Buenos días Mr. Cullen ©

Autor: vickoteamEC
Género: General
Fecha Creación: 12/10/2010
Fecha Actualización: 27/01/2013
Finalizado: SI
Votos: 35
Comentarios: 81
Visitas: 114603
Capítulos: 32

T E R M I N A D O

Un pequeño accidente desencadenará toda una historia.

¿Hasta dónde serías capaz de llegar por defender lo que quieres, sin romper las reglas ? ¿Qué harías si lo prohibido es tu única opción? ¿Gana la razón al corazón?

----------------------------------------------------------

Los personajes, algunos escenarios y situaciones son propiedad de Stephenie Meyer. Sólo la trama es de mi creación.

 

 

 

Protegida con derechos de autor por safe creative.

 

 

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 4: JUEGOS Y SORPRESAS

 

BELLA POV

Faltaban alrededor veinte minutos para que Edward terminara su clase. Me daba el lujo de tutearlo en mi mente, porque no me atrevía a llamarlo por su nombre, verbalmente le decía Mr. Cullen; como a cualquier otro de mis maestros.

Sus clases eran muy buenas, dominaba el tema del que estaba hablando, ponía ejemplos claros y precisos. Además era muy paciente con nosotros. La parte favorita de todos fue el pequeño descanso que dio a mitad de la clase y que ningún otro maestro se dignaba a otorgar.

—Bien, chicos, parece que ya han comprendido el tema del día de hoy— miró su reloj para después continuar–, Ok, faltan veinte minutos para salir y ya hemos terminado. Pero aún no puedo dejarlos ir.

—Entonces hablemos sobre algo, profesor— propuso Jessica con voz melosa.

—Esa es una buena idea…— contestó Edward y Jessica sonrió con autosuficiencia—, me gustaría que diéramos una pequeña introducción al tema de mañana. Así sabrán de qué se trata y no será tan complicado— la sonrisa de Jessica se desvaneció, volteó hacia su cuaderno y se puso a garabatear en él como si no hubiera pasado nada—. El tema será la formación de gametos. ¿Alguien sabe de qué estoy hablando? ¿Algún voluntario?

Yo estaba terminando de hacer mis apuntes. Con la vista aún en el cuaderno y mi lápiz sobre el papel levanté mi mano libre para contestar. Siempre leía la siguiente lección para adelantar clases, por supuesto que sabía de qué estaba hablando.

— ¿Bella?— alcé mi vista, aún con la mano en el aire—. ¿Quieres compartirnos algo?

—Sí, Mr. Cullen…— me puse de pie y di una breve explicación de lo que recordaba haber leído, él me miraba con interés y asentía levemente—. Eso es todo— concluí.

—Muy bien, Bella. Tu explicación fue excelente— vio de nuevo su reloj—. Bueno, ahora faltan cinco minutos, creo que nadie nos dirá nada, ¿verdad? Pueden salir— todos huyeron disparados, incluyendo a Alice que tenía junta de porristas.

Yo me quedé un poco más, acomodando el desastre que tenía sobre mi pupitre. Cuando alcé la vista me di cuenta de que estaba sola, bueno, excepto por alguien: Edward. Continué guardando y acomodando todo como si fuera la cosa más interesante en el mundo, esperaba que con eso Edward simplemente tomara sus cosas y se fuera. Error, mi lentitud lo distrajo y se acercó a mí. Puso sus cosas en el pupitre en el que anteriormente estaba Alice y se sentó a observarme.

— ¿Qué pasa, Mr. Cullen?— pregunté sin levantar la vista.

—Nada, sólo quería felicitarte por tu explicación de hace un rato.

—Gracias— sonreí pero no volteé a verlo.

Me buscó con su cabeza y sonrió cuando quedó frente a mí; me miró a los ojos por un rato sin dejar de sonreír. Yo regresé el gesto levemente y desvié la mirada de nuevo.

—Eres tímida, ¿verdad?— se aventuró a concluir.

—Sólo con quienes no conozco.

