Buenos días Mr. Cullen ©

Autor: vickoteamEC
Género: General
Fecha Creación: 12/10/2010
Fecha Actualización: 27/01/2013
Finalizado: SI
Votos: 35
Comentarios: 81
Visitas: 114612
Capítulos: 32

T E R M I N A D O

Un pequeño accidente desencadenará toda una historia.

¿Hasta dónde serías capaz de llegar por defender lo que quieres, sin romper las reglas ? ¿Qué harías si lo prohibido es tu única opción? ¿Gana la razón al corazón?

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Los personajes, algunos escenarios y situaciones son propiedad de Stephenie Meyer. Sólo la trama es de mi creación.

 

 

 

Protegida con derechos de autor por safe creative.

 

 

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Capítulo 30: EPÍLOGO PARTE UNO

 

Dedico ésta parte del epílogo con mucho cariño y un especial agradecimeinto a SILMO y a CRAZY_JACOB_EDWUARD. Por su apoyo y sus comentarios que, sin querer, los recibí justo cuando más los necesitaba y me sirvieron de apoyo... GRACIAS.

Sin más, aquí les dejo ésta primera parte:

 

EL COMIENZO DE: PARA SIEMPRE

EDWARD POV

 

A principios de diciembre ya estábamos de regreso en Forks y establecidos al 100%. Rosalie y Jasper por fin habían arreglado sus asuntos familiares y vivían aquí tranquilamente. Tanya puso a la renta la casita de sus abuelos, muy lejos de todos nosotros, y se mudó a la casa de Alice. Jacob se quedaría a terminar sus estudios,  los había pospuesto por sus constantes viajes con sus padres; los Black continuarían con sus idas y venidas, la hermana de Jacob se quedaría con la casa de La Push y él arregló su mudanza con Tanya. Alice vivía con Bella y Reneé. Y Emmett y yo aún vivíamos con nuestros padres, aunque últimamente yo pasaba más tiempo en la cabaña.

Esa navidad los abuelos vinieron a vernos y a pasar las fiestas con nosotros. Decidimos no informarles del trago amargo por el que habíamos pasado, sólo se enteraron de la dolorosa pérdida de los Brandon y visitamos el panteón para dejarles unos hermosos arreglos florales; después de todo, mejor decidimos entusiasmarlos con el asunto de la boda. Los abuelos estaban muy complacidos porque Bella lucía el anillo Cullen de manera espectacular.

La cena, festividades y regalos fueron muchos y muy variados. Los abuelos prometieron regresar para la boda y después de las felicitaciones de año nuevo fijamos la fecha: 06 de Agosto, casi un mes antes de que los chicos entraran a la universidad. Reneé se unió como otra parte de la cabecera de “la pandilla” y congenió muy bien con los abuelos. Ellos estuvieron una semana después de año nuevo y todos los despedimos en el aeropuerto de Seattle.

Alice y Bella ya habían tomado un año sabático, y Jasper dos; por lo que al iniciar el siguiente curso se matricularían en una universidad, de preferencia todos juntos. Pero antes de planear todo eso, según Alice, había un asunto más importante que atender: la tan esperada boda.

Alice se encargó de hacer mil compras previas y armó un gran alboroto con los preparativos, las más involucradas eran Esme y Reneé. A pesar de haber comenzado con el negocio que Esme y Mary habían dejado pospuesto, nuestras madres tenían mucho tiempo libre que usaban para estar al pendiente de todo lo que hacía la Pixie.

El resto estábamos ocupados en nuestros empleos. Emmett estaba más que encantado con sus niños, le daba más importancia que a su trabajo de oficina. Rose también estaba dejando de lado su puesto en la oficina de la agencia de autos, le daba más crédito al asunto del mantenimiento y la mecánica de los coches. Tanya estaba muy bien en su puesto en el hospital. Yo había tomado una plaza temporal en la clínica gratuita del hospital de Forks. El resto estaba involucrado en el negocio de Esme, como ayudantes, mensajeros o repartidores. En cuanto a Jacob, él ya se estaba regularizando con sus clases y Tanya se encargaba de dejarlo y recogerlo a la hora de salida del instituto.

Los meses pasaron volando. Los cumpleaños, entre ellos el mío, se festejaron tan exuberante o delicado cómo se le ocurrió a la organizadora estrella: Alice.

Por fin habían sido los tres aceptados en una universidad. Irían a Dartmouth College, en Hanover, New Hampshire; al otro lado del país. Yo ya me había encargado de encontrar una linda casa en dónde pudiéramos vivir. Hice un viaje exprés, de incógnito y con una mentirilla piadosa para poder ir sólo a conocer nuestro futuro hogar, la casa en la que viviríamos como un matrimonio los próximos años. Quedaba relativamente cerca del campus; era amplia, de un piso, con un hermoso jardín delantero, un gran patio y varias cómodas habitaciones. Podía imaginar cómo luciría con la decoración que mi madre ya se estaba encargando de planear, ése sería su regalo de bodas. Me paseé por los pasillos y habitaciones añorando estar de una buena vez con Bella en nuestro hogar.

Al regresar no pude contener mi entusiasmo al contarle a mi madre lo maravillosa que era mi nueva casa. Ella se contagió de mi felicidad y dio brinquitos de gusto igual que Alice.

-Espectacular- terminé, extasiado de tantos adjetivos positivos que dije en tan poco tiempo.

-Eso me parece perfecto. Pero habla un poco más bajito, las chicas están en la sala.

-Oh.

