Sufrir, Vivir, Amar (+18)

Autor: Maricoles
Género: Romance
Fecha Creación: 07/05/2012
Fecha Actualización: 08/10/2013
Finalizado: SI
Votos: 20
Comentarios: 76
Visitas: 112314
Capítulos: 33

La vida de Bella ha sido muy dura, su madre la abandono siendo muy pequeña, su padre la ignoro, su mejor amiga la traiciono y la entrego a su novio para que abusara de ella.. como enfrenta Bella la vida después de esto.
¿Será que Bella si permitirá que el amor de Edward tenga cabida en su corazón?

+18

SUFRIR, VIVIR Y AMAR

INTRODUCCIÓN

Soy Isabella Swan una chica común y corriente, Victoria es mi mejor amiga, prácticamente mi hermana. Mi madre nos dejó a mi papá y a mi hace muchos años, por el papá de Victoria, Phil. Desde que mamá se fue la mamá de Victoria pasó a ser una segunda madre para mí. Es muy irónica la vida, la mujer que ha cuidado de mi es la mujer a la que mi madre le quito el marido. Su nombre es Lilly, ella es una mujer hermosa y muy buena.

Victoria y yo somos como hermanas, solo que Victoria es alta, pelirroja y bastante atractiva, sus son ojos azules como los de su padre; yo soy todo lo contrario, soy bajita, mi cabello y ojos son de color chocolate, herencia de mi papá. Mucha gente no entiende nuestra amistad, pero cuando mamá nos dejo Lilly habló con Charlie, mi papá, y ella se ofreció a ayudarle, cuidando de mi.

 

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Capítulo 12: Capitulo 10. Ethan Cullen

Disclamer: Los personajes no me pertenecen son de la grandiosa SM, yo solo los uso para contarles mi historia.

Como cada capitulo agradezco a mi hermana Eve por betear el capitulo, también le mando una felicitación por que mañana es día del maestro y ellas es una gran maestra.


Capítulo 10

Ethan Cullen

"La mayoría de las búsquedas honestas de verdad que hay en el mundo se hacen por los niños."

Oliver Wendell Holmes

Al otro día en la mañana desperté sintiéndome mejor, como más ligera, me levanté y me acerqué a la cuna de Ethan.

—Hola corazón es hora de levantarse –le dije moviéndolo un poco, pero había días que levantar a Ethan era una tortura, y por lo que veía hoy sería uno de esos. –Sapito es hora de levantarse.

Nada, mi peque no se quería levantar, lo chequeé, estaba bien ni temperatura alta, ni nada malo.

—Sapito, hoy es viernes si te levantas rápido en la tarde podemos comer un poquito de chocolate y vemos a Pocoyo o a Dora – al parecer eso estaba funcionando porque empezaba a abrir los ojitos. —Y si quieres vemos Cars en la tele grandota de la sala.

— ¿Pocoyo, mami? yo quielo que me les uno sesito –me dijo tallándose los ojitos.

—Uno, dos, tres, mil, los que quieras –le dije mientras lo sacaba de la cuna y lo ponía en la cama. –Vamos a quitarte ese pijama, ¿quieres hacer pipi? ¿En el baño como los grandes? Para que tu tío Oso te diga "¡Oh! que Sapito tan grande veo" –le decía intentando imitar la voz de Emmet mientras le quitaba el pijama.

—Y Edar tamien mami, me lice oh que Sapito tan gande meo —. ¿Qué Edward? Mi Sapito estaba pensando en Edward.

—Sí, él también te va a decir eso –le dije.

—Tonces si moy a maño de gande—. Me dijo mientras se bajaba de la cama, y corría al baño.

—Cole mama, cole, que me gana.

Y corrí ¿por qué a mi Sapito le importaba tanto que Edward le dijera que era grande? no tenía más de dos meses de conocerlo y realmente solo se habían visto tres veces. Pero en ese momento lo que me importaba era que aprendiera a ir al baño y si Edward me ayudaba, pues lo usaría también para eso.

Cuando acabó le limpié la carita con una toallita y lo vestí. Bueno lo intenté.

—No quelo esto no me guta –me decía mientras forcejeaba por ponerle una playera roja.

—Pero si te ves bien guapo –lo intentaba convencer.

—No quelo ota payera eta no —. ¿Por qué? Casi gritaba en mi mente

—A ver… dime ¿por qué no quieres esta playera? –le dije sentándolo en la cama mientras seguía jalando la playera.

—No guta eta me pica aquí –y se tocaba el cuello –y no quelo.

Odiaba cuando se ponía así, pero la verdad es que lo hacía muy pocas veces. Respiré y analicé la situación, si dejaba que no se pusiera la playera otro día me haría otro berrinche pero ya había perdido diez minutos peleando. De repente tuve una idea usaría su nuevo gusto por Edward.

—Yo te iba a poner la playera roja porque ese color le gusta a Edward pero si no quieres está bien te voy a poner otra.

— ¿Edar guta el lojo? –me preguntó abriendo los ojos.

—Si, a él le gusta mucho –le dije. –Él se va a poner una corbata roja para verse guapo como tú, pero si tú no quieres, te pongo otra.

—No, si quelo eta payela, si mi guta mucho el lojo –me dijo.

Terminé de vestirlo y peinarlo. Salimos a la cocina y milagrosamente Rose ya tenía puesto el café y tenía unos waffles en el horno.

—No se acostumbren, solo es porque hoy escuché a dos personas que peleaban por una playera –me dijo.

—Gracias, pero ¿verdad que se ve lindo con esa playera? –le dije a Rose.

— ¡Te ves muy guapo Sapito! ¡Qué bonita playera! –le dijo dándole un beso en el cachete.

—Sí, yo toy bapo como tío Oso y Edar –le dijo.

—Wow el señor tiene un nuevo admirador –me dijo guiñándome un ojo.

—Sí, pero gracias a eso fue al baño y se dejó la playera –le dije –además creo que ya somos amigos.

—Yo quiero decirle a Jake, anda déjame decirle que tú y Masen ahora son amigos, quiero verle la cara de loco que va a poner.

—No lo hagas ¿te imaginas? es capaz de gritarme, no entiendo porque no puede seguir, tratarme solo como amigos o mandarle a freír espárragos pero porque insistir e insistir. Pero no le digas al menos no por ahora espera un poco.

— ¿Qué tienes para hoy Bella? ¿Tienes el día pesado o tranquilo?

Creo que tranquilo Erick se está encargando de la mudanza, solo tengo la firma de O'Shea y hay que meter unos papeles en el juzgado, tengo dos casos pendientes con Masen y vamos a ver como los terminamos, si por separado o en conjunto, tengo dos citas una para ver si llevo el divorcio de una mujer y otro por despido injustificado, la despidieron cuando se enteraron que estaba embarazada. Y hablando de embarazos ¿qué vas a hacer? ¿Ya te hiciste alguna prueba?

—No, no me he hecho nada, acompáñame mañana con Carmen por favor, por las veces que me tocó soportar a Tanya anda.

—Si te acompaño, mañana no tengo cita con Marcus. Te acompaño pero recuerda que tienes que decirle.

—Decirle ¿qué? ¿A quién? –dijo Alice mientras entraba a la cocina.

—Que quiero transferir un caso a otra persona, no quiero llevarlo me cae mal el cliente.

—Pues sí, háblalo con tu jefe seguro entiende —. Nos dijo dándonos una sonrisa, no me gustaba ocultarle cosas a Alice, pero a veces hablaba de más cuando nos reuníamos.

—Hola Sapito precioso –le dijo a Ethan –pero que guapo te ves de rojo.

—Yo lojo vapo –Alice lo miraba desde lejos, ella no se le acercaba mucho cuando comía porque siempre terminaba toda cochina.

—Si corazón. Chicas, voy a salir de viaje el fin de semana y tal vez me tome unos días más, una sucursal en Phoenix está dando lata y necesito ir a ver qué pasa. Las quiero –nos dijo abrazándonos –las voy a extrañar perras, regreso el martes todavía no sé si por la mañana o por la tarde.

