Buenos días Mr. Cullen ©

Autor: vickoteamEC
Género: General
Fecha Creación: 12/10/2010
Fecha Actualización: 27/01/2013
Finalizado: SI
Votos: 35
Comentarios: 81
Visitas: 114610
Capítulos: 32

T E R M I N A D O

Un pequeño accidente desencadenará toda una historia.

¿Hasta dónde serías capaz de llegar por defender lo que quieres, sin romper las reglas ? ¿Qué harías si lo prohibido es tu única opción? ¿Gana la razón al corazón?

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Los personajes, algunos escenarios y situaciones son propiedad de Stephenie Meyer. Sólo la trama es de mi creación.

 

 

 

Protegida con derechos de autor por safe creative.

 

 

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Capítulo 10: VERDADES

 

EDWARD POV

— ¿Te gusta?— preguntó Tanya moviendo la cadera.

— ¡Me encanta!— dije muy animado.

Ella sonrió triunfante y se acercó a mi oído.

—Lo sabía— susurró.

Dio media vuelta y yo me quedé bailando solo por un rato. A los pocos minutos apareció entre la gente con dos bebidas en las manos, con su cabeza me indicó que la siguiera y así lo hice. Nos sentamos en una mesa del segundo piso, no podía dejar de maravillarme con el lugar.

— ¿Sabias de esto?— preguntó Tanya, haciendo referencia al establecimiento.

— ¡No!— contesté gritando. La música estaba a todo volumen y todos bailaban animadamente.

—Sabía que te iba a gustar. Siempre salíamos a bailar, ¿recuerdas?

— ¡Pero cómo olvidarlo!— dije recordando nuestros años universitarios.

—Te encanta bailar, ¿recuerdas que así nos conocimos?— asentí mientras bebía de mi vaso— ¿Cómo demonios no sabías de la apertura de este lugar?— me recriminó.

—Estaba ocupado— contesté.

Después de platicar un rato regresamos a la pista y bailamos hasta que cerraron. Ya estaba muy entrada la madrugada.

— ¡Wow! Me divertí mucho y estoy exhausta— dijo Tanya cuando no sentamos en el coche.

—Sí, yo también. Gracias por traerme, siempre sabes cómo cambiarme de humor— dije sonriendo.

—Para eso estamos los amigos, ¿no?

—Claro. Te quiero. Eres mi mejor amiga y me conoces mejor que nadie.

—Oh, Edward. Me harás llorar— dijo haciendo el ademán de que una lágrima caía por su rostro y comenzamos a reír—. Tu mamá me invitó a quedarme en su casa, quiere que le ayude con no sé qué cosas para Emmett. Así que vamos a tu casa.

—Okey.

Llegamos muy tarde y mis padres ya estaban dormidos.

—No tengo sueño ¿Y tú, Ed?

—No. ¿Vemos una película? ¿O qué se te ocurre a ti?

—Se me ocurren muchas cosas…— dijo contoneándose hacia mí, bromeando, la miré con reproche y se rió—. Una película está bien.

—Tanya, Tanya, Tanya— regañé, ella rió de nuevo y fuimos a la sala.

Puse una comedia y nos sentamos uno al lado del otro para verla.

—No puedo creer lo idiota de esa situación tan estúpida— dijo riéndose a carcajadas de la película.

—Sí, claro— dije más que distraído. Pensaba en lo que había visto horas atrás.

— ¡Edward! ¿Qué demonios te pasa?— di un gran suspiro y comencé a contarle todo lo que había pasado en los últimos casi dos meses que no nos habíamos visto.

Tanya era mi mejor amiga, estuvimos juntos durante toda la universidad. Al principio éramos “novios”, no funcionó y, milagrosamente, pudimos quedar como muy buenos amigos; desde entonces no nos separamos. Yo conocía todas sus aventuras y ella las mías, guardábamos muchos secretos, era mi confidente. Mi familia la conoció en una de las reuniones navideñas que hicimos en Inglaterra, descubrimos que tenía familiares en Forks y que teníamos muchísimas más cosas en común de las que imaginábamos. Tanya era como una hermanita para mí.

—Bien. Esto es… interesante— dijo después de que terminé de contarle sobre Bella—. Edward, NUNCA te habías enamorado. Tendremos que probar que a la chica también le gustas— dijo maliciosamente con los ojos entrecerrados.

—Me das miedo.

