Sufrir, Vivir, Amar (+18)

Autor: Maricoles
Género: Romance
Fecha Creación: 07/05/2012
Fecha Actualización: 08/10/2013
Finalizado: SI
Votos: 20
Comentarios: 76
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Capítulos: 33

La vida de Bella ha sido muy dura, su madre la abandono siendo muy pequeña, su padre la ignoro, su mejor amiga la traiciono y la entrego a su novio para que abusara de ella.. como enfrenta Bella la vida después de esto.
¿Será que Bella si permitirá que el amor de Edward tenga cabida en su corazón?

+18

SUFRIR, VIVIR Y AMAR

INTRODUCCIÓN

Soy Isabella Swan una chica común y corriente, Victoria es mi mejor amiga, prácticamente mi hermana. Mi madre nos dejó a mi papá y a mi hace muchos años, por el papá de Victoria, Phil. Desde que mamá se fue la mamá de Victoria pasó a ser una segunda madre para mí. Es muy irónica la vida, la mujer que ha cuidado de mi es la mujer a la que mi madre le quito el marido. Su nombre es Lilly, ella es una mujer hermosa y muy buena.

Victoria y yo somos como hermanas, solo que Victoria es alta, pelirroja y bastante atractiva, sus son ojos azules como los de su padre; yo soy todo lo contrario, soy bajita, mi cabello y ojos son de color chocolate, herencia de mi papá. Mucha gente no entiende nuestra amistad, pero cuando mamá nos dejo Lilly habló con Charlie, mi papá, y ella se ofreció a ayudarle, cuidando de mi.

 

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Capítulo 20: Capitulo 17. Pequeñas Travesuras

Disclamer: los personajes no son míos son de SM yo solo los uso para contarles una historia que sale de mi cabeza.

Gracias a Eve Runner por betear el capitulo (Beta FFADD)

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Capítulo 17

Pequeñas travesuras

"Si la pasión, si la locura no pasaran alguna vez por las almas… ¿Qué valdría la vida?"

Jacinto Benavente

La mañana llegó y por primera vez le gané al despertador. Salí de la cama sin despertar a Edward, fui a la cocina y traje un vaso con agua y un par de Tylenol que dejé en la mesa de noche del lado de Edward y me metí a bañar.

Estar bajo la ducho hizo que recordara lo que pasó hace unos días, quería estar con Edward. ¡Maldición! Casi podía sentir sus manos en mi cuerpo.

—En definitiva, estoy loca —dije en voz alta. Cerré un poco el agua caliente dejando que la fría hiciera su trabajo.

Salí de la ducha y comencé a ponerme crema, ese día quería oler a frambuesas. Edward seguía dormido y si no se levantaba se nos haría tarde. Se veía tan hermoso dormido.

—Edward —lo moví un poco pero solo se quejó y se acomodó mejor—. Eddie, anda levántate.

Abrió los ojos.

— ¿Me llamaste Eddie?

—Sip —y lo besé—. Es hora de levantarse dormilón. Te dejé unas tylenol y agua al lado.

—Gracias eres un sol, ¿Bella estás en ropa interior? —me dijo parándose de la cama y acercándose a mi.

—Sí ¿Te molesta? —le dije mientras daba una vuelta.

— ¿Molestarme? Para nada, pero no es bueno para mi salud verte así, si me enfermo de pulmonía tú serás la culpable. Voy a bañarme con agua bien fría. ¡Rayos! ¡Mi cabeza!

—Tómate el tylenol y báñate. Nunca me he llegado a estar borracha pero a Alice y a Rose les funciona bastante bien.

—Tenía mucho que no bebía tanto, voy a bañarme —dijo antes de tomarse el agua y las pastillas.

Antes de cerrar la puerta, sonrió y me dijo:

—Pero insisto, amo tu culo, es tan bonito y redondito.

— ¡Edward! —le grité.

Decidí que de hoy no pasaría, quería, no, debía tener sexo con Edward, mi cuerpo me lo exigía.

Me puse una falda un poco más corta de lo normal, negra, una blusa en un color rosa fresa que era un poco transparente, por lo que cambié mi brassiere por uno rosa fuerte, me puse de la crema que dejaba con brillo en las piernas y me calcé unos grandes tacones negros de charol, un bonito saco negro a juego con la falda, alboroté mi pelo sin llegar a esponjarlo, me ví al espejo y me sentí sexy.

Me puso agua de perfume con olor a frambuesas y comencé a maquillarme, me pinté los labios color fresa.

— ¡Dios! ¿Bella así quieres que trabaje? Creo que hoy no voy a poder concentrarme y a las once tengo que estar en los juzgados —dijo Edward detrás de mí.

—Pues inténtalo porque yo también voy a sufrir. ¿Nos vemos en la tarde o vas a llegar antes?

—Juro que haré que condenen a mi cliente si eso hace que pueda salir antes.

—Tranquilo, ¡Amo a mi lobo de peluche! —dije acercándome a él.

—No me vas a amar si te como enfrente de Ethan que ya se despertó, así que aléjate de mí o no respondo.

—Hola bebé —le dije a Ethan como si nada pero la verdad era que si no me alejaba de Edward también me lo comía.

—Hola mami, uno sesito —me dijo dándome un beso—. O la uno sesito a Edar.

