Capitulo 1.

Golpes y heridas

"Las heridas que no se ven son las más profundas". W. Shakespeare

Un día como cualquier otro llegué a casa después de mi trabajo, trabajaba en una tienda de artículos deportivos, para juntar cada centavo que podía y poder ir a la universidad. Escuche sonidos raros en la sala y cuando entré Victoria yacía en el piso, medio desnuda. Tenía que hacer algo, ella estaba en un punto entre la conciencia e inconsciencia y sus labios solo eran capaces de pronunciar un nombre:

- James, James…

-Victoria, Victoria ¡contéstame!, ¿qué le hiciste James? ¿Por qué está así? – le pregunté a James, quien era el novio de Victoria y apareció por el pasillo que conducía a la sala.

-Yo no le hice nada, le dije claramente que no mezclara el éxtasis con el alcohol, que ella sea tan estúpida no es mi problema – me dijo riéndose y dejándome sola con ella.

- ¡James llama al 911, James! – grité, pero él ya se había ido

Busqué el celular de Victoria y marqué al 911. Esperé junto a ella hasta que la ambulancia llegó al fin y minutos después estábamos en el hospital, me sentía impotente, porque lo único que pude hacer en ese momento... era esperar.

-Maldito James pero esto acababa aquí- era la idea que se había apoderado de mis pensamientos.

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Victoria era la hermana que nunca tuve, parecería que no teníamos nada en común.

Yo era un ratón de biblioteca, leía todo lo que encontraba a mi paso, eso al parecer era la único que teníamos en común, los libros, tanto a Victoria como a mí nos encantaba leer, leíamos todo lo que caía en nuestras manos, desde revistas hasta libros eróticos, estos últimos Victoria los sacaba a escondidas de la biblioteca. Ella vivía con su madre, su situación económica era muy buena, disfrutaban de algunas comodidades, debido a que los padres de la mamá de Victoria eran bastante acaudalados; al principio cuando la mamá de Victoria quedó embarazada de ella se enojaron enormemente, pero la terminaron perdonando.

Cuando mi madre se involucró con el padre de Victoria y consiguió que el matrimonio se diera por terminado, ellos la acogieron de nuevo en su casa. Los padres de Lilly murieron unos años antes de que comenzáramos el high school y le dejaron a Lilly y a Victoria dinero y propiedades en igual proporciones. A La madre de Victoria se le diagnosticó cáncer cuando teníamos solo seis años y a partir de ahí se podía decir que Victoria y yo nos cuidábamos solas, Charlie, mi padre nunca estaba en casa, él siempre estaba en la comisaría o estaba pescando. La mamá de Victoria era una muy buena madre y amiga, nos aconsejaba y hacia lo mejor que podía, pero cuando iniciaron las quimioterapias siempre se sentía débil, a pesar de los largos tratamientos y luchas, la madre de Victoria murió, teníamos 15 años cuando esto ocurrió. Ella me dejó una buena suma de dinero para que pudiera ir a la universidad y así poder llevar a cabo mis estudios sin problemas; esto a Victoria le hacía mucha gracia, por lo siempre se burlaba, decía que me había ganado la Beca Lilly Mortens. Sin embargo, Victoria y yo pasábamos muchas tardes haciendo planes para cuando fuéramos a la universidad, pero justo en el último año que nos faltaba para acabar nuestros estudios y empezar a cumplir con nuestros planes como futuras universitarias, James apareció y Victoria prácticamente perdió la razón, nunca la había visto así, ella idealizaba a James, lo veía como si fuera el sol, como si todo lo que la atara a la tierra fuera él, yo sentía una cierta envidia, quería un amor como el que ellos tenían.

Pero descubrí que no todo en el amor eran besos y arrumacos, un día Victoria llegó a casa con moretones en los brazos, marcas de dedos, y cuando le pregunté que le había pasado, solo me dijo que James la había sujetado demasiado fuerte y ella tenía una piel demasiado sensible, y yo ingenuamente le creí o creí hacerlo, algo dentro de mi nunca confío en James al cien por ciento, él me daba miedo, cuando él estaba cerca, mi sentido de supervivencia se activaba, era como si sintiera que él solo traería problemas, en otras palabras llegué a verlo como alguien peligroso y que por tanto a su lado nada bueno nos podría pasar.