—Eso ya lo sabía. Pero…— dejó la frase inconclusa y pensó por un momento. Sonrió de manera deslumbrante, signo de que tenía una de sus “geniales” ideas—. ¿Qué tal si la celamos?

— ¿Qué?

— ¡Sí! Me porto un poco más cariñosa que de costumbre y veremos cómo reacciona. Si se enfurece…, le gustas, arreglas las cosas con ella y puedes intentar algo más. Si no pasa nada…, es un caso perdido y lo dejas por la paz.

—Haces que suene sencillo— renegué.

— ¡Lo es!

—Pero ella es mi alumna.

— ¿Y eso qué carajos tiene que ver? ¿Vas a cooperar?— amenazó.

—Sí— dije con tono de aburrimiento y derrota.

No estaba muy seguro de continuar con su “plan maestro”.

***********

Había pasado más de una semana desde mi cita frustrada con Bella. Ella y el tal “Jake” se paseaban frente a mí cada que tenían oportunidad, me restregaban en la cara su noviazgo y a mí me daban ganas de vomitar cada vez que los veía abrazarse. Alice se limitaba a decir que éramos unos tarados. Lo único que seguía igual eran las salidas con Jasper, él me escuchaba y comprendía; a pesar de ser más joven que yo mostraba mucha madurez, incluso más que mi hermano mayor. A esas alturas Tanya no había aparecido para llevar a cabo su “plan”.

Debía dedicar un par de días a las evaluaciones parciales. Recibiría varios trabajos y tareas, además de aplicar un examen. Esa semana no había podido estar con los chicos en la cafetería debido a los parciales, mi trabajo se había hecho un poco más pesado y necesitaba más tiempo para planear tareas y preparar mis clases.

Bella apenas y me dirigía la palabra, cuando lo hacía sólo era en clase. Me moría de ganas por saber más acerca del noviazgo de Bella y el tal Jake, pero no me atrevía a pedirle esa información a Alice, ella era su mejor amiga y de seguro le había pedido que no me dijera nada al respecto.

Mis alumnos estaban muy estresados, tenían muchos trabajos para entregar además de los míos y debían estudiar para varios exámenes. El viernes por fin llegó, estábamos en mi clase y haríamos el último examen de esa evaluación. La primera en terminar fue Bella, poco a poco el salón fue quedándose vacío; cuando todos habían salido Alice seguía intentando contestar varias preguntas, ella era la única que faltaba.

—Creo que ya terminé— dijo dudosa dándome su examen.

—Esperemos que salgas muy bien— dije sinceramente. Ella sonrió abiertamente.

— ¿Edward?

— ¿Qué pasa, Alice?— dudó un momento antes de contestar.

—Es que…, haremos una fiesta en mi casa y quería saber si…

—No— interrumpí. De seguro Bella estaría ahí con su “noviecito”. Prefería evitarme ese disgusto.

—Pero…

—Lo siento, no creo que pueda. ¿Cuándo es?

—Ésta noche.

—No puedo. Lo siento, Alice— dije sinceramente.

—Okey. Hice lo que pude. Hasta luego, Edward.

—Nos vemos.

Junté mis cosas y salí. Me sorprendió ver que los chicos aún estaban afuera, obviamente habían esperado a Alice; pero pensé que ya se habían ido.

—Hola, chicos.

—Hola— contestaron al unísono. Bella saludó seria y viendo a otro lado.

— ¿Irás ésta noche?— preguntó Jasper.

Bella volteó a verme con curiosidad. Sonreí y contesté.

—Lo siento, no puedo. Estaré ocupado— pude ver de reojo que Bella rodaba los ojos y regresaba a su posición anterior.

—¡ED!— gritó Tanya abrazándome por detrás.

—Hola— dije dándome la vuelta para darle un beso en la mejilla.

Ella rió y luego dirigió la mirada  a los chicos.

—Hola, chicos. Ed, ¿nos vamos?— dijo acercándose a mi oído—. Te tengo una sorpresa— susurró lo bastante alto como para que los chicos la oyeran.

Sonreí por su ocurrencia y volteé para despedirme de ellos. Alice y Jasper veían a Bella expectantes, parecía como si ella estuviera aguantándose las ganas de hacer algo, estaba completamente roja y respiraba algo agitada.

—Bye, chicos— me despedí.

—Adiós— dijeron Alice y Jasper sin dejar de ver a Bella.