Lo tomé de la cuna y se lo acerqué a Edward, Ethan le dio un sesito como el decía y comencé a cambiarlo. Le puse un pantalón de mezclilla y una playera de los Yankees que Jake le había regalado. Le puse una pequeña sudadera en color azul marino.

— ¿En serio Swan? ¿Yankees? Los mejores son los Mets, se nota que sabes nada de deportes. No te preocupes amigo voy a comprarte el uniforme de los Mets.

— ¡Si, Met!

—Él cree que es algo de Emmett ¿Verdad? —me dijo Edward algo indignado.

—Creo que si, además yo no sé de deportes, la playera se la regaló Jake hace mucho y apenas le queda, así que no des lata.

—Me dices que se la regaló el perro y no quieres que me enoje.

—Pelo gua gua —dijo Ethan.

—Si corazón los perros hacen guau guau ¿Y los gatos cómo hacen los gatos? —le dije mientras lo peinaba.

—Miau miau ¿Lo pollos?

—Pio, pio —le contesté.

Cuando volteé vi a Edward grabándome con el celular.

—¡Edward! Deja eso.

—No, son tan lindos, quiero conservar esto ¿Te imaginas cuando vivamos con nuestros cinco hijos?

— ¿Cinco? Hasta ayer eran cuatro. Cada día aumentas el número —le dijo riéndome.

—Será mejor que te apresures a decirme que sí, hay muchos días en seis meses ¿Te imaginas cuántos vamos a tener cuando me des el sí?

—Serás tonto —le dije dándole un beso.

Salimos de la recamara y nos pusimos a hacer el desayuno. Como ya era costumbre al oler a comida bajaron Alice y Rose, que esta vez traía compañía, Emmett.

—Hermano, Rose quiere contratarte para que le prepares el desayuno a diario.

—Claro, yo si aprendí a cocinar no como otros inútiles ¿Sabes que de niño fui a un campamento de cocina infantil? Tenía como nueve años —me dijo Edward.

—Yo fui a uno de deportes porque soy un hombre —ironizó Emmett pegándose en el pecho—. No un cocinerito como otro —y le dio una mordida a su waffle.

—Pues yo puedo decir que este cocinerito es todo un hombre, sabe cocinar, pelear en los juzgados y amar como ninguno. Lo siento Rose creo que me llevé al mejor de los Cullen.

Y entonces habló Rose con la boca llena.

— ¿Crees que en el campamento acepten a uno más grandecito?

Todos rompimos en risas.

Alice suspiró.

— ¿Qué acaso tengo que ir a la escuela de derecho para conseguir un novio? ¡Quiero un novio!

Edward la miro y le dijo:

—Tranquila hadita, ya te llegará un galán. Si quieres puedo presentarte a unos amigos. Es más podemos salir a bailar todos juntos.

— ¡Eres una lindura! —le dijo Alice abrazándolo ¿Por qué mis amigas abrazaban a mi novio?

Me aclaré la garganta.

—Tranquila, solo digo la verdad pero no es mi tipo. Me gustan más güeros, más altos y no sé… diferentes. ¿Te gustan las corbatas? Hoy tengo que escoger para la nueva boutique masculina. Voy a regalarte unas.

—Gracias, si me encantan, tengo muchísimas pero nunca serán suficientes.

—Hermano pareces niña comprando zapatos, si no fuera porque Bella me lo confirmó creería que eres del Team de Erick.

—Tonto —le dije a Emmett.

—Toto —repitió Ethan.

¿Ahora como le decía a mi hijo que no repitiera la palabra tonto?

—Eso no se dice Ethan —le dijo Edward—. Bella voy a tener que castigarte por decir tonto.

—Espósala y dale nalgadas —dijo Rose.

Todos la miramos.

— ¿Qué? En el libro que estoy leyendo así castigó el dom a su chica.

Todos nos volvimos a reír.

—Eres especial Rose —le dijo Edward.

—¡Claro! Soy única, edición limitada pero así me quieren. Por cierto hoy necesito que me lleven Emmett me va a recoger pero necesito que me lleven.

Esto podría interferir en mis planes, quería tener sexo con Edward y quería tenerlo hoy.

Me acerqué a Rose, la alejé, la llevé hacia la sala y le dije al oído:

—Tengo planes con Edward ¿Te puedes quedar con Ethan en la tarde solo un rato?

Me miró y me dijo:

—Pero tú vas a cuidar a mi chícharo cuando necesite estar a solas con Emm. Sabes que sí, es más yo paso por él a la guardería.

Me acerqué a los demás que seguían debatiendo sobre si los hombres deberían o no interesarse en la moda.

—Un hombre no necesita andar a la moda, con estar bien vestido es más que suficiente.

—A mí si me gustan a la moda. Como el guapote que ayer fue a verte, era casi tan lindo como los Cullen ¿No será un primo lejano?

Edward se tensó un poco al escuchar sobre mi visitante. Lo miré y le sonreí, eso pareció relajarlo un poco.

—Rose ¿Cómo que estaba lindo?

— ¿Qué? ¿Por estar a dieta no puedo ver el menú? Te equivocas osito, amo ver el menú.

—Esa es la actitud —le dijo Alice dándole la mano para chocarlas.

Los dos Cullen torcieron y la boca y arrugaron la frente. Se parecían tanto al hacer eso.

—Mami quelo ma jiuto —me dijo Ethan sacándome de mi ensoñación.