Me acerqué sigilosamente para ver qué estaban haciendo, veían una película. Bella estaba sentada cómodamente y Alice estaba acostada sobre sus piernas. Se veían muy tiernas, como las hermanitas que siempre fueron. Bella cepillaba el cabello de la Pixie con los dedos y ésta bostezó varias veces seguidas.

-Mañana tendremos un gran día en la tienda- dijo Alice.

-Sí, llegarán la mayoría de los pedidos y tendremos que hacer todo el show del inventario- sonreí al escuchar la voz desganada de Bella. La verdad es que ellas y Jasper habían estado trabajando muy duro con mamá y Reneé.

-¿A quién le corresponde la recepción?

-A Reneé.

-¿Los pagos?

-A Esme.

-¿La bodega?

-A Jasper.

-¿El inventario a nosotras?

-¡Bingo!- canturreó Bella sarcásticamente –Cambiando de tema. Alice, ¿porqué tienes que hacer tanta faramalla por el asunto de la boda? Sólo estaremos nosotros, los abuelos y los Black, aún no entiendo para que necesitas tantas cosas y compras.

-¡Isabella! Sólo te casa una vez, o por lo menos eso espero, y tiene que ser mágico- ese comentario de “por lo menos eso espero” no me dejó muy tranquilo que digamos.

-¿No crees que deberías dejar todo el espectáculo para la boda religiosa?

-No.

-Alice…

-Fin de la discusión.

-Ya dejen de pelear, chicas- dije haciendo mi aparición -¿Cómo están las niñas más lindas de ésta casa? ¿Cómo está el amor de mi vida?- dije bromeando.

-¡Hay, Edward! Harás que Bella se encele y si Jasper te oye diciéndome esas cosas te dará unos buenos golpes- dijo Alice inocentemente.

-Alice- regañó Bella.

-Recuérdame no dejar que la Pixie se junte mucho con Tanya, luego resulta afectada- dije agachándome hacia Bella para darle un beso. Ella rió y Alice bufó teatralmente. –Hola, Pixie- dije despeinándola.

-Hola, Edward- contestó.

-¿Cómo te fue?- preguntó Bella.

-Muy bien- dije mientras me sentaba a su lado y pasaba mi brazo por sus hombros.

Después de eso cambié rápidamente de tema, no quería dejar la sorpresa al descubierto. Terminamos de ver la película y el resto de la pandilla llegó a casa, ese día era viernes e hicimos una de nuestras famosas “pijamadas”. Nuestros padres salieron a Seattle y nos dejaron la casa libre por el fin de semana. Cosa que aprovechamos al máximo.

Tanya, Emmett y Rose tuvieron la genial idea de un viaje de “despedida de solteros” a Las Vegas. La vez pasada yo no había ido y aunque la idea no me convenciera por completo no pude hacer otra cosa más que ceder. Las miraditas de cachorro degollado de Alice y Bella juntas eran una bomba de chantaje. Mi tiempo de ayuda comunitaria ya había expirado, sólo hacía falta que los demás sincronizaran sus vacaciones de verano para poder irnos. Los gastos correrían por cuenta de mi suegra, un regalo por adelantado.

A poco más de quince días de la fecha, llegamos a Las Vegas.

Nos instalamos en un hotel espectacular, muy elegante y cómodo. Teníamos dos suites “legales” la de chicos y la de chicas; pero nosotros nos las arreglamos para rentar una extra. Una era exclusiva de Bella y mía; otra era de Emmett y Rose; y en la última estaban Jasper, Alice y Tanya.

La primera noche nos mantuvimos dentro de los márgenes del hotel, había muchas cosas que hacer. La segunda noche nos dividimos en dos grupos: Emmett, Tanya y Rose; y Alice, Jasper, Bella y yo. Para la tercera noche, el primer grupo de la noche anterior nos tenía una propuesta algo interesante.

-Ya tengo listo todo nuestro itinerario- dijo Tanya emocionada.

-No se vale echarse para atrás, ni renegar de nada- sentenció Rose.

-¡Será la mejor noche de la historia!- apoyó el grandulón de mi hermano.

Sus ideas no me parecían del todo convincentes, a regañadientes y con las miradas rogonas de Bella y sus “será divertido”, acepté. Desde que habíamos llegado no habíamos tenido tiempo para nosotros, terminábamos agotados de tanto caminar y gritar de casino en casino; de hecho hacía mucho que no habíamos compartido una verdadera noche. Pensaba por fin hacerlo ésta noche y llegaron a arruinar mis planes, esperaba poder aprovechar éste tiempo lejos de casa para poder disfrutar con ella una de nuestras tan conocidas veladas.

Nos subimos a una gran camioneta que rentamos, Tanya manejaría y, según ella, nos llevaría a un bar que ella, Rose y Emmett habían visitado en uno de sus antiguas salidas. La idea no me parecía la más genial del mundo. El viaje se estaba volviendo enfadoso, al parecer el dichoso bar estaba más lejos de lo que esperaba. 

Cuando por fin pudimos entrar al bar, me di cuenta que no estaba tan mal como había imaginado. El ambiente era bueno y había música suave de fondo. Era el “día del romance”, sólo ponían baladas o canciones románticas, había varias promociones en las bebidas y, como un extra, había karaoke.

Fuimos a una de las mesas centrales. En cuanto acabó la canción que estaba, un chico que se encargaba de ambientar a los presentes pidió un voluntario para el karaoke, al fondo unas chicas dieron unos fuertes chillidos peleando por su lugar al micrófono y comenzaron con la balada.