Se oyó un claxon.

—Mi taxi, niñas cuídense y no hagan nada malo —. Dijo Alice y salió corriendo.

—No me gusta estarle ocultando cosas a Alice, pero luego se le escapan cuando habla –me dijo Rose.

—Pensamos igual, sabes ella y Masen podrían ser hermanos, el closet de Masen es un sueño todo ordenado, con mil cosas.

—Oye en la tarde regresamos juntas, no quiero estar sola en la casa Emmet no sé si va a venir y además no quiero verlo –me dijo Rose mientras terminábamos de guardar lo que sobró del desayuno.

—Vámonos o no llegamos. Limpia a la cosa esa que tienes por hijo –me dijo señalando a Ethan.

—Oye es mi cosa y no puedes decirle así, además no se ensució tanto —. Tomé un par de toallitas, y limpié su cara y sus manos. Guardé un poco de fruta en un traste y puse dos cajitas de jugo para Ethan, la otra parte de la comida se la daban en la guardería.

—Vámonos Sapo Guapo –le dijo Rose sacándolo de la silla y cargándolo. Swan te llevas mis cosas, yo llevo tu cosa —. Siempre hacía lo mismo le encantaba amarrar a Ethan a la silla.

—Claro señora ¿algo más que quiera que lleve? –le dije irónicamente.

—No Minny, es suficiente con eso.

—Ok, señora Hilly, en la noche le hago pastel de chocolate –le dije, recordando la pelicula The Helper.

Rose soltó la carcajada y el sapito también.

—No gracias, no quiero comer pastel de chocolate después de hacerte enojar.

Puse las cosas en la cajuela y salimos a la guardería primero y luego a trabajar, mientras pensaba como sería encontrarnos él y yo después de la conversación de anoche.

—Tierra llamando a Bella, tierra llamando a Bella –me decía Rose.

— ¿Qué? ¿Mande? –le contesté.

—En lo que tu pensabas como amarrar a Masen a la cama, tu sapo se durmió otra vez, te tocará dejarlo dormido si no se despierta.

— ¡Ay no! voy a dormirlo más temprano o algo, en la mañana tampoco quería levantarse —. Me voltee y comencé a moverlo.

—Sapito, sapito. Corazón ya vamos a llegar a la escuelita, si te portas bien voy por ti temprano y te llevo a la oficina.

Ya estaba despertándose cuando oyó que lo llevaría a la oficina.

— ¡Sí! a la fisina con Edar y mi payera loja.

Rose soltó la risa y me dijo:

—A ver como sales de esta.

Por fin llegamos a la guardería, Ethan ya estaba contento de ir, tenía nuevos amigos, una niña llamada Mandy y un niño Joseph o Many y Joss, como él les decía.

—Mira sapo ahí está Mandy –le dije cuando lo sacaba del auto.

—Hola Many —, le gritó y la niña inmediatamente lo buscó y le dijo hola con la manita.

—Mira, quien viera Ethan todo un rompe corazones –dijo Rose sacando las cosas de la cajuela.

Me dio las bolsas y caminamos hacia la puerta, mientras Ethan le mandaba besos a Mandy.

—Yo que tú lo mandaba un fin de semana con Emmet y con Masen a que le dieran clases —.Me dijo Rose.

—Ojalá estés embarazada y sea niña, para que te toque sufrir con los novios —, le dije enseñándole la lengua.

—Mami no saques la luegua o Chali va a nojar con tú —. Me dijo Ethan.

—Perdón Sapito, es que se me olvidó que era malo, pero ya no lo voy a hacer. Ahora dame un beso a mí y uno a tu tía —. Nos dio un beso a cada una. Lo bajé y se lo entregué a la chica que recibía a los niños.

—Hola Ethan, Hola señora –me dijo a manera de saludo.

—Nos vemos al rato, bye —. Le dije a Ethan que ya ni caso me hacía por ir de la mano con Mandy.

—Mira todo un galán –seguía diciendo Rose y algo me enojaba, ¡oh por Dios! estoy celosa de una niña de 2 años.

—Rose, estoy celosa –le dije haciendo puchero.

— ¿De quién? –, me preguntó con curiosidad.

—De Mandy –le solté –mira mi peque ni bye, ni besito no nada por irse con Mandy.

—De esa niña –ella soltó la risa –no Bells, no estás mal, solo sientes celos de la mujer que te está quitando a tu hombre —. Seguía diciendo sin dejar de reír.

—Ríete ya te veré cuando tu hija se escape por la ventana con un hombre –, le dije antes de echarnos a reír.

Vámonos o no llegamos.

Cuando llegamos a la oficina nos separamos. Entré a la oficina y vi las cosas de Masen, pero no lo vi a él, me senté en mi lugar e intenté sacar unos papeles de mi cajón pero al abrirlo encontré un extraño paquete, era una caja cuadrada de cómo veinte centímetros por veinte, tenía una tarjeta, la quité y la leí:

Para mi nueva amiga y su sapito.

¡Qué lindo! era la letra de Masen, abrí el regalo con un poco e desesperación.

—Ansiosa abogada –. Escuché y al alzar la vista lo vi parado en el marco de la puerta, se veía glorioso.

—Me encantan los regalos ¿qué es? —. Le dije mientras rompía la envoltura y sacaba una caja de chocolates Godiva.

— ¡Oh por Dios! amo estos chocolates y Ethan también, gracias en serio mil gracias —. Le dije.

—Es mi forma de agradecerte por la excelente velada –. Me dijo dándome una sonrisa moja bragas.

—Ups, yo no te traje nada pero te puedo invitar un café antes de que llegue tu clienta y te coma –. Hoy era la firma con la vieja esa.

—Oye mi clienta solo quiere chuparme, no comerme, el otro día en el almuerzo me lo dijo, que ella podía hacer el mejor sexo oral de todo Nueva York.

—En serio te lo dijo –, puse cara de asco y me dio escalofríos. —Si dejas que te chupe, rompo el trato, me daría asco —.

Me metí uno de los chocolates a la boca y gemí un poco.

— ¿Quién quiere sexo cuando se tienen chocolates tan deliciosos? —. Dije olvidando un poco a Masen.

Escuche la risa fuerte de Masen.

—No puedes estar diciéndolo en serio ¿oh si? —. Dijo viéndome fijamente.

—Trata de pasar un tiempo sin sexo y amaras los chocolates –. Le dije mientras metía otro a mi boca, este era con menta mis favoritos. —mmm… Masen están deliciosos—.

— ¡Oye! no te los acabes, también son para mi amigo —. Me dijo arrebatándome la caja.

Me levanté y traté de quitarle la caja, pero solo logré pegarme a él lo suficiente, ya que levantó la mano y no los alcanzaba. La sensación de mi cuerpo contra su cuerpo me encantaba.

—Masen devuélvemelos, además Ethan no se merece nada, me dejó por Mandy –. Dije dándole una entonación rara a Mandy.

— ¿Mandy? Espera es Many la güerita ¿no? Ella me cae bien, le gusta jugar conmigo.

—Espera tú ¿de dónde conoces a Mandy? –. Le pregunté.

—Ok, no te enojes –, me dijo antes de sonreír un poco y mover la cabeza. –Ten come chocolates en lo que te digo. A veces voy a jugar con Ethan a la guardería —.

— ¿Qué? ¿Por qué? –. Ups… creo que mi voz salió demasiado fuerte.

—No te enojes es que en serio tu hijo me cae muy bien, y en la guardería piensan que soy su papá y me dejan entrar –. Me dijo algo rápido y sin respirar.

— ¿En serio vas a jugar con mi hijo? ya decía yo que tanto Edar no era normal. No me enojo, pero si me molesta, deberías habérmelo dicho, es mi hijo –. Le dije la verdad no me molestaba pero me incomodaba.

Miré la pantalla de mi computadora buscando las palabras para decirle, pero no las encontré en teoría no estaba haciendo nada malo. Pero no quería que Ethan se resintiera si el decidía alejarse, Ethan era feliz con él, siempre decía Edar esto, Edar aquello y mientras pensaba sentí que alguien me soplaba en el oído.