Emmett inmediatamente le contesto:

— ¿Quieres juguito?

—Sí.

— ¿De uva? —Ethan movió la cabeza negativamente.

— ¿De manzana?

— ¡Sí! —gritó Ethan.

Unos minutos después estábamos fuera casa con Rose enfurruñada porque le tocaría el asiento trasero.

—Entiéndelo Rose los niños viajan atrás y como tu incluyes niño te toca atrás —le dijo Edward.

—Si como no, quieren enfrente para ir besándose en cada parada. Mi Osito ya se fue. Ni modo Ethan nos tocará ir dando lata en la parte trasera.

—Si mamos a juegar con los choches.

—Sapo yo no juego con coches, soy niña —le dijo Rose como si fuera lo mas obvio—. Pero dame el bettle amarillo, yo juego con ese.

Dejamos a Ethan en la guardería y seguimos nuestro camino.

—Me hace falta el café —dijo Rose.

—Quieres un té o un chocolate caliente —le ofrecí.

—No, quiero un café, voy a tomarme uno con mucha leche en la oficina ¡Por qué quitarle el café a una pobre mujer embarazada!

—Tranquila Rose, piensa que es lo mejor para tu bebé —le dije cuando íbamos llegando a la oficina. Inmediatamente tanto Edward como Rose cambiaron sus posiciones parecían dos leones al acecho o un león y una leona, bueno estaban al acecho.

—No abras la boca Swan, ni tu Hale, el maldito circo acaba de comenzar.

¿En serio Edward me dijo que no abriera la boca? ¿Y me llamó Swan? Rose y Edward me flanquearon y un mundo de reporteros se abalanzaron contra nosotros en cuanto bajamos del auto.

— ¿Ustedes creen en la inocencia de su cliente?

— ¿Es verdad que las dos abogadas involucradas fueron abusadas sexualmente? ¿Es verdad que fueron escogidas por lo mismo?

— ¿Señorita Hale, Señorita Swan qué se siente defender a un violador?¿No siente vergüenza de defender a un violador?¿Como pueden defender a un violador?

Y un mundo de preguntas más.

Casi Edward nos cargó a Rose y a mí hasta el hall de la oficina y al entrar nos dijo:

— ¡Vayan a mi oficina y no se muevan!

Rose casi me jaló. Estaba en estado de shock ¿Por qué toda esa gente me decía eso? ¡Cielos! De pronto sentí unas manos cálidas.

— ¿Bella estás bien?

—No, Jake me asusté, abrázame por favor.

— ¿Rose quién dio toda su información a los medios? Tienen fotos de ustedes con Ethan

— ¿Qué? —al escuchar Ethan, mi mente volvió a la realidad.

Prácticamente iba entrando Erick con cara de velorio.

—Júrenme que lo que dicen de ustedes no pasó.

Nuestras caras lo dijeron todo.

—Malditos reporteros de mierda, pero no se preocupen me ligué a un ayudante y me va a dar la información que consigan antes para que puedan defenderse.

—Necesito ver que están diciendo —le dije a Erick.

Erick se acercó a una pantalla de plasma que estaba empotrada en la pared y la prendió.

—Nena muchas cosas no son agradables.

Pero no tuve tiempo de escuchar, mi teléfono vibró ¡Mierda! Era mi papá.

— ¡Princesa dime que estás bien!

—Tranquilo papá, parece que todo está bien, solo son muchos reporteros dando lata. Por cierto ¿Estas semanas has patrullado mucho no?

Papá se aclaró la garganta y me dijo:

—La verdad es que estoy siguiendo una pista, de… un caso.

Un escalofrío me llenó

— ¿Es de James verdad?

Mi papá hizo un extraño ruido y luego…

—No te voy a mentir al parecer James está muerto, estoy moviendo unos contactos para hacer pruebas de ADN al cadáver pero lo tendríamos que comparar con el ADN de Ethan.

Y se hizo un silencio. Alcé la vista, Edward, Aro y Jane entraban en la oficina. Colgué sin siquiera despedirme de mi papá.

— ¡Qué bueno que está aquí Black! Nos evita irlo a buscar. Usted se suma a la defensa del Señor Kennedy ¿Ya tienen algo?

—No señor, el informe del detective no ha llegado, nos pidió dos horas más y dijo que la espera valdría la pena —sentenció Rose.

—Perfecto, los dejo para que se pongan de acuerdo en las estrategias.

Acto seguido salió del despacho de Edward sin mirar atrás.

—Black ya suelta a mi novia —dijo Edward o mejor dicho gruño Edward.

Mi teléfono volvió a vibrar.

—Tengo que tomar la llamada, es importante —dije y salí para mi oficina.

—Perdón llegó mi jefe, ¿Por qué necesitas el ADN de Ethan? No quiero que se vea involucrado en nada de esto.

—Tranquila el primo de James lo acaba de reconocer, al parecer solicitó el cuerpo para enterrarlo. Hija puedes estar tranquila James no te va a molestar más.

—Papá gracias. Tengo que dejarte, te amo.

—Y yo a ti princesa.

Eso me hizo sentir feliz pero al mismo tiempo confundida. Así nada más acabó todo. Sin juicio, sin nada. Comencé a sonreír, él jamás volvería a hacerme daño, jamás.