No lo hacían muy bien que digamos, y nos tomamos de ahí para comenzar a bromear. Un mesero pasó a tomarnos la orden y rápidamente regresó con nuestras bebidas. Para ser un día entre semana había mucha gente en el lugar. La noche apenas comenzaba y ya estábamos más que animados para lo que seguía. Varios grupos de chicas continuaron con la tortura de escucharlas cantando las baladas que escogían, era obvio que el alcohol tenía que ver con su afinación.

-¡Preparen sus gargantas! ¿Quién será el siguiente valiente?- anunció el chico antes de que las muchachas en turno terminaran su “extraordinaria” interpretación.

Aún nos estábamos riendo de un comentario que hizo Tanya con respecto a las cantantes, cuando Emmett pegó un brinco y se puso a saltar para llamar la atención del chico del micrófono.

-¡Aquí! ¡Aquí!- decía mientras agitaba los brazos en el aire y pegaba de brincos.

Al verlo nos partimos de risa, era muy gracioso verlo hacer eso con su gran tamaño. El chico apuntó hacia nuestra dirección y se acercó con una carpeta blanca bajo el brazo. Las hojas estaban impresas en una tinta fluorescente que resplandecía en la obscuridad, para que no fuera un problema leerla entre los altos y bajos de la iluminación. Emmett rápidamente señaló una y cuadró los hombros mientras, según él, afinaba la garganta.

Nos sentamos para presenciar su espectáculo. Las letras del título de la canción aparecieron en la gran pantalla. Era una buena balada, y muy cursi. Le pasaron el micrófono a Emmett y comenzó a balancearse de un lado al otro mientras sonaban las primeras notas musicales.

-¡Aplaudan, chicos!- gritó por el micrófono y lo acompañamos con nuestras palmas.

Se giró por completo a la pantalla y comenzó a cantar. Después se giró hacia Rose, la tomó de la mano y una que otra vez volteaba a la pantalla. No lo hacía tan mal, pero había partes en las que se atrasaba con la música. Rose estaba embobada viendo su interpretación de Air Supply. Le di un leve codazo a Bella, que estaba a mi derecha, y otro a Jasper, a mi izquierda para que la vieran, se rieron y Bella avisó a Tanya. Todos estábamos muy risueños viendo a los tórtolos.

-¡Vamos!- dijo un segundo antes del coro. Jasper y yo nos acercamos al micrófono y cantamos los tres al mismo tiempo.

 

GIRL, YOU’RE EVERY WOMAN IN THE WORLD TO ME ♫

YOU’RE MY FANTASY, YOU’RE MY REALITY

GIRL, YOU’RE EVERY WOMAN IN THE WORLD TO ME

YOU’RE EVERYTHING I NEED, YOU’RE EVERYTHING TO ME

♫OH, GIRL ♫

 

Emmett continuó su canción sin apartar la vista de Rosalie. Yo me giré hacia Bella, ella tenía una enorme y hermosa sonrisa. Le di un pequeño beso y cuando volteé hacia Emmett vi como Jasper se le abalanzaba y le quitaba el micrófono a media interpretación. Se puso a un lado de Alice y le cantó.

 

♫ … SO PUT YOUR HAND IN MINE ♫

AND TOGETHER WE´LL CLIMB

AS HIGH AS THE HIGHEST STAR

I’M LIVING THE LIFE TIME IN EVERY MINUTE

♫ THAT WE’RE TOGETHER ♫

 

Si él podía, ¿por qué yo no? Ahora fue mi turno al micrófono y de ver a Bella como el loco enamorado que era mientras le cantaba.

 

AND I’M STAYIN’ RIGHT HERE FOREVER, OH

GIRL, YOU’RE EVERY WOMAN IN THE WORLD TO ME

♫ YOU’RE MY FANTASY, YOU’RE MY REALITY…

 

Jasper se puso enseguida de mí y Emmett del otro lado. Nos balanceamos a los lados al ritmo de la música para terminar de interpretar la canción como si fuéramos un trío. Le dimos final y el resto de nuestro público rompió en aplausos. Nuestras chicas tenían una enorme sonrisa y los tres ganamos un empalagoso y delicioso beso de nuestras novias, bueno, en mi caso: prometida.

-¡Ya! No empalaguen- recriminó Tanya –luego voy a tener que tomar algo y… no se puede- tenía razón, hoy era nuestra conductora designada.

-A la próxima metemos de contrabando a Jake- prometió Alice y todos dirigimos una mirada de disculpa a Tanya. Tomé de nuevo mi lugar al lado de Bella y entrelacé nuestras manos.

-Lo hiciste muy bien- me susurró Bella al oído.

-Gracias- dije muy seguro y exagerando un poco.

Nuestra velada siguió de maravilla, reímos mucho y Tanya se quejaba del constante “empalague” que le provocábamos. Una hora de karaoke después, pusieron baladas y varias parejas se pararon a bailar. Los primeros de nuestra mesa en desaparecerse al otro lado de la pista fueron Alice y Jasper, luego fueron Rosalie y Emmett.

-¡Sam!- canturreó Tanya cuando vio al chico alto y delgado que estaba cerca de nuestra mesa. Sam era un viejo amigo de ella, él que pasaba una que otra temporada en Forks visitando a su familia. -¿Con quién vienes?-

-Con unos amigos- contestó apuntando a una mesa que estaba como cinco después de la nuestra. -¡Edward! Que gusto verte, ¿cómo estás?-

-De maravilla. Te presento a mi futura esposa, Bella Swan-

-Mucho gusto- dijo ella tendiéndole la mano.