—Oye que te pasa –. Le dije molesta, ahora tendría que ir a cambiarme las bragas y no eran ni las diez de la mañana.

—Perdón solo quería ver que tenía de interesante la pantalla, pero no veo nada a excepción de una foto de mi Sapito preferido —.

—No, solo pensaba, no quisiera que Ethan saliera lastimado si tú ya no quieres verme o algo así, él se está acostumbrando mucho a tu presencia, hoy prácticamente se dejó vestir porque le dije que a ti te gustaba el rojo —.

—Sí, se ve lindo con su playera roja –. Me dijo viendo su teléfono.

—Espera ¿cómo sabes que tiene playera roja? –. Él había llegado antes que yo a la oficina, así que…

—Por esta App mira—. Me dijo mostrándome su celular donde se veía el salón de clases de Ethan, él estaba con Mandy jugando.

— ¿Cómo tienes acceso a eso? ¿Y yo no? —. ¿Por qué él podía ver a mi hijo?

—Fácil que no viste le letrero que estaba afuera del salón de Ethan la semana pasada te daba un código para bajar la App y poder ver a tu hijo ya sea desde tu teléfono o tu compu—. Me dijo muy orgulloso.

—No, no lo vi —. Si lo tenía el tal vez yo ya no podría bajarlo. — ¿oye puedo bajarlo o ya me ganaste mi turno?—.

—No, hasta 5 personas diferentes autorizadas por el papá o la mamá pueden verlo —.

— ¿Y a ti quien te autorizó? —.

—Lenta Swan, lenta, si yo soy el papá no necesito que me autoricen —.

—Oye, tú no eres su papá, aunque preferiría mil veces que tú fueras –, dije algo distraída. —Dame el código quiero bajar la app y mandarle a mi papá para que vea a su nieto —.

—Claro —. Sacó de su portafolio una hoja y me la extendió.

Queridos padres de familia:

Nos es grato comunicarles que la guardería acaba de implementar una App para que ustedes puedan ver a sus pequeños desde la comodidad de sus hogares, trabajos o que algún familiar este al pendiente de su hijo.

Nombre del Alumno: Ethan Cullen Swan

Nombre del Padre: Edward A. Cullen

Nombre de la Madre: Isabella M. Swan

Clave para bajar la App: www . watchingchildren . app . edu / XXXXXXXXX / 1

En el lugar de las X deben poner las dos primeras letras de los apellidos, y luego el nombre del niño.

Después poner la siguiente clave:

1 –papá

2-mamá

3-persona adicional 1

4-persona adicional 2

3-persona adicional 3

En el caso de Ethan quedaría así:

Ethan Cullen Swan

www . watchingchildren . app . edu . / CUSWETHAN / 1 este ejemplo es para el papá.

Para cualquier duda o sugerencia estamos a sus órdenes en el horario de su pequeño.

Agradeciendo de antemano.

Betty Johnson

Principal.

Conforme iba leyendo más me sorprendía. ¿Cómo era posible que Masen estuviera registrado como el papá de mi pequeño? me sentía robada, me sentía…

—Masen te voy a matar registraron a mi pequeño como tu hijo, le pusieron Cullen –. Le grité y creo que oyó medio edificio.

—Tranquila en los papeles oficiales sigue siendo solo tuyo, es que cuando me preguntaron quien era se me ocurrió decir que su papá, no te enojes –. Me decía mientras caminaba hacia atrás de su escritorio.

Me pare y fui tras él.

— ¿Quién te crees? no puedes llegar y… y….y….tengo ganas de ahorcarte —. Le dije.

—Sabes que Ethan puede confundirse, cuando tu pierdas el interés en mí él va a querer seguir viéndote… ¡argh¡ –. Agarré su portafolio y le pegué.

De repente escuchamos un carraspeo en la puerta, eran Erick y Aro.

No podía irme peor.

Lo siento señor, estaba matando un bicho que se le subió a Cu… Masen –. Traté de disculparme.

—No se preocupe Isabella, medio personal aun no se entera de su problema, de hecho los gritos me hicieron bajar a ver el show en vivo –. Me dijo divertido el estúpido de Aro.

—Pero dado que su clienta ya llegó y está esperándoles, creo que sería mejor que dejaran sus asuntos personales para la noche y se concentraran en el trabajo, Isabella, Edward los dejo —.

Y salió de la oficina.

—Perdón, venía a avisarles que ya llegó la señora O'Shea. Y encontré al señor Vulturi parado en la puerta —.

— ¡ay no! ¿Todo mundo escuchó? —. Le pregunté a Erick.

—Bueno se escuchaban gritos pero no se entendía lo que decían, Vulturi estaba parado aquí, creo que el si sabe porque discutían —.

— ¡Ay no! ¿Seguro Erick? –. Él movió la cabeza afirmativamente.

—Ándale Swan, que nos esperan. Erick ¿tienes los papeles? –. Le preguntó Masen.

—Si aquí están en limpio, con cinco copias y todo en una USB especial —. Dijo enseñando los folder y la USB.

—Vámonos –. Les dije. Caminamos hasta llegar a la sala de juntas.

Masen iba a abrir y le dije:

—Espérate —. Aspiré aire y lo saqué fuerte tres veces, me alisé la falda y me alisté para entrar.

Masen me hizo la seña que entrara primero y él se me pegó atrás, me agarró una pompi y me dijo muy bajito:

—Swan defiende lo tuyo—.

Y en ese instante perdí toda mi concentración. No, él muy maldito lo hizo a propósito.

Puse mi modo de abogada en encendido. Pero no acababa de encender.

—Señora O´Shea buenos días –. Le dije extendiéndole la mano. Apenas si me tocó.

—Abogada ¿Sweat*? –. Me dijo.

—Swan –. Le dije.

—Edward que gusto volver a verte –. Le dijo jalándolo para darle un abrazo y restregársele toda.

—Wanda que gusto volver a verte –. Le dijo dándole una sonrisa moja bragas.

No le sonrías a ella, maldición yo no puedo estar pensando eso, él es libre de sonreírle a cualquiera, yo solo lo quiero para rascarme, no puedo, no debo enamorarme de él.

—Bella, Bella —, alguien me movió. –Discúlpala es que tuvo un pequeño problema en la mañana. ¡Isabella! —.

—Disculpen estaba pensando en otra cosa –. Dios jamás me distraía en mi trabajo, no podía estar con estas tonterías ahora.

—Sí, nos dimos cuenta niña —, me dijo despectivamente la vieja esa. —Por cierto ¿ya te graduaste o solo eres pasante?

—Tengo dos años que me gradué ¿por qué lo pregunta? —.

—Niña pásame el nombre de la crema que usas, te ves de menos de veintidós años –. Me dijo y yo no sabía si reír o besarla por el cumplido.

—Gracias, pero la verdad es que no uso una específica, cualquiera del súper —.

—Bueno Edward—, dijo la vieja sobándole la pierna. —Te parece si ya que todo está en orden firmamos los contratos para poder ir a celebrar —.

—Wanda que pena pero voy a tener que quedarte mal hoy, no puedo ir a celebrar contigo tengo un compromiso con mis padres que yo había olvidado por completo hasta que me llamó mi mamá por la mañana. Y me es imposible de cancelar, pero te parece que otro día nos pongamos de acuerdo —.

—Edward —, le dijo haciendo pucheros. –No me dejes plantada, yo quería pasármela bien contigo, mañana salgo de viaje y no regreso hasta dentro de dos largos meses y no me quiero ir sin probar al pequeño Eddie —.

Ya no pude controlar la risa y traté de toser y esconderla.

—Perdón, tengo que salir me estoy ahogando con mi saliva —. Les dije mientras salía prácticamente corriendo al baño.

Pobre Edward esa vieja quería comérselo literalmente. Me calmé un poco y regresé a la reunión, al observar el tenso ambiente en silencio me senté y me puse a firmar uno a uno los cinco contratos.

— ¿A quién le paso el contrato? —. Pregunté dirigiéndome a Masen.