Entré sonriendo a la oficina de Edward y todos me veían.

—James está muerto —les dije.

Jacob y Rose me abrazaron. Y los dos lloraban, Edward me miraba desconcertado y Erick de plano no entendía.

—Edward, jamás va a volver, no va a volver a hacerme daño —le dije soltándome del abrazo de Rose y Jake y corrí a abrazarlo.

— ¿Él es el que abusó de ti? —me dijo tenso.

—Sí, abrázame fuerte por favor —él me envolvió en sus brazos y me sentí libre, completa.

Edward miró el reloj de su oficina.

— ¡Diablos! Casi tengo que irme pero necesito que se queden trabajando en la defensa del Kennedy, no quiero fallas —después torció la boca.

—Black te encargo a mi novia, los buitres van a intentar hablar con ellas pero no dejes que se le acerquen. Le marco a Emmett para que venga a darse una vuelta —le dijo a Rose—. Necesito hablar con Aro ahora regreso.

¿Por qué Edward parecía molesto? ¿Por qué no estaba feliz? ¿Se enojaría por qué Jake me abrazó? De pronto tuve una epifanía Edward estaba en modo abogado para poder pensar lucidamente, no en modo lobo de peluche.

Tenía que aprender a separar mi trabajo de mi vida personal aunque tuviera los mismos elementos en ambas partes y entonces se me ocurrió una buena idea para contentarme con Edward y seguir con mis planes de sexo, pero necesitaba que todos salieran de la oficina de Edward.

— ¿Erick puedes traer dos té verdes y dos rebanadas de pastel? —le dije dándole un billete.

—Claro jefa y tú Jake —le dijo haciendo énfasis en Jake— ¿No se te ofrece nada?

—Un café cortado —le dijo dándole un billete de diez dólares.

—Tranquilo yo invito —le dijo y salió.

En cuando Erick se desapreció por la puerta Rose se destornilló de risa.

—Voy a hacer pipi y a ver a los inútiles de mis internos.

—Yo voy por mis cosas —dijo Jake saliendo.

Esto estaba mejor de lo que había pensado cerré la puerta, bajé las persianas y ejecuté mi plan.

Cuando regresaron ya había hecho mi travesura.

—Bellita ¡Qué cara! —me dijo Erick que entraba junto con Rose—. Parece que acabas de hacer una travesura o que tienes escondido a Edward bajo el escritorio —estiró la cabeza para comprobar—. No, no lo tienes escondido.

—Es solo que estoy feliz, en serio, me siento como si me hubieran quitado un peso de encima, siempre tenía ese pequeño temor dentro de mí que regresara a lastimarme a mi o a Ethan.

—Te entiendo nena —me dijo Rose

—Solo quiero que sepas que eres, no, son muy valientes —dijo Erick.

Mi vista se fue a la pantalla y había una foto de Edward Rose y mía cuando fuimos a dejar a Ethan a la guardería.

—Hijos de puta —dije en voz alta.

Jake y Edward venían entrando.

Los dos siguieron mi vista, se veía la espalda de Ethan, Rose le subió el volumen a la TV y estaban dando nuestros datos, diciendo que Ethan era producto de una violación sufrida a manos de James Johnson.

—Tranquila ya enviamos un mail a todas las televisoras si vuelven a sacar otra noticia con Ethan o con alguna de ustedes se les demandará por acoso y a ver que más se me ocurre —dijo Edward con su voz de abogado maldito.

—Me tengo que ir al juzgado pero trabajen en las preguntas a la señorita. Espero estar aquí como a las doce treinta, nos vemos —muy amable le di su portafolio y vi la hora, eran prácticamente las diez de la mañana.

—Tengo que salir un momento, regreso.

Fui a mi oficina y tomé otro par de bragas ya que las mías se las mandé a Edward en el portafolio y se las metí en la carpeta del juicio con un recadito que decía "Perdón por ponerte celoso prometo recompensarte por la tarde". Esperaba solo que fuera las diez y media para mandarle unas fotos que me tomé quitándomelas y poniéndolas en la carpeta.

Regresé y trabajamos pero yo estaba un poco más pendiente del reloj que otra cosa.

Cuando fue la hora le mandé la primera foto, al siguiente minuto la otra y casi enseguida sonó el teléfono.

— ¡Eres mala Swan! Pero juro que esta me la pagas. Tuve que cerrar la carpeta casi en la nariz de mi cliente. Tu mensaje llegó unos minutos tarde.

—Si manejaste como loco maniático no es mi culpa, yo calculé media hora para que llegaras. Besos nos vemos al rato —le colgué.

Puse el teléfono en vibrador y me concentré en el caso.

El tiempo pasó volando y vimos la puerta abrirse, era Edward con cara de enojado.

—Hay todavía varios fotógrafos en la puerta, los odio —dijo aventando el portafolio a una silla— ¡Que se vayan a perseguir a estrellas de cine!

Edward me miró y me sonrió.

—Bueno apurémonos, Aro quiere todo listo para antes de las cuatro. Y la abogada Swan y yo tenemos una cita a las cuatro treinta, así que necesito dejar esto listo.

Trabajamos en una extraña tensión a las dos de la tarde Erick, Jake y Edward salieron por algo de comer.

—Dime ¿Qué está pasando? —me exigió Rose.

—Ok, pero no te rías —y le enseñé las fotos.