Dimos media vuelta y nos fuimos, antes de entrar al coche Tanya me abrazó y me besó en la mejilla.

— ¡Te lo dije! ¿Viste su cara?— dijo cuando arranqué el coche.

—Lucía un poco molesta— admití regodeándome internamente.

— ¡¿Un poco?! Estaba absolutamente furiosa. Sólo le faltaba echar humo por las orejas— dijo emocionada.

Llegamos a mi casa entre pláticas sobre qué debía hacer para acercarme nuevamente a Bella. Al entrar se escuchaba mucho alboroto. Mi madre sonaba emocionada y al parecer también estaba papá. Aún no entendía lo que decían, entré a la cocina y realmente me sorprendí.

— ¡Sorpresa!— dijo Tanya.

— ¡Hermano!— gritó Emmett, prácticamente corrió hacia mí y me dio un gran abrazo.

— ¡Emmett! ¿Cuándo llegaste? ¿Porqué no me dijiste para ir por ti al aeropuerto?— cuestioné entre su abrazo.

—Los quise sorprender, ¿funcionó?

—Sí— estaba muy emocionado y feliz de ver nuevamente a mi hermano, lo quería muchísimo.

Mis padres miraban la escena con ternura y abrazados, parecía que Esme estaba a punto de estallar en llanto.

—Mira, te presento a mi novia— dijo atrayendo con su mano a una chica rubia y muy linda, con un cuerpo espectacular, mi hermano sí que tenía buen gusto. Me alegraba que hubiera encontrado a alguien.

—Rosalie Hale— dijo tendiéndome su mano—. Puedes llamarme Rose.

—Mucho gusto, Rose. Yo soy Edward— dije estrechando su mano—. ¿Hale? ¿Tu apellido es Hale?

—Sí, ¿por qué?— sonrió.

— ¿Tienes un hermano menor llamado Jasper?

—Sí, ¿lo conoces?— preguntó extrañada.

—Sí. Es alumno de  la escuela en la que doy clases, además de un buen amigo.

— ¿En serio? Pues, que pequeño es el mundo ¿no?

—Así es.

Seguimos conversando por un rato. Mamá, Tanya y Rose se dedicaron a hacer la comida. Pasamos la mayor parte de la tarde juntos, conociendo a Rose y escuchando sus anécdotas; nos pusimos al corriente de lo que había sido de nuestras vidas. En pocas palabras, la pasamos genial. Rose se fue y al rato papá y mamá salieron rumbo a Seattle a cenar. Nos quedamos Emmett, Tanya y yo en casa.

—Querido hermano, alístate porque saldremos— dijo Emmett entrando en mi habitación.

— ¿A dónde?

—No sé, Rose nos invitó. Tanya también va, se acaba de ir a alistar. Le presté mi coche.

—Okey, sólo me cambio y ya— no sabía a dónde íbamos, tal vez iríamos a dar la vuelta a Port Angeles y a bailar.

Me decidí por unos Jeans y una camisa guinda.

Al rato llegó Tanya, lucía muy linda en ese vestido negro. Emmett se fue en su camioneta, mientras que Tanya y yo nos fuimos en mi auto; pasaríamos por la casa de Rose. Me sorprendió ver que junto a ella venía Jasper, al parecer él Alice también irían con nosotros. Aún no llegaba y ya quería irme, de seguro Bella y su novio estarían ahí.

Nos estacionamos cerca de la casa de Alice y nos bajamos del auto, conforme nos acercamos pude escuchar la música que salía del interior. ¡Rayos! Era la fiesta a la que me había invitado Alice en la mañana.

No podía echarme para atrás. Lo primero que vi fue a Alice corriendo hacia nosotros; nos saludó efusivamente a todos, dándonos la bienvenida. Entramos y el ambiente era muy bueno y no dudé en tomar un par de vasos de cerveza; para mí buena suerte no me había topado con Bella. Me sorprendió ver a Alice y a Tanya platicando animadamente. Me sumergí en la música y comencé a bailar, al rato intenté encontrar a Tanya pero no estaba por ningún lado.

—Rose, ¿has visto a Tanya?— pregunté.

—Emmett la llevó a su casa— dijo con calma.

Me pareció extraño que se fuera, no le tomé importancia y seguí en lo mío. Al rato llegó Emmett, lo supe por que bailaba con Rose de una manera más que erótica. Después de un par de canciones sentí el vibrador de mi celular en la bolsa de mi camisa; me alejé de la música y contesté.