—A Wanda, por supuesto —. Le dijo sin dejar de sonreír, como me gustaba que nunca perdía el estilo.

—Eddie —, le dijo haciendo un puchero. —No me puedes dejar ir sin que nos podamos reunir en privado —. Ella se paró y se le subió, si se leyeron bien se le subió, Erick, su asistente y yo nos quedamos viendo, le hice una señal a Erick y comenzamos a salirnos.

—En serio Wanda no puedo cuando regreses tal vez podamos vernos, es más el compromiso es porque se va a casar mi hermano y va a pedir la mano de su novia —.

Me le quedé viendo y le dije sin hacer ningún sonido: —Mentiroso —.

—Matt –, dijo Wanda alzando la voz. –Ve por un café para mí. Y llévate al chico —.

—Bueno por lo que veo, creo que tengo que cambiar mi estrategia —, dijo sin dejar de sonreír. —A mi me encanta esta práctica, espero que nos entendamos —.

Miré extrañada a Edward que la miraba con el ceño arrugado.

—Entonces ¿a donde vamos a un hotel o a mi departamento? –, dijo Wanda. —Tengo una suite lista en el The Pierre sin que nadie nos moleste —.

Yo seguía sin entender para que me quería ahí, si estaba proponiéndole a Edward irse a la cama.

—Yo voy también por café —. Les dije. Pero antes de que si quiera pudiera darme la vuelta Wanda tomó mi brazo y me dijo:

—La invitación es para los dos, sería fabuloso verlos juntos o nosotros trabajando en tu hermoso cuerpo.

¡Oh por Dios! ya entendí, sentía mis ojos demasiado abiertos y mi corazón palpitaba a mil. Me sentí mal, lo vi a él y tenía los ojos cerrados, se estaba apretando el puente de la nariz con una mano y con la otra parecía que sostenía su frente y parte del cabello.

—Yo lo siento pero no es… no, simplemente no –. Le dije negando con la cabeza.

—Disculpe abogada Swan solo pensé que tal vez pudiera unírsenos a la celebración, no quise ofenderla —. Me dijo dándome un sonrisa fingida y sin soltarme.

—Lo sentimos Wanda en verdad, pero este tipo de… invitaciones será mejor que las guardes para otro tipo de personas —, le dijo Edward quitándole la mano de mi brazo. —Y ahora si nos disculpas tenemos que llegar a los juzgados antes de las doce, para cualquier cosa –, hizo una pausa y corrigió. —Para cualquier asunto legal quedamos a tus órdenes.

— ¡Que aburridos abogados y yo que pensé que serian más divertidos! No sé, se ven tan unidos pensé que eran pareja —. Dijo mirándonos.

—No, solo somos colegas —. Le dije yo rápidamente. Vi algo en la mirada de Masen, pero no estaba segura.

— ¿Y no están interesados en una experiencia de ese tipo? —. Dijo sin dejar de tocarse la pierna.

—Yo no –. Dije segura.

Masen me miró y dijo: —Yo tampoco —.

—Lo siento Wanda, creo que el tema de esta reunión se está yendo a otro lado, lo mejor sería terminar el contrato y ponernos de acuerdo para salir en otra ocasión ¿te parece? —. Dijo con una sencillez que cautivaba.

—Entonces olvidemos cualquier cosa que haya dicho y continuemos –. Dijo Wanda.

En silencio firmamos los contratos y al terminar Masen rompió el silencio.

—Bueno debido a que no podemos festejar ¿qué le parece salir a comer? –. Estaba diciendo eso cuando el celular de Wanda empezó a sonar.

—Matt, Matt –. Gritó Wanda.

—Señora –. Contestó entrando rapidísimo.

—Está sonando –. Dijo alzando el Blackberry.

—Claro señora —. El blackberry comenzó a sonar otra vez y Matt contestó.

—Teléfono de la señorita Wanda O'Shea, si claro ¿está seguro? yo le aviso —. Matt pasó saliva y se dirigió a su "ama":

—Señora en la oficina ha pasado algo con su hijo, parece que esta la policía involucrada—.

Edward inmediatamente se puso alerta.

—Necesitas ayuda de tipo legal, tal vez Bella y yo...

—No, solo llamaré a su padre, él es abogado, no voy a gastar más dinero en ese delincuente de Kyle —. Enseguida volteó, tomó sus cosas y nos dijo:

—Bueno fue un placer hacer negocios con ustedes pero me deben una cena ¡ambos! —. Dijo mirándonos.

—Matt llama al inútil de mi exmarido y avísale que el idiota de su hijo se metió en problemas —.

—Si señora claro —. Dijo mientras marcaba algo en el blackberry.

—Un gusto —. Dijo besándome en la mejilla muy cerca de los labios y dándole a continuación un beso en los labios a Edward.

Cuando nos quedamos solos tardamos unos minutos en recuperarnos.

—Masen ella nos propuso un trío ¿verdad? –. Le pregunté cuando recordé como usar la voz.

—Si –, me tomó de la mano y me volteó para que quedará de frente a él. –Pero te lo juro que en ningún momento si quiera lo pensé, no te haría algo así. Te lo juro —. Volvió a repetir mirándome a los ojos.

Nunca nadie me había hecho sentir así, cuando me dijo eso solo me dieron ganas de abrazarlo y quedarme a su lado. No, momento, no puedo estar sintiendo esto, no con él, solo debe de ser un colega con beneficios, no ya era tarde para eso Edward era mi amigo, y un amigo que me excitaba y me hacía sentir mil cosas a la vez.

—Está bien no te preocupes ¡wow! creo que esto fue demasiado —. Le dije, sentándome de golpe en la primera silla que encontré.

— ¿Te puedo invitar a ti y a Ethan a comer para celebrar? —.

— ¿Qué? ¿Por qué? —.

—Es solo que tu pequeño me cae muy bien y me gustaría celebrarlo con ustedes —. Me dijo dándome una mirada que realmente me hizo sentir bien.

—Está bien –, le dije. —Pero es solo por lo de la app para ver a mi peque y los chocolates —.

—Hecho ¿pero dónde podemos ir?... Ya sé, hay un pequeño restaurante no es tan lujoso como el italiano de ayer, pero me encanta es de comida casera mexicana ¿te parece?—.

—Me gusta la idea —. Contesté.

— ¿Entonces te parece bien que nos vayamos a las 4 para pasar por Ethan e irnos a comer? —.

—Me gusta la idea —.

Salimos de la sala y continuamos caminando hacia la oficina, yo seguía un poco choqueada, el pensar en tener sexo con Edward no me hacía sentir nada mal, pero si intentaba meter en mi cabeza a otra persona simplemente no era lo mío, me disgustaba, es muy probable que habrá gente que lo disfrute pero creo que yo no podría, como compartir algo...

En eso iba pensando cuando escuché:

— ¡Bella cuidado! —. ¡Oh si! por ir pensando en sexo con Edward acababa de pegarme contra el vidrio que hacía las veces de pared en la oficina, y prácticamente me caí sobre una silla y sobre Masen.

—Auch –. Dije llevándome las manos a la frente.

—Consíganse un cuarto —. Dijo una muy divertida Rose.

—Ayúdenme a parar, Masen quítateme de encima, me aplastas, pesas como mil kilos —.

Él se quitó rápidamente, se puso de pie y me ayudo a parar, todo sin dejar de reír, ni él ni Rose dejaban de reírse.

—Maldición no saqué mi celular a tiempo pero te aseguro Bells que tu caída y como tiraste a Masen fue espectacular, no entiendo cómo te enredaste con la silla y con él —. Apenas se aguantaba la risa.

—Sí, síguete riendo, algún día tendrás hijos tan torpes como yo –le dije.

Traté de caminar y mi rodilla derecha tronó.

— ¡ay! en serio me duele, dejen de reírse —. Les dije pero solo les provocaba más risa. Estaban muy abrazados y muertos de la risa.

Saqué el celular y sin pensarlo los grabé.

—Ok, sé que con este material cierto hombre podrá morir de celos, dejen de reírse o se lo mando —.