— ¡Mira que eres mala Swan! Eso no se le hace a un abogado a punto de entrar a la corte —tomó mi falda y la intentó subir.

— ¿Rose qué te pasa? Me puse otros.

—En serio, eres mala, pero sabes…me gustas de mala ¿Estás contenta?

—Mucho y a la vez estoy como… confundida, por todo lo que está pasando con el caso, pero al mismo tiempo me siento libre, me siento bien, siento… mil cosas a la vez.

—Casi te entiendo cuando supe que habían matado a Royce en la cárcel me dieron muchos sentimientos, pero amiga como tú misma dijiste ya no tienes que tener miedo. Vamos a apurarnos para que a las cuatro puedas irte con tu galán a follar como conejos. Estoy feliz por ti y por Edward creo que los dos le han batallado para ser felices, se lo merecen.

Casi en seguida llegaron con comida Italiana, China y Tailandesa. Probé de todo me sentía demasiado nerviosa o ansiosa… no sé. A las cuatro llegó Emmett y algo le dijo a Edward ellos asintieron y Jake se unió.

— ¿De qué hablan? —le pregunté a Rose

—Creo que de cómo sacarnos de aquí sin que nos acosen.

—Que feo eso de que fiscalicen la vida de uno, lo que me preocupa es Ethan.

—Tranquila todavía está pequeño para entender, además no creo que otro compañerito le diga algo ¿O sí? Al menos no todavía.

—Bueno deséame suerte porque me dijo que se la iba a pagar —le dije al ver que Edward me veía y me llamaba con la cabeza.

—Isabella, nos vamos en cinco minutos, pasamos por Ethan y… —tuve que interrumpirlo.

—Amm… Rose y Emmett van a cuidar a Ethan —le dije sonrojándome.

Jake gruñó algo y resopló.

—Lo haremos igual, tú recoges a Ethan y lo llevas con Rose en vez de llevarlo con nosotros —le dijo Edward.

— ¿Y si llora Ethan con Jake? Últimamente no lo ha visto mucho ¿Por qué no le hablo a Alice a ver si nos puede ayudar?

—Me gusta la idea, de todos modos que vayan juntos Black y Alice. No dejes que se acerquen a Ethan y si le toman fotos les das este comunicado —y le dio un montón de papeles.

Le pedí uno a Jake y decía que si llegaba a salir la cara de Ethan o su nombre en cualquier publicación o medio entonces se tomarían medidas legales.

Asentí y me dio un poquito de miedo.

— ¿Ethan estará bien verdad? —le pregunté a Edward y Emmett.

Jake y Edward me dieron un si al mismo tiempo.

Suspiré y les dijo:

—Vámonos.

Edward me dijo que recogiera mis cosas aprisa, teníamos que salir con exactitud de reloj suizo. Tomé todo rápido y él me llevó por la parte trasera de las oficinas, ahí había una salida de emergencia. Salí y ya nos esperaba el coche plateado.

—Súbete rápido y agáchate, recuestate en mi pierna y no te levantes hasta que te diga.

Arrancó como loco, y de pronto bajo un poco la velocidad y comenzó a tocarme el cuello. Intente levantarme y él me bajó la cabeza.

— ¿Ya puedo levantarme o quieres que te haga sexo oral? —le dije enojada.

—No estaría mal la segunda opción, pero no puedes levantarte porque estoy seguro que una moto viene siguiéndonos —de pronto se detuvo y escuché una moto pasarnos. Edward cambió de dirección y me dijo:

—Ahora si niña berrinchuda, puedes levantarte.

Pero yo ya tenía otro plan en la cabeza, me acomodé mejor e intenté bajarle el cierre.

— ¿Bella qué te pasa?

—Tranquilo solo voy a darte sexo oral. Aclaro que solo una vez lo he hecho.

—Bella eso es demasiada información, además estate quieta ya vamos a llegar a la casa de mis abuelos.

— ¿Casa de tus abuelos?

—Sí, está vacía. Es solo para despistar un poco. ¡Levántate Bella! —me dijo agarrándome la mano porque comencé a acariciarlo.

—Hoy estás odiosito —le dije levantándome y viendo donde estábamos.

Era una casa, como las de las películas, muy linda, algo antigua pero hermosa, casi era mi casa ideal.

—Es hermosa Edward ¿Por qué no vives aquí? En serio ¡Ya sé! ¡Réntamela! De todos modos iba a empezar a buscar casa, con la llegada del bebé de Rose ya no cabemos.

—Tranquila Bella, había pensado rentarla ¿En serio te gusta?

—Déjame verla por dentro, pero tengo que hablarlo con Alice, no creo poder pagar la renta yo sola.

Cuando abrió la puerta casi me desmayo, era aun más hermosa por dentro, casi no tenía muebles pero se veía realmente bella.

—En serio Cullen ¿Cuánto quieres por rentármela?

Corrí a la cocina era hermosa grande y bien equipada y entonces descubrí algo más hermoso, tenía un pequeño patio trasero aunque estaba prácticamente con piso todo tenía un pequeño jardín.

—No sé, tal vez el casero es un malvado que pide sexo a parte de la renta —me dijo sonriendo.

—Con tal de vivir aquí podría hacer el sacrificio ¿Cuántas recamaras tiene?

—Tiene cuatro o cinco, más el despacho, y tiene sótano y ático.