— ¿Te han dicho que tienes unos ojos muy bellos?— me paralicé unos segundos y por fin terminé de guardar mis cosas. Cerré el zipper de mi mochila y lo encaré.

Entrecerré los ojos, quería saber qué pensaba obtener de mí. Él sólo sonrió más y se levantó.

—Felicidades, Bella— me dio una palmadita en la espalda y se dio la vuelta, cuando estaba a punto de llegar a la puerta giró de nuevo.

—Tengo una propuesta para ti— hice un ademán para indicarle que continuara–. Me he dado cuenta de que eres una muy buena alumna. Así que, la propuesta es esta: ya que dominas el tema de mañana, sería interesante si preparas algo para exponerlo en clase. Si lo haces tendrás una puntuación extra en tu calificación, si no lo haces no pasará nada— medité sus palabras un momento mientras pensaba en el resto de tarea que tenía pendiente por hacer, ninguna era para el siguiente día. Podía hacerlo—. Y bien,  ¿qué dices?

—Acepto su propuesta, Mr. Cullen— estrechó su mano con la mía y cerramos un pequeño trato, me soltó y comenzamos a caminar hacia afuera en silencio.

— ¿Vas a casa?— dijo rompiendo el mutismo.

—Sí.

— ¿No esperas a Alice?— lo miré un poco sorprendida—. Digo, siempre están juntas y supongo que también van juntas a casa.

—Pues, sí. Pero hoy tiene junta de porristas y su novio entrenamiento. Así que iré a casa por unas cosas y luego regresaré por ellos.

—Oh. Entonces, ¿saldrán?

—Sí— no entendía su interés. ¿A caso sería igual con las demás personas?

— ¿En serio? Pues, que se diviertan.

—Gracias.

—Hasta mañana— dijo alejándose. Miré el lugar en donde nos encontrábamos, habíamos llegado al estacionamiento y yo ni siquiera me había dado cuenta.

El tiempo pasaba muy rápido cuando estaba junto a Edward. Lo más seguro era que mi mente me haría una mala jugada y no me dejaría sacarlo tan fácilmente de ella.

Me subí al auto de Alice. Iría a casa por mi laptop para hacer el trabajo que me había encargado Edward.

Llegué más rápido de lo que pensé, aún no me imponía a la rapidez del Porshe amarillo de mi amiga. Entré a mi casa y observé todo por un rato, se sentía bien estar aquí, éste era mi hogar. Aún así prefería la compañía de los Brandon y las locuras de Alice.

Fui hacia mi habitación y tomé la computadora. Al recorrer mi recámara con la vista me detuve en el buró, sobre éste había una foto en la que yo salía en medio de mis padres. Una lágrima solitaria no se resistió en salir mientras tomaba el portarretratos, realmente los extrañaba, me hacían mucha falta y más aún mi mamá. Sonreí y puse la foto en su lugar. Tenía que regresar a la escuela por los chicos para ir a los videojuegos.

En el camino prendí la radio y subí todo el volumen.

Me detendría a comprar unas malteadas y snaks para el camino. Aunque comeríamos en el Mall de Port Angeles no nos caería nada mal un pequeño entremés, además con eso haría más tiempo y no esperaría mucho a que los chicos salieran de la escuela.

Con todo listo entré al estacionamiento. Para mi suerte Alice y Jazz venían hacia el auto.

—Bells, por favor dime que tú conducirás— rogó mi amigo.

—Claro, Jasper. No tengo ganas de lidiar con uno de tus ataques cardíacos por culpa de la mini.duende.conductora.maniática que tienes colgada del brazo— bromeé.

— ¡Vaya, vaya! Bella comió payaso en nuestra ausencia— reprochó Alice.

—Jajaja, anda sube al auto. Y yo manejaré, nada de berrinches— Alice había comenzado a hacer un puchero, pero intervine antes de que me chantajeara.

El camino se hizo corto entre bromas y risas. Los chicos me felicitaron por mi “genial idea” de comprar malteadas y galletas.

