale para llevarse a mi amigo.

Cuando su mamá le dijo que se fuera con su tía, ella después llegaría a la casa, me daban ganas de decirle que se fuera que no se preocupara, pero no podía. Ethan se acercó a mí y me dio un beso en el cachete, sentí que mi cuerpo se llenaba de esa calidez especial. Le di otro beso de vuelta y me dio una sonrisa, creo que solo con Emmet cuando éramos pequeños sentía algo así, como podría querer tan rápido a un niño, pero así era. Continuamos en nuestro trabajo, como a las 5 Erick nos dijo que tenía clases, debía irse.

Cuando nos quedamos solos seguimos trabajando en armonía, casi a las 8 de la noche le dije que era hora de irse.

–Entonces Masen, cuéntame ¿por qué te cambiaste el nombre para trabajar? – ¿por qué se acordaba ahora de eso?

–Otro día Swan, hoy ya descubriste muchas cosas sobre mí y yo sobre ti, quien diría que tienes ese hermoso pequeño, se parece mucho a ti solo es diferente el color de cabello y de los ojos. Pero es igual a ti.

–Gracias a Dios –que sería tan mala la experiencia con el papá de Tony, que no quería que se pareciera a él, espero que el tipo ese no la haya hecho sufrir mucho.

Esta era mi oportunidad — ¿qué te parece si otro día te invito a cenar y tú me cuentas como te conseguiste ese ángel y tal vez podemos practicar para darle un hermanito? –. Idiota, debí callarme en ángel.

Ella me miró, me dio una mirada de reprobación y me dijo:

–Claro Masen, si quieres aquí ahorita—. Y me haló la corbata.

–Segura Swan –la tomé de la cintura, pero la verdad nunca creí que fuera a responder así, yo no quería una aventura con ella. Ella haló un poco más la corbata y me dijo:

–Claro que no, Masen ¿o ahora quieres que te diga Cullen? – ¡Por dios! el tono que usó era sexo puro, nunca me imaginé escucharla hablar así, solo en mis sueños. El solo oírla me puso muy duro, y sabía que ella podía sentirme. Cambia el tema me dijo mi subconsciente, cámbialo.

–Otro día te cuento, si tú me cuentas como conseguiste un niño tan encantador.

Pero entonces su cara se trasformo, Dios ¿qué dije?

–No es una historia nada agradable –me dijo separándome y dio un suspiro. Siempre la regaba con ella.

– ¿Quién dijo que la mía lo era? –y no lo era, fue en una época que quisiera olvidar, tomé mi saco pero no quería que alguien de la oficina la escuchara –mejor en otro lugar, si tú me cuentas yo te cuento ¿qué dice abogada tenemos un acuerdo? ¿Aceptas? –tenía la mano extendida y ella lo estaba pensando; se ve hermosa pensando. Suspiré en mi mente, ella se ve hermosa de cualquier manera.

–Está bien abogado tenemos un acuerdo verbal, pero quiero incluir otro punto a nuestro acuerdo. – ¡Que seria! La escucho abogada.

–Todo lo que hablemos ese día es confidencial, no podemos usarlo en contra del otro y nadie más tiene que enterarse.

Me gustaban sus condiciones es más me convenían sus condiciones.

–Tenemos arreglo abogada –le dije cuando puso su mano en la mía casi puedo jurar que salieron chispas, nunca jamás había sentido algo así, mi corazón latía desaforadamente.

–Abogado su mano tiene ¿corriente eléctrica? Me dio toques —ella también lo sintió. Pero ¿por qué?

–Abogada yo no sentí nada –no iba a admitirlo hasta que supiera que era eso—. Abogada, yo estoy muerto, es mejor que vayamos a casa.

Ella sonrío traviesamente y me dijo:

–Bueno Eddie hasta mañana –e intentó salir corriendo, digo intentó porque no sé cómo, pero cayó de rodillas en el suelo. Y yo no pude evitar reírme.

– ¡Rayos! esa caída fue impresionante, que hubiera dado por tener mi teléfono al a mano para poder grabarla— ella me miró.

–Deja de burlarte y ayúdame –pensé que estaba enojada pero un indicio de sonrisa se asomaba en su boca.

Cuando me acerqué a levantarla vi que realmente se había hecho daño tenía las medias rotas y sangre en una rodilla.

–Mierda, eso me pasa por tu culpa Eddie –y dale con el maldito Eddie.

–Swan no aprendiste tu lección, si me dices Eddie te pasa algo malo –no podía dejar que se fuera sola –¿Cómo te vas a ir a tu casa?