—Es en serio Edward, réntamela la quiero.

— ¡Convénceme! ¿Qué tanto la quieres? —me dijo subiendo las escaleras.

—Pero primero enséñame las recamaras.

—Ok, pero me siento extraño –dijo tocándome las nalgas—. ¡Tramposa! Te pusiste otros de los de repuesto.

—Claro, no iba a andar sin calzones en la oficina.

—Sabes como me has tenido cada que vez te movías, cada vez que te sentabas, sentía que todos verían esto —dijo agarrando mi monte de Venus con todo y falda.

— ¡Edward! —le dije abriendo los ojos.

—Me tienes como loco desde la mañana con esa falda tan corta y esa blusa casi transparente. Después con tus bragas en mi carpeta y las fotos, luego en el coche y tu intento de sexo oral. Ahora convence al casero de que quieres la casa —me dijo antes de colocarme contra la pared, besándome con desesperación.

—Trajiste… —intenté decir cuando nos separamos en busca de aire—. ¿Trajiste condones?

— ¡Diablos no! —dijo separándose de mí—. Espérame en lo que voy a comprar. Mira la casa —me dijo dándome un juego de llaves. Y bajó corriendo las escaleras, azotó la puerta y desapareció.

Tomé las llaves y comencé a caminar por la casa, abrí la primera puerta y era una habitación no muy grande sin muebles, tenía un papel tapiz de flores, había otra puerta y ¡Wow! Era un closet y creo que era un poco más grande que la recamara. Dentro del closet había otra puerta, había un baño antiguo hermoso, con una bañera hermosa.

Salí de la habitación y abrí la siguiente puerta. Era un cuarto hermoso, creo que hermoso será la palabra del día, todo en la casa era hermoso, el cuarto era un poco más amplio, abrí la puerta y había un pequeño closet y un baño también.

Seguí, las dos siguientes eran muy parecidas al segundo cuarto pero la quinta recamara estaba cerrad, busqué abrirla con las llaves y al tercer intento lo logré, era un cuarto con muebles el único hasta el momento, los muebles eran en madera oscura, todo combinaba. Había un equipo de sonido caro pero no se veían las bocinas, me entró la curiosidad y le di play, inmediatamente la habitación se llenó de notas de música clásica, daba la sensación de estar parado en medio de una orquesta. Seguí explorando había muchas películas y música, abrí los cajones y supe de quien era el cuarto en el primer cajón había una foto de Esme, Carlisle, Emmett y Edward. Era su cuarto y estaba igual de ordenado que él de ahora, solo que las cosas que había eran más juveniles. Me dio curiosidad y abrí el closet, había pocas cosas pero todo ordenado por colores y clase.

Me acerqué y olían a él, vi una ropa apartada, era ropa de él de joven, unas camisetas de su universidad, un tenis enorme los tomé y me reí.

— ¿Ya saciaste tu curiosidad? —dijeron detrás mío.

Brinqué y me volví a hacia él.

—No, la verdad es que no.

— ¿Segura? Tal vez quieras ver que tan resistente es la cama.

—Eso me gusta, bésame Edward. Haz que olvide cómo me llamo.

Edward me tomó de la cintura y me jaló, nuestras bocas se acercaron y nos besamos con desesperación. De pronto bajó la velocidad y comenzó a besar mi cuello, llegó hasta mi clavícula y se separó de mí. Con cuidado me quitó el saco y luego la blusa.

—Te juro que amo como te vistes, pero me encanta verte desnuda, eres hermosa —me jaló hacia él, se agachó un poco y tomó mis nalgas—. Amo tu culo Swan, es tan sexy y tan bonito, pero amo más lo que tienes aquí —dijo besándome encima de mi seno izquierdo—. Tu corazón es lo mejor que tienes.

Comencé a quitarle el saco sin ninguna delicadeza, la corbata voló al igual que la camisa. Edward buscó el cierre de mi falda y lo bajó, se apartó un poco y comenzó a bajarme la falda, besó mis muslos. Me bajé de los zapatos y salí de la falda.

Me miró.

— ¡Tramposa! Quería verte sin bragas.

—En la oficina jamás —le dije volviéndolo a besar. Edward me tomó de las nalgas y me subió a su cadera, me agarré con las piernas y comenzó a caminar.

Cuando llegamos a la cama me sentó en la orilla y volvió a besar mis muslos casi acercándose a mi entrepierna, lo jalé hacia mí y comencé a besarlo. Estaba ansiosa y necesitada de él. Aceleré nuestro beso.

—Tranquila despacio. No tenemos prisa —me dijo alejándose un poco y empezó a besar mis senos. Con el brassier junto mis senos y mordió un poco uno, eso se sintió tan bien, que casi llego al orgasmo.

Gemí.

— ¿Te gusto nena? —dijo volviendo a besar mis senos, con una mano desabrochó mi brassier y yo rápido le ayudé a quitármelo. Intenté llevar mi mano para deshacerme de mis bragas que no eran de encaje, eran unas simples bragas de algodón.

—No nena, ese va a ser tu castigo, será lo ultimo que te quite —dijo metiendo su mano por en medio de mis piernas y tocándome por encima de las bragas, gemí ansiando su mano en mis pliegues.

Siguió besándome y su mano llegó hasta mi trasero y delineó con su dedo la hendidura de entre mis nalgas hasta el inicio de mi vientre.