-El gusto es mío- dijo amable –ya era hora de que alguien te pusiera los pies en la tierra- bromeó conmigo -¿Y Emmett?- me preguntó.

-En algún lugar de la pista- le respondí.

-Perfecto- se giró hacia Tanya y le tendió la mano -¿Bailamos?-

-Claro- dijo ella poniéndose de pie y perdiéndose entre la gente con Sam.

Volteé alrededor y Bella y yo éramos de los pocos que aún estábamos sentados. Me puse de pie e hice una reverencia.

-¿Me concede el honor?- le pregunté.

-No- dijo ella, la miré y tenía una sonrisa nerviosa.

-¿Por qué?- pregunté curioso.

-Es que… no me gusta bailar.

-Pero, sabes bailar ¿no?

-Sí, pero es que…

-Por favor. Además no sería la primera vez que lo hacemos- torció la boca y lo pensó por un momento.

Sonreí juguetonamente, luego sonrió mientras asentía y se ponía de pie. En cuanto pisamos la pista la canción terminó y Bella me miró con reproche. Apreté un poco más su mano indicándole que nos quedaríamos ahí hasta que empezara la próxima canción. A pesar de ser una versión un poco más lenta, reconocí la canción al instante y vi a Bella.

-Esa me gusta- dijimos al unísono, luego nos reímos y pasó sus brazos por mi cuello.

La apreté cerca de mí y agaché un poco la cabeza, ella pegó su mejilla a la mía y sus labios rozaban mi oreja. Nos dedicamos la canción sin siquiera decirlo, nos mecimos suavemente al compás de las notas y susurramos la letra en el oído del otro intercaladamente o al unísono. Fue un baile fantástico, muy cursi, pero romántico y sumamente bello.

 

I KNOW JUST HOW TO WHISPER
AND I KNOW JUST HOW TO CRY
I KNOW JUST WHERE TO FIND THE ANSWERS
AND I KNOW JUST HOW TO LIE
I KNOW JUST HOW TO FAKE IT
AND I KNOW JUST HOW TO SCHEME

I KNOW JUST WHEN TO FACE THE TRUTH
AND I KNOW JUST WHEN TO DREAM

AND I KNOW JUST WHERE TO TOUCH YOU
AND I KNOW JUST WHAT TO PROVE
I KNOW WHEN TO PULL YOU CLOSER
AND I KNOW WHEN TO LET YOU LOOSE

AND I KNOW THE NIGHT IS FADING
AND I KNOW THE TIME´S GONNA FLY
AND I´M NEVER GONNA TELL YOU
EVERYTHING I GOTTA TELL YOU
 
BUT I KNOW I´VE GOTTA GIVE IT A TRY
AND I KNOW THE ROADS TO RICHES
AND I KNOW THE WAYS TO FAME

I KNOW ALL THE RULES AND I KNOW HOW TO BREAK´EM
AND I ALWAYS KNOW THE NAME OF THE GAME
BUT I DON´T KNOW HOW TO LEAVE YOU

AND I´LL NEVER LET YOU FALL
AND I DON´T KNOW HOW YOU DO IT
MAKING LOVE OUT OF NOTHING AT ALL …

EVERY TIME I SEE YOU ALL THE RAYS OF THE SUN
ARE STREAMING THROUGH THE WAVES IN YOUR HAIR
AND EVERY STAR IN THE SKY IS TAKING AIM AT YOUR EYES LIKE A SPOTLIGHT

THE BEATING OF MY HEART IS A DRUM
AND IT´S LOST, AND IT´S LOOKING FOR A RHYTHM LIKE YOU

YOU CAN TAKE THE DARKNESS AT THE PIT OF THE NIGHT
AND TURN INTO A BEACON BURNING ENDLESSLY BRIGHT

I´VE GOTTA FOLLOW IT ´CAUSE EVERYTHING I KNOW
WELL IT´S NOTHING TIL I GIVE IT TO YOU

I CAN MAKE THE RUNNER STUMBLE

I CAN MAKE THE FINAL BLOCK
AND I CAN MAKE EVERY TACKLE AT THE SOUND OF THE WHISTLE
I CAN MAKE ALL THE STADIUMS ROCK
I CAN MAKE TONIGHT FOREVER
OR I CAN MAKE IT DISAPPEAR BY THE DAWN
I CAN MAKE YOU EVERY PROMISE THAT HAS EVER BEEN MADE
AND I CAN MAKE ALL YOUR DEMONS BE GONE
BUT I´M NEVER GONNA MAKE IT WITHOUT YOU
DO YOU REALLY WANT TO SEE ME CRAWL
AND I´M NEVER GONNA MAKE IT LIKE YOU DO
MAKING LOVE OUT OF NOTHING AT ALL …

 

 

Cuando la canción terminó nos miramos directamente a los ojos por largo rato. Luego sonreímos y nos dimos un beso. No nos habíamos dado cuenta de que la hora de baile ya había terminado hasta que Jasper pasó a nuestro lado y junto con Emmett comenzó a hacernos burla.