—No te atrevas —. Me gritó Rose mientras se me aventaba encima.

—Rose el paquete —. Le dije lo más bajito que pude.

Masen me veía muy indignado, había olvidado el maldito pleito con Emmet y por qué había sido.

—Saben que no sería capaz, fue broma –. Edward estaba pálido.

—Perdón Masen, por favor perdóname –. Le dije mientras lo seguía cojeando.

—Quedamos de no usar eso en nuestra contra y menos en la oficina —. Me dijo mientras me veía enojado, él estaba realmente enojado.

—Por favor perdóname, no lo dije con esa intención —, cerré los ojos y me acerqué a él. —Por favor perdóname, por favor —. Le rogué.

Cuando abrí los ojos Rose me veía sorprendida y Edward estaba parado enfrente de mí, pero no podía verle la cara porque estaba pegado a mí.

— ¿Tú sabes que paso entre él y Emmet? –. Me dijo Rose entrecerrando los ojos.

—Si –. Dije derrotada.

—Pues entonces si te pasaste Bella, ahora si la regaste –, después miró a Edward y le dijo –Pero así es Bella, siempre mete la pata cuando menos te lo esperas, así que acostúmbrate —.

Y salió de la oficina.

—Perdóname por favor, te juro que no lo hice con esa intención —.

Él me miró y suspiró.

—Júrame que no vas a volver a decirme algo así —.

—Lo juro pero por favor perdóname –. Me sentía muy afligida, nunca antes lo había visto así, estaba triste.

—Ok, yo invito la comida y los postres pero perdóname si –. Le dije.

—Con una condición Swan, bueno con dos –. Me dijo.

—Las que sean –. Apenas lo dije me arrepentí.

—No volverás jamás a hacerme eso y en la noche quiero que nos veamos –. Me dijo. Yo y mi bocota, no podía esperar a que dijera las condiciones y luego aceptar.

—No te parecería mejor solo una condición, la primera —. Le dije intentando mirarlo con los ojos que hacia Alice.

—Nop, las dos, tu aceptaste, ahora aguántate —.

—Está bien pero… –, le dije revolviéndome un poco. —Si no me siento a gusto vamos a parar ¿cierto?—.

—Bella que mal pensada eres, solo quería invitarte al cine, no a tener sexo —. Me dijo divertido.

—Ok, vamos al cine, tengo algo de tiempo que no voy –, me quedé pensando –. ¿Y si en vez de ir al cine vemos una peli en tu casa y comemos helado y palomitas? –. Le dije emocionada.

—Claro una pijamada —. Me dijo.

—Si me gusta, nunca fui a una pijamada, hoy voy a tener mi primera pijamada —.

—Vámonos al juzgado a meter los papeles del caso Zweller –. Me dijo.

—Yo lo siento, tengo dos citas –. Le dije.

—Entonces a las cuatro pasamos por ti –. Me dijo dándome una de esas sonrisas moja bragas.

—Ok –. Le dije antes de llegar a mi escritorio y sacar otras bragas nuevas las hice bolita y las metí a mi saco. –Erick voy al baño si llega la Señora Binners la pasa a la oficina —.

—Claro corazón, no soy nuevo –. Me dijo antes de ponerse la mano en la cadera.

Llegué al baño y me estaba cambiando de bragas cuando escuché que alguien entraba.

—No has notado extraño a Masen –, era la voz de Jane. —Últimamente está más huraño. El otro día le ofrecí sexo oral y me dijo que no. ¿Desde cuándo un hombre rechaza sexo oral?—.

—La verdad es que si, ya no recibe tantas llamada de mujeres —. Era otra secretaria, la encargada del conmutador. —Antes tenía cuando menos 30 llamadas al día ahora no recibe ninguna ¿Será que está enamorado? —.

—Ese jamás —. Dijo Jane antes de que las dos se echaran a reír.

Esperé a que salieran ¿Edward estaría enamorado? Yo no quería interrumpir una relación. Pero él no me dijo nada. No, yo creo que más bien era la forma de quitárselas de encima. Pero mejor me aseguraría, le preguntaría.

Regresé a mi oficina, mi cita no llegaba.

—Erick voy a hacer una llamada personal si llega la señora me avisas, y si tarda más de quince minutos la llamas ya sea para re agendar o cancelar —.

—Claro Abogada —.

Llamé a mi papá.

—Hola papá, muy ocupado —. Le pregunté.

—Para mi niña nunca estoy ocupado —.

—Pa…

— ¿Qué pasó tienes dudas o problemas? —.

—Dudas pa y muchas pero no sé qué hacer —.

—Escucha a tu corazón Bella, escúchalo –. Mi papá me estaba diciendo eso.

—Ok ¿quién es usted y que hizo con mi papá? —. Mi papá jamás hablaba del corazón, siempre decía que usara la cabeza.

—Princesa, no empieces, últimamente he aprendido algo, eso de hacerse viejo trae algo de sabiduría. Además hay tantas cosas en la vida que disfrutar que no vale la pena quedarse en el pasado —.

—Pa te hablaba también para otra cosa —, se va a poner contento pensé, no me gusta que esté solo. —Mira te mandé por tu correo una app bájala en tu teléfono o en tu computadora y veras a tu nieto —.

— ¿Qué? ¿Cómo? O espera estoy en la oficina puedo hacerlo. No cuelgues —.

Esperé unos minutos y escuché a mi padre maldecir tres veces.

—Princesa ¿estás segura que me mandaste la dirección correcta? meto el nombre y no me da error —.

— ¿Tienes que meter el nombre? ¿A mí no me lo pidió?

—Si después de bajar la app me dice que por seguridad meta el nombre completo pongo Ethan Swan y me da Error.

—Oh… creo que ya sé por qué, por una confusión le pusieron otro apellido a Ethan pero no tardan en corregirlo, pon Ethan Cullen pa.

— ¿Pa? –, dije después de unos minutos sin recibir respuesta. –Pa responde —.

— ¿Por qué Cullen? Bells –. Me dijo algo enojado.

—Digamos que Edward, el hijo de Esme me hizo un favor y pensaron que él era el papá, pero ya lo hablé con la directora y va a cambiar el nombre pero en la app ya quedó registrado así. Y cambiarlo trae complicaciones —.

— ¿Segura? No me ocultas nada y por fin conociste al idiota ese —. Papá no le perdonaba que siempre dejara plantada a Esme.

—Es mi compañero de trabajo —, cómo le explicaba. –Solo que se cambió el apellido para trabajar sin que le dijeran recomendado —.

—Cuando una persona se cambia el nombre es porque oculta algo –, dijo muy serio, en su tono de poli malo. –No sé si me guste. Princesa tengo que dejarte me acaba de llegar algo muy interesante —.

Y me colgó ¿qué pasó? mi papá nunca me colgaba así.

Erick me hizo señas con la mano si podía entrar y me dijo:

—La señora del divorcio ya lo pensó mejor y no quiere divorciarse y la cita de la señorita Tamnen la pospuso hasta el lunes, porque tiene que estar en reposo —.

—Llámala y dile que si quiere que vaya yo en vez de que ella venga –. Recordé lo que es estar embarazada y con estrés.

—Si ama —, me dijo. — ¿Sabes que averigüé mientras se quedaron solos con la señora botox? –. Me dijo con un tono muy pícaro.

—Suéltalo —.

—Ok, el chico, Matt es su mascota sexual, aparte de su asistente, creo que voy a cambiar de profesión ya no seré abogado, seré reportero. Soy endemoniadamente bueno sacándole información a la gente —.

Eso era cierto y necesitaba que Erick me consiguiera cierta información.

—Erick necesito un favor grande –, él me miró con una ceja levantada y asintió con la cabeza para que continuara. —Escuché unas cosas de Edward en el baño y necesito saber que tanto es verdad —.

— ¿Qué necesitas saber? Desembucha —.

— ¿Con quién está saliendo Masen y si es serio? me urge para antes de que me vaya a las cuatro por favor, si consigues lo que necesito te llevó a almorzar en la semana —.