Sentirlo tocarme por encima de las bragas solo me hacía excitarme más.

Me chupaba los senos y los jalaba un poco, mientras con su otra mano masajeaba mis nalgas, de pronto me dijo con voz ronca:

—Ponte boca abajo —sin dudarlo le obedecí.

Quitó el pelo de mi espalda y comenzó a besármela dando de vez en cuando pequeños mordiscos, llegó a mis nalgas y comenzó a besarlas y amasarlas, sus manos si no estaban en ellas las metía por la hendidura pero sin llegar a tocarme adentro. Me producía una sensación de frustración y de alivio.

—Amo tus nalgas Swan, son tan redonditas, jodidamente bonitas —y me mordió un poco más duro de lo que lo había estado haciendo.

—Edward —intenté decirle a modo de regaño pero sonó demasiado débil para serlo. Me volteé y vi su sonrisa torcida.

— ¡Me marcaste como ganado! —le dije.

—Algo así pero solo yo voy a poder ver esa marca —volvió a concentrarse en mis pechos, los succionaba y jalaba mientras su mano seguía atormentándome por encima de mis bragas que para este momento ya estaban totalmente mojadas.

—Edward, Edward —le supliqué y el volvió a reírse—. Tranquila, imagíname totalmente excitado tratando de interrogar por fraude, ¡Me costó concentrarme un huevo! Así que ahora te voy a hacer sufrir ¿Además no recuerdas a quién abrazaste hoy?

Me levanté en mis codos y alcé mi cara.

— ¡Ay no! Edward no vas a estar celoso de Jake.

—No lo nombres —me dijo arrugando la nariz y la frente.

—Jake —le dije enfatizando el nombre—. Es mi amigo, solo lo quiero como eso, a ti te amo —comencé a besarlo, literalmente me le subí encima. Mis piernas quedaron con una de sus piernas en medio y comencé a besarle el pecho y a frotarme contra su piernas, casi alcanzo el orgasmo solo con la fricción pero Edward bajó su pierna.

Lo que hizo que se ganara un gruñido de mi parte.

—Swan estás siendo muy ruidosa —me quedé quieta, no era cierto ¿O si?

Seguí besando su estómago y luego quise acariciar su miembro pero no me dejó.

—No señorita, ya la otra vez la dejé, ahora me toca a mí.

Me tiró boca arriba en la cama y comenzó a bajar mis bragas. ¿Qué diablos se escuchaba? Parecía un gatito pequeño.

Separó mis piernas y cerré los ojos esperando que entrara en mi, pero lo que sentí fue su boca en mi.

— ¡Edward! —le dije pero ya no recordé que más le iba a decir. Él succionó mi clítoris y lo jaló con la succión, juro que jamás había sentido algo así.

Después hizo algo con la lengua que prácticamente me llevó al borde del orgasmo. El siguió torturándome con su boca, lamiendo, mordiendo y succionando hasta que estallé en un maravilloso orgasmo.

—Separa las piernas —volvió a ordenarme pero juro que mi cabeza no era capaz de conectarse con mi cuerpo todavía. Edward gentilmente las separó y las dejó dobladas. Escuché rasgar la envoltura del condón y también caer lo que quedaba de su ropa lejos.

Con sus brazos empujó mis piernas hacia arriba, haciendo que casi tocaran mis pechos y entró en mi. La manera en que había puesto mis piernas hacía que entrara profundo en mí.

Estaba cerca del orgasmo cuando escuché al maldito gato de nuevo. Pero volví a agarrar el ritmo en segundos, pero seguía escuchando al maldito gato, estaba a punto de decirle a Edward que sacara al gato cuando me di cuenta que era el ruido que yo estaba haciendo.

No pude aguantar la carcajada y la solté, Edward se quedó quieto y puso cara de molesto.

— ¿Qué es tan gracioso?

Sin poder dejar de reírme intenté explicarle.

—Escuchaba a un gatito y era yo —le dije entrecortado por la risa.

—Swan eres mi perdición, jamás a media sesión de sexo alguien se había cagado de la risa. Pasa tu pierna —dijo dando una mordidita en la pierna izquierda—, para arriba de mi hombro.

Lo hice y prosiguió con la tarea de entrar y salir pero además tomaba mi pezón y lo jalaba con sus dientes sin apretar demasiado. Me volvió loca casi enseguida. Alternaba lo que hacía en mis pechos con besos en mi boca. No puede aguantar más y estallé, el me acompañó pocas embestidas después.

Como pude bajé mis piernas con él en mi interior.

—No te salgas quédate en mi —le dije.

— ¡Golosa!

Entonces recordé a Ethan. Lo extrañaba quería abrazarlo.

— ¿En qué piensas?

—Si te digo te vas a enojar.

— ¡Dímelo! —exigió

—En otro hombre.

Edward salió de mí y se quedó hincado con una cara.

—En Ethan, Edward.

—Lo siento, jamás había sido celoso, pero contigo no sé qué me pasa, no quiero que nadie te vea, que nadie se de cuenta de lo apasionada y hermosa que eres.

—Tonto soy tuya y de Ethan, un poco de Charlie y de Rose, de Alice, de Emmett…

—Déjalo ahí, con tal que no me salgas que eres del perro.

— ¡Oye! Él también tiene un lugar en mi corazón.