Estuvimos escuchando un rato las canciones de los demás, de nuevo pusieron karaoke, luego las chicas juntaron sus cabezas y comenzaron a cuchichear. Tanya, Alice, Rose y Bella casi hacen una guerra campal contra otro grupo de chicas que estaban del otro lado de la pista, peleándose el siguiente turno al micrófono. A decir verdad, todas estaban un poco más animadas de lo normal a causa de las copas que ya traían encima. Era muy divertido ver a Bella tan desinhibida y hablando tanto, ¡no paraba! El chico del micrófono se acercó a nosotros y les dio el micrófono a nuestras chicas. Pidieron su canción y se pusieron frente a nosotros. La música comenzó y Alice tomó el micrófono.

-Esta canción se la dedicamos a nuestros amores, que están justo frente a nosotras esta noche- dijo la Pixie apuntando hacia nosotros y nos acomodamos en fila frente a ellas.

-Y… aunque el mío no esté aquí, en donde quiera que se encuentre, también le dedico esta bella y empalagosa canción- dijo Tanya después de quitarle el micrófono a Alice, luego se lo regresó y la letra de la canción “When I need you” de Celine Dion apareció en la pantalla

Alice fue la primera, en todo momento vio a Jasper y, la verdad, cantaba muy bien. Terminó la primera estrofa en la parte que dice:

 

IT’S ONLY A HEART BEAT AWAY ♫.

 

Y fue el turno de Rose, que también cantaba muy bien. Nos causó mucha gracia la forma tan presuntuosa en la que le cantó a Emmett la parte de:

 

KEEPING ME WARM NIGHT AND DAY

 

Bella fue la siguiente, al principio titubeó un poco, luego tomó el micrófono con un poco de nerviosismo y clavó la mirada en mí. Me fascinó escucharla cantar para mí.


♫ MILES AND MILES OF EMPTY SPACE IN BETWEEN US ♫
A TELEPHONE CAN'T TAKE THE PLACE OF YOUR SMILE
BUT YOU KNOW I WON’T BE TRAVELING FOREVER
♫ IT'S COLD OUT, BUT HOLD OUT AND DO LIKE I DO ♫

 

Luego las chicas se unieron en un abrazo y continuaron cantando al unísono el coro. Fue el turno de Tanya, quien finalizó su estrofa con un agudo impresionante. Mientras duraba la breve pausa musical las chicas coquetearon con nosotros entre risas. Luego se tornaron alrededor del micrófono para terminar cantando al mismo tiempo la canción.

Después de un rato más de bromas y de otra ronda de copas; Emmett y Jasper se pararon a mí alrededor, cada uno por un lado.

-¡Hora de la fase dos!- gritó Emmett casi en mi oído.

Me levantaron por el brazo y me obligaron a caminar entre la gente. Volteé desesperado hacia Bella, ella tenía una mirada de sorpresa, supongo, igual a la mía. Cuando menos pensé estábamos afuera del local y Jasper traía un taxi.

-¿¡Qué demonios están haciendo!?- les grité en cuanto entramos en la parte trasera del auto.

-Al “Vel-Rose”- indicó Emmett. No tenía ni una maldita idea de qué lugar era ése.

-Disfruta de tu despedida de soltero, hermanito- intentó de animarme Emmett.

-Así cómo yo espero que disfrutes de tu ojo morado cuando logre moverme- dije tratando de zafarme de su agarre.

-No seas tan violento, Eddie- dijo Emmett y Jasper se rió con ganas.

Bufé y me resigné a pasar por la tortura de los chicos. Llegamos a un local con luces de neón por todas partes. Resultó que el “Vel-Rose” era un club de table dance. Cuando llegamos pasamos de largo la gran fila que había para entrar, cuando el tipo corpulento de la entrada vio a Emmett lo saludó con la cabeza y le sonrió. Sin más quitó la cadena y nos dejó entrar entre las protestas de los que hacían fila.

Nos sentamos en un lugar pegado a la pista, los chicos se pusieron a escoltarme por los lados y disfrutaron del show. Yo me dejé caer en el asiento, enfurruñado. Nunca me habían gustado este tipo de lugares y no comenzarían a gustarme ahora. Tomé a duras penas una copa, pero los chicos estaban muy animados chiflando a las chicas y aventándoles billetes.

Ya teníamos un rato ahí, los chicos se pararon al mismo tiempo, los miré y Emmett se me acercó.

-Ni se te ocurra moverte- sentenció.  

Las luces se apagaron por completo, una música de suspenso combinada con un repiqueteo de tambores y un juego de luces que iluminaba el escenario intermitentemente fueron mi señal de salida; di un paso, sentí dos pares de manos deteniéndome y volviéndome a sentar: eran dos “señoritas” trabajadoras de ese lugar. Para evitar un alboroto me quedé en mi lugar e intenté buscar a Jasper y Emmett, los encontré detrás de mí muy animados, tomando unos tragos y riéndose a carcajada suelta. Juré que los iba a matar.

Las luces se detuvieron y un reflector apuntó directamente hacia el tubo que estaba en la pista principal, “You can leave your hat on” comenzó a sonar y de la obscuridad apareció una chica pelirroja. Tenía puesto un conjunto de lencería con lentejuelas, unos tacones de quince centímetros o más y un sobrero tipo fedora dorado. Alzó la vista y pude ver que era muy linda; clavó la vista en mí y comenzó a contonearse al ritmo de la música. Tenía unos hipnotizantes ojos azules y una sonrisa pícara.