—Ok, ahora yo tengo curiosidad ¿por qué quieres saber?—.

—Niño, no seas chismoso, cuando tenga algo concreto te cuento —.

—Ok, tengo memoria de elefante y no lo olvidaré, como todas esas cosas que he visto entre ustedes dos —. Me dijo dándome una mirada que no me gustó mucho.

Me dediqué a trabajar en los casos que tenía abiertos, ordené pruebas, hice varias propuestas de cómo llevar el caso de la chica despedida, por la vez que hablamos por teléfono creo que el hijo era de uno de los jefes, que lata era eso del amor dentro de la oficina, entonces me cayó el veinte. Yo también iba a tener una especie de relación en la oficina, aprovecharía esta noche para hablarlo con Edward y dejar todo muy en claro.

Escuché mi teléfono sonar, me extrañó, era Edward.

— ¿Bueno?—.

—Te estamos esperando —. Me dijo. No sentí pasar el tiempo.

—Voy para allá —.

Tomé mis cosas pero algo se me olvidaba, no estaba segura de que era ¡ya, los chocolates!

Cuando iba camino hacia la puerta, Erick se acercó y me dijo:

—No hay ninguna relación, de ningún tipo, la única mujer con la que ha salido aparte de ti fue con la señora botox —.

—Gracias Erick, te debo una —. Le dije mientras salía.

Busqué el coche gris de Masen y lo encontré rápidamente, en el ya estaba en una silla Ethan.

La cajuela se abrió y me gritó que era para que dejara mis cosas. Abrí la puerta de atrás y saludé a mi peque.

—Hola corazón hermoso —.

—Hola mami —. Me dijo y me dio un besito.

— ¿Cómo te fue en tu escuelita?—.

—Mien yo jugué con Many y Joss, hice uno libujo y tabaje mucho.

— ¿Trabajaste mucho corazón? —.

—Si tabaje con Edar —.

—No te enojes, solo lo llevé a entregar unos papeles en otra oficina, nada complicado —.

—Sí, pero no me pediste permiso, es un bebe de dos años y yo soy su mamá, tienes que pedirme permiso, voy a tener que hablar con la guardería para que no te dejen sacarlo—. Le dije enojada, estaba realmente enojada.

Nos detuvimos en un semáforo, él me miró y me dijo:

—Isabella no te enojes y no me quites el privilegio de poder irlo a ver o a buscarlo, me encanta salir con él, por favor —.

En ese momento volteé y lo miré a los ojos ¡maldición! tenía en verdad cara de estarlo diciendo en serio.

—Por favor, nunca había sentido esta conexión con nadie, creo que solo con Emmet, por favor es mi amigo —. ¡Diablos! si lo decía en serio.

Fruncí un poco mis labios y él aprovechó y me dio un beso.

Apenas iba a reaccionar cuando escuché risas que venían de la parte de la atrás.

—Oto sesito —.

—Ya ves, él quiere que te de otro —. Y me dio otro pero ahora un poco más largo. En ese momento escuchamos los cláxones de los demás coches.

—Creo que deberías avanzar —. Le dije. Y mi peque seguía aplaudiendo.

El resto del camino lo hice en silencio, mientras Ethan y Edward iban cantando, canciones de la escuela de Dora de Barney y de quien sabe que más.

Solo esperaba realmente que Ethan no se resintiera cuando Edward se aburriera de nosotros.

—Llegamos —. Me dijo Edward sacándome de mis pensamientos.

El lugar se veía agradable, tenía varios juegos para los niños.

Empecé a bajarme del auto y escuche un resoplido por parte de Edward.

—No necesito que me ayudes a bajarme —. Le dije adivinando el motivo del resoplido.

Solo me vio y puso los ojos en blanco.

En lo que sacaba la bolsa, Edward ya estaba sacando a Ethan de la silla.

—Esa silla no es la de Esme —.

—Nop, la compré para poder viajar con mi amigo, en serio no te enojes. Y no me quites el gusto de sacarlo a pasear, a él le encanta andar en el auto —.

—Si mamá yo en choche Edar—. Me dijo frunciendo la boca y el ceño. Y cuando le pedí los brazos, él se aferró más a Edward.

—Creo que Edar y Many no me caen muy bien —. Le dije.

—Vamos no te enojes, te vas a arrugar y luego vamos a tener que pedirle a Wanda la dirección de su doctor —. Me dijo antes de reírse junto con mi peque.

—Sigue riéndote y en dos meses yo te voy a llevar a esa cita. Y tú —. Le dije a Ethan dándole un toquecito en la nariz. —Vamos a tener una conversación muy seria —.

—Mira Edward, él está encantado contigo, lo puedes sacar de la guardería, pero cada vez que lo saques o vayas a verlo me tienes que avisar, yo soy su mamá —. Le dije creo que lo suficientemente seria.

—Lo prometo, palabra de boy scout, aunque nunca he sido boy scout —.

—No, mejor palabra de Edward Cullen —.

—Ok, pasemos no hay que anunciarse ni nada —.

Nos sentamos en una mesa muy cerca de los juegos, a Ethan se le iluminaron los ojitos cuando vio los juegos.

Se quería bajar de los brazos de Edward.

—Tranquilo amigo, primero hay que comer y después a jugar —. Le dijo y sorprendentemente Ethan obedeció sin chistar.

—Te parece si ordenamos, a mi me gusta pedir la comida del día, ellos cocinan desde la sopa hasta un postre diferente cada día, pero si no quieres puedes pedir algo de la carta. No es un restaurante de lujo pero te prometo que es muy limpio y además la comida es deliciosa —.

—Ok, confiaré en ti –. Le dije. —Pero para Ethan ¿qué puedo pedir?—.

—Espera —. Me dijo mientras le hacía señas a una mujer algo mayor y gordita. –Yolanda –. Alzó la voz.

—Hola muñeco –. Le dijo la señora mientras le agarraba una mejilla.

—Hola Yolanda, te presento a mis amigos Bella y Ethan ¿Qué nos recomiendas para que coma mi amigo? —.

—Le puedo traer un poco de sopa con carne, así críe a mis cuatro hijos y mírelos –. Me dijo cuando me le quede viendo, ella señalaba a varios hombres y mujeres que hacían las veces de meseros.

—Gracias –. Le dijo Edward.

—Y para ustedes si me permiten les voy a traer algo especial –. Ella me miró y continuó. –No se preocupe no pica —.

La señora nos llevó una serie de comidas, todas ellas unas más sabrosa que la otra.

—Nunca había probado comida mexicana como esta –, le dije a Edward. –Me encanta, eres toda una caja de sorpresas.

—Lo sé Swan y eso que todavía no pruebas todas mis sorpresas —. Busqué con que pegarle pero él lo adivino y me quitó la bolsa.

—No pégame con la mano si quieres, con la bolsa duele mucho –. Me dijo riéndose.

—Tonto, es en serio, no estaba hablando de eso, tienes muchas facetas que poca gente conoce ¿cómo llegaste a este restaurante? –. Le dije mientras veía a Ethan jugar con unas pelotas.

—Fácil, fui abogado pro bono en el caso de un hijo de Yolanda y ella en agradecimiento me invitó aquí y me quedé enamorado de su comida —.

—En serio, yo pensé que jamás llevabas casos pro bono. Nunca te he visto con uno —.

—Ok, llevo varios pero no dejo que nadie lo sepa, arruinaría mi imagen de hombre sin sentimientos —.

— ¿Sabes? me caes bien, pero tengo miedo de cómo Ethan está apegándose a ti. No quiero que cuando esto acabe él sufra —.

—No tiene por que acabar, podemos ser amigos siempre –. Me dijo pero juro que había algo más en sus ojos.

—Bueno avancemos poco a poco, a ver cómo se va dando esto —. Le dije regalándole una sonrisa.

En ese momento busqué a Ethan con la vista, no lo vi.

—Edward ¿Ethan? –. Pude decirle y en ese momento se levantó y sonrió.

—No te asustes, está con Yolanda –. Seguí hacia donde miraba y vi a Yolanda con Ethan cargado dándole algo.