— ¿Qué pasa, Tanya?

—Escúchame MUY bien. Quiero que hagas algo, pero antes promete que sea lo que sea lo harás.

—Claro— dije sin dudar.

—Bien. Quiero que secuestres a Bella.

— ¿QUÉ? ¿Estás loca? Además ella ni siquiera está aquí. De seguro se fue con el…

— ¡EDWARD!— dijo interrumpiéndome–. Ella está ahí y está sola. ¡Así que mueves tu estúpido  trasero y la llevas a tu maldita cabaña ahora mismo!

— ¿Para qué?

—Edward, lo prometiste. Tú sólo limítate a hacerlo, confía en mí. Después me lo agradecerás.

— ¿Estás segura?

—Te doy una hora para que llegues a la cabaña. ¡UNA HORA, CULLEN!

Colgó y me quedé como estatua. Cuando Tanya me llamaba por mi apellido era mejor obedecer si no quería arrepentirme el resto de mi vida. Tomé un vaso más, buscaba el valor que me hacía falta.

Después de dar varias vueltas por la casa la vi. Lucía hermosa, llevaba puesto un sexy vestido en varios tonos de azul que se ceñía a la perfección a su cuerpo, usaba el cabello suelto en una rebelde melena y unos zapatos de tacón que la hacían ver muy linda. Me daba la espalda y bailaba sola casi al centro de la pista. Sus movimientos iban en perfecta sincronía con la música, me acerqué despacio y la abracé por detrás bailando junto con ella al ritmo de “Bad Romance”. Se sobresaltó e intentó girarse y zafarse, pero no se lo permití.

—Tenemos que hablar— murmuré en su oído.

—No tengo nada que hablar contigo— dijo a la defensiva.

—Claro que sí— dije prácticamente arrastrándola hacia afuera.

Intentó liberarse de mi agarre pero no la dejé. Llegamos a mi auto, la metí del lado del copiloto, corrí a mi asiento y puse los seguros antes de que pudiera decir o hacer algo. Lucía molesta, tenía los brazos cruzados y la mirada perdida en la obscuridad.

—Te acusaré de secuestro— dijo molesta.

—No te atreverías— contesté retándola. Después de eso ya no dijo nada.

Estaba por tomar el sendero que me llevaría a la cabaña cuando mi celular sonó. Era Tanya.

— ¿Dónde estás?— preguntó rápidamente.

—Estoy por llegar.

—Okey— colgó y seguí conduciendo.

— ¿A qué demonios vamos a tu cabaña?— preguntó Bella sumamente molesta.

No dije nada, ella bufó con coraje y se acomodó bruscamente en el asiento.

Ni siquiera había apagado el auto cuando Bella estaba intentando huir, Tanya fue más rápida que ella y la atrapó, llevándola a rastras hacia adentro. Me sorprendió verla ahí, no sabía qué demonios traía entre manos. Me apresuré a acomodar el coche para saber qué hacíamos aquí. Cuando entré Tanya tenía a Bella sentada en uno de los sillones de la sala y le gritaba mil motivos por los que debía estar ahí, Bella se limitaba a darle una mirada envenenada. Cuando me vio entrar intentó escapar corriendo hacia la salida.

— ¡Por Dios, Bella! ¡¿A dónde demonios crees que vas?!— dijo Tanya—. ¡Te perderás en el bosque y comenzará a llover!— Bella lo pensó un momento y regresó a la sala—. Bien, par de tontos ¡Se arreglan ahora o nunca!— dijo Tanya en tono demandante—. Dame las llaves— me pidió. Se las di y se encaminó a la salida—. Se van a quedar aquí esta noche, me llevo el coche para que no intenten nada. Ah, por cierto, Bella; ni se te ocurra pedir ayuda. 1. No tienes señal y 2. Alice es mi cómplice— tras decir eso salió disparada y azotó la puerta. Bella se quedó petrificada en su asiento sin comprender nada. 

No sé cuánto tiempo había pasado, estábamos sumergidos en un incómodo y denso silencio. Bella estaba en un sillón y yo estaba al otro lado de la sala, lo más alejados posible.