Al entrar al estacionamiento del Mall nos encontramos con que había una gran liquidación de temporada y era casi imposible hallar un sitio para estacionarnos. Después de dar vueltas por quince minutos encontré un lugar.

Jasper y yo nos fuimos directo a FUN, mientras que Alice enloquecía corriendo de una tienda a otra aprovechando las ofertas. Pasamos varias horas jugando, no dejamos ningún juego o videojuego sin ser jugado. Nos divertíamos como niños.

Sentimos hambre y salimos del establecimiento para buscar a Alice e ir a comer.

—Hay mucha gente, Bella. ¿Cómo haremos para encontrar a la pequeña Alice?— dijo Jasper angustiado.

—Fácil, busca la montaña de bolsas de compras y ahí estará.

—Jajaja, en serio, hay que encontrarla.

—Jasper, no comiences a preocuparte. Alice no puede irse, tengo las llaves de su auto ¿recuerdas?— dije moviendo las llaves frente a su rostro.

— ¿Qué te parece si nos separamos? Tú busca en este piso y yo voy al piso de arriba, así cubrimos más rápido el Mall— propuso.

—Ok, nos vemos en una hora en la fuente del centro.

—En una hora— dijo él apuntando hacia su reloj. Se dio la vuelta y comenzó a caminar.

Mientras se alejaba yo pensaba en los posibles lugares en los que Alice podría estar.

—A ver, si yo fuera Alice… ¿a dónde iría?— pensé, mientras caminaba hacia las tiendas.

Pasé mucho tiempo buscándola, estaba comenzando a preocuparme. ¿Por qué demonios habíamos olvidado nuestros celulares en el auto? Justo cuando me daba por vencida recordé un enorme y bonito baño que se encontraba en el segundo piso, aunque Jasper buscaba ahí tenía que ir yo, él no podría entrar al baño. Subí y cuando giré para entrar al tocador pasó lo que se me estaba haciendo costumbre. Choqué contra alguien.

El golpe fue sorpresivo y fuerte, me aventó hacia un macetero en forma de barra y lo golpeé duramente con mi brazo. Caí sentada en el piso y cerré los ojos por el dolor.

— ¡Rayos! Lo siento, llevo prisa y no me fijé— me disculpé precipitadamente.

— ¡Por Dios, Bella! ¿Estás bien?— me sorprendí de que la persona con la que choqué me reconociera.

Abrí los ojos y frente a mí, sí, estaba él. Edward me miraba preocupado.

—Déjame ver, esto está mal. Vamos a la enfermería— dijo después de checar mi brazo fugazmente.

— ¿Qué?

—Mira tu brazo— cuando me fijé en él vi cómo la sangre salía por la cortada que ahora comenzaba a doler.

—Odio la sangre.

—Vamos,  Bella— me tomó con delicadeza por mi brazo sano y me ayudó a ponerme de pie. No di ni un paso cuando todo se borró y me desvanecí.

Desperté en un cuarto blanco, en una camilla, tenía el brazo vendado y sólo sentía una leve molestia. Edward estaba a mi lado sosteniendo mi mano. Cuando lo vi me sonrió de una manera encantadora y acogedora.

—Hola, ¿cómo estás?— murmuró.

—Bien, supongo. Lo dicho, odio la sangre.

— ¿Es por eso que te desmayaste?— asentí con timidez—. Tengo una duda, ¿porqué siempre que te cruzas en mi camino haces esto? ¿No sabes que puedes darte un golpe más fuerte que éste?— dijo apuntando mi brazo.

—Claro, todos los días al despertar planeo las miles de formas de chocar con Mr. Cullen y casi matarme— dije sarcásticamente. El rió, parecía que mi comentario lo divertía.

— Bella, siempre coincidimos de la misma manera. Por favor, cuídate. No me gustaría que te hicieras daño.

—Mr. Cullen, yo no planeo pasar por situaciones tan embarazosas.