— ¿No le hará daño? ¿Qué le da? —.

—No te preocupes, ella sola sacó adelante a sus 7 hijos, creo que sabe algo de cuidar niños —.

Al vernos parados, Yolanda se acercó a la mesa.

—Miren llevé al bebé a darle una tortilla, no le hace daño –. Me dijo viendo mi cara.

—Y este bebé ¿cómo se llama?—. Dijo una chica acercándose a nuestra mesa.

—Ethan Cullen –. Dijo mi bebé muy claro.

Mi bebé había dicho su nombre claro y fuerte por primera vez. Esperen ¿qué dijo Ethan?

—Bebé ¿cómo te llamas? —. Le volví a preguntar.

—Ethan Cullen –. Me dijo con una sonrisota.

—No corazón, tú te llamas Ethan Swan –. Le dije.

—Noo, mamá io Ethan Cullen —, me dijo señalándose con su mamita, luego señaló a Edward. —Edar Cullen y ti Oso Cullen; Edar bapo, ti oso bapo, io bapo, oi Ethan Cullen —. Volvió a decir.

—No corazón —. No era momento de pelear así que solo miré a Edward.

—Te lo juro, yo no le dije nada —.

La chica miró a Edward y le dijo:

—Yo pensé que era tu hijo y ella tu esposa —.

—No, no soy su esposa solo somos amigos —. Me apresuré a decir.

— ¿Vas a venir al cumpleaños de Juan? –. Le dijo la chica.

—No creo, tengo cosas que hacer pero me hubiera encantado estar aquí —.

—Bueno, otro día –. Le dijo dándole una mirada… y se alejó moviéndose muy sexy.

—Señora ¿puede traer la cuenta? –. Le dije.

— ¿Usted va a pagar? –. Me dijo viéndome como si hubiera cometido un crimen.

—Sí, me toca pagar por una broma –. Le dije.

—No, claro que no, que pague Edward, además solo es lo de dos comidas –. Me tomó de la mano y me dijo: —Niña no dejes que este tonto te trate así, cuando te invite a comer que él pague —.

—No señora, yo lo invité a él. Además también yo puedo pagar la comida no pasa nada —.

Yolanda me miró y me dijo:

—Está bien, si es lo que tú quieres. Son 25 dólares —. Saqué de la cartera 30 dólares y se los di.

—Gracias, todo estuvo delicioso, traeré a mi papá ahora que venga a Nueva York —.

Ethan iba y venía entre las meseras y los meseros.

—Voy a recuperar a mi hijo antes de que se vuelva a cambiar el apellido —.

Yolanda y Edward se quedaron hablando unos momentos mientras yo iba por Ethan que estba con una de las meseras.

—Hola, vámonos Ethan –. Le dije ofreciéndole los brazos.

—Bye –. Le dijo a la chica.

— ¿Ya nos mamos mami? —. Me preguntó

—Sí ¿Qué te parece si vamos al parque o a jugar a casa? —.

—No, a lomil uno poquito —. Me dijo dando un bostezo.

Salimos del restaurante y puse a Ethan en su silla. Prácticamente estaba dormido.

—Edward ¿tú le enseñaste que era un Cullen? –. Le dije seria.

—Te lo juro que no, fue una sorpresa para mí, pero sabes no me molestó, al contrario me encantó —.

Quería verle la cara pero él iba concentrado en la calle.

—Bueno, tendré que enseñarle que no es un Cullen sino un Swan —.

— ¿Vamos a mi casa y vemos la película con Ethan? —.

—No, yo creo que primero vamos a la casa de Rose y me cambio, cambio a Ethan preparó unas mamilas y si quieres nos vamos —.

—Sí, de camino pasamos por palomitas, helado y una película ¿te parece? —.

—Me gusta la idea —. Le dije dándole una sonrisa sincera

Llegamos a casa de Rose, estaba nerviosa, nunca había llevado un hombre a casa.

—Voy a abrir para poder meter a Tony rápido, espérame aquí con él –. Le dije mientras me bajaba rápido.

Estaba abriendo la puerta mientras pensaba que Edward no podía entrar a mi recamara o se desmayaría de ver el tiradero que tenía ¿Qué podía hacer?

Para que él no entrara lo dejaría esperando en la sala, ¡sí! eso voy a hacer; cuando por logré fin abrir la puerta Rose apareció a mi lado y me dijo:

—Sálvame, Emmet llega en cinco minutos, por favor te lo suplico. Borro dos videos tuyos y te cuido al sapito para que tengas sexo con Masen —.

—Hale quítate —. Dijo Edward que venía con el sapito dormido y las maletas de la guardería.

— ¿Dónde lo pongo? –. Me dijo.

Y antes de que pudiera contestar Rose le indicó donde estaba mi recamara.

—Swan pensé que era broma lo de que eras desordenada –. Me dijo dando un vistazo a la recamara.

Casi le contesto que estaba ordenada a como solía estar a veces.

—Deja de criticar y pon a mi sapo en su cuna –. Le dije.

—Por lo menos quítame las zapatillas del camino –. Dijo señalando unas zapatillas rosas que tenía tiradas en el suelo o serian las verdes o las rojas. ¡Ash! está bien, había al menos 8 pares de zapatos, entre zapatillas y zapatos varios. Despejé con el pie el camino y le dije:

—Ya pasas con eso —.

Rose me miraba entre risas por la escena y su angustia por la inminente llegada de Emmet. Era tal su estrés que empezó a levantar los zapatos y meterlos en el closet.

Me dio algo de penita y comencé a levantar la ropa y amontonarla en un lado de la cama.

Edward soltó un suspiro y se puso con nosotras a recoger ropa, cuando alzó una de mis faldas se cayeron unas braguitas chiquititas de color azul turquesa.

— ¡Que buena sorpresa! –. Me dijo enseñándomelas.

— ¡Edward! –. Grité pero recordé que Ethan estaba dormido. —Deja eso —.

—Iba a olerlas para ver si estaban sucias —. Me dijo muy pícaro. Yo me le fui encima para quitárselas. Cuando Rose gritó:

—Ya llegó, por favor ayúdenme —.

— ¿Qué pasa?—. Preguntó Edward.

—Rose no quiere quedarse sola con Emmet ¿nos podemos quedar y ver aquí la película? —.

—Ok ¿quieres helado todavía? Podemos ir Emmet y yo por el helado y las palomitas —.

—Sí y traigan también hamburguesas y algo mas no sé lo que se te ocurra con tal de entretenerlo. Por favor… Nunca te he pedido nada Masen pero entretén a tu hermano —.

Se escuchó el timbre.

—No, ya llegó, Dios no quiero –. Dijo Rose brincando un poco.

—Yo abro —. Les dije.

Me dirigí a la puerta, y si efectivamente era Emmet.

—Hola Oso –. Le dije dándole un beso en la mejilla.

—Hola Osa —. Me dijo dándome un abrazo. — ¿y el sapo? —.

—No grites, está durmiendo, Edward lo acaba de dejar en su cuna —.

—Edward ¿mi hermano? —.

—Si —.

—Y lo metiste a tu recamara ¿así como esta? —. Y dale con lo mismo.

—Si lo metí y… las bragas –. Salí disparada por las bragas que estábamos peleando.

Cuando entré estaban Edward y Rose tendiendo la cama.

—No la tiendan que… Emmet ayúdame, están tendiendo mi cama —. Le dije como niña chiquita.

—Bells, ya tienes que madurar y tender la cama, no entiendo tu obsesión en no tenderla —.

—Y yo no entiendo la suya en tenderla —.

Íbamos a soltar la carcajada cuando Rose dijo: —El sapito —.

Salimos de mí recamara y me dijo Edward:

—Cuando me dijiste que eras desordenada no pensé que fuera tanto —.

—Oye que seas maniático de la limpieza no me hace tan desordenada, "tengo un tiradero no esperaba visitas" –, dije tratando de imitar su voz. —Solo tenías dos camisas fuera de su lugar y un par de zapatos cerca de la cama —.