Me miraba seductora y felina, yo no sabía qué hacer. Para mi desgracia tenía como mesa un pedazo de pista y no podía meterme abajo; si Bella me viera ya estuviera colgado del mástil más alto. Volteaba a todos lados, evitando el “regalo” de mis hermanos; me empezó a dar una urticaria nerviosa, casi insoportable, y me rasqué como perro sarnoso. No hallaba en dónde meterme, las otras dos chicas prácticamente me tenían sujeto a mi asiento, la bailarina comenzó a bajar lentamente mientras movía los hombros en círculos y uno de sus tirantes comenzó a resbalar, justo cuando iba a pasar un accidente… volteé la cabeza, ella hizo un movimiento muy brusco, quedó de nuevo de pie, alzó los brazos, dio media vuelta y fue directo al tubo. Se agarró con una mano y dio una vuelta; luego enredó una pierna y comenzó a girar. Después hizo su baile con piruetas increíbles y pasos que jamás hubiera imaginado posibles; para finalizar se acercó y bailó prácticamente sobre mí.

No cerré los ojos, se vería demasiado estúpido, pero sí volteé hacia otro lado; como si me hiciera falta oxígeno. Casi al final de la canción, con una ágil patada hizo que mi silla resbalara por el piso y se alejara de la pista. Ella se bajó y comenzó a acercarse peligrosamente hacia mí; me pegué al respaldo lo más que pude. Se puso casi a horcadas sobre mí y se siguió contoneando. Tenía mi cabeza hacia un lado y viendo hacia el techo; bajó su cabeza y casi pegó sus labios a mi oreja.

-No te asustes, no muerdo- aseguró con voz seductora.

Tragué en seco y volteé hacia atrás para buscar a los culpables de esto. Los asesiné con la mirada y gesticulé un “los voy a matar”. Ellos se carcajearon y casi terminan en el piso de la risa. La chica comenzó a bajar lentamente, haciendo girar en círculos su cadera, justo cuando iba a caer sentada en mi regazo; pasó las manos a los costados de mi cabeza para tomar impulso con la silla y ponerse completamente de pie. Ya había terminado su baile. Todos los demás rompieron en aplausos y chiflidos, ella se giró de nuevo, me tomó de la solapa de la camisa y me puso de pie.

-Vamos- les dijo a los chicos cuando pasamos por un lado de ellos y me soltó.

-¿¡Qué demonios les pasa!?- les pregunté furioso en voz baja.

-¿Qué esperabas, que saliera una bibliotecaria con su lista de libros? ¿O qué?- dijo Emmett como si fuera obvio. Y de hecho, lo era.

-Aunque… una bibliotecaria sexy no estaría nada mal- comentó Jasper con sorna.

-Alice se va a enterar de ese comentario- sentencié y su sonrisa desapareció.

Caminamos hasta una pequeña barra de madera que era un tipo de recepción, detrás de ésta había una puerta misteriosa. La chica comenzó a hablar con el guardia, “Cherry bomb” de Kylie Minogue comenzó a sonar entre muchas luces multicolores y un estallido de fuegos artificiales de la pista. Volteamos a la pista y vimos a un  grupo de chicas salir al escenario, comenzaron a bailar entre los gritos y aullidos de los espectadores. 

-Deberíamos regresar y ver el show- propuso Emmett algo entusiasmado.

-Emmett- dije, el volteó su cabeza aún sin despegar los ojos de la pista.

-¿Eh?

-Rose también se enterará de tus comentarios- dije maliciosamente. Él volteó su vista rápidamente hacia mí. Sonreí.

-Vamos- dijo la chica.

Atravesamos la puerta y llegamos a un estrecho pasillo, tuvimos que entrar en fila india: primero la chica, luego Jasper, yo y Emmett. Había puertas a ambos lados del pasillo, la chica abrió una de las de la izquierda y entramos a una especie de recámara. El lugar era muy estrafalario, muy propio de una bailarina como ella, las tonalidades iban del rosa fuerte al naranja y el rojo. Olía a incienso, la luz era baja; era demasiado íntimo para mi gusto.

-Genial, un cuarteto. ¿Con qué quieren que empiece, chicos?- preguntó ella con voz melosa.

-Comienza con lo que quieras, dulzura- dijo Emmett. Lo vi como si tuviera un tercer ojo.

-Pónganse cómodos- ordenó la chica. Nos sentamos a la orilla de una especie de cama y nos dio tres vasos con whisky.  

-Ya me quiero ir- mascullé en un tono de voz apenas audible para los chicos.

-Cállate- dijo Jasper.

La chica puso música y empezó a bailar sobre el tubo que había en una esquina de la habitación. Jasper y Emmett comenzaron a aullar como perros en selo, intenté escapar y justo cuando iba en la puerta…

-¿A dónde vas, Eddie?- dijo la chica con voz melosa. Volteé anonadado y al verme la cara los tres rompieron en sonoras carcajadas.

-¡Ya basta! Deja al pobre de tu hermano, Emmett- ese comentario de la bailarina me tomó por sorpresa y me regresé curioso.

-¿Ustedes, se… se conocen?

-Así es, querido amigo- dijo la chica poniéndose una bata y sentándose en una silla frente a los chicos.

-Ah- fue lo único que atiné a decir.

-Siéntate, Edward. No muerdo- me dijo y regresé a mi sitio anterior –Disculpa si me pasé con el numerito de hace rato. Pero Emmett paga muy bien por sus bromitas- la chica se puso un cigarrillo en la boca y Emmett inmediatamente después le ofreció fuego.

-Así que se conocen. ¿Desde cuándo?- pregunté curioso.