Ella frunció los labios ¡qué hermoso fruncía los labios! me daban ganas de besarla.

–En Taxi, creo que será lo más seguro –me dijo mientras intentaba caminar y vi que cojeaba. No podía dejarla ir así.

–No. Yo te llevo y no acepto un no por respuesta –dije antes de que siquiera protestará – total creo que podemos llevarnos bien, ser aliados, amigos o como quieras llamarle. Pero antes déjame checarte la rodilla. —Observé alrededor y jalé una de las sillas del pasillo y le indiqué que se sentará. Prácticamente le arranqué el portafolio de las manos.

—Voy por el botiquín de la oficina —le dije serio. Ella me miró curiosa y me dijo—. Claro que si Doctor Masen.

— ¡Oye! tener un papá doctor ayuda mucho, además es un raspón —ella se tensó un poco y gimió muy bajito ¿tanto le dolía?

— ¿Necesitas algo? —parecía sorprendida.

—No nada —se apresuró a decir. Y le puse el algodón con alcohol en la rodilla —. ¡auch! ¡Oye! –me dio un pequeño golpe en la mano, supongo que para que sufriera.

— ¡Qué quejumbrosa mi paciente! —era una niña llorona.

—Es que eres un salvaje —me dijo cuando volví a poner el algodón en la raspada—. ¡auch duele! –Recordé que mamá nos soplaba las heridas para que ardiera menos y le soplé en la raspada. Pero ella se agarró más de la silla y se puso tensa.

—Ya estoy bien gracias —me dijo mientras se paraba de la silla rápidamente y caminaba a la salida.

¡Maldición! no podía irse.

—Eh… abogada espéreme – ¡Qué condición! camina rapidísimo — ¿No quieres que te lleve? —. Ella no quería estar conmigo o ¿por qué huía?

—Está bien, gracias.

Subimos a mi auto pero ni siquiera me dijo nada, me dio la dirección y se recargó en el vidrio, de repente estaba demasiado callada, estaba dormida. Pero lo de callada duro poco muy poco.

—No Alice esa falda está muy pegada, Ethan no te metas eso a la boca –se movió un poco y continuó —. Me gustan los zapatos rojos, Ethan –de repente suspiro y dijo: –Masen eres un idiota.

Pensé que estaba despierta pero no ella seguía dormida y diciendo cosas, pero cuando dijo mi nombre quería besarla, ella soñaba conmigo, por primera vez amé el trafico nocturno de Nueva York.

Cuando llegamos a la calle que ella me indicó, tenía que despertarla, se veía tan hermosa dormida, pero ya habíamos llegado.

—Isabella —dije cerca de ella, su olor era la cosa más exquisita del mundo–. Bella, despierta o te beso —Nada la despertaba.

La moví un poco, nada, la moví más fuerte.

— ¡Hey! Abogada es hora de levantarse.

—Perdón ¿ya llegamos? —me dijo asombrada.

—Si te dormiste todo el camino ¿en qué casa vives?

—Donde está el jeep de Emmet —me dijo algo dormida. Esperen dijo el jeep de Emmet que hacía Emmet en su casa, no por favor que no sea su novia.

— ¡El jeep de Emmet! Mi hermano –recordé las palabras de mamá cuando hablé con ella en la semana"deberías de conocer a la chica de Emmet es totalmente diferente a la otra, es linda, agradable"definitivamente era ella –. Entonces si eres la chica que le encanta.

—Pensé que ya estaba claro que Emmet es tu hermano y te equivocas, no soy yo. Gracias Masen –se estaba inclinando para sacar el portafolio y sus labios me invitaban a besarlos, pero ella se dio cuenta y salió rápido del coche, azotó la puerta de mi hermoso auto. Algo gritó pero no la escuché ella había azotado la puerta de mi coche y eso era malo.

Esa noche ya no dormí, esa mujer había azotado no solo la puerta de mi carro, si no también revoluciono mi alma, mi vida y sobre todo mi corazón, una vez creí estar enamorado, pero no, eso no era amor, lo que sentía por Isabella era más fuerte, su pequeño, Ethan era la cosa más especial del mundo.

Pero Emmet era parte de sus vidas, dos veces ella me aseguró que no era la chica especial de Emmet, pero tenía que estar seguro. No quería otro incidente.


¿Qué tal Edward es un amor cierto? que habla de mas cuando esta con su Isabella.

Mil gracias a los que leen esta historia, gracias por sus favoritos, comentarios y votos, un beso a todos. 

 

Capítulo 12: Capitulo 10. Ethan Cullen Capítulo 14: POV Edward 2

 


 


 
14439436 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10757 usuarios