Emmet me miró y me dijo:

— ¿De qué conoces la casa de este? —.

—Ayer fuimos a cenar y conocí su casa, es hermosa —. Tenía que cambiar el tema. —Edward, Rose y yo vamos a hacer una pijamada ¿te unes? —.

— ¿Pijamada? –, lo pensó un poco. –Ok, me uno lo que sea por mi gorda —. Dijo Emmet abrazando a Rose.

—Entonces nos toca ir por las cosas—. Le dijo Edward. — ¿Vamos en tu coche o en el mío?—.

— ¿Qué coche trajiste? —.

—El volvo —.

—No, en el mío. ¿Y el BMW?—.

—Ese no es seguro para el sapito –. Le dijo como si nada.

—Noooooo, cambiaste de coche por el sapo, de verdad te encariñaste—. Le dijo mientras salían de la casa.

—Oye los hermanos como que ya se llevan mejor, otro milagro de sapito, antes casi se mataban con la mirada cada vez que se veían —.

— ¿Ya tienes la cita?—.

—Sí, es a las 10, le dije a Edward que si le podíamos dejar al sapo en lo que íbamos a un asunto y me dijo que sí, pero sabes además me dijo que podía contar con él para lo que necesitara, es buen can.

—Oye –. Le dije riéndome. –Pero si es buen can, sabes que trabaja varios casos pro bono sin que se sepa —.

—Eso sí lo sabía porque hemos llevado varios juntos —.

—Vamos a acomodar un poco tu cuarto, no quieres que Edward muera de algo cuando duerma aquí ¿o sí? —.

—No va a dormir aquí, al menos no en mi cama —.

—Vamos, son adultos —.

Nos pusimos en la tarea de recoger la recamara hasta que escucharamos el timbre. Me hizo arreglar la cama y cambiar las sabanas. Guardamos la ropa limpia y pusimos la sucia en la cesta.

—En serio Swan ¿qué te cuesta hacer esto todos los días? —. Me dijo viendo el cuarto.

—No lo sé, pero la verdad si me dio pena cuando Edward entró y se quedó mirando todo. Si vieras su casa esta hermosa, toda limpia y ordenada.

—Pero ten en cuenta que él no tiene un Sapito que atender, no digo que tengas todo inmaculado pero si podrías poner las cosas en su lugar —.

—Más ahora que vas a tener menos tiempo de organizar —.

— ¿Por qué voy a tener menos tiempo? —.

—Fácil ahora tienes que encontrar tiempo para follar —.

—Te pasas Rose…. no me puedo reír fuerte. Rose ¿tienes miedo? —.

—De estar embarazada tengo miedo y al mismo tiempo estoy muy emocionada —.

—Igual me pasa con Edward, no sé… me da miedo pero al mismo tiempo tengo muchas ganas, creo que estamos muy locas —.

—Vamos a salirnos o despertaremos al sapo con tanta risa —.

Miré la recamara realmente se sentía mejor como más libre, con mejores vibras.

—Voy a intentar seriamente recoger lo mejor que pueda diario mi cuarto—.

Rose se asomó a la ventana.

—Son nuestros galanes —. Me dijo Rose dándole una última revisada a la recamara.

Cuando abrieron la puerta Rose soltó un gritito.

—Trajeron alitas BBQ genial –. Mientras les arrebataba la bolsa.

— ¿Mi helado? –. Edward me enseñó tres botes de helado de chocolate. —Genial, vamos —.

— ¿Qué vamos a ver? —. Dijo Emmett.

—Yo quiero… —.

—Tú no escojas, siempre escoges de niñas, puro romance —.

—Emmet –, le dije. —Edward pégale —.

—No puedo, es mi hermano —.

— ¿Por qué no vemos algo de acción? —. Dijo señalando una película.

—Esa me gusta hermano, es buena —. Le dijo Emmet, chocando su puño con el de Edward.

Cuando acabó esa, decidieron ver una película de miedo, votaron los tres contra mí, a mi no me gustaban las películas de miedo.

Al final pude convencerlos de ver una de suspenso, pero la película tenía un fallo, una gran escena erótica casi al final y entre el olor y la cercanía de Edward y los besos ardientes entre Emmet y Rose. Yo sentía que podía casi tener un orgasmo solo frotando mis muslos.

Cuando acabó la película Emmet puso la de miedo, yo a media película me levanté, no soportaba eso era demasiado.

—Chicos yo los dejo. No quiero tener pesadillas –. Les dije mientras me paraba del suelo pero solo me hizo caso Edward porque Emmet y Rose estaban en una de esas sesiones públicas de sexo en la sala, o bueno casi sexo porque aun tenían la ropa puesta.

— ¿Te puedo acompañar? —. Me dijo Edward.

—Claro, ven vamos —. Al ver que Rose estaba sacándose la playera. — ¡Corre! —.

—Bueno creo que la pijamada fue buena, pero no me quiero ir –. Me dijo mirándome.

—Podemos platicar en mi cuarto, pero nada más porque esta mi bebé —.

—Claro —. Me dijo mientras iba caminando hacia la puerta.

— ¿Tendiste la cama otra vez? —.

—Rose me obligó –. Dije haciendo un puchero. —También cambie las sabanas —.

— ¿Te gustaría terminar la pijamada conmigo platicando?—.

—Claro pero bajito, aunque el sapo tiene el sueño pesado cuando menos te lo esperas se despierta con el sonido de una mosca —.

—Ok, entonces háblame de ti, de tu infancia —.

—No mejor tú cuéntame de ti, mi infancia es algo triste —.

—Bueno la mía no de hecho es una de las mejores etapas de mi vida, siempre jugábamos Emmet y yo en el parque que estaba cerca del departamento donde vivíamos —.

—Emmet siempre me cuidaba, siempre andaba arreglado las bicis, patines de todo, hoy fue un día casi perfecto, hace mucho que no compartía con él así y creo que te lo debo también a ti —.

—No, a mí no en todo caso fue culpa del sapito, nada que ver con su padre —.

—No pienses en él, no me gusta verte así triste —. Me dijo antes de comenzar a acariciar mi mejilla. —Me gusta tu mejilla, me encanta más cuando te sonrojas –. Me dijo y aunque estaba casi a oscuras yo sabía que estaba roja.

—A mí me gusta…– ¿qué me gustaba de él? —Me gustan tus ojos, tu boca, tus manos…

— ¿Que más te gusta? Sigue… —me dijo bajando su mano por mi cuello. —A mí me gusta el brillo de tus ojos cuando se te ocurre una idea —. Empezó hacer círculos con sus dedos sobre mi blusa muy cerca de mis senos. —Amo cuando empiezas a soñar despierta o cuando vez a Ethan —.

Yo estaba hipnotizada, si en ese momento me pedía algo seguro se lo daba.

Siguió haciendo círculos en mi vientre, mientras cantaba algo no sé bien que era, porque el sonido de su voz me estaba adormeciendo, solo escuchaba su voz y sentía sus manos por mis pechos, mi vientre mi cara y su voz que poco a poco iba arrullándome.

Ya cuando estaba en un punto en el que estaba más dormida que despierta sentí como beso mis labios suavemente y casi podría jurar que dijo te amo pero no estoy totalmente segura, era imposible que él sintiera algo así por mí, además era muy pronto para que sentimientos tan profundos aparecieran ¿No? Con esa idea caí en los brazos de Morfeo o de Edward creo.


Que les pareció el capitulo. Que tal el sapito que quiere ser Cullen por que es guapo, y la declaración final.

La referencia a la película The Helper es por que Minny es la sirvienta afroamericana de la señora Hilly, cuando la corre injustificadamente ella en venganza le prepara una tarta de chocolate pero con un ingrediente extra pópo.

Cuando Wanda le dice señorita Sweat, es una burla ya que sweat en ingles es sudor.

Espero que les gustara el capitulo mil gracias por leerlo, por sus favoritos, sus votos y sus comentarios.

 

Capítulo 11: Capitulo 9. Pactando Capítulo 13: POV Edward

 


 


 
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