-Desde que estuve con él en la universidad- afirmó la chica. Me sorprendió que hubiera terminado en un lugar así –Por cierto, ¿cómo está Rose? Hace tanto tiempo que no la veo- dijo ella dirigiéndose a Emmett.

-Estupenda, estoy seguro de que te manda saludos- le contestó mi hermano.

-Oh, ella siempre fue muy linda conmigo- aseguró la chica

-¿Y el pequeño campeón? ¿Cómo está?- preguntó Emmett con interés.

-¿Pequeño? ¡Va! Ya es un gigante, cada día está más grande.

-Me gustaría verlo.

-Cuando quieras. Oh, ¡qué grosera! Lo siento, no me he presentado. Soy Victoria- dijo la chica tendiéndome la mano.

-Edward- dije correspondiendo a su saludo.

-Eso ya lo sé, tontito. Eres el hermanito de Emmett y tu amigo es el hermanito de Rosie. Te pareces mucho a ella- le dijo a Jazz.

-Sí, me lo dicen muy seguido- dijo Jasper sonriente.

Después de las presentaciones y “formalidades” vinieron las pláticas. Nos enteramos de toda la vida de ésta chica. Tuvo una infancia muy dura con un padre viudo y alcohólico; tenía tres hermanos y cada uno tuvo que ver por sí mismo desde muy chiquito; con mucho esfuerzo logró llegar hasta la universidad, se becó y dio lo mejor que pudo en la escuela; una noche loca de copas quedó embarazada, el padre del niño se des-responsabilizó y tuvo que dejar de estudiar para trabajar para su bebé; al nacer el niño tuvo muchas dificultades y debía tener unos costosos tratamientos hasta los diez años; la única puerta abierta que encontró fue en el Vel-Rose, tenía buenas propias y un sueldo que se iban casi por completo en la rehabilitación de su hijo y apenas le quedaba un poco para subsistir (entre renta, alimentación, vestido, etc.); nos juró que se dedicaba sólo a bailar y que hacía “privados” para sus amigos, que en realidad eran favores para que le dieran “comisiones” junto con su sueldo; se había ganado el respeto y reconocimiento de sus compañeras y su show era de los más esperados de la noche.

Nos detalló lo más que pudo sobre las cosas que le preguntamos, me interesó mucho su historia, parecía una película triste y dramática; pero yo trataría de ayudar para que pudiera tener un final feliz. Nos comprometimos a visitarla antes de marcharnos, yo ya tenía algunas ideas en mente para esa visita.

Más tarde empezamos a bromear entre copa y copa, jugamos cartas y pusimos música a todo volumen. De repente Victoria se puso a gemir como si estuviera poseída, Jasper y yo nos quedamos mudos por un rato y Emmett se rió cuando nos vio las caras; en voz baja nos explicó que era una mentirilla que tenía que escenificar para que sus compañeras se creyeran la farsa de los “privados” y no la delataran con su jefe.

Tuvimos que hacer una pausa en nuestro “privado” para que Victoria diera su espectáculo de la noche. Hizo un baile increíble al son de November Rain, le aplaudimos como la gran estrella que era y después seguimos con la falsa “renta” de la chica.  

La noche casi estaba por acabar, nos fuimos del local muy entrada la madrugada; pero antes de salir Victoria nos quitó las camisas, nos desarregló y despeinó, a Emmett le pintó besos en la camisa y a Jasper y a mí por toda la cara y el cuello; así podríamos despintarnos antes de llegar con las chicas y ayudábamos a nuestra nueva amiga con su teatro.

Nos subimos de nuevo a un taxi, bromeamos y reímos de todo lo que acababa de pasar en el Vel-Rose y fuimos hacia nuestro hotel. No sé cómo ni de dónde, pero sentía energía para seguir y seguir, los tragos no habían estado tan mal y no me sentía tan mareado como se supone que debería estar, aunque Jazz no pensara lo mismo. Al llegar una muy sonriente Tanya nos esperaba en el pasillo y nos hizo ir directamente a la habitación de Emmett y Rose, sólo ella sabía lo que se escondía detrás de esa puerta.

Unas lucecitas en el piso nos indicaban el camino hacia tres asientos, cuando estuvimos acomodados cada uno en la silla que tenía nuestros nombres Tanya entró y nos dijo algo así como “disfruten la función”. Una movida y cómica canción de Shania Twain comenzó a sonar y nuestras chicas hicieron un baile para nosotros con una coreografía muy marcada y pasos un tanto descoordinados por culpa de las “copitas” que traían encima. Cuando terminaron, estallamos en ovaciones y cada quien se fue a su habitación.

 Me encantó que esa noche, más bien madrugada, Bella se hubiera atrevido a tanto. Con pasos pesados se adentró en nuestra habitación y, no sé cómo, pero logró encender la música y bailó como loca con Right Said Fred, I’m too sexy  resultó ser una canción demasiado empalagosa. La mañana nos atrapó entre una furiosa e increíble entrega apasionada. Nadie se opuso a que nos quedáramos todo el día dormidos, recobrando fuerzas para salir de juerga de nuevo.

Antes de irnos de Las Vegas visitamos a Victoria. Conocimos al pequeño Josh, era un pequeñín de cinco años grandioso; ella nos platicó que los pequeños pasitos que lo vimos dar eran un gran logro y que sus palabras arrastradas eran el mejor regalo de cumpleaños que jamás hubiera tenido. Les llevamos casi toda la despensa del supermercado, además de ropa y juguetes para Josh. Realmente fue muy hermoso pasar un breve tiempo con ellos. Antes de nuestra última visita metí un grueso sobre con dinero entre la correspondencia que tenía en la mesita del café. Espero que le sirviera de algo.