—Está bien, supongo que tenemos que hablar, ¿no?— dije rompiendo el silencio. Bella me miró con odio y se giró a otro lado—. Ya sé. Quieres ir con tu novio, ¿verdad?— volteó a verme y bufó con impaciencia.

—Y supongo que tú querrás ir con tu novia— dijo en tono ácido. Bufé ante su comentario y comencé con mi bombardeo de preguntas.

— ¿Por qué no me dijiste que tenías novio?— me miró sorprendida–. Y yo preocupado de que estuvieras bien. Pero claro, te esperaba tu novio en casa…— estaba celoso del tipo ese y no me daba vergüenza demostrarlo.

— ¿De qué te quejas? ¡Tú tienes novia! Así que estamos a mano.

—O sea que, ¿es cierto? ¡Por eso te pusiste nerviosa en el restaurante!

—No, discúlpame. Pero el misterioso y nervioso fuiste tú. Claro, tenías que ir a esconderte para hablar con tu “querida novia”— dijo ironizando.

—Por favor.

— ¡Ella te deja mensajes! ¿Lo vas a negar?

— ¿Qué novia? ¿De quién demonios hablas, Bella?

— ¡De Tanya! ¿Quién más?

—Ella no es mi novia, si lo fuera ¿crees que hubiera accedido tan campante a que nos quedáramos solos aquí?— Bella la pensó un momento sin verme–. Pero tú si tienes novio. ¡Los vi!— acusé.

— ¡¿De quién demonios hablas?! ¿De Jake

— ¡Sí! ¿Cómo puedes dejar que te abrace?—

—Así cómo tú dejas que Tanya te bese. Además él no es mi novio.

— ¿A sí?— dije incrédulo.

— ¡Es cómo mi hermano! ¡Crecimos juntos!

— ¡Y Tanya es mi mejor amiga de la universidad!— ambos explotamos y dejamos salir todo a gritos—. Ella no es mi novia— dije un poco más calmado.

— ¿En serio?— dijo controlándose.

—Sí— di un largo suspiro y continué aclarando el enredo—, o sea que…, ¿todo fue un malentendido?

—Eso parece— dijo Bella sonrojándose.

Habíamos estado tan alterados que no supe en qué momento habíamos quedado frente a frente.

—Entonces, ¿olvidamos este enredo?— dije ofreciéndole mi mano.

— ¿Como si nada hubiera pasado?— sonreí y ella estrechó mi mano.

Al rato comenzamos a reír de la estupidez que habíamos hecho y terminamos platicando animadamente, sentados en un sillón. Le conté todo con respecto a Tanya y ella me contó sobre Jacob.

— ¿Y por qué no fuiste a la cafetería esta semana?— preguntó con interés.

—Por las evaluaciones. Estaba muy ocupado.

—Lo puedo imaginar. Lástima que echamos a perder la cena— dijo cambiando de tema.

—Sí y yo que pensaba decirte…— dejé la frase inconclusa y miré hacia otro lado.

— ¿Qué cosa?

—No, nada— dije poniéndome de pie.

—Dime— dijo alcanzándome–. Anda, dime, ¿siii?

—No, Bella. Olvídalo.

—Anda, Edward. Por favor, dime— dijo haciéndome cosquillas. Me logré soltar y volteé a verla maliciosamente.

—Me las vas a pagar— dije corriendo tras ella. Le di alcance y la tiré sobre el sillón mientras le hacía cosquillas. Su risa inundaba el lugar.

—Dime— pedía entre risas–. Edward, dime…

—No.

—Por favor.

Dejé de hacerle cosquillas y la vi a los ojos, Bella tenía una hermosa sonrisa. Yo casi estaba encima de ella, di un suspiro largo y hablé.

—Bella… yo… digo… me preguntaba…

— ¿Si?— dijo sonriendo, preguntarle me ponía algo nervioso.

—Bella…— me miró fijamente, expectante.

— ¿Ajá?

— ¿Quieres ser mi novia?— dije de golpe.

Ella abrió los ojos, muy sorprendida; al parecer no esperaba que le dijera eso. Mordió su labio pensativamente, mientras yo me moría de ganas por escuchar su respuesta.

 

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Holaaa !!!

¿Qué les pareció? eee??

Gracias por el apoyo !!!

Ahora pueden seguirme vía twitter @marie198032

 

Besos de bombón !!!! :D

Capítulo 9: DECISIONES Y MÁS SORPRESAS Capítulo 11: CÓMPLICE

 
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