— ¡Swan, jódete! —me dijo y soltó una carcajada.

Se veía tan lindo tan relajado.

—Mejor jódeme tú.

—Si quieres podemos empezar otra vez.

—Quisiera pero quiero ver a Ethan… no sé empecé a extrañarlo.

—Vístete y vámonos ¿O quieres que te vista?

— ¡Si, vísteme!

—No, porque no saldríamos.

Comenzamos a vestirnos y noté que mi blusa no había resistido el ataque.

—Edward rompiste mi blusa.

—No te preocupes, te voy a comprar diez más si quieres.

—No sé si diez blusas pero tal vez te la cambie por una cena.

Edward estaba terminando de vestirse y yo todavía estaba solo con la falda y sin zapatos. Y hablando de zapatos solo veía uno, me puse en cuatro para buscarlo y Edward aprovechó y me nalgueó.

— ¡Edward! —me quejé

—Eso fue inspiración de Rose.

—Deja de pensar en Rose y ponte a buscar mi zapato —le dije enojada.

—No te pongas celosita. Nunca andaría con Rose es demasiado mandona y gritona y se cree la última mujer en el planeta —y sacudió la cabeza—. La pequeñita me cae bien, Alice ¿Verdad? Se me va su nombre, a veces le digo hada, espero que no le moleste.

—No creo, Alice se cree una especie de hada de la moda y nunca le preguntes algo del futuro, un tiempo le dio por meterse a estudiar el tarot y luego le da por predecir el futuro.

—Ok, lo tendré en cuenta.

—Y tu zapato está —aquí señalando debajo de una mesa de noche.

—Gracias Guapo, ponle su zapatilla a cenicienta —le dije mientras le estiraba el pie.

Me puso el zapato y me besó la pierna.

—Vámonos o no respondo que no llegues en toda la noche.

Lo medite por unos minutos.

—Casi me convences pero ganó el otro hombre de mi vida.

—Rayos, ese hombre es… un rival contra el que no puedo luchar. Vamos.

Salimos de la casa entre besos y caricias, me sentía tan plena y tan llena de felicidad, no había nada que me la quitara.

Cuando llegamos a la casa de Rose, abrí la puerta y le pedí que me besara antes de anunciar que ya habíamos llegado.

—Bésame que hasta mañana no va a haber más de esto.

Me besó con ganas, su mano entró por debajo de mi blusa y la otra se fue a mis nalgas, en serio le gustaban.

Me estaba perdiendo en el beso cuando escuché una tos discreta ¡Qué se joda Emmett! Lo he visto en posiciones más comprometedoras.

Volvieron a toser y me separé de Edward pero nada me preparó paro ver a quien estaba ahí parado, no era Emmett, era Charlie, mi papá, y nos había visto a Edward y a mi besándonos.

— ¿Papá qué haces aquí?... Hola —le dije separándome de Edward. Intenté darle un beso.

—Dejémoslo para después —me dijo sin dejar de mirar a Edward.

—Buenas noches señor —le dijo tendiéndole la mano.

— ¿Me vas a saludar con la mano que tocabas los senos de mi hija?

Casi pude escuchar a Edward decirle que era con la que me agarraba las nalgas.

—Lo siento señor no sabía que estaba aquí.

–Si me di cuenta, así que tú eres el otro Cullen —sacó demasiado fuerte el aire por la nariz—. Y se puede saber ¿Por qué diablos estabas comiéndote a mi pequeña?

—Si señor, soy Edward Cullen, el novio de su hija —le dijo limpiándose la mano en el pantalón y volviéndosela a dar.

Si mi padre no le tomaba la mano juro que lo ahorcaba.

Mi padre le dio otra mirada evaluadora y le tomó la mano apenas.

—Papá compórtate, él es muy importante para mí —le dije seria.

Papá se puso casi morado y alzó una ceja.

— ¿Qué tan importante?

—Muy importante, tanto que hemos hablado de matrimonio —sentencié, sabiendo que mi padre sabía de mi aversión por el matrimonio.

Ahora si mi papá estaba morado y me veía como si lo hubiera insultado.

—Te lo dije Charlie —dijo Emmett saliendo con Ethan y Rose de la cocina—. La cosa va en serio y muy en serio. Ya hasta anillo le dio.

La cara de Rose y de Alice y de Jake que no sabía de dónde había salido, más la cara Charlie combinaban todo tipo de sentimientos, desde la alegría de Alice, la sorpresa de Rose, la indignación de Jake y el enojo de mi padre.


Como ven todos se enteraron que Edward le dio anillo a Bella, que pasara, como reaccionaran todos ante lo del anillo. Pero lo mas importante ya se murio James.

GRACIAS es poco para las que leen la historia, quisiera ir con cada una y darles un beso pero juro que no puedo.

Mi computadora se descompuso y tardan un poco mas de un mes en regresarmela. Pero sigo en una prestada.

Quiero dejarles el link a un OS regalo para Eve Runner por su gustan leerlo, aclaro esta muy fuerte hay un trió y leguaje fuerte. Recuerden quitar los espacios

www . fanfiction s / 8367829 / 1 / Como_conseguir_una_contrato_y_algo_mas

 
Capítulo 19: Capitulo 16. Cásate conmigo Capítulo 21: Capitulo 18. Inesperado

 


 


 
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