Cuando llegamos a Forks los remolinos de Esme y Reneé se concentraron en Bella y en mí para la tan esperada boda. Aún no entendíamos el alboroto que se había vuelto la sencilla ceremonia que celebraríamos en casa de mis padres. Al parecer todo marchaba de maravilla con ese asunto.

Nuestra luna de miel no sería una como tal, la dejaríamos para un poco más adelante. Lo que sí haríamos sería mudarnos a New Hampshire, aunque Bella aún no lo supiera, iríamos a vivir a NUESTRA casa por casi un mes completo como el feliz matrimonio que seríamos. Mamá ya tenía todo listo y por medio de fotos e mostró todo, y era muy bonito.

Por fin el tan esperado día llegó, Bella estaba siendo torturada en el piso de abajo por Alice, las chicas, nuestras madres, la horda de ayudantes de su estilista y su estilista. Yo me encontraba solo, alistándome sin la ayuda de nadie como el buen “niño grande” que era, eso fue lo que dijo Esme. Me puse el traje gris claro, con camisa y corbata beige; mi cabello quedó algo desordenado y estaba abrochando mis pulcros zapatos de “novio galán” (esto según Alice), cuando interceptaron mi puerta.

-Hola, galán ¿nervioso? ¿Sientes nauseas? ¿Te vas a desmayar?- dijo mi hermano entrando a mi cuarto vestido con un traje claro.

-Emmett, deja a tu hermano- intervino Carlisle antes de que lograra aventarle un zapato a mi hermano. Él también lucía un inmaculado traje.

-Si estoy nervioso, Emmett. Pero de lo demás ni hablar ¡cierra el pico!- contesté lo más calmado que pude.

-Espero que no tenga que cargarte mientras papá corre detrás de nosotros por un pasillo de hospital.

-¡Cállate, Emmett!- gritamos al unísono.

-¿Dónde está Jasper?- pregunté.

- Aún no ha llegado- dijo papá.

Me paré y papá me ayudó a acomodar el cuello de mi saco. Me pusieron la flor en el bolsillo del saco y me preparé mentalmente para el mejor día de mi vida. Respiré profundamente y caminé alrededor de la habitación.

-Vas a marearme- se quejó Emmett. Lo único que atiné a hacer fue darle una mirada envenenada.

-Ya es hora- anunció Jasper entrando a mi habitación.

-¿Qué? ¿Tan pronto? ¿Y Bella?

-Cálmate, Edward. Ya es hora, el juez ya llegó y Bella está abajo con las chicas- contestó Jazz deteniendo mi andar.

Bajamos las escaleras y todo el espero de la Pixie era notorio. Había flores entre los barandales de la escalera, había jarrones y pétalos en cada superficie, también había lámparas colgantes y un camino con una alfombra beige que daba hasta el altar; la alfombra quedaba flanqueada por pétalos y velas. Al frente había dos filas de cuatro asientos para nuestra familia, a la derecha había tres asientos para los padrinos y a la izquierda había tres para nuestras damas de honor. Nuestros asientos parecían los de unos reyes, muy elegantes y cómodos; el altar estaba en el centro, frente a nuestros sitios y estaba adornado por un delicado dosel de tela que daba la impresión de estar sujeto por arreglos florales.

Entre más cosas veía más me sorprendía de lo detallista que era Alice y de lo mucho que tomó en consideración mis gustos y los de Bella. Era simplemente perfecto, no podía esperar a que por fin nos declararan marido y mujer. Estaba ansioso.

Emmett y Jasper ya estaban en sus lugares y papá estaba parado junto a mí. Llegaron los abuelos y sentaron en la primera fila de asientos, al lado derecho. Mamá y Reneé entraron muy guapas y entusiasmadas a tomar sus lugares; luego las siguieron Ángela y Ben, amigos de Bella; también llegó Victoria con el pequeño Josh; Jacob llegó y ocupó su lugar al lado de Emmett y Jasper, su papá, se hermana y su cuñado, se sentaron del lado de los invitados de Bella; increíblemente Robert alcanzó a llegar desde Londres y su ajetreado trabajo y se instaló detrás de los abuelos. Las chicas aparecieron y se acomodaron en su lugar.

La suave música comenzó a sonar con un poco más de volumen y me di cuenta de que el nudo en mi estómago se hacía más fuerte. Las manos me sudaron y volqué toda mi atención a la entrada de la estancia. Esperamos un par de minutos que creí suficientes para que Bella hiciera su aparición y nada. Pobrecita, de seguro estaba muy nerviosa; igual que yo. Dejamos pasar un par de minutos más… y nada. Volteé a ver a Alice y ella sólo abrió los ojos como platos y se encogió de hombros. Unos minutos más tarde todos comenzaron a murmurar muy bajito.

-¿Qué pasa?- me preguntó Carlisle.

-No sé- contesté.

Bella estaba tardando mucho, comenzaba a asustarme. Ya no aguantaba más, todos comenzaron a impacientarse, desesperándome ¿qué le había pasado?

-Voy a ver- les dije impaciente.

Di un paso hacia el pasillo, la puerta se abrió y me mostró lo que nunca me hubiera imaginado. Quedé anonadado, no sabía cómo reaccionar. Era increíble.

 

 

 

 

Capítulo 29: REMENDANDO LAS HERIDAS Capítulo 31: EPÍLOGO PARTE DOS

 
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