—Lo entiendo, pero… promete que intentarás ser más cuidadosa.

—Lo prometo. Aunque, toda mi vida he sido torpe.

— ¿En serio? ¿Cómo puedes vivir con eso?— bromeó, me puse roja de vergüenza y miré hacia el piso.

—Déjame hacer algo por ti, Bella— esperé a oír su propuesta. La verdad me tenía un poco sorprendida—. Vamos a tomar un helado.

— ¿Qué?

—Ya estamos aquí. Por favor— puso una cara de la que era muy difícil resistirse.

—Se supone que no deberíamos salir juntos. Es contra el reglamento.

— ¿Cuál reglamento?

—Pues, el de la escuela, Mr. Cullen.

— ¿Estamos en la escuela?— negué levemente con la cabeza—. ¿Entonces? Anda, vamos— dijo apretando mi mano, que por cierto aún no había soltado.

—Está bien, pero iremos a la heladería italiana— me regaló una hermosa sonrisa retorcida y me ayudó a incorporarme de la camilla.

—Iremos a donde quieras, la convaleciente eres tú— reímos juntos y salimos del lugar.

En la entrada de la enfermería había una recepcionista. Él le agradeció y salimos para dirigirnos a la heladería.

En ningún momento soltó mi mano, se sentía bien, muy bien. Pero era extraño y no era correcto. Lo miré un momento y lo solté. Fue mucho más extraño de lo que pensé, sentía una especie de vacío.

El camino hacia la heladería fue muy divertido, él no dejaba de bromear con mi torpeza y reía más cada vez que me sonrojaba.

Llegamos al establecimiento, pedí un gran cono combinado y otro para él, ya que quería probar mi extraña combinación. Nos sentamos en una mesita para dos alejada del ruido exterior.

—No le diremos a nadie sobre esto ¿verdad, Mr. Cullen?

— ¿Podrías dejar de decirme “Mr. Cullen”?— dijo imitando mi voz. Asentí entre risas, me la estaba pasando realmente bien con Edward.

—Está bien, Mr. Cullen— hizo una cara de disgusto y yo reí—. Edward, Edward…— continué riendo y él siguió comiendo de su helado.

Hablamos sobre trivialidades, me preguntó cosas sobre mis gustos y preferencias. Él me habló sobre su familia, supe que su padres vivían en Forks desde hacía varios años, él era hijo del Dr. Cullen ¿cómo es que no me había dado cuenta antes? También supe que tenía un hermano mayor llamado Emmett y que se comportaba como niño. Me contó algunas anécdotas familiares mientras yo reía a carcajadas, por lo que hablaba de Emmett me di cuenta de que era una persona muy divertida.

—Edward, tu madre es encantadora y amable.

— ¿La conoces?— dijo sorprendido.

—Sí y a tu papá también— se sorprendió aún más—. ¿Crees que con mi torpeza me salvo de ir al hospital? Tu papá siempre me atiende, creo que ya tengo tarjeta de platino preferencial en su consultorio— él rio.

— ¿En serio, Bella? No tenía idea de que los conocieras.

—Sí. Lo que me parece extraño es que nunca te había visto antes. Sabía que tenían dos hijos pero no sabía quiénes eran.

—Lo que pasa, es que cuando ellos se mudaron hacia acá mi hermano y yo nos fuimos a estudiar la universidad. Él se fue a Florida y yo fui con mis abuelos a Inglaterra.

— ¡Wow!, eso debió ser emocionante.

—Lo fue, conoces a mucha gente y ves lugares hermosos. Pero no me arrepiento de haber regresado. Hago lo que me gusta y estoy muy bien.

—Que gusto, eso es bueno— ya habíamos terminado nuestros helados y sólo platicábamos de nuestras vidas.

Él habló más que yo porque no había grandes acontecimientos en mi vida, en cambio, Edward tenía cosas mucho más interesantes que contar.

Edward pagó la cuenta, no me dejó pagar mi helado. Salimos y vi el reloj, ya era muy tarde  los chicos debían estar desesperados.