Por ello aquel día al regresar a casa, descubrí que mi temor no era levemente infundado, al ver a Victoria desmayada, parecía muerta, la llevé al hospital, donde confirmaron que había sufrido una sobredosis y a los pocos días de su ingreso a éste le dieron de alta, Charlie hizo los arreglos para que se quedara en casa. James apareció poco después, pero como Victoria nunca confirmó que efectivamente él le daba las drogas, no se pudo hacer nada en su contra.

Cuando llego el tiempo de las admisiones en las universidades, Victoria y yo habíamos sido aceptadas en Darmouth, estábamos felices, por nuestro logro y primer paso hacia una vida llena de éxitos; yo sería una abogada famosa y Victoria sería la mejor bióloga, pero no todo fue perfecto, ni salió como lo esperábamos, James enloqueció, haciéndole saber a Victoria que si se iba él la engañaría con cuantas mujeres pudiese, porque ella se iba de golfa y no él no tenía por qué esperarla, por eso Victoria decidió quedarse con él, desistió de ir a Darmouth, dejando de este modo sus sueños a un lado.

Meses después me despedí de mi amiga, quien en realidad era para mí como una hermana y fui a la universidad como lo había planeado. Extrañaba muchísimo a Victoria, trataba de hablarle a diario, pero no siempre podía hacerlo, las pocas veces que había hablado con ella su voz dejaba en evidencia que algo andaba mal. ¡Dios! Realmente extrañaba a mi amiga.

Al regresar a Forks para vacaciones de navidad fui a visitar a Victoria, ella se veía realmente mal, estaba demacrada y triste, cuando le pregunte qué pasaba, ella solo atinó a decir que era debido a que tenía que trabajar, cocinar y demás cosas que hacían las mujeres casadas; ¡oh!, si ella se había casado con James, le cedió todo su dinero porque él era su marido y solo a él le correspondía manejar las finanzas, aquella mujer que estaba frente a mi ya no era la Victoria que yo conocía, en menos de tres meses James había casi acabado a mi amiga, a mi hermana. Traté de hablar con ella muchas veces, pero solo conseguí que me alejara, cuando llegó el tiempo de regresar a clases le dejé mi número de teléfono, recordándole que siempre estaría ahí para ella, cuando acabé el segundo semestre regresé de nuevo a Forks y busqué a Victoria, pero su casa ya no era su casa, James la había vendido, me dolió aquello, pues sabía que Victoria amaba esa casa. La busqué en todo el pueblo, pregunté a todos los que la conocían sobre su paradero, pero nadie sabía de ella, y al llegar el momento de regresar a la universidad, no había conseguido nada, yo no había visto a mi amiga, Victoria había desaparecido…

Mi cumpleaños número 20 no tardó en venir, mi padre solo me llamó y me deseo un feliz cumpleaños, mi celebración se centró en la compra de un muffin y un buen capuchino, y en la tranquilidad de mi habitación me canté feliz cumpleaños para luego disponerme a dormir, pero esto último se vio interrumpido cuando sonó mi celular, a pesar de que no conocía el numero decidí contestar:

-¿Bueno?

-Amiga, ayúdame por favor

-¿Victoria eres tú? ¿Donde estas?

-Bella estoy en el hospital, no tengo dinero y necesito ayuda, por favor- su voz se quebró en ese preciso instante.

-Claro amiga, ¿en qué hospital estás? Ya voy para allá. Salí como una loca y tomé un taxi lo más rápido que me fue posible, estaba muy preocupada por el estado de Victoria.