—Edward, la pasé muy bien. Tengo que irme olvidé por completo a Alice y Jasper. Traigo las llaves del auto así que deben de estar esperándome

— ¿Cómo los vas a encontrar entre tanta gente?

—Quedamos de vernos en un lugar hace como dos horas. Espero que estén ahí.

— ¿Quieres que te acompañe?

—No, no es necesario. Ya sé hacia dónde ir. Además, supongo que tendrás cosas que hacer. No quiero quitare más tu tiempo— pareció pensarlo un momento y después suspiró.

—Tienes razón, tengo algunas cosas que hacer. Entonces, nos vemos mañana, Bella.

—Hasta mañana, Edward— nos miramos y comenzó a acercarse a mí, justo cuando iba a tocar sus labios con los míos giré el rostro y me dio un beso en la mejilla.

Cerré los ojos, pensé que se iría, pero de repente sentí sus brazos a mi alrededor. Besó mi cabello y se separó.

—Cuídate— dijo, luego dio media vuelta y se fue.

Estaba sorprendida por lo que estuvo a punto de pasar, no dejaba de pensar en los porqués.

Busqué a los chicos en donde habíamos quedado Jasper y yo de vernos. Di varias vueltas y decidí ir al estacionamiento para ver si estaban ahí.

Cuando llegué al lugar donde había estacionado el coche vi la cabeza de Jasper. Me apresuré a llegar, cuando estaba más cerca pude escuchar un llanto, era Alice. Corrí hacia su lado y la miré con preocupación.

— ¿Qué pasa?— pregunté alarmada.

— ¡Oh, Bella!— gritó Alice lanzándose hacia mí, me abrazó con mucha fuerza y no dejó de llorar—. ¡Tonta, tonta, tonta, Bella!— la miré sorprendida—. ¿Tienes una idea de lo preocupada que estaba? ¿Dónde demonios te metiste? ¡Te buscamos por todas partes!— acusó.

—Lo siento, Alice.

—Creí que te había pasado algo… ¡Bella, por Dios! ¿Qué te pasó?— gritó asustada viendo el vendaje de mi brazo.

—Me caí y me corté. Estaba en la enfermería, dejamos los celulares en el coche por eso no pude avisarte. Pero estoy bien— le dije atrayéndola hacia mí con mi brazo bueno para darle un abrazo—. Cálmate, ya pasó. Aquí estoy.

—No lo vuelvas a hacer— dijo entre sollozos.

—Creo que yo manejaré, Alice está un poco alterada y tú no estás en condiciones— dijo Jasper. Le entregué las llaves, subió las bolsas de compras de Alice y abrió las puertas para subirnos.

— ¿Ves, amor? Te dije que no había nada de qué preocuparse. Bella está bien— le dijo él a Alice dándole un beso en la frente—. Ahora vámonos porque tengo tarea que hacer para mañana— apresuró.

—Changuito…— dijo Alice con voz rogona.

— ¿Qué pasa?

— ¿Puedo irme en la parte de atrás con mi ovejita?— murmuró Alice en medio de un puchero y con voz de niña pequeña. Ambos reímos y Jasper asintió.

—Sí, Alice. Puedes irte con Bella.

Subimos al coche y Alice no me soltó, se abrazó a mí y se acurrucó. La abracé y comencé a jugar con las pequeñas mechas de su cabello.

—Ovejita, nunca vuelvas a perderte así. Que sea la primera y la última vez que pasa. Me asusté mucho. La próxima vez búsquenme juntos.

—Ok, prometo no separarme de Jasper. Ahora cálmate y deja de llorar ¿sí? Mejor cuéntame qué compraste para mí— sonrió y dejó de sollozar; quería que la pobre de Alice dejara de llorar, no me gustaba verla así.

—Mejor te enseño cuando lleguemos a casa.

—Ok— Alice bostezó y poco a poco se fue quedando dormida. Jasper prendió la radio y el resto del camino lo pasamos en silencio.