Llegue al hospital y la encontré verdaderamente rota, Victoria estaba muy delgada, sucia, parecía una mujer diferente a la atractiva que yo siempre admiré no solo por su belleza, sino por su carácter y manera de ver la vida, mi amiga era una sombra de lo que fue. El doctor me informó que James la había dejado porque pensó que estaba muerta y que cuando la recibieron en urgencias todos creyeron que no sobreviviría. Laurent, el doctor, nos ofreció su ayuda amablemente y gracias a él el hospital nos redujo la cuenta de los gastos de Victoria, pagué lo que faltaba de esa deuda con la única tarjeta de crédito que tenía. Al poco tiempo Victoria se empezó a recuperar y estaba volviendo a ser ella. Laurent, le recomendó una terapeuta, pero Victoria se negó a verla, eso no le gustó para nada a Laurent, quien demostraba mucho interés por ella, podría asegurar que Victoria le gustaba.

Antes de que Victoria saliera del hospital, logré conseguir un pequeño departamento cerca de la universidad, para que Victoria y yo pudiéramos vivir juntas como antes.

Con el pasar de los meses Victoria volvía a ser la misma, casi era feliz, pero no dejaba de decir que extrañaba a James, pero yo sabía que no solo lo extrañaba a él, ella también extrañaba la droga que éste le proporcionaba. Tuve que entrar a trabajar en un pequeño café, ya que el departamento era mucho más caro que la residencia estudiantil en donde vivía antes.

Victoria también estaba trabajando en el mismo café, pero ella lo hacía de tiempo completo, y yo solo trabajaba media jornada, nos iba muy bien. Una noche al salir del café me enteré que Victoria no había ido a trabajar, mi jefe me dijo que tenía varios días bastante extraña, y sí, yo ya lo había notado, en el fondo sabía que ella estaba consumiendo drogas de nuevo. Al llegar al departamento este estaba a oscuras.

-¿Victoria estás en casa? ¿Victoria? – tal vez había salido, últimamente salía en la noche y ya regresaba muy de madrugada.

Como estaba hambrienta me hice un sándwich, tomé una coca light y me senté frente al televisor a disfrutar de mis series favoritas, mientras intentaba escribir un ensayo sobre Derecho Familiar, últimamente estaba teniendo una racha muy pesada en la universidad, sentía que era demasiada carga todo lo que debía estudiar, además tenía que trabajar y cuidar a Victoria, toda esa situación me estaba pasando factura. Cada día estaba más cansada. Ya no tenía tiempo para leer, mi viejo libro de Orgullo y Perjuicio estaba en algún rincón lleno de polvo, mi mente solo pensaba en eso y en qué le iba a decir a Victoria cuando llegara, lo que ella pudiera estar haciendo me atormentaba y me impedía concentrarme del todo, llevaba más de una hora con la lap abierta y solo había logrado escribir el título de mi ensayo:

¿POR QUÉ ES IMPORTANTE EL DERECHO PENAL?

Fue entonces cuando escuche que abrían la puerta, era Victoria, estaba borracha y no venía sola, James estaba con ella.

-Eso era lo único que me faltaba- Pensé.

-¿Qué hace el aquí? ¿Victoria estás borracha? ¿Drogada?-Al no escuchar una respuesta de su parte aumenté el tono de mi voz - ¿Victoria contéstame?-

-Bella estoy harta de que te creas mi mamá- Dijo con un deje de odio en sus ojos. -Me tienes harta con tus sermones, James me cambió, él me da lo que he necesitado y por eso regresé con él. Solo vine por mi dinero y me largo de tu cuchitril –. Su voz reveló el asco y hastío que sentía.

-Está bien Victoria, ¡largo!- Le grité con rabia, aunque lo que en verdad sentí fue una gran decepción, esa mujer no era Victoria, no era mi amiga y mucho menos la hermana que tanto quise.

-No sin que me des mi dinero, dame mi dinero Bella- Dijo.

-¿Cuál dinero Victoria? Yo no tengo dinero y tú lo sabes- Le dije mirándola a los ojos, demostrándole que aquello no me afectaba, aunque en realidad me destrozaba el alma ver esa actitud en ella.

-El que te dejó mi madre, es mío... devuélvemelo.

-Victoria ese dinero me lo dio tu mamá para la universidad, yo ya lo utilicé, lo siento – mentí.

Ella se enfureció y solo sentí golpe fuerte y un gran dolor en mi cabeza y en ese momento vi…. todo negro…