Llegamos a casa y no quisimos despertar a Alice, Jasper la cargó hasta su habitaión y la dejó en la cama, besó su frente mientras yo la arropaba y le quitaba los zapatos. Bajamos a la sala y prendió la televisión.

— ¿Te quedarás a cenar?— pregunté.

—No, Bella. En un rato más me voy, sólo estoy esperando a que un compañero me hable para ir a hacer un trabajo a su casa.

—Ok— justo en ese momento su celular sonó. Mientras contestaba se dirigió hacia la puerta y se despidió de mí con su mano.

Fui a la cocina a ver qué prepararía para cenar, en eso estaba cuando sonó el teléfono.

—Residencia Brandon— dije educadamente.

—Hola, Bella. Cariño, ¿cómo están?

—Hola, Mary. Estamos bien. Alice está arriba, durmiendo.

—Esa hija mía cómo duerme. Bells, te llamo porque no iremos a cenar esta noche. Saldremos fuera de la ciudad un par de días. Por favor cuídense mucho y pórtense bien. Luego les llamo.

—Está bien, Mary. Yo le aviso a Alice. Que se diviertan.

—Gracias, cariño. Hasta pronto.

—Bye.

Ya que los padres de Alice no estarían sería una mejor idea pedir una pizza para nosotras dos. En lo que Alice despertaba me puse a hacer el trabajo que me encargó Edward y terminé más pronto de lo que pensé. Tomé mis demás tareas y las comencé.

Estaba aburrida y ahora veía televisión. Oí un ruidito y volteé a ver qué era, Alice venía bajando las escaleras con paso perezoso.

—Buenas noches, dormilona— saludé.

—Hola, ¿hace mucho que llegamos?

—Un par de horas.

— ¿Y Jasper?—

—Se fue, tenía que hacer algo de la escuela.

Ella se estiró y dio un gran bostezo. Se dejó caer a un lado de mí y se recostó sobre mis piernas.

— ¿Qué cenaremos?— preguntó.

— ¿Qué te parece si pedimos una pizza? Tu mamá habló temprano para avisar que no vendrían a cenar.

—Pizza suena bien. Yo la pido— fue por el teléfono y marcó. Cuando terminó regresó al sillón y se sentó a mi lado.

—Alice, ¿recuerdas al chico con el que me topé en la escuela la semana pasada?

—Claro.

—Lo he visto de nuevo.

— ¿Cuándo? ¿Dónde? Isabella, tienes que contarme to.do— dijo emocionada.

—Alice, no es la gran cosa. Las veces que lo he visto han sido puras coincidencias.

—Eso fue lo que pasó hoy, ¿verdad? ¿Por eso te “perdiste”?

—Sí, pero no. Todo comenzó cuando…—Le conté a Alice lo que había pasado. Se sorprendió en algunas partes y se rió mucho con mi torpeza.

— ¿Y cómo se llama? ¿Quién es el individuo que trata de robarme a mi ovejita?— me sonrojé y bajé la mirada.

—Edward. Edward Cullen.

Alice abrió la boca por la sorpresa y sus ojos casi se salían. Entonces, sonó el timbre y me levanté como una bala a recibir la pizza.

Después de esto Alice estaría al pendiente de mí más que de costumbre.

Sólo esperaba que su lista de preguntas no fuera muy larga porque ni siquiera yo sabía qué estaba pasando y tampoco qué era lo que sentía al ver a Edward o estar cerca de él. A veces me asustaba.

Después de cenar quería dormir y prepararme para otro día al lado de las locuras de Alice y una interminable clase con Mr. Cullen.

 

--------------------------------------------------------------

hola !! aqui les dejo este nuevo cap

¿Que les parece si el proximo es POV Edward?

 

Opinen y apoyen !!

 

Besos de bombón !!!!!   ;D

 

Capítulo 3: ¿COINCIDENCIAS? Capítulo 5: MI NUEVA VIDA EN FORKS

 
14442374 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10